María la dura en: no quiero ser ninja - Esteban Cabezas - E-Book

María la dura en: no quiero ser ninja E-Book

Esteban Cabezas

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Beschreibung

María es inquieta y rebelde. Su sicóloga recomienda que tome clases de artes marciales para que aprenda a ser flexible, pero sus padres temen que se convierta en un arma de destrucción masiva.

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Esta es María.

Una niña dulce, amorosa, obediente y ordenada.

 

¿Dije eso?

Pues no.

Es mentira.

 

Porque a María:

A) NO LE GUSTA HACER LAS TAREAS.

 

B) ES MEGA-SÚPER-DESORDENADA.

C) Y ES DESOBEDIENTE.

 

María es algo que se conoce como “niña problema”.

Y ¿qué significa esto?

Significa que los papás de María pasan llevándola:

a) Al sicólogo.

b) Al sicopedagogo.

c) Al dentista.

 

(Esto último no ocurre solo con los “niños problema”, ojo.)

Y todo esto es porque a María se le olvidan las tareas, porque no tiene muy buenas notas (más o menos tipo cinco, y también un poco menos, usualmente) y porque, a veces, habla más de la cuenta en clases.

 

Por suerte para María (y para nosotros, porque o si no esta sería una historia triste y torturante) hay un mundo aparte del colegio:

 

Y sus papás que están en casa: Martín y Olga.

Y además hay que considerar que estos papás son buena onda.

Muy buena onda.

De hecho, Martín acompañó a María ¡a hacerse un piercing! Y casi se desmayó al ver como agujereaban a su pequeña hija, a la misma a la que alguna vez le cambió los pañales.

¡Oh, pero qué ternura de recuerdo!

Pero resistió, como todo un hombre. Como todo un padre.

Y también es importante reconocer que Olga soporta que María le saque TODOS sus maquillajes. Siempre los más caros (tiene un muy buen ojo esta niña), para luego decir como excusa: “Oh, esta sombra apareció en mi pieza. De repente. En serio. Lo juro”.

Y cada vez que Olga —mamá como es— escucha esto, solo suspira profundo y calla. Aunque a veces María aparezca pintada como mapache en pie de guerra.

Los otros miembros de la casa (en orden de importancia) son: un gato llamado Velcro (porque se pega a todo)...

Dice ella siempre (siempre que la quieran oír, o sea, casi nunca).

Y también es vegetariana, aunque quién sabe si a alguien le sirve saberlo.

Además —dentro de esta descripción general— está el mejor amigo de María, su vecino.

Se llama Pedro, pero como es medio punk, le dicen Peter Punk. Y lo raro es que es un punk bueno, pacifista, ecológico y al que le gusta la música clásica (ama a Bach y a Vivaldi). Por todo eso, por sus gustos tan raros, le dicen que “es más bueno que el punk” (es un chiste. O sea, que es más bueno que el pan, pero con “k”. Jajaja).

Entonces, así es la vida de María.

Más o menos.

Porque hay algo que todavía no saben, y es por qué le dicen María la Dura.

Y para entender eso, hay que retroceder en el tiempo, hasta cuando María tenía seis tiernos añitos...