Minicuentos para niños - Ana Belén Leiva - E-Book

Minicuentos para niños E-Book

Ana Belén Leiva

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Beschreibung

Un libro lleno de mini cuentos que cautivarán a grandes y pequeños. Sheepy, Nanus , Dulce y demás personajes llenarán de magia la vida de quienes lo lean. Sheepy deleitará a todos con sus hazañas en la granja; la niña triste descubrirá que no está sola, pues tiene amigos; en la ciudad de las nubes encontrarán un lugar mágico, tan antiguo que ni las mismas abuelitas lo podrían contar. Cada personaje es valiente, se arriesga y, todos tienen un poder especial: ser ellos mismos. En fin, son historias que se entrelazan con las aventuras que muchos desearíamos vivir. Son historias para sentir, para soñar, para leer.

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EPUB
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Seitenzahl: 36

Veröffentlichungsjahr: 2018

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Ana Belén Leiva

Minicuentos

para niños

Editorial Autores de Argentina

Leiva, Ana Belén

Minicuentos para niños / Ana Belén Leiva. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2017.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-711-948-0

1. Cuentos. 2. Cuentos Infantiles. 3. Narrativa Argentina. I. Título.

CDD A863.9282

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: [email protected]

Diseño de portada: Justo Echeverría

Diseño de maquetado: Maximiliano Nuttini

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

La Princesa Dulce

En un reino muy lindo, muy grande y muy querido por todos sus habitantes, vivía una pequeña niña junto con sus bondadosos padres, aquella pequeña era la princesa y se llamaba Dulce. Desde sus 5 años salía por las noches a su balcón para mirar las estrellas, claro, esto era sin permiso de sus padres, aquellas constelaciones le resultaban algo fascinante; además de que creía que cada estrella representaba un ser querido que se había marchado, humano o animal. Dulce fue creciendo y ni sus creencias, ni su fascinación por las estrellas fueron cambiando; siempre creía que dentro de aquellas estrellas se encontraba un ser querido, para ella o para alguien más.

Finalmente, la princesita iba a cumplir sus 18 años y, por ley tenía que elegir a un príncipe o noble con el que debía contraer matrimonio. Ella estaba muy preocupada, puesto que no quería casarse por una ley, sino porque realmente sintiera amor. Así que la noche anterior se apareció por su balcón y pidió a las estrellas un deseo, que durante la fiesta conociera a aquel ser que pudiera lograr que su corazón saltara de alegría. Al terminar su deseo vio asombrada cómo todas las estrellas brillaron intensamente, como si alguien las hubiera encendido; pensó que aquel evento solo se podía tratar de un anuncio, que en verdad las estrellas la habían escuchado.

Al siguiente día Dulce muy contenta se puso su mejor vestido, pidió que le hicieran el más bonito de los peinados y bajó a la fiesta. Apenas terminó de bajar vio a lo lejos a un apuesto noble que estaba con un traje amarillo, tan amarillo como las estrellas de anoche; era él, era el indicado, las estrellas lo habían señalado. Algo tímida se acercó a él, ambos se miraron por largo rato, como si sus miradas fueran su voz. El cuarteto empezó a tocar y aquel chico le extendió la mano en señal de que quería invitarla a bailar.

Bailaron durante horas, no necesitaban palabras, puesto que sus miradas lo decían todo. Al terminarse la fiesta, él le regaló una rosa amarilla y se marchó del palacio.

Al siguiente día, muy temprano a la mañana, nuestra princesa Dulce se había despertado con una sonrisa en su rostro, la cual aumentó a la tarde cuando aquel chico de la noche anterior fue a visitarla.

–¿Te casarías conmigo?

–Por supuesto –dijo muy entusiasmada la princesa.

La boda fue grande e invitó a todo el reino, incluyendo a los plebeyos. Dulce y su flamante esposo estaban por marcharse, la princesa primero quiso agradecer a aquellas estrellas que habían escuchado su petición. Se acercó a su ventana, les hizo una reverencia y se marchó junto con su esposo por donde el camino los llevaría.

Una señora muy aseñorada

Una señora muy aseñorada

A la cual quedarse quieta no le gustaba

Iba de aquí, para allá

El tiempo no lo medía

y por eso a su casa siempre tarde llegaba

Hasta que una noche no regresó

Sus vecinos preocupados preguntaban qué pasaría

Nuestra señora aseñorada a viajar por el mundo se había ido

¿Qué descubrió?, ¿qué es lo que vio?

Eso nunca a nadie lo contó

A su casa volvió y en su cama se durmió

Para luego a la mañana seguir paseando

Viajar por aquí y por allá

Salir de paseo era una gran emoción.

Sus mejores regalos

Una vez, en un lugar bastante alejado de la civilización, había una pequeña choza bastante humilde donde habitaban una madre muy bondadosa junto con sus cuatro amorosos hijos. Cuando la Navidad se acercaba, los 4 le preguntaron a su madre:

–Madre, ¿qué regalo vas a darnos?