Sistema de salud ancestral de la comunidad yanacona de Frontino (Cauca) - Mónica María Lopera Medina - E-Book

Sistema de salud ancestral de la comunidad yanacona de Frontino (Cauca) E-Book

Mónica María Lopera Medina

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Beschreibung

A partir de consideraciones sobre los sistemas médicos ancestrales de los pueblos indígenas en Colombia y los factores que amenazan su memoria histórica, Sistema de salud ancestral de la comunidad Yanacona de Frontino (Cauca). Sanación para el buen vivir explora la estructura y el funcionamiento del sistema de salud de esta comunidad del sur del país. Este libro, derivado de investigación, destaca las concepciones acerca de la salud, la enfermedad, la vida y el bienestar que guían a los yanaconas, y la relación de tales concepciones con los pilares de su plan de vida. Para el análisis actual del sistema de salud ancestral se establecen diferencias entre los subgrupos poblaciones y se muestran algunos elementos que trascienden su utilización en la curación de enfermedades y son importantes en otras dimensiones del bienestar. La obra también analiza los fenómenos que propician la continuidad de este sistema ancestral, lo mismo que aquellos que constituyen una amenaza, e identifica algunas relaciones, positivas y negativas, que se producen en su articulación con el sistema de salud hegemónico.

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Sistema de salud ancestral de la comunidad yanacona de Frontino (Cauca)

Sanación para el buen vivir

Mónica María Lopera Medina

María Isabel Henao Restrepo

Jhon Hegner Anacona Palechor

Salud Pública

Editorial Universidad de Antioquia®

Colección Salud Pública

© Mónica María Lopera Medina, María Isabel Henao Restrepo, Jhon Hegner Anacona Palechor

© Editorial Universidad de Antioquia®

ISBN: 978-958-501-169-4

ISBNe: 978-958-501-170-0

Primera edición: agosto del 2023

Hecho en Colombia / Made in Colombia

Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio o con cualquier propósito, sin la autorización escrita de la Editorial Universidad de Antioquia®

Editorial Universidad de Antioquia®

(57) 604 219 50 10

[email protected]

http://editorial.udea.edu.co

Apartado 1226. Medellín, Colombia

Imprenta Universidad de Antioquia

(57) 604 219 53 30

[email protected]

Agradecimientos

A nuestro ser superior.

A nuestras familias, que siempre han estado presentes y apoyándonos, aun a expensas del tiempo que no hemos podido dedicarles.

A la comunidad yanacona de Frontino, por permitirnos desarrollar este trabajo en su territorio, por su disposición y por el apoyo en la ejecución del proyecto.

A la línea de investigación en Sistemas de salud del grupo de investigación Gestión y políticas de salud (Facultad Nacional de Salud Pública) y al semillero de investigación en Sistemas de salud de la Universidad de Antioquia, por facilitarnos los recursos necesarios para desarrollar este proyecto.

Introducción

Los sistemas de salud tradicionales han sido usados por las comunidades indígenas a lo largo de la historia, como fuente de prevención y atención de sus necesidades y problemas básicos de salud y bienestar. Los conocimientos y las prácticas ancestrales, que se han generado y transmitido de generación en generación en las comunidades, son la expresión de su cosmogonía, y por lo tanto dan cuenta de la forma en que conciben su mundo, de la explicación del proceso salud-enfermedad, de la vida y la muerte, así como de la armonía o la desarmonía con respecto a los elementos de la naturaleza y las relaciones sociales. Aquí se hace uso del concepto de sistema de salud indígena porque, en efecto, se trata de un conjunto articulado de elementos, con una estructura, unos actores, unos propósitos y unos valores, así como procesos y dinámicas que les son propios.

Aunque históricamente el sistema de salud tradicional ha sido la principal fuente de atención para los miembros de las comunidades, sus procedimientos son dinámicos, debido a que los conocimientos y las prácticas se van moldeando, reduciendo, fortaleciendo o transformando en relación con sus cambiantes condiciones de vida, que devienen de la influencia de los procesos sociales, culturales, políticos y económicos que experimentan, tanto los de carácter externo como los que corresponden a sus dinámicas internas. El sistema de salud indígena afronta innumerables retos, a pesar del esfuerzo de las comunidades indígenas del país por conservar su conocimiento y sus prácticas ancestrales.

