49 libros en 1 - Raimon Samso - E-Book

49 libros en 1 E-Book

Raimon Samsó

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Beschreibung

¿Y si pudieras acceder a la esencia de 49 libros en uno solo? Este no es un libro más. Es el libro que destila y selecciona lo esencial de cuatro décadas dedicadas al desarrollo personal y profesional. Miles de páginas escritas durante 40 años. Y expuesto en una degustación con lo mejor de toda una carrera. Aquí no encontrarás teoría sin alma, ni frases de postal, solo buenas ideas que funcionan en el mundo real. Y ahora pueden cambiarlo todo para ti. ¿Qué vas a conseguir leyendo este libro? • Adentrarse en la sabiduría práctica de 49 libros en una sola lectura. • Descubrir técnicas probadas para vivir con propósito, claridad y mejores resultados. • Respuestas claras para reinventarse, emprender y prosperar. • Activar el poder mental, emocional y espiritual, desde la primera página. • Ahorrar tiempo, energía y esfuerzo con una selección de lo mejor de 49 libros. Este es el libro que yo mismo habría necesitado al comenzar, pero he tenido que escribirlo. Y ahora, es el libro con el que tú puedes elevar tu vida a otro nivel.

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Seitenzahl: 549

Veröffentlichungsjahr: 2025

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49 LIBROS EN 1

LO MEJOR DE 40 AÑOS ESCRIBIENDO (PARA CAMBIAR TU VIDA HOY MISMO)

RAIMON SAMSÓ

Copyright © Raimon Samsó, 2025 (Reservados todos los derechos para la edición en audiolibro, ebook y papel)

1ª edición: Junio 2025

Foto del autor en interior: Berta Pahissa

Foto del autor contracubierta: Cristina Gabarró

Diseño de cubierta: Raimon Samsó

Dibujo portada: Dalchand Sharma.

Ediciones Instituto Expertos C/ Príncipe de Vergara 109 2º2º. Madrid 28002, España.

Ninguna parte de este libro puede ser reproducida en cualquier forma o por cualquier medio electrónico o mecánico, incluidos los sistemas de almacenamiento y recuperación de información, sin el permiso por escrito del autor, excepto para el uso de breves citas en una reseña del libro.

La licencia de este libro está autorizada exclusivamente para el uso personal; no puede ser revendido ni regalado a otras personas. Si deseas compartirlo con alguien, compra una licencia adicional adquiriendo un nuevo ejemplar digital. Gracias por respetar el trabajo del autor. Solo si entre todos evitamos la piratería, el autor podrá publicar nuevos ebooks en el futuro.

Todos los derechos reservados, incluido el derecho de reproducción de este libro o parte de él, en cualquier forma y soporte.

El precio de este libro es especialmente reducido para que cualquier bolsillo pueda acceder a él. No participes en la piratería digital de material protegido, crea bad karma.

A todos mis lectores

ÍNDICE

50 libros después…

1. TALLER DE AMOR (1995)

2. EL PODER DE LA ALEGRÍA (1996)

3. MANUAL DE PROSPERIDAD (1998)

4. ALMAS GEMELAS (1998)

5. EL MAESTRO DE LAS COMETAS (2002)

6. JUNTOS (2002)

7. CITA EN LA CIMA (2006)

8. 100 PREGUNTAS QUE CAMBIARÁN TU VIDA (2007)

9. 7 ESTRATEGIAS PARA SACAR PARTIDO A LOS LIBROS DE AUTOAYUDA (2008)

10. EL CÓDIGO DEL DINERO (2009)

11. ADELANTA TU JUBILACIÓN (2010)

12. COACHING PARA MILAGROS (2011)

13. HAY UN LIBRO DENTRO DE TI (2012)

14. TU PRIMERA NOVELA (2012)

15. DINERO FELIZ (2013)

16. SUPER COACHING (2013)

17. LA ERA DE LOS EXPERTOS (2014)

18. SANAR LAS RELACIONES (2014)

19. MISIÓN EMPRENDER (2016)

20. EL CÓDIGO DE LA MANIFESTACIÓN (2016)

21. MAPAS MENTALES (2017)

22. RICA MENTE (2017)

23. PIENSA Y SÉ UN GENIO (2017)

24. EL COACH ILUMINADO (2017)

25. CUMPLIR 40 A LOS 60 (2018)

26. LA SENDA DE LAS HADAS (2019)

27. LOS 3 ÁRBOLES DEL DINERO (2019)

28. EL PODER DE LA DISCIPLINA (2019)

29. TU MENTOR DE NEGOCIOS (2019)

30. IMPERIO DIGITAL (2020)

31. EL PODER DEL PERDÓN (2020)

32. SABIDURÍA FINANCIERA (2020)

33. SECRETOS ESPIRITUALES REVELADOS (2020)

34. SABIDURÍA ESPIRITUAL (2021)

35. EL PODER SANADOR DEL BAÑO DE SONIDO (2021)

36. EL CÓDIGO DE LA DISCIPLINA (2022)

37. TSUNDOKU (2022)

38. LA FÓRMULA RENTABLE (2023)

39. EL CÓDIGO DE LA AUTOESTIMA (2023)

40. HAY UN ÁNGEL A TU LADO (2023)

41. EL LIBRO MÁS BELLO DEL MUNDO (2023)

42. PREGUNTA A TU ANGEL (2024)

43. EL CÓDIGO DE LAS ESTRELLAS (2024)

44. EL SECRETO DEL DECRETO (2024)

45. PENSAMIENTOS INTRUSIVOS (2024)

46. GÉNESIS ALIEN (2024)

47. EL LIBRO PERFECTO (2024)

48. DISCIPLINA CREATIVA (2025)

49. EL CAMINO DEL ÁNGEL (2025)

Conoce al Autor

La transformación es superior a la información. Escribo y publico libros bellos que transforman vidas. No me conformo con libros que informen de algo que se olvidará —en su mayor parte— a los pocos días. Pretendo transformar (no informar) al lector que, al convertirse en lo aprendido, nunca olvidará lo leído. No porque lo recuerde, sino porque lo es. Escribo desde 1995.

Raimon

50 LIBROS DESPUÉS…

¿Y si pudieras acceder a lo mejor de 49 libros en un solo volumen?

Este no es un libro más. Es un resumen vivo de 40 años (1985 a 2025) de experiencia de escritura, de investigación, de transformación personal y profesional en los que he escrito 49 libros de desarrollo personal y profesional.

