¿Qué estabas esperando? - Paul David Tripp - E-Book

¿Qué estabas esperando? E-Book

Paul David Tripp

0,0

Beschreibung

Todos los matrimonios se convierten en algo que los esposos no querían. En algún punto necesitarás algo más sólido que el romance; algo más profundo que los intereses comunes y que la atracción mutua. Necesitarás expectativas diferentes y compromisos radicales, y lo que es más importante, necesitarás de la gracia de Dios.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 527

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Contenido

PREFACIO

1. ¿QUÉ ESTABAS ESPERANDO?

2. UNA RAZÓN PARA CONTINUAR

3. ¿EL REINO DE QUIÉN?

4. DIA A DIA

COMPROMISO 1: Nos entregaremos a un estilo de vida de confesión y perdón.

5. SIENDO HONESTOS: LA CONFESIÓN

6. CANCELANDO DEUDAS

COMPROMISO 2: Haremos del crecimiento y el cambio nuestra agenda diaria.

7. ARRANCANDO LA MALEZA

8. PLANTANDO SEMILLAS

COMPROMISO 3: Trabajaremos unidos para formar un vínculo robusto de confianza.

9. ARRIESGANDO EL CUELLO

10. UNA PERSONA CONFIABLE

COMPROMISO 4: Nos comprometeremos a cultivar una relación de amor.

11. TODO LO QUE NECESITAMOS ES EL AMOR

12. PREPARADOS, DISPUESTOS Y ESPERANDO

COMPROMISO 5: Negociaremos nuestras diferencias con aprecio y gracia.

13. MARAVILLOSA GRACIA

14. ANTES DE QUE OSCUREZCA

COMPROMISO 6: Trabajaremos para proteger nuestro matrimonio.

15. CON LOS OJOS BIEN ABIERTOS

16. DE RODILLAS

17. ADORACIÓN, TRABAJO Y GRACIA

¿Qué Estabas Esperando?

REDIMIENDOLASREALIDADESDELMATRIMONIO

Paul David Tripp

Publicaciones Faro de Gracia

P.O. Box 1043

Graham, NC 27253

Publicado por:

Publicaciones Faro de Gracia

P.O. Box 1043

Graham, NC 27253

www.farodegracia.org

ISBN 978-1-629460-03-1

Agradecemos el permiso y la ayuda brindada por Crossway y Paul Tripp Ministries para traducir e imprimir este libro, What Did You Expect? al español.

What Did You Expect?

Copyright © 2010, by Paul David Tripp

Published by Crossway

a publishing company of Good News Publishers

Wheaton, IL 60187, USA

This edition published by arrangement with Crossway.

All rights reserved.

© 2013, por Publicaciones Faro de Gracia. Traducción al español realizada por Victor García. Diseño de la portada por Jeremy Bennett, Kalos Grafx Studios. Todos los Derechos Reservados.

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación de datos o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio – electrónico, mecánico, fotocopiado, grabación o cualquier otro – excepto por breves citas en revistas impresas, sin permiso previo del editor.

© Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. © renovada 1988, Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.

Impreso en los Bogotá, Colombia, 2013

No hay muchas parejas favorecidas que tengan ejemplos tan distinguidos

que vayan delante de ellos.

Gracias, Tedd y Margy,

por darnos un ejemplo vivo

de cómo vivir en un matrimonio

a la manera de Dios.

Otros Títulos de Paul Tripp

publicados y distribuidos por Publicaciones Faro de Gracia: www.farodegracia.org

Instrumentos en las Manos del Redentor

Edad de Oportunidad: Una Guía para Educar a los Adolescentes (Libro y Guía de Estudio)

El Llamamiento Peligroso: Enfrentandose con los Desafíos Particulares del Ministerio Pastoral

Cómo Cambia la Gente (Cuaderno de Estudios, y Guía del Líder)

PREFACIO

Por alguna razón parece que me atrae escribir cosas para las que no soy muy bueno. El matrimonio es un buen ejemplo. Me casé a los veinte años y me sentía demasiado seguro de mí mismo. Estaba convencido de mi carácter y madurez y pensaba que el matrimonio sería fácil para mí. ¡No lo fue! No se tomó mucho tiempo para que el verdadero egoísmo e impaciencia de mi corazón fuesen revelados. Pero yo procuré negar lo que Dios estaba revelando claramente. Luché para auto-convencerme de que yo no era el problema. Me volví bueno en auto-persuadirme y me esforcé en persuadir a Luella, mi esposa, de que yo estaba en lo correcto y ella estaba equivocada. Dios en su magnificente gracia nunca cesó de buscarme y Luella estaba comprometida en ser honesta conmigo.

Iba camino al desastre y no me daba cuenta. Pero no me malentiendan; no es que yo fuese un constante monstruo, y realmente quería que mi matrimonio con Luella funcionara. El problema era que había cosas dentro de mí que hacían que el tipo de matrimonio del cual este libro trata fuese absolutamente imposible. Yo analizaba, racionalizaba, criticaba y generalmente señalaba con el dedo. Pero no había escape – yo era el problema. Había sido cercado de gracia, la que no descansaría hasta que fuese liberado de eso de lo que no podía escapar – yo mismo. Descendí pateando y gritando, pero Dios me extendió su gracia y Luella fue paciente hasta que empecé a enfrentar eso con lo que había luchado tanto para no admitir: Necesitaba desesperadamente un cambio.

Recientemente Luella y yo celebramos otro aniversario. Cuando vemos hacia atrás, nos asombramos de todo lo que ha sucedido, de todo lo que Dios ha hecho. Nos amamos el uno al otro profundamente, y estamos muy agradecidos por nuestros años juntos. Han sido ricos y apasionantes. No hemos experimentado muchos días aburridos. Nos encanta estar juntos y amamos celebrar la vida que compartimos. Pero hay algo que amamos aún más. Amamos a Jesús y su gracia transformadora. Amamos Su Palabra y la asombrosa gracia que contiene. Sabemos que nuestra historia no es una historia de éxito matrimonial. No, nuestra historia es la historia de dos personas que han sido rescatadas por la gracia y sabiduría una y otra vez. Repetidamente hemos sido perdonados y fortalecidos por la gracia de Dios. Repetidamente hemos sido atrapados, convencidos, transformados y dirigidos por su Palabra.

Si ustedes pudieran ver un video de nuestra vida juntos, se darían cuenta que no hemos “arribado.” Aún estamos siendo rescatados por esa misma sabiduría y gracia. Dios aún está trabajando para revelar y ganar nuestros corazones. Quisiéramos poder decir que la guerra del amor se terminó en nuestro matrimonio, pero no podemos. Nuestro amor propio aún se mete en el camino de nuestro amor a Dios y del uno al otro. Y cuando lo hace, nuestro matrimonio sufre. Aún hay veces cuando confiamos más en nuestros instintos que en la sabiduría de Dios, y cuando lo hacemos nuestro matrimonio sufre los resultados de nuestra necedad. Así que, descansamos en la sabiduría y la gracia de Dios, pero no descasamos en nuestro matrimonio. Mientras seamos dos pecadores viviendo en este mundo caído, habrá trabajo que hacer.

Algunas veces esto significa estar dispuestos a servir cuando eso es lo último que queremos hacer. A veces significa estar dispuestos a escuchar cuando nuestro instinto es argumentar. A veces conlleva estar dispuestos a amar aun en los momentos cuando el otro no parece merecerlo. A veces requiere pedir humildemente perdón cuando somos tentados a argüir que estábamos en lo correcto. A veces implica disponerse a pasar momentos de tensión para que la verdad sea puesta sobre la mesa. En ocasiones implica dejar pasar por alto alguna ofensa menor. Pero hay una cosa que sabemos con certeza: mientras descansamos en la gracia de Dios, somos llamados a darnos gracia el uno al otro. Y mientras celebramos la sabiduría de Dios, tenemos que decidirnos a dejar que esa sabiduría sea nuestro guía momento a momento en nuestra relación y nuestras respuestas mutuas.

