Noche de Reyes - William Shakespeare - E-Book

Noche de Reyes E-Book

William Shakespeare

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Beschreibung

Traducción –que sigue los estándares académicos para la edición de las obras de Shakespeare– que recupera el talento artístico del dramaturgo para el teatro y también para la enseñanza. La fidelidad al texto de 1623 reproduce con más precisión las singularidades y el particular estilo de escritura de la obra. La introducción da cuenta de su composición y fuentes, de sus características como comedia de equivocaciones. El texto ofrece abundantes notas filológicas y explicativas acerca de diversas discusiones lingüísticas, teatrales e históricas.

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Seitenzahl: 252

Veröffentlichungsjahr: 2022

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822.33

S527nShakespeare, William, 1564-1616.

Noche de reyes, o, Lo que ustedes quieran /

William Shakespeare; traducción, introducción y notas

de Paula Baldwin Lind y Braulio Fernández Biggs. –

1ª reimp. de la 1ª ed. – Santiago de Chile: Universitaria, 2017.

163 p.; 13,5 x 21,5 cm. – (El mundo de las letras)

Incluye notas a pié de página.

Bibliografía: p. 161-163.

ISBN Impreso: 978-956-11-2447-9ISBN Digital: 978-956-11-2715-9

1. Dramas ingleses.

I. t.II. Baldwin Lind, Paula, tr.III. Fernández Biggs, Braulio, tr.

© 2014, PAULA BALDWIN LIND Y BRAULIO FERNÁNDEZ BIGGS

TRADUCCIÓN, INTRODUCCIÓN Y NOTAS.

Inscripción Nº 242.707. Santiago de Chile.

Derechos de edición reservados para América Latina por

© Editorial Universitaria, S.A.

Avda. Bernardo O’Higgins 1050, Santiago de Chile.

Ninguna parte de este libro, incluido el diseño de la portada, puede ser reproducida,

transmitida o almacenada, sea por procedimientos mecánicos, ópticos, químicos o

electrónicos, incluidas las fotocopias, sin permiso escrito del editor.

Texto compuesto en tipografía Berling 11/13

Se terminó de imprimir esta 1ª reimpresión de la

PRIMERA EDICIÓN

en los talleres de Salesianos Impresores S.A.,

General Gana 1486, Santiago de Chile,

en diciembre de 2017.

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN

Yenny Isla Rodríguez

DISEÑO DE PORTADA

Norma Díaz San Martín

CUBIERTA

El bufón (Flandes, c. 1640). David Teniers el Joven.

Óleo sobre tela, 35 × 29 cm. Museo Estatal de Artes Plásticas A. S. Pushkin, Moscú.

www.universitaria.cl

Diagramación digital: ebooks [email protected]

ÍNDICE

Agradecimientos

Introducción

1. Acerca del título

2. Composición y fuentes

3. La comedia de Shakespeare

4.Noche de Reyes

a) Características generales

b) Los personajes

c) Disfraces, sustituciones y género

d) Una lectura posible: el carnaval y lo epifánico reunidos

5. La presente traducción

6. Texto utilizado

Notas a la traducción

NOCHE DE REYES

Bibliografía

AGRADECIMIENTOS

Queremos agradecer a algunas personas e instituciones. A nuestros alumnos del Instituto de Literatura de la Universidad de los Andes, por su alegría, entusiasmo y apoyo. Este trabajo está dedicado a ellos. A nuestra ayudante Beatriz Rengifo, por su valiosa asistencia en la transcripción de la edición inglesa utilizada. A nuestra ayudante de investigación, Ana María Neira, por su importante apoyo en el trabajo bibliográfico y en la elaboración de algunas notas. A las actrices Ester Rojas y Francisca Castillo, por su inapreciable lectura dramatizada de nuestra traducción, que nos permitió corregir algunos defectos de ritmo. A los profesores Miguel Donoso Rodríguez y Joaquín Zuleta, por sus muchas e importantes observaciones textuales, críticas y filológicas. A Editorial Universitaria, por su trabajo cuidadoso y dedicado, expresión de su compromiso con los académicos chilenos. Al Instituto de Literatura de la Universidad de los Andes, sin cuyo concurso, apoyo, ánimo permanente y constante, esta traducción habría visto con dificultades la luz. Last but not least a nuestras respectivas familias, por su cariño, paciencia y entrega.

