¡Un rodaje de miedo! - Luna Fulgencio - E-Book

¡Un rodaje de miedo! E-Book

Luna Fulgencio

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Beschreibung

Segundo libro infantil de una de las actrices más prometedoras del momento: Luna Fulgencio Una casa abandonada, un rodaje muy movido, una pandilla dividida Luna está feliz. Va a ser la protagonista de una película de miedo. ¡Con lo que le gustan! Y encima se rueda en verano, en su pueblo, ¡menuda suerte!, podrá disfrutar de sus dos diversiones favoritas: el cine y sus amigos. Pero las cosas no salen siempre como uno desea. A veces, incluso los mejores amigos se enfadan y los planes mejor planeados se complican. Y cuando el miedo deja de ser de película, ¿no será mucho mejor permanecer todos juntos? Una emocionante historia de aventuras, amistad... y una pizca de terror

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Ilustraciones de Lucía Santos
Editado por HarperCollins Ibérica, S. A., 2023Avenida de Burgos, 8B – Planta 1828036 Madridharpercollinsiberica.comRedacción: Emma Lira© 2023, HarperCollins Ibérica, S. A.© de las ilustraciones de cubierta e interiores: Lucía SantosCualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.www.conlicencia.com — Tels.: 91 702 19 70 / 93 272 04 47Adaptación de cubierta: equipo HarperCollins IbéricaMaquetación y diseño de maqueta: Patricia CarcelénISBN: 978-84-19802-08-8Composicióndigital:www.acatia.es
A mi familia y amigos, mi mayor tesoro, por apoyarme y esforzarse tanto para que yo pueda cumplir mis sueños.Gracias a mis abuelos, mi hermano, mis padres, mis tíos y primos por estar siempre conmigo, cuidarme y alegrarse de corazón por todo lo bonito que me pasa en la vida, sin saber que en realidad lo más bonito de mi vida son ellos.A mis bisabuelos, los ángeles tan bonitos que tengo allí arriba y echo tanto de menos.A mi amiga Inma, que tanto se alegraba siempre, por cada logro que conseguía, pequeño o grande, y estoy segura de que lo seguirá haciendo desde el cielo. Y a todos los que me apoyáis y me dais tanto cariño en mi aventura de ser actriz. Gracias de todo corazón,Luna
¡Un rodaje de miedo! —¿Cuánto tiempo van a quedarse? —La pregunta deDaniela revolotea unos segundos en el aire. El despliegue alrededor de la vieja casa abandonada es impresionante. Camiones, focos gigantescos, cables des-enrollados por todos lados, trípodes con cámaras enor-mes y gritos, muchos gritos de los operarios moviendo cosas de un lugar para otro.—Tiene pinta de que mucho… —respondo.Mi hermano Rubén, todo el grupo de amigos y yo contemplamos, fascinados, el montaje de los equipos de grabación, agazapados tras la línea de árboles, antes del claro donde se alza la casa, para que nadie nos regañe por curiosear por allí. Es el acontecimiento del verano. CAPÍTULO
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Luna Fulgencio 1O1ONo, espera: es el acontecimiento del año,o incluso de la década, porque ninguno de nosotros so-mos tan mayores como para saber qué ha pasado más de diez años atrás. En Cardaño, hasta donde sé, nunca antes se había rodado una serie, tampoco una peli, ni nada. Ni tan si-quiera un anuncio. Los adultos del pueblo también es-tán revolucionados con la noticia, pienso, pero quizá no tanto como para ir a espiar entre la maleza. En realidad, no me hace falta, porque yo soy una de las protagonistas de la película que va a rodarse, pero la pandilla es la pandilla, y si todos quieren ir a observar el montaje, no voy a quedarme atrás.—Quizá un mes y medio o dos —respon-de mi hermano. Él y yo somos los dos únicos miembros del grupo que hemos protagonizado va-rios rodajes, así que sabe de sobra de lo que habla.—MOLA!MOLA!—exclama Iker, encantado con la no-vedad.— TNTO?TNTO?—se sorprende Estela—. Eso estodo el verano. ¡Si luego cuando ves la peli, seacaba en una hora o así!—Ya, pero hay que repetir tomas —le expli-co—. A veces no sale bien a la primera.!!??
