Soy zurdo de nacimiento -  - E-Book

Soy zurdo de nacimiento E-Book

0,0

Beschreibung

Siempre en el límite entre lo legal y lo ilegal, entre lo permitido y lo prohibido, entre lo serio y lo cómico, la voz que traslucen estas cuecas nunca olvida la conciencia de su humanidad, una conciencia generosa y derrochadora de vida, como su mismo autor.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 54

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



© LOM ediciones Primera edición, 2011 ISBN IMPRESO: 9789560002969 ISBN DIGITAL: 978-956-00-1305-7 RPI: 211.768 Originales: Colección de cuadernos manuscritos en Archivo de Literatura Oral. Biblioteca Nacional. Fotografías: Archivo Roberto Parra. Digitalización de los textos y las fotografías: Claudio López y Soledad Abarca diseño, Edición y Composición LOM ediciones. Concha y Toro 23, Santiago Teléfono: (56-2) 688 52 73 | Fax: (56-2) 696 63 [email protected] | www.lom.cl Tipografía: Karmina Impreso en los talleres de LOM Miguel de Atero 2888, Quinta NormalImpreso en Santiago de Chile

Índice

Con aires chillanejos

Que florezca la hiedra

Por dármelah de aguapao

Hasta cuándo soy cargante

Dos lancetah en una micro

Soy pipiolo el más manyao

Hasta mi guitarra llora

La yegua le puso el gorro

El burrito quedó solo

Apenas llegué del sure

Que digan que está durmiendo

Puro pulento

Me puso el cucurucho

Se me pasó la manopla

Cuando sea grande mijo

En la cárcel de molina

Vendo gorros pa’ mellizoh

Explotado fue mi abuelo

Perdóname señor cura

En el teatro Alameda

En la cana

Escobar pescó la rienda

De Chile traigo saludo

Soy puro pueblo señores

Soy toro entre los toroh

Con sangre pagó el minero

Como el gallo rojo canto

Silencio para los muertoh

Adelante compañero

Soy zurdo de nacimiento

Sanguinario es el tigre

La raza degeneraron

Cada vez que tengo ganah

Misifú donde las botah

Qué triste es mi tristeza

El sí ya se jue de’spalda

Naciste con güena estrella

Pa’ un dieciocho ‘e septiembre

La chicha ‘tá sumagada

El blanco anda de farra

Quisiera volverme parra

De tal palo tal astilla

Cantando en la Vega Chica

Estoy por volverme loco

Estoy por volverme loco (Otra versión)

Ya se jue la dictadura

Sembremos güena semilla

Sembrando para mañana

Ya salieron a la cancha

El coipo con el caballo

Voy a componer la caña

Quién me iba a parar los carroh

Quién me iba a parar los carroh (otra versión)

Por la razón y la juerza

La casa por la ventana

La casa por la ventana (Otra versión)

Se vistió de gala el puerto

San Antonio de mi vida

Cómo me voy pa’ la casa

Cuando me vine del campo

Tendré que pagar peaje

Herodeh mandó a Pilatoh

Adiós querida Violeta

Cuando me vine del campo (otra versión)

~ Cuecas incompletas ~

Parió la yegüita un burro

Soy capa entre la cap

Vestido de mil colores

La vida que yo he pasado

Estoy por volverme loco

En la puerta del poto

Desde Arica a Puntarenah

Con aires chillanejos

Micaela Navarrete A.

Soy zurdo de nacimientoDe una pata, de una mano,Oigo con la oreja izquierdaComo todos los cubanoh

Roberto Parra, Cueca

La colección de cuadernos manuscritos de Roberto Parra es una de las adquisiciones más valiosas del Archivo de Literatura Oral de la Biblioteca Nacional en los últimos años.

Entre esos textos se encuentran los originales de las obras Décimas de laNegra Ester, Entre luche y cochayuyo, Zafra y El Desquite, que ya han sido difundidas en modestas ediciones o en brillantes puestas en escena.

Sin embargo, lo que no conocíamos hasta ahora era la gran cantidad de letras de cuecas inéditas, compuestas por Roberto a lo largo de su vida, que contienen esos cuadernos, y conservadas a instancias de Catalina Rojas, su mujer. Justamente con ella fue que hicimos una revisión completa de todos esos valiosos materiales, con la colaboración de dos estudiantes que hacían sus respectivas prácticas en el Archivo: Nicolás Peña, egresado de Antropología de la Universidad Austral de Valdivia, y Lena Le Goff, pasante de Historia venida de Francia.

Entusiasmados con el descubrimiento, le propusimos a su viuda intentar una publicación de esas setenta cuecas. Se trata de la presentación de una fuente que, con toda seguridad, será muy útil para los estudiosos de ese género y para quienes se atrevan a musicalizar estos temas, valioso legado de un cultor de la poética y el canto populares, y muy especialmente de cuecas, que él bautizó como “choras”.

Hijo de Nicanor Parra Parra, chillanejo y de Clarisa Sandoval Navarrete de Malloa, nació el 29 de junio de 1921 en Santiago. Fue el quinto de los nueve hermanos. Por razones laborares su familia llevaba una vida bastante itinerante, dependiendo de los trabajos del padre.

Se dice que a los nueve años doña Clarisa, su madre, lo pone a trabajar de lazarillo de una cantora ciega de nombre Laura, por la suma de quince pesos al mes. Con ella recorren diversas ciudades del sur llegando hasta Puerto Montt, subiendo y bajando de los trenes. Por varios meses hace estas especies de giras artísticas con esta cantora que interpretaba un repertorio muy triste, pero muy de gusto de los campesinos que acudían a escucharla. Puede ser que las andanzas con esta mujer de pueblo en pueblo marcaran la vocación de andariego y “torrante” que tuvo Roberto toda su vida.

Los conocimientos de guitarra que adquiere de niño en el mundo campesino, viendo a sus padres y a sus familiares, los completa de la mano del maestro hojalatero José Balboa, gran guitarrista y quien le contaba que a su vez él había aprendido de Lázaro Salgado. Con frecuencia le recomendaba que buscara a ese famoso cantor y payador. Este maestro Balboa lo adiestró en los secretos de nuevas melodías y la forma de tocar punteado. Juntos tocaron y cantaron en trenes, bares y ramadas.

Según el musicólogo Rodrigo Torres, ya “a los catorce años, Roberto afianza su oficio de guitarrero y comienza a desempeñarse como músico en circos, cabarets y boliches sureños.

Desde 1935 hasta finales de los años cincuenta viaja incesantemente de norte a sur del país, animando con su música la vida provinciana”.1

Su repertorio se enriqueció con los años en que conoció a diferentes músicos populares, especialmente después de encontrar, por fin, a Lázaro Salgado como le había encarecido su amigo hojalatero; con él tocaba y cantaba en la Vega, el Mercado y muchos otros sitios populares.

Con su gran sensibilidad y talento de poeta está siempre componiendo versos en los que relata sus vivencias de músico andariego y bohemio, y retrata lo cotidiano de la vida urbana.