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"Vidas vulneradas resume la triste realidad que afecta a miles de niñas y adolescentes peruanas, obligadas a llevar un embarazo no deseado, a la maternidad temprana, a renunciar a su derecho a la educación y a truncar su proyecto de vida. Muestra, además, la pugna de los sectores más conservadores por negarles sus derechos sexuales y reproductivos y el esfuerzo de instituciones de la sociedad civil por promover políticas públicas que reviertan esta dramática situación."
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Teresina Muñoz-Nájar es periodista y editora. Trabajó en la revista Caretas durante dieciocho años. Es autora de libros para niños enfocados en la cultura e identidad peruanas y ha publicado Morir de amor, un reportaje sobre el feminicidio en el Perú (2017) y ¿A quién le importa?, tres casos de violencia sexual contra menores de edad (2019). Actualmente se dedica a investigar todo tipo de violencias contra las mujeres.
Vidas vulneradas: embarazo infantil y adolescente en el PerúSerie Zumbayllu 9
© Teresina Muñoz-Nájar
© Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, 2023Av. Universitaria 1801, Lima 32, Perú[email protected]
Imagen de portada: Marcia Saldaña ([email protected]) y Ximena Martínez Yuí ([email protected])Diseño de logo de serie: Augusto PatiñoDirección de Comunicación Institucional (DCI) de la PUCP
Diseño, diagramación, corrección de estilo y cuidado de la edición: Fondo Editorial PUCP
Primera edición digital: junio de 2023
Prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio, total o parcialmente, sin permiso expreso de los editores.
Las opiniones vertidas en este libro son de entera responsabilidad de su autor.
Hecho el Deposito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú: 2023-05090e-ISBN: 978-612-317-862-8
Contenido
Presentación
Agradecimientos
Abreviaturas, acrónimos y siglas
Introducción
1. Las niñas madres
2. L. C. y «Camila»: dos casos que resumen el drama del embarazo adolescente
L. C.
«Camila»
3. Pospandemia, cifras y evidencias
4. Prevención
La AOE y otros métodos anticonceptivos
Educación Sexual Integral (ESI) y enfoque de género
Los jóvenes y la ESI
Lineamientos para erradicar la violencia contra las mujeres y Estrategia Nacional de Prevención de la Violencia contra las Mujeres
5. Consecuencias del embarazo en la salud física y mental de las niñas y adolescentes
Consecuencias socioeconómicas del embarazo adolescente
6. El aborto terapéutico: entre la espada y la pared, siempre
«Aplicación del aborto terapéutico en el Perú: una ruta tortuosa»
7. Cuando la prevención es un éxito
Referencias
Presentación
«El canto del zumbayllu se internaba en el oído, avivaba en la memoria la imagen de los ríos, de los árboles negros que cuelgan en las paredes de los abismos».
José María Arguedas, Los ríos profundos
¡¡¡Zumbayllu!!! ¡¡¡Zumbayllu!!!, resuenan los gritos alborotados que sacan al niño Ernesto de la desazón, la melancolía, la soledad, el aislamiento y la incertidumbre que lo agobian en el internado donde lo ha dejado abandonado su padre.
¡¡¡Zumbayllu!!! ¡¡¡Zumbayllu!!!
¿Qué podía ser el zumbayllu?
El zumbayllu da título a uno de los capítulos más hermosos de Los ríos profundos. Como explica la estudiosa Isabelle Tauzin-Castellanos: «es un trompo al que Ernesto atribuye poderes mágicos. La danza del juguete restablece la comunicación entre los alumnos mientras lo contemplan, alzando el vuelo y bañado por la luz del sol»1.
Un trompo que da vueltas interminables sobre su eje. Y en su incesante movimiento, canta. Y en su incesante movimiento, brilla. Y en incesante movimiento, recoge la luz. Nos lleva del pasado al futuro, comunica, dialoga.
El Fondo Editorial PUCP presenta una nueva serie de ensayos cortos, en un formato de bolsillo y a un precio asequible, con el fin de que la voz de nuestra comunidad llegue a todas las personas que aman al Perú.
En el año del bicentenario les presentamos nuestra serie Zumbayllu.
Fondo Editorial PUCP
1 El otro curso del tiempo. Una interpretación de Los ríos profundos. Lima: Instituto Francés de Estudios Andinos y Lluvia Editores, 2008, p. 34.