Empecé a escribir en 1985, cuando gané un premio literario por mi una narración breve publicada por Círculo de Lectores; y en 1995, publiqué mi primer libro de desarrollo personal con Ediciones Obelisco. 40 años escribiendo.

En estas páginas te llevas las claves más efectivas, las ideas que más impacto han tenido en miles de lectores, alumnos y clientes de coaching. Nada de teoría. Todo probado. Todo práctico. Doy fe.

Aquí está lo esencial para vivir con sentido, ganar claridad, manifestar tus deseos, generar ingresos y despertar a tu verdadero poder.

Tal vez no necesitas leer 49 libros, para averiguarlo empieza leyendo este y ya decidirás después.

¿Por qué escribir este libro ahora? Después de publicar 49 libros en 40 años, podría haber escrito un libro más. Otro título. Otro mensaje… Pero algo en mí pedía otra cosa. No, un libro más no. Sino el libro que sintetiza el espíritu (que no el contenido) de los anteriores.

Un compendio. Un destilado. Una degustación, sí eso es.

Porque si tuviera que quedarme con una sola obra para entregar a quien quiera transformar su vida —de verdad, no de boquilla— sería empezar por esta. Y desde ahí, abrir líneas de investigación.

Este es el libro que me habría gustado a mí leer cuando comencé. El que me habría ahorrado tiempo, errores, tropiezos y vueltas innecesarias. El que condensa temas esenciales, un poco de todo.

Porque sé una cosa: la vida es corta y la transformación necesita ser rápida.

¿Qué hay dentro de este libro? Aquí no hay teoría sin alma. No hay frases bonitas para las redes sociales. No hay relleno, ni paja, solo hay grano, y grano de buenas cosechas.

Lo que hay es:

Ideas que funcionan en la vida real.Principios atemporales, no modas pasajeras.Enseñanzas destiladas para que no pierdas tiempo.Reflexiones poderosas para despertar lo que llevas dentro.Herramientas prácticas para aplicar hoy, no «cuando tenga tiempo».

He seleccionado los mejores capítulos de 49 libros. Lo que ha tenido impacto real en la vida de miles de personas. Lo que ha generado cambios. Lo que ha provocado «clics» internos, de esos que no te dejan igual.

¿Para quién es este libro? Para ti, si:

Estás cansado de leer mucho y avanzar poco.Buscas claridad, dirección y foco.Sientes que tienes un potencial dormido.Estás en una etapa de cambio, reinvención o despertar.Quieres resultados sin perderte en ruido.

No importa si ya has leído alguno de mis libros o si este es el primero. Este volumen está pensado para servirte y darte valor desde la primera página. No necesitas conocimientos previos, solo apertura.

¿Por qué este formato?

Porque sé que el tiempo es el nuevo lujo. Imagina lo mejor de 49 libros en un único libro de «grandes éxitos». Aquí lo tienes.

Porque muchos lectores me han dicho: «Raimon, ¿por dónde empiezo?», «¿Cuál de tus libros me recomiendas primero?», «¿Cuál es el que me ayudará más?».

Y siempre me cuesta elegir. Porque cada uno aporta algo distinto. Y además desconozco ante que retos está el lector y cuál es nu nivel de evolución. Así que me dije: «¿Y si reúno lo mejor de todos ellos? ¿Y si creo un libro que pueda ser el primero, el único o el definitivo?». Este es ese libro. Estoy seguro que este libro redirigirá a otros de mis libros porque tu curiosidad habrá despertado por saber más.

¿Qué puedes esperar? Te vas a encontrar con buenas ideas prácticas sobre:

Propósito y misión personal.Riqueza consciente y libertad financiera.Manifestación y poder mental.Disciplina, enfoque y hábitos que transforman.Espiritualidad práctica y aterrizada.Emprendimiento con alma.Coaching, reinvención y liderazgo personal.

Pero no esperes teoría larga ni explicaciones innecesarias. Aquí todo está filtrado. Solo tiene cabida lo que activa, inspira y transforma. He seleccionado con cariño capítulo por capítulo.

¿Y qué pasa si ya leí tus libros? Genial. Este libro te servirá para repasar, recordar y reactivar. Porque lo esencial siempre se puede ver con nuevos ojos. Y porque una buena idea, en el momento adecuado, vale más que cien libros leídos sin acción.

Una advertencia antes de empezar: este no es un libro para leer y dejar en la estantería. Es un libro para subrayar, releer, aplicar y compartir. Y acto seguido abrir líneas de investigación de aquello que te haya llamado más la atención.

No lo leas como quien busca entretenimiento. Léelo como quien busca una brújula. Una palanca. Un salto. Este libro no cambiará tu vida. Tú la vas a cambiar… con las ideas que hay dentro de él.

¿Listo para comenzar?

Abre la primera página, te esperan 49 capítulos seleccionados de mis anteriores 49 libros.

Raimon Samsó, autor.

UNO

TALLER DE AMOR (1995)

UNA SOLA META: PAZ INTERIOR

Haz de la paz tu prioridad. Esto no significa que renuncies a nada, sólo es una invitación a que incluyas la paz en todo lo que elijas. Puedes ser, hacer y tener lo que quieras sin renunciar a experimentar paz interior.

¿Cómo lograrlo? Respondiendo a esta pregunta antes de tomar cualquier decisión: ¿lo elegido me conduce a la paz o al conflicto? O si te sientes perturbado por algo, pregúntate: ¿puede esto modificar mi naturaleza divi- na? Sencillo, ¿verdad?, pues espera a leer lo que sigue.

Como una guía práctica debe proporcionar al lector principios que pueda aplicar, aquí van tres pautas:

Uno. La paz mental es mi máxima prioridad. De hecho, es mi única prioridad.Dos. Cualquier objetivo o meta personal deberá respetar mi máxima prioridad.Tres. Consideraré todos mis objetivos y logros como una fantasía hermosa, pues de no hacerlo perdería la paz mental.

Corolario: la paz mental es mi objetivo principal, por debajo de éste siguen todos mis otros objetivos. No permitiré que ninguna de mis «necesidades» pase por encima de mi voluntad de vivir en perfecta paz.

Todos tenemos una lista de deseos incumplidos. Con el tiempo, lo que no hicimos en la vida pesa incluso más que lo que hicimos. La parte más estresante de la agenda es aquella en la que no se está trabajando.

Cuando vives bajo un conflicto de objetivos, la mente manifestará ese conflicto. Olvidas que la paz es tu único objetivo. De modo que si no has entregado este momento a la paz lo has perdido.

