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Por primera vez en la historia, la ley de la demanda y la oferta está siendo puesta a prueba. ¿Hemos presionado el consumo hasta un punto de saturación y ahora somos incapaces de establecer una nueva demanda a cualquier precio? ¿Por qué de repente disminuye la demanda y tenemos temor a una deflación? ¿Cómo se adaptarán las corporaciones a esta nueva realidad económica en la que se produce poco o ningún crecimiento?
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Seitenzahl: 36
Veröffentlichungsjahr: 2021
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La muerte de la demanda
Tom Osenton
Leader Summaries
Capítulos
Introducción
En busca del crecimiento...
La nueva realidad económica
Una encrucijada y un tiempo de renovación
Por primera vez en la historia, la ley de la demanda y la oferta está siendo puesta a prueba. ¿Hemos presionado el consumo hasta un punto de saturación y ahora somos incapaces de establecer una nueva demanda a cualquier precio? ¿Por qué de repente disminuye la demanda y tenemos temor a una deflación? ¿Cómo se adaptarán las corporaciones a esta nueva realidad económica en la que se produce poco o ningún crecimiento?
La esencia del capitalismo. Tom Osenton cuenta que, a mediados de los años cincuenta, cuando era un niño, vivía con sus padres en Boston. Formaban una familia americana de clase media. En la casa tenían un teléfono, un coche, un televisor, un frigorífico y un mueble con radio y tocadiscos. Cincuenta años más tarde, él vive también con su propia familia y tiene tres coches, cinco teléfonos (sin incluir los móviles), tres televisores y ocho maneras diferentes de escuchar música. Hoy en día, este exceso de formas de entretenimiento, de alimentación, de información y de consumo no es una realidad exclusiva de la familia Osenton, ni de familias ricas o de clase media. Hay millones de personas que poseen más objetos de los que pueden necesitar o productos de los que pueden consumir. Mientras, por todas partes se escucha a economistas, a importantes hombres de negocios o a miembros del gobierno decir que tenemos que “crecer, crecer y crecer…”
La realidad es que ya no necesitamos más enseres ni aparatos eléctricos para la casa, ni más comida. Tan solo podemos conducir un coche, hablar por un único teléfono o ver una sola película a la vez. Hemos llegado a nuestro límite de comer hamburguesas, usar productos para nuestra higiene personal o adquirir objetos para nuestra casa. Actualmente, ya no existe ningún estímulo que provoque cambios en nuestros patrones de consumo ni tampoco se percibe alguno que los vaya a transformar a largo plazo.
Por primera vez en la historia, la ley de la demanda y la oferta está siendo puesta a prueba. ¿Hemos presionado el consumo hasta un punto de saturación y ahora somos incapaces de establecer una nueva demanda a cualquier precio? ¿Por qué de repente disminuye la demanda y tenemos temor a una deflación? Principalmente se debe a que en los últimos cien años hemos utilizado, y abusado hasta agotarlas, las tres variables del consumo: 1) El número de consumidores. No solo la población del mundo se ha cuadruplicado a partir de 1900, sino que el número de personas que participan en productos por categoría se ha ampliado considerablemente en el último siglo. El surgimiento de una clase media en los países desarrollados ha permitido que cientos de millones de personas entren a consumir productos por categorías. 2) Tipos de categorías. El número de categorías de productos y las variaciones de esos productos han aumentado considerablemente: basta con pensar en la inmensa variedad de productos para el cabello o la piel disponibles en las tiendas especializadas o en supermercados. Además, existe una amplia gama de productos por categoría, en la cual las personas ricas y las pobres ya no participan en el mismo proceso como consumidores. 3) La frecuencia y el volumen. Las cantidades de productos que se consumen en cuanto a frecuencia y volumen se han incrementado espectacularmente desde 1900. Durante los primeros cincuenta años del siglo XX, el mundo desarrollado vivió periodos de racionamiento, escasez y grandes sacrificios. A partir de 1950, experimentó un periodo de gran desarrollo, abundancia y riqueza que hizo que el consumo se disparara hasta niveles insospechados. Hoy en día, los niveles desenfrenados de consumo han generado que, por ejemplo, la obesidad adquiera proporciones de epidemia. Se ha generado un problema de endeudamiento por parte de los consumidores, que cada año provoca que se alcancen niveles récord de quiebras personales (solo en los Estados Unidos se producen anualmente unos dos millones de quiebras).
Construyendo beneficios y cuotas de mercado.