INTRODUCCIÓN

1. Acerca del título

En la Inglaterra isabelina, el tiempo de Navidad (Christmas Season) era particularmente alegre y festivo. Se decoraban las casas y los edificios públicos, se encendían velas por doquier, había fogatas en las calles y se organizaban fiestas y juegos. En general se vivía un ambiente de mucha hospitalidad y camaradería, en el que incluso se relajaban las diferencias sociales. Este tiempo de celebración, genuinamente heredero del carnaval medieval, elegía también a un “Festus” como “Señor del Desorden” (Lord of Misrule) para presidir la fiesta de los locos1. El jolgorio de la fecha implicaba poner el mundo “patas arriba”.

Este espíritu gozoso y carnavalesco, causado sin duda por los eventos religiosos que se conmemoraban, había tenido en la Europa medieval un antecedente todavía más antiguo: las Saturnalia o fiestas en honor al dios Saturno, que en la Roma imperial se celebraban entre el 17 y el 19 de diciembre2. Se trataba de grandes festividades, cuya principal característica era el ambiente de regocijo y buena voluntad que inundaba la ciudad. Las personas se intercambiaban regalos (originalmente figurillas de barro) y se encendían antorchas y velas de cera. También se daban licencias y libertades a los esclavos.

La relación de esta alegría desbordante con Saturno era vitalmente pagana: asociado a la siembra (satus) y a las cosechas3, el 17 de diciembre era el día del ritual en su honor. Todo se iniciaba con un sacrificio según el rito griego, seguido de una gran fiesta pública. Después se continuaba de forma privada, en las casas. Allí, cada familia escogía –nótese– a un “rey de los locos” para presidir la celebración. Y, de nuevo, se trataba de poner el mundo al revés: “El señor actuaba como esclavo, el esclavo como señor; lo que antes estaba prohibido, se autorizaba en estos días de locos; lo que antes era ahorro y contención, ahora estallaba en lujo y derroche”4. A las saturnales se las ha estimado como un prototipo de la Navidad cristiana5 y con razón: la Iglesia Católica, en su afán evangelizador, cristianizó por todo el mundo diversas fiestas paganas. De hecho, “alrededor del siglo IV d.C. muchas de estas costumbres se trasladaron al día de Año Nuevo y por lo tanto se añadieron a la tradicional celebración de Navidad”6.

Dado este contexto, sucintamente referido, ¿qué significa o a qué alude el título de esta comedia de Shakespeare, Twelfth Night, or What you Will?

En una primera aproximación se trata, claro, de la duodécima noche después de Navidad, noche comúnmente llamada “de reyes” por la fiesta de los reyes magos o más propiamente, en términos litúrgicos, de la Epifanía del Señor, que se celebra el 6 de enero, doce días después del 25 de diciembre. Pero es curioso, pues la única referencia concreta a ello en la pieza es 2.3.83, cuando en medio de la jarana nocturna que llevan sir Andrew, Feste y sir Toby, este último canta “¡Oh, noche de reyes…!” a poco de entrar María a poner algo de orden a eso que llama “bolsa de gatos”. Pero nada más. Ni el argumento ni los personajes ni ningún otro elemento teatral tienen que ver, estrictamente, con lo que el título refiere.