Personalmente no tengo nada brillante que darles. Realmente, este libro es un testimonio de mi propio rescate. Les ofrezco a ustedes y a su matrimonio dos cosas: la transformadora y poderosa gracia de Dios y Su sabiduría que reajusta vidas. En estas dos cosas ustedes encontrarán esperanza y cambio verdadero para su matrimonio, y mientras lo hacen, también aprenderán lo que significa descansar y trabajar al mismo tiempo.

Paul David Tripp Agosto 31, 2009

COMPROMISO 1: Nos entregaremos a un estilo de vida de confesión y perdón.

COMPROMISO 2: Haremos del crecimiento y el cambio nuestra agenda diaria.

COMPROMISO 3: Trabajaremos unidos para formar un vínculo robusto de confianza.

COMPROMISO 4: Nos comprometeremos a cultivar una relación de amor.

COMPROMISO 5: Negociaremos nuestras diferencias con aprecio y gracia.

COMPROMISO 6: Trabajaremos para proteger nuestro matrimonio.

1. ¿QUÉ ESTABAS ESPERANDO?

“Nunca pensé que sería así,” dijo María. Ella se veía completamente exhausta y derrotada. Samuel solo observaba con enojo. Él no quería estar hablando conmigo de su matrimonio con María. De hecho, para decir la verdad, él no quería estar casado con María. ¡Ya estaba cansado! “Quince años – ¡quince años! – ¿Y es esto lo que tengo?”

María rehusaba responder; se sentó y se puso a llorar. “Mira lo que mi duro trabajo te da. Nadie que tú conozcas vive en una casa como la nuestra. Nadie que tú conozcas tiene las cosas que yo te he provisto. Nadie ha tenido las maravillosas experiencias alrededor del mundo que yo te he dado. Pero no, nunca es suficiente. María, estoy cansado de tus constantes quejas. Estoy cansando de la crítica diaria. Ya no quiero hacer esto más, ni creo que tú lo quieras tampoco,” dijo Samuel mientras su voz se apagaba.

Miré a Samuel y a María, y supe que no siempre había sido así. Yo me he sentado con muchas parejas mientras estaban en el proceso de considerar casarse, lo cual ha sido frecuentemente una experiencia un poco frustrante para mí. No, no me he frustrado porque ellos estuvieran “locamente” enamorados; yo creo que es maravilloso cuando un hombre y una mujer se aman el uno al otro. Entiendo que por la ansiedad del romance, se les hace difícil concentrase en el trabajo de preparación que hay que hacer. Nada de esto me ha frustrado. Pienso que el profundo afecto mutuo es una cosa hermosa.

Es este lo que me ha frustrado una y otra vez: las expectativas irreales. Allí está – lo dije. Estoy convencido que es más usual que inusual para las parejas casarse con expectativas imaginarias. Una y otra vez me he sentado con parejas que simplemente no parecen tomar en serio las cosas importantes que la Biblia tiene que decir sobre lo que cada matrimonio encontrará en el aquí y ahora. Las expectativas irreales siempre llevan al desengaño.

Tú sabes que esto es verdad si alguna vez has visto una página de vacaciones en el internet. Ningún sitio de vacaciones luce tan hermoso ni funciona tan bien en la realidad como lo hace en su página de promoción en el internet. Inevitablemente terminas desilusionado porque comenzaste con expectativas no realistas.

Nosotros llevamos a nuestra familia de vacaciones a Disney World. Miramos la hermosa literatura de Disney. ¡Pero no nos dijeron que estaríamos parados bajo un sol abrazador por 90 minutos con 120 grados de calor y 200 por ciento de humedad para subir a un juego que tomaba 33 segundos!

Mi hijo, que al momento era solo un pequeño muchacho, vio un juego al que quería subir. Caminamos por lo que parecía una eternidad y al fin encontramos el extremo de la línea. Estuvimos tanto tiempo en la línea que mi hijo y yo tuvimos esta conversación: “Papa,” dijo él, “¿Por qué estamos parados aquí? Yo le dije, “hay un juego al final de esta línea.” El dijo, con una mirada de completa fatiga, “¿y qué juego es?” Habíamos estado en la línea tanto tiempo que se le había olvidado por qué estábamos parados allí. Las expectativas irreales siempre llevan al desengaño.

USANDO LA BIBLIA BÍBLICAMENTE

Parte del problema es la manera en que usamos la Escritura. Erróneamente tratamos la Biblia como si estuviese clasificada por temas – tú sabes, el mejor compendio del mundo sobre los problemas humanos y las soluciones divinas. De modo que cuando pensamos en el matrimonio, juntamos todos los pasajes sobre el matrimonio. Pero la Biblia no es una enciclopedia; es una historia, la gran historia del origen al destino de la redención. De hecho, es más que una historia. Es una historia teológicamente anotada. Es una historia con las notas de Dios. Esto significa que no podremos entender lo que la Biblia dice sobre el matrimonio si solo miramos los pasajes que hablan del matrimonio, porque hay una vasta cantidad de información bíblica sobre el matrimonio que no se encuentra en los pasajes matrimoniales.

De hecho, podríamos argumentar que en el grado en el que cada porción de la Biblia nos hable de Dios, de nosotros, de la vida en este mundo y de la naturaleza del conflicto humano y la solución divina, en ese grado, cada pasaje de la Biblia es un pasaje matrimonial. Cada pasaje nos imparte una perspectiva que es vital para un entendimiento apropiado de los pasajes que hablan directamente sobre el matrimonio, y cada pasaje nos dice lo que deberíamos esperar mientras tratamos con la totalidad de las relaciones matrimoniales.

Uno de nuestros problemas es que no hemos usado la Biblia bíblicamente, y esto nos ha puesto en posición para sorpresas que no deberíamos haber tenido.

POR FAVOR NO ARRUINES ESTO

Pero las expectativas irreales tienen otra fuente. Es casi como si el potencial del esposo y la esposa fuesen motivados a no oír la verdad sobre lo que inevitablemente enfrentarán porque no quieren que nada arruine el irreprimible sentimiento que los ha dejado en un virtual delirio romántico. Ahora, nuevamente quiero decir que yo pienso que el sentimiento profundo y muto es una cosa hermosa, pero no debemos dejar que nos mueva a negar la realidad.

Esa dinámica es como lo que te sucede cuando estás comiendo una exquisita comida de pescado bien frito y papitas seguidas por un postre delicioso de torta de chocolate y helado. Tú simplemente no quieres considerar lo que esta comida está haciéndole a tu corazón y a tu cintura. Tú no quieres hablar de calorías y colesterol. No te sientes motivado a considerar el contenido de grasa y de azúcar. No. Tú quieres saborear cada deliciosa mordida. Quieres comerte todo el pescado y las papas fritas que puedas mientras aun están calientes y doraditas. Y no importa cuán lleno estés, planeas comerte un buen pedazo de esa torta doble de chocolate cremoso de cuatro pisos.

