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Un compendio de relatos entrelazados por el amor y el destino, donde Pierre y Danielle, junto a otros personajes, enfrentan las complejidades de las relaciones humanas. A través de reflexiones astrológicas y momentos cruciales, se revelan sus pasiones, inseguridades y las fuerzas cósmicas que los guían. Desde la juventud hasta la madurez, cada historia plasma la lucha entre el corazón y la razón, desnudando la esencia de lo que significa amar y perder.
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Seitenzahl: 67
Veröffentlichungsjahr: 2025
DORIS THELLAECHE
Thellaeche, Doris Relatos de amor, regresiones y otras vidas / Doris Thellaeche. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2025.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-5958-6
1. Relatos. I. Título.CDD A860
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Parte 1
Relatos de amor, regresiones y otras vidas
25 relatos de un ciclo de vida
Marte
Venus
Alma
Signos astrales
Bajo la lluvia
La compatibilidad astrológica
Amor
Los primeros 7 años de un ciclo
La separación previsible
La amargura y los malos resultados por una separación forzada
Las flores del mal, el libro favorito de Pierre
El destino implacable
Despedida
Parte 2
Regresiones
Primera regresión
Segunda regresión
Tercera regresión
Parte 3
Otras vidas, otros amores
Nuevos encuentros
25 años pasaron
Venus y Mercurio
Los grandes amores, permanecen en el tiempo
Jean y Brigite: un amor del pasado
Simone y sus relatos
El tiempo y el eterno retorno
La vejez
Mercurio en dualidad
Entre realidad y ficción
Recuerdos tristes
Biografía de Sylvi
Sentimos que ya conocemos a esa persona. La seguridad de reconocerla nos invade: en una mirada, en un contacto, en el beso del ser amado, sabemos que permaneceremos juntos hasta la eternidad.
A través del tiempo seguía buscando mi identidad, atrapada entre la angustia y la tristeza. Este es el último encuentro. Nuestras miradas ya no son las mismas; sé que será la última vez. Mi corazón siente la nostalgia de los muchos y hermosos años en los que compartimos un amor indescriptible, un amor que floreció incluso cuando el medio era adverso, cuando la gente y las calles no podían vernos.
No puedo seguir; me siento enfermo, muy enfermo, y ella lo sabe. Sé muy bien que la quiero con toda mi alma, pero también sé que no volveremos a vernos. Ella dice que no volverá nunca más. Solo me queda pensar que irá al encuentro de alguien más, que intentará, una vez más, hallar al fantasma que se interpuso en nuestras vidas.
Me siento triste, Pierre.
¿Cómo puedo aceptar que esta sea la última vez que lo veo? Es una pena. Tantos años de un amor que nos inspiró a vivir, a encontrar sentido en nuestras vidas; que nuestras almas se encuentren, como dos estrellas fugaces destinadas a permanecer juntas hasta que el universo deje de existir. Este es el último día que estaremos juntos. Este es el último día que nuestras miradas tiernas y llenas de amor se cruzarán. Se terminó, ya no hay nada más que hacer. Se cumple el destino. Debo partir, no volveré nunca más.
En este último día, mientras nos vemos por última vez, nuestros corazones permanecerán unidos, a pesar del tiempo y la distancia. Viviré con el más hermoso de los recuerdos: dos llamas y dos que siempre fueron el uno para el otro.
Adiós, amor.
Catherine
“Lo que no se hace consciente, se manifiesta en nuestras vidas como destino”.
El corazón, sede de los sentimientos, es también, y al mismo tiempo, símbolo de la inteligencia y la intuición.
“Los grandes pensamientos vienen del corazón” (Pascal).
El corazón simboliza al hombre interior, su vida afectiva, y es la sede de la inteligencia y la sabiduría. Estos cuentos se basan en el amar de todo corazón. Este representa, en cada uno de nosotros, el centro de la vida, de la voluntad y de la inteligencia. Así, el corazón es el símbolo mismo de la presencia divina y de la conciencia de semejante presencia.
