Profetas Menores I - Dr. Brian J. Bailey - E-Book

Profetas Menores I E-Book

Dr. Brian J. Bailey

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Beschreibung

El primer volumen del Dr. Bailey sobre los Profetas Menores se enfoca en el libro de Oseas con el tema de la Restauración de los caídos. En este libro usted puede ver el corazón de Dios en Su compasión y Su amor constante para restaurar a los que se han apartado. Este estudio es una excelente guía para adquirir mejor entendimiento del corazón compasivo de nuestro Padre celestial y para ver la necesidad de desarrollar un corazón como el de Él para que cuidadosamente, con amor y con sabiduría podamos guiar a los que se han apartado a una restauración completa con Dios, su Padre celestial.

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PROFETAS MENORES I

El libro de Oseas

LA RESTAURACIÓN DE LOS CAÍDOS

Versión 1.1

por

Título original:

“Minor Prophets I, The Book of Hosea”

The Restoration of the Backslider

© 1997 Brian J. Bailey.

Revised 2009 (Version 1.1)

Título en Español:

“Profetas Menores I, el libro de Oseas,

La restauración de los caídos”

© 2004 Brian J. Bailey.

Diseño de portada: © 2005 Zion Fellowship, Inc.

Publicado por Zion Christian Publishers

Todos los derechos reservados.

Traducción al español por: Verónica Lozada de Roque

Edición: Enrique y Loreta Carbajal, Carla Borges.

Primera edición en español impresa en diciembre 2004.

A menos que se indique lo contrario las citas son tomadas de la Santa Biblia versión Reina-Valera © 1960, propiedad de Sociedades Bíblicas Unidas.

Publicado en formato e-book en [noviembre 2017]

En los Estados Unidos de América.

ISBN versión electrónica (E-book) 1-59665-593-3

Para obtener mayor información comuníquese a:

Zion Christian Publishers

Un ministerio de  Zion Fellowship ®

P.O. Box 70

Waverly, New York 14892

Teléfono: +1 607-565-2801

Fax: +1 607-565-3329

www.zcpublishers.com

www.zionfellowship.org

ISBN 1-890381-64-0

AGRADECIMIENTOS

A Verónica Lozada de Roque, quien realizó la traducción de este libro.

A Enrique y Loreta Carbajal, por su ayuda en la revisión y corrección del manuscrito de este libro.

A Carla Borges, por la edición final y diseño de la portada.

Equipo Editorial: Carla Borges, Anita Kropf, David Kropf, Hannah Schrock, y Suzanne Ying.

Deseamos extender nuestro agradecimiento a todas esas personas queridas, pues sin sus muchas horas de inestimable ayuda este libro no hubiera sido posible. Estamos verdaderamente agradecidos por su diligencia, creatividad y excelencia en la compilación de este libro para la gloria de Dios.

INTRODUCCIÓN

Trasfondo político y económico

Los reyes de Judá que reinaron durante la vida del profeta Oseas fueron Uzías, Jotám, Acáz y Ezequías. Aunque hubo más reyes de Israel que reinaron durante el periodo de la vida de Oseas, el único rey mencionado es Jeroboam II que comenzó a reinar en el año 793 a.C. El rey Uzías reinó del 792-740 a.C., y el rey Ezequías terminó su reinado en el 686 a.C.

Podemos ver que Oseas profetizó durante un largo periodo de tiempo, aproximadamente sesenta años. Durante este tiempo, los principales profetas fueron Isaías, Oseas, Amós y Miqueas. Isaías y Miqueas ministraron principalmente al reino del Sur, Judá; mientras que Oseas y Amós profetizaron al reino del Norte, Israel.

Al principio del ministerio de Oseas, Israel experimentó una gran prosperidad económica, especialmente durante los reinados de Uzías y Jeroboam, pero más tarde la economía de la nación se deterioró. Hacia el año decimocuarto del rey Ezequías, el ejército asirio había subyugado a todo Judá, con excepción de Jerusalén, a la que tenían sitiada. En el tiempo en que Oseas profetizó, sus profecías parecían imposibles, pero Dios conoce el futuro. Él declaró que traería un juicio sobre los Israelitas debido a su estilo de vida. El juicio principal en ese tiempo, vino en la forma de Sargón, rey de Asiria, él cual tomó Samaria. Isaías profetizó exactamente el mismo acontecimiento (Isaías 1:7-9). Isaías y Oseas, vivieron prácticamente en el mismo tiempo, y profetizaron en los días de Uzías, Jotám, Acáz y Ezequías (Is. 1:1; Os. 1:1).

