La faceta más bonita del dolor es la que nos permite convertirlo en arte: en pintura, en dibujo y sobre todo en literatura. Para mí, la despedida de quien fue en su momento el amor de mi vida, me permitió transformar aquel dolor en versos, tener mil noches de olvido marcadas en poemas. Soy Dayana Beltrán Ruiz y esta es mi historia.