Troya - Carol Perbru - E-Book

Troya E-Book

Carol Perbru

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Beschreibung

¿Se trata de un asesino normal? Está claro que no. El famoso asesino más buscado del estado de Delaware tiene un rastro indescifrable, pero deja voluntariamente una serie de pistas para torturar a mentes brillantes. El FBI no envía a cualquier equipo de criminología, necesitan a gente idónea para bailar al ritmo de esta danza morbosa y psicológica tan bien estructurada por nuestro asesino. Los necesitan a ellos. Pero el famoso equipo tendrá que compartir escenario con ella. Una historia donde no solo se desmantela un crimen sino también donde se descubren señales de calor en un ártico corazón. ¿Estás listo?

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Ähnliche


Troya

Carol Perbru

ISBN: 978-84-19445-11-7

1ª edición, mayo de 2022.

Editora Autografia Edição e Comunicação Ltda.

Rua Mayrink Veiga, 6 – 10° andar, Centro

Rio de Janeiro, RJ – CEP: 20090-050

www.autografia.com.br

Todos os direitos reservados.

Prefacio

Acababa de llegar la petición oficial a la oficina de Boston del FBI de parte del estado de Delaware, sobre una intervención inmediata de las fuerzas más experimentadas y capacitadas para este caso como lo son el equipo de federales del mismísimo Daniel Rassel, jefe de equipo del cuerpo criminalístico, encarga esta labor a su equipo estrella y el más importante de todo Estados Unidos.

Creado por y para ser excepcional. Un equipo formado por personas brillantes y verdaderamente buenas en su trabajo. Cada uno tiene una finalidad; El hacker, la que estudia los cuerpos, el que usa la fuerza bruta y el cerebro, y por último, el psicoanalista.

- No me gusta - Habla firme Verónica, especialista forense.

- Somos un equipo muy cerrado - Explica Ethan, agente federal con la mejor nota tanto en entrenamiento físico como mental de su promoción y experiencia militar - Además, ya utilizamos paciencia suficiente en aquel - Espeta señalando con la cabeza a la sombra recostada en la pared del fondo.

Las miradas caen en el chico de rizos que comparte sitio con ambos en la mesa.

- Yo… he estado informándome y ella tiene un currículum y unas referencias impecables, no hay quejas, además he leídos varios artículos de entrevistas y no me parece una mala opción… - Agrega con temor Alan, el informático estrella de todo el FBI, un maestro en lo suyo. Sin embargo las miradas asesinas de Verónica y Ethan le superan.

Daniel se inclina sobre la mesa y pone las manos al borde para apoyarse en sus brazos y mirarlos a los tres, serio.

- No es una opción chicos, ella se unirá a nosotros y punto.

Ethan bufa y se cruza de brazos. Siempre es el que tiene algo que decir u opinar, si a alguien le gusta destacar y exhibir su capacidades u opiniones es el.

- Rassell, nunca te hemos decepcionado - Le reprocha - Somos un equipo increíble que se complementa genial - El hombre entre las sombras parece mostrar interés por las palabras del joven y le mira detenidamente - No considero que ella sea necesaria.

Daniel mira su reloj y luego a los chicos.

- Ha sido un placer conversar con vosotros, pero nuestro vuelo sale en un par de horas así que… quedamos en la terminal, nos vemos.

- Pero Rass…- Intenta rebatir Verónica.

- Nos vemos - Repite Daniel con seriedad.

Los chicos admiran y adoran a su jefe. Siempre ha sido un hombre justo y bueno, nunca ha puesto en riesgo a nadie del equipo y no ha dudado de sus capacidades. Ellos durante cuatro años han resuelto casos complicados y de mucho riesgo, los cuatro juntos.

Cuando los tres dejan la sala, Daniel baja la cabeza y luego eleva la mirada cuando escucha pasos consistentes hacia él.

- No has dado tu humilde opinión - Le recuerda Daniel - No es que sea poco común que estés mudo en las tinieblas de la sala pero la verdad me esperaba que te manifestaras en este tema.

Se escucha un suspiro largo por parte del otro.

- Siempre he sido impredecible - Responde.

Daniel niega y da un paso hasta el.

- No, tu no haces nada sin un fin, lo calculas y lo estudias todo en segundos Ransom.

Él sonríe y se acomoda la corbata.

- No veo porque debería negarme, según he oído es una mujer muy capaz.

- ¿Desde cuándo consideras las opiniones ajenas? Que yo sepa cualquier idea o opinión no elaborada por ti puede tener errores.

- Adoras este equipo, tu sueño en la vida era llegar hasta aquí y salir en busca de personas excepcionales para crear un equipo criminalista implacable. ¿Que puede tener esa mujer para que pongas en riesgo el hilo ridículo y fraternal que creaste con ellos solo para tenerla entre nosotros en un caso?

Daniel se pasa la mano por la cara.

- Ella es especial para mi Ransom, y confío en ella, no te pido que lo entiendas.