Como ves, en medio del poder del romance prematrimonial es muy difícil que quieras mirar honesta y estrechamente a la realidad, es decir, a esas cosas que toda pareja enfrentará algún día, de alguna manera. Tienes miedo que bajo el fuego de la luz de la verdad, tus sentimientos se evaporarán. Temes que algo va arruinar el deleite de lo que estás experimentando al momento. Lo que estás experimentando es una de las cosas más poderosas que un ser humano puede experimentar. El amor es convincente. Es motivador. Es intoxicante. Puede controlar tu mente y tus emociones. Tú te sientas con la persona que amas, consideras tu matrimonio por venir, y quieres que lo que ahora estás sintiendo y experimentando dure por siempre. Y no vas a hacer nada que lo arruine.

He aquí cómo suele operar: ustedes están enamorado y convencidos que el amor que ahora sienten los sacará adelante frente a lo que deban enfrentar. Simplemente no quieren analizar las potenciales dificultades. No quieren considerar lo que podría suceder. No quieren dejar que el futuro se meta en lo que están experimentando ahora. Su capacidad de concentrarse es corta. Están enamorados y eso les gusta; y no van a dejar que nada se les interponga en el camino. Se miran el uno al otro con ojos vidriosos y están seguros que el poderoso amor que siente los sacará adelante delante de lo que sea. No sienten que tengan mucho que temer. Están seguros que poca gente ha sentido el amor que ustedes sienten. Saben que otras parejas tienen problemas, pero están convencidos que ustedes son diferentes. Están seguros que ellos no pueden haber sentido lo que ustedes sienten. Ustedes están enamorados y están seguros que todo saldrá bien. Simplemente no están interesados en ser realistas.

ENTRE EL AHORA Y EL AUN NO

Hay una manera que los teólogos tienen de pensar sobre la vida en el aquí y ahora que resulta muy útil y puede impartirnos expectativas realistas. Todo lo que hacemos y decimos, todo a lo que nos comprometemos y toda situación, lugar y relación que experimentamos, es experimentada en el ahora y el todavía no. Tú nunca comprenderás las cosas que enfrentas diariamente hasta que entiendas que vives en el medio. Todo en tu vida es conformado por lo que es el medio. Tal vez estás pensando, “Paul, no sé de que estás hablando.” Permíteme explicarlo.

Saber que estás viviendo entre el ahora y el todavía no te dice donde estás localizado en la historia redentora de Dios. Atiéndeme; esto es intensamente práctico. Dios ya nos ha dado su Palabra como nuestra guía. Ya ha enviado a su Hijo a vivir, morir y resucitar por nuestra salvación. Ya nos ha dado su Espíritu para que viva en nosotros. Pero el mundo aún no ha sido restaurado. El pecado no ha sido aún completamente erradicado. Nosotros no hemos sido aún conformados a la imagen perfecta de Jesús. El sufrimiento, la tristeza y la muerte aún no han dejado de existir.

Es difícil vivir en el medio, pero es allí exactamente donde vivimos. Aún vivimos en un mundo triste y terriblemente quebrado. Tu matrimonio no escapará de ese quebrantamiento. Vivimos con gente con defectos. Tu matrimonio no estará protegido de esos defectos. Cuando comienzas a desenvolver lo que realmente es el ahora y el todavía no, ganas perspectivas que son enormemente útiles para entender las cosas que necesitas enfrentar si quieres un matrimonio completo y sano a los ojos de Dios.

ESPONTANEIDAD PREPARADA

Tú y yo nunca sabemos con seguridad lo que ha de venir. Piensa en ello: tu vida no ha sido conforme lo planeaste. Tú no podrías haber escrito sobre tu situación presente veinte años atrás. La semana pasada no salió de acuerdo a tu plan. Hoy no será como lo planeaste. Tu vida está bajo el sabio y soberano plan de otro (mira Hechos 17:26-27; Dan. 4:34b-35). Esto significa que cada día, enfrentas lo inesperado, con cosas que tú no planeabas. Esto es seguramente verdad sobre tu matrimonio. Los problemas que surgen tienen un enorme impacto en ti y tu esposa. La enfermedad y el pecado se atraviesan en el camino de lo que tú pensabas que estarían compartiendo juntos. Todo matrimonio tiene que enfrentar lo inesperado. Pero lidiar con lo inesperado no significa que tienes que estar sin preparación. Este libro se trata precisamente sobre el principio de la espontaneidad preparada.

Sé que esto suena como una contradicción, pero no lo es. Puede ser que estés preparado para cosas que aún no sabes que vas a enfrentar. Puedes estar listo para cosas que no tienes idea que se atravesarán en tu camino. De hecho, estoy seguro que ésta es una de las principales funciones de la Escritura. Nos capacita para estar preparados para decidir, pensar, desear, actuar y hablar bien en un mundo en el cual nosotros no somos soberanos. Esto funciona así: si hemos digerido lo que la Biblia dice sobre Dios, nosotros, la vida, el pecado y el mundo alrededor, estamos listos para lidiar espontáneamente con cosas que no sabíamos que tendríamos que enfrentar.

Una y otra vez me he sentado con parejas sorprendidas por lo que tienen que enfrentar. Pero, cuando les doy la oportunidad de contar su historia, me impresiona encontrar, de nuevo, que las cosas que están enfrentando son la clase de cosas que la Biblia predice que gente con defectos en un mundo caído enfrentará. Es perturbador cuando me siento con una esposa que está estremecida porque su esposo es un pecador o con un esposo que no estaba preparado para el hecho de que su esposa es tentada a ser egoísta.

Más parejas de las que puedo nombrar se sorprenden de que su matrimonio necesite ser rescatado regularmente por la gracia. Y por no tomar la Biblia seriamente, se quedaron cortos en el momento cuando las ruedas comienzan a girar en el camino de la vida diaria donde la gracia es su única esperanza.

No es solo la predicción de los problemas potenciales lo que la gente no ha tomado seriamente, sino también el mensaje de la provisión prometida. La espontaneidad preparada no se trata solo de saber lo que vas a enfrentar y por ello estar listo para enfrentarlo. Es también saber lo que te ha sido dado para que puedas enfrentarlo con esperanza y coraje práctico.

Este libro desplegará ante ti un estilo de vida de preparación que toma seriamente las perspectivas sabias y vivificantes de la Palabra de Dios. Estas perspectivas sabias te harán vivir preparado, aun cuando el control no esté en tu mano y en realidad no sepas qué es lo que hay para tu matrimonio al doblar de la esquina.

PUEDES ESPERAR LO ESPERADO

Jaime se enfermó y tuvo que abandonar su búsqueda por ascender en la escalera empresarial. Esto trajo una tensión en su matrimonio con Jeni que él nunca pudo haber anticipado. Braulio y Sara se volvieron tan ocupados que dejaron de comunicarse como debían y su relación pagó el precio. Bruno luchó con un pecado secreto por años y cuando Elisa lo descubrió, casi terminó con su matrimonio. Lidia y Francisco parecían estar siempre en una batalla por el control de su relación. Era cansado ser parte de ese matrimonio. Alfredo y Susana nunca parecían estar en el mismo lugar espiritualmente. Jorge y Susana tenían un infeccioso afecto el uno por el otro, pero sus dificultades financieras trajeron mucha tensión a su matrimonio. La madre de Julia la impelía a tan repetidas guerras de lealtad que causaban muchos conflictos entre ella y Carlos.

Hay dos observaciones que hacer acerca de estos matrimonios. Primero, ninguno era un mal matrimonio. Nadie estaba abandonándolo. Nadia había sido infiel aún. No había abuso o violencia. Pero ninguno estaba experimentando lo que Dios tuvo en mente cuando los unió al principio. Y todos ellos estaban sorprendidos de lo que tenían que enfrentar como parejas.

