¿Por qué la nieve es blanca? - Javier Fernández Panadero - E-Book

¿Por qué la nieve es blanca? E-Book

Javier Fernández Panadero

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Beschreibung

Este libro tiene como objetivo la divulgación científica de forma comprensible para cualquier persona, independientemente de su formación previa. Está especialmente pensado para niños y jóvenes de edades comprendidas entre los 10 y 16 años y recoge un amplio espectro de temas de interés, como son la Tierra, el cuerpo humano, la biología, la física y química, la tecnología o las matemáticas. Javier Fernández Panadero es licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid. Desde 1995 ha continuado su formación en diversos campos como la ingeniería y las ciencias de la salud, colaborando en actividades de investigación y publicaciones relacionadas con la holografía y la tele-educación. Desde 1996 compagina estas actividades con su trabajo como profesor enseñando ciencias y tecnología.

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Javier Fernández Panadero

¿Por qué la nieve es blanca?

Javier Fernández Panadero, ¿Por qué la nieve es blanca?

Primera edición digital: septiembre de 2016

ISBN epub: 978-84-8393-558-3

© Javier Fernández Panadero, 2005

© De la ilustración de cubierta: Santiago Verdugo, 2005

© De esta portada, maqueta y edición: Editorial Páginas de Espuma, S. L., 2016

Voces / Ensayo 60

Nuestro fondo editorial en www.paginasdeespuma.com

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.

Editorial Páginas de Espuma

Madera 3, 1.º izquierda

28004 Madrid

Teléfono: 91 522 72 51

Correo electrónico: [email protected]

Si deseas realizar cualquier consulta o sugerencia,

o conocer la respuesta de nuevas preguntas,

te invitamos a escribir al autor a

[email protected]

A mi hermana Mari, luz de bondad y sabiduría para el mundo. Por el pasado que nos une y el futuro que nos espera.

A todos aquellos que alguna vez me enseñaron.

A todos aquellos que alguna vez aprendieron algo a través de mí.

A Dios, detrás de todo lo bueno.

Nota Preliminar

¿Cuántas veces hemos oído una explicación de un científico y nos hemos quedado «enredados» en siglas, números, fórmulas...? Es curioso que creamos más inteligentes a aquellos a los que menos se les entiende. Pero, ¿no lo supimos entender o no nos lo supieron explicar? Por otra parte, ¿es imposible que alguien que maneja esa información tan compleja me explique algo que yo pueda entender, algo comprensible pero que también sea exacto?

Con esta idea se escribió ¿Por qué el cielo es azul?, y gracias a los miles de lectores que se sintieron tentados por la curiosidad, con este mismo principio, os presentamos ¿Por qué la nieve es blanca?

Seguimos en nuestra búsqueda de ese punto medio que debe haber entre el «atracón de matemáticas» y el «cuento de hadas». Dejamos a tu juicio decidir si lo hemos vuelto a conseguir. Animamos al lector que esté más avanzado en los diferentes temas a que busque los gui­ños y las referencias a conocimientos más profundos.

Para el nuevo lector: no te preocupes, este libro puede leerse independientemente de ¿Por qué el cielo es azul?… aunque si te gusta, te animamos a que busques en aquel otras 202 preguntas que te sorprenderán.

Para el que ya leyó ¿Por qué el cielo es azul?: ¡Bienvenido de nuevo! Tuya es la culpa de lo que tienes entre las manos. En este segundo libro encontrarás cosas que te sorprenderán, las explicaciones de aquello que nunca entendiste, algunos experimentos sencillos y quizá un poco más de humor. Espero que lo disfrutes.

¿Cómo leer este libro?

De ti depende, claro, pero aquí van unas recomendaciones. Debido a que las preguntas son unidades independientes, hay diferentes formas de leerlo; puedes elegir una o combinarlas:

1. De un tirón. Al gusto tradicional, de la primera a la última hoja. Para que este tipo de lectura no se haga monótona, las preguntas no están ordenadas por temas. Puedes pasar de una pregunta sobre biología a otra sobre el cuerpo humano, a otra sobre tecnología, etc.

2. Consulta de términos. Conversando con amigos, oyendo la televisión, aparece un término que no queda claro. Puedes buscarlo en el índice analítico y ahí verás varias preguntas donde aparece. Si en alguna pregunta se trata especialmente esa cuestión, la referencia aparecerá en negrita.