Sin embargo, una segunda aproximación permite establecer conexiones sugerentes y ricas en sentido. Desde luego tenemos a Feste, el bufón, que es también un loco (el término inglés fool tiene hasta una triple acepción: tonto, loco y bufón). Sir Toby y sir Andrew prácticamente viven en jarana, y en 1.5 sabemos por María que Feste se ha ausentado un tiempo de la casa de su señora Olivia, y todo sugiere que ha sido, al menos también, por la bebida. Claramente en estos personajes hay un espíritu de juerga y carnaval, que se aprecia también en la feroz burla que harán después a Malvolio. Feste como sir Topas intentando exorcizar a Malvolio en su encierro es claramente una figura de la fiesta de los locos, en cuanto parodia de la Iglesia y los eclesiásticos. Asimismo, la comedia es sumamente visual: desde los vestidos de los personajes, pasando por los juegos de encubrimiento/descubrimiento, la gran cantidad de emblemas y referencias a imágenes, hasta la construcción física de los caracteres: el cabello de sir Andrew, la gordura de sir Toby, el disfraz de Viola –se viste igual que su hermano Sebastián–, la belleza de Olivia, las medias amarillas de Malvolio, etc. Pero, y además, en cierto sentido todo es epifánico en la obra pues todo se revela. Si al principio “nada de lo que es, es” (4.1.8): Orsino muriendo de pasión por Olivia, esta negándose al amor por siete años, Viola como Cesario, Feste “el loco”, Malvolio el puritano despreciable, Toby el borrachín, etc., al final, y de nuevo con Feste, “lo que es, es” (4.2.15): Orsino estaba más enamorado del amor –o de sí mismo– que de Olivia, Cesario no era tal (ni tampoco Sebastián), Feste resulta ser el más cuerdo, Malvolio en cierta forma el más humano, sir Toby el más sincero, y suma y sigue... Nada de lo que parece ser termina siendo, y en tal sentido le queda muy bien el título: al final todo se revela como realmente es. Todo queda al descubierto, todo termina por saberse, por manifestarse a la luz. Tanto, que desde esta perspectiva Noche de Reyes podría considerarse una comedia profunda, casi seria.

Tengamos presente también que aunque hay un final feliz, básicamente expresado en el reencuentro de los mellizos –un “clímax emocional”7–, la resolución de los conflictos dramáticos y la unión de parejas (sir Toby y María, Olivia y Sebastián, Orsino y Viola), no todo es felicidad: doscientos versos antes de ofrecerle su mano a Viola Orsino ha manifestado deseos asesinos contra Olivia8; el terrible escarnio a Malvolio tiene como contrapartida el desengaño y la venganza; Antonio enmudece en escena tras preguntar “¿Cuál es Sebastián?” (5.1.220) y su arresto por acusaciones de piratería no se resuelve; sir Andrew y sir Toby quedan malheridos; nada sabemos de la suerte judicial del capitán, en manos de Malvolio; en fin, la última canción de Feste, que cerrando la obra repasa las edades de la vida, es triste y nostálgica... Gay y Warren & Wells dan cuenta de una serie de puestas en escena contemporáneas de Noche de Reyes que, en parte por lo anterior, expresan una mirada más “otoñal” que festiva9, donde el 6 de enero sería justamente eso: el fin de las festividades de Navidad…

Por lo demás, Shakespeare agregó al título un enigmático subtítulo, “or What you Will (que hemos traducido como “o Lo que ustedes quieran”), que complica aún más las cosas. Algunos piensan que debió ser el verdadero título, dadas las contradicciones de la obra. Otros, que su inclusión fue una manera de aproximar al público, de hacerlo parte de Noche de Reyes: un co-protagonista. Puede indicar, también, algo pretendidamente ambiguo, una simple distracción o sencillamente apertura, lo que sería muy natural “en una obra en la que se da un equilibrio tan sutil entre elementos que contrastan entre sí, a menudo calificada como ‘elusiva’ en su tono y efecto global”10, por esa mezcla entre lo dulce y lo agraz, la risa y el llanto, la hondura y la liviandad, la felicidad y la tristeza... Nosotros no estamos en condiciones de resolver el dilema ni es este el lugar para hacerlo, pero proponemos al final de esta “Introducción” una lectura que intenta salvar armónicamente algunas de estas dimensiones. Dejamos constancia, de todos modos, que desde una perspectiva eminentemente textual, este dilema del subtítulo es hoy uno de los puntos de partida importantes para el análisis de Noche de Reyes; tanto, que el propio Shakespeare parece responsable de que se le adjudiquen a su obra sentidos a veces tan diversos y hasta contradictorios11.

Pero eso siempre será así ante obras tan geniales y un autor tan talentoso como Shakespeare. Como dijo John Gielgud, “Noche de Reyes es una de las obras más difíciles tanto para el director como para los actores y nunca he visto una versión que me satisficiera por completo”12.