Imagina una «vida ideal», no importa cuál sea su apariencia, para cada uno de nosotros tendrá un aspecto distinto. Tu vida ideal sólo debe cumplir un requisito: cualquier cosa que hayas puesto en ella debe cumplir inexcusablemente el deseo de tu alma: «paz interior».

Revísala bajo esta premisa: ¿hay algo que debas cambiar para mantener la perfecta paz? Recuerda que incluso un «pequeño conflicto» se extenderá y malogrará la totalidad. Sin tibiezas: o estás en paz o no lo estás; y si dudas, no lo estás.

Sé, y tú también lo sabes, que las personas se entregan a una lista de metas bastante contradictoria por- que a la vista está que no es frecuente la tan deseada paz. Incluso muchos de esos objetivos compiten entre sí en la mente, ahora convertida en un campo de batalla. ¿Cómo van a sosegarse?

Permítete experimentar la paz. En todo lo que hagas, elige sentirte en paz y no te equivocarás. Si te sientes en conflicto, es que tomaste una decisión errónea. Si no estás en paz es que has pensado en algo que no es real. Si sufres es porque no has pedido la paz y has olvidado que dispones de ella, no soñado con ella. Si no estás en paz es porque no has perdonado.

Piensa en esto: no estás obligado a hacer nada que no te proporcione paz interior. ¿Te sorprende? Afirmar lo contrario es creer que el conflicto es inevitable. Y tu corazón sabe que la paz es posible. Así que aun cuando te sientas «obligado» a tomar una decisión que te hace sentir mal, recuerda que tienes la opción de sentirte en paz.

Pon atención a mi voz –que te habla desde esta página– cuando te dice: la paz interior te permite responder impecablemente a cualquier acto carente de amor. Y a donde quería llegar: cuando enfocas tus respuestas al amor, la paz interior es inevitable.

* * *

DOS

EL PODER DE LA ALEGRÍA (1996)

EL AMOR ENVUELVE TODO LO QUE VEO

La imaginación es un acto creativo que convoca las condiciones adecuadas para la impecable manifestación de lo imaginado. Al visualizar se anticipa en la mente un resultado con muchas posibilidades de hacerse real. Crea un pronóstico, una autoprofecía cumplida, un ensayo del éxito en la mente…

Tal vez, esto parezca ilusorio; aún así, te propongo crear tus ilusiones creativas para que no seas consumido por tus ilusiones destructivas. Cambiar tus sueños del mundo puede hacerte sentir confundido por el deseo de saber qué es real y qué no lo es. Bien, lo que te acerca a la paz interior te acerca a tu verdad y lo que te aleja de tu paz interior es falso. Así de simple.

No importa que aún conserves la necesidad de un «yo», siempre y cuando mantener esa autoimagen ya no sea el origen de todos tus problemas. La noción que sostienes de ti mismo es cambiante. Avanzar en la desidentificación, no como si te despojaras de tu identidad sino recuperándola por fin, transformará tu percepción limitadora de quién eres. Recuerda que sin tu cambio el mundo que te envuelve no puede cambiar.

Pide un instante sin limitaciones mediante el cual te liberes de la imagen que has ideado de tus dificultades. Un segundo libre de tus ilusiones bastará para desear no volver a vivir en ellas. Quizás te parezca increíble que un lapso de tiempo tan pequeño obre un efecto tan formidable pero recuerda que los milagros no se establecen en el tiempo ni requieren de él.

Cuando solicitas ver, estás reconociendo que antes no veías pero que estás dispuesto a recuperar la visión. Dale prioridad a esta petición por encima de todos tus deseos ya que es gracias a ella que unos se cumplirán para tu satisfacción y otros se soltarán para proporcionarte libertad. Esta petición de ver te concede el don de la claridad pues antes de que tus ojos sintieran el deseo de abrirse al amor, el amor ya estaba aguardando mostrarse a tus ojos.

Tus ojos verán lo que tu corazón acepte ver. Así pues no es posible que te refieras a la posibilidad de ver mejor de «cerca» que de «lejos»; pues todo está tan cerca de ti que, en un sentido estricto, cuando miras al mundo, te estás mirando. La claridad de visión empieza en ti y se extiende hacia fuera en todo lo contemplado. Si en algún momento tus percepciones se hacen incomprensibles, cierra los ojos por unos momentos, entrega al amor lo que creíste ver y se ajustará tu percepción errónea.

Puede que sientas temor al hecho de ver por primera vez en tu vida, como si lo que dejas atrás poseyera alguna ventaja; pero debes saber que no sacrificas nada en realidad puesto que las ilusiones que abandonas no te llevaron a ninguna parte.

Retira la fe de tus alucinaciones dolorosas. Tú tienes sueños de miedo durante la noche y les llamas pesadillas; pero durante el día, todavía no has aprendido a llamarles ilusiones a lo que es lo mismo pues ni siquiera sospechas que no guardan ninguna relación con la realidad.

Mantén la visión del amor en todo momento, la cual sólo puede acercarte a lo que es real. No obstante, para ver el amor en el mundo antes debes haberle invitado a entrar en tu mente. Si percibes desolación es porque antes la aceptaste y eso la hizo posible e incluso «deseable». He de recordarte que tu compromiso de «ver desde el amor» se extiende a todo tu campo de visión, sea lo que sea que entre en él.

No es posible ver desde el amor unas cosas sí y otras no; pues una visión selectiva sólo podría calificarse de ceguera voluntaria. No existen excepciones en el amor. La «sonrisa interior» es una técnica de visualización mediante la cual sonríes a cada parte de tu cuerpo para de transmitirle el poder del amor.

La sanación se desencadena tanto a nivel físico como psíquico pues la diferencia entre ambos ámbitos es una ilusión más de los sentidos. Por tanto, puedes extender el poder de la visión interior a personas y situaciones como una bendición en agradecimiento por haber tocado tu vida de algún modo.

Reconoce en toda experiencia una enseñanza y en cada persona un maestro. Extiende este pensamiento a todo aquello que ya pasó y aquellos que conociste y que permanecen aún en la sombra de tu cuerpo-dolor.

Todos mis conflictos internos se resuelven cuando elijo quererme un poco más

La «sonrisa interior» crea estados emocionales placenteros, liberadores de endorfinas, que activan la circulación de la energía vital del universo en el organismo. Al sonreírte, te concedes aprobación, y elevas tu nivel de autoestima. La aprobación te libera de la pesada carga que es la búsqueda externa de aceptación.