En este libro, resultado de una investigación cualitativa de la línea de investigación en Sistemas de salud del grupo de investigación Gestión y políticas de salud (Facultad Nacional de Salud Pública), exploramos cómo se estructura y cómo funciona actualmente el sistema de salud indígena de la comunidad yanacona del municipio de Frontino (Cauca), debido a que esta ha experimentado múltiples cambios como consecuencia del desarraigo de su lugar de origen: Rioblanco, hace ya más de treinta años, generado, entre otros motivos, por la búsqueda de alternativas para enfrentar sus necesidades más básicas. Actualmente, en esta comunidad ubicada en el Macizo Colombiano habitan 372 personas y 129 familias. Hoy la comunidad indígena yanacona comparte el territorio con población afrocolombiana y campesina, pero la mayor parte de su población la constituye la etnia yanacona.

Esta comunidad se asentó en la vereda Frontino, a 25 km de la comunidad de Rioblanco. Su escisión se debió a la improductividad de las tierras, los problemas de abastecimiento de alimentos y las dificultades en las fuentes de sustento, pero también a la violencia y la vulneración de los derechos. La nueva comunidad se organizó como cabildo en 1989 y pertenece al Cabildo Mayor Yanacona. Esto significa que, en su ordenamiento, la comunidad está regida por un gobernador, acompañado por cabildantes elegidos por voto popular. Su localización es contigua a la cabecera municipal, por lo que su relación con los mestizos, con la institucionalidad y con los fenómenos urbanos también es muy estrecha.

Este territorio, de tierras verdes, vive de la agricultura a pequeña escala y de la crianza de animales de sustento. Desafortunadamente, el territorio no es muy prolífico en aguas y las existentes no tienen garantía de potabilización. La comunidad aún carece de sistemas estructurados de alcantarillado, saneamiento básico e infraestructura vial. Estas tierras han resultado prolíficas para la explotación de la minería aurífera; por lo tanto, además de sus habitantes, en los últimos años los foráneos han llevado nuevamente la amenaza de la minería ilegal y la destrucción de la madre tierra.

Debido al desarraigo y el desprendimiento de su comunidad de origen, el pueblo yanacona de Frontino ha debido reacomodarse, no solo en un nuevo territorio, sino en relación con su modo de vida. Sus elementos identitarios deben ser escudriñados en detalle, pues solo se exhiben en las conversaciones largas y amenas, que con generosidad accedieron a brindarnos en sus propios hogares. Su vestuario es indistinto de aquel usado por campesinos y mestizos, las fiestas rituales son esporádicas y no todos las conocen. No obstante, de las charlas tranquilas con los habitantes, acompañadas de agua de panela producida por los mismos comuneros, emerge el profundo vínculo que tienen con la tierra y los espíritus que habitan cada ser, con sus ancestros y sus creencias. En las conversaciones que permitieron desarrollar el estudio que se presenta en este texto, tanto aquellas individuales (entrevistas) como las colectivas (diálogo de saberes, que cumple con la función de los grupos focales que se expone más adelante), también se esbozan la añoranza de lo perdido en cuanto a sus orígenes y vínculos ancestrales, sus tradiciones, sus conocimientos y sus prácticas.

A pesar de los múltiples cambios y retos en la vida de la comunidad yanacona de Frontino, los habitantes han construido el sentido y el significado de su sistema de salud indígena, no solo otorgándole un valor significativo para el mantenimiento del bienestar físico, psicológico, social y ambiental, sino asignándole además un sentido de identidad. Es decir que su sistema de salud ancestral no solo constituye un medio, sino un fin en sí mismo para el mantenimiento y el fortalecimiento de sus costumbres, sus tradiciones, su cuidado y su comunicación con el territorio. Esto es muy importante porque permite entender que el sistema de salud indígena es un acervo cultural y un patrimonio local y nacional que, debido a los complejos fenómenos que constituyen la vida social, institucional, política y económica del país, se torna en riesgo permanente.

Resulta evidente que en la comunidad yanacona la comprensión de las causas de la enfermedad ha sido permeada por la mirada occidental, de la cual han recibido una gran influencia e incluso presiones. Pero, por fortuna, los procesos de salud-enfermedad también conservan elementos que permiten efectuar una explicación propia, una etiología propia. Estos procesos se entienden en relación con el territorio y sus elementos naturales, sociales y espirituales.