Segundo, todo lo que cada pareja enfrentaba esta predicho por mandato, principio, o perspectiva en la Biblia. Estas parejas deberían haber esperado lo esperado. Si se hubiesen allegado a la Biblia como un maravillosa ventana a su matrimonio, habrían sabido qué esperar y no se habrían sorprendido de que se pusiera en su camino.

Así que, ¿Cuáles son las perspectivas sabias esenciales que la Escritura nos da para capacitarnos a tener expectativas realistas para nuestro matrimonio?

1. Estás Desarrollando tu Matrimonio en un Mundo Caído.

Samuel no podía creer que había sido despedido después de tantos años. Julia luchaba con el pensamiento de tener que vivir con un hombre con una enfermedad crónica. Job nunca se imaginó que tendría que lidiar con las cosas que estaba enfrentado con su hijo. María se sentía como una prisionera en la casa que amaba, localizada en un vecindario que se había arruinado. Sheny luchaba con las reacciones que había tenido por su matrimonio bi-racial. Juan se preguntaba frecuentemente por qué la vida tenía que ser tan dura.

Todos enfrentamos lo mismo. Nuestros matrimonios viven en medio de un mundo que no funciona como Dios lo quiso. Por algún motivo, de alguna manera, tu matrimonio es alcanzado diariamente por la ruptura de este mundo. Tal vez simplemente tiene que ver con la necesidad de vivir con los inconvenientes menores de este mundo roto o quizá estás enfrentando asuntos graves que han alterado el curso de tu vida y tu matrimonio. Pero una cosa es segura: no escaparás del medio ambiente en el cual Dios ha escogido que vivas. No es un accidente que estés conduciendo tu matrimonio en este mundo quebrantado. Nada de esto es destino, casualidad o suerte. Todo es parte del plan redentor de Dios. Hechos 17 dice que Él determina el lugar exacto donde tú vives y el tiempo exacto de tu vida. Él conoce donde vives, y no le sorprende lo que estás enfrentando. Aunque enfrentes cosas que no tienen sentido para ti, hay sentido y propósito para todo lo que te sucede. Estoy seguro que entender tu mundo caído y el propósito de Dios para sostenerte en él, es fundamental para edificar un matrimonio de unidad, entendimiento y amor.

No hay mejor ventana para lo que enfrentamos en el aquí y ahora de este mundo que las palabras descriptivas que la Biblia usa en 1 Pedro 1:3-7: “afligido,” “pruebas,” y “sometido a prueba.” Estas palabras deberían hacer que nos detengamos. De todas las palabras descriptivas que Pedro tiene a su disposición para describir lo que Dios está haciendo en nosotros a través del medio ambiente en el cual vivimos, es muy significativo que él use estas tres palabras. Cada una es instructiva e interpretativa. Primero, tú no escaparás de las aflicciones de la vida en este mundo caído. Esas aflicciones pueden ser un dolor momentáneo o un momento significativo de pérdida. El punto es que, en el camino, la aflicción nos tocará a todos ya sea en maneras pequeñas o significativas. Segundo, todos enfrentamos pruebas. Sufriremos cosas que nunca habríamos planeado o puesto en nuestra agenda. Nos afligiremos porque enfrentaremos dificultades que no anticipamos ni planeamos. La palabra final nos trae el retrato completo de la vida en este mundo caído. La frase “sometido a prueba” no significa prueba como en un examen. No; significa “templado,” o “refinado.”

Con esta expresión, “sometido a prueba” Dios te dice una de las cosas mas significativas que entenderás acerca de tu matrimonio en el aquí y ahora. Dios decidió dejarte en este mundo caído para vivir, amar y trabajar, porque Él se propone usar las dificultades que enfrentes para hacer en ti algo que no podría ser hecho de ninguna otra manera. La mayoría de nosotros tiene un paradigma personal de la felicidad. Ahora, no es malo querer ser feliz, no esta mal luchar por la felicidad marital. Dios te ha dado la capacidad de disfrutar y ha puesto cosas maravillosas a tu alrededor para que las disfrutes. El problema no es que esto sea una meta equivocada sino en que es una meta demasiado pequeña. Dios está trabajando en algo profundo, necesario y eterno. Si Él no estuviera trabajando en esto, no sería fiel a su promesa contigo. Dios te tiene un paradigma personal de la santidad. No te molestes por este lenguaje. Estas palabras significan que Dios está trabajando a través de tus circunstancias diarias para cambiarte.

En su amor, Él sabe que tú no eres todo lo que fuiste creado para ser. Aunque sea duro admitirlo, aún hay pecado dentro de ti, y ese pecado se interpone en el camino de lo que estás supuesto a ser y diseñado para hacer. Y, dicho sea de paso, ese pecado es el más grande obstáculo de todos para un matrimonio de unidad, entendimiento y amor. Dios está usando las dificultades del aquí y el ahora para transformarte, es decir, para rescatarte de ti mismo. Y puesto que Él te ama, interrumpirá voluntariamente o comprometerá tu felicidad momentánea para hacerte avanzar un paso más en el proceso de rescate y transformación con el que Él está firmemente comprometido.

Cuando comiences a entrar en el paradigma de Dios, la vida no solo tendrá mas sentido para ti (las cosas que te suceden no son problemas irracionales, sino herramientas transformadoras), sino que también tendrás de inmediato más esperanza. Hay esperanza para ti y tu matrimonio porque Dios está en medio de tus circunstancias, y Él está usándolas para moldearte conforme a aquello para lo que te creó. Mientras Él hace esto, tu no solo responderás mejor a la vida sino que te volverás una mejor persona con la cual vivir, y esto resultará en un mejor matrimonio.

Esto no significa que cesarás de ser afligido. De hecho, Jesús lloró cuando caminó por los caminos de este mundo. Pero esta aflicción no es un túnel negro que el destino ha puesto en tu camino. Es un instrumento sabio en las manos de un Dios amoroso que sabe cuán profunda es tu necesidad y quiere darte dones de gracia que durarán eternamente.

Así que, como sea y de alguna manera, este mundo caído y lo que hay en él entrará por tu puerta, pero no tienes que temer. Dios está contigo, y Él está obrando de modo que esas aflicciones resulten en cosas buenas en y a través de ti.

2. Eres Pecador Casado con Alguien Pecador.

Voy a decir mucho más sobre esto a través del libro, pero tú y yo no nos casamos con alguien perfecto. Parece verdad cuando lo lees, pero aunque parezca obvio, mucha gente se casa con expectativas falsas acerca de la persona con quien se casa. Este es el punto: ambos traen algo a su matrimonio que es destructivo para lo que el matrimonio necesita y tiene que ser. Ese algo se llama pecado. La mayoría de los problemas que enfrentamos en el matrimonio no son intencionales o personales. En la mayoría de las situaciones matrimoniales, tú no enfrentas dificultades porque tu esposo o esposa hace algo intencionalmente parar hacer tu vida difícil. Sí, en momentos de enojo eso puede suceder. Pero frecuentemente lo que realmente pasa es que tu vida está siendo afectada por el pecado, la debilidad y las fallas de la persona con la que vives. Así que si tu esposa está teniendo un mal día, eso te salpicará de alguna manera. Si tu esposo se enojó en su trabajo, hay una buena posibilidad que traiga enojo a la casa con él.

En algún momento dado tú serás egoísta. En alguna situación hablarás rudamente. Habrá momentos de celos, amargura y conflicto. No podrás evitarlo porque eres un pecador y estás casado o casada con alguien pecador. Si minimizas los conflictos del corazón que ambos traen al matrimonio, sucederá esto: tendrás la tendencia de convertir los momentos de ministerio en momentos de enojo. Cuando tus oídos oyen y tus ojos ven el pecado, la debilidad y la falla de tu esposo o esposa, no es por accidente; es siempre gracia. Dios ama a tu cónyuge y Él está comprometido a transformarlo o transformarla por su gracia y te ha escogido para que seas uno de sus instrumentos regulares de transformación. Así que, Él te hará ver, oír y experimentar la necesidad de cambio de tu cónyuge para que puedas ser un agente de su rescate.