3. Hojeándolo. Es un libro ideal para hojear, o para leer «a ratos». En el tren, autobús... En la playa... En el baño... Antes de dormir...

4. Saltando de una pregunta a otra. Al final de cada pregunta se indica otra que guarda alguna relación. Em­pieza en cualquier parte y déjate llevar por las referencias que más curiosidad te despierten. Se puede leer también, de este modo, el libro entero.

Y... ya puedes empezar. Espero que te diviertas y que tus preguntas sean contestadas.

Agradecimientos

Este libro está dedicado a todos los que alguna vez me enseñaron algo. Aquí se cuentan las cosas tal y como llegaron a mí, después de escucharlas, leerlas, pensarlas y elaborarlas. Algunas veces cuando me enseñaron algo en particular, me pareció tan brillante la manera de decirlo o tan esclarecedor el ejemplo, que yo mismo los he usado tal cual en mi trabajo y mi vida. De hecho, cuando lo explico yo, recuerdo aquel día y a aquella persona.

Quizá algunos se reconozcan en historias que me contaron, explicaciones, ejemplos, detalles... Sirva esto también como un reconocimiento a todos ellos.

Esas personas son recordadas y están vivas dentro de los que aprendimos de ellas, y son innumerables los regalos que me dieron al compartir conmigo sus ideas y conocimientos.

También me gustaría dedicarlo a todos aquellos que hayan aprendido algo a través mío: mis alumnos, mis lectores y aquellos que hayan cruzado su camino conmigo.

***

Muchas son las personas que ayudaron a su producción, entre otros: mi hermana Mari, sin la que no soy yo mismo; Juan y Encarni, que siempre respaldaron el proyecto; los que me quieren y me sostienen; Mª Cruz por su apoyo y consejo sobre el original… A todos ellos, gracias.

Quizá sean millares los que compartieron todo este conocimiento conmigo, mis padres, mis hermanos, familiares, profesores, alumnos, amigos, compañeros, los autores de los libros que leí, las páginas web que consulté... También vaya mi agradecimiento para ellos.

Y… Gracias a Dios, detrás de todo.

1. ¿Por qué la nieve es blanca?

Parece una pregunta extraña, aunque también lo parecía «¿Por qué el cielo es azul?».

Sabemos que la nieve es agua congelada, igual que lo es el hielo. ¿Qué hace que uno sea transparente y la otra blanca?

La nieve está formada por cristales de hielo de hermosas formas hexagonales, si la vemos con algunos aumentos.

La cuestión es que entre esos cristales hay aire. Esas zonas con aire difunden la luz, aunque su tamaño es suficientemente grande para que no se aprecie selección cro­mática. Por eso la luz difundida se ve blanca.

Es un efecto parecido al que provocan las minúsculas gotas de agua en las nubes, que hace que se vean también blancas.

Así que la luz blanca que vemos proviene de la dispersión que produce el aire entre los cristales de la nieve.

Y, ¿qué pasa con los osos polares?... Pues asómbrense, su pelo tampoco es blanco.

Su pelo es transparente, pero hueco. En su interior hay aire que difunde la luz como lo hace la nieve, y así se mimetizan.

¿Qué hacen los osos en invierno?, [135]

2. ¿Por qué no se debe sacar un puñal clavado?

Cuando respiramos aumentamos o disminuimos el tamaño de nuestra caja torácica.

Hay unos músculos que se encargan de esta tarea.

Los músculos intercostales (entre las costillas) y el diafragma. Busquen este último justo entre el estómago y el final del esternón (hueso en el centro del pecho). Seguro que pueden hacerlo resaltar… Prueben, prueben.

Cuando aumentamos el volumen, la presión interior desciende y entra aire del exterior para compensarla.

Cuando disminuimos el volumen, la presión interior aumenta y sale aire del interior para compensarla.

Podemos hacernos conscientes de este proceso, pararlo a voluntad (un ratín) o alterar su frecuencia. En oriente son muy populares los ejercicios respiratorios, a veces relacionados con la vida espiritual.

Los delfines, que respiran aire como nosotros, lo hacen siempre conscientemente; en otro caso se ahogarían. Esto les lleva a… ¡no poder dormir nunca! En realidad dejan «durmiendo» una mitad del cerebro mientras la otra trabaja, ¡qué cosas!

Volvamos a las personas, ¿qué ocurre cuando una herida (de arma blanca, por ejemplo) perfora nuestro pecho y llega a los pulmones?