A pesar de los grandes y constantes cambios experimentados por esta comunidad, hasta ahora ha conservado parte de la estructura, los actores y el papel que ejercen internamente, la sabiduría y su carácter democrático entre los miembros, los recursos de los que hacen uso, las técnicas y los insumos con los que cuentan para su práctica ancestral. Pero se advierte que, debido a las dinámicas internas y externas de la comunidad, el tiempo parece contado para la preservación de este sistema. En el estudio que se presenta en este libro se describe en detalle lo que aún se conserva del sistema de salud ancestral, su estructura y su funcionamiento, pero también aquellos fenómenos que lo ponen en un riesgo inminente. Así, se abordan en detalle las características contextuales y las condiciones propias que promueven o dificultan el mantenimiento, la permanencia y el fortalecimiento del sistema de salud propio, pero también aquellos fenómenos de carácter político, económico e institucional que la comunidad considera como obstáculos para la preservación de su acervo cultural.

Quizá lo más conocido de los sistemas de salud indígena sean sus médicos tradicionales y el uso de las plantas en conexión con el mundo espiritual, pero el sistema de salud indígena de Frontino no se agota allí. Aunque la medicina es ejercida por yachas, la comunidad misma conoce los recursos que su medio le provee para satisfacer muchas de sus necesidades relacionadas con la salud. La comunidad hoy cuenta no solo con dicho conocimiento, sino con la posibilidad de ser asistida por los yachas, de acuerdo con el tipo de problema y las relaciones de confianza con ellos. Los yachas, en su mayoría octogenarios y por ahora sin posibilidad de relevo generacional, ponen su conocimiento al servicio de la comunidad para el mantenimiento y el mejoramiento de la salud en todos los ciclos de la vida y en los ámbitos colectivos propios de la vida social, económica, ambiental y espiritual. Tradicionalmente, los pueblos indígenas han hecho uso de tratamientos naturales y del apoyo de fuerzas espirituales obtenidos a partir de los recursos que ofrece el propio medio. La comunidad de Frontino no es la excepción, pues conserva sus propias técnicas de sanación y ha adquirido otros métodos (ejercidos por pocos).

Como el tratamiento y el manejo de los procesos de salud-enfermedad dependen de la comprensión de los fenómenos ligados a estos, en este libro se explora la interpretación que los habitantes yanaconas de Frontino realizan de las interrelaciones de los pilares de su plan de vida con la salud, así como de la influencia del sistema médico ancestral sobre estos pilares. El plan de vida es un mapa de navegación, un conjunto de elementos interrelacionados y ligados a las condiciones y las formas de vida que ellos mismos han definido como asuntos prioritarios en los procesos cotidianos que hacen posible la vida y la convivencia. Algunas de las dimensiones del plan de vida son compatibles con los componentes teóricos de la calidad de vida o bienestar. En relación con la calidad de vida, la literatura ha descrito diferentes perspectivas, de las cuales se nombrarán al menos tres, que serán explicadas en el capítulo 3: la perspectiva de la Organización Mundial de la Salud (oms) (1), la perspectiva de Ivana Jürgens (2) y la perspectiva de Beatriz Arita (3). Estos autores han resaltado la importancia que tienen, en relación con la calidad de vida, las dimensiones física, emocional, espiritual, social, financiera, ambiental e intelectual, así como la educación y la esperanza de vida.

El plan de vida de la comunidad yanacona de Frontino incorpora las dimensiones que se acaban de mencionar para el buen vivir. Este plan fue construido por los miembros de la comunidad, en reuniones periódicas en las que se definían los asuntos más relevantes que se debían intervenir, con el fin de mantener el bienestar de su territorio y de quienes allí residen. Consta de nueve pilares: el político, el cultural, las relaciones internas y externas, el bienestar económico, el bienestar ambiental, el bienestar social, el bienestar espiritual, el bienestar físico y el bienestar psicológico (estos últimos también entendidos como salud mental y emocional). Un hallazgo muy significativo del estudio es que el sistema de salud indígena de esta comunidad no solo contribuye a la resolución de problemas físicos y psicológicos, sino que también hace grandes aportes al resto de los pilares de su plan de vida.

