Triángulo de las Bermudas - Daniel Solano Bacallao - E-Book

Triángulo de las Bermudas E-Book

Daniel Solano Bacallao

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  • Herausgeber: RUTH
  • Kategorie: Krimi
  • Sprache: Spanisch
  • Veröffentlichungsjahr: 2017
Beschreibung

A más de 40 años de la aparición de su novela El Triángulo de las Bermudas, Charles Berlitz mantiene su vigencia como el principal propagador de ese mito, a pesar de que las páginas de este bestseller están plagadas de errores, tergiversaciones y hasta falsedades. Se hacía necesario entonces un texto que actualizase el tema sobre la base de un análisis objetivo y exhaustivo de sus diversas aristas. ¿Qué se sabe del Triángulo de las Bermudas?, ¿existen otros triángulos misteriosos?, ¿cuáles buques y aviones han desaparecido en estos?, ¿cómo evitar las desapariciones de múltiples medios de transporte aeronaval?, ¿qué papel desempeñan las "olas asesinas", los huracanes, la piratería y otros eventos en estas pérdidas?, ¿cuáles causas ocasionan el extravío de aeronaves y embarcaciones? Estas y muchas otras interrogantes son respondidas en estas páginas, donde se incluyen los vínculos del Triángulo con presuntos triángulos enigmáticos y con misterios tan populares como los "buques fantasmas", la Atlántida y los OVNI. También una explicación novedosa sobre el hipotético desenlace de cinco aviones del Vuelo 19 desaparecidos.

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Título original: Triángulo de las Bermudas. Terror submarino y áereo

Edición base: Sergio M. Bello Canto 

Edición para e-book: Aldo Gutiérrez Rivera

Diseño de cubierta: Elvira Corzo Alonso

Corrección: Aida Elena Rodríguez Reiner Emplane digital: Madeline Martí del Sol

©Daniel D. Solano Bacallao, 2015

© Sobre la presente edición:

Editorial Científico-Técnica, 2016

ISBN 978-959-05-0923-0

INSTITUTO CUBANO DEL LIBRO

Editorial Científico-Técnica

Calle 14, no. 4104 e/ 41 y 43, Playa, La Habana, Cuba

[email protected]

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público.

Distribuidores para esta edición:

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Avda. Diagonal, 519-52 08029 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España

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Índice de contenido
Agradecimientos
Introducción
¿Quién es Charles Berlitz?
Surge el mito
Primera parte
Zona conocida como Triángulo de las Bermudas
CAPÍTULO I Y lo llaman Triángulo de las Bermudas
Un triángulo que no es triangular
CAPÍTULO II Última misión del vuelo 19
Leyenda del tiempo
CAPÍTULO III Aeronaves desaparecidas en el Triángulo de las Bermudas
CAPÍTULO IV Buques desaparecidos en el Triángulo de las Bermudas
Mitos en el Triángulo de las Bermudas
Versiones míticas más divulgadas sobre los sucesos del Triángulo de las Bermudas
Lluvia de hipótesis
CAPÍTULO VI Otros triángulos
¿Doce cementerios diabólicos?
Triángulo del Dragón
CAPÍTULO VII Triángulo de las Bermudas en las pantallas
Encuentro cercano de tercer tipo (1977)
El Triángulo de las Bermudas (1978)
Abismo (1989)
Bermuda Triangle (1996)
“Triángulo“ (1998)
Lost voyage (2001)
El Triángulo (2005)
Segunda parte
Triángulo de las Bermudas y otros misterios
CAPÍTULO VIII ¿Está la Atlántida en el Triángulo de las Bermudas
Lo que dijo Platón
Un mítico continente hundido
Atlántida y Triángulo de las Bermudas
CAPÍTULO IX ¿Existen asteroides en el Triángulo de las Bermudas
CAPÍTULO X Enigma del MAry celeste
CAPÍTULO XI Leyendas de buques fantasmas
Algunos casos de buques fantasmas
Posibles causas de los buques fantasmas
CAPÍTULO XIII
OVNI y triángulo de las bermudas
OVNI y electromagnetismo
Tercera parte
Mares de peligros
CAPÍTULO XIII Mafias del mar
Piratas del siglo xxi
Explosión pirata de 2008
Contra todos los piratas
De 2009 en adelante
CAPÍTULO XIV Olas monstruos
Olas asesinas
Buques víctimas
Vistas desde el cosmos
Monstruo confirmado
Ecuación de Schrödinger
CAPÍTULO XV banderas alquiladas
Flotas mercantes mayores del mundo
Cuarta parte
Luchando contra las desapariciones
CAPÍTULO XVI botes, balsas y chalecos salvavidas
CAPÍTULO XVII Satélites salvavidas
Satélites meteorológicos
Sistemas de salvamento por satélite
Sistema gps y satélites de navegación
Sat de comunicaciones marítimas
Cajas negras, teléfonos y relojes o todo vale para seguir vivos
Quinta parte
Descifrando los misterios del mar
CAPÍTULO XVIII Ciencia contra el Triángulo de las Bermudas
Científicos opinan
Sat oceanográficos
CAPÍTULO XIX “fallos” de Berlitz
Profundizando en los planteamientos de Charles Berlitz
Rectificando la lista de pérdidas
CAPÍTULO XX ciencia contra todas las falacias
Bombas sin explotar, torpedos activos y minas flotantes
Turbulencias de aire claro
Huracanes
Misiles y partes de naves espaciales que escapan al control y derriban aviones o hunden buques
Ataques cardíacos a pilotos
Olas
Choque contra globos
Imprudencias de pilotos
Bolsas submarinas de metano
Icebergs
Trombas marinas y tornados
Corrimiento de cargas
Colisión con aves
Ataques de tiburones y cocodrilos
Buques sin amarras
Explosiones de buques
Vértigo
Descompresión explosiva
Impactos meteóricos
Rayos
Destructores
Desligue de juntas
CAPÍTULO XXI Decálogos de la perdición
Diez razones para que un avión caiga sin emitir un SOS
Diez razones para que un buque se hunda sin emitir un SOS
Diez razones para que un submarino se hunda sin emitir un SOS
Sexta parte
Destino final
CAPÍTULO XXII ABISMO NEGRO
CAPÍTULO XIIII estadísticas espeluznante
CAPÍTULO XXIV informe de la marina
CAPÍTULO XXV ¿Qué sucedió en realidad con el vuelo 19?
Séptima parte
Conclusiones y decálogo
CAPÍTULO XXVI Verdades y mentiras
CAPÍTULO XXVII realidad y ficción
Rescates bajo el mar
Desaparecidos hasta un día
Decálogo triangular
Glosario
Sitios web consultados
Datos de autor