El aire encuentra otro camino para compensar las presiones interior y exterior y… nos asfixiamos en pocos minutos, porque no podemos hacer llegar oxígeno a nuestra sangre o desembarazarnos del dióxido de carbono.

Por esto no debe retirarse el objeto que se haya clavado (esto suena cruel, pero es crucial) y, si se aprecia burbujeo en la sangre que sale de la herida, debe sellarse.

Una manera sencilla es hacerlo con un trozo de plástico fino como el que llevan por el exterior los paquetes de tabaco.

¿Cuánto tardamos en morirnos?, [35]

3. ¿Por qué el pegamento no se pega cuando el bote está cerrado?

Algunos adhesivos están compuestos por una sustancia activa y un disolvente.

Cuando el disolvente se evapora la sustancia ac­ti­va solidifica y se adhiere a las piezas que se querían unir.

Si el recipiente está cerrado el disolvente comienza a evaporarse, pero la concentración cada vez mayor en el espacio dentro del recipiente hace que la evaporación del disolvente no continúe. Es un efecto parecido al que conseguimos cuando dejamos cerradas las botellas de bebidas con burbujas para que no se vaya el gas.

De esta forma no se trata tanto de que el aire no entre en contacto con estos pegamentos como de que se dejen bien cerrados los botes.

¿Qué es el velcro?, [48]

4. ¿Para qué vale el martillo del pez martillo?

Los animales tienen «sensores» como nosotros: ojos, olfato, etc., pero estos son unas veces más sensibles que los nuestros y otras menos. Otras veces, simplemente están sintonizando «emisoras» diferentes (insectos que ven el ultravioleta donde nosotros no vemos). Pero también hay animales que poseen sensores de los que nosotros carecemos.

Un buen ejemplo son los tiburones. Al parecer son capaces de notar los campos magnéticos que se producen alrededor de los seres vivos debido a su actividad eléctrica (nervios, etc.).

Los tiburones tienen unos pequeños orificios cerca del morro por los que detectan estos pequeñísimos campos magnéticos.

En el caso del pez martillo (un tipo de tiburón), tenemos una gran superficie dedicada a todos estos sensores. Es como un detector de metales.

Nada muy próximo al fondo rastreándolo y, de vez en cuando, detecta algo enterrado en la arena, lo «incordia» un poco, y pronto sale algún pez que estaba allí camuflado y al que ahora le quedan pocas oportunidades.

¿Se puede morir de sed en el mar?, [201]

5. ¿Por qué no se gasta el agua?

La bebemos, la usamos y la tiramos..., pero volvemos a los pozos, a los ríos, a los manantiales y encontramos otra vez agua potable.

Sin duda tiene que haber un «mecanismo» en la Tierra que purifique de nuevo el agua. Si no, en pocos años estaríamos rodeados de «agua de fregar» y «pises»...

¿Qué origen tiene el agua limpia que nos llega?

La lluvia.

O la nieve... lluvia congelada.

O el deshielo en las cumbres... de la nieve... lluvia congelada.

O los manantiales que surgen del suelo, las aguas subterráneas... lluvia filtrada al suelo.

Así que el agua limpia cae del cielo, pero ¿cómo llega allí?

Sabemos que si calentamos agua y llegamos a 100o C el agua líquida comienza a convertirse en vapor, en gas. De lo que a veces no somos tan conscientes es de que tam­bién hay evaporación por debajo de la temperatura de ebullición. No te extrañes... lo ves a diario cuando se seca la ropa tendida, o tu mismo sudor.

Hay un problema: si el agua que tenemos aquí abajo está sucia y cuando llueve está limpia, ¿en qué momento se «purifica»?

Sin duda es en la evaporación. Las moléculas de agua que pasan a estado de gas lo hacen sin arrastrar consigo las partículas de suciedad, la sal (en el caso de los mares y océanos), etc.

Para entenderlo miremos a menor escala. Algunos de los contaminantes están simplemente «al lado del agua», son partículas de polvo o suciedad que pueden incluso eliminarse por un sencillo filtrado.

Miremos a menor escala aún. Algunas sustancias se han enlazado con las moléculas de agua, pero allí siguen el hidrógeno y el oxígeno. Lo único que tenemos que hacer es romper esos enlaces o superar esas fuerzas, y una forma muy sencilla es pasar el agua a estado gaseoso. Las moléculas se agitan y se liberan como un perro que se sacude para secarse.

