Macbeth - Una tragedia en 5 actos - William Shakespeare - E-Book

Macbeth - Una tragedia en 5 actos E-Book

William Shakespeare

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Beschreibung

Una de las tragedias más conocidas de William Shakespeare. Macbeth es una obra tenebrosa e inquietante a la vez que vigorosa y fascinante, debido a su tratamiento dramático del mal, del mal que nace del ansia de poder. Macbeth cuenta la historia de un crimen y castigo, entreverada de brujería y elementos sobrenaturales, cuya acción vertiginosa mantiene el interés hasta el final. Pero una obra tan activa, es también profundamente introspectiva. En ella van paralelas la acción física con el torbellino de conciencias en las que se apoya. De esta forma la obra indaga en lo prohibido, explora la trasgresión mediante un lenguaje metafórico y sensorial único, el más denso lenguaje figurado de Shakespeare, con imágenes asociadas a las tinieblas, la muerte, la naturaleza quebrantada, la crueldad, la esterilidad (el alma llena de escorpiones, el recién nacido cabalgando a lomos de un caballo en la noche, la criatura sonriente arrancada del pecho de su madre). Un torbellino de imágenes que van impresionándose en la pupila del espectador, operando a través de símbolos que van conformando una lectura coherente. La altura poética e intelectual de Macbeth no oculta ni suaviza el mundo político concreto de sangre y violencia, ambición y deslealtad en que la acción se desenvuelve.

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Una de las tragedias más conocidas de William Shakespeare. Macbeth es una obra tenebrosa e inquietante a la vez que vigorosa y fascinante, debido a su tratamiento dramático del mal, del mal que nace del ansia de poder. Macbeth cuenta la historia de un crimen y castigo, entreverada de brujería y elementos sobrenaturales, cuya acción vertiginosa mantiene el interés hasta el final. Pero una obra tan activa, es también profundamente introspectiva. En ella van paralelas la acción física con el torbellino de conciencias en las que se apoya. De esta forma la obra indaga en lo prohibido, explora la trasgresión mediante un lenguaje metafórico y sensorial único, el más denso lenguaje figurado de Shakespeare, con imágenes asociadas a las tinieblas, la muerte, la naturaleza quebrantada, la crueldad, la esterilidad (el alma llena de escorpiones, el recién nacido cabalgando a lomos de un caballo en la noche, la criatura sonriente arrancada del pecho de su madre). Un torbellino de imágenes que van impresionándose en la pupila del espectador, operando a través de símbolos que van conformando una lectura coherente. La altura poética e intelectual de Macbeth no oculta ni suaviza el mundo político concreto de sangre y violencia, ambición y deslealtad en que la acción se desenvuelve.

William Shakespeare

Macbeth

Una tragedia en cinco actos

Título original: The Tragedy of Macbeth.

William Shakespeare, 1606 (¿?).

Dramatis Personæ

DUNCAN, REY de Escocia

MALCOLM, hijo mayor de Duncan

DONALBAIN, hijo menor de Duncan

MACBETH…

BANQUO…

MACDUFF, LENOX, sus hijos

ROSS y MENTETH, jenerales de sus ejércitos

ANGUS, CATHNESS, nobles escoceses

FLEANCE, hijo de Banquo

SIWARD, Conde de Nortumberlanda[1] y jeneral de las fuerzas inglesas.

SIWARD EL JÓVEN, su hijo

SEITON, ayudante de Macbeth

Un HIJO DE MACDUFF

Un MÉDICO INGLÉS

Un MÉDICO ESCOCÉS

Un SOLDADO

Un PORTERO

Un VIEJO

LADY MACBETH

LADY MACDUFF

DAMAS de Lady Macbeth

HÉCATE y tres BRUJAS

Varios señores, caballeros, oficiales, asesinos, sirvientes y mensajeros.

El espectro de Banquo y otras apariciones.

La accion se supone en Escocia y principalmente en el castillo de Macbeth; menos la última parte del cuarto acto, que pasa en Inglaterra.[2]

Acto primero

Escena primera

Un erial. — Truenos y relámpagos. — Aparecen TRES BRUJAS.