Con base en el reconocimiento de que el sentido de un sistema de salud ancestral está ligado al propósito de mantener el bienestar individual y colectivo, en este libro se exploran de forma muy especial la aceptabilidad y la utilización del sistema de salud ancestral, tanto por parte de los miembros de la comunidad indígena como por parte de aquellos con quienes conviven (la población afrocolombiana y la campesina) y de otras personas externas a la comunidad.

No obstante, el mantenimiento de la salud y los planes de vida de los grupos indígenas, la preservación de la cultura y el uso de la medicina tradicional no han sido tareas fáciles, pues en la actualidad confluyen múltiples fenómenos, tanto externos como internos, que se han convertido en amenazas para las comunidades indígenas y sus tradiciones, en especial para la medicina tradicional. En ese orden de ideas, a pesar de que en la Constitución Política del país y otros acuerdos internacionales que hacen parte del bloque de constitucionalidad se alude a la protección del legado histórico de los pueblos indígenas, diferentes circunstancias de orden político y socioeconómico han producido diversos fenómenos que atentan contra la preservación de la autonomía y las tradiciones culturales de los pueblos indígenas. En la práctica es común que estas comunidades, al intentar conservar sus territorios y sus tradiciones, sean consideradas como un tropiezo para el desarrollo del país. Muchas comunidades indígenas han sufrido en carne propia el genocidio, que desde la época de la colonización y hasta ahora se viene presentando en diferentes pueblos, a causa de los intereses extractivos de las multinacionales que hacen presencia en sus territorios y del desconocimiento por parte del Estado, lo que ha provocado la usurpación de las tierras, ha dado origen al desplazamiento forzoso y ha afectado las prácticas ancestrales (4).

En Colombia, la violencia que viven los pueblos indígenas ha permanecido desde la Conquista, cuando fueron desplazados de las planicies a las zonas montañosas. En la época contemporánea la violencia contra las comunidades indígenas se ha incrementado, en gran medida por la disputa que implican la protección de los territorios y la presencia de los grupos armados al margen de la ley, además del otorgamiento de títulos mineros a las multinacionales y el fenómeno del narcotráfico (4) (5).

En la política pública colombiana existe una dualidad que afecta a las comunidades y sus tradiciones. Por un lado, normativamente se definen políticas que tienden a la protección de su patrimonio cultural y simbólico, y por otro lado, se instauran prácticas económicas sustentadas en la intensificación del modelo económico neoliberal del país. La comunidad yanacona de Frontino, como muchas otras del país, ha sido amenazada por factores externos, como la incursión de las multinacionales, la expansión de los cultivos ilícitos y la aparición de grupos armados al margen de la ley, que han generado desarmonía dentro del territorio e incluso la expulsión de algunos miembros de la comunidad (4) (5). Muchas de estas amenazas han sido introducidas mediante discursos progresistas de desarrollo económico que dicen favorecer a la población, pero que en realidad han causado múltiples daños en su territorio, tanto físicos como simbólicos.

Estas comunidades son sometidas a cambios en sus modos de vida, con la consecuente pérdida del patrimonio social, ambiental y cultural. Como consecuencia de ello, en las últimas décadas se han producido cambios en el uso del suelo, se ha intensificado la minería y la tala indiscriminada de árboles, se produjeron cambios en los patrones de la agricultura (dirigidos hacia el monocultivo) e incluso en el uso del agua. Estas prácticas que producen cambios en los modos, los estilos y la calidad de vida o buen vivir han alejado a la comunidad de sus tradiciones, debido a que modifican su relacionamiento con el territorio, pues permean los imaginarios y su concepción del bienestar.