- Por algo ha sido tu protegida todos estos años… - Daniel le pone mala cara - ¿Por qué crees que no le gusta a los demás? Sobre todo a Ethan, le encanta tener tu atención y sabe que esa chica tiene relación contigo desde…

- Ella es diferente - Ransom ladea la cabeza ligeramente - Nos conocemos desde hace años, pero a pesar de las confianzas siempre hemos tenido un trato profesional.

- ¿Diferente?

Daniel pone los ojos en blanco.

- Olvialo, solo… ve a alistarte.

- Siempre estoy listo.

Daniel suspira y recoje los archivos que hay sobre la mesa.

Ransom sonríe maquiavélicamente y se da media vuelta para salir de la sala, pero antes de cruzar el marco se detiene y mira a Daniel por encima del hombro.

- Veamos qué tiene de especial Troya Voncarter.

- Capítulo 1 -

“Nunca andes por el camino trazado, pues te conducirá a donde ya fueron”

- Alexander Graham Bell.

No me considero una persona sentimental ni alguien que suela añorar nada. Pero tengo que admitir que los mejores momentos de mi vida los pase en mi habitación leyendo libros de criminología de Daniel. Gracias a que me quedé embelesada viendo sus lomos posados en la estantería que habían en su entonces despacho, el me ofreció uno para distraerme, lo que me llevó días más tarde a pedirle otro y así hasta enamorarme del crímen y las mentes que lo ejecutan.

Daniel es un viejo amigo mío, de no tener la relación que tengo con él no hubiese aceptado este caso, tengo muchas más ofertas que suenan incluso más jugosas que un asesino con ganas de ser encontrado.

- ¿Entonces deja objetos en los cuerpos? - Le pregunto a Roy, mi compañero de viaje y colega.

- Si, objetos cualquiera - Confirma.

Hace diez minutos pasamos el letrero de “Bienvenido a Delaware” y eso me indica que faltan unos quince para llegar a la capital, Dover, donde está nuestro destino... Un nombre muy ¿Escoces?

- De acuerdo, entonces el sujeto deja un cuerpo completamente desnudo pero con un objeto de la víctima en la mano derecha...

- Ajam - Asiente.

- ¿Y suele dejar una pista o algo, no?

- Si, lleva cuatro cuerpos los cuales han sido elegidos al azar y los cuatro además del objeto les dejó algo en el mismo sitio a todos...

- ¿Dónde? ¿Y que dejó en el primer cuerpo?, por ahora no me interesan los demás.

- Una nota en un idioma desconocido - Me explica mientras me enseña una foto de la nota desde su ipad.

Yo asiento y me pongo a mirar por la ventana del coche. Vamos dejando atrás muchos árboles y edificios por la gran velocidad con la que conduce el chófer, vamos bien de tiempo, no entiendo las prisas.

- ¿Von? - Me llama Roy y le miro con indiferencia - ¿Puedes ser amable dos minutos? Me gustaría caerle bien a alguien dos minutos y ese equipo de federales tampoco es que nos espere con muy buenos ánimos.

- Tu siempre caes bien Roy.

Él suspira.

- Bueno...Lo decía más por ti, ya sabes...

- Me importa entre cero y nada caerles bien, vengo a encontrar a un asesino en serie no a tomar el té con ellos.

- Eres imposible - Musita poniendo los ojos en blanco - Dimito.

Yo vuelvo a mirar por la ventana.

- No te pago Roy, estás conmigo porque quieres.

El bufa y se cruza de brazos sacando los morros, a veces parece que tenga cinco y sea mi hijo.

Roy y yo nos conocimos en la universidad. Daniel insistía en que necesitaba una persona o “amigo” porque eso hacen las personas “socializar” y la idea de ir a un sitio para hablar con varias personas y tener que meterlas a todas en mi vida para que exijan mi atención y luego desaparezcan poco a poco me parecía asfixiante.

Así que me tope con este por el camino y lo adopte. Fue algo así como cuando Shrek conoció al asno.

El coche aparcó delante de la central. Abrí mi puerta y avancé en cuanto la cerré, Roy apareció casi corriendo a mi lado y un agente de policía nos sostuvo la puerta cuando nos vio venir. Una mujer a la que yo le sacaría un par de cabezas con un diminuto traje de policía se quedó un poco indignada cuando pasé olímpicamente de su cara en recepción.

Cuando vi a Daniel saludarme desde una sala de reuniones solo podía encaminarme hasta allí, aún teniendo a la mini agente intentando seguirme el paso.

- Señorita, no puede pasar sin identificación - Yo ni me molesto en mirarla ¿Acaso no sabe quién soy? - ¡Señorita!

He hecho un arduo trabajo a lo largo de mi vida para crear la reputación que tengo como para que a estas alturas alguien me pregunte quien soy; Detective Voncarter, criminóloga especializada en el estudio del carácter y mente criminal. He colaborado en más de veinticinco casos nacional e internacionalmente y todos serían perfectos si el quinceavo asesino no se hubiese suicidado antes de declarar.

