Resumen del libro "Usted puede ser feliz" de Albert Ellis - Leader Summaries - E-Book

Resumen del libro "Usted puede ser feliz" de Albert Ellis E-Book

Leader Summaries

0,0

Beschreibung

Este libro contiene un mensaje que no estamos acostumbrados a oír: que prácticamente todo el sufrimiento humano y la agitación emocional seria son completamente innecesarios. Cuando se provoca a sí mismo una ansiedad o depresión graves, está actuando claramente en contra de usted, y está siendo desleal e injusto consigo mismo. Su trastorno también afecta gravemente a su grupo social. Ayuda a provocar malestar en sus familiares y amigos, y, hasta cierto punto, en toda su comunidad. El coste de provocarse sentimientos de pánico, ira o autocompasión es enorme. En tiempo y dinero perdidos. En esfuerzo malgastado innecesariamente. En angustia mental fuera de lugar. En el sabotaje de la felicidad de los demás. En el estúpido desperdicio de placer potencial a lo largo de la única vida —sí, la única vida— que tendrá jamás. Qué despilfarro. ¡Qué innecesario! Pero ¿acaso el dolor emocional no forma parte de la condición humana? Sí, así es. ¿No ha estado con nosotros desde tiempos inmemoriales? Sí, lo ha estado. Entonces ¿no es inevitable, mientras seamos realmente humanos, mientras tengamos la capacidad de sentir? No, no lo es. No confundamos los sentimientos dolorosos con la perturbación emocional. Está claro que los seres humanos sienten. Como señalaron Epícteto y Marco Aurelio, antiguos filósofos estoicos, nosotros, los seres humanos, sentimos fundamentalmente tal y como pensamos. No, no totalmente. Pero sí fundamentalmente. Ese es el mensaje crucial que la terapia racional emotiva conductual (TREC) lleva treinta años transmitiendo, después de que yo adaptara algunos de sus principios a partir de los pensadores antiguos y de los más recientes —especialmente de Baruch Spinoza, Immanuel Kant, John Dewey y Bertrand Russell—. En gran parte creamos nuestros propios sentimientos, y lo hacemos aprendiendo (de nuestros padres y de los demás) e inventando (en nuestras propias mentes) nuestros propios pensamientos saludables e insensatos. ¿Los creamos? Sí, los creamos. Consciente e inconscientemente escogemos pensar y por ello sentir de ciertas maneras que pueden sernos útiles o destructivas. Pero podemos decidir cambiarnos extraordinariamente a nosotros mismos. Somos capaces de alterar nuestros pensamientos, sentimientos y actuaciones más instauradas. ¿Por qué? Porque como seres humanos nacemos con (y podemos potenciar) un rasgo que otras criaturas raramente poseen: la capacidad de pensar sobre nuestro pensamiento. ¡Esto es una verdadera suerte! Y nos da algún nivel de autodeterminación o libre albedrío. Puesto que, si solo fuéramos pensadores de un único nivel y no pudiéramos examinar nuestro pensamiento, sopesar nuestros sentimientos, revisar nuestras acciones en un segundo nivel, ¿dónde estaríamos? ¡Completamente estancados!

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 33

Veröffentlichungsjahr: 2021

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.


Ähnliche


 

 

 

 

Usted puede ser feliz

 

 

Albert Ellis

 

Leader Summaries

 

 

Capítulos

Introducción

¿Puede el pensamiento científico eliminar su sufrimiento emocional?

Cómo pensar científicamente en usted mismo, en los demás y en sus condiciones vitales

Usted puede negarse a perturbarse por haberse perturbado

Conclusión

 

 

Introducción

 

 

Este libro contiene un mensaje que no estamos acostumbrados a oír: que prácticamente todo el sufrimiento humano y la agitación emocional seria son completamente innecesarios. Cuando se provoca a sí mismo una ansiedad o depresión graves, está actuando claramente en contra de usted, y está siendo desleal e injusto consigo mismo.