Aunque en ese tiempo Dios advirtió de los juicios venideros, Él también prometió que habría una restauración para Israel y que ellos serían regresarían a su tierra. Sin embargo, esta restauración no ocurrirá hasta después de unos 2.700 años, cuando Cristo venga por segunda vez. En el año 722 a.C. Samaria cayó ante el pueblo asirio, y en los siguientes años fue dispersada por todas las naciones de la Tierra. En el tiempo de Oseas, el reino del Sur de Judá se había mantenido fiel al Señor, por lo que, Dios prometió proteger a Judá, lo cual fue cumplido cuando Senaquerib sitió a Jerusalén. (Ver 2 R. 19:35).

Tema

El tema principal del libro de Oseas es la restauración de los caídos. Nosotros podemos ver la sublime compasión de Cristo al tratar con la gran rebeldía de la nación de Israel. Dios ama a los caídos, aunque Él no ama su pecado. Dios usó a la esposa de Oseas, la infiel Gomer, para demostrar Su firme e inmutable amor por la rebelde Israel. Los capítulos del 1 al 3 nos describen la vida familiar del profeta Oseas, y los capítulos del 4 al 14 nos hablan del pecado de Israel, los juicios que vendrían y su restauración final.

BOSQUEJO

Parte 1 La familia del Profeta (1:1-3:5).

Parte 2 La condenación de los sacerdotes, los reyes y el pueblo (4:1-5:15).

Parte 3 Un llamado para regresar a Dios (6:1-3).

Parte 4 Una continua condenación por la mentira (6:4-7:16).

Parte 5 Una advertencia de los juicios venideros

El cautiverio en Asiría y Egipto (8:1-10:15).

Parte 6 La compasión de Dios por Israel (11:1-12).

Parte 7 Un repaso histórico de Israel (12:1-14).

Parte 8 La predicción de la destrucción de Samaria (13:1-16).

Parte 9 La restauración final de Israel (14:1-9).

Mapa de Israel

Parte 1

LA FAMILIA DEL PROFETA

1:1 - 3:5

La primera sección del libro de Oseas, que abarca del capítulo 1:1 al capítulo 3:5, se concentra en la vida familiar del profeta Oseas, sus hijos y su infiel esposa. Esta sección nos relata el matrimonio de Oseas con Gomer, los hijos que tuvieron juntos, la infidelidad de Gomer, su adulterio, y su restauración. El amor inagotable de Oseas por Gomer y el consentimiento en aceptarla nuevamente, fue un ejemplo que Dios usó para revelarle a Israel Su amor inalterable hacia Su pueblo, a pesar de que ellos le habían sido infieles.

CAPÍTULO UNO

1:1 –“Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotám, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joaz rey de Israel”. El libro de Oseas se desarrolla durante los reinados de Uzías, Ezequías y Jeroboam II. Esto sucedió durante un tiempo de gran prosperidad económica en Israel. Uzías fue un gran estratega militar, así como lo fue Jeroboam II. Ambos recuperaron tierras que habían sido perdidas por los gobernantes anteriores. 2 Reyes 14:25 registra cómo Jeroboam restauró los límites de Israel y recuperó a Damasco bajo el dominio de Israel. 2 Crónicas 26:5-15 nos habla de las victorias de Uzías en contra de los filisteos y de los árabes, y cómo él incrementó grandemente la fortaleza del ejército de Judá.

Uzías fue un rey muy rico. En 2 Crónicas 26:8-10 encontramos que Uzías recibió regalos de los amonitas y cómo él obtuvo mucho ganado. Si el rey era rico, entonces podemos decir, que la gran mayoría de sus súbditos también eran ricos. Mucha gente en esos días tenía dos casas, una casa para el invierno y otra para el verano, como lo vemos en Amós 3:15: “Y heriré la casa de invierno con la casa de verano, y las casas de Marfil perecerán; y muchas casas serán arruinadas, dice Jehová”.

Parecía que todo se encontraba bien. Sin embargo, Jeroboam II no fue un buen gobernante. Uzías fue un buen hombre, pero al final de su vida él se volvió orgulloso. Él trató de usurpar el ministerio sacerdotal, y en consecuencia, fue herido de lepra (2 Cr. 26:16-21). Del mismo modo, el rey Acaz no fue un buen hombre. Ezequías, por el contrario, fue uno de los mejores reyes que Judá haya tenido.