¿Lo mejor? No dependo de nadie, si me necesitan me llaman y precisamente me sobran llamadas, a veces incluso trabajo en dos casos a la vez. Menos en este momento que Daniel me pidió absoluta atención.

- Troya Voncarter - Le contesta Roy - Yo Roy Larsson, nos esperan.

La mujer parece calmarse pues dejé de sentir su insoportable pitido de voz y nos dejó de aturdir por el camino.

Me fijo en que Daniel no está solo, está con su equipo el cual me mira como si les hubiese matado a sus madres. Pero además de ellos está el sheriff y el que si no recuerdo mal es el detective personal de la comisaría.

Me encanta que mis tacones hagan eco en los lugares mientras las miradas de la gente me consumen, me fascina sentir como mi presencia les cautiva y como mi paso firme les deja sin saber qué decir.

Por no hablar de mi estética, de lo poco que aprendí de mi abuela es saber vestir para dar presencia a nuestra propia figura. Tu atuendo dice mucho de ti, yo me visto para impresionarme a mí y al ojo ajeno con prendas igual de impresionantes que mi personalidad.

Así es, me gusta destacar.

El detective se mueve para abrirme la puerta y sostenerla tras pasar seguida por Roy. Daniel da la vuelta a la mesa y viene para estrecharme la mano con la sonrisa de galán que le caracteriza.

Es una sala de reuniones que adaptaron para que sea nuestra oficina donde trataremos herméticamente el caso. Solo tiene dos ventanas que están juntas y con las persianas bajadas. Las paredes son verde oscuras y en medio de toda la oficina hay una enorme mesa redonda con tres pizarras delante.

Una de corcho. Otra de imanes y la otra transparente para escribir sobre imágenes o apuntes.

- Bienvenida, ansiaba verte - Me expresa.

- Lo mismo digo, ha pasado casi un año desde la última vez.

- Así es...- Mira a Roy y le da la mano - Roy, veo que sigues luchando amigo, eres todo un guerrero.

- Buenos días - Digo al resto de la sala porque ante todo educación.

Me olvido de la risa que les entra a los dos por el comentario de Daniel y me centro en la imagen que hay en grande en la pantalla, es la nota en otro idioma que me enseñó Roy del primer cuerpo.

- Así es, soy muy masoquista - Le responde Roy y se ríen.

- Bueno, ¿Os presento? - Pregunta Daniel.

- Rassel, por la mirada curiosa que la señorita Voncarter le dedica a la primera nota del asesino, deduzco que necesita ponerse al día del trabajo que le toca antes de hacer meras presentaciones.

No me tomo ni la molestia de mirarlo, solo por la forma de expresarse se que es el musculitos con cerebro prodigioso el cual tiene como objetivo ser el ojito derecho de Daniel, pero ese puesto ya está cogido y no es por mi...

- ¿Al día? - Pregunto.

- Von... - Escucho a Roy quejarse porque me conoce.

- El moreno de la puerta es el detective Jacob Jonson, graduado con honores. La chica guapa sentada junto a ti es Verónica Bellmouns, forense de excelente categoría y con buen gusto para los abrigos por cierto, buena elección... El del ordenador es Alan Grigman, informático y graduado en otras dos carreras, el serio al fondo de la sala es Ransom Rassell, agente psicoanalista especializado en el caracter y la conducta, el señor de ojos negros no hay que ser un lince para saber que es el sheriff y tú eres Ethan Anderson, la estrellita de la promoción, un cerebro prodigioso y con un físico admirable, sino recuerdo mal serviste en .

<< Tras las presentaciones sigue el caso; Un asesino en serie nominado “El asesino de Delaware” lleva ya cuatro cadáveres, todas mujeres de misma raza y diferentes edades pero con un mismo patrón, deja un objeto el cual es propiedad de la víctima y una pista de cómo encontrarle posada en el vientre de cada una.

<< No les pido que me acepten, solo que me dejen colaborar con ustedes porque mientras tú pierdes tiempo intentando humillarme o buscando la manera de sacarme del caso yo ya llevo media carta descifrada.

El chico de rizos pelirrojos se ríe y logra que yo le dedique una mirada, lo que hace que deje de sonreír y me mire con vergüenza.

- No, no me quería reír perdón pero es que llevo dos días buscando la traducción de eso y en todas partes me dice que ese idioma no existe, no entiendo como acabas de llegar y tienes la mitad, es decir... esto es un ordenador, las probabilidades de que se equivoque...

- Es que no se equivoca Alan - Le confirmo - No existe, ahora. Antes si. - Doy la vuelta a la mesa para ponerme delante de la pantalla - Todas las lenguas tienen un inicio y una constante evolución, el inglés o el español no se hablaban antes como se habla ahora, así como existe latín antiguo, así mismo existe el hebreo que es nuestro caso. Pero esta carta está en hebreo antiguo.

- No sé qué preguntar primero, si ¿Cómo sabes eso? o ¿Entonces nuestro asesino es isrraelí? - Pregunta Verónica.