Hagamos un experimento. Toma un vaso de agua caliente y disuelve toda la sal que sea posible (hasta que quede en el fondo por más que remuevas). Cambia el líquido de vaso y deja que el agua se vaya evaporando. En poco tiempo empezará a aparecer de nuevo sal en el fondo, y si dejas que toda el agua se evapore, encontrarás el fondo lleno de sal. Este es el procedimiento que se sigue para extraer el agua del mar en las salinas.

Este «evaporarse y llover» es lo que constituye el ciclo del agua: el agua circula por los ríos, las corrien­tes subterráneas, y a esto se añaden los deshechos líqui­dos animales o vegetales; llega todo junto a los mares y océa­nos. El agua se evapora por todas partes, principalmente de mares y océanos. Esta misma agua cae en forma de precipitaciones (lluvia, nieve, etc.) y engrosa los caudales de ríos y aguas subterráneas.

Un problema que se puede encontrar en el ciclo son los puntos de «fuga».

Sabemos que el agua no se escapa al espacio, ni se va al interior de la Tierra.

Los seres vivos mantenemos agua en nuestros organismos (en el caso de un adulto, en torno a un 70% de su peso), pero también visitamos el baño. Intercambiamos el agua, no la destruimos.

Otro problema es que el ciclo se desequilibre, que se genere más agua sucia de la que se puede purificar, o que se gaste el agua potable demasiado aprisa.

Este es el problema de nuestro mundo actual: agotamos manantiales, pozos, contaminamos ríos y mares. En cualquier caso lo que generamos es una escasez de agua potable, no de agua.

¿Qué es un iceberg?, [188]

7. ¿Aviones en la Luna?

¿Es posible usar aviones en la Luna? La verdad es que no, podremos usar otros ingenios voladores, pero aviones no.

Los aviones vuelan gracias a sus alas. Las alas del avión al atravesar el aire producen unas diferencias de presión encima y debajo del ala que hacen que se genere una fuerza hacia arriba que sostiene al avión.

En la Luna no hay aire... en la Luna no habrá sustentación... en la Luna no habrá aviones.

Un fenómeno parecido ocurre cuando en la Tierra se intenta volar demasiado alto con un avión. A mucha altura, la atmósfera se hace menos densa, se rarifica. El efecto sustentador no es suficiente para mantener el peso del avión y este cae.

¿Qué son las G’s?, [22]

8. ¿Por qué se riza el pelo con la humedad?

En el pelo hay proteínas, y estas están formadas por aminoácidos. Los aminoácidos serían como los eslabones de la cadena que es la proteína. Esta cadena puede es­tablecer uniones estables entre distintos eslabones for­mando estructuras tridimensionales.

Los aminoácidos contienen átomos de azufre.

Los átomos de azufre pueden formar puentes entre distintos aminoácidos, que se llaman puentes disulfuro.

Al unirse unos aminoácidos con otros, las cadenas de proteínas se retuercen aún más y producen el rizado del pelo.

El hecho de que esto ocurra más fácilmente cuando hay humedad es porque las moléculas de agua también generan puentes, llamados puentes de hidrógeno, que facilitan la formación de los puentes disulfuro.

Ahora vemos claramente por qué calentamos el pelo para alisarlo; lo deshidratamos y liberamos los puentes de hidrógeno.

¿Qué son las enzimas?, [25]

9. ¿Por qué ahorran las lámparas de alto ren­dimien­to?

¿Cómo puede ser que una lámpara dé la misma luz consumiendo menos energía? ¿Nos están dando «gato por liebre»?

Tomemos una bombilla incandescente normal. Acércate con mucho cuidado y verás que está muy caliente. No la toques, porque te quemarás… incluso si ha sido apagada hace poco tiempo.

Lo que pensábamos que era un aparato que convertía la electricidad en luz, es en realidad un aparato que transforma la electricidad en luz y en calor.

Este calor no es algo que deseemos, pero sí que pagamos.

La manera de mejorar el rendimiento consiste en que un mayor porcentaje de energía eléctrica se convierta en luz y menos en calor.

Por su funcionamiento interno podríamos considerarlos pequeños fluorescentes, y constituyen un considerable ahorro.

A pesar de que cuesten más caras que las usuales, su vida útil ronda las diez mil horas de funcionamiento (unas diez veces más que una bombilla convencional) y por su consumo de electricidad (unas cuatro o cinco veces menor) son una inversión de lo más ventajosa.