2. Composición y fuentes

En el mejor espíritu de las saturnales romanas que Noche de Reyes emula o celebra, Shakespeare se hizo eco de la comedia de Plauto Los dos Menecmos (c. 216-186 a.C.). Es cierto que incluyó más elementos de esta en La comedia de equivocaciones, pero para nuestra obra tomó de allí también y, en general, la graciosa trama de enredos debida a los hermanos gemelos y a sus respectivos intereses amorosos. Ahora bien, en la obra de Plauto las confusiones de identidad comienzan desde el principio y no hacia el final (3.4 en Noche de Reyes), y todo gira en torno a las infidelidades de Menecmo I a su esposa con la cortesana Erotia. Pero hay semejanzas de nota: el lugar es uno remoto, Epidamno, y corresponde a la Iliria de la comedia de nuestro autor, a la que se llega por vía marítima. Un festín es el eje articulador de la pieza. En particular, la relación entre Menecmo II y Mesenión tiene mucho de la de Antonio y Sebastián, aunque sin la apasionada amistad de estos. Destaca, en especial, la entrega que hace uno de su bolsa al otro, al llegar al país en que buscan al hermano gemelo, como en Noche de Reyes. Erotia es una “mujer galante” como Olivia, enamorada de Menecmo I. Hay también un brazalete que entrega la esclava de Erotia a Menecmo II. Cepillo, “parásito de Menecmo I”13, tiene mucho de Feste. En fin, a Menecmo I tratan de encerrarle por loco debido a la “comedia de equivocaciones” que desarrolla la obra de Plauto (como a Malvolio, a quien efectivamente encerrarán acusado de locura), tras una intensa lucha contra cuatro esclavos y con enredos que sugieren también el duelo entre sir Toby y Antonio en 3.4. Al final los dos hermanos se encuentran y se aclara todo. Mesenión dice a Menecmo II que ve su “imagen reflejada en un espejo”. Dice Viola respecto a su hermano Antonio: “Conozco a mi hermano / Como si viviera en mi espejo” (3.4.376-377). La comedia de Plauto, como la de Shakespeare, tiene un final feliz en el que no están ausentes ni el sarcasmo ni la ironía (a cargo de Mesenión y de Feste, respectivamente).

Nada de lo anterior debe extrañarnos si consideramos, con Miola –como hemos citado en otras ocasiones–, que en el teatro isabelino “un poeta demostraba originalidad no sólo inventando nuevas historias sino adaptando las ya existentes […]. El genio no radicaba en la invención, sino en la transformación”14.

Singularmente, Geoffrey Bullough, en su monumental registro de las fuentes de las obras de Shakespeare, no consigna esta de Plauto para Noche de Reyes (aunque sí para La comedia de equivocaciones). Según el autor, existirían tres historias con tramas similares a las de Viola, Orsino y Olivia: Gl’Ingannati (The Deceived, 1531), escrita ese mismo año por miembros de una sociedad literaria en Siena que se hacían llamar los “Intronati”. Esta y adaptaciones como Les Abusés y Laelia, habrían sido escritas para ser representadas en época de carnaval. Con todo, Bullough agrega que si Shakespeare conoció Gl’Ingannati, también debió haber conocido Cl’Inganni (Los engaños, 1562) y L’Interesse (1581), del dramaturgo italiano Nicolo Secchi, quien incluyó en ambas obras a una mujer vestida de hombre que ayuda al hombre que ama a cortejar a otra mujer.

Tal y como explica Bullough, Shakespeare probablemente conoció esta primera fuente de segunda o tercera mano a través de versiones en prosa recogidas en la Novelle de Bandello (1554) y las Historias trágicas de Belleforest (1571), que a su vez habían sido adaptadas por Barnabe Rich en “Apollonius and Silla”, la segunda historia o narración de su Farewell to Military Profession (1581), relato que, como señala el estudioso, pudo haber sido inspirador pues narra la historia de gemelos de distinto sexo que naufragan en costas extrañas, donde luego Silla toma el género y el nombre de su hermano.

