Refugio de papel - Natalia Elizabeth Castillo - E-Book

Refugio de papel E-Book

Natalia Elizabeth Castillo

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Beschreibung

¿Qué hacer cuando nos agobiamos de la realidad que nos rodea? ¿Qué hacer cuando nos alcanzó el disparo de la apatía? Refugio de papel es el medio que un alma incomprendida y solitaria utilizó para escapar del agobio y para anestesiar el dolor de dicho disparo. La autora nos enseña pensamientos, relatos y poesías redactados desde una perspectiva depresiva, ahogada en ansiedad y esquizofrenia. Es, en su máxima esencia, el refugio de una joven caminando sobre un suelo de tinta, junto a la insignificancia de vivir lejos de sí misma.

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Producción editorial: Tinta Libre Ediciones

Córdoba, Argentina

Coordinación editorial: Gastón Barrionuevo

Diseño de tapa: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones. María Magdalena Gomez.

Diseño de interior: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones.

Castillo, Natalia Elizabeth

Refugio de papel : diario de una chica que vivió lejos de ella misma / Natalia Elizabeth Castillo. - 1a ed. - Córdoba : Tinta Libre, 2021.

124 p. ; 21 x 14 cm.

ISBN 978-987-708-821-2

1. Literatura Argentina. 2. Literatura Juvenil. 3. Relatos. I. Título.

CDD A860.9283

Prohibida su reproducción, almacenamiento, y distribución por cualquier medio,total o parcial sin el permiso previo y por escrito de los autores y/o editor.

Está también totalmente prohibido su tratamiento informático y distribución por internet o por cualquier otra red.

La recopilación de fotografías y los contenidos son de absoluta responsabilidadde/l los autor/es. La Editorial no se responsabiliza por la información de este libro.

Hecho el depósito que marca la Ley 11.723

Impreso en Argentina - Printed in Argentina

© 2021. Castillo, Natalia Elizabeth

© 2021. Tinta Libre Ediciones

DEDICATORIA

Dedico este libro a aquellos que se han visto obligados a vivir lejos de sí mismos pero aun, bajo tales circunstancias, permanecieron firmes en la búsqueda de su “yo” de verdad.

Dedico los siguientes temas: “ÁNGEL EN EL CIELO” “SI YO HUBIERA SABIDO” “SIN ADIÓS, SIN DESPEDIDA” “TODAVÍA” en memoria de:

Mi tío paterno, Jorge Omar Castillo (in memorian)

Mi tía materna, Mónica Elizabeth Márquez (in memorian)

Mi bisabuela paterna, María Lidia Coffy Rodrigues (in memorian)

AGRADECIMIENTOS

Agradezco, en primer lugar, a mi abuela Graciolina Coffy porque fue ella quien creyó en mi trabajo desde el primer momento; sin su apoyo mis escritos solo se habrían arrugado debajo de mi cama, con el pasar del tiempo simplemente habrían dejado de existir, y estos no se habrían convertido en una concreta obra.

Quiero agradecer también a mis padres, Emmanuel y Gertrudis, a mi abuelo Daniel y a mis hermanos, Diego, Jorge, Fernanda y Luciana por apoyarme en este proyecto hecho realidad gracias a todos ellos. Agradezco a mis amistades por creer en mi lápiz y en mi papel.

Y, por supuesto, me agradezco a mí por seguir siempre mis sueños, por creer en mi misma y confiar en mis capacidades.

PRÓLOGO

Escribir un prólogo es siempre una tarea de gran responsabilidad y más aún, tratándose de alguien tan joven, con una mente abierta, con ideas y pensamientos firmes acerca de la cruda realidad del mundo. Sumado a eso, saber que la autora, mi nieta, además de llevar mi sangre en sus venas, también heredó la pasión por las letras, por el arte de escribir, por ese juego de palabras que enamora al mundo lector, se agrega a esa responsabilidad la emoción y el orgullo de presentar a los lectores a esta flamante escritora, que con sus jóvenes quince años ya emprendió el camino hacia las letras. Camino que requiere determinación y compromiso.

