0,99 €
El Rey Lear decide que dividirá su reino en tres secciones y le dará una sección a cada una de sus hijas. Con el fin de decidir cuánta tierra y poder obtendrá cada hija, Lear obtiene las tres promesas de su amor hacia él. Las dos hijas más codiciosas lo hacen, mintiendo para complacer a Lear, pero su favorita no lo hace, así que le dio todo a sus otras hijas intrigantes y a sus maridos.
Pero después de que las niñas obtienen la tierra y el poder, ya no tienen ningún afecto para su padre. Lear debe enfrentar el terrible error que cometió al dejar de lado a la única hija que realmente lo amaba.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Veröffentlichungsjahr: 2021
William Shakespeare
REY LEAR
Traducido por Carola Tognetti
ISBN 979-12-5971-138-0
Greenbooks editore
Edición digital
Enero 2021
www.greenbooks-editore.com
REY LEAR
DRAMATIS PERSONAE:
LEAR, rey de Britania El REY DE FRANCIA
El DUQUE DE BORGOÑA
GONERIL, hija mayor de Lear REGAN, hija segunda de Lear CORDELIA, hija menor de Lear
El Duque de ALBANY, esposo de Goneril El Duque de CORNWALL, esposo de Regan El Conde de KENT
El Conde de GLOSTER EDGAR, hijo de Gloster
EDMOND, hijo bastardo de Gloster El BUFÓN
OSWALD, mayordomo de Goneril CURAN, cortesano
Un ANCIANO, siervo de Gloster Un CAPITÁN
Un HERALDO
Caballeros, criados, mensajeros, soldados, acompañamiento.
LA TRAGEDIA DEL REY LEAR
I.i Entran [los Condes de] KENT y [de] GLOSTER, y EDMOND.KENT
Creí que el rey estimaba más al Duque de Albany que al de Comwall. GLOSTER
Eso creíamos nosotros. Pero ahora que divide su reino, no está claro a cuál de los dos aprecia más, pues los méritos están tan igualados que ni la propia minuciosidad sabría escoger entre uno y otro.
KENT
Señor, este joven, ¿no es hijo vuestro? GLOSTER
Su crianza ha estado a mi cargo. Reconocerle me ha dado siempre tal sonrojo que ahora ya estoy curtido.
KENT
No concibo...
GLOSTER
Pues su madre sí que concibió. Por eso echó vientre y se encontró con un hijo en la cuna antes de tener un marido en la cama. ¿Se huele a pecado?
KENT
No quisiera corregirlo, viendo el feliz resultado. GLOSTER
También tengo otro hijo, señor, de legítimo origen, un año mayor que éste, pero no más querido. y aunque este mozo vino al mundo por la vía del vicio sin que nadie lo llamase, su madre era hermosa, gozamos al engendrarlo y el bastardo debe ser reconocido. ––Edmond,
¿conoces a este noble caballero? EDMOND
No, señor.
GLOSTER
El Conde de Kent. Recuérdale siempre como mi honorable amigo. EDMOND
A vuestro servicio, señor. KENT
Os doy mi amistad y aspiro a conoceros mejor. EDMOND
Señor, me afanaré por merecerlo. GLOSTER
Lleva fuera nueve años y se marcha otra vez[L1] .
Clarines.
Llega el rey.
Entran el rey LEAR, [los Duques de] CORNWALL y de ALBANY, GONERIL, REGAN, CORDELIA y acompañamiento.
LEAR
Gloster, traed a los Señores de Francia y de Borgoña[L2] . GLOSTER
Sí, majestad.
Sale.
LEAR
Mientras, voy a revelar mi propósito secreto
Dadme ese mapa. Sabed que he dividido en tres mi reino y que es mi firme decisión liberar mi vejez de tareas y cuidados,
asignándolos a sangre más joven, mientras yo, descargado, camino hacia la muerte.
Mi yerno de Cornwall y tú, mi no menos querido yerno de Albany, es mi voluntad en esta hora hacer pública la dote de mis hijas
para evitar futuras disensiones. Los príncipes de Francia y de Borgoña, rivales pretendientes de mi hija menor, hacen amorosa permanencia en esta corte y es forzoso responderles.