Nadie mejor que tú mismo para respetarte sin disminuirte por tus supuestas limitaciones o errores pasados. Tu mayor problema contigo mismo surge de la confusión al condicionar el amor con la valoración que haces de ti.

Cierra los ojos y sonríele a cada parte de tu cuerpo con amor y agradecimiento por todo lo que hace por ti cada día de tu vida. La mente y el cuerpo dejarán de sentirse separadas, se restablecerá la unidad, y se disolverá la ilusión que disocia el ámbito espiritual del material. Es el final de la ilusión pues al admitir su presencia, toda irrealidad queda atrás. Envuelve con amor tu campo de visión y compártelo. Extiéndelo a los demás pues sólo así podréis inspiraros mutuamente en el amor y volver a la alegría.

Puesto que sólo puedo ofrecer aquello que me concedo a mí mismo, hoy decido quererme un poquito más.

* * *

TRES

MANUAL DE PROSPERIDAD (1998)

LA PROSPERIDAD PROVIENE DE TI

Elógiate por tu capacidad para pagar las facturas del mes. Cada una de ellas significa que alguien confió en ti y en tu capacidad para atenderlas en su momento.

La confianza es el elemento intangible de la riqueza. Cada vez que alguien deposita su confianza en ti, prosperas, pues obtienes una riqueza invisible.

La vida también te concede «crédito» y te otorga la potencialidad de todas las posibilidades. No les defraudes. Ellos confían en ti, pero ¿y tú?

Las personas que confían en sí mismas tienen fe en su habilidad para obtener lo que precisan en cada momento. Se sienten seguras de poder alcanzar sus deseos, sea cual sea su posición de partida. Son capaces de prever la emoción, de sentirla como si fuera real, y luego eso sucede.

La riqueza inversa procede de imaginar el resultado y después actuar en esa dirección.

Recluyen su dinero en cajas de caudales blindadas, donde está fuera del alcance de todo el mundo ¡incluidos ellos mismos!

Tienen dinero, pero no para gastarlo ni tampoco para invertirlo. Lo encierran y así detienen el flujo de la abundancia. No lo disfrutan. Sólo lo usan para situarse por encima de los demás y para compensar su inseguridad.

Pero aun así, tienen miedo ¡de perderlo! Estas personas tal vez sean ricas, pero no son prósperas.

¿Sabes por qué?

Porque se aferran a su dinero con la creencia de que si lo dejan escapar no volverán a poseerlo.

Y así es.

En algunos casos, el dinero los hizo ricos momentáneamente, pero cuando gastaron su riqueza y ese dinero se puso de nuevo en circulación, volvieron a su posición anterior.

Quien es próspero siente una seguridad que nada tiene que ver con la cantidad de dinero que posee en la cuenta bancaria, ya que confía en su capacidad para generar más cuando sea necesario.

Su verdadera riqueza le sigue dondequiera que vaya porque forma parte de su equipaje mental.

La prosperidad capacita para ganar una y otra vez; eso es algo muy distinto a la riqueza. Quien tiene un saco de peces es rico, pero aquel que posee la habilidad con la caña de pescar es próspero.

Expresando este pensamiento de otro modo: si posees dinero no tienes por qué ser próspero, pero si eres próspero acabarás teniendo dinero.

Elógiate por haber gastado tantísimo dinero. Eso te permitió mejorar tu calidad de vida y obtener comodidades. Si no lo hubieras desembolsado, alguien no lo habría recibido. Intercambiamos cobros y pagos.

Recuerda que tú lo recibiste un día porque alguien también lo gastó a su vez. La prosperidad es circulación: dar y recibir.

¿Tres ejemplos?

Llamamos «liquidez» al flujo de riqueza porque representa circulación; las monedas tienen dos caras y dos significados: dar y recibir; y los contables llaman «circulante» a un flujo que se va para volver de nuevo. La abundancia es tal porque fluye. Un río es infinito mientras su curso no se detiene. La prosperidad es energía en acción que fluye como un río por nuestra vida; a no ser, claro, que insistas en lo contrario.

La mayoría de los problemas económicos pueden solucionarse no con una suma de dinero, como muchas personas creen, sino con una estrategia creativa: reduciendo gastos, buscando nuevos ingresos, aplazando pagos, compensando posiciones, obteniendo anticipos, renegociando, etc.

Es decir, con imaginación.

Y quien cultiva su imaginación, suele hallar siempre una respuesta creativa y apropiada a cualquier desafío.

Los hombres de negocios con mentalidad próspera lo saben a la perfección y utilizan términos como opción, futuros, permuta, titulización, recompra... Trabajan con conceptos cada vez más imaginativos, tras los cuales hay dinero, pero eso no significa necesariamente que manejen dinero.

Cuando afrontes un problema económico pregúntate qué necesitas para resolverlo: ¿dinero o imaginación?

Existe un principio económico que afirma lo siguiente: «obtiene más quien pone su dinero a trabajar para él que quien trabaja para el dinero».

¿Cómo?

Es simple: maximizando la satisfacción que produce y no pretendiendo una mayor cantidad de dinero. Lo que cuenta en la vida es el gozo con que se vive, ya que «sólo nos llevamos, de la vida, la vida que llevamos».

¿Ganarse la vida o ganar vida? Ésa es una pregunta difícil que cada uno debe responder. Todo es una cuestión de prioridades.

Ninguna cantidad de dinero puede comprar ni un minuto de tiempo. Eso es algo que ya sabemos. Del mismo modo, tampoco puede comprar felicidad, ya que felicidad significa, ni más ni menos, amor por la vida.

A fin de cuentas, el concepto de valor es relativo. El valor de las cosas es algo muy distinto a lo que cuestan en realidad. Si algo vale el doble pero lo consigues por la mitad, mentalmente lo devalúas. Si no vale nada pero te costó muchísimo obtenerlo, lo revalúas en tu interior.

Si uno le pone un precio bajo a sus propias ideas, nadie se las comprará, porque no les reconocerán ninguna valía. Las personas prósperas añaden valor a su trabajo y eso los hace a ellos valiosos.

Saben que la valía de lo que ofrecen es, por un lado, el doble del valor de su esfuerzo y, por otro, muchísimo más elevada que la valía de aquello que sabría hacer por sus propios medios quien lo compra.

Tu imaginación es creación, y puedes crear tanta riqueza como quieras. No hay nada que una mente abundante no pueda tener.

El entusiasmo es el reflejo de nuestra valoración de la vida. Y quien hace esa estimación eres siempre tú. Sólo tú puedes pensar en tu mente y sentir en tu corazón, porque solo tú puedes vivir tu vida.