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Luna Fulgencio 22—Casi nunca —me apoya mi hermano.—Luego hay que montarla —continúo—. Tienen que coger como pedazos pequeñitos de la peli y ponerlos to-dos seguidos, porque a lo mejor las escenas se han graba-do desordenadas.—¡Vaya! Como cuando os dejo coger mis puzles de 5000 piezas —advirte Eloy, echando una mirada signifi-cativa a su alrededor.—Tus puzles de 5000 piezas cada vez tienen menos piezas —le recuerda mi hermano.—¡¡Porque os los dejo!! —protesta Eloy.—Bueno, en cualquier caso, este verano tenemos algo diferente para entretenernos —concluye Daniela—. ¡Va a ser de lo más DIVERTIDO que anden por aquí!Todos asentimos. Para mí, además, es doblemente di-vertido. Primero, porque me encantan los rodajes,las películas, el colarme en otra vida y tener la capacidad de ser un millón de Lunas diferentes. Ysegundo, porque, gracias a que ruedan en Cardaño, mi pueblo, este año no me quedo sin vacaciones. Llevo toda la vida veraneando en el pueblo de mi abuela Mariví, eny aquí la vida es una aventura continua. Vivamos donde vivamos, en vacaciones todos: Rubén,Daniela,Carla,Es-tela, Eloy, Iker, Aimar, Naia, Maider, Daniel, Haizea, Lara,Dani, Sofía, Victoria y yo, coincidimos aquí. Ydesde muypequeñitos a todos nos permiten hacer cosas que ningunoPALENCIA
¡Un rodaje de miedo! 33podríamos hacer en nuestras casas de la ciudad. Estamosen la calle todo el día, con la bici, bronceándonos al sol yrespirando el aire purísimo que baja de las montañas, sinque nadie pregunte por nosotros. A veces nos presentamostodos en una casa a la hora de comer, y otras, nos prepa-ramos nosotros solos unos bocatas y nos vamos de pícnic.Me gustan esos días calurosos que piden películas enpenumbra, limonada helada o baños en las pozas, y esasnoches tan frescas que a veces, incluso, obligan a sentar-nos frente a la chimenea en casa de la abuela de Eloy. Esasnoches, asando nubes, como en las pelis, o contando his-torias de miedo, junto al fuego son las mejores. A vecesnos tumbamos en el jardín sobre una manta y contempla-mos el cielo, que siempre parece diferente.omehubieragustadoperdermeesteverano!omehubieragustadoperdermeesteverano!Llegar a septiembre sin haber pasado por Cardaño sería como si nunca hubiera acabado el cole.Por eso cuando el equipo de producción empezó a buscar localizaciones para grabar y casi estaban decidi-dosporuncaseróndeSantander que daba muchísimomiedo, se me ocurrió proponer la vieja casa abandonada demi pueblo. No tenía muchas esperanzas de que tuvieran ¡Un auténtico paréntesis en la vidaantes de volver al colegio!!!