- Yo respondo la primera - Habla Roy - Verás la gente para no aburrirse se va al bar o ve películas pero ella aprende lenguas más muertas que los dinosaurios.

- Respecto la segunda - Sigo yo - No necesariamente, yo sé algo de hebréo antiguo y no soy de Israel, pero no sé lo suficiente como para traducirlo entero así que necesitamos un traductor, Roy se encargará.

- ¿Y que puedes traducir más o menos? - Me pregunta Daniel mirando la pantalla curioso.

- Veo la palabra hombre, matar, conquistar y dios.

- ¿Un religioso? - Sugiere el detective Jacob.

- Ahora mismo todo es posible - Responde Alan.

- Lo más razonable sería poner las pistas que ha dejado en orden sobre la mesa y que cada uno descifre una... - Sugiere Verónica.

- O podemos ir por orden, el sujeto quiere jugar con nosotros y si repartimos el trabajo no será lo mismo una mente pensante que seis, así que lo más lógico sería empezar con la primera - Agrega Ethan.

- Coincido - Dice Jacob - ¿Cuánto tardarás en encontrar el traductor ? - Se dirige a Roy.

- Vive a treinta minutos de aquí, me acaba de confirmar que puede pasar por aquí al salir del trabajo - Le responde Roy mientras mira su teléfono.

- Eso ha sido rápido - Murmura Verónica y Roy levanta la mirada para sonreírle.

- Llevo bien la velocidad, gracias, cuando trabajas con ella aprendes a marcarte maratones consiguiendo cosas - Comenta.

- Y cuando trabajas con él adquieres paciencia a su inagotable pico que no calla - Le respondo - ¿Cuál es la opinión pública del caso?

- La prensa solo ha puesto nombre al sujeto y ha dicho que ha matado a cuatro personas junto con las identidades de cada una. Nada más - Me explica Jabob.

- ¿Alguna idea de algúnmodus operandi?- Pregunto.

- Pues no han encontrado restos en las víctimas ni marcas que indiquen algún forcejeo como para secuestrarlas en un furgón o atarlas...- Explica Verónica - Yo no he mirado los cuerpos aún, tiene que traerlos de la morgue del Hospital.

- ¿Drogarlos? - Sugiere Ethan.

- No hay rastro de intoxicación o veneno en la sangre - Confirma el Sheriff.

- No hay marcas, no hay residuos o partículas vinculadas a alguna droga, tampoco hay signos de agresión como contusiones, según leí no fue por asfixia... Además si no recuerdo mal los cuerpos estaban pulcros, es decir los baña y asea - Repaso en voz alta mirando el centro de la mesa - O elige personas estúpidas o las engaña para meterse en sus vidas para que le den vía libre y confianza para acercarse a ellos.

- ¿Una pareja? - Pregunta Alan.

- Una víctima es una chica de dieciséis años y otra una mujer de treinta... El individuo... - Intenta explicar Verónica.

- Ahí estás dando por hecho que es hombre, puede ser una mujer y puede ser desde una pareja para las víctimas, a pesar de la diferencia de edad, como puede ser alguien de confianza para ellos - Agrego.

- ¿Pero cómo puede tener la misma pareja alguien de dieciséis y alguien de treinta? - Pregunta Verónica.

- Supongamos que el sujeto tiene entre veinticinco y treinta pero se conserva suficientemente bien como para decir que tiene veintitrés - Agrega Ethan - Una adolecente manipulable con problemas en casa siente que encaja con alguien por fin y el sujeto se aprovecha de ellos para cautivar.

Yo asiento ante sus palabras y Alan se lleva las manos a la cara.

- Vamos bien, muy bien - Dice con sarcasmo.

- Podríamos ir mejor pero llevamos diez minutos y ya sabemos que el sujeto se mete en la vida de la víctima que algo que no teníamos hace diez minutos - Comento.

- Exactamente - Me apoya Daniel.

Siento como alguien se levanta de unas de las sillas y dirijo mi mirada hasta Ethan que viene en mi dirección, lo llamaré musculitos. Se aproxima y me extiende la mano.

- Empecemos con buen pie, un placer señorita Voncarter.

Yo no vacilo con mi cara seria y le respondo el gesto con la poca amabilidad que tengo.

- Lo mismo digo, Anderson.

Él asiente y tras soltar mi mano mira a Daniel.

- Con permiso voy a por café, llevo mucho sin dormir.

- ¡Que sean dos! - Le chilla Verónica.

Sale de la sala y resulta gracioso como las agentes se les cae la babilla mientras él simplemente atraviesa la estación.

Será gracioso ver a musculitos intentando ganar ser el favorito de Daniel, según he oído le gusta ser el primero en todo y no le gusta nada que mi querido amigo tenga a su hijastro y ojo derecho en el equipo. Intento disimular mis ganas de mirar a la esquina de la sala donde se encuentra Ransom Rassell, su súbito silencio me resulta más atractivo que su aspecto.

Le he visto un par de veces en fotos en el despacho de Daniel en su despacho de Los Ángeles.