Siento la necesidad de contarles que todo comenzó cuando ella pidió mi opinión sobre unos textos que supuestamente había escrito una compañera. Al leerlos me impactó su contenido, las expresiones allí plasmadas y la creatividad del relato. Y en ese momento, lo único que atiné a decirle fue que su compañera ya podía considerarse una escritora. Pero pronto la verdad salió a la luz y ella me confesó que esos relatos eran de su autoría; con esa actitud buscaba obtener la más sincera y justa crítica, sin adulación forzada, sin agasajo alguno.

Toda vez que le sugería algún tema nuevo, ella lo desarrollaba con gran facilidad y celeridad, como si la inspiración estuviese allí hace tiempo, solo esperando ser plasmada en el papel. El día que le planteé la posibilidad de recopilar sus escritos en un libro, sus ojos brillaron tanto que fue imposible no emocionarme.

Joven simpática, amorosa, sensible, soñadora, humana… “¡Así de simple!” es Natalia. Emprendedora, independiente, talentosa, de una madurez muy acentuada, con gran capacidad de imaginación y creatividad. Dedicada y decidida, firme en sus ideologías, con una visión muy amplia y abierta en este mundo cargado de tantas inquietudes y carente de comprensión.

La joven autora plasma aquí sus inquietudes, sus rebeldías, visando sobre todas las cosas el amor en un contexto generalizado y focalizando con más precisión la temática social, en este mundo tan complejo y difícil en el que vivimos, con tanta desigualdad, discriminación, violencia, misoginia… Tendría mucho para seguir mencionando sobre sus mil y una inquietudes. Ahí en su libro no va a haber solo escritos, palabras conjugadas, dichos… más allá de sus relatos, de la temática, de la metáfora utilizada, sea cual fuere, ya sean basados en hechos reales o ficticios, no huye de la realidad en la que vivimos hoy, visibilizando con más intensidad la necesidad de comprensión, de aceptación, todo relacionado con lo humano, con el otro, con el prójimo.

La autora hace resonar su voz, sus “gritos mudos” sobre el papel. En sus escritos nos motiva a pensar, a reflexionar, a no prevalecer ante la gente que quiere imponer su camino a las demás personas; nos enseña la importancia de no desistir y seguir nuestra verdad.

Acompañé muy de cerca el proceso de creación de esta obra. De cada nuevo texto que Natalia escribía, me impactaba la fluidez con la que los relataba, y así, paso a paso, Refugio de papel fue ganando cuerpo, vida, llenándose de sentido, de condimentos; texto a texto, relato a relato, sus escritos fueron integrándose a esta flamante obra, para mí, magnífica y esplendorosa.

Confieso que me sentí identificada con algunos de sus relatos, seguramente muchos también lo sentirán. A pesar de que estén direccionados a los jóvenes como ella, puedo afirmar que sus escritos nos llegan a todos, nos llegan al alma.

Sin más que agregar… solo gratitud por el privilegio de ser quien presente a esta brillante joven y su increíble obra a los lectores.

Felicitaciones a ella, por su visión, por su sensibilidad, por ese “don” de volcar en el papel lo que guarda en su interior. Por creer en un mundo mejor. Por su valentía y perseverancia, sin basar su vida en la opinión de los demás. Por siempre crecer, avanzar, transitar sin temor alguno el camino hacia sus sueños.

Graciolina Coffy Rodrigues

REFUGIO DE PAPEL

Natalia Elizabeth Castillo

REFUGIO DE PAPEL

Cuando mi piel se volvió fría, mi cuerpo perdió la fuerza y mis pulmones ya no tenían aire para poder respirar, solo me incliné, me tumbé de cuerpo y alma frente al papel, deseando ser escuchada, implorando a gritos ser salvada; él me escuchó, él me salvó. Cuando me acogió en sus blancos brazos, mi alma recobró vida, ¡como por arte de magia! En ese instante sentí la sangre pulsar fuertemente en mis venas, como si fuera el papel el único antídoto para curar el veneno de mis penas. Deseé con todas mis fuerzas huir, correr, pero simplemente no me dirigí hacia a ningún lugar. Intenté rezar, pero no supe a quién, no supe qué. Entonces, humedeciendo las hojas con mis saladas lágrimas, le rogué con los brazos extendidos que fuera mi dios, mi guía… y así sucedió. Quedé allí, hipnotizada al descubrir mi refugio frente a mí. Entonces imaginé estar danzando sobre el cálido papel… hice de este un eterno letargo.