Luna Fulgencio 44en cuenta las sugerencias de una niña, pero no perdía nada por intentarlo. Cuando el equipo fue a visitar la casa, evaluaron los costes —bastante más baratos, por cierto— y tuvieron en cuenta la tranquilidad que se respiraba en el escenario del rodaje, nadie vio ningún inconveniente. Encima, yo misma, pasaba mis vacaciones allí. La Casa Vieja, ade-más, como la llamaban niños y mayores en el pueblo, cumplía dos requisitos imprescindibles. Uno, estaba un poco aislada, pero no tanto como para que no pudieran llegar los camiones con el equipo técnico. Ydos, era ab-solutamente escalofriante. NOSOTROS LO SABEMOS BIEN.Tampoco es que tengamos muchísima experiencia en casas abando-nadas, pero es que esta satisface cualquier expectativa que uno pueda tener. Nunca nos han dejado movernos solos por sus alrededores, y mucho menos intentar en-trar, aunque la verdad es que, voluntariamente, tampoco se nos ha ocurrido. Al menos de más pequeños. Ahora empezamos a sentir ya el cosqui-lleo de la curiosidad. Yno somos los únicos, claro; en el pueblo se cuentan historias terribles de chicos más mayores que se han aventurado en su interior. —¡¿Ytú vas a tener que
¡Un rodaje de miedo! 1515entrar?! —me pregunta Estela con ad-miración.—¡Pues claro! —le aseguro, tratando de no hacer caso al cosquilleo que siento en el estóma-go—. Casi toda la película pasa dentro.— YesdemiedoYesdemiedo—quiere saber Carla.—De mucho miedo —puntualizo.Daniela reprime un escalofrío. —¿Y de qué va? —Es la pregunta de Eloy.—Es que si os hago spoiler—respondo—, a lo mejor lue-go no venís a verla. —¿Ya ti no te pagan si no vamos a verla? —me pregun-ta Eloy.—La verdad es que no estoy segura…—No te preocupes —me dice Daniela—. Somos tus amigos. Iremos de todas maneras. Solo cuéntanos un poco de qué va.NO ME HAGO MUCHO DE ROGAR. ¡¡ESTOY DESEANDO CONTARLA!!—Pues… —Todos hacen un corrillo alrededor mientras empiezo mi relato—. Va sobre un matrimonio que vive en una casa muy triste y muy vieja que la mujer ha heredado de una abuela o algo así. Quieren venderla, pero nadie se la compra…??
Luna Fulgencio 66—¿Porque está encantada? —pregunta Eloy.—Ellos piensan que no, pero la mujer empieza a ob-servar cosas raras todo el rato. El marido no nota nada y cree que ella se está volviendo loca, así que discuten un montón. El marido diseña juegos onlinede esos de escape room,y la casa le da un montón de ideas, pero… —Bajo más la voz y me acerco mucho a ellos—. Ella siente cosas.—¿Qué cosas? —me pregunta Daniela angustiada.—Pues… cosas. —Con eso es suficiente. La palabra co-sas, así, en genérico, englobaba los peores horrores que cada uno pueda imaginar.—¿Y qué pasa? —sigue Daniela.—Pues que cada vez se enfadan más. —Abro muchísi-mo los ojos—. Yque, como no se cuentan las cosas, cada vez están más solos.—¿Y tú?—me interrumpe Estela, un poco aburri-da—. ¿Cuándo sales?—Pues es que la mujer quiere tener hijos y el hombre no, y por eso discuten un montón también, pero enton-ces me encuentra a mí y me convierto en su hija y ella en mi madre; me peina, me canta y las dos somos superfeli-ces, pero el marido se siente celoso porque ve el cambio de su mujer y no sabe qué le pasa. Porque, claro —hago una pausa sobrecogedora—, él no puede verme.—¿Y eso? —pregunta Carla con inocencia—. ¿Está ciego?
¡Un rodaje de miedo! 77—Jopé, Carla. ¿Por qué va a ser? ¡Porque está muerta! —resuelve Estela con contundencia.—¡Haaala!¡¿Vas a ser un zombi?! —grita Carla.Carla es tan fan de los zombis en todas sus posibilida-des, que casi siento tener que decirle que no. —Nooo, un zombi, no. Me daría mucho asco. Voy a ser un fantasma…—GUAUGUAU—se admira Daniela—. ¿Malo?Hago una pequeña pausa para pensarlo.—Regular —contesto.Daniela casi hace un puchero. Odia las películas de miedo. Los fantasmas, los vampiros y los zombis, por ese orden.—Luna, no te enfades —me advierte Daniela—, pero a lo mejor al final no voy a ver tu peli.—No te preocupes —le digo.—¿Yte pagan aunque hagas de muerta? —pregunta Estela, incrédula— ¡Si no vas a tener que moverte!—Claro que va a tener que moverse —me de-fiende mi hermano Rubén—. Va a tener que dar miedo y meterte sustos de esos que cuando estás en el cine viendo la peli te mueres de miedo…—¿Como los niños vampiros que llaman a las ventanas? —pregunta Eloy con una sonrisa malévola.!!