1:2 –“El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas, dijo Jehová a Oseas: Vé, tómate a una mujer fornicaria, [“una esposa de prostitución” o “una esposa adultera”] e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová”. Las vidas de los antiguos profetas representaban su propio mensaje, sus vidas ilustraban sus profecías (ver Ezequiel capítulos 4-5). Es importante entender esto al estudiar la vida de Oseas.

Oseas profetizó primeramente a las diez tribus apóstatas del Norte de Israel. Tan pronto como fue inaugurado el reino del Norte, su primer rey, Jeroboam I, instituyó un nuevo orden de adoración. Él colocó becerros de oro en la tierra de Dan al Norte, y al Sur en Bethel, y condujo a todo Israel hacia la idolatría. Asimismo, Israel también se enredó en el pecado de adulterio. Así que, por cuanto Oseas fue llamado a profetizar al reino del Norte, su vida representaba el mensaje de Dios para la rebelde Israel. La nación se vio reflejada a sí misma en la vida de Oseas, y en las cosas que le sucedieron a él.

Oseas tenía un nivel muy alto de consagración y dedicación al Señor. Él fue llamado por Dios para casarse con una mujer que estaba en una terrible condición. Gomer fue una señal de la infiel nación de Israel. Así como Israel había fornicado grandemente y se había apartado del Señor, de igual modo Gomer dejó a su esposo Oseas siéndole infiel.

El profeta compañero de Oseas fue Isaías. Estos dos profetas ejemplifican al Señor, y sus esposas fueron el ejemplo de los reinos a los que ellos profetizaron. La esposa de Isaías fue profetiza y una esposa pura y fiel. Isaías tipificaba al Señor, y su esposa a la fiel tribu de Judá, el reino del Sur. El hijo de Isaías también fue un tipo del Señor Jesucristo, y su nacimiento es figura del nacimiento virginal de Cristo. Por el contrario, Gomer la esposa de Oseas, tipificaba a Israel (infiel y adúltera), y los nombres de los hijos de Oseas rebelan el juicio de Dios que vendría sobre Israel. Oseas manifestó el amor y el perdón del Señor al restaurar a Gomer __que nos habla de la restauración que el Señor tiene preparada para Israel en los últimos días, después de un tiempo de juicio y purificación.

Dios tiene un tema en particular que Él quiere desarrollar en nuestras vidas como cristianos. Es por esta causa, que nosotros experimentaremos circunstancias que otras personas no pasarán. El apóstol Pablo dijo en 1 Timoteo 1:16, que Dios le había llamado para manifestar Su clemencia por medio de él. La vida del apóstol Pablo fue una vida de sufrimiento. Esta fue la verdad primordial que Dios quiso formar en la vida del apóstol Pablo.

1:3, 4 –“Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo. Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jezreel; porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel”. Oseas se casó con Gomer, y ella dio a luz un hijo, a quien el Señor le dijo a Oseas que le llamara: “Jezreel”, que significa: “Dios siembra”. Su nombre nos habla de fertilidad y también se refiere al valle de Jezreel que separa a Galilea de Samaria en el norte de Israel. Este es el lugar en donde Jehú mató a los hijos de Acab para recuperar el trono de Israel (2 R. 10:1-11).

Es muy importante que entendamos la verdad que está ilustrada en el versículo 4. Dios está diciendo que Él va a vengar la sangre de Jezreel de la casa de Jehú. Jehú fue el bisabuelo de Jeroboam II, quien reinaba en el tiempo de Oseas.

Jehú no era descendiente de la línea real sino un capitán del ejército de Acab. Él fue levantado y comisionado por Dios para matar a todos los hijos de Acab (2 R. 9:1-10). Cuando Jehú cumplió la comisión que Dios le había mandado, el Señor le prometió que sus hijos se sentarían sobre el trono de Israel hasta la cuarta generación, dinastía que terminó con Zacarías (2 R. 10:30). Sin embargo, a pesar de que Jehú cumplió la voluntad de Dios, él derramó mucha sangre y se deleitó en ello. Además, él se rehusó a guardar la Ley de Dios aun después de que el Señor le dio tan maravillosa promesa. La sangre que Jehú derramó, aunque era la sangre de gente impía, tenía que ser expiada. Por lo tanto Dios dijo que Él vengaría la sangre de Jezreel sobre la casa de Jehú. (2 R. 10:29-31).