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Yo soy el tartamudo; no el que repite vocales y consonantes, hasta dejar sin aire las palabras, porque en la garganta se atoran las lloviznas. Soy el que tartamudea porque repite la voz de mi pasado. Yo quiero la casa de mi infancia. Extiendo mis manos a las estrellas. Regreso al patio, al tamarindo, al humo del ingenio, al silbido de mi padre y a los negros brazos de mi abuela.
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Seitenzahl: 30
Veröffentlichungsjahr: 2024
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Edición: Liudys Carmona Calaña
Diseño de cubierta y diagramación: Reynaldo Duret Sotomayor
Ilustraciones: Ernesto Rodríguez Castro (Belis)
Corrección: Keyla de la Caridad Pacheco de Moya
© Julio César Sánchez Guerra, 2023
© Sobre la presente edición, Ediciones El Abra, 2023
ISBN 9789592761919
Ediciones El Abra
Calle 37 s/n e/ 36 y 38 Nueva Gerona
Isla de la Juventud. Cuba
CP 25100
EL COLIBRÍ QUE VUELA EN SU PORTAL
¿Cuánto tiempo es para siempre? —preguntó Alicia al conejo. A veces es solo un segundo — contestó él. Y es que no importa cuánto tiempo haya pasado, lo verdaderamente importante es ese tiempo que nos hace crecer, que no se borra a pesar de los caminos por la vida o las circunstancias. Tartamudear desde la memoria debe ser más complicado que hacerlo desde niños, mientras chapoleteábamos en los charcos que la lluvia dejó, en las heridas de la tierra. El hombre, cuando no ha perdido el sentido de la vida, no deja morir al niño que lleva en su interior, no deja de recordar lo que fue, lo que sigue siendo, lo lleva de la mano en cada paso que da, y Julio César Sánchez Guerra sigue siendo ese niño que tiene una respuesta para cada enigma, aunque una que otra vez, lo sorprendan los abismos.
Julito es ese adulto que escribe para niños sin el prejuicio de ser uno de ellos, no pone en sus líneas a monstruos que rompen sueños, ni a superhéroes en busca de princesas perdidas, él prefiere tocar las cosas simples de la vida, poner colores a lo feo, diseñar las deidades con los olores de la tierra y el vuelo de los pájaros, y así, dejar que la poesía entre a los espacios vacíos, con el único pretexto de encontrar puentes que iluminen, el misterioso camino de la luz.
“Yo soy el tartamudo”, es la magia del recuerdo, es la queja del silencio y el olvido, es el zigzaguear de las palabras en la garganta de los sueños, es el agua que corre en la memoria, es el árbol con aguaceros dentro, que una vez mojaron las entrañas y corrieron río arriba y mar adentro, es la fiesta de colores que amarran lunas y soles.