Muy sugerente e interesante es la postura de Warren y Wells en su “Introducción” a la edición de Twelfth Night para Oxford World’s Classics, donde plantean que la conexión más significativa y relevante entre Noche de Reyes y La comedia de equivocaciones no es tanto la existencia de una posible fuente común sino el tratamiento de la cuestión de los mellizos, que en Plauto y La comedia de equivocaciones son del mismo sexo15. La Commedia dell’Arte italiana16 había hecho suyo este tópico pero le introdujo un cambio relevante: los mellizos eran hombre y mujer. Al parecer, como señalan los críticos, Shakespeare pudo sentirse atraído por esta tradición debido a un asunto personal: él mismo era padre de mellizos, Hamnet y Judith. Si Viola y Sebastián eran mellizos, es decir, muy semejantes pero no idénticos, esto no sólo pudo haber facilitado el casting (selección del reparto de actores), como afirman Warren y Wells, sino que agregó una buena dosis de humor a la obra, ya que hizo más evidente que eran dos personas distintas y de distinto género que, en consecuencia, logran hacer más ridículas las situaciones en que intervienen o están al mismo tiempo en escena, como en 5.1. Cabe hacer notar que, en inglés, el término twin se utiliza tanto para referir gemelos como mellizos, y que, en este último caso, los recién nacidos no son idénticos; con mayor razón si uno es niña y el otro niño. En cierto modo Shakespeare exige, tanto al resto de los personajes como a la audiencia, una cierta “ceguera” o, en términos de Coleridge, una “willing suspension of desbelief” (una “voluntaria suspensión de la incredulidad”), pues evidentemente la confusión de identidades que se urde a lo largo de toda la trama se contradice con lo que realmente se ve en escena. Se podría decir que la magia de la representación teatral produce aquí uno de sus encantamientos más convincentes.

En lo que se refiere a la sub trama del mayordomo Malvolio y del núcleo de personajes que conforman sir Toby, sir Andrew, Feste y María, los críticos han sugerido algunas posibles fuentes, como, por ejemplo, que en Malvolio estaría representado algún cortesano isabelino. Bullough, en particular, se opone a esta hipótesis; y los demás argumentos que se han dado17 no pasan de ser conjeturas. Así, y aparte de las fuentes indicadas, parece ser que todos estos personajes y sus enredos nacieron de la imaginación del propio dramaturgo.

3. La comedia de Shakespeare

La tarea de definir y clasificar lo que podríamos llamar “comedia isabelina” no es fácil. Este audaz desafío resulta aún mayor si intentamos explorar los rasgos distintivos del género en Shakespeare, pues si bien en algunos aspectos se ajusta a los cánones de su época, en otros claramente se distancia. A lo anterior se agrega el hecho de que en aquellos años existían concepciones divergentes respecto al género, tal y como señala Galbraith, y que las comedias de Shakespeare se resisten a toda categorización teórica y genérica18.