Agradecimientos
A Susana Chávez, Élida Guerra, Rocío Gutiérrez, Marta Rondón, Jennie Dador, Matilde Cobeña, Gabriela Perona, Hugo González y Guillermo Atencio por su disposición y apoyo.
A Giovanna Pollarolo, Patricia Arévalo y Militza Angulo, del Fondo Editorial de la PUCP, por su sensibilidad con un tema tan preocupante como es el embarazo infantil y adolescente.
A Marcia Saldaña y Ximena Martínez Yuí por el diseño de la portada y reflejar con apenas unos trazos la dolorosa realidad de miles de niñas y adolescentes peruanas. A sus profesoras de la Facultad de Arte y Diseño de la PUCP que las guiaron en el proceso.
Abreviaturas, acrónimos y siglas
AOE
Anticoncepción oral de emergencia. Véase PAE
BID
Banco Interamericano de Desarrollo
CAPS
Centro de Atención Psicosocial
CEDAW
Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer [Convention on the Elimination of All Forms of Discrimination against Women]
CEM
Centros «Emergencia Mujer»
CIES
Centro de Investigación Económica y Social
CLADEM
Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres
CMAN
Comisión Multisectorial de Alto Nivel
CMHNTM
Con Mis Hijos No Te Metas
CNDDHH
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos
CNEB
Currículo Nacional de la Educación Básica
Demuna
Defensoría Municipal del Niño, Niña y Adolescente
DEMUS
Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer
DGCVG
Dirección General Contra la Violencia de Género
DIU
Dispositivo intrauterino
EIF
Embarazo Infantil Forzado
ENDES
Encuesta Demográfica y de Salud Familiar
ESI
Educación Sexual Integral
FLASOG
Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología
Grade Perú
Grupo de Análisis para el Desarrollo
INEI
Instituto Nacional de Estadística e Informática
INMP
Instituto Nacional Materno Perinatal
IPYS
Instituto Prensa y Sociedad
MIMP
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables
Minedu
Ministerio de Educación
Minsa
Ministerio de Salud
OHCHR
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos [UN Office of the High Commissioner for Human Rights]
OMS
Organización Mundial de la Salud
PAE
Píldoras anticonceptivas de emergencia
Promsex
Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos
SPOG
Sociedad Peruana de Obstetricia y Ginecología
SPP
Sinfonía por el Perú
Susalud
Superintendencia Nacional de Salud
TC
Tribunal Constitucional
UIT
Unidades Impositivas Tributarias
UNFPA Perú
Fondo de Poblaciones de Naciones Unidas [United Nations Population Fund]
UPE
Unidad de Protección Especial
Introducción
A principios de mayo de 2023, otro caso —sabe dios de cuántos—, documentado por los medios de comunicación, volvió a mostrarnos un crimen abominable: una niña de 12 años, a quien su padrastro, Luis Ipanaque Lucero (hasta la fecha prófugo), venía violando desde que tenía 7 años, tuvo que someterse a una cesárea para dar a luz a un niño producto de esa violación. La niña no pudo acceder a un aborto terapéutico porque no fue informada de esa posibilidad (que es lo más probable) o porque había superado las 22 semanas de embarazo.
Un número más para las estadísticas del Ministerio de Salud (Minsa) que, desde enero hasta finales de abril, ya sumaba más de 280 niñas, entre los 11 y 14 años y casi 12 500 adolescentes, entre los 14 y 19, que han alumbrado un hijo. Una niña más que es ultrajada por una persona de su entorno inmediato, que se convierte en madre a la fuerza y que confirma que alrededor del 70% de los casos de violación sexual contra las niñas de nuestro país ocurren en sus propios hogares o son perpetrados por alguien cercano a ellas.
Como ella, ¿cuántas niñas y adolescentes peruanas se ven obligadas a ser madres y por ello deben abandonar el colegio y olvidarse de la conformación de un proyecto de vida propio y de oportunidades? ¿A cuántas se les niega el derecho a recibir una educación sexual integral, el acceso a métodos anticonceptivos modernos o si, fuera el caso, al aborto terapéutico, legalizado hace 94 años?
Este libro pretende condensar una realidad que no queremos ver, que nos negamos a cambiar y que, como siempre, afecta a la población más vulnerable. Y es que, por más esfuerzos e iniciativas, sobre todo de entidades de la sociedad civil, para erradicar el embarazo temprano, los enfrentamientos con los sectores más conservadores de la sociedad, que se niegan a proteger los derechos sexuales y reproductivos de las niñas y adolescentes, impiden los avances en este tema.