Frecuentemente, en estos momentos de ministerio que Dios nos da, en lugar de servir al propósito de Dios, nos enojamos porque nuestro cónyuge de alguna manera está estorbando lo que nosotros queremos. Esto nos lleva a la segunda cosa que sucede: la razón por la que cambiamos estos momentos de ministerio en momentos de cólera es nuestra tendencia a personalizar lo que no es personal. Al finalizar un mal día en el trabajo, tu esposo no dice, “Sé lo que voy a hacer. Le voy a arrojar este mal día a mi esposa para que su día sea tan miserable como el mío.” No; el problema que estás experimentando no es acerca de ti directamente. Si, es tu problema, porque este hombre enojado es tu esposo. Pero lo que estás experimentando no es personal en términos de una intencionalidad consciente. Estás viviendo con un pecador, de modo que vas a experimentar su pecado. Pero cuando personalizas lo que no es personal, tiendes a ser agresivo en tu respuesta. Cuando eso sucede, lo que te motiva no es la necesidad espiritual que Dios te ha revelado que hay en tu esposo, sino la ofensa de tu esposo contra ti, tu agenda, tu paz, etc. Así que, tu respuesta no es un “para él,” sino un “contra él.” En lugar de buscar ministrarlo, lo que quieres hacer es quitarlo de en medio de tu camino para volver a lo que querías hacer previamente. Seamos honestos – todos hemos estado allí.

Cuando respondemos agresivamente, agravamos el problema que la otra persona ha lanzado contra nosotros. Esto nos lleva a una cosa más: puesto que hemos convertido un momento de ministerio en un momento de enojo al personalizar lo que no es personal, nos portamos como adversarios al responder y por ello terminamos adoptando soluciones circunstanciales que no llegan al corazón del problema. En lugar de buscar maneras de ayudar le decimos al otro que se comporte, lo amenazamos para que se calle o nos enojamos y convertimos un momento de debilidad en una confrontación seria.

Este es un lugar donde creo que la Biblia es muy útil. El mundo de la Biblia es como tu mundo–confuso y fragmentado. Los personajes de la Biblia son como tú y tu esposa–débiles y con defectos. Las situaciones de la Biblia son como las tuyas–complicadas e inesperadas. La Biblia no es un libro de cosmética religiosa. Te trastornará con su honestidad sobre lo que sucede en el mundo en el que vivimos. Desde el fratricidio de Caín hasta la traición de Judas por dinero, la sangre y las entrañas de un mundo roto son diseminadas en cada una de sus páginas. La honestidad de Dios respecto al lugar donde vivimos es en sí misma un acto de amor y gracia. Él acerca nuestra cabeza al agujero bíblico por donde se puede ver el mundo como realmente es, no como nosotros fantaseamos que sea. Él hace esto para que seamos realistas en nuestras expectativas y así busquemos humildemente la ayuda que solo Él puede darnos.

3. Dios es Fiel, Poderoso y Generoso

Hay una realidad más que debes incluir mientras tratas de ver tu matrimonio tan realísticamente como sea posible. No solo debes considerar la condición caída del mundo en que vives y el hecho de que tú y tu esposa están lejos de ser perfectos; también debes recordar que no están solos en esta batalla. La Biblia dice que Dios está cerca, tan cerca que en tu momento de necesidad puedes alcanzarlo y tocarlo porque no está lejos de cada uno de nosotros (Hechos 17:27). Sí, ustedes viven en un mal vecindario (el mundo caído), y ambos son menos que perfectos (pecado), pero en todo esto no han sido abandonados a sus propios recursos. El Dios que determinó el lugar donde vives, vive contigo y se ha comprometido a darte todo lo que necesitas.

Estoy escribiendo esto pocos días después del día de resurrección, así que he estado pensando en la tumba vacía. Considera por un momento lo que esa tumba nos enseña. Primero, nos enseña que Dios es fiel. Siglos antes, luego que Adán y Eva desobedecieron a Dios, Él prometió que aplastaría el mal de una sola vez. Así que envió a su Hijo para derrotar el pecado y la muerte por su crucifixión y resurrección. Pasaron miles de años y Dios no olvidó ni cambió respecto a su promesa. Él no se cansó ni se distrajo. Hizo una promesa y controló los eventos de la historia (los grandes y pequeños) para que en el momento justo Jesucristo viniera y cumpliera lo que había prometido.

Pero la tumba vacía también nos recuerda que Dios es poderoso. Él es poderoso en autoridad y en fuerza. ¡Piensa en la autoridad que tú necesitarías para tener control de todas las situaciones, lugares y relaciones para poder garantizar que Jesús vendría en el momento preciso y haría lo que estaba designado a hacer! También, ¿puede haber una demostración más apropiada de poder que tener poder sobre la muerte? Por el asombroso poder de Dios, Jesús se despojó de las vestiduras de su sepultura y salió de la tumba. Esos hombres que hacen competencias de poder para levantar cosas pueden jalar un bus con sus dientes, pero todos van a morirse, y no hay nada que puedan hacer al respecto.

La tumba vacía nos señala otra cosa asombrosa. Nos enseña que Dios es generoso. ¿Por qué Él se esforzó tanto para ayudarnos? ¿Por qué se preocupa tanto para darse cuenta de nosotros, no digamos para rescatarnos? ¿Por qué habría de sacrificar a su Hijo? Porque Él es generoso. Tu y yo necesitamos reconocer que su bondad fue motivada no por lo que vio en nosotros, sino por lo hay dentro de Él. Está dispuesto por que Él es la definición de la misericordia. Es bondadoso porque es la fuente de amor. Es generoso porque está lleno de gracia sublime. Es generoso porque es bueno, noble, paciente, y benevolente. Aun cuando nosotros estamos indispuestos, llenos de nosotros mismos y buscando nuestro propio camino, Él es generoso. Él se deleita en transformarnos por su gracia. Se deleita en rescatarnos por su poderoso amor.

Así que cuando pecan contra ti o cuando este mundo caído irrumpe por tu puerta, no contra ataques o salgas corriendo. Afírmate en tu debilidad y confusión y di, “No estoy solo. Dios está conmigo, y Él es fiel, poderoso y está dispuesto.” Puedes ser realista y tener esperanza al mismo tiempo. Las expectativas realistas no son esperanza sin honestidad y no son honestidad sin esperanza. El realismo se encuentra en la intersección de la honestidad audaz y una esperanza inquebrantable. La palabra y la gracia de Dios hacen que esto sea posible en tu matrimonio.

¿Son realistas tus expectativas matrimoniales?

COMPROMISO 1: Nos entregaremos a un estilo de vida de confesión y perdón.

COMPROMISO 2: Haremos del crecimiento y el cambio nuestra agenda diaria.

COMPROMISO 3: Trabajaremos unidos para formar un vínculo robusto de confianza.

COMPROMISO 4: Nos comprometeremos a cultivar una relación de amor.

COMPROMISO 5: Negociaremos nuestras diferencias con aprecio y gracia.

COMPROMISO 6: Trabajaremos para proteger nuestro matrimonio.