Como resultado de estos cambios en sus modos de vida, los indicadores generales de desarrollo muestran que el 43 % de los hogares indígenas viven en la pobreza y el 24 % viven en la pobreza extrema; esto es, entre 2 y 2,7 veces más en comparación con el promedio a nivel nacional (6). Para esta población se produce inequidad en la tenencia de las tierras. En materia de salud, los registros oficiales del Análisis de Situación de Salud (asis) muestran que los indicadores de salud de las comunidades indígenas son peores que los del promedio nacional; así, estas comunidades tienen mayores tasas de mortalidad materna y perinatal, problemas en la atención prenatal, mayores índices en las enfermedades de notificación obligatoria (por ejemplo, la malaria por Plasmodium vivax), así como enfermedades de la pobreza, entre las que se encuentra la desnutrición. El asis también ha resaltado los problemas relacionados con el acceso y la utilización de los servicios alopáticos de salud, prestados en el Sistema General de Seguridad Social en Salud (sgsss) y en el Sistema Indígena de Salud Propio Intercultural (sispi) (7). Estos indicadores dan cuenta de los mayores problemas de inequidad social y sanitaria que van en detrimento de su proyecto de vida. Dichas inequidades han sido resaltadas también en los informes del Perfil epidemiológico de los pueblos indígenas de Colombia y del Perfil de salud de la población indígena, y medición de desigualdades en salud. Colombia, 2016 (8) (6).

En cuanto a los fenómenos del orden institucional que afectan el sistema de salud tradicional de esta comunidad, se puede resaltar que los conocimientos y las prácticas que ancestralmente se usaban para evitar enfermedades cambiaron y pasaron a ser remplazados por protocolos y lineamientos dictados por los sistemas de salud hegemónicos y las prácticas impuestas por el sgsss, que rigen al país y que, contradictoriamente, son más estrictos ahora, con la adopción del sispi. Estas prácticas incluyen no solo la atención y las relaciones de los pacientes con los profesionales de la salud, sino también la adopción de los fármacos y las tecnologías puestas a disposición por el complejo médico industrial, en detrimento de las prácticas propias.

Los conocimientos y las prácticas de la medicina tradicional han sido subestimados, no solo en el campo de los servicios de salud, sino también en el ámbito científico, y en consecuencia, es notable la falta de investigación y de documentación de los beneficios que producen los conocimientos del sistema propio para la salud y la calidad de vida o buen vivir de los individuos y de las comunidades. Debido a la carencia de datos científicos, estos métodos son escasamente reconocidos en los sistemas de salud hegemónicos. Pero estas relaciones no son unidireccionales; por el contrario, en el interior de las comunidades indígenas la adopción de prácticas foráneas se ha desarrollado en forma paralela a la propia subestimación o subvaloración de los conocimientos y de las prácticas culturales.

Otro de los fenómenos que ha puesto en riesgo las prácticas de la medicina tradicional ha sido la incursión de los valores comerciales estimulados por las multinacionales farmacéuticas en los territorios indígenas, lo que ha generado la expropiación de las plantas con el simultáneo uso de productos químicos para el tratamiento de las enfermedades. Las multinacionales han extraído los recursos presentes en los pueblos y en el medio donde se desarrollan los grupos indígenas, y han patentado los principios activos que poseen las plantas.

Otro aspecto que amenaza la memoria histórica de los pueblos indígenas y, en especial, las prácticas del sistema de salud ancestral es el uso indiscriminado de los productos del desarrollo tecnológico. Esto ha afectado la diversidad ecológica, biológica y cultural de estos pueblos. Por ejemplo, la invasión de los aparatos electrónicos ha influido en la pérdida de los lazos de comunicación y resolución de problemas dentro de la familia, y en consecuencia, en la pérdida de la transmisión de los saberes ancestrales.

Es importante aclarar que la comunidad yanacona de Frontino experimenta situaciones difíciles que de algún modo condicionan la preservación de sus costumbres. Mientras sus miembros intentan sobrevivir con la agricultura a pequeña escala, aún deben afrontar condiciones ambientales adversas. En esta comunidad son evidentes el déficit de agua potable para el consumo humano y el riego de sus cultivos, así como el de las condiciones básicas de saneamiento y los sistemas de alcantarillado que eviten la contaminación y las consecuentes enfermedades de origen hídrico.

El propósito de este estudio es comprender y recuperar el sistema de salud y los aspectos autóctonos propios de la cultura ancestral. Esta intención va más allá de los procesos formales y su incorporación en el sistema institucionalizado recogido en la literatura, que intenta acoplar los grupos, los métodos y las técnicas de la medicina tradicional con el sistema hegemónico. Algún intento de recuperación de la medicina tradicional se reconoce en el trabajo de Sandra Noguera, quien en el 2012 realizó en Santiago de Cali un estudio que interviene en la reconstrucción de la experiencia del proceso que adelanta el Instituto Técnico Agropecuario e Industrial Juan Tama del Resguardo Indígena de Canoas (9).