Pero ahora estamos en el mismo equipo, me pregunto cuánto tardará en caer en mi juego, el asesino no es el único con planes aquí.

- Capítulo 2 -

“La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir”

- Gabriel García Márquez.

El frío manto de la noche nos cubrió al caer las nueve. El hombre que nos traduciría el texto lleva cuatro horas en una sala con Roy traduciendo. Al parecer necesita ordenar las letras antes para luego formar cada frase y luego unirlas correctamente a nuestro idioma.

Daniel salió con Verónica hace una hora a por algo de cenar, mientras que yo me quedé revisando con Ethan y Alan las declaraciones de las personas que encontraron los cuerpos.

- Necesito descansar, mis ojos no pueden más - Murmura Ethan restregándose los ojos.

Yo asentí y como tampoco he avanzado nada estas horas ahí sentada decidí levantarme y tomar mi abrigo para salir fuera a estirar las piernas y a tomar el aire.

Salí de la sala poniéndome el abrigo y pase a echarle un ojo a Roy que estaba jugando con el lápiz mientras el hombre escribía y escribía, tenía sobre la mesa unas veinte hojas.

- Señorita Voncarter - Me llamó Jacob a mis espaldas sacando la cabeza del despacho donde están los demás - No se aleje de la entrada, no es buen momento para ir solos.

Asentí y seguí mi camino.

A esa hora el nivel de agentes de la central había disminuido. Ni siquiera estaba el Sheriff, nos dijo que lo llamáramos si pasaba algo pero a partir de las siete de la tarde se acaba su turno siempre.

Al pasar la puerta el frío chocó con mi cuerpo sobre todo con mis mejillas que recibieron un golpe gélido.

Me metí las manos en los bolsillos y me acerqué a la parte baja del bosque que tocaba la comisaría. Sentir como las hojas y las pequeñas ramas crujen bajo mis tacones me resulta muy satisfactorio. Recuerdos de mis pies descalzos caminando por la hierba del bosque reviven en mi mente cuando cierro los ojos.

El aroma a pino.

Mis fosas nasales percibieron ese aroma y cayeron en más recuerdos.

Mi madre me decía que las personas deberían aprender a conectar sus sentidos con esas partes que tiene el planeta como; los bosques, el mar o el desierto. Lugares donde abunda la vida. O al menos es lo que hacía ella cuando pudo.

- Mata a un hombre y serás un asesino; mata a millones y serás un conquistador; mátalos a todos y serás Dios - Pronuncia a mis espaldas una voz tranquila y gruesa.

Me tomó unos segundos procesarlo.

- Jean Rostand - Respondo.

Ransom se pone a mi lado y sigue mi mirada para ver que observo tan detenidamente.

- Parece que nuestro sujeto es alguien culto - Musita mirado con curiosidad la oscuridad del bosque.

- ¿Esa es la traducción? Por un momento pensé que tu manera de presentarte era decirme una frase del famoso Rostand.

Posa su mirada en mi con indiferencia pero la curiosidad aún consume sus oscuros ojos azules.

Ransom es conocido tanto por su impactante personalidad como por su aspecto. Es un hombre muy pulcro y elegante, tiene un porte envidiable y la cabeza tan alta como su orgullo. Quien no sepa de él pensaría que es un creído pero se comporta exactamente como lo que es. Alguien excepcional.

Tengo entendido que su club de fans son mayormente mujeres seducidas por el morbo que provoca. Es un hombre alto y además de tener una presencia admirable, un cabello negro como la noche y un cuerpo muy entrenado tiene algo que le hace especial. Aquello que corona su personalidad.

- ¿Algo te preocupó sobre trabajar con nosotros? - Pregunta.

- No eres un misterio para mi si a eso te refieres, tampoco una preocupación.

Elevó la comisura derecha con picardía y volvió a mirar al bosque.

- Una no trabaja todos los días junto a un psicópata - Suelta abiertamente.

Si, lo sabía. Daniel me habló de eso hace muchos años y de los problemas que le ha traído a Ransom tener psicopatía en un mundo como el de la ley.

- No me importa en absoluto, mientras seas útil para el caso, que se que lo serás, me basta - Comento dando media vuelta para darme un paseo.

Ahí está el morbo de Ransom Rassell, sus seguidoras romantizan su condición puesto que tiene un bonito exterior creen que por dentro puede ser igual de… Impactante.

El se mete las manos en los bolsillos del pantalón y me sigue.

- ¿Cómo es que no nos hemos conocido antes? - Pregunta poniéndose a mi lado mientras andamos todo recto - Eres una persona especial para Daniel, además has estado en su casa más de una vez.

- Simplemente nunca hemos coincidido, tampoco es raro.

Nuestro paso se ralentiza.

- Sobra decirte que me he informado un poco sobre ti - Comenta - Puesto que no te había conocido hasta ahora, quería saber a quien tenía que tolerar el tiempo que nos lleve este caso.

Suelto una carcajada por lo bajo y le miro con descaro.