De entre todas, la valoración más importante es la que mide el grado de satisfacción que sientes día a día.

La riqueza verdadera es un estilo de vida, no una cifra.

Dado que la prosperidad proviene de ti, es hora de desenmascarar el inmenso fake de que alguien priva de la riqueza a otros, cuando se enriquece.

Nadie quita nada a nadie. Todo se lo da, o se lo quita, cada uno a sí mismo.

El 1% más rico del planeta no ha quitado nada al 99% restante de la población.

Lector, tú puedes ser rico sin privar nada a nadie. De hecho, cuanto más ganes,. más riqueza derramarás en tu entorno, más motivación generarás en otros y más lecciones podrás dar a los que empiezan.

* * *

CUATRO

ALMAS GEMELAS (1998)

EL DIARIO DE VÍCTOR

Septiembre, personas imperfectas, relaciones perfectas

He aprendido que las relaciones perfectas entre personas perfectas no existen.

De ser así, las relaciones no podrían enseñarnos nada. Quien busca la persona perfecta, en un sentido absoluto, invalida otras opciones, reales y sólidas, que se presentarán. Hay una gran razón para que no existan personas perfectas y es que no necesitarían nacer en este mundo.

Con Jodie aprendí a relacionarme con una mujer sin la pretensión de dictarle cómo debería ser ella. Me llevó cierto tiempo comprender que concedernos la libertad de ser quienes éramos suponía una auténtica oportunidad para los dos. Cuando rompí los moldes que tenía establecidos para ella, incluso yo, me sentí liberado. Encerrar una persona dentro de un molde no es amor. Es ego al cubo.

En realidad, hasta que no la acepté no la amé de verdad. Antes de eso, amaba un ideal de una persona que no existía salvo en mi mente y que por lo tanto jamás iba a encontrar. Cuando creas ideales no puedes ver a las personas reales.

Cada vez que idealicé, me decepcioné y culpé a la otra persona por no ajustarse a mis expectativas. No era justo con ellas.

El siguiente paso que di fue derribar la barrera de protección que siempre anteponía en mis relaciones. Las corazas no te protegen, te separan del amor. Con anterioridad, pensaba que si descubría cómo soy, ella huiría de mi lado. Estaba equivocado. Cuando desarmé todas mis barreras al amor, éste finalmente me alcanzó.

No hay diferentes clases de amor; son versiones de un sentimiento que o está presente o no lo está. Pero esperar que el amor esté presente sin amar antes es una auténtica fantasía. El comportamiento, amar, atrae el sentimiento, el amor. Así, el amor es el resultado de amar; y no al revés como muchos creen.

Alguien dijo que ser amado es la segunda mejor cosa del mundo; amar a alguien es la primera. La graduación a diferentes niveles y los condicionamientos no son más que la expresión de la locura de quien llama amor a lo que no lo es. El amor verdadero y consciente no tiene grados ni niveles. Está o no está. Creer que hay que buscar la persona perfecta para alcanzar la felicidad perfecta es una forma de contemplar el amor muy imperfecta. Y la razón por la que hay tanta infelicidad en el mundo.

Tal vez es una excusa para no entregarse al amor: crean un ideal irreal y después hacen cualquier cosa para tratar de encontrar lo que no existe.

Octubre, el entretanto

Me gusta llamar «entretanto» a los períodos de introspección que en todo proceso personal establecen una pausa necesaria. Muchas veces, para que el corazón se abra debe romperse antes igualmente para poder dar, es preciso elaborar antes lo que se desea ofrecer. El entretanto proporciona esa oportunidad para reunir energías y adquirir perspectiva.

También lo llamo «dieta de relaciones». Hay un momento que hay que hacer ayuno de relaciones de pareja para poder nutrirte de ti mismo, prepararte, y tener mucho más que ofrecer en la siguiente relación. No es soledad, es presencia de ti. Cuando me puse a dieta de relaciones, muchas mujeres que conocí no lo entendieron. No era por ellas, era por mí. Pero que no vieran mi necesidad me confirmó que no me amaban, creo que solo se amaban a sí mismas.

Tal vez para las personas impacientes puede parecer una pérdida de tiempo. A un nivel profundo, se está realizando un gran trabajo de un modo no evidente.

Otro concepto que aprendí a aplicarme en Los Ángeles es el de «partido interior». Es muy fácil comprender que, para ganar la partida ahí fuera antes es preciso ganar un partido que se juega en el interior. Muchas personas no consiguen sus metas porque no creen que puedan alcanzarlas. El entretanto es el tiempo para jugar ese «partido interior» con el adversario más difícil que tenemos: uno mismo. Cuando te ganas a ti mismo, lo ganas todo en el mundo.

Si no me amo, nadie podrá amarme. Ahora lo sé.

Después de Jodie, crucé mi particular desierto interior, fui y volví. Y ese viaje consumió muchas energías y tiempo. Tratar de ahorrarme todo eso sólo habría pospuesto la travesía. Ningún logro es gratuito, a pesar de lo que dicen en sentido contrario algunos preceptos ingenuos de la Nueva Era. Para mi fortuna, la persona, el Yo Soy, que regresó de ese viaje interior era diferente. Para mudar la piel tuve literalmente que dejarme la piel en el empeño.

El Víctor que salió de Barcelona y el que regresó eran tan diferentes como irreconocibles.

Ahora sé que durante muchos años me resistí al amor porque creía que supondría renunciar a mí mismo. Me equivoqué. ¿Cómo pude negar mi propia naturaleza tanto tiempo? Un día me levanté y acepté amar sin reservas a Jodie, sin culpa ni remordimientos. Lo doloroso es que ella ya no estaba allí, pero si quedó conmigo ese aprendizaje. Pero, aun así, en medio de mi soledad, dejar atrás mi ego había valido la pena.

Las relaciones conscientes deshacen el ego como ninguna otra cosa.

Noviembre, el desierto de la soledad

Para vivir en pareja es preciso antes saber vivir en soledad.

La buena compañía llega cuando se sabe estar a solas con uno mismo. Cuando estar solo no se convierte en algo insoportable, aunque se desee compañía, aumenta el atractivo personal. Y no me refiero a la belleza, sino a atraer relaciones con otro patrón vibratorio. Las relaciones conscientes se establecen entre dos seres completos en sí mismos, y que no se sienten necesitados del otro. Es por ello que ninguno siente la necesidad de obtener de su pareja nada de lo que cree carecer.