2. UNA RAZÓN PARA CONTINUAR

Todos buscan esperanza. Todos anhelan una razón para continuar. Todos aferran su diario vivir a alguna clase de sueño. Todos quieren saber que a lo que se dedican es algo que vale la pena. Los seres humanos no vivimos por instinto. Somos seres racionales hechos a la semejanza de Dios. Las cosas que hacemos y decimos tienen sus raíces en deseos y pensamientos profundamente establecidos. Hay un sentido en el cual es correcto decir que todos estamos de por vida en la gran búsqueda de un tesoro. Tu tesoro puede no ser mi tesoro, pero igualmente ambos somos buscadores de tesoros. Si tú no crees que las cosas que estás haciendo te van a dar algún tipo de ganancia probablemente vas a dejar de hacerlas.

Tomas estaba batallando y listo para hacer sus maletas. No era que estuviese enfrentando algún desastre que lo hubiese dejado devastado y solo. De hecho, a la distancia, Tomas parecía tener una buena vida. El tenía una esposa brillante, hermosa e inteligente. Tenía tres niños hermosos menores de siete años. Su trabajo nunca era aburrido o trivial. Pero Tomas jugaba con el deseo de renunciar a su propia vida. Simplemente ya no lo podía disfrutar. El y Daniela parecían funcionar todo el tiempo con una irritación reprimida el uno hacia el otro. Sus horarios eran ridículamente exigentes, y sus hijos parecías estar en contante necesidad de atención. Tomas sentía que era raro el día en el que no se sintiera molesto con Daniela por alguna razón. Estaba cansado de trabajar duro sin ver resultados y ya no encontraba mucha razón para continuar.

Cynthia estaba en la cama despierta. Miraba a Manuel. Era difícil para ella comprender que el hombre acostado a su lado era el mismo que la había cautivado. Mientras una lagrima corría por su mejilla, recordaba la contagiosa sonrisa de Manuel y su sentido del humor. Pensaba cómo él era capaz de hacer que las cosas más triviales se convirtieran en algo placentero. Recordaba que solía emocionarse al sonido de su voz; pero ya no más. De alguna manera, en el camino, Manuel había dejado de ser Manuel. Ahora parecía permanentemente distraído y frustrado. Se pasaba el tiempo viendo deportes o en la computadora. Ir a la cama era particularmente difícil para Cynthia. Ella anhelaba un poco de ternura antes de que ambos sucumbieran al cansancio y se durmieran, pero no había ternura. Manuel se metía a la cama, fastidiado otra vez, murmuraba un buenas noches, le daba un beso mecánico y se daba la vuelta para dormirse. Noche tras noche, Cynthia se acostaba y permanecía despierta buscando una razón para continuar.

Desde el principio, Erica sabía que Willy era muy apegado a su familia, pero nunca pensó que sería como esto. Ella se sentía como una extraña en su propia vida. Estaba cansada de pasar cada día festivo y vacación con la familia de Willy. Estaba cansada de las complicaciones del matrimonio, la familia extendida, el trabajo, la iglesia. ¿Cuántos días festivos había pasado viendo a Willy y a sus hermanos divertirse y pasarla bien, indiferentes al hecho de que ella no estaba bien? Ella se había dado cuenta tiempo atrás donde estaba la lealtad de Willy, y sabía que nunca habría una decisión que él no discutiera con su familia. Había pensado mucho sobre lo que decía la Biblia acerca de “dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer,” y sabía en lo profundo de su corazón que Willy nunca había dejado a su familia. Erica estaba cansada de ser una extraña y le resultaba difícil continuar.

Nathan se paró allí con la nota arrugada en su mano. La había encontrado varias semanas atrás en el piso de su armario. Las cosas se habían dificultado desde entonces. Anita no lo había negado. Ella se había infatuado emocionalmente con un compañero de trabajo. La relación no había sido física en ninguna manera. De hecho, nunca se habían juntado fuera del trabajo, pero no por eso la nota dejaba de ser devastadora. Quienquiera que la leyera la consideraría una carta de amor. Nathan no sabe por qué la conserva. No sabe por qué la saca día a día y la lee una y otra vez. Él solo lo hace. Anita parece tener remordimiento y hace todo lo que puede para remediar lo sucedido. Nathan está agradecido que ella renunció al trabajo, pero no puede olvidar la nota. Se interpone en su vida como un Everest que sabe que necesita ascender pero nunca lo hace. Es como si esa nota se hubiese llevado todo motivo para continuar.

Sandra mira el huevo crudo que su hija de tres años acaba de botar al suelo, y quisiera gritar. Se siente más como policía que como madre. Le parece que día tras día se pasa limpiando y ordenando desde que se levanta hasta que se va a la cama para luego levantarse y hacerlo de nuevo. Se viste con un sudadero y zapatos deportivos; los días cuando se sentía atractiva casi se han borrado de su memoria. Paco ha ganado peso y tampoco luce muy bien. Ella pasa frente al espejo de cuerpo entero en el corredor y piensa, “¿que nos sucedió?” La mañana cuando se cayeron al suelo en el armario los álbumes de fotos de sus primeros años de matrimonio, ella tocó fondo. Le parecía que las fotos eran de una pareja, un tiempo y un lugar diferentes. Estaba cansada de su existencia doméstica y no podía encontrar mucha motivación para continuar.

Roberto simplemente está cansado del trabajo duro. Es difícil no desear los primeros años de nuevo. Estar con Jésica había sido tan divertido. Él amaba la espontánea libertad de su relación y sus horarios. Le encantaba el hecho de que Jésica parecía estar siempre dispuesta para todo en todo momento. Él sabía que no siempre sería así, pero nunca se imaginó que llegaría a ser como era. Con su nuevo trabajo y el arribo de los gemelos, él y Jésica hacían poco que no fuera trabajar duro. Ocupado y agotado, la vida no era muy divertida, aun en los raros momentos cuando tenían tiempo para estar juntos. Cuando Roberto trabaja hasta tarde, Jésica se queja de que él no está en casa para ayudar, y cuando está en casa para ayudar, ella se queja de que no está haciendo suficiente dinero. Roberto se lo resume bien a un compañero de trabajo: “cuando sientes que no puedes ganar, es difícil continuar tratando”.

Nora y Cristian están cansados de discutir, pero no saben cómo parar. Se levantan de lado diferente del universo cada mañana y miran todo desde perspectivas opuestas. Ambos están convencidos de estar en lo correcto y constantemente se frustran cuando el otro no ve las cosas a su manera. Han llegado a un punto en el que parece que nada importa. Las toallas tiradas en el baño o el queso que se ha secado en el refrigerador se han vuelto asuntos más importantes de lo que deberían ser. Ambos dirían que se aman mutuamente, y se piden perdón después de que el calor de otro altercado se desvanece, pero no paran de discutir. Es una existencia infeliz y ambos lo sienten. Silenciosamente se preguntan que se necesitará para que las cosas sean diferentes y qué van a hacer si nada cambia.

LO QUE NO DEBERÍA SER

Les sucede a todos. Es una realidad inevitable del matrimonio. Como sea, de alguna manera, todo matrimonio se convierte en un conflicto. La vida después de la luna de miel es radicalmente diferente de la luna de miel que la precede. La persona con la que te encantaba jugar es con la que ahora vives y trabajas. La persona que una vez fue tu escape de las responsabilidades, es ahora tu responsabilidad más grande. Pasar tiempo junto es radicalmente diferente que vivir juntos. Lo que era motivo de atracción ahora es fuente de irritación. Todos nos enfrentamos al hecho de que de alguna manera nuestro matrimonio no es lo que debería de ser. ¿Por qué? Las razones se encuentran en lo que miramos en el primer capítulo.