Dedicado, muy especialmente, a Doris Oberländer

Agradecimientos

Mi eterno agradecimiento a mis grandes amigos y sus familiares, quienes con su desprendimiento, paciencia, apoyo múltiple y aguante para con mis reiteradas molestias, respaldaron la terminación de este texto.

En primer lugar, aHugo César Crespo Arencibia, mi imprescindible gran amigo, fallecido prematuramente durante la gestación de esta obra, a la cual realizó aportes muy variados. Tal apoyo y agradecimiento son extensibles a su mamáOhilda Arencibiay su fraternal hermanoArmando Crespo.

A Doris Oberländer,la solidaria e incondicional amiga, que con su altruismo fue una de las personas decisivas para que esta obra, tras su larga concepción, llegara a buen término.

A Miguel Ángel Díaz Portillo (MAD),gran amigo absoluto y colega, esencial en la demorada concreción de este libro, y a su hermanoFrank Díaz Portillo.

A Maikel Reyes Leyva, quien, además, realizó una corrección detallada del texto, y a su mamáAna Irma Leyva Ramírez.

A mis hermanasMaría Eugeniay Heidy, por su apoyo, su desprendimiento y su paciencia para conmigo, quienes, de seguro, tuvieron que soportar muchas desatenciones de mi parte.

A mi sobrino Dennis Quaderer, por su pureza, su apoyo sin límites y su fidelidad infinita.

A Ana Núñez González, esa musa que actúa y estimula desde la distancia, y a su mamáRosa González Portes, por sus apoyos espiritual, maternal y logístico reiterados.

A Rosa Fong, por su estímulo, su orientación y su apoyo múltiple cada vez que los necesité.

A Cary Labrada, “alma de Dios“, de infinita fuerza espiritual, muy estimulante por su fe en la victoria sobre cualquier obstáculo, y a sus hijasDanaeyDania.

A mi entrañable amigoRicardo Socorro,aJavier Socorroy su compañeraSoledad Oramas,a sus hijosSaritayAbraham,y aXeniaySandra.

A Fred Danilo, por su apoyo solidario y su camaradería de siempre, quien fuera un ente decisivo en la impresión de la primera copia del libro terminado; “felicidad“ esta que garantizó el solidario aNguyen Peñacon miras a presentarlo a la Editorial.

A Lianet Cabrera, Isis Ruiz, Jannette M. Cobas, LiliyAntonio Nores, ese reducido pero amabilísimo colectivo de la biblioteca del Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo.

A Dulce María Valenzuela Rodríguez, Noemí Vázquez García, Yolanda Guitart García, Grissel Pérez Pérez, Yessica Azquerez Díaz y Odalis González Martínez, ese colectivo, muy amable, de muchachas en el Centro de Documentación e Información Pedagógica (CDIP) de Cárdenas.

No puede faltar el agradecimiento a los miembros del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, en especial,Ivonne Galeano,ángel de la guarda de escritores noveles y su compañero inseparableEduardo Heras León. Imposible sería olvidar a los informáticosErick MotayBernardo Acosta, Yunior PérezyJosé Luis Altuna.

A Lissett M. Packard, Tania Tenrrero Cañete, Aneida Fernández Alfonso, Misleidy Valdés,Mirta Cruz Pérez, Odalnis Mora Plunkett, Pedro Luis Hernández Álvarez, Raúl A. Alonso BenavidesyErnesto Torra, todos especialistas del Joven Club Cárdenas 1.

A Greti Rodríguez, Elianet Hernández, Anamaris Sandamil, Arasay Álvarez, Osvaldo SuárezyAlexis Miura, todos especialistas del Joven Club Cárdenas 4, por su amable atención.

Un último “gracias“ paraSergio Bello, quien con su eficaz labor de edición contribuyó a hacer de este libro una obra mejor.

A todos ellos —dedicándoles como tributo el presente título—, mis más sinceros y eternos agradecimientos.

Introducción

Triángulo de las Bermudas es el nombre más popular de la “tenebrosa zona“ comprendida en el área triangular formada por las líneas imaginarias que unen a las islas Bermudas, Puerto Rico y la Florida.