1. Las niñas madres
Hace 38 años, la revista Caretas publicó «Las niñas madres», un artículo que describía una realidad abrumadora en nuestro país: el embarazo adolescente. A modo de introducción a Vidas vulneradas aludo a ese texto, de la periodista Kela León, porque, pese al tiempo transcurrido y a los avances respecto a este tema —tanto en el campo legal como en el de salud pública—, esa realidad no ha cambiado mucho: lo demostrarán voces expertas a lo largo de este libro.
Hoy en día —escribió Kela entonces— según estudios realizados por el doctor Carlos Bachmann2, en la Maternidad de Lima [hoy Instituto Nacional Materno Perinatal], de medio millón de mujeres que se internaron para dar a luz, alrededor de cien mil eran adolescentes3. Esta cifra está aumentando peligrosamente y un lunes cualquiera es fácil encontrar a por lo menos tres madres adolescentes en dicho nosocomio4. Se refiere, por cierto, a jóvenes entre los 15 y 19 años.
Por otro lado, la periodista menciona las causas de ese indeseable incremento: «factores socioeconómicos como la migración interna, el hacinamiento, la promiscuidad, el bajísimo nivel de educación y el rápido crecimiento de la población aunados a casos de violación, incesto y estupro, son determinantes para que el índice de madres adolescentes haya aumentado, alarmantemente, de 10% a 15% en la década pasada». Hace énfasis, además, en otra causante significativa: la disminución de la edad, ya en esos años, de la primera menstruación (más adelante veremos que la edad de la menarquia sigue en descenso). Kela cita al doctor Bachmann: «Generalmente —señala el médico— las niñas menstruaban a los 14 años, ahora sucede a los 11. Si bien no se sabe a ciencia cierta el porqué de esta precoz maduración del hipotálamo, lo cierto es que favorece a la curiosidad sexual a temprana edad»5.
En «Las niñas madres» Kela León consigna también las consecuencias del embarazo adolescente y la necesidad de su prevención en sendos párrafos que, actualmente, podrían generar varios tuits sin que los usuarios de esa red social sospechen siquiera que fueron escritos el 22 de julio de 1985. Dice, entre otras cosas que «Está comprobado que la gravidez en adolescentes es dañina tanto para la madre como para el niño. Aproximadamente el 6% de los bebés nacidos de madres adolescentes mueren durante el primer año de vida. Los que viven tendrán alto riesgo de contraer infecciones a veces mortales en el transcurso de sus primeros años». Asimismo, sostiene que «los partos en madres adolescentes son prematuros, complicados, prolongados, terminan en cesárea o en el peor de los casos en muerte. Problemas comunes durante el embarazo o parto de estas chicas son el aumento excesivo de peso, rotura de membranas, toxemia, hipertensión, desproporción fetal y el desprendimiento de la placenta durante el embarazo». Y sigue: «Muchas adolescentes caen en profunda depresión luego de dar a luz. El nacimiento de sus hijos es la afirmación de la imposibilidad de completar sus funciones de adolescentes. El síndrome del fracaso y la soledad suelen perseguir a estas madres y a sus hijos por el resto de sus vidas»6.
Asevera, de otro lado, que según expertos en la problemática de población y la madre adolescente «es necesario instruir a los niños desde el nivel escolar sobre la educación sexual, la prevención de la natalidad, la fisiología reproductiva de la pareja o la paternidad responsable». La educación sexual integral es, pues, una vieja y urgente necesidad a la que los grupos más conservadores de nuestro país siempre se han opuesto.
El artículo no hace referencia al aborto terapéutico. Esto, a pesar de que la legalización del aborto por razones médicas, tal como lo señala el doctor Luis Távara Orozco, presidente del Comité Especial de Derechos Sexuales y Reproductivos de la Sociedad Nacional de Ginecología y Obstetricia: «Existe en el Código Penal Peruano (CPP) desde el año 1924, el mismo que fue refrendado en la revisión del mismo Código el año 1991. [...] El artículo 119 del CPP —escribe Távara— dice textualmente “No es punible el aborto realizado por un médico, con el consentimiento de la mujer embarazada o de su representante legal, si lo tuviera, cuando es el único medio para salvar la vida o evitar daño grave y permanente en su salud”».