La tarifa nocturna, [30]

10. ¿Para qué vale la reproducción sexual?

No se agolpen... yo también podría dar esas razones que estáis pensando. Pero la pregunta es, ¿por qué es más favorable evolutivamente reproducirse sexualmente?

Cuando nos reproducimos pasamos nuestros genes a la siguiente generación.

Si la reproducción es asexual (bipartición, por ejemplo), los descendientes son idénticos a los progenitores. De esta forma tendríamos una población que, salvo las mutaciones, sería una repetición del mismo individuo. Con las mutaciones habría algo más de variabilidad, pero no demasiada.

Si la reproducción es sexual, los genes de los progenitores se combinan, dando lugar a unos descendientes que no son idénticos a los progenitores y tampoco idénticos entre sí. Así conseguimos que cada individuo sea diferente, y la variabilidad dentro de la especie aumenta.

¿De qué nos sirve?

No olvidemos que no estamos solos, estamos en un entorno en concreto, rodeados por otras especies y en una cierta competencia o por lo menos reparto de recursos. Si nuestra especie presenta un mayor abanico de tipos de individuo es más fácil que alguno de ellos sea apto para ese entorno en particular y nuestra especie se perpetúe.

Por esto la reproducción sexual y la recombinación de genes que significa se ha «popularizado» tanto entre los seres vivos, ya que se trata de una estrategia evolutiva favorable... y entretenida.

¿Qué es la selección natural?, [49]

11. ¿Por qué titilan las estrellas?

Las estrellas vistas desde el espacio no titilan; así que si desde la superficie de la Tierra titilan, debemos echarle la culpa a la atmósfera, como siempre.

Las estrellas deberían verse como puntos de luz sin otra forma, dada su lejanía, pero por efectos ópticos asociados al ojo o a los instrumentos de observación, en rea­lidad lo que vemos son «pequeñas manchas de luz».

Por otra parte, la atmósfera no permanece en reposo, ni la composición o densidad de sus distintas capas es igual ni constante. De esta forma, al atravesar la atmósfera, la luz resulta desviada y la posición de la estrella varía muy ligeramente, y se aprecia como un «parpadeo» que es el efecto que llamamos titilar.

En cambio los planetas no titilan. Esa es precisamente una de las maneras para distinguirlos en el cielo.

Los planetas están muchísimo más cerca que las estrellas y la imagen que se forma en nuestra retina es un pequeño círculo.

De esta forma, si algún rayo resulta desviado por la atmósfera, el resto de rayos sigue formando la imagen del pequeño círculo que vemos y no apreciaremos movimiento.

¿Qué son las auroras boreales?, [70]

12. ¿Están bien los mapas?

No… están mal.

Pero es que no está mal uno… están mal todos.

La Tierra es aproximadamente esférica (sí, ya sé, achatada por los polos…).

Si intentamos hacer una representación plana de una superficie esférica… estamos condenados al fracaso. La esfera es una superficie no-desarrollable.

Así, podemos intentar conservar alguna característica, pero tendremos que sacrificar otras.

Por ejemplo, los círculos polares en la mayoría de las representaciones están extendidos por toda la parte superior y la inferior del mapa, cuando no son tan extensos. En estas partes las distancias están deformadas.

La más utilizada y conocida es la de Mercator, en la que meridianos y paralelos forman una cuadrícula, los meridianos equiespaciados, los paralelos más juntos según nos acercamos a los polos. Porque el desarrollo se hace partiendo del ecuador, donde el mapa es más exacto.

En esta representación se respetan las formas, pero pagamos el precio de no representar fielmente las áreas. Si observamos un mapamundi tradicional podríamos pen­sar que África es mucho más pequeña de lo que en realidad es.

En cambio en la proyección de Peters, en la que se presta más atención a la conservación de las áreas, recibimos una lección de humildad como habitantes de un pequeño hemisferio norte. El precio que se paga es la distorsión en la forma de los continentes.

Hay otros tipos de proyecciones. Queda a elección del usuario el tipo de proyección que le será más útil según quiera navegar, distribuir tierras, etc.

En cualquier caso, empezar la proyección cerca del lugar que nos interesa y reducir la zona representada minimizan los errores.

Pero no se empeñen… la mejor representación de una esfera es... una esfera.

¿Qué son los husos horarios?, [38]

13. ¿Qué es la navaja de Ockham?