Nada de medias naranjas, solo valen las naranjas enteras. Las almas gemelas no carecen de nada por eso se complementan.

La soledad puede ser muy nutritiva y suministrar energía desde el «yo» en lugar de tratar de conseguirla de los demás. Si no te sientes incómodo estando a solas, ésa es una buena señal para afrontar con garantías una buena relación.

Cuando me despojé del temor, hallé el amor. No fue necesario buscar el amor; más bien necesitaba derribar todas las barreras que había levantado contra el amor. El amor es la ausencia total de temor.

Abrirme a la posibilidad de amar como si no existieran todas mis viejas heridas del pasado me dio una nueva oportunidad: Jodie. Tanto ella como yo atravesábamos grandes momentos de cambio en nuestras vidas. Ella debía resolver sus asuntos y yo los míos; quizá por esa razón nuestras vidas se separaron. Tal vez en otro lugar y en otro momento nos reunamos.

Crecer espiritualmente para la persona que vas a amar, y que te va a amar, es el mayor regalo que puedes ofrecerle. Convertir la soledad, no en una espera, sino en ese regalo, significa transmutar tu crisis personal en una gran oportunidad. En mi caso, dejé de buscar pareja, hice una «dieta de relaciones». Eso me permitió reunir recursos, recuperar energía, ordenar mi espacio emocional y darme una tregua para poder relacionarme desde otra posición mucho más real. ¿Qué mejor manera para aprender a estar en compañía que aprendiendo antes a estar solo?

Como eso supone un acto de fe y una gran inversión en confianza, sin garantías, que muchas personas no están dispuestas a realizar, una gran mayoría sigue sola, negándose lo que más necesita. Y paradójicamente, es su resistencia inconsciente lo que las aleja de lo que más desean.

Mi apuesta por el amor fue un acto de valentía.

Diciembre, seguir las señales

El lenguaje de las señales es el lenguaje del amor; y el amor te habla continuamente por todas partes.

A menudo, un intercambio de miradas es revelador. Los ojos son las ventanas del alma y no es infrecuente que sea a través de ellos como las almas compañeras se reconozcan. Las sensaciones más comunes son las de saber que se está de nuevo en casa o una intensa sensación de familiaridad inexplicable con una persona desconocida. Los ojos reflejan la luz (brillo) del alma.

Cuando conocí a Jodie, de pronto supe muchas cosas sin saber cómo las sabía. Tuve que reprimir mi deseo de decirle cuánto tiempo había estado esperándola. Sé que habría sonado pretencioso, o cursi, aunque quién sabe si ella sintió algo parecido. Ahora ya no me callo nada, no quiero dejar de ser yo mismo para agradar a otros. Lo que ven es lo que hay, sin caretas ni escudos. Esto significó un enorme salto de fe.

Desde ese primer día, en numerosas ocasiones tuve la sensación de que nuestras mentes se conectaban, pues pensábamos lo mismo al mismo tiempo. Jodie se anticipaba a mis pensamientos y eso creaba la ilusión de adivinarlos. Los compartíamos.

Pero por aquel entonces mi ego no podía renunciar a los pensamientos privados, a la separación. Desde luego, no estaba dispuesto a aceptar una pérdida de identidad propia. Para el ego las señales son simples casualidades; para el alma son las migas de pan en el camino, que señalan la ruta en el viaje de vuelta al amor.

Dado que soy una persona muy pragmática, nunca me he obsesionado con ver una señal en cualquier suceso trivial. Sin embargo, he aprendido a relacionar un suceso externo con un proceso interno aplicando mi intuición. La sensación que percibo de absoluta certeza en su significado es, en mi caso, el mejor criterio para validar esa señal. Por ejemplo, el cuadro de la galería nos sirvió para reunirnos por dos veces. ¿No actuó como una señal?

Y quién crea esas señales son las almas que interpretan el juego de conocerse, cuando se reconocen desde el inicio de los tiempos.

Enero, el lenguaje de las coincidencias

A pesar de lo inadecuadas que algunas relaciones parecen ser, todas son muy adecuadas en ese preciso momento. Y la prueba de que lo son es precisamente que tienen lugar. Nada ocurre por azar. Un hecho nunca es inadecuado, es simplemente un hecho en una sucesión de actos necesarios. Sólo la percepción puede ser inadecuada. Hace mucho que dejé de discutir con la realidad por la razón de que ya me cansé de sufrir.

Lo siguiente que percibí es que todo lo que parece ocurrirme a mí tiene que ver conmigo; por eso digo que ocurre para mí. Pensar que no tengo ninguna responsabilidad en lo que se convierten mis relaciones es un auténtico engaño. Mis relaciones hablan de mí, algunas incluso gritan.

Aprendí que las mayores lecciones están en el comportamiento de nuestros semejantes. Sus actos son un espejo en donde apreciar nuestros rasgos que fingimos no reconocer en nosotros mismos. Todo es una proyección.

La causalidad opera mediante el efecto «sincronicidad». Una sincronicidad no se fuerza, es impredecible, es simbólica y debe interpretarse, y suele ocurrir en un momento significativo. Lo más importante es que relaciona un suceso externo con un estado interno: eso le da sentido.

Aprendí a distinguir entre las simples coincidencias y las sincronicidades planteándome ciertas preguntas: la primera, ¿cuál era la situación antes de que ocurriera?; la segunda, ¿qué me sugiere en ese momento y situación?; la tercera, ¿qué puede enseñarme? La oportunidad de mudarme al apartamento de Javier sucedió cuando debía.

Muchas relaciones de pareja empiezan gracias a acontecimientos sincrónicos: un cúmulo de coincidencias disparatadas. Aunque parezcan una casualidad, el amor es una fuerza demasiado inteligente como para regirse por el azar. Las casualidades no existen.

El encuentro con Jodie estuvo rodeado de sucesos sincrónicos y esa conspiración del amor hizo posible lo que nosotros, por nuestros propios medios, nunca habríamos conseguido: reunirnos.

Febrero, el deseo de ser especial

Muchas relaciones se orientan hacia la búsqueda de alguien especial, alguien que sea capaz de hacer que uno mismo se sienta especial. Sin caer en la cuenta de que establecen una barrera al amor.

Lo que es diferente merece ser: o bien defendido, o bien atacado; según el ego lo interprete. Ésta es una gran fuente de sufrimiento en las relaciones en particular y en el mundo en general. Creerse más, o menos, que los demás es sin duda una profunda falta de amor.