El corazón marca el inicio de los sentimientos que unen a las personas. Cuando un hombre y una mujer se encuentran en la vida, surge una atracción, un deseo implícito que, con el tiempo, se transforma en un amar de todo corazón. El corazón está siempre más ligado al espíritu que al alma.
Pierre y Catherine tienen un primer encuentro visual que desencadena el interés: una atracción que va más allá de una simple mirada, un latir de corazones y un encuentro de espíritus, es decir, de almas.
Pierre, por su carácter impulsivo, no sabe bien lo que pasa. Catherine, que es más tranquila, observa esta situación y no le da mucha importancia, aunque no puede evitar sentirse atraída de una manera especial. Este magnetismo mutuo los lleva a preguntarse por sus signos astrológicos.
Pierre es del signo Aries con ascendente en Libra y Luna en Géminis. Catherine, en cambio, es Tauro con ascendente en Escorpio y Luna en Aries.
Entremos en contexto para conocer más íntimamente a nuestros amigos Pierre y Catherine.
El signo zodiacal Aries corresponde a la ascensión del Sol, al tránsito del frío al calor, de la sombra a la luz. Es aquí donde la naturaleza se despierta del entumecimiento invernal. Simboliza, ante todo, la energía, la independencia y el coraje.
El símbolo del morueco está ligado al fuego original. Se trata de un fuego que es, al mismo tiempo, creador y destructor, ciego y rebelde, caótico y prolijo, generoso y sublime. Esta fuerza ígnea representa el surgimiento de la vitalidad primigenia, el impulso primitivo de la vida.
La astrología, al asimilar un carácter humano a cada signo zodiacal, describe a Aries como un tipo colérico (motivo–activo primario), con una vitalidad incandescente. Su ardor por vivir se manifiesta a rienda suelta, en el tumulto y la intensidad de su instinto, en emociones fuertes y sensaciones violentas.
Es un signo marcado por el activismo, por la existencia de sus peligros y proezas.
Marte
Afrodita, diosa de las más seductoras bellezas e hija de Urano, representa el amor en su forma meramente física. El mito de Afrodita es, en cierto modo, la imagen de una perversión: la perversión del gozo de vivir y de las fuerzas vitales.
No se trata de que la voluntad de transmitir la vida estuviera ausente del acto amoroso, sino de que el amor mismo careciera de humanización, quedando en un nivel puramente animal.
Al término de la evolución, Afrodita podría aparecer como la diosa que sublima el amor salvaje, integrándolo en una vida verdaderamente humana.
Venus
Las representaciones simbólicas del alma son numerosas, al igual que las creencias acerca que giran en torno a ella.
Jung afirma que el alma corresponde a un estado psicológico que debe gozar de cierta independencia dentro de los límites de la conciencia. El alma no coincide con la totalidad de las funciones psíquicas: pertenece a la persona, pero también al mundo de los espíritus y a lo inconsciente. Por ello, el alma posee en sí misma algo terrenal y, a la vez, algo sobrenatural.
Definición de Jung: “El ‘anima’ es el arquetipo de lo femenino que desempeña un papel de particular importancia en lo inconsciente del hombre”.
Si el “ánima” es la expresión femenina del inconsciente del hombre, el “animus”, según Jung, es la expresión masculina del inconsciente de la mujer. En otras palabras, el ánima representa la componente femenina de la psique masculina y el animus la componente masculina de la psique femenina.
En la relación de Pierre y Catherine hay un complemento entre el animus y el anima. Para Pierre, la relación es un intercambio de ánima y animus, un equilibrio que permite concretar una relación de pareja óptima. Coincidían en gustos, en su forma de ver la vida, en amistades, y a la vez mantenían discrepancias en aspectos materiales o de forma, donde la individualidad de ambos seguía su curso paralelo.