De algún modo, el Renacimiento revitalizó y celebró la tradición clásica de la comedia, aunque le introdujo cambios. Por eso parece necesario hacer un breve resumen del género en dicha tradición para comprender mejor cómo Shakespeare lo desarrolló. Los antiguos distinguían claramente la diferencia e incluso oposición entre risa y lágrimas. Ambos fenómenos eran objeto de estudio psicológico y fisiológico en los tratados de Galeno e Hipócrates, por ejemplo, quienes intentaron explicarlos a través de diversas teorías. De acuerdo con la tradición clásica, el mundo (macrocosmos) está compuesto de los cuatro contrarios, que se combinan para formar los cuatro elementos: fuego, aire, agua, tierra. Pero en el cuerpo del hombre (microcosmos), se combinan para formar los humores, que según su proporción se agrupan en cuatro tipos de temperamento: sanguíneo, colérico, melancólico y flemático19. Así, para Galeno, la predisposición a la risa surge de un desequilibrio entre estos humores, idea que habría sido también tratada en un texto atribuido a Meleto, supuesto médico del siglo IV a.C., quien, en su tratado De la naturaleza humana, afirmó que “la risa es llamada gelos por los griegos, y se deriva gelos de hele, que significa calor, pues se considera que aquellos que son calientes son muy dados a la risa […] y son más alegres aquellos en quienes abunda la sangre”20. Sin embargo, quizá el lugar común más citado respecto al tema de la risa sea el de Aristóteles en su obra Acerca de las partes de los animales, donde afirma que el hombre es el único animal que ríe y que, por tanto, la risa es constitutiva de su humanidad. El mismo filósofo refinará luego su argumento en el libro IV de la Ética a Nicómaco, diciendo que la risa debe ser moderada para tener un efecto positivo. Finalmente, en la Poética, Aristóteles nos entrega una muy breve definición de comedia al compararla con la tragedia: “La comedia es [...] imitación de hombres inferiores, pero no en toda la extensión del vicio, sino que lo risible es parte de lo feo. Pues lo risible es un defecto y una fealdad…”21. Hasta mediados del siglo XVI, esta breve definición no pareció alcanzar la misma popularidad e influencia que el Arte poética de Horacio, el segundo libro De Oratore de Cicerón o los ensayos atribuidos al gramático del siglo IV, Elio Donato. Maestro de San Jerónimo y autoridad cultural en la Europa medieval, Donato fue autor de las dos gramáticas latinas –Ars Maior y Ars Minor– más utilizadas en las escuelas de la época. En el primero de sus ensayos, “Acerca del drama” –actualmente atribuido a Evancio, uno de sus contemporáneos–, se remonta a los orígenes de la tragedia y la comedia situándolos en las ceremonias religiosas celebradas para agradecer la fertilidad de la tierra, la buena cosecha. Así, en un intento por definir la segunda explica que “el término ‘comedia’ (comoedia en latín) deriva de las palabras griegas ‘pueblo o aldea’ (Komai) y ‘canción’ (oide), y se refiere a las canciones o himnos cantados a Apolo, guardián de pastores y aldeas”22. En el segundo ensayo o tratado, “Acerca de la comedia”, Donato cita la definición del género atribuida a Cicerón: Imitatio vitae, speculum consuetudinis, et imago veritatis (“Imitación de la vida, espejo de las costumbres e imagen de la verdad”)23, aunque esta es una definición del género dramático en general y no del cómico en particular.

Gracias al espíritu renacentista que llegó a las costas de Inglaterra –aunque tardíamente en comparación con otros países de Europa– y al florecimiento del Humanismo, la enseñanza de los clásicos recobró importancia y la imitación de su estilo se transformó en uno de los elementos centrales del nuevo currículo de los grammar schools isabelinos. Terencio, a quien se atribuye la estructura en cinco actos de las obras dramáticas clásicas, fue parte del listado de autores estudiados por los escolares del siglo XVI y es probable que algunas de sus comedias hayan sido representadas por grupos de estudiantes a modo de ejercicios de retórica y expresión. Estudiosos de la comedia en Shakespeare, como Miola y Salingar, señalan que nuestro dramaturgo pudo haber tomado elementos de sus obras La Andriana (c. 166 a.C.) y El eunuco (c.161 a.C.) para escribir La fierecilla domada, Juegos de amor perdidos y Mucho ruido y pocas nueces24. Otros críticos, como Dillon, afirman que el término genérico de comedia isabelina no es aplicable a obras anteriores a 1580, excepto a aquellas que explícitamente traducían o imitaban las estructuras clásicas.

Durante la primera mitad del reinado de Isabel I se puede decir que la comedia, en sentido genérico, no tuvo mayor desarrollo, mientras que las obras de materia cómica estaban muy vivas y abriéndose camino hacia una posible y nueva forma dramática. Un cambio inesperado parece ocurrir durante el tiempo de Navidad de 1583-1584, cuando tres piezas muy innovadoras fueron representadas en la corte: El juicio de París, de George Peele, y Campaspe y Safo y Faón, de John Lyly25. Aunque ambos dramaturgos escribieron teniendo en mente audiencias diferentes –la corte y los teatros públicos, respectivamente–, Shakespeare habría aprendido de ellos un particular estilo de diálogo y ciertos juegos de palabras. A esta lista podrían agregarse otros autores, como Robert Greene y Christopher Marlowe; pero valga decir que, aunque todos contribuyeron al desarrollo de la comedia en este periodo, y que de todos Shakespeare pudo haber tomado elementos estilísticos y estructurales, personajes y temas, la comedia de nuestro dramaturgo dio un giro casi sin precedentes al teatro isabelino. ¿Por qué? ¿Cuáles son las características de las comedias de Shakespeare?