Su trastorno también afecta gravemente a su grupo social. Ayuda a provocar malestar en sus familiares y amigos, y, hasta cierto punto, en toda su comunidad. El coste de provocarse sentimientos de pánico, ira o autocompasión es enorme. En tiempo y dinero perdidos. En esfuerzo malgastado innecesariamente. En angustia mental fuera de lugar. En el sabotaje de la felicidad de los demás. En el estúpido desperdicio de placer potencial a lo largo de la única vida —sí, la única vida— que tendrá jamás.

Qué despilfarro. ¡Qué innecesario!

Pero ¿acaso el dolor emocional no forma parte de la condición humana? Sí, así es. ¿No ha estado con nosotros desde tiempos inmemoriales? Sí, lo ha estado. Entonces ¿no es inevitable, mientras seamos realmente humanos, mientras tengamos la capacidad de sentir?

No, no lo es.

No confundamos los sentimientos dolorosos con la perturbación emocional. Está claro que los seres humanos sienten. Como señalaron Epícteto y Marco Aurelio, antiguos filósofos estoicos, nosotros, los seres humanos, sentimos fundamentalmente tal y como pensamos. No, no totalmente. Pero sí fundamentalmente.

Ese es el mensaje crucial que la terapia racional emotiva conductual (TREC) lleva treinta años transmitiendo, después de que yo adaptara algunos de sus principios a partir de los pensadores antiguos y de los más recientes —especialmente de Baruch Spinoza, Immanuel Kant, John Dewey y Bertrand Russell—. En gran parte creamos nuestros propios sentimientos, y lo hacemos aprendiendo (de nuestros padres y de los demás) e inventando (en nuestras propias mentes) nuestros propios pensamientos saludables e insensatos.

¿Los creamos? Sí, los creamos. Consciente e inconscientemente escogemos pensar y por ello sentir de ciertas maneras que pueden sernos útiles o destructivas.

Pero podemos decidir cambiarnos extraordinariamente a nosotros mismos. Somos capaces de alterar nuestros pensamientos, sentimientos y actuaciones más instauradas. ¿Por qué? Porque como seres humanos nacemos con (y podemos potenciar) un rasgo que otras criaturas raramente poseen: la capacidad de pensar sobre nuestro pensamiento.

¡Esto es una verdadera suerte! Y nos da algún nivel de autodeterminación o libre albedrío. Puesto que, si solo fuéramos pensadores de un único nivel y no pudiéramos examinar nuestro pensamiento, sopesar nuestros sentimientos, revisar nuestras acciones en un segundo nivel, ¿dónde estaríamos? ¡Completamente estancados!

Desarrollemos esta idea de “cambiarnos a nosotros mismos”. Tome, por ejemplo, sus propios sentimientos de frustración y decepción cuando sufre una pérdida. Alguien le promete que le dará un trabajo, por ejemplo, y después se echa atrás. Naturalmente, usted se siente molesto y triste. Bien. Estos sentimientos negativos ponen de manifiesto que no está consiguiendo lo que quiere y le animan a buscar otro.

Así, el hecho de sentirse molesto y triste es al principio incómodo y “malo”. Sin embargo, a largo plazo, tiende a ayudarle a conseguir más de lo que quiere y menos de lo que no quiere.

¿Tiene otra opción a estos sentimientos negativos saludables cuando algo va mal en su vida? Sí. Puede escoger sentirse muy molesto o un poco molesto. Puede escoger centrarse en las ventajas de perder un trabajo que le habían prometido (como la oportunidad de intentar conseguir otro mejor) y prácticamente no sentirse molesto en absoluto. O puede escoger menospreciar a la persona que le prometió el trabajo falsamente y alegrarse por ser una “mejor persona” que ese “canalla”.

Así que puede escoger sus reacciones naturales o normales a perder un trabajo (o cualquier otra cosa). Normalmente no le importaría ejercer esta elección, y decidiría aceptar los sentimientos normales y saludables de molestia y decepción, utilizándolos para que le sirvieran de ayuda en el futuro. Viviría con ellos y les sacaría partido.