La bibliografía científica que se ha ocupado de la estructura, el funcionamiento y la utilización del sistema de salud ancestral, así como de su influencia en la calidad de vida, no solo es escasa, sino que está desactualizada. Gran parte de los estudios realizados en comunidades indígenas se centra en los problemas de salud biomédica, mientras aquellos sobre las políticas de salud para los pueblos indígenas son muy escasos (10).

El equipo de la línea de investigación en Sistemas de salud realizó una búsqueda sistemática en cinco bases de datos bibliográficas: PubMed, LILACS, SciELO, ScienceDirect y EMBASE, utilizando los términos utilización, medicina tradicional, calidad de vida, percepción y comunidad indígena. Se encontraron pocos estudios con comunidades indígenas que intentan relacionar el uso de la medicina tradicional y la calidad de vida. De los 138 documentos hallados en las bases de datos bibliográficas, se procesaron 61 artículos que tenían relación con el objeto de estudio de esta investigación; y de estos, se analizaron a fondo 25 del ámbito nacional. Se resalta que los indígenas tienen poco acceso a los servicios de salud alopáticos, además de que estos no satisfacen las necesidades de las comunidades, al no incluir las terapias alternativas en la prestación de los servicios (11).

En el país se han realizado algunos estudios en comunidades indígenas de Bogotá, Amazonas, Santiago de Cali, Cauca y Vaupés. Algunos de estos estudios intentan reorientar los servicios de salud a través de propuestas como la Atención Primaria Orientada a la Comunidad (apoc) en Bogotá y la implementación de un sistema de salud propio para las poblaciones indígenas, con el fin de reorientar los servicios de salud, identificar los tipos de atención usados por estas poblaciones y analizar los costos asociados a las enfermedades (12) (13) (14) (15) (16).

Otros estudios más cercanos al objeto de investigación del presente trabajo determinaron la frecuencia de uso de la medicina tradicional, implementaron propuestas educativas tendientes a fortalecer la medicina tradicional e identificaron las plantas usadas para la cura de las enfermedades, y la concepción de la salud y la enfermedad que tienen las comunidades indígenas. Otros estudios buscaron recuperar la medicina tradicional y sus prácticas, y avanzar en la integración de la medicina tradicional con la alopática (15) (16) (17) (18) (19) (20) (21) (22). El propósito de la integración no solo se plantea en función de la atención en salud para las comunidades indígenas, sino también con respecto a la atención de poblaciones no indígenas. Esta integración se amplía al ámbito académico, con el fin de brindar a los pacientes conocimientos multiculturales que les permitan acceder a diferentes métodos de cura de la enfermedad, generando un ambiente seguro para el paciente y una adecuada atención en salud (23) (24) (25).

Por otra parte, en el ámbito internacional existen pocos estudios afines que den cuenta del trabajo con comunidades indígenas y del uso de la medicina tradicional para mejorar su calidad de vida. De los 138 estudios destacados por las bases de datos bibliográficas, solo 27 se relacionan con el tema de investigación que motivó la escritura de este libro. Debido a que tanto la literatura internacional como la nacional acerca de la relación entre la medicina tradicional y la calidad de vida o buen vivir en los pueblos indígenas es escasa, a que los resultados de la mayoría de las investigaciones del país están enfocados en la integración entre el sistema médico tradicional y el sistema alopático, a que no existían hasta el momento estudios sobre salud indígena en la comunidad de Frontino, a que esta comunidad ha experimentado múltiples problemas sociopolíticos, económicos y ambientales, y a que la cosmovisión de cada comunidad es diferente y por lo tanto se requiere conocer la especificidad de la que se explora en este caso, la línea de investigación en Sistemas de salud se propuso elaborar este libro con el objetivo de identificar la estructura, el funcionamiento y la utilización del sistema de salud tradicional en el cabildo indígena de Frontino (Cauca), así como de determinar de qué manera influye en las dimensiones autóctonas de la calidad de vida o el plan de vida, dadas sus actuales condiciones.