Padres y madres de todo el mundo han oído explicaciones como esta: «… fue un enanito que vino y lo tiró todo… de veras…» y, para bien o mal de sus hijos, no las creyeron.

Sin saberlo, aplicaron el mismo principio que los cien­tíficos, y que se atribuye al filósofo Guillermo de Ockham: «La navaja de Ockham».

Es un principio de economía. Aquí no se trata de economizar dinero sino argumentaciones y elementos («En igualdad de condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta»).

Veamos la aplicación.

Ante un fenómeno podemos dar muchas explicaciones que son consistentes con los hechos conocidos (no los contradicen).

El enanito que viene…

Un elefante que entró…

Un tornado que se formó y disolvió…

... el único humano a la vista…

No tenemos hechos experimentales que hagan imposible alguna de las teorías anteriores.

La diferencia entre las tres primeras y la última es que la última no necesita de elementos nuevos o externos para explicar el fenómeno, de los que no tenemos noticia ni evidencia experimental. Es la teoría más «económica».

La historia de la ciencia demuestra que, aunque qui­zá la hace más lenta, este principio logra que los pasos se­an más seguros.

Un ejemplo de la aplicación de este principio fue la eliminación del éter en las teorías científicas. Con el tiempo se convirtió en un elemento superfluo, que no facilitaba la explicación de más fenómenos, del que no había evidencia experimental y que resulta pues innecesario.

Hay que dejar claro que, si mañana un experimento pone de relevancia que hay algo parecido al éter, no habrá ningún problema en que vuelva a aparecer, siendo ahora necesario para explicar fenómenos y dejando de ser superfluo.

A la vista de esto un padre científico responsabilizará al muchacho… a pesar de que pueda haber algún enanito sonriendo en algún rincón, pero estaremos atentos en los próximos fenómenos para ver si lo «pillamos».

¿Por qué no se debe sacar un puñal clavado?, [2]

14. ¿Cómo mantenemos el equilibrio?

Tenemos un difícil cometido, mantenernos en pie.

Algunos de nosotros, especialmente dotados, podemos hacerlo sobre una sola pierna o incluso sobre la punta de una sola pierna…

No se sonrían… es extremadamente difícil conseguir que un robot haga lo mismo.

¿Habéis probado a hacerlo con los ojos cerrados? También sale.

Podemos decir, por tanto, que el equilibrio no reside en la vista, o no sólo en la vista.

Hay un órgano en la parte interna del oído que se llama laberinto.

Algunas de sus partes sirven al sentido del oído, pero aquí queremos ocuparnos de una muy concreta: el vestíbulo (dividido en utrículo y sáculo) y los tres canales semicirculares.

En el vestíbulo hay dos conjuntos de «pelillos» sensibles cubiertos por una masa gelatinosa que responde a la gravedad, de manera que de las señales que producen estas vellosidades obtenemos información sobre la posición de nuestra cabeza.

En la base de los canales semicirculares hay de nuevo una estructura similar, pero en este caso el estímulo se produce ante el giro. De aquí obtenemos información sobre nuestro estado de movimiento.

Parece ser que también existen sensores en las articulaciones que nos envían información que combinamos con toda la anterior para conocer nuestro estado de equilibrio.

A veces sobreviene el mareo cuando la información de todas estas fuentes resulta contradictoria. Hagamos un experimento.

Gira bastantes veces con los ojos abiertos y después detente y que alguien mire tus ojos; verás que no puede dejar de reírse. Ahora que gire él y tú miras. Los ojos rea­lizan movimientos de vaivén laterales intentando buscar un punto fijo, los sensores de nuestro oído interno mandan señales extrañas… y a veces hasta nos caemos.

Es frecuente que algunas infecciones o enfermedades que afectan al oído interno (a veces una simple otitis), produzcan mareos al interferir con la información que se envía sobre nuestra posición y estado de movimiento.

¿Qué es el tiempo de reacción?, [138]

15. ¿Por qué aumenta la presión bajo el agua?

La presión que sentimos tiene que ver bastante con «las cosas» que tenemos encima.

Cuando estamos fuera del agua, la presión atmosférica es el peso del aire que tenemos sobre nuestra cabeza.

Cuando nos metemos dentro del agua, a esa presión hay que añadir el peso del agua que tenemos por encima.

Ese peso será mayor cuanto mayor sea la densidad del agua, mayor en agua de mar que en piscinas.

Como regla aproximada diremos que cada diez metros la presión aumenta una atmósfera.

