Sangre De Ángel - Olga Hoekstra - E-Book

Sangre De Ángel E-Book

Olga Hoekstra

0,0
0,99 €

oder
-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

Sangre De Ángel

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Sangre de Ángel

Olga Hoekstra

––––––––

Traducido por Marina Migliaro 

“Sangre de Ángel”

Escrito por Olga Hoekstra

Copyright © 2014 Olga Hoekstra

Todos los derechos reservados

Distribuido por Babelcube, Inc.

www.babelcube.com

Traducido por Marina Migliaro

Diseño de portada © 2014 Wouter van Straten

“Babelcube Books” y “Babelcube” son marcas registradas de Babelcube Inc.

Tabla de Contenidos

Página de Titulo

Página de Copyright

Baby, if you could, would you go back to the start? | Take any fresh steps or watch it all fall apart, again? | Biffy Clyro | — Biblical —

Baby, if you could, would you go back to the start?

Take any fresh steps or watch it all fall apart, again?

Biffy Clyro

— Biblical —

Prólogo

—¿Lo tienes? ¿Tienes todo?—. El sacerdote hablaba en la oscuridad, su voz algo temblorosa. No le hacía falta ver a su compañero para saber que estaba allí. La energía que irradiaba el joven se infiltraba profundamente en el cura, penetrándole hasta los poros. El religioso temblaba de frio, y quizás de alguna otra cosa. En la Iglesia se estaba más agradable, pero aquél con el que se había encontrado no podía pisar suelo sagrado.

Por un momento, la duda se apoderó de él. ¿En qué se había metido? Que sus discípulos no supieran la verdad, que las historias que él contaba no tocaran la esencia, todo ello no quitaba que él fuera un hombre creyente. Si supieran la verdad... No, la verdad debía mantenerse encubierta, a salvo archivada en su cabeza, en su corazón, en los diarios que, entre los de su especie, se transmitían de generación en generación. Rituales que nadie sabía que existían, sólo el que estuvo presente al principio de los tiempos, cuando el Creador comenzó su obra. Él no necesitaba ser un mensajero, quería ser simplemente un pastor para sus discípulos, su rebaño. Durante cada oficio religioso predicaba sobre el perdón. Sobre la diferencia entre el bien y el mal. Sobre el amor.

El sacerdote asintió con la cabeza. Eso era justamente lo que estaba haciendo: tenía que proteger a su rebaño. Él era un buen pastor. ¿La diferencia entre el bien y el mal? Ésta ya prácticamente no existía. Ya nadie sabía nada sobre sacrificios, sobre elecciones hechas por amor.

Confianza.

Todo se trataba de confianza. Saber que hacías lo que correspondía, aunque a veces tus actos aparentaban lo contrario. Saber que amabas, sin importar las consecuencias. El cura volvió a asentir con la cabeza y se frotó las manos frías, calentándoselas un poco.