Luna Fulgencio 1818—O como el Demogorgon, en el mundo al revés de Stranger Things —apunta Carla.—¡Qué mal rollo me estáis dando! —exclama Daniela.—¡Pero qué tipo de pelis veis vosotros…! —exclamo sorprendida—. A mí me han dicho que no me dejan ver Stranger Thingshasta que no tenga la edad de los prota-gonistas.—¡Pero si ya la tienes! —me recuerda mi hermano.—DeverdadDeverdad¡Ostras! Como llevan tanto tiempo diciéndomelo, no me he actualizado…—Bueno —azuza Carla—.Al grano, que yo lo quequiero es saber cómo acaba la tuya…—Que no nos puede contar el final. ¿No ves que si no, no iremos a verla? —interrumpe Estela.—Yo no voy a ir a verla de ninguna manera —decide Daniela—. Así que a mí me la puede contar…—Pues eso —continúo, que estoy deseando sorpren-derlos con el final—. El tío decide que tienen que mar-charse de la casa porque la mujer está muy rara. Ycomo ella no quiere, decide irse él solo. Entonces, su mujer y yo misma le ponemos trampas para que no pueda salir… ¡Yson las mismas que él diseña en sus escape rooms!Solo que aquí, no consigue solucionarlas…—QUÉ MALAS—exclama Carla— ¿Ypara qué ha-céis eso?Pongo mi mejor cara deinocencia.??
¡Un rodaje de miedo! —Pues para que se quede con nosotras y seamos una familia…—Luna —me advierte Eloy—. Para que lo sepas, se te pone cara de mal rollo cuando lo cuentas…Me encojo de hombros, muy digna.—Es que me estoy metiendo en el papel…—Oye —pregunta Carla—, ¿y al final te han dicho algo de si podemos actuar nosotros…?Bueno, menos Eloy. Porque ya anda haciéndose un poco el chulito y prefiere fingir que el tema no le impor-ta, aunque se muera de ganas de participar.—Pues me han dicho que seguramente necesiten ex-tras, así que tenéis que venir mañana, como a las dos o así,cuandoparamos para comer, y hablar con Pablo,que es el de producción, y con Nuria, que lleva el cas-ting.Tenéis que venir con vuestros padres.—Uy, no sé yo si a mi padre lo voy a sacar de la siesta. —Carla se dirige a Daniela—: PUEDO IR CON EL TUYO?—Pero si tenemos que presentar alguna documenta-ción, verán que no es el tuyo…—A lo mejor para entonces ya nos han enseñado la casa… —le dice Carla.TODOS VUELVEN EL ROSTRO HACIA MÍ CON CARAS SONRIENTES.11
Luna Fulgencio 2O2O—Ah, oye —interviene Eloy—, que si se trata de entrar en la casa, yo me apunto también.—Yo no sé mucho de cómo va el rodaje —les advier-to—, pero hasta donde sé, nadie más entra en la casa. Los niños que necesitan son niños del pueblo, que llaman a la puerta y salen corriendo. Yque tiran piedras. Yque lla-man bruja a mi madre…—ENSERI?ENSERI?¡Qué fuerte!—Mi madre en la película... —aclaro.—Ah, vale.—Pues eso. Que creo que las escenas con extras son todas en el exterior…—¿Qué es un extra? —pregunta Eloy.—Pues alguien que no es un protagonista, que tiene un papel muy chiquitito…—Como si sobráramos, vaya… —dice Estela.—Nooo… —le corrige Carla—. Como si fuéramos EXTRA-ORDINARIOS…Nos reímos todos de la ocurrencia y volvemos a dirigir la vista hacia la Casa Vieja. A plena luz del día solo parece una casa grande y destartalada, abandonada desde hace tiempo. Sin embargo, pertenecería a alguien, porque yo he oído que la habían alquilado para el rodaje y eso sig-nificaquehantenidoque pagar a su dueño por utilizarla.??
¡Un rodaje de miedo! 22—Mi madre —interviene Daniela en voz baja— me dijo un día que alrededor de la casa no crece nada porque está edificada sobre un antiguo cementerio…