En algún punto durante el camino, te diste cuenta que tu también eres una persona pecadora casada con otra persona pecadora y que estás viviendo en mundo fracturado. A veces esta realidad hace que pequeños momentos intrascendentes sean mas difíciles de lo que deberían ser; a veces significa enfrentar cosas devastadoras que nunca pensaste que tendrías que enfrentar. Pero le sucede a todos. En algún punto necesitas algo más sólido que el romance. Necesitas algo más profundo que los intereses compartidos y la atracción mutua. Necesitas algo más que habilidades de supervivencia matrimonial. Necesitas algo que le dé paz a tu corazón y fuerza a tu resolución cuando no te sientas romántico y tus problemas te estén abatiendo.

Todos los matrimonios se convierten en algo que los esposos no querían que fuese. Tu vas a tener que lidiar con cosas que no planeaste enfrentar. En cada matrimonio el pecado complica lo que de otra manera sería simple. En cada matrimonio este mundo quebrado hace las cosas más complicadas y difíciles. En cada matrimonio la euforia del romance se desvanece y es reemplazada por un amor más sólido y maduro, o el egoísmo del pecado reduce el matrimonio a un estado de letargo relacional.

¿Qué haces cuando tu matrimonio se convierte en lo que no debería ser? ¿Qué haces en los momentos cuando no te sientes tan atraído a tu esposa? ¿Hacia dónde miras cuando estás irritado, herido o desanimado? ¿Qué buscas? ¿Hacia dónde corres?

BASADO EN LA ADORACIÓN

¿Qué es entonces lo que te motiva a continuar cuando los pequeños problemas se te han metido en la piel o los grandes problemas te han dejado devastado? ¿Cómo es que se produce un matrimonio de amor, unidad y entendimiento sólidos? Creo que la respuesta que estoy por dar va a sorprender a muchos. Aquí está: un matrimonio de amor, unidad y entendimiento no basado en el romance; sino enraizado en la adoración. Ahora pues, puedes ser capaz de leer todas las palabras, pero sin poder entender la profundidad del significado de este principio.

¿Qué significa decir que un matrimonio está “basado en la adoración”? La palabra adoración es compleja. Cuando la persona promedio escucha la palabra adoración piensa en una reunión donde hay himnos, ofrenda y un sermón. Pero hay una verdad bíblica envuelta en esta palabra que es vital entender si alguna vez vas a descifrar por qué tienes conflictos en tu matrimonio y cómo esos conflictos podrán ser solucionados. La adoración es tu identidad antes de ser tu actividad. Tú eres un adorador, de modo que todo lo que piensas, deseas, escoges, haces o dices está moldeado por la adoración. Simplemente no hay una explicación más profunda que ésta del por qué la gente hace lo que hace; y una vez que lo entiendes se te abren puertas que nunca antes se te habían abierto para entenderte a ti mismo y para cambiar. Déjame explicarlo.

Cuando la Biblia enseña que somos adoradores (ver Romanos 1:19-25), no está hablando sobre una función religiosa separada de los otros aspectos de nuestras funciones regulares. No, al llamarnos adoradores, la Biblia nos ofrece una perspectiva radical sobre la motivación humana fundamental. Puesto que no eres un animal que funciona por instinto, las cosas que haces y dices son producidas por una cierta clase de propósito. En otras palabras, ya sea que tus palabras y acciones tengan o no sentido en la superficie, tú has actuado o hablado por una razón. La razón más general y fundamental para hacer lo que haces es la adoración. Probablemente estás sintiendo que este enfoque necesita una explicación más amplia.

Piensa sobre esto. ¿No es interesante que algunas de las cosas que te irritan no le molestan para nada a tu esposa? ¿Por qué algo que a ti te deleita, tu esposo o esposa puede vivir fácilmente sin ello? ¿Por qué hay algunas cosas que son mucho más importantes para ti que otras? ¿Y por qué es que tu lista de lo que es importante no concuerda completamente con la de tu esposo? ¿Por qué hay cosas que te enojan (ciertos momentos, lugares, situaciones, relaciones, etc.) y ciertas que te animan? Bueno, todas estas cosas están conectadas con la adoración.

Cuando la Biblia dice que somos adoradores, quiere decir que cada ser humano vive para algo. Todos nosotros estamos excavando en busca de un tesoro. Todos buscamos algún sueño. Detrás de todo lo que hacemos hay alguna clase de esperanza. Todos están en la búsqueda constante de la vida. Tal vez estás pensando, “Paul, entiendo todo esto, pero no entiendo cómo me ayuda a entender mi matrimonio.” Déjame llevarte más allá.

Ser un adorador implica que conectas tu identidad, tu significado, tu propósito y tu sentido interno de propósito a algo. Esas cosas las vas a conseguir ya sea verticalmente (del Creador) u horizontalmente (de la creación). Esto tiene que ver por completo con lo que un matrimonio llega a ser. Ningún matrimonio deja de ser afectado cuando los cónyuges están buscando conseguir en la creación lo que solo se puede lograr en el Creador.

La comodidad se había convertido en el dios funcional de Jenny. No, no había dejado de ir a la iglesia. Amaba los servicios de adoración del domingo y le encantaba la predicación del pastor, pero la comodidad era lo que gobernaba su corazón. Conseguía su comodidad haciendo de su casa un museo donde exhibía su habilidad doméstica. Tenía mil revistas de decoración. Siempre estaba decorando o remodelando. Limpiaba sin cesar y era obsesivamente pulcra. Se decía a sí misma que quería hacer de su casa un lugar hermoso para su familia, pero lo que la movía no era su interés por su familia. Ella había atado su identidad, su sentido interno de bienestar, a la belleza de su casa.

Jenny nunca estaba realmente relajada en su casa; tampoco lo estaba su esposo ni su familia. No quería que nadie anduviera con zapatos en la casa. Se irritaba ante cada indicio de desorden y le reclamaba a quien pensara que era el culpable. En un momento de enojo, su esposo lo expresó bien: “Jenny, ya no tenemos una casa a donde llegamos. Este lugar ya no es nuestra casa; es tu museo ¡Cada vez nos sentimos menos bienvenidos aquí!”

Tito había ligado su identidad al éxito. No tenía idea de que lo que estaba supuesto a obtener del Creador lo estaba buscando en la creación, pero eso es exactamente lo que estaba haciendo. El lugar donde Tito buscaba el éxito que lo motivaba a levantarse por la mañana era su trabajo. Tito era bueno para lo que hacía; mientras más lo hacía, mejor era, y mientras mejor era, recibía más dinero y poder. Todo era muy emocionante e intoxicante. Era como si estuviese viviendo un sueño. El trabajo no era perfecto de ninguna manera, pero le daba una razón para levantarse por la mañana.

Pero con cada nueva promoción la presión crecía y las horas se alargaban. Cuando Tito llegaba a casa, mucho después de que su esposa e hijos habían cenado, a él le quedaba poca energía para su familia. Pero algo aún más profundo estaba sucediendo. Puesto que Tito encontraba su valor como persona en su trabajo, cuando dejaba su trabajo para ir a su casa, él estaba dejando lo que le daba valor. Su matrimonio realmente existía fuera de su círculo de valor. Así que, aunque Tito diría que amaba a su esposa, no le entusiasmaba llegar a su casa después del trabajo. Fácilmente se irritaba y era con frecuencia un no-participante en lo que allí sucedía.