- ¿Tolerar?

Asiente.

- Es lo que hago con los demás, tolerar sus peculiaridades y a pesar de ellas, juntos se complementan bien, eso es lo que ha dado a este equipo la imagen que tiene pero tu… No sé nada de tu personalidad y si a ellos los tolero no sé que tengo que esperar de ti.

Yo me encojo de hombros.

- Lo entiendo.

Me mira con una ceja elevada.

- ¿Sí?

- Estar rodeado de sentimientos debe de ser un tanto molesto para ti, ver como alguien involucra o mezcla esos sentimientos en las cosas es lo que te hace irte al fondo de la sala. La falta de apoyo moral a tu nivel intelectual te hace autoexcluirte para evitar discusiones probablemente.

El sube la comisura derecha.

- Daniel me habló del impactante don psicoanalista que tienes, te he estado mirando detenidamente y la forma en la que estudias a cada uno con la mirada me resulta personalmente interesante. No me dirías lo de “estar rodeado de sentimientos” de no fijarte en Ethan y Verónica.

- Por favor, no hace falta ni verlo - Comento - A kilómetros se huele que esos dos han tenido como mínimo un polvo.

Asiente.

- A Daniel le daría algo, no sé si aceptaría que su preciado equipo se corrompa así.

- Le aprecio - Le confieso - Pero le faltan ojos para muchas cosas que pasan a su alrededor.

Ransom asiente y se gira en mi dirección. Yo hago el mismo gesto.

- Ha sido un placer conocerte por fin - Dice mirando como Daniel viene a lo lejos con Verónica y unas bolsas - Soy un hombre curioso y tenía ganas de conocer a la protegida de Daniel.

- Puedo decir lo mismo - Saco mi mano derecha para estrecharla con la de él pero niega con la cabeza cuando me ve la intención.

- No, por favor. Solo la estrecho cuando se que esa persona me caerá mal - Dice caminando de espaldas a la puerta y con malicia en la mirada - Tengo esperanza en que no te acabaré dando la mano.

- Espero que así sea.

Se da media vuelta para entrar pero se detiene con el pomo en la mano y me mira por encima del hombro con la comisura derecha elevada.

- Tro…ya - Pronuncia mi nombre pausadamente como se saborea el vino de buena cosecha - Un nombre poco común - Comenta y abre para adentrarse en la central y dejarme de pie junto a la puerta.

Me quedé mirando la puerta consumida por la impresión. Esperaba a Ransom como alguien callado y reservado pero la forma en la que se expresa, sus palabras, su acento…

Es como cuando ves una escultura griega de tipo helenística por primera vez. Cada detalle, cada parte de la obra es algo que consideras que no has visto nunca. Es un arte único, porque requiere un trabajo admirable.

- ¿Algo nuevo? - La voz de Daniel interrumpe mis pensamientos y le veo de pie frente a mi con Verónica - ¿Estás bien?

- Si, estaba pensando… Y si, ya tenemos la traducción.

Tanto Daniel como Verónica se aliviaron de oírlo y fuimos dentro. Roy le agradeció al señor por su colaboración en el caso mientras que los demás se reparten los tacos que trajeron para cenar.

Ransom pasó de estar al fondo de la sala a sentarse a mi lado. Yo no me sorprendí puesto que él mismo me dijo que desde atrás solo me estudiaba pero parece que para los demás hasta para Daniel, es una sorpresa.

Mientras comíamos y comentaban sobre la nota yo me sumí en mi mente.

“Mata a un hombre y serás un asesino; mata a millones y serás un conquistador; mátalos a todos y serás Dios”

La frase da vueltas en mi cabeza. Para ser sincera, no me esperaba que la nota expresara algo particularmente ridículo ¿Quien se tomaría las molestias de escribir en un idioma que ni se usa para una tontería?

Puede que alguien que pruebe nuestra capacidad de decifrarla.

¿Qué sabemos?

1. Es un sujeto metódico; No deja menor rastro de algo que nos conduzca a saber algo sobre él. Ni restos biológicos o químicos.

2. Sin embargo deja notas; Le da morbo que juguemos con el.

3. No hay signos de forcejeo en las víctimas; Es alguien que se relaciona de alguna forma con ellas.

4. ¿Qué significan los objetos? ¿Por qué en la mano derecha? ¿Por qué las notas las deja en el vientre de las víctimas?

5. Ha matado 4 mujeres; tres de entre veinte y treinta años y una de dieciséis.

Mientras doy un bocado al taco me levanto de la silla y les dejo en la mesa hablando sobre la navidad de Roy de hace un año con su ex.

Me voy a la mesa que hay junto a la pantalla de pistas donde reposan fotos en orden de cada cuerpo. Me fijo en que además de estar absolutamente desnudas, todos los cuerpos los dejó sobre una manta, sus cabellos están peinados y como comentábamos antes, sus cuerpos están impecables… es decir que les da un baño.

El objeto de cada una está acomodado en sus manos derechas, perfectamente simétrico.