Podemos decir que, pese a la innegable influencia de los modelos anteriores, la comedia shakespeareana representa una categoría dramática distinta26, cuyos elementos centrales son los siguientes: ambientación en lugares exóticos (excepto Las alegres comadres de Windsor); confusión de identidades, generalmente relacionadas con sustituciones de personajes, uso de gemelos/mellizos y travestismo o cambio de atuendo entre hombre y mujer; inclusión de un bufón o loco que suele hacer juegos de palabras y se vale de su ingenio e ironía para decir verdades; presencia de un “mundo verde”, pastoril y utópico a la vez, como el bosque de Sueño de una noche de verano y Como gusten, donde el control parental y las convenciones sociales quedan como suspendidas en el tiempo; y, finalmente, sendas tensiones familiares que suelen resolverse a través de algún tipo de reconciliación o gracias al vínculo esponsal, que repercute en la sociedad y que suele darse en un juego de tres etapas: cortejo, enamoramiento, matrimonio. En síntesis, podríamos decir que la comedia shakespeareana se mueve desde la aflicción o angustia a la armonía, del “mal” al “bien”, para alcanzar un final feliz. A esta transición o cambio Salingar la llama, precisamente, “celebración de los espíritus más elevados y el primitivo deseo de renovación vital”27. Con Ornstein agregamos que, en las comedias de Shakespeare, los personajes femeninos ocupan un papel central en el desarrollo de la trama y que no pocas veces se transforman en las heroínas de la obra. Baste traer a la memoria a Viola y Olivia en Noche de Reyes, Porcia en El mercader de Venecia, Rosalinda en Como gusten, y mistress Page y mistress Ford en Las alegres comadres de Windsor, sólo por mencionar algunas. Como se explicará más adelante respecto al carácter carnavalesco y epifánico de Noche de Reyes, también se da en Shakespeare el sentido de celebración heredado de los usos sociales de los Tudor y que asimismo era propio de las comedias romanas e italianas en las que los enamorados asumían nuevas identidades o vestidos para cortejar a sus amantes28.

Pero, ¿de qué ropaje peculiar cubrió Shakespeare a Noche de Reyes? ¿Cuáles son los rasgos particulares de esta comedia?

4.Noche de Reyes

a) Características generales

La primera impresión que conocemos de la obra se encuentra en el Folio de 1623. Fue ingresada al Stationers’ Register de la Stationers’ Company el 8 de noviembre de 1623. Esta institución, con sede en Londres y conformada por un gremio comercial establecido en 1557, tenía como función regular el trabajo de impresores, encuadernadores, editores y libreros. Los autores de la época podían asegurar los derechos sobre sus obras inscribiendo el título con su nombre en un libro de registros (precisamente el Stationers’ Register), lo que constituyó una forma temprana de derechos de autor y que ha permitido a los estudiosos de Shakespeare identificar y rastrear la publicación de sus poemas, obras individuales y, por supuesto, de los cuatro folios −1623, 1632, 1663 y 1685− que recopilan todas las piezas atribuidas al dramaturgo hasta esas fechas. Twelfe Night, Or what you Will, con la ortografía propia del inglés isabelino, aparece en el decimotercer lugar de la lista de comedias realizada por John Heminge y Henry Condell siete años después de la muerte del poeta. La precede A buen fin no hay mal principio y la sigue, para finalizar la recopilación, El cuento de invierno, catalogada como comedia, aunque la crítica moderna la considera un romance, género no conocido en tiempos de Shakespeare.

Es importante recordar que para que el Folio pudiera ser legalmente impreso requería, además, autorización y licencia. La autorización era concedida por un representante de la Iglesia o del Estado. Para 1601, Noche de Reyes ya había recibido del Master of the Revels (Maestro de celebraciones o entretenciones) el permiso para ser puesta en escena por el pago de 7 chelines, pero faltaba aún la licencia de la Stationers’ Company −otorgada por el mismo Maestro o por alguna autoridad eclesiástica− y por la que William Jaggard y Edward Blount, los editores de la edición de 1623, debieron pagar la considerable suma de (casi) 10 chelines. Así, para cuando se habían obtenido todos los permisos de publicación, el Folio estaba casi completamente impreso.