El lugar, también conocido como el Triángulo de la Muerte, el Triángulo Diabólico, entre otras muchas denominaciones tétricas, constituye, junto con otros enigmas como la Atlántida o los OVNI (objetos voladores no identificados),1con los cuales se relaciona, uno de los mitos que matizaron el sigloxxy que ahora salpica el sigloxxi. Las causas de su notoriedad están dadas por la cronología de hechos allí acaecidos, los cuales han sido calificados por muchos como incomprensibles, misteriosos o diabólicos.

1A sugerencia del autor, se ha mantenido la palabra “ovni“ en su modalidad de acrónimo (OVNI); de igual modo, se ha procedido con el vocablo “osni“ (OSNI). (N. del editor).

Desde la época del descubrimiento de Colón, la zona atlántica se consideró peligrosa, aunque fue un suceso célebre ocurrido en diciembre de 1945, la pérdida de seis aviones —quizá la más inescrutable desaparición múltiple de aeronaves en la historia de la aeronáutica mundial— el que emprendió el comienzo en la consolidación de su triste fama. Tal hecho, unido a las anteriores y posteriores pérdidas de naves aéreas y marítimas, halló eco en páginas de periódicos, revistas y libros que se encargaron de establecer el mito; en este sentido, el máximo logro lo alcanzóEl Triángulo de las Bermudas, de Charles Berlitz, publicado en 1974.

¿Quién es Charles Berlitz?

Charles Berlitz (1913-2003). Lingüista y políglota, nacido el 18de diciembre en Nueva York, Estados Unidos. En la décadade los sesenta del sigloxxinició su incursión literaria en los temas esotéricos, por los cuales es más famoso; entre estos figuraron libros sobre la Atlántida y el Arca de Noé, pero fueron tres de sus obras las que obtuvieron mayor relevancia, no tanto por su riguroso apego a la verdad, sino por la influencia que ejercieron en la cultura pop del misterio:El Triángulo de las Bermudas(1974),El Experimento Filadelfia(1979) yEl incidente(1980), los dos últimos coescritos junto a William Moore (otro cultor de lo paranormal, sobre todo en el campo ufológico). Al Experimento Filadelfia, Berlitz dedicó una buena parte en su versión sobre el Triángulo de las Bermudas; con posterioridad, el referido experimento sería muy citado en numerosas realizaciones audiovisuales y escritas e, incluso, se realizó un filme que pretendió dejar constancia al respecto.

En relación conEl incidente, este fue el primer libro que abordó el Caso Roswell, relanzándolo a la palestra pública, tras más de treinta años de olvido, con lo cual ayudó a convertirlo en lo que es hoy día el caso de OVNI más célebre. Es menos conocido que Berlitz es también autor deEl Triángulo del Dragón(1989), que trata sobre el Triángulo del Diablo, presuntamente, existente en aguas aledañas al archipiélago nipón.

En su texto sobre la región bermudiana, Berlitz se auxilia en las hipótesis planteadas por otros autores que desde antes habían fijado su atención en esa región oceánica. En este sentido, presenta a dos de ellos.2

2Estas citas —y las que, en adelante, serán utilizadas en el texto, salvo que se indique otra fuente— corresponden al libro de Charles Berlitz,El Triángulo de las Bermudas.

John Spencer, autor deLimbo of the lost(1969), fue piloto dela USAF durante 10 años, y es un estudioso de los OVNI.Fue miembro del NICAP (Comité Nacional de Investigación de los Fenómenos Aéreos), que incluye altos funcionariosdel gobierno, Marina, organismos especializados en cohetería, etcétera.

Sobre el promotor del Experimento Filadelfia, dice lo siguiente:

El astrónomo Morris K. Jessup, autor de The Case for the UFO (1955), fue un astrónomo experto en selenografía, que dirigió el mayor telescopio óptico de América del Sur, descubrió estrellas dobles y desarrolló experimentos sobre eclipses.

A este dúo, Berlitz agregó los siguientes autores y obras, a los que acudió como referencia: Manson Valentin (1934-?), zoólogo, arqueólogo y oceanógrafo, amigo de Jessup e investigador del Triángulo de las Bermudas; Donal Keyhoe (1897-1988), autor deFlying saucer conspiracy(1955) yAliens from space(1973); Ivan Sanderson (1911-1973), escritor deInvisible Residents: A Disquisition upon certain; Matters Maritime, and the possibility of Intelligent; Life under the waters of this Earth, todas de 1970; Frank Edwards (1908-1967), autor deStranger than science(1959) yStranges of all(1957), y Brad Steiger (1936-?), a quien se debeAtlantis rising(1958). En lo referente al Triángulo de las Bermudas, el grupo de escritores citados por Berlitz es mayor, pero los mencionados parecen ser los que mayor influencia ejercieron en su punto de vista.

Surge el mito

El 5 de diciembre de 1945, en el Triángulo de las Bermudas, cinco torpederosAvenger, con catorce tripulantes a bordo, desaparecieron de forma incomprensible; poco después, un hidroavión enviado en su rescate, también desapareció con trece tripulantes. La búsqueda realizada con centenares deaviones y barcos no ofreció ningún resultado y con ello nació esa aura sibilina achacada a la región.

Aunque el calificativo de “Triángulo de las Bermudas“ aparece en 1955, fue un artículo de Vincent H. Gaddis (1913-1997), publicado en 1964 por la revista estadounidenseArgosy,el que impulsó el mito “triangular“. Luego seguirían otros similares que lo afianzarían en la imaginería popular, a tal punto que laEnciclopedia británicale dedicó un acápite en su edición de 1973. Ese año salióLimbo of the lost, de Wallace Spencer, consideradoel primer libro exitoso sobre la susodicha ubicación. Al año siguiente aparecióEl Triángulo de las Bermudas,de Charles Berlitz, el mayorbest sellersobre el tema y su principal propagador.