BRUJA 1ª.— ¿Cuando nos volveremos a juntar

del trueno al son de rayo al fulminar?

BRUJA 2ª.— Cuando la tierra se safe

del tumulto y rifirrafe.

BRUJA 3ª.— Cuando la fiera pelea

ganada y perdida sea.

BRUJA 1ª.— Antes que se apague el dia

cumplirá tu profecía.

BRUJA 2ª.— ¿Y adónde acudiremos esa vez?

BRUJA 3ª.— A buscar en los yermos á Macbeth.

(Suena un clarinete).

BRUJA 1ª.— Voy, Graymalkim.

BRUJA 2ª.— Paddock llama.

TODAS.— Bueno es el mal y malo el bien del mundo.

Hendid, hendid la niebla y aire inmundo.

(Desaparecen las brujas).

Escena II

Un campo cercano á Fores. — Suenan dentro cajas y trompetas. — Salen EL REY DUNCAN, MALCOLM, DONALBAIN, LENOX y ACOMPAÑAMIENTO, á reconocer á un SOLDADO que viene herido por la parte opuesta.

DUNCAN.— Quizá saber podremos de ese herido

nuevas de la batalla.

MALCOLM.— Es el sarjento

que la vida arriesgó por rescatarme.

¿Herido mi valiente compañero?

Cómo quedaba. el campo á tu salida

quiere saber su alteza.

SOLDADO.— Asaz de incierto;

cual de dos fatigados nadadores,

que su arte ahogan, temerario encuentro.

El traidor Macdonwald, por cierto digno

de llamarse rebelde, pues su pecho

encierra de la humana villanía

cuantas especies abortó el infierno,

de las islas remotas de occidente,

de Kerns y Gallowglass triples refuerzos

condujo al campo; y por su inicua causa

la fortuna al principio sonriendo,

mozuela del rebelde parecia;

mas fue lisonja vana, que el acero

de Macbeth invencible (y este nombre

ganó con sus hazañas) paso inmenso

abrió en el seno de la adversa hueste;

y humeando en sangre el pavoroso hierro,

intrépido Macbeth é infatigable,

no cesó de lidiar hasta que al cuello

del esclavo alcanzó su ardiente espada

y la cabeza derribó del cuerpo.

Ya en nuestros muros enclavada queda.

DUNCAN.— ¡Oh ilustre capitan! ¡oh noble deudo!

SOLDADO.— A la manera que enjendrarse suelen

tempestad borrascosa y hondo trueno

en el cielo oriental do nace el dia,

asi suele fluir del cauce mesmo

de donde brota el bien mal infinito.

Escucha, rey de Escocia: aun no hubieron

los veloces kernesses confiado

su salud á la fuga; aun incompleto

quedaba el alto triunfo que vestida

de espléndido valor y de ardimiento

alcanzó la justicia, cuando empieza

el señor de Noruega mas horrendo

y mas fiero combate al campo baja

con peones sin fin y ballesteros.

y acicaladas armas y caballos

en cerrado escuadron.

DUNCAN.— ¿Y le temieron

Macbeth y Banquo?

SOLDADO.— ¡Sí señor! ¡cual teme

el leon los rebaños de corderos!

¡cual águila imperial teme á las bandas

de pardas codornices! Nunca vieron

mas audacia los hombres; parecian

flamíjeras tormentas; y sus hierros

sonaban en los cuerpos enemigos

como en el yunque suena el martilleo.

Ó en la sangre de mil y mil heridas

profuso baño buscan, ó quisieron

otro Gólgota hacer del feroz campo.

Pero desmayo; mis heridas siento

que imploran ya socorro.

DUNCAN.— Muy bien cuadran

tus heridas, soldado, y tus conceptos.

Ambos hablan de honor: llevadle; cuiden

de su salud los mios con esmero.

(Se llevan al SOLDADO).

Escena III[3]

Los PRECEDENTES y ROSSE.