Los meticulosos estudios comparativos de Hinman29, sobre diversas copias del Folio, le permitieron establecer que fueron cinco los cajistas involucrados en la composición de sus páginas, e incluso distinguir quién o quiénes trabajaron en cada obra. Así, pudo determinar, por ejemplo, que la fijación del texto de Noche de Reyes fue realizada por el cajista llamado B, quien habría recibido una copia preparada por un escribano, probablemente desde un prompt book30. En comparación con los otros cajistas, especialmente el llamado A, el encargado de Noche de Reyes al parecer cometió más errores ortográficos. Sea como fuere, le debemos a estas manos el poder tener la comedia para leerla, verla en escena y disfrutarla.

Hay otros datos interesantes a consignar. La primera mención que existe de Noche de Reyes aparece en el diario de un estudiante de leyes, John Manningham, que la vio representada en el auditorio de Middle Temple el 2 de febrero de 1602, durante las celebraciones de Candlemas o la Candelaria, fiesta católica que aún se conservaba en la Inglaterra de la Reforma y donde se bendecían las velas para celebrar la Purificación de la Virgen María. Por algunos detalles sugeridos en el texto, la comedia habría sido compuesta a poco de comenzado ese año. Además, cuando María, por ejemplo, describe el rostro de Malvolio, afirma que “su cara sonríe con más líneas que / las que hay en un nuevo mapa tras la inclusión de las / Indias” (3.2.74-76), refiriéndose así, probablemente, a uno de los primeros mapas publicados por Richard Hakluyt en Voyages de 1599 (ver nota a 3.2.76). Por otra parte, en 2.3, Feste interpreta canciones que habían sido publicadas en el First Book of Songs and Airs de Robert Jones, algunas de las cuales eran bastante populares. La primera compañía de Shakespeare, The Chamberlain’s Men, montó ante la corte de Isabel I una obra cuyo nombre no quedó registrado en ningún documento, el día de Reyes de 1601. Muchos críticos, especialmente Hotson31, defienden la hipótesis de que la obra representada en aquella oportunidad habría sido Noche de Reyes, argumentando que precisamente ese día la reina tuvo como invitado de honor a Virginio Orsino, duque de Bracciano. Aunque Shakespeare pudo haber tomado el nombre del duque para su comedia, la idea quizá surgió, simplemente, de recordar el evento. Sabemos, eso sí, por el estudio de Bullough, que Noche de Reyes volvió a representarse en la corte en 1618 y en 1623 (ver nota 54).

Debe decirse también, tal y como comenta Elam en su “Introducción” a la edición Arden, que esta es una de las últimas comedias isabelinas, compuesta al final del reino de Isabel I, lo cual reflejaría la incertidumbre del momento histórico (como veremos más adelante). También ha sido considerada como una de las últimas “comedias felices” de Shakespeare, o quizá un adiós al género por parte del dramaturgo. Sin embargo, si se la mira desde otra perspectiva, la obra es la primera comedia shakespeareana del siglo XVII y, por tanto, inaugura una nueva poética que algunos críticos han llamado de las “comedias oscuras”32. Y es que, como ya hemos sugerido, Noche de Reyes es una mezcla de luz y oscuridad, de aspectos cómicos y trágicos. Ahondaremos en esto más adelante.

Pero Noche de Reyes es también una comedia de enredos, equivocaciones y sustituciones en su más puro sentido. No sólo se confunden las identidades de los personajes (Viola se hace pasar por Cesario, Feste asume el papel de sacerdote, María escribe una carta como si fuera Olivia, etc.), sino también sus géneros. Y es que probablemente Shakespeare construye el argumento de la comedia utilizando el imbroglio o enredo inspirado en la Comedia dell’Arte, la que a su vez lo habría tomado de las obras de Plauto y Terencio. Toda la acción y los conflictos se articulan a partir de equivocaciones y confusiones; tanto así, que las mismas palabras apuntan a lograr este efecto. Los puns