El concepto de «ser especial» es una mala interpretación del mundo, pues sabemos que la separación es una ilusión. Las personas especiales o perfectas son una idealización de la mente separada. Eso no significa que alguien no pueda ser ideal para el otro, pero en ningún modo deja de ser lo que es: un hombre o una mujer. Y nada más que eso.

No hay príncipes ni princesas, solo hay seres humanos en busca de la felicidad.

Si el ego sólo ve un cuerpo, no ve el alma. Más adelante ni siquiera se fija en el cuerpo y sólo ve su doloroso pasado. Como el ego es incapaz de ver al otro, lo inventa, lo moldea a su semejanza o capricho. Lo idealiza con la vana esperanza de huir de la realidad. Lo suplanta con su fantasía del amor que no es tal.

El amor romántico no es real, es un auto engaño. Por eso acaban con lágrimas y desengaños.

Cuando conocí a Jodie, pensé que ella era una mujer especial. En realidad, esa afirmación implicaba dos auténticas fantasías: la de que yo no lo era y la de que ella podía darme algo que yo no tenía. Por aquel entonces, mi ego gobernaba mi vida, y este tipo de valoraciones eran frecuentes. Solía pensar que algo o alguien poseía la llave de mi felicidad. Y, entonces, yo estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por conseguirla.

Busca en otros el amor que yo no me daba.

Me llevó un gran trabajo interior dejar de ponerme: o bien por debajo, o bien por encima de las personas que llegaban a mi vida. En cuanto dejé de hacerlo, estuve listo para una relación entre iguales, no entre ego y ego, como había estado haciendo durante toda mi vida antes de Jodie.

Una relación sin egos es un logro espiritual.

Creer en personas especiales es una absurda ilusión. Y renunciar a una ilusión no puede ser doloroso porque prescindir de lo que es nada no puede suponer un sacrificio real. En este sentido, renunciar a etiquetar a las personas como especiales fue para mí una gran liberación. Cuando me libré de mis ridículas ilusiones, sólo pude ver el amor en mis relaciones.

Marzo, relaciones conscientes

Aprendí a reconocer las enseñanzas que cada relación lleva asociada. Todas las relaciones están bien tal como son en su momento. Incluso son perfectas en su imperfección. Una flor es la culminación de un trabajo lleno de inteligencia; igualmente una relación consciente es el fruto de un proceso personal profundo e intenso.

De vuelta a la Costa Brava, dejé de pensar en términos de lo que hice o de lo que me hicieron. Si fui víctima o si fui victimario. Prescindí de perdonar a las personas por no haber sido como yo hubiera querido que fueran. En realidad, prescindí de perdonar en un sentido literal, pues no hay nada que perdonar.

He perdonado a todas mi parejas anteriores, porque ni siquiera recuerdo qué es lo que les perdoné. Nada que perdonar.

Y ahora sé que el alma tiene una necesidad de conexión muy fuerte. No me refiero a acercar los cuerpos, sino a otra clase de intimidad y complicidad. Algunas parejas pueden aproximar sus cuerpos, pero mantener sus corazones a una distancia insalvable. Esa distancia entre sus corazones produce la peor de las soledades: la soledad en compañía. Yo dejé de establecer relaciones inconscientes y superficiales porque ya no deseaba volver a todo eso nunca más.

Sabía lo que era estar solo acompañado y preferí estar solo a eso.

La relación consciente cura el dolor del pasado. Éste es el regalo que te ofrece una relación consciente. Nunca habría curado mis viejas heridas si no hubiera estado dispuesto a entregarlas por la única razón capaz de conseguir ese milagro: por amor. Únicamente por amor pude desprenderme de todas las barreras que interpuse en mis relaciones.

Jodie me enseñó a amar en distintas dimensiones: físico –me atraía sexualmente–, emocional –despertó mi amor hacia ella–, mental –la admiré por cómo pensaba– y espiritual –sacó lo mejor de mí–. El amor, a esos cuatro niveles, es un sentimiento consciente; y no tiene nada que ver con una fantasía romántica. Ahora sé que una relación únicamente carece de aquello que cada uno no le ha aportado. Y que nadie es víctima de sus relaciones, sino de sus propias reservas a amar de modo incondicional.

El amor consciente se muestra en cuatro dimensiones.

Abril, almas gemelas

Creo que existe una gran confusión sobre el concepto: «almas gemelas».

Circula la creencia generalizada e irracional de que existe alguien especial capaz de proporcionar la felicidad y una clase de pseudoamor que raya la tontería. Pero eso es sólo una idealización que ni siquiera es ideal. El amor romántico que nos han enseñado es egoísmo disfrazado de amor. Una enfermedad del ego que puede incluso llevar a la destrucción personal. ¡Cuántos problemas se evitarían si fuéramos capaces de acercarnos a nuestra pareja apreciando el regalo de su paso ponuestra vida! ¡Si reconociésemos el ser espiritual que hay en ella y no la concibiésemos como un comparsa en nuestros sueños locos de amor, que son cualquier cosa menos amor!

Mi relación con Jodie es la reinterpretación del concepto: «almas gemelas». Me condujo a la percepción profunda de las relaciones de pareja.

La realidad es que, muy a menudo, el alma gemela realiza el trabajo espiritual menos grato: enfrentarlo a uno con sus propias sombras y sus lecciones más amargas. Únicamente un alma que te ama profundamente está dispuesta a apoyarte y a asumir ciertos roles que a nadie le gusta interpretar. Y si lo hace es por una única razón: por amor.

Algunas relaciones entre almas gemelas pueden acabar en ruptura o se inician entre grandes conflictos. Es difícil comprender por qué algo tan valioso puede llegar y marcharse. Sin embargo, en un sentido real no hay tal abandono. Las relaciones son eternas, no porque comporten una unión sin final, sino por su significado eterno –fuera del tiempo–. Este concepto es muy difícil de entender para el ego, pero también es verdad que el ego no sabe nada del amor.

Pensar que únicamente podemos amar y ser amados por sólo una persona en un mundo tan grande, es una falsa interpretación alimentada por la fantasía de la escasez. El término alma gemela ha sido muy mal entendido y necesita ser visto desde una perspectiva espiritual y no egóica.

Si Jodie y yo no nos hubiéramos separado, nunca habríamos aprendido lo suficiente para poder dar el siguiente paso. Viviríamos muy por debajo de nuestro potencial. En lo físico, el ego no acepta una separación; pero lo cierto es que en el ámbito espiritual no existe la separación (tú y yo); ni tampoco existe principio o final.