Decidme, hijas mías, puesto que renuncio a poder, posesión de territorios
y cuidados de gobierno, cuál de vosotras diré que me ama más, para que mi largeza se prodigue con aquélla cuyo afecto rivalice con sus méritos. Goneril,
mi primogénita, habla tú primero. GONERIL
Señor, os amo más de lo que expresan las palabras, más que a vista, espacio y libertad,
mucho más de lo que estimen único o valioso;
no menos que a una vida de dicha, salud, belleza y honra; tanto como nunca amara hijo o fuese amado padre;
con un amor que apaga la voz y ahoga el habla. Mucho más que todo esto os amo yo.
CORDELIA [aparte]
¿Qué dirá Cordelia? Amará en silencio. LEAR
De todas estas tierras, desde esta raya a ésta, ricas en umbrosas florestas y campiñas,
ríos caudalosos y muy extensos prados,
te proclamo dueña. Sean de los descendientes tuyos y de Albany a perpetuidad. –
¿Qué dice mi segunda hija,
mi muy querida Regan, esposa de Cornwall? REGAN
Yo soy del mismo metal que mi hermana
y no me tengo en menos: en el fondo de mi alma veo que ha expresado la medida de mi amor.
Pero se ha quedado corta, pues yo me declaro enemiga de cualquier otro deleite
que alcancen los sentidos en su extrema perfección y tan sólo me siento venturosa en el amor de vuestra amada majestad.
CORDELIA [aparte] Entonces, ¡pobre Cqrdelia!
Aunque no, pues sin duda mi cariño pesará más que mi lengua.
LEAR
Quede para ti y los tuyos en herencia perpetua este magno tercio de mi hermoso reino,
tan grande, rico y placentero
como el otorgado a Goneril. ––Y ahora, mi bien, aunque última y menor, cuyo amor juvenil
las viñas de Francia y los pastos de Borgoña pretenden a porfía, ¿qué dirás por un tercio
aún más opulento que el de tus hennanas[L3] ?. Habla. CORDELIA
Nada, señor.
LEAR
¿Nada? CORDELIA
Nada.
LEAR
De nada no sale nada. Habla otra vez. CORDELIA
Triste de mí, que no sé poner
el corazón en los labios. Amo a Vuestra Majestad según mi obligación, ni más ni menos.
LEAR
Vamos, vamos, Cordelia. Corrige tus palabras, no sea que malogres tu suerte.
CORDELIA
Mi buen señor, me habéis dado vida,
crianza y cariño. Yo os correspondo como debo: obedezco, os quiero y os honro de verdad.
¿Por qué tienen marido mis hennanas, si os aman sólo a vos? Cuando me case, el hombre que reciba mi promesa tendrá la mitad de mi cariño, la mitad
de mi obediencia y mis desvelos. Seguro
que no me casaré como mis hermanas *[L4] . LEAR
Pero, ¿hablas con el corazón? CORDELIA
Sí, mi señor.
LEAR
¿Tan joven y tan áspera? CORDELIA
Tan joven, señor, y tan franca. LEAR
Muy bien. Tu franqueza sea tu dote, pues, por el sacro resplandor del sol, por los ritos de Hécate [L5] y la noche y toda la influencia de los astros
que rigen nuestra vida y nuestra muerte, reniego de cariño paternal,
parentesco y consanguinidad,
y desde ahora te juzgo una extraña
a mi ser y mi sentir. El bárbaro escita[L6] , o aquél que sacia el hambre devorando
a su progenie, hallará en mi corazón tanta concordia, lástima y consuelo como tú, hija mía que fuiste.
KENT
Majestad...
LEAR
¡Silencio, Kent!
No te pongas entre el dragón y su furia.
La quise de verdad y pensaba confiarme
a sus tiernos cuidados. ––¡Fuera de mi vista! – Así como mi muerte será mi descanso,
así le niego ahora el corazón de un padre. –
¡Llamad al Rey de Francia! ¡De prisa!
¡Y al Duque de Borgoña! ––Cornwall y Albany, añadid su tercio al de mis otras dos hijas.
Que la case su orgullo, que para ella es franqueza.