Durante las décadas setenta y ochenta del siglo xx, más de una veintena de buques de investigación científica, en su mayoría de la Unión Soviética, realizaron vastos estudios, en general, del mar y las atmósferas del Triángulo de las Bermudas y el Atlántico.

Luego de 1947, cuando comenzó la “fiebre“ de los OVNI, estos también se asociaron con las desapariciones y los misterios del triángulo, y se llegó a decir que naves extraterrestres eran vistas entrando y saliendo de sus aguas, bajo las cuales, presuntamente, poseen bases submarinas.

Las aparentes conexiones entre las pérdidas ocurridas en la región, civilizaciones antiguas y presuntos visitantes de otros mundos, son recogidas en el libro de Berlitz, al igual que en otros textos que antes o después abordaron el tema. Esto puede haber producido cierta saturación en las afirmaciones de unos y otros, y haber creado redundancias inevitables, de las que tampoco escapa esta obra, pese a lo cual se logra aportar nueva luz y puntos de vistas novedosos sobre un asunto tan manido.

Entre las fuentes esenciales se hallan, Internet y un cúmulo de datos aportados por esta red acerca de agencias gubernamentales estadounidenses, entre las cuales pueden mencionarse las siguientes: USAF, NASA, NOAA y CIA. En otros países sobresalen: ESA y Lloyd Register.

A pesar de las toneladas de papel, los innumerables metrosde celuloide y los millones de palabras difundidas acerca deesta célebre región oceánica, no todo se ha dicho. Inevitablemente,se repiten los relatos de hechos bien conocidos, pero, además,se ofrecen nuevas posibles explicaciones a las desapariciones o acontecimientos misteriosos que allí tuvieron lugar, a la vez que se abren otras interrogantes, a las que cada quien podrá dar la respuesta que estime pertinente.

De cualquier modo, su contenido, sin duda, será de interés general para los lectores, que agradecerán contar con una información más amplia —en algunos casos, inédita— sobre esa demasiado popular área conocida como el Triángulo delas Bermudas. Sus inexplorados abismos marítimos, llenos demisterios insondables, siembran el temor en la mente humana... y es, precisamente, ese miedo a lo desconocido el que conforma elterror submarinoabordado en esta obra.

Primera parte

Zona conocida como Triángulo de las Bermudas

Piratas y tesoros, submarinos nazis, la Corriente del Golfo, el Mar de los Sargazos, buques fantasmas, narcotráfico, fosas marinas, la Atlántida, yacimientos de hielo combustible, huracanes, tornados, rayos, OVNI, OSNI, bases navales y aéreas, polígonos de tiro, un cosmódromo, grandes polos turísticos, tiburones, etc. ¡Todo esto y más se conjuga en la historia del célebre Triángulo de las Bermudas!

Cuantiosos libros y una avalancha de artículos, encabezados por el texto de Charles Berlitz, han servido para establecer en la mente humana el mito de su existencia.

CAPÍTULO I Y lo llaman Triángulo de las Bermudas

Frente a la costa sudeste de EE. UU., en el Atlántico occidental, existe una zona que conforma lo que se ha denominado un triángulo. Se extiende desde las Bermudas, por el norte, hasta el sur de la Florida; va hacia el este, hasta un punto situado a través de las Bahamas, más allá de Puerto Rico, a unos 40 grados de longitud oeste, y luego regresa hacia las Bermudas. Esta zona ocupa un sitial inquietante, casi increíble, en el catálogo de los misterios no resueltos del mundo. Habitualmente, se le llama el Triángulo de las Bermudas, donde más de cien barcos y aviones han desaparecido en medio de una atmósfera transparente. La mayor parte de las desapariciones han ocurrido desde 1945, y en los últimos 26 años se han perdido allí no menos de 1 000 vidas humanas, sin que se haya podido recuperar ni un solo cuerpo, ni siquiera un trozo de los restos de aviones o barcos desvanecidos.

De esta manera presenta Charles Berlitz, en su popular obra, la célebre región oceánica del Atlántico, la cual se ha bautizado con cuantiosas denominaciones a modo de sobrenombre, como: Triángulo de la Muerte, Limbo de los Perdidos, Cementerio del Atlántico, Triángulo Diabólico, Patio de los Perdidos, Triángulo del Diablo, Zona del Crepúsculo, Marde la Mala Suerte, Rombo Mágico, Triángulo Infernal, Rombo de la Mala Suerte, Trampa del Cielo o Mar de los demonios. Pero, sin duda, la más popular de todas las denominaciones resulta Triángulo de las Bermudas.

A veces, estos calificativos surgían a partir de la publicación de un libro notorio sobre el tema, que luego era reproducido y fijado en la memoria colectiva sobre la base de numerosos artículos o informes de prensa alusivos a las pérdidas de naves aéreas y marítimas en esa área. En algunos casos, al parecer, las denominaciones vienen por extensión, al utilizar las que poseían otras zonas notoriamente “malditas“ aledañas a las del “triángulo“. En tal caso está el cabo Hatteras, conocido desde antaño como Cementerio del Atlántico, por los numerosos naufragios registrados en sus inmediaciones; algo similar sucede con el no menos célebre Mar de los Sargazos, que ha tenido por sobrenombres Mar de la Mala Suerte y Cementerio de Barcos.