Este aumento de presión provoca fenómenos como el taponamiento de los oídos, o tan graves como el cambio de la composición de gases de la sangre.

Cuando se bucea a cierta profundidad se debe ascender a poca velocidad para que el cuerpo vaya compensando la presión y no se formen burbujas de nitrógeno, lo que podría producir incluso la muerte. Una regla general es: no ascender más rápido que las burbujas que expulsas.

También hay cambios de presión cuando se viaja en avión. Y, desde luego, no es una buena idea mezclar ambas cosas… los buceadores deben dejar pasar ciertas horas antes de tomar un avión, dependiendo de la profundidad y duración de las inmersiones.

¿Para qué vale el martillo del pez martillo?, [4]

17. ¿Qué es un nicho ecológico?

Empecemos por decir qué es un ecosistema.

Un ecosistema comprende: un medio ambiente con sus condiciones, los seres que allí viven y las relaciones de los organismos entre sí y con el hábitat.

En un ecosistema las especies cumplen una serie de funciones y muestran unas ciertas características; se puede ser depredador o presa de determinada especie, te puedes encargar de descomponer los cadáveres de otros, etc.

A ese conjunto de funciones y características se le llama nicho ecológico.

Especialmente interesante es el caso en el que se hace desaparecer una especie de un ecosistema o se introduce otra que no se encontraba con anterioridad.

En el primer caso, el nicho queda vacío y es más que probable que alguna especie intente ocuparlo o que esas funciones se repartan entre otras.

En el segundo, la nueva especie puede ocupar un nicho ecológico que estaba «vacante» (ser depredador de otra especie a la que nadie atacaba), desplazar de su nicho a una especie aborigen, o quizá sea incapaz de subsistir ante la competencia de las especies aborígenes.

Un conocido ejemplo de estas situaciones se ha dado con las migraciones de los humanos, a las que se han sumado los animales que trajimos con nosotros.

En Australia se introdujo el conejo y debido a la falta de depredadores naturales y a la abundancia de recursos se reprodujeron con tanto éxito que se han convertido en una verdadera plaga.

Cuando algo así ocurre, o cuando alguna especie es eliminada, el ecosistema evolucionará hacia otro punto de equilibrio que puede estar muy cerca del anterior (impacto casi nulo) o bastante «lejos». Esta lejanía puede llevar a enormes cambios en las poblaciones, como la des­aparición de otra especie que resulte muy desfavorecida por la nueva situación, o incluso cambios en el hábitat (por ejemplo distintos tipos de árboles pueden cambiar la composición química del suelo –caso del eucalipto–, o la falta de árboles llevar a la pérdida de la capa superficial y a la desertización).

¿Para qué vale la joroba del camello?, [159]

18. ¿Qué es la escala de dureza de Mohs?

Ser duro significa ser difícil de rayar. Lo contrario es ser blando.

De esta manera tenemos un criterio relativo para medir la dureza.

Si el objeto A raya al B: A es más duro que B.

Si el objeto B raya al A: B es más duro que A.

Si los dos se rayan mutuamente: sus durezas son iguales.

Ahora nos basta con dar unos valores patrón para poder relacionarlos con los objetos que tomemos.

A este tipo de escalas se las llama semicuantitativas, y aunque no son demasiado precisas sí resultan muy útiles. Esta escala es ampliamente utilizada en el estudio de los minerales.

Los patrones, del uno al diez, son los siguientes:

1. Talco

2. Yeso

3. Calcita

4. Fluorita

5. Apatita

6. Feldespato

7. Cuarzo

8. Topacio

9. Corindón

10. Diamante

De esta forma, si un objeto puede ser rayado por el cuarzo, pero no por el feldespato, tendremos un objeto de dureza seis y pico.

Valores de dureza de objetos cotidianos son: las uñas, entre dos y tres; monedas, entre tres y cuatro; clavos, entre cuatro y cinco; vidrio, entre seis y siete.

Esta no es una escala proporcional, el diamante no es diez veces más duro que el talco, pero nos ofrece una relación de orden: «qué es más duro».

Para saber «cuánto más duro», hay procedimientos más técnicos que miden profundidades de rayado, de marcas por golpeo, etc.

Como en tantos casos, no se trata de «mejor» sino de más adecuado, y para los aficionados a los minerales, por ejemplo, esta sencilla escala de dureza es probablemente suficiente.

¿Qué es un fósil?, [99]