Nicolás Vallejo-Nágera

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Nicolás Vallejo-Nágera nació en Madrid en marzo de 1972, en el seno de una familia acomodada. Hijo de ingeniero y sobrino del conocido psiquiatra y Premio Planeta Juan Antonio Vallejo-Nágera y de Sabine Deroulede. Su hermana, Samantha es jueza de MasterChef y reconocida cocinera. A pesar de ser un habitual de la prensa del corazón desde muy joven por sus múltiples y conocidas conquistas amorosas, Colate, como él mismo decidió apodarse siendo un niño, recibió una educación internacional formándose en colegios franceses, españoles y americanos, y estudió la carrera en Londres, París y Madrid. Licenciado en Relaciones Internacionales y Diplomacia, hizo el servicio militar en el Juan Sebastián de Elcano, dando la vuelta al mundo. Desde muy pronto fue reconocido como una de las personas mejor conectadas de España. Montó su propia empresa de comunicación atraído por la diversidad de las posibilidades de ese ámbito, y por su pasión por la televisión. Antes pasó por Vía Digital, Canal Plus y Antena 3. Con su proyecto, que llegó a tener sede en Miami y México, hizo multitud de eventos y producciones, entre ellos la conocida gira de conciertos de Operación Triunfo de 2001. Consolidó su empresa como una de las primeras agencias boutique con la participación de marcas internacionales. En 2007 se casó con la artista Paulina Rubio, con quien mantuvo una relación muy mediática, convirtiéndose en la pareja de moda internacional y tuvieron un hijo. En este tiempo se ha dedicado más a su faceta televisiva y ha participado en algunos concursos, como la edición de Supervivientes de 2019, que fue la más vista de la historia y con un desenlace accidentado que lo obligó a pasar por quirófano. También se le pudo ver en Mira quién baila en su edición en España y México, y durante unos años colaboró en las mañanas de Despierta América. Sigue inmerso en proyectos televisivos, pero con la prioridad del cuidado de su hijo, razón por la que sigue afincado en Miami. Hay días que voy a comprar comida y lo hago con el temor de que no pase la tarjeta de crédito y al siguiente puedo estar yéndome a Bahamas en un barco o quién sabe si es un avión privado el que me lleva rumbo a Aspen y sus montañas. Así es mi vida. No sé si tengo dinero para comer o puedo estar haciendo un viaje de multimillonario. Pero sí sé que mis principios y mis valores provienen de mis raíces, y esté a un lado u otro de la frontera no se mueven. No cambian ni se transforman. La vida es un viaje. A veces un puñetero viaje. Puede ser un camino recto o ascendente. Ese lo podía haber elegido. Podría tener una vida bajo control, trabajar en una multinacional, tener dos niños y vivir en Puerta de Hierro. ¡Lo pienso muchas veces! Sobre todo, cuando vienen mal dadas. Pero también la vida puede ser un camino largo, lleno de curvas, ascensos y descensos. Elegí este, a pesar de que tenía más fácil el primero.