Según Wikipedia, la primera referencia al triángulo “maldito“ data de 1951, cuando el periodista estadounidense E. V.W. Jones, de la Asociated Press, escribió acerca de la frecuente desaparición de buques y aviones en la zona de las islas Bahamas, a las cuales calificó de “misteriosas“ y, de paso, bautizó el área como Triángulo del Diablo.

En 1952, George X. Sand publicó en la RevistaFatesu artículo “Sea Mystery At Our Back Door“, en el cual mencionaba las “extrañas desapariciones marinas“ que sucedían en esa región atlántica. En abril de 1962, la revistaAmerican Legion Magazinedio a conocer “The lost patrol“, de Allan W. Eckert, quien fue el primero en dar connotaciones sobrenaturales a la desaparición del Vuelo 19, línea que seguirían Berlitz y compañía. Luego, Vincent Gaddis, en un artículo para la revistaArgosy, en abril de 1964, acuñó el término Triángulo de las Bermudas; al año siguiente, publicóInvisible Horizont: The Mysteries of the Sea, que incluyo el capítulo “El mortal Triángulo de las Bermudas“. Al parecer, esta fue la obra que más inspiró a Berlitz para escribir subest seller El Triángulo de las Bermudas(1974).

Fig. 1 Algunas de las configuraciones atribuidas al Triángulo de las Bermudas.Obsérvese cómo varias de estas incluyen a Cuba. (Fuente: Carajou).

Lo comúnmente aceptado es que el Triángulo de las Bermudas comprende el espacio delimitado por las líneas imaginarias que unen el extremo sur de la península de la Florida, las islas Bermudas y Puerto Rico. En esa área de 3 900 000 km2se conjuga un número de elementos considerable que, en la historia de la Tierra, han otorgado a esa región un atractivo singular. En este sentido, podrían mencionarse la caída de grandes meteoritos; la intensa actividad pirata; la existencia del Mar de los Sargazos; el azote de los submarinos nazis al transporte naval durante la Segunda Guerra Mundial; el tráfico ilegal de personas, drogas y armas; la existencia en sus proximidades de uno de los principales cosmódromos del mundo, etcétera.

Cuando se aborda este tema es inevitable realizar una breve referencia al conjunto de países isleños que forman los vértices del triángulo u ocupan sus áreas interiores o aledañas.

Las islas Bermudas deben el nombre a su descubridor, el español Juan Bermúdez, quien las avistó en 1515. Son un conglomerado de 360 islotes e islas de origen volcánico, de los cuales apenas una veintena están habitados, y que se hallan rodeados por profundidades de hasta 4 000. Las islas están ubicadas al sureste de la costa oriental de los EstadosUnidos, a 930 km de cabo Hatteras, el punto de tierra firme más próximo a estas. En 1612 pasaron a dominio británico. Desde los años 1930, lo pintoresco del lugar y el agradable clima atrajeron al turismo estadounidense, sobre todo porque de esta manera burlaban la ley seca imperante. En 1940, los Estados Unidos lograron el derecho a establecer allí bases militares. En 1968, las Bermudas obtuvieron la autonomía. En la actualidad, el turismo es su fuente económica principal.

Puerto Rico fue descubierto, en 1493, por Cristóbal Colón, durante su segundo viaje por tierras americanas, y lo bautizó como San Juan; en 1521, el rey de España ordenó nombrarlo Puerto Rico. Tiene 8 897 km2y es la menor de las grandes Antillas. Está separada de la República Dominicana por el Canal de la Mona; en sus aguas pueden localizarse las fosas de Brownson (9 219 m), el punto más profundo del Atlántico, y las de Tanner (5 000 m).

La península de la Florida, uno de los cincuenta Estados de los Estados Unidos, se extiende entre el océano Atlántico y el golfo de México, en un área de 151 939 km2; tiene una extensión aproximada de 700 km y una anchura promedio de 150 km.Fue descubierta en 1513 por el español Juan Ponce de León, quien le dio ese nombre por la exuberancia de su follaje y flores. Colonizada por Menéndez de Avilés, en el período 1763-1783, perteneció a Gran Bretaña hasta que, en 1819, fue comprada por los Estados Unidos.

Por su costa atlántica se extienden amplias playas de arena, mientras que en la sur los pantanos cubren un área de 130 000 km2; en su centro está la región de los lagos, muchos de estos unidos por canales. Su clima cálido y sus atractivosnaturales la convierten en el eje turístico de los Estados Unidosy gran parte del mundo, sobre todo la red hotelera de las playas de Miami y el Disney World, en la ciudad de Orlando. Al sur, limita con el estrecho homónimo, que comunica al golfo de México con el océano Atlántico, y que separa a la península de Cuba y las Bahamas.

Las Bahamas o Lucayas, un conglomerado de 29 islas, 661 cayos y 2 587 rocas o bajos, se extienden en gran parte por dentro de la zona del triángulo; cubren un área de 4 404 km2y también resultan de gran atractivo turístico, en especial parael buceo. Estas islas se levantan sobre una meseta submarina, la cual constituye extensos bancos que suben verticalmente desde grandes profundidades (3 000 m a 4 000 m) y no alcanzan, por unas pocas brazas, a emerger a la superficie marina; desde este banco, las principales islas apenas sobresalen 2 m. En estos arrecifes encontró su fin una extensa relación de buques.