¿Limpieza?

¿Pulcritud?

¿Perfeccionismo?

- ¿Estás bien de la cabeza? - Escucho la voz de Verónica pero no le hago caso - Ni yo puedo comer viendo fotos de cuerpo por dios, vuelve aquí.

Roy se ríe.

- ¿Comer solo? Cuando hacemos casos privados hasta duerme con fotos peores que esas.

- Conozco esa mirada - Murmura Daniel - ¿Que has visto?

Yo me vuelvo a mirarle.

- Tengo suficiente para el primer perfil - Afirmo.

Jacob dejó su taco y sacó una libreta del bolsillo y un boli de su chaqueta para apuntar. Yo volví a la mesa y cogí mi refresco.

- ¿Y cuál es? - Me pregunta Ethan curioso.

- Tiene trastorno de personalidad obsesiva-compulsiva; Hay una notable preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control del escenario y la víctima. No veo oportunidad para que se vea afectada su tarea. Es decir, una persona que intenta parecer un sujeto ordenado comete al menos un error de tres y llevamos cuatro en un periodo de tiempo de tres meses.

- ¿Tres meses? - Pregunta Jacob.

- Si, cada víctima ha aparecido después de tres meses - Le informa Ethan y vuelve a mirarme - Es un buen análisis ¿Por qué estás tan segura?

- Pues tiene sentido, tiene tres meses para prepararlo todo y si ya tiene practica siento un individuo pulcro le será fácil la tarea. Limpia los cuerpos, les cepillas el pelo, los deja en una manta para que dicho cuerpo no se ensucie en absoluto, los objetos están simétricamente posicionados…

- El hecho de que sean solo mujeres, todas blancas, también teniendo en cuenta que las lave y deje la nota en sus vientres puede significar algo relacionado a su pasado hablando de un ámbito personal - Agrega Ransom - Puede ser por rememorar una venganza o saciar las ganas que le tiene a alguien en concreto.

- Así es - Coincido con el.

- Y solo llevamos un día - Comenta Daniel contento - Esto va viento en popa señores.

Jacob terminó de escribir lo que explicamos y sonrió a Daniel por su comentario.

- Genial ¿Podemos seguir comiendo sin hablar frívolamente de cuerpos? Gracias - Comenta Verónica.

- ¿Trabajas con muertos y te da grima hablar de ellos en la mesa? - Le pregunta Roy.

- Claro, una cosa es trabajar con ellos y otra recordarlos mientras digiero algo, que asco.

Yo me centro en mi taco mientras discuten sobre sus tabúes en la mesa.

Dejé que mis ojos se fueran hasta Ransom que miraba su teléfono contrentrado. Ahora le veo con mucha más luz, no como la primera vez, al final de la sala, o fuera con la tenue noche.

Me llamó la atención algo que sobresalía del cuello de su camisa. Un tatuaje. No logro definir que es puesto que solo se aprecia una pequeña parte.

“¿Cómo es que no nos hemos conocido antes?”

Su pregunta me vino a la mente. ¿Cómo se le dice a alguien que no se han conocido porque tú no has querido?

Daniel me dejaba muchos libros sobre el mundo de la criminología y la ley. Más de una vez me invitó a su casa a comer o incluso a veces salíamos a desayunar. Yo era apenas una adolecente curiosa por su mundo.

Cuando me saqué el carnet fui a buscarle a casa. Quería llevarle a algún sitio conduciendo yo por primera vez y cuando llegué a la puerta él me hizo pasar para esperar que terminara una llamada importante.

Había estado antes en esa casa pero no la había analizado al detalle. Paseé por el salón y miré las fotos de la familia Rassell que había sobre la chimenea. La del centro era la de su difunta esposa y madre de Ransom, Helena. Una mujer increíble según mi amigo.

Las demás eran de Ransom de pequeño o de la bonita pareja que hacían Daniel y Helena. Me hubiese quedado mirando más fotos pero un sonido llamó mi atención, me dejé llevar por el sonido de un disco de vinilo que reproducía una buena canción de Sinatra.

Mis pasos eran lentos y sin intención de hacerse escuchar. Seguí la música hasta una habitación donde estaba Ransom, es un par de años mayor que yo, por aquel entonces él tendría veinte y yo dieciocho.

La primera vez que le vi.

No lo veía directamente, sino a través del espejo que había junto a la puerta. Estaba estirando en un sofá leyendo un libro completamente ofuscado en las páginas. Me quedé admirando su figura bien trabajada, esa postura perfecta y la serenidad que transmite su persona.

Daniel me había hablado ya de su psicopatía. Por aquel entonces él estaba en la universidad y muchos de sus compañeros estaban en contra de que el partiera clases con ellos, decían que una persona como esa no puede trabajar como detective criminalista. Se necesitan todas las capacidades humanas para eso y él… nunca es considerado como una persona normal para muchas cosas.

Y no lo es.

En ese momento supe que si entraba a presentarme con él tendría que mantener una conversación al menos y el temor a no estar a su nivel me recorrió el cuerpo.