Quizás todo este tiempo mi cuerpo solo estuvo dormido, silenciado, esperando volverse adicto al papel. Ese día descubrí que no puedo ser como soy si hay gente a mi alrededor, pero que, si estoy respirando sobre la blanca textura de sus hojas, entonces estoy conmigo misma. El papel se integró a mi vida, se volvió mi único dios, mi único guía, el único testigo de los gritos que esconde mi ser.

Esta noche iré lejos donde nadie pueda verme, seguiré el rastro de la luna y desnudaré mi piel sobre el papel. “Frente a ti me confieso, me entrego, me inclino. Toma todo de mí, para que yo pueda tomar todo de ti, mi refugio de papel.”

ARCOÍRIS

Silencio, te lo ruego querida, ha sido un día difícil. Solo déjame contemplar el bello arcoíris, aunque sea una última vez. ¿Que acaso no puedes sentirlo atravesar tus temores y convertirlos en dulces melodías?

Si no sobrevivo a esta noche, por favor, deja que mi cuerpo descanse debajo de sus brillantes y mágicos colores. Tómalo como una última petición. Y así, cuando me encuentre allí, del otro lado del más hermoso fenómeno óptico y meteorológico, sabrás que estaré a salvo, que estaré por fin en una pacífica calma. Y juntos sabremos que la tormenta habrá pasado, ya que es exactamente eso lo que el arcoíris simboliza. ¿Que acaso al mirar su reflejo en el agua no sientes toda tu alma vibrar? Mientras él esté presente, estaremos a salvo ya que el pacto estará sellado, la lluvia habrá pasado. Cuando el arcoíris dotado de belleza deje de lucir sus colores sobre esta tierra, todo habrá acabado. Pero para entonces yo ya me habré marchado y ya habré caminado hasta el final de la ruta hecha de la paleta de un artista. Allí estaré esperando por ti, donde todos los sueños se cumplen.

¡Oh… querida, qué bello luce el arcoíris desde aquí!

ASÍ DE SIMPLE SOY

Solo soy una joven alma solitaria, un alma libre. Así de simple. Así de claro. Soy de las que nunca pertenecieron a ningún lugar, de las que nunca pretendieron ser alguien que nunca quisieron ni ver. Así de simple soy, rebelde, fuerte, independiente, libre y abierta. Joven, pero no lo suficiente, sabia, pero no lo bastante. Así sin más, me gusta gritar mis escritos y escribir mis gritos. Me gusta jugar con fuego y sentir las llamas del averno. Me gusta correr por el borde de la cornisa y recordar las mil y una de nuestras sonrisas. Así es como soy, no sé qué es lo que estabas esperando de mí. Grito en mis pesadillas y río al despertar. Bailo cada canción y lloro cada despedida. Así es como me gusta, desarreglada y divertida, como si no hubiera nadie alrededor; con el cabello revuelto sin peinar y el piyama desteñido, ese mismo que di por perdido.

Así de simple es como en realidad soy, corriendo descalza bajo el sol, disfrutando cada trago de este coctel de amor. Me encanta ser de esta forma, gozar de la poesía impaciente, de esa misma que brota así sin más, así de simple. Soy de las que nunca cambiarán su forma tan especial de ver el cielo, tanto en la luz como en la oscuridad. Disfruto danzar bajo la luz de la luna escuchando el cantar del mar, confiándole mis promesas y esquemas para escapar.