El doctor también revela que, a pesar de la ley que permite el aborto terapéutico, este no fue «sistemáticamente aplicado por carecer de una Guía Clínica o de un Reglamento» que lo regule. Esa carencia (el aborto terapéutico recién fue reglamentado en 2014), no impidió, sin embargo y según el especialista, que hospitales como el San Bartolomé y el Instituto Nacional Materno Perinatal «hayan venido prestando servicios de aborto terapéutico en los últimos 50 años»7.
Por su parte, la periodista de Caretas sí habla del aborto clínico y dice que el 10% de las adolescentes que ingresó a la Maternidad (en 1985) «llegó agonizante», luego de un intento fallido de aborto «generalmente empírico y realizado en deficientes condiciones de higiene»8.
2 Según un artículo publicado en la Revista Peruana de Ginecología y Obstetricia, en la década de 1960, «el doctor Carlos Bachmann Sánchez, médico de la Maternidad de Lima, logró, mediante charlas educativas, que el 60% de las puérperas o en el postaborto utilizaran un Dispositivo Intrauterino (DIU)» (Álvarez-Carrasco, 2021, p. 14) como método anticonceptivo. En «Las niñas madres» el especialista señala por ejemplo que, de 262 madres adolescentes atendidas por él, el 86% jamás había oído hablar de un método anticonceptivo.
3 De acuerdo con la publicación Perú: 50 años de cambios, desafíos y oportunidades poblacionales, del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), de julio de 2022, la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) de 2021, reveló que «para los tres años anteriores, la tasa de fecundidad en adolescentes de 15 a 19 fue de 41 nacimientos por mil mujeres de 15 a 19 años de edad; mientras que en el año 1986 fue de 79 nacimientos por mil mujeres de 15 a 19 años de edad». Sin embargo, advierte una variable importante por considerar: que no todos los embarazos terminan en partos.
4 León, 1985, p. 86.
5 León, 1985, p. 88.
6 León, 1985, p. 88.
7 Távara, 2015, s.p.
8 León, 1985, p. 88.
2. L. C. y «Camila»: dos casos que resumen el drama del embarazo adolescente
L. C.
«Esta niña necesita el apoyo de ustedes, ¿pueden ayudarla y asesorar a su madre?», le dijo un médico amigo a Susana Chávez, magister en Salud Pública y directora del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex). Era el año 2007 y el especialista se refería a la adolescente L. C., de 13 años, en esos momentos internada en el hospital Arzobispo Loayza, en un estado de salud crítico y embarazada. «Así fue cómo comenzamos de una manera más intensa a trabajar y promover el tema del aborto terapéutico», dice Susana.
Pero la historia de L. C., una niña de Ventanilla, pobre, que trabajaba con su madre recogiendo cartones para reciclaje, comienza antes. Tal vez en el año 2004 o en el año 2005: «Desde los 9 o 10 años esta chica fue constantemente agredida y violada en varios momentos y en una situación de precariedad total»9, recuerda Susana.
El hecho es que, finalmente, en marzo de 2007, L. C. se enteró de que estaba embarazada de un vecino que le pagaba un sol cada vez que la violentaba y amenazaba con matarla si decía algo: «Horas después, se arrojó del techo de la casa continua a la suya intentando acabar con su vida. Sus familiares llamaron a los bomberos, quienes la llevaron a la posta médica de Ventanilla, pero debido a la gravedad de sus lesiones, tuvo que ser referenciada al Hospital Daniel Alcides Carrión. L. C. no perdió la vida, pero sus lesiones a la columna fueron muy graves: traumatismo vertebro medular cervical y luxación cervical en las vértebras C6 y C7. Además de las lesiones físicas, la salud mental de L. C. también se encontró comprometida, pues se le diagnosticó síndrome ansioso depresivo. El neurocirujano encargado de su atención indicó que, para resolver la lesión cervical, debía realizarse un procedimiento quirúrgico. La operación fue programada para el 13 de abril del mismo año. El día previo a la operación, el médico le comunicó a Teresa, la madre de L. C., que “no podía operar a su hija debido a que se encontraba embarazada”. Ella le solicitó al doctor, de modo verbal, la interrupción legal del embarazo; sin embargo, este le contestó que la decisión “no dependía de él, sino del departamento de Cirugía y de Asesoría Jurídica”»10.