¿Qué es filosofía? - Edith Stein - E-Book

¿Qué es filosofía? E-Book

Edith Stein

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"En este escrito, en el que se figura un diálogo entre Tomás de Aquino y Edmund Husserl, asistimos a la primera manifestación del acercamiento de la fenomenóloga a la filosofía de Tomás de Aquino, a quien comenzó a estudiar, interesada por las fuentes del pensamiento cristiano, tras su conversión al catolicismo en 1921." (del prólogo)

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opuscula philosophica 6

Edith Stein

¿QUÉ ES FILOSOFÍA?Un diálogo entre Edmund Husserl y Tomás de Aquino

Traducción de Alicia Valero Martín

Título original:Was ist Philosophie? Ein Gespräch zwischen Edmund Husserl und Thomas von Aquino

En: Edith Steins Werke. Editadas por Lucy Gelber y Michael Linssen O.C.D., Vol. XV: Erkenntnis und Glaube, Herder, Freiburg, 1993, pp. 19-48.

© 2001 Ediciones Encuentro, S.A. Segunda edición: marzo de 2008

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del «Copyright», bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.

Para cualquier información sobre las obras publicadas o en programa y para propuestas de nuevas publicaciones, dirigirse a: Redacción de Ediciones Encuentro Ramírez de Arellano 17 - 10º - 28043 Madrid Tel. 902 999 689www.ediciones-encuentro.es

Este escrito, en el que se figura un diálogo entre Tomás de Aquino y Edmund Husserl, es la primera versión manuscrita del trabajo que la filósofa Edith Stein (1891-1942) preparó en 1929 con ocasión del homenaje a Husserl en su septuagésimo cumpleaños1, y que en ese mismo año fue publicado, ligeramente modificado y eliminando su forma dialogada, en el Jahrbuch für Phänomenologie und phänomenologische Forschung2.En él asistimos a la primera manifestación del acercamiento de la fenomenóloga a la filosofía de Tomás de Aquino, a quien comenzó a estudiar, interesada por las fuentes del pensamiento cristiano, tras su conversión al catolicismo en 1921.

El encuentro de estos dos mundos filosóficos, la fenomenología y el pensamiento tomista, en la vida de la filósofa exigía una armonización. El diálogo entre ambos se enfrentaba, según Stein, a dos grandes dificultades. En primer lugar, las diferentes actitudes respecto de la relación entre razón y fe, motivo por el que la filosofía moderna descartaba la filosofía cristiana como interlocutor válido. En segundo lugar, y a consecuencia de lo anterior, la diversidad de lenguajes. La pérdida de una terminología común genera una incomprensión del pensamiento escolástico que proyecta en él la imagen de un entramado conceptual rígido, alejado del dinamismo del pensamiento vivo y no atenido a los problemas reales. Así lo expresó la propia Edith Stein en la Introducción a su obra principalSer finito y ser eterno:

«La separación total de la filosofía moderna de la verdad revelada tuvo consecuencias aún de mayor peso. La filosofía moderna no veía ya en la verdad revelada una norma para verificar sus resultados. Tampoco aceptaba ya las tareas que le fijaba la teología, sino que quería resolver las dificultades por sus propios medios. Consideraba su deber limitarse a laluz naturalde la razón, y no rebasar el mundo de la experiencia natural. Quería ser una ciencia autónoma en toda la acepción del término. Esta tendencia la llevó en gran medida a ser una ciencia atea. Por eso, la filosofía se dividió en dos grupos que caminaban separadamente, hablaban lenguas diferentes y no se cuidaban ya de comprenderse mutuamente: a saber, la filosofíamodernay la filosofía escolástica católica, que se consideraba a sí misma como laphilosophia perennis,pero que ante los ojos de las personas que le eran extrañas no pasaba de ser la doctrina privada de las facultades católicas, de los seminarios y de los colegios religiosos. Laphilosophia perennisquedó como un sistema rígido de nociones que se transmiten de una generación a otra como propiedad inanimada»3.

La tematización de estas dificultades principales en orden al mutuo entendimiento, así como la crítica al idealismo egocentrista de la filosofía husserliana (vieja preocupación de la fenomenóloga, que halló en el tomismo la base para un primer desarrollo explícito y consistente de aquélla)4, determinan los puntos en los que se distribuye el trabajo que nos ocupa. Por su brevedad, así como por ser la primera manifestación en la obra de la autora de esta exigencia de confrontación y diálogo entre fenomenología y tomismo, el texto se limita a presentar las líneas más básicas y generales de la posibilidad de este encuentro, si bien con un rigor impecable y gran profundidad.

Los estudios que Edith Stein llevó a cabo de la escolástica darían lugar más tarde a la publicación de la traducción al alemán de la obra de santo TomásQuaestiones disputatae de veritate (1931-1932)5,así como a la síntesis metafísica madura de su pensamiento enEndliches und ewiges Sein(Ser finito y ser eterno)6, fruto de los dos grandes intereses de la autora: la investigación por el sentido del ser y el afán de articular la verdad del pensamiento medieval con la del pensamiento vivo contemporáneo.

Alicia Valero Martín

Personajes:

Santo Tomás de Aquino (

T

)

Edmund Husserl (

H

)

Lugar:

Estudio del

Geheimrat

1

Husserl en Friburgo

Fecha:

8. IV. 1929, por la noche

H(solo): Bien sé que todos los que tan amablemente han venido a felicitarme lo han hecho con la mejor intención; y no me hubiera gustado que faltara ninguno de ellos. Pero después de un día tan ajetreado es difícil sosegarse y yo siempre le he dado mucha importancia a disfrutar de un momento de paz cada noche. Realmente, después de tanta charla, desearía tener un diálogo filosófico como es debido, para que todo se reordenara en mi cabeza.

(Llaman a la puerta). ¿Tan tarde? ¡Adelante!

(Un fraile vestido con capa negra sobre túnica blanca): Perdone que le moleste a estas horas, Herr Geheimrat, pero oí lo que estaba usted diciendo y he pensado que podía aventurarme a venir. Quería hablar hoy con usted, pero a solas, pues no me suelo presentar en público. Hasta ahora y desde por la mañana temprano no ha habido posibilidad de encontrarle sin compañía.

H(muy amablemente pero un poco desconcertado): Es usted bienvenido, reverendo padre. Hablando francamente: aunque he tenido más de un fraile entre mis alumnos, no recuerdo a ninguno con su misma vestimenta. Sea usted bueno y hágame el favor de refrescar mi mala memoria.

El padre (sonriente): nunca he sido alumno suyo. He seguido el surgimiento y desarrollo de su filosofía con gran interés, pero sólo desde la lejanía, y alguno que otro de sus discípulos ha venido a mí para hablarme de usted. Soy Tomás de Aquino.

H: Desde luego que esta es la mayor sorpresa que me ha deparado el día de hoy. Siéntese, por favor. Le ruego que me disculpe si no acierto a tratarle como su dignidad merece. Le agradecería que me instruyese al respecto.

T: Sin ceremonias, por favor. Tráteme como a cualquiera de los que le visitan para hablar con usted de filosofía. De hecho, para eso he venido.

H: En ese caso, por favor, siéntese aquí mismo, en este viejo sofá de cuero. Lo tengo desde mi época de Privatdozent, es muy cómodo y me he propuesto no separarme nunca de él. Yo me sentaré aquí al lado, en mi viejo sillón. Y ahora podemos empezar nuestra conversación. ¿Qué cuestión desea usted tratar? Pero... hay algo que me preocupa. Antes tengo que hacerle una confesión un tanto bochornosa. Cuando aparecieron mis Investigaciones Lógicas