DUNCAN.— ¿Quién viene alli?

MALCOLM.— El de Rosse.

LENOX.— Estrañas nuevas

anuncia ese mirar vivo é inquieto.

ROSSE.— Salud á vuestra alteza.

DUNCAN.— Valeroso

y noble capitan, ¿de dónde bueno?

ROSSE.— De Fife, mi señor, do tremolaban

para nuestro desmayo y vilipendio

las banderas triunfantes de Noruega.

El mismo soberano, el mismo Sweno[4],

con numerosa banda y el apoyo

del aleve Cawdor, rompió el tremendo

sanguinario conflicto; hasta que pudo

el heróico Macbeth de hierro á hierro

medir con él las armas y humillarle

y á su audacia imponer pesado freno

y arrancar de sus manos la victoria

ya cuasi conseguida.

DUNCAN.— Al cielo demos

loor y gratitud; hoy nuestras armas

venturosas se muestran.

ROSSE.— Los noruegos

por treguas claman ya: ni aun sepultura

les permitimos dar á los guerreros

que abatió nuestra hueste en sus reales,

hasta que su monarca como feudo

desembolsó en San Colmes diez mil piezas

para nuestros soldados.

DUNCAN.— Alto precio

tambien dí por mi ciega confianza

en el infiel Cawdor; proclamen luego

los heraldos su muerte; y Macbeth sea

de todos sus dominios heredero

y de su casa y títulos.

ROSSE.— Cumplidos

serán vuestros mandatos.

DUNCAN.— Corto premio

para tanta proeza me parece,

que aun mas ganó Macbeth.

MALCOLM.— Señor…

DUNCAN.— Marchemos.

Escena IV[5]

Un páramo. — TRES BRUJAS.

BRUJA 1ª.— ¿Dónde has estado, hermana?

BRUJA 2ª.— Dando á los cerdos muerte.

BRUJA 3ª.— ¿Y dónde tú?

BRUJA 1ª.— La suerte

deparóme al salir esta mañana

ala mujer de un marino.

Estaba la golosa

devorando afanosa

una y otra castaña; yo me inclino

y la barba en la cuja

castañas le pedí;

mas echóme de alli

llamándome hechicera y momia y bruja.

Embarcado su esposo

para Alepo navega;

yo hácia la misma vega

tambien hendiré el aire nebuloso

á bordo de una criba;

y mi venganza justa

trabajará su fusta

de la flotante grímpola[6] á la estiva.

BRUJA 2ª.— Yo te regalo un viento.

BRUJA 1ª.— Eres piadosa.

BRUJA 3ª.— Yo una racha espantosa.

BRUJA 1ª.— Y otra que tengo yo soltar intento.

Con fuerzas nunca vistas

bramarán las tormentas:

mis ráfagas violentas

enjugarán los puertos como artistas.

Ajitará mi anhelo

cuantos tiene la náutica cuadrantes;

crujirán resonantes

los tempestuosos ámbitos del cielo.

No hospedarán sus ojos

al sueño ni de noche ni de dia;

ni logrará descanso ni alegría;

ni le darán las horas mas que enojos.

Y ya que su bajel por mis reproches

no pueda fracasar, vigilia, espantos,

agitacion padecerá y quebrantos

por nueve veces nueve siete noches.

Mirad qué traigo aqui.

BRUJA 2ª.— Enseña, enseña.

BRUJA 1ª.— El pulgar del piloto que volvia,

y cuando ya su casa descubria

viéndola naufragó sobre una peña.

(Suenan cajas).

BRUJA 3ª.— Los tambores.

BRUJA 2ª.— Tambores.

BRUJA 3ª.— Macbeth viene.

TODAS.— Las hermanas profetisas

fuera en vano

perseguir por la tierra ó por el mar;

ó en las brisas

las divisas

de su arcano[7]

escudriñar.

Tres por ti

y tres por mí.

Tres veces tres

son nueve. ¡Si!

y el número llegó

y el encanto á la par se consumó.

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

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