Soy solo esto y aquello, soy una luchadora que cayó en todos los rounds, pero aun así eso no me ha vuelto una perdedora. Adoro disfrutar de la simpleza de la vida, de las tardes en familia, de las risas compartidas. Solo soy, tan solo, un pequeño pedazo en el espacio que nunca se sintió normal, pero que todas las noches agradece al cielo de brazos abiertos no serlo. Soy solo un alma que nunca fue comprendida.

No quiero ponerte nervioso, no quiero asustarte, pero pronto la verdad se sabrá y el cielo caerá, tu mundo perfecto se desmoronará. Pronto, cuando lo sepas, te ofenderás y me alejarás, pero adelante porque ya no puedo esperar. Ahora puedes verme tal cual soy, y supongo que entonces ahora lo entiendes, que así, sin nada más que agregar, así de simple soy.

TREN SIN VÍAS

Mi mente es muy abierta, si quieres verla yo te abriré la puerta. Dentro todo está calmo; todo es tormenta. Dentro todo vuela, todo se eleva; dentro es el lugar más seguro en el mundo para mí. Dentro no pueden juzgarme, no pueden lastimarme. En mi mente abierta nadie es exiliado, nadie es marginado. Mi corazón es muy puro. La puerta de este se encuentra cerrada con llave, pero quizás puedas intentar entrar por la ventana. Me distinguen por ir contra la corriente mientras todos se extinguen. Ellos repiten cerca de mis oídos: “¿Por qué simplemente no puedes ser como los demás?”.

Perra, no quiero ser como los demás. Nunca fui como los demás. Mírame a los ojos y niégamelo a la cara. Ese día me paré frente al espejo y dije: “Cariño, nadie podrá derribarte. Nadie nunca podrá atarte”.

Día tras día me doy cuenta de que no pertenezco a este lugar, de que nunca pertenecí a este lugar. Fue entonces que entendí que las almas soñadoras siempre intentarán volar, y las que no, siempre se interpondrán. Cuando decidí marcharme, esperaba encontrar en el andén la respuesta que siempre busqué. Se me escaparon varios trenes esperándola. Nunca llegó. Una anciana que se encontraba sentada a mi lado me vio más de una lágrima derramar, entonces me dijo: “Oh, pequeña niña, el ayer ya te ha abandonado, hazlo tú también”.

No alcancé a responder ya que el tren frenó y ella en la estación bajó. Nunca la volví a ver, pero realmente siempre la recordé. Camino a mi destino reflexioné: no todos sentimos ni sufrimos lo mismo porque no todos salimos del mismo sitio, y quizá tampoco nos dirigimos al mismo lugar. Entonces, ¿por qué nos obligan a ser esclavos perfectos e idénticos? ¿Por qué nos obligan a sentir lo mismo? ¿A vestir lo mismo? ¿A desear lo mismo? Cuando existen tantas mentes creativas que gozan la vida con distintas perspectivas. Entonces mi tren frenó y mi alma en esa estación se alojó. Mi viaje comenzó lejos del lugar donde todo empezó. Mi paz revivió y mi obediencia volvió.

Mentira, mi obediencia nunca existió. Por eso es que nunca fui como el resto, siempre fui la rama torcida, la oveja negra, el jodido tren sin vías. Quien siempre portó la rebeldía, pero dichosa porque JAMÁS con la gracia de vida perdida.

DESCONECTADA DE LA REALIDAD

En mi mente habita un ejecutor que tortura hasta la piel de mi rostro desde dentro. Mientras él respire en mí, yo no podré vivir feliz. Es como algo que siempre está presente ahí, aunque tú no lo puedas ver. Él nunca descansa porque se encuentra ocupado matando mis sueños, carcomiéndome sin necesidad. En las tardes, cuando la sangre cae de mi nariz manchando el blanco piso de mármol, inyecto en mis venas la toxina que robé del callejón de la esquina, esa misma que pone “escapar” en la etiqueta. En el momento en el que la droga quema cada pedazo de mí, le sonrío al reflejo de nadie en la habitación y le pregunto: “¿Cuándo el asesino obsesionado conmigo finalmente me matará? ¿Serán dos años, serán seis, o serán más?”.