Adriana ataba su sentido y propósito a Carlos. Ella no lo sabía, pero él se había convertido en su mesías personal. Ella diría que él era todo lo que había deseado en un esposo. Tu pensarías que eso significaba que siempre estaría feliz y satisfecha en su matrimonio, pero la verdad era lo contrario. Adriana vivía permanentemente insatisfecha. Se levantaba cada mañana y se subía en la montaña rusa de cada acción, reacción, o respuesta que Carlos tenía hacia ella. Le ponía demasiada atención al tono de su voz, a la expresión de su rostro y a su lenguaje corporal. Aun la cosa más pequeña tenía el potencial de arruinar su día. No solo estaba enfocada en como Carlos le respondería, sino que observaba estrechamente como él le respondía a otras mujeres. Para Carlos, su matrimonio era como un examen final, y él sentía que siempre era reprobado. Todo era muy agobiante y desagradable. Carlos necesitaba una razón para continuar.

He llegado a convencerme más y más que los matrimonios deben establecerse verticalmente antes de hacerlo horizontalmente. Tenemos que enfrentar lo que nos mueve antes de lidiar con la manera que reaccionamos el uno al otro. Toda relación es victimizada en alguna manera cuando buscamos en las criaturas lo que por diseño solo podemos conseguir en Dios. Cuando Dios está en su justo lugar, estamos en camino de poner a la gente en su justo lugar. Pero hay más. Estoy convencido de que solo en la adoración a Dios en nuestro matrimonio podemos encontrar una razón para continuar.

¿COMO LUCE UN MATRIMONIO BASADO EN LA ADORACIÓN A DIOS?

Pablo dijo algo asombroso en Gálatas 5:14: Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” He pensado acerca de esto muchas veces. Si yo hubiese escrito estas palabra, “toda la ley en esta sola palabra se cumple,” creo que habrían sido seguidas por, “amarás a Dios sobre todas las cosas.” Pero esto no es lo que Pablo escribió. ¿Cómo es que el amor al prójimo resume todo lo que Dios nos ha llamado a hacer? El principio integrado en estas palabras es increíblemente práctico e instructivo cuando los comprendes. Es solo cuando yo amo a Dios sobre todo, que voy a amar a mi prójimo como a mí mismo. Fundamentalmente, las dificultades en nuestros matrimonios no vienen por no amarnos suficiente el uno al otro. Suceden porque no amamos suficiente a Dios; y por no amar a Dios suficiente, no nos tratamos el uno al otro con la clase de amor que hace funcionar los matrimonios.

Considere los Diez Mandamientos: es solo cuando guardamos los primeros cuatro mandamientos (que tienen que ver con la adoración a Dios) que guardaremos los últimos seis mandamientos (que tienen que ver con el amor a nuestro prójimo). El amor horizontal sólido siempre comienza verticalmente. Una vida que se centra en la otra persona de manera permanente y perseverante no fluye de una atracción romántica, de compatibilidad de caracteres o de estilos de vida similares. Es solo cuando vivo una vida de adoración a Dios celebratoria y reposada que dejo de tomarme demasiado seriamente a mí mismo y soy libre para servir y celebrar a otros.

Probablemente ya agoté tu paciencia y estarás pensando, “¡vamos Paul, ve al punto y ayúdame a entender cómo luce esto!” La adoración que te da un amor marital sólido y una razón para continuar fluirá de tres maneras en las que debes adorar a Dios.

1) Un matrimonio de amor, unidad y entendimiento fluirá de una cotidiana adoración a Dios como Creador.

Es solo cuando miras a tu esposa y vez en ella la gloria creativa y artística de Dios que la tratarás con la dignidad y el respecto que un matrimonio sano requiere. Dios creó cada aspecto de tu persona. Él administró cada elección de tu constitución. Determinó cuán alto serías, si tendrías la tendencia a ganar peso, cuál sería el color de tus ojos, la textura de tu pelo, la forma de tu nariz, el tamaño de tus manos, el tono de tu voz, tu personalidad innata, tus dones naturales, el tono de tu piel, el grado natural de tu físico y atletismo, o si serías metódico, analítico o relacional. Tú no escogiste ninguna de estas cosas. No te levantaste a los seis meses y dijiste, “creo que cuando crezca seré un tipo metódico,” o “voy a ocuparme en desarrollar una nariz larga y delgada porque eso beneficiará la simetría de mi rostro.”

Todas estas cosas fueren hechas por el divino artista que tiene una infinita creatividad. Pero hay momentos en nuestro egoísmo, cuando la otra persona interfiere en lo que queremos, que desearíamos subirnos al trono del creador y re-crear a nuestro esposo o esposa conforme a nuestra propia imagen, o al menos conforme a la imagen de alguien con quien sería más fácil vivir. La esposa relacional quiere cambiar a su esposo metódico en un clon de ella. El esposo analítico quiere re-crear a su esposa emocional en una pensadora desapasionada como él. El esposo se irrita por la voz chillona de su esposa o la esposa se impacienta por la lentitud con que su esposo hace las cosas.

De manera sutil o no tan sutil, todos cuestionamos al Creador, y al hacerlo deshonramos y faltamos al respecto a nuestro esposo o esposa. Terminamos criticando a nuestro cónyuge por cosas que él o ella no eligió. Terminamos pidiéndole que cambie en áreas donde simplemente no es posible. Yo no me puedo hacer más alto. No puedo alterar el rango natural de las características personales con que Dios me creó.

Cuando celebramos al Creador, nos vemos el uno al otro con asombro y gozo. Cuando ves a tu cónyuge y ves la gloria del Creador, te sientes bendecido por las formas en que es diferente. Te causa asombro y eres respetuoso de las experiencias y perspectivas que ha traído a tu vida y que nunca abrías tenido sin ese cónyuge. Y buscas maneras de expresar tu honor por tu cónyuge y por lo que los dedos del Creador hicieron.

2) Un matrimonio de amor, unidad y entendimiento fluirá de una adoración diaria a Dios como soberano.

¡Probablemente ya habrás notado que tu vida no es conforme al plan que tú tenías! La semana pasada no salió como la habías planeado. Cada una de nuestras historias está siendo escrita por otros. Piensa esto: quince años atrás no podrías haber escrito sobre la situación en que te encuentras ahora mismo mientras lees este libro. Igualmente, tu matrimonio es un drama en desarrollo escrito por el sabio control de un Dios amante y soberano.

Yo fui confrontado con esto el primer momento de mi relación con Luella. Estaba de pie detrás de ella en la línea del almuerzo de un nuevo año en la universidad. La línea era en un campus universitario en Carolina del Sur. Luella había sido criada en Cuba y yo en Toledo Ohio. No hay manera posible que hubiésemos podido controlar todas las cosas que tenían que ser controladas para garantizar que estaríamos en esa línea juntos, no solo el mismo día sino el mismo momento preciso durante el día.

Dios controló todo el proceso. El controló todas las influencias culturales que nos formaron. Controló todos los valores familiares que ayudaron a formarnos. Controló todas las situaciones, lugares y experiencias que ayudaron a conformar las formas particulares en que pensamos y en que respondemos a la vida.

Nosotros traemos al matrimonio todas esas influencias culturales y familiares, de modo que venimos con una lista de suposiciones que no son las suposiciones de nuestro cónyuge. Venimos con expectativas culturales que no son las expectativas de nuestro cónyuge. Venimos con horarios y expectativas sobre gustos, y relaciones que la otra persona no tiene. Uno espera que la cena sea un momento apresurado de ingesta alimenticia, mientras el otro espera que sea un tiempo sereno para comer y conversar. A uno no le importa si la casa se mantiene desordenada, mientras el otro está entrenado a esperar y mantener un ambiente nítido. En una familia, las reglas del esposo y la esposa eran definidas y evidentes; en la otra familia las reglas eran imprecisas. Una familia pensaba sobre el dinero como algo que hay que gastar, la otra pensaba como algo que hay que ahorrar. Podríamos multiplicar un ejemplo tras otro.