A los dos conjuntamente os invisto
con mi poder, supremacía y magnos atributos que rodean a la realeza. Yo me reservaré
cien caballeros, que habréis de mantener, y residiré con vosotros
por turno mensual. No conservaré
más que el título y los honores de un monarca; el mando, rentas y ejercicio del poder, queridos hijos, vuestros son. Para confirmarlo, compartid entre los dos esta corona.
KENT
Regio Lear, a quien siempre
honré como mi rey, quise como a un padre, seguí como señor, recordé como patrón
en mis plegarias...
LEAR
El arco está tenso; esquiva la flecha. KENT
Pues que se dispare, aunque la punta
me traspase el corazón. Kent será irreverente si Lear está loco. ¿Qué pretendes, anciano?
¿Tú crees que el respeto teme hablar cuando el poder se pliega a la lisonja? Si la realeza cae en la locura,
el honor ha de ser franco. Conserva tu poder y, con mejor acuerdo, frena
tu odioso arrebato. Respondo con mi vida de que tu hija menor no te ama menos
y de que no están vacíos aquéllos
cuya voz apagada no resuena en el vacío. LEAR
¡Kent, por tu vida, basta! KENT
Mi vida siempre tuve por apuesta en las partidas contra tus enemigos y no temo perderla por salvarte.
LEAR
¡Fuera de mi vista!
KENT
Mira bien, Lear, déjame que sea por siempre la guía de tus ojos. LEAR
¡Por Apolo…!
KENT
Pues, por Apolo, rey,
que invocas a tus dioses en vano. LEAR
¡Miserable, descreído! ALBANY y CORNWALL
¡Deteneos, señor!
KENT
Mata a tu médico y da la paga
a la inmunda enfermedad. Anula tu regalo o, mientras pueda gritar esta garganta,
te diré que eres injusto. LEAR
¡Óyeme, traidor, por tu lealtad escúchame! Por intentar que falte a mi promesa,
cual yo nunca osé, e interponerte
con soberbia entre mi decisión y mi poder, que ni mi carácter ni mi condición
pueden consentir, en prueba de mi potestad aquí tienes tu premio. Cinco días te concedo para que te proveas contra los males
de este mundo y el sexto vuelvas tu odiada espalda a mis dominios. Si el séptimo día
encuentran en mi reino tu cuerpo desterrado, será tu muerte. ¡Fuera! ¡Por Júpiter,
que no habrá revocación! KENT
Ya te dejo, rey, si ése es tu deseo;
fuera hay libertad y aquí está el destierro. [A CORDELIA]
Los dioses, muchacha, te otorguen su amparo, pues con tanto acierto piensas y has hablado. [A GONERIL y REGAN]
Que vuestra elocuencia se pruebe en la acción, y puedan dar fruto palabras de amor.––
Príncipes, adiós. En nuevo lugar su viejo camino Kent proseguirá.
Sale.
¡Clarines. Entra [el Conde de] GLOSTER con [el REY DE] FRANCIA, [el DUQUE DE] BORGOÑA y acompañamiento.
CORNWALL
Majestad, los príncipes de Francia y de Borgoña. LEAR
Mi señor de Borgoña, me dirijo a vos primero, rival con este rey
en la mano de mi hija. ¿Qué mínimo aceptáis en pago de su dote
para no renunciar a vuestra petición? DUQUE DE BORGOÑA
Excelsa Majestad, no pido más de lo que habéis ofrecido, ni vos queréis dar menos.
LEAR
Muy noble duque, cuando ella tenía mi cariño, cara fue su dote.
Mas ahora ha caído su precio. Ahí está: si algo de este ser tan insignificante
o todo él, con mi disgusto añadido,
y nada más, satisface a Vuestra Alteza, ahí la tenéis, es vuestra.
DUQUE DE BORGOÑA
No sé qué responder.
LEAR
Con todas sus flaquezas, sin amigos, adoptada por mi odio, con la dote
de mi maldición y el rechazo de mi juramento,
¿la tomáis o la dejáis? DUQUE DE BORGONA
Perdón, Majestad. En tales circunstancias no es posible decidir.
LEAR
Entonces dejadla, pues por los dioses que me hicieron, ésos son sus bienes. ––, Gran rey, de vuestro afecto no osaría desviarme para uniros con quien odio
y os ruego que pongáis vuestro cariño en ser más digno que esta desgraciada a quien la naturaleza se avergüenza de reconocer por propia.
