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En un pequeño pueblo, el acaudalado Sr. Shuttleworthy desaparece misteriosamente y las sospechas recaen sobre su imprudente sobrino, Pennifeather. A medida que avanza la investigación, Charles Goodfellow, el aparentemente leal amigo de Shuttleworthy, finge estar afligido e insiste en esperar antes de actuar, mientras manipula secretamente los acontecimientos para inculpar a Pennifeather. Sin embargo, mediante un astuto truco, el verdadero asesino queda al descubierto en una dramática revelación. "Tú Eres el Hombre" muestra la mezcla característica de Poe de tensión psicológica, ironía y un giro de humor negro sobre la justicia.
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Seitenzahl: 27
Veröffentlichungsjahr: 2025
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En un pequeño pueblo, el acaudalado Sr. Shuttleworthy desaparece misteriosamente y las sospechas recaen sobre su imprudente sobrino, Pennifeather. A medida que avanza la investigación, Charles Goodfellow, el aparentemente leal amigo de Shuttleworthy, finge estar afligido e insiste en esperar antes de actuar, mientras manipula secretamente los acontecimientos para inculpar a Pennifeather. Sin embargo, mediante un astuto truco, el verdadero asesino queda al descubierto en una dramática revelación. "Tú Eres el Hombre" muestra la mezcla característica de Poe de tensión psicológica, ironía y un giro de humor negro sobre la justicia.
Engaño, Suspenso, Ironía
Este texto es una obra de dominio público y refleja las normas, valores y perspectivas de su época. Algunos lectores pueden encontrar partes de este contenido ofensivas o perturbadoras, dada la evolución de las normas sociales y de nuestra comprensión colectiva de las cuestiones de igualdad, derechos humanos y respeto mutuo. Pedimos a los lectores que se acerquen a este material comprendiendo la época histórica en que fue escrito, reconociendo que puede contener lenguaje, ideas o descripciones incompatibles con las normas éticas y morales actuales.
Los nombres de lenguas extranjeras se conservarán en su forma original, sin traducción.
Ahora interpretaré al Edipo del enigma de Rattleborough. Les expondré, como solo yo puedo hacerlo, el secreto de la maquinaria que llevó a cabo el milagro de Rattleborough: el único, el verdadero, el admitido, el indiscutible, el milagro incontestable, que puso fin definitivo a la infidelidad entre los habitantes de Rattleborough y convirtió a la ortodoxia de las abuelas a todos los de mente carnal que antes se habían aventurado a ser escépticos.
Este acontecimiento, que lamento tener que comentar con un tono de frivolidad inapropiada, ocurrió en el verano de 18... El Sr. Barnabas Shuttleworthy, uno de los ciudadanos más ricos y respetables del municipio, llevaba varios días desaparecido en circunstancias que hacían sospechar que se trataba de un acto delictivo. El Sr. Shuttleworthy había salido de Rattleborough muy temprano un sábado por la mañana, a caballo, con la intención declarada de dirigirse a la ciudad de…, a unas quince millas de distancia, y de regresar la noche del mismo día. Sin embargo, dos horas después de su partida, su caballo regresó sin él y sin las alforjas que le habían atado a la espalda al partir. El animal también estaba herido y cubierto de barro. Estas circunstancias naturalmente causaron mucha alarma entre los amigos del hombre desaparecido; y cuando se descubrió, el domingo por la mañana, que aún no había aparecido, todo el pueblo se levantó en masse para ir a buscar su cuerpo.
El más destacado y enérgico en iniciar esta búsqueda fue el amigo íntimo del Sr. Shuttleworthy, un tal Sr. Charles Goodfellow, o, como se le llamaba universalmente, “Charley Goodfellow” o “Viejo Charley Goodfellow”. Ahora bien, si se trata de una maravillosa coincidencia o si es que el nombre en sí tiene un efecto imperceptible en el carácter, nunca he podido determinarlo; pero el hecho es incuestionable, que nunca ha habido una persona llamada Charles que no fuera un tipo abierto, varonil, honesto, bondadoso y franco, con una voz rica y clara, que hacía bien escucharla, y un ojo que siempre te miraba directamente a la cara, como diciendo: “Yo mismo tengo la conciencia tranquila, no le tengo miedo a nadie y estoy por encima de hacer una acción mezquina”. Y así, todos los caballeros cordiales y despreocupados de la escena seguramente se llamarán Charles.