Los tres vértices del triángulo, las Bahamas y demás países que lo circundan (Estados Unidos, México, Cuba, República Dominicana y Jamaica), integran un conjunto de polos turísticos de primer orden, en auge y expansión plenos, lo cual hace que esta región sea muy concurrida. Anualmente, las líneas aéreas y de cruceros trasladan millones de turistas, tanto por aire como por mar.

Los buques procedentes de Europa con rumbo al Canal de Panamá y otros muchos provenientes de este con destino al viejo continente, contribuyen al intenso tráfico en la zona del Caribe y el golfo de México, sitio donde, además, existen enormes reservas petrolíferas y cuantiosas plataformas marinas para la extracción de petróleo, el número de estas, entre fijas y móviles, oscila entre 3 500 y 4 000.

En tiempos prehistóricos, grandes meteoritos cayeron en lacosta occidental de los Estados Unidos, cuyos fragmentos, de acuerdo con el radio de los cráteres descubiertos en tierra y la presunta trayectoria de impacto, reposan en las profundidades del Atlántico. Aún falta por explorar detenidamente sus fondos marinos.

El Mar de los Sargazos, situado en el Atlántico Central, abarca extensas millas de la zona atribuida al triángulo. Desde la época de la conquista, debió llenar de terror a los ignorantes marineros, creyentes de que al hacerse cada vez más densos los sargazos, estos terminarían por atrapar sus naves y, por ende, todos sus ocupantes perecerían de hambre y sed. Además, como muestran los mapas viejos, en estas aguas se temía la presencia de gigantescos monstruos, capaces de destrozar embarcaciones y devorar a sus tripulantes.

Al mítico continente Atlántida, de entre los tantos asentamientos en que han tratado de situarlo, sobresalen aquellos que lo fijan en las Bahamas, en especial, su isla Bimini, dondese descubrieron presuntas calzadas de origen artificial.

Meteorológicamente, esta región tropical goza de gran actividad, puesto que a las habituales tormentas se suma la presencia de ciclones y huracanes, que resultan verdugos colosales para los buques, y de tornados, denominados trombas marinas cuando se forman en el mar.

A lo largo de la costa oriental estadounidense se encuentra la Corriente del Golfo (Gulf Stream, en inglés), que es un factoresencial de desequilibrio para las condiciones climáticas delcontinente americano y el mundo, y que también se vinculacon los fenómenos de esta región. Con origen en el golfo de México, este flujo acuático que bordea la Florida y asciende rumbo al Atlántico Norte, posee una velocidad superficial de 5,6 milla/h; por ello, cualquier objeto flotante puede ser arrastrado y alejado de la ubicación en que originalmente se fijó.

Desde antaño, la región fue sitio predilecto para los malhechores de todo tipo; los piratas y corsarios, que asolaron cuanta embarcación se ponía a su alcance, fueron quienes primeros encontraron refugio seguro en las abundantes islas e islotesde este archipiélago. Durante la Segunda Guerra Mundial, lossubmarinos nazis implantaron otro tipo de terror, no menosdañino, en su afán de neutralizar los suministros marítimos de los aliados; con la pretensión de lograr un giro a su favor durante esta cruda contienda, arruinaron las comunicaciones marítimas del Atlántico, y en sus incursiones hundieron numerosos buques que navegaban próximos a las costas de Estados Unidos, Bahamas, Cuba y el golfo de México. Su actividad letal no quedó impune y muchos de estos “lobos de acero“ nunca retornaron a su base, tras ser descubiertos y hundidos por las fuerzas navales y aéreas. En la actualidad, desde la segunda mitad del sigloxx,narcotraficantes; terroristas; traficantes de personas, armas y cuanta cosa pueda generar jugosas ganancias, han utilizado estas aguas como un paso obligado de sus “mercancías“, lo cual ha ocasionado un saldo luctuoso muy alto y, en parte, sus actividades criminales pueden ser culpables de la aparición de los “buques fantasmas“.

Luego de 1947, fecha del inicio de la Era de los OVNI, estos fueron asociados con los fenómenos ocurridos en el triángulo; llegó a decirse que los “objetos“ volantes no identificados eran vistos entrando y saliendo de sus aguas, bajo las cuales estarían instaladas sus bases submarinas. De cualquier modo, el espacio cósmico está vinculado con el Triángulo de las Bermudas. En Cabo Cañaveral, península de la Florida, está uno de los más activos cosmódromos del mundo, desde donde despegan cohetes cuyas etapas impulsoras caen en aguas del Atlántico, aledañas al susodicho triángulo.

A grandes rasgos, estos son los elementos fundamentales que han de considerarse cuando se quiere dilucidar las múltiples causas de los enigmáticos sucesos en el Triángulo de las Bermudas. Con posterioridad, se hará un análisis más detallado.

Un triángulo que no es triangular

Los que aseguran que el triángulo no existe tienen razón en cierto sentido, porque el “mar de las desapariciones inexplicables“ podría no ser un verdadero triángulo, sino más bien una elipse, o tal vez el segmento gigante de un círculo cuyo ápice estaría cerca de las Bermudas y cuyo fondo curvo se extendería desde la baja Florida hasta más allá de Puerto Rico, describiendo una curva hacia el sur y el este a través del Mar de los Sargazos, y volviendo luego hacia las Bermudas. (p. 20)

Con estas palabras Berlitz, en su libro, hace alusión a los límites y formas de la zona de pérdidas. Más adelante agrega:

Ivan Sanderson, que se ocupó del tema en su obraInvisible residenty en numerosos artículos, llegó a la conclusión de que la zona tenía la forma de una elipse, o punta de diamante, y de que habría otras doce zonas similares, esparcidas en todo el mundo a intervalos regulares, entre ellos, el tristemente célebre Mar del Diablo, en el Japón. John Spencer piensa que el área peligrosa sigue la plataforma continental, parte de un punto frente a Virginia y se dirige luego al sur, a lo largo de la costa Norteamericana, y pasa más allá de la Florida para continuar alrededor del golfo de México. Cree también que la región incluiría los escalones submarinos de las islas del Caribe y la periferia de las Bermudas. (p. 19)

Luego se refiere a lo que dice Vincent Gaddis:

[…] es una línea que va de la Florida a las Bermudas, otra desde las Bermudas a Puerto Rico, y una tercera que vuelve a Florida a través de las Bahamas. Y continúa con la sugerencia de John Godwin, en su libroThe Baffig World:[…]es una especie de cuadrado, cuyos límites se extienden entre las Bermudas y la costa de Virginia y cuyo extremo sur está formado por las islas de Cuba, Hispaniola y Puerto Rico. (p. 20)

Más adelante cita cuál es el parecer de la guardia costera estadounidense sobre el Triángulo de las Bermudas, el cual está reflejado en el registro 5720 del séptimo distrito del servicio:

El Triángulo de las Bermudas o del Diablo, es una zona imaginaria situada frente a la costa atlántica sudoriental de EE. UU., que es conocida por la alta proporción de pérdidas inexplicables de barcos, pequeños botes y aviones. Los vértices generalmente aceptados del Triángulo son las Bermudas, Miami (Florida) y San Juan (Puerto Rico). (p. 21)

Mucho antes de producirse los incidentes aéreos de la década del cuarenta y los cincuenta, la región marítima que abarca el Triángulo de las Bermudas que incluye al Cabo Hatteras, las costas de Carolina del Norte y del Sur y el Estrecho de la Florida, era ya conocida como el “Cementerio de Barcos“. Los naufragios se debían habitualmente a grandes marejadas y terremotos repentinos. También suele llamarse “Cementerio de barcos“ y “Mar de los barcos perdidos“, al Mar de los Sargazos, pero por la razón contraria: allí las naves no se perdían a causa de las tormentas, sino debido a las calmas. A lo largo de los años se había advertido ya en esta inhóspita región, la pérdida de grandes barcos sin que se produjesen llamadas de SOS y sin que tampoco se hallasen con posterioridad restos o cadáveres flotantes. (p. 54)

Finalmente, Berlitz se “lava las manos“ y deja a elección de los lectores la forma que más les guste atribuir a esta zona atlántica, cuando plantea lo siguiente:

Si el lector observa el mapa en el que se indican las desapariciones importantes de barcos y aviones, podrá sacar sus propias conclusiones acerca de la forma del Triángulo de las Bermudas y verificar si es un triángulo, o tal vez uno pequeño dentro de otro mayor, una elipse gigante, un cuadrado, o un fenómeno que se desplaza paralelamente a los escalones continentales y de las islas. (p. 21)

Como escribe Berlitz:

En esta zona de la muerte habrían de encontrarse buques de vapor, yates, balleneros, clipers, paquebotes, bergantines, barcos piratas y, para que la historia resulte mejor, galeones españoles repletos de tesoros. (p. 60)

En resumidas cuentas, allí hay todo un superarsenal arqueológico subacuático; entonces, dilucidar los misterios que encierra constituye un desafío más para la ciencia.

Fig. 2 Durante la Segunda Guerra Mundial, Alemania contó con 1 223 submarinos o U-boot. De 1939 a 1945, estos asolaron los mares del mundo y hundieron 2 779 buques mercantes, de pasajeros y de guerra, para un total de 14 119 413 t. (Fuente: Rama).

CAPÍTULO II Última misión del vuelo 19

A velocidad de despegue, los cinco resplandecientes aviones rodaron sobre la pista. En ese momento, el reloj marcaba las 2:10 p.m., el tiempo era magnífico, con pleno sol y escasas nubes; era un día hermoso… hasta entonces. Nada hacía suponer lo que acontecería después, y convertiría su vuelo en el más misterioso caso de la aviación mundial.

Los miembros de la bisoña tripulación, muy alegres, bromeaban entre sí, contagiados de euforia por ser este el vuelo que cerraba su entrenamiento en aquel paraje oceánico. Lejos estaban de imaginar la catástrofe que se les avecinaba y que, tras montar en sus respectivos aviones, habían pisado tierra por última vez o que ese día tan espléndido sería el último de sus vidas. Al respecto, Berlitz escribió lo siguiente:

Tanto los pilotos, como los tripulantes, eran aviadores experimentados […].

Desde la torre de control de vuelos, en la base aérea de Fort Lauderdale, los cinco aviones torpederos TBM-3Avenger, fabricados por la empresa Grumman, perdiéndose dentro de la lejanía azul, iban empequeñeciéndose a medida que se alejaban. Las aeronaves, designadas como Vuelo 19, tomaron rumbo al área de entrenamiento, situada en una zona marítimaal sur de la Florida. Su plan de vuelo consistía en remontarse300 milla hacia el este, rumbo a la zona Chiken Shoal, al nortedela isla Bimini, luego sobrevolar 175 milla hacia el norte y, deinmediato, regresar a la base con rumbo suroeste. Llevaban combustible para 1 800 km y bombas para realizar prácticas. En ese momento, la temperatura era de 18 ºC, había un sol brillante y se veían escasas nubes, muy dispersas. Alrededor de las 3:15 p.m., en la torre de control de la base aérea se recibió un mensaje alarmante; desde allí, se entabló el siguiente diálogo con el jefe del Vuelo 19, el teniente Charles Taylor.