REY DE FRANCIA
Es extraodinario que quien sólo hace un momento era vuestro bien, objeto de vuestro elogio, bálsamo de vuestra vejez, la mejor y predilecta, en un instante incurra en tal atrocidad
que quede despojada de toda vuestra gracia.
O ha cometido una ofensa tan atroz
o vuestro afecto declarado caerá en falta. y creer eso de ella requiere tanta fe
que sin milagro no lo admite la razón. CORDELIA [a LEAR]
Suplico a Vuestra Majestad
que, si es porque no tengo labia ni soltura
para decir lo que no siento, pues lo que pretendo lo hago antes de hablar, hagáis saber
que no es ninguna mancha, crimen o vileza, indecencia, ni acto ignominioso
lo que me priva de vuestra gracia y favor, sino algo cuya falta me enriquece: mirada obsequiosa y una lengua
que me alegra no tener, aun cuando no tenerla me haya costado vuestro afecto.
LEAR
Más te valdría no haber nacido, antes que haberme contrariado. REY DE FRANCIA
¿Sólo es eso, un encogimiento que a veces no pennite demostrar
lo que pretende? Mi señor de Borgoña,
¿tomáis a la dama? No es amor lo que se mezcla con cuestiones ajenas a su objeto. ¿La tomáis? Ella misma es una dote.
DUQUE DE BORGOÑA
Majestad, dad la parte que vos mismo propusisteis y tomo a Cordelia por esposa y Duquesa de Borgoña.
LEAR
¡Nada! Lo he jurado y lo mantengo. DUQUE DE BORGOÑA
Me apena que por perder a vuestro padre también perdáis un marido.
CORDELIA
Quede en paz el Duque de Borgoña. Si su amor es el rango y la fortuna, yo no seré su esposa.
REY DE FRANCIA
Hermosa Cordelia, tan rica por ser pobre, excelsa por rechazada, querida por desairada, te acojo con todas tus virtudes.
Si es lícito, me llevo lo que otros desechan.
¡Oh, dioses! ¡Qué extraño que tal desamor encienda en mi afecto tanta admiración!–– Tu hija sin dote, a mí abandonada,
es, rey, nuestra reina de la bella Francia.–– La tibia Borgoña no ha dado hombre egregio que pueda comprarme esta joya sin precio.–– Por mal que te traten, di adiós, mi Cordelia. Ganarás con creces todo lo que pierdas.
LEAR
Ya la tienes, rey, pues tuya ahora es la que fue mi hija, y no volveré
a verle la cara. ––Vete sin que yo te dé mi cariño ni mi bendición. Venid, Duque de Borgoña.
Clarines. Salen [todos menos el REY DE FRANCIA y las hermanas].
REY DE FRANCIA
Despídete de tus hermanas. CORDELIA
Alhajas de mi padre, Cordelia os deja
con ojos llorosos. Sé bien lo que sois, aunque, como hermana, no puedo llamar a vuestras faltas por su nombre. Quered a nuestro padre:
lo encomiendo a vuestro amor declarado. Mas, ¡ay!, si gozase yo aún de su afecto, le depararía otro alojamiento.
Así que adiós a las dos. REGAN
No nos dictes nuestra obligación. GONERIL
Tú pon todo tu empeño en complacer a tu señor, que te acoge cual limosna de Fortuna. Por falta de obediencia
mereces que te nieguen lo que niegas. CORDELIA
El tiempo mostrará toda doblez:
si encubre, luego ríe con desdén.
¡Ventura tengáis!
REY DE FRANCIA
Vamos, mi bella Cordelia.
Salen [el REY DE] FRANCIA y CORDELIA. GONERIL
Hermana, tengo cosas que decirte de lo que tanto nos concierne. Creo que nuestro padre se va esta noche.
REGAN
Desde luego, y contigo. El mes que viene, conmigo. GONERIL
Ya ves qué veleidosa es la vejez. Y lo que hemos presenciado ha sido poco. Siempre quiso más a nuestra hermana y ahora está a la vista con qué insensatez la rechaza.
REGAN
Es lo malo de la edad. Aunque la verdad es que nunca supo dominarse. GONERIL