Necesitaba sentirme preparada para conocerlo, porque todas aquellas personas que le excluyen o juzgan tienen razón, no es normal. Es mejor.

Es mejor que Ethan, cosa que a musculitos le molesta. Es mejor que el ordenador de Alan y hasta es capaz de hacer el trabajo de Verónica. Es un hombre brillante y gracias a su incapacidad para sentir ha conseguido avanzar en la vida como no lo logran muchos, ya que muchos baches nos lo ponen nuestros sentimientos.

¿Un psicópata como criminólogo? ¿Irónico? No. La gente asocia “Psicópata” como un asesino frívolo y sanguinario. Una de cada cien personas es psicópata, cada día nos topamos con uno sin darnos cuenta. Puede ser un camarero, un ingeniero y hasta tu tío Alfonso.

Ellos son personas y como nosotros, hay quienes son más capaces que otros. Por eso nació mi curiosidad en Ransom desde que le vi.

Pensé que los líos que había en su curso repercutirían en su vida, al menos un poco. Pero verlo ahí, tan sereno como si su mundo fuese absolutamente perfecto y equilibrado, me fascinó.

Porque para él su mundo lo es. Tu opinión le importa un pimiento y si está aquí es para buscar un asesino. Todos ven a un psicópata, yo veo a una persona brillante y capaz trabajando para buscar a un asesino en serie. Colaborando. Compartiendo esas capacidades para algo bueno y justo.

El podría ser un asesino perfectamente, pero sintió lo que nunca ha sentido por nada, por la ley.

- Capítulo 3 -

“Quien no se mueve no siente sus cadenas”

- Rosa Luxemburgo.

Sonó la alarma y me levanté como un resorte. Después de salir del baño tras refrescarme fui a preparar el café y a poner las noticias, las cuales no para de repetir desde ayer que no ha llovido en meses, cosa que me extraña, Delaware no parece que sufra sequía.

Roy aún no da señales de vida, como todas las mañanas.

Ambos compartimos piso allá donde vamos. Alquilamos un departamento con espacio suficiente para ambos y así podemos quedarnos cómodamente trabajando hasta tarde.

¿Hace ya cinco o seis años que estamos juntos? Creo que sí.

Nos conocimos en primero de carrera. Un día vino hasta mí y pensó que como me sobraba una silla en la mesa para dos, podía sentarse. Desde que sentó el culo delante de mí no hacía más nada que hablar y hablar, yo me limité a escuchar lo mínimamente interesante.

Lo que me llamó la atención de él es su talento para meterse en la vida de la gente. Es muy metiche. Pero minucioso. Sabía todo de todos en esa universidad.

En este trabajo es un talento muy necesario.

Roy y yo nos hicimos buenos amigos rápidamente. Ambos creamos nuestro equipo de investigación, solo somos nosotros. Pero muy buenos.

No tenemos hogar fijo, somos conocidos nacional e internacionalmente, y hemos trabajado también en casos confidenciales como lo sería algo para el gobierno.

- “El asesino de Delaware no ha dado ningún paso hasta los momentos, por ahora los cuerpos policiales y los federales tienen solo pistas otorgadas por el mismo asesino como esta; Mata a un hombre y serás un asesino…

Mis ojos quedaron clavados en la pantalla como agujas.

¿Quién demonios le dio la traducción a la puta prensa?

Tomé aire y apagué la tele para evitar que me hierva la sangre desde tan temprano. Me fuí a la habitación y me puse la ropa de deporte.

Desde los quince más o menos empecé a salir a correr, al principio solo daba vueltas a la manzana pero con el tiempo descubrí que correr con música puede ser incluso el mejor momento del día. Me levanto sobre las cinco y hago el mismo paseo; baño, cocina, tele, ropa, salir, volver, ducha…

Así ha sido siempre. Una rutina perfecta.

Saliendo a la calle empecé caminando para calentar y mientras buscaba la música hice algunos estiramientos. A estas horas no quiero saber nada de nadie ni del trabajo, solo somos yo y la música. Ya me encargaré del soplón de la tele después.

Empecé a correr.

No había ni un solo destello de sol aún y permanecía el frío de la noche.

La voz de mi madre resonaba por encima de la música;

- Tienes que correr hija - Murmuraba acurrucada a mi en la cama - Nadar, bailar… Hay mil formas de expresión.

- ¿Expresión? - Preguntó la niña que fuí entonces.

- Todos nos expresamos de alguna forma, así evitamos el estrés y mantenemos nuestro ser en perfecto equilibrio, así nos desahogamos.

- ¿Tú que haces?

- Yo pinto, me gusta mucho, expreso todo en el lienzo.

Yo moví mi cabeza para ver a la esquina de la habitación donde posaba un lienzo en proceso aún, ella lo había empezado hace apenas días y se podían apreciar dos pajaritos.

El sudor recorría mi rostro. Estaba jadeando en mi habitación de pie delante del cuatro.

La última obra de mi madre.