Fig. 3 Fotografía muy publicitada de cinco TBF Grumman Avenger, empleada para ilustrar muchos escritos referidos al Vuelo 19. (Fuente: US Navy).

Taylor: “Llamando a la torre. Esta es una emergencia. Parece que hemos perdido el rumbo. No podemos ver tierra… repito, no podemos ver tierra…“.

Torre: “¿Cuál es su posición?“.

Taylor: “No estamos seguros de nuestra posición. No podemos estar seguros acerca de dónde estamos. Parece que nos hemos perdido“.

Torre: “Tome dirección debida, hacia el oeste“.

Taylor: “No sabemos en qué dirección está el oeste. Todo anda mal… es extraño… no podemos estar seguros acerca de ninguna dirección… ni siquiera el océano tiene el aspecto normal…“.

Luego, alrededor de las 3:30 p.m., en la torre pareció escucharse al piloto Power decir: “No sabemos dónde estamos, debemos habernos perdido cuando hicimos aquel último giro“.

Entonces, Taylor le dice a la torre: “Mis compases han dejado de funcionar. Estoy tratando de hallar Fort Lauderdale… Estoy seguro que nos hallamos sobre los cayos, pero no sé a qué altura…“.

Mientras, dada la estática, resultó cada vez más difícil escuchar los mensajes del Vuelo 19. Los pilotos perdidos hablaron de que solo quedaba gasolina para 75 milla (120 km), de los vientos que soplaban a 75 milla/h y acerca de que las brújulas, los giroscopios y magnéticos de todos los aviones habían dejado de funcionar y “se habían vuelto locos“. Cada uno mostraba orientaciones distintas.

A las 4:00 p.m., el capitán Stiver, piloto del Vuelo 19, dijo: “No estamos seguros acerca de dónde nos hallamos… creemos estar a unas 225 millas (360 km) al noroeste de la base… Debemos haber pasado sobre Florida y debemos estar en el golfo de México…“.

A continuación, el jefe del vuelo decide girar 180º con la esperanza de llegar a la Florida; pero, tras esta acción, la trasmisión se hace cada vez más débil, indicio de una maniobra errónea y de que habían volado rumbo al este alejándose de la Florida sobre mar abierto.

Esta es, en esencia, la versión del diálogo entre el Vuelo 19 y su base, según el libro de Charles Berlitz, citado por diversas fuentes que, además, agregan detalles extraños. De acuerdocon esas referencias, se perdió la comunicación de los avionescon su base, aunque en esta se escuchaban las conversaciones entre los tripulantes. Se deduce que todas las brújulas se habían vuelto “locas“ y marcaban diferentes indicaciones; los pilotos, por alguna razón desconocida, no veían el Sol…

Con respecto a las presuntas últimas palabras escuchadas a los integrantes de la escuadrilla, existen diversas versiones. Una fuente refiere que en el centro de control de vuelos les pareció oír a un tripulante gritar lo siguiente: “¡…entrando en agua blanca!... Estamos completamente perdidos…“. Otra versión afirma que Taylor dijo: “No vengan a buscarme. Parece que ellos son del cosmos…“.

Tras la pérdida de las comunicaciones radial y por radar con la escuadrilla, se dio la alarma. Despegó un hidroaviónde rescate, con trece tripulantes a bordo; pero transcurridos 10min de vuelo también se cortó la comunicación con este; su último reporte hablaba sobre un “viento huracanado“. La noche y el mal tiempo interrumpieron las búsquedas nocturnas.

Fig. 4 PBM-5Martin Mariner, similar al BuNo59225,desaparecido con trece tripulantes el 5 de diciembre de 1945. (Fuente: US Navy).

Al día siguiente, doscientos cuarenta y dos aviones, y una flotilla de barcos militares y civiles, reemprendieron la exploración tratando de localizar a los pilotos. Los medios envueltos en la búsqueda incluían al portavionesSolomons,con sesenta y siete aviones, cuatro destructores, varios submarinos, dieciocho naves de la guardia costera, lanchas de búsqueda y rescate, cientos de aviones, yates y botes civiles,Avengersde la base del Río Banana y la ayuda de la Real Fuerza Aérea de la Marina británica, con base en Bahamas. En conjunto, desarrollaron una intensa búsqueda en un área de un millón de kilómetros cuadrados de mar y tierra, incluidos el Atlántico, el Caribe, el golfo de México, el interior de la Florida y las islas vecinas.

Con un promedio diario de 167 vuelos y peinando el agua a solo 100 m de altura, se efectuaron 4 100 horas de búsqueda aérea y las playas de la Florida fueron inspeccionadas diariamente durante semanas, buscando restos arrojados a la costa. Todo resultó en vano. No se logró hallar ni el más mínimo indicio. (p. 29)

Para el 10 de diciembre se suspendieron las búsquedas sin que se hubiese encontrado ni un chaleco ni una balsa ni los restos de los aparatos ni alguna mancha de aceite. De este modo, nacía uno de los tantos misterios del sigloxx.

Leyenda del tiempo

Fig. 5 TBF-1Avenger. Características principales: 12,48 m de largo, 16, 51 m de envergadura y peso máximo de 8 115 kg. Compárese el tamaño del avión con sus tripulantes. (Fuente: US Navy).