***

Este libro, dividido en seis capítulos, pone a disposición de los lectores un producto derivado de un estudio cualitativo con enfoque fenomenológico y tradición de teoría fundamentada, puesto que recoge las experiencias vividas por la comunidad y las nutre con la reflexión en torno a su situación, para aportar a la reconstrucción de su propio conocimiento y de la teoría sustantiva, con el apoyo del equipo investigador.

Para la recolección de la información se realizaron siete encuentros individuales (entrevistas) y cinco colectivos (diálogo de saberes), que académicamente corresponderían a los grupos focales pero, siguiendo las tradiciones culturales de la comunidad participante, obedecen a círculos de la palabra sin restricción en el número de participantes. Estos diálogos fueron integrados por grupos de mujeres y hombres de diferentes rangos de edad, sin limitar la participación en caso de que algún integrante no cumpliera con las características del grupo.

A lo largo del texto se presentarán testimonios que representan o informan lo que planteó la comunidad (perspectiva emic) y que soportan los resultados expuestos. Las entrevistas y los grupos focales se codificaron numéricamente para guardar la confidencialidad. Al final de cada testimonio se indica entre paréntesis si este surge de una entrevista individual o de un encuentro colectivo, y previamente aparece el código numérico asignado al entrevistado o al participante del encuentro colectivo. Estos últimos fueron grupos focales (GF) o encuentros de saberes. En el GF 1 participaron mujeres entre 18 y 30 años; en el GF 2, mujeres entre 31 y 55 años; en el GF 3, hombres entre 31 y 55 años; en el GF 4, hombres de 56 o más años; en el GF 5, mujeres mayores de 65 años.

Saber si la comunidad indígena de Frontino ha mantenido y conservado su etnicidad, su identidad, sus tradiciones, un sistema propio y autóctono de salud y su patrimonio cultural nos permitirá comprender si a pesar de los cambios geográficos, socioculturales y económicos experimentados por este pueblo se ha conservado su medicina tradicional, cómo y con qué características, así como su influencia en los planes de vida definidos por ellos mismos. Este estudio cualitativo permitió escuchar de la propia voz de los involucrados la descripción de sus experiencias, sus expectativas y sus percepciones frente a este tema.

Sin embargo, el alcance de esta investigación no termina en la comprensión, pues a partir de esta se logró que la comunidad reviviera la importancia de este asunto olvidado y que expresara su interés en continuar realizando propuestas para fortalecer el legado cultural e histórico que representa el sistema de salud ancestral que hace parte de su identidad. Así mismo, los investigadores han recogido las propuestas de mejoramiento planteadas por la comunidad y complementadas por el equipo, para influir directamente en la promoción de la salud, de la prevención de la enfermedad y de las prácticas que lleven a la armonía cuerpo-mente-espíritu, a la relación armónica entre los sujetos, la colectividad y el ambiente bajo su propia concepción y su visión cosmogónica, al tiempo que se mantienen el legado y la identidad cultural presentes y futuros en la comunidad.

1. Los pueblos indígenas de Colombia: una aproximación al Cabildo Yanacona de Frontino

En este capítulo se presentan las características de la etnia yanacona de Frontino, sus orígenes y su relación con el territorio que habita, pero antes resulta obligatorio diferenciar algunos términos que son usados indistintamente en el argot común para nombrar a las comunidades indígenas, pues denominaciones como etnia, cabildo, pueblo, resguardo y nación indígena, que se encontrarán el libro, son utilizadas frecuentemente de manera errada.

La etnia hace referencia a un grupo en particular que se diferencia del resto de la población en relación con las prácticas culturales y las formas de ver el mundo. El cabildo es una entidad pública especial, conformada por integrantes de la comunidad. Un pueblo abarca un territorio más amplio, donde convergen lo cultural, las técnicas curativas y las demás tradiciones. El resguardo1 es una institución legalmente constituida. Y la nación indígena es la agrupación de todos los resguardos de un territorio específico (26).

El concepto de grupos étnicos hace alusión a las comunidades o los grupos que a lo largo del tiempo han mantenido su identidad como sujetos que tienen un origen, una historia y unas características culturales comunes que los diferencian de los demás. En Colombia, por ejemplo, se han constituido colectividades humanas que se reconocen como pueblos indígenas, comunidades negras o afrocolombianos, comunidades raizales y el pueblo rom (27).