Mayo, reconocer al alma gemela

Cuando una relación deja de ser valiosa para sus partícipes, el mejor regalo que pueden hacerse mutuamente es liberarse y dejarse marchar para concederse la oportunidad de encontrar el verdadero amor en otra parte.

Ahora sé que si la otra persona no me acepta, no me quiere, no me respeta... o tal vez desea estar al lado de otra persona. Simplemente no es mi pareja del alma. Tal vez lo fue un día, pero ya no lo es. Y por mucho que insista en lo contrario, no lo será. Comprenderlo cuanto antes supone un gran ahorro de tiempo y de sufrimiento innecesario.

Cuando se dice «no» a una relación inconsciente, se da un paso de gigante hacia algo mejor. He aprendido a decir «no» a lo malo, e incluso a lo bueno, para decir «sí» a lo extraordinario. De esa comprensión se derivan transformaciones personales muy importantes en la elaboración de la autoestima. Conformarse con menos es quererse menos…

Cada vez más, las personas dejan de entregarse a búsquedas neuróticas de compañía simplemente para ahuyentar la soledad. Conocí algunas mujeres que buscaban en mí una pareja acorde a sus expectativas, pero su apremiante necesidad provocaba invariablemente el efecto de rechazo, pues no me veían a mí, sino a su idealización. Abrazaban a un concepto pero no a un ser humano.

Durante mi noche oscura hallé un pensamiento que me fue de gran alivio: «La persona que buscas, existe. Te aguarda, te busca, y te echa de menos en este preciso momento». Recordarlo a menudo evitó la soledad dentro de la soledad, y creó «compañía» en mi soledad. Saber que –estando separados físicamente– en algún nivel ya estábamos unidos, me hizo sentir acompañado. Si somos Uno nunca podemos estar separados de nuestro Yo esencial.

Reconocer un alma afín es una experiencia muy personal, de gran impacto. No porque uno suba al cielo de pronto, sino porque deja de bajar a su infierno.

Junio, relaciones con alma

Jodie me recomendó un libro cuya lectura creó en mí la impresión de que, si su contenido era verdad, todo lo que yo había aprendido hasta la fecha estaba equivocado. Su título es. «Un curso de milagros». De su lectura, durante tardes enteras ante el océano Pacífico, aprendí el significado de relación consciente. El Curso dice que las relaciones ofrecen enseñanzas a tres niveles:

En el primer nivel, se producen encuentros breves y fortuitos que proporcionan pequeñas lecciones que de otro modo no se aprenderían. Tienen lugar en las encrucijadas de la vida, y su importancia es mucho mayor de lo que puede parecer. En mi caso, por ejemplo, Lorena me señaló la importancia de volver a pintar para recuperar el propósito de mi vida. Ninguna relación iba a prosperar si centraba toda mi vida en buscarla. Lorena me enseñó que el amor te encuentra cuando hallas algo que amar. Y en mi caso, era la pintura.

En el segundo nivel, están las relaciones que proporcionan un aprendizaje más duradero, profundo y mutuo. Cuando conocí a Jodie, mi alma estaba despertando y ella fue quien me ayudó a recordar lo que sabía, pero que olvidé a fuerza de negarlo. Creyó, y es doloroso reconocerlo, que debíamos separarnos para que pudiéramos continuar hasta estar listos para dar el siguiente paso. Yo deseaba continuar a su lado, pero nuestras almas podían muy bien tener otros planes. Las relaciones conscientes son valiosas no por el tiempo que duran, sino por las lecciones que ofrecen. Y el rastro que dejan en el alma es eterno, pues para ésta el tiempo no existe.

En el tercer nivel están las relaciones de por vida, en las que ambos interactúan desde el equilibrio y generan una experiencia de aprendizaje extraordinaria. Quién sabe si mi próxima relación se establecerá a este nivel...

En mi «entretanto» llevé ese libro al parque durante muchas tardes de lectura. Eso me salvó.

Julio, la fe en las relaciones

Toda relación pone a prueba, en un momento u otro, la fe de ambos en el amor, o bien en el temor. Todos tenemos que elegir alguna vez si creemos en el temor o en el amor. El poder de la fe sólo tiene efectos cuando se deposita en el amor, pues cuando se deposita en el miedo, por no ser real, nada real puede suceder. Una ilusión nunca será real por mucha fe que se deposite en ella. Y sólo puede conducir a otras ilusiones igualmente falsas.

Personalmente he entregado mis sueños de amor ciego a la fe de que el amor incondicional puede establecer una gran diferencia en mis relaciones.

Ahora sé que el miedo no es real. Y todo lo que no es amor no puede ser real; y, por lo tanto, no puede dañarme, a menos que yo insista en ello utilizando el comportamiento de los demás como excusa. Nadie me hace nunca nada, todo me lo he hecho yo a mí mismo, a través de las relaciones con ellos.

Nada de lo que Jodie dijo o hizo fue la causa de mi desesperación. Lo que en realidad me dolió no fue su comportamiento, sino mis expectativas no cumplidas. Cuando comprendí que todo nos lo hacemos a nosotros mismos pude recuperar mi centro; y desde él, percibir la verdad de la situación. Hoy sé que aquello fue perfecto tal como fue, por una simple razón: sucedió, y ya nunca discuto con la realidad que no puedo cambiar.

Recuperar mi fe en las relaciones humanas es lo que un día me permitirá establecerlas de otro modo. Encontrar y desarmar todas las barreras que opuse al amor –y no buscar el amor– es lo que finalmente me conducirá a él. Lo sé; ésa es mi fe, mi certeza y mi paz.

Agosto, el alma que late con tu alma

Cada encuentro es una bendición; y al considerarlo así, nos bendecimos y honramos mutuamente. Namasté. En cada relación, o bien te encuentras o bien te pierdes a ti mismo. Siempre nos enfrentamos a la misma pregunta: ¿elijo el amor o bien elijo el temor? Todas las relaciones son una versión adaptada de este desafío. O las conviertes en tu cielo o en tu infierno. En ambos casos nunca dejarán de ser una gran lección.

Las relaciones son nuestra práctica espiritual más profunda y el camino para volver al amor.

Las relaciones carecen sólo de aquello de que nosotros las hemos privado. En este sentido, se convierten nada menos que en lo que las convertimos. Dejar de entregar las relaciones al ego es la única vía para salvarlas de la locura en que las hemos convertido con anterioridad.

El amor no necesita de ninguno de nosotros para que juzguemos quién es merecedor de recibirlo, y a qué precio, y quién no. Todas las relaciones que se basan en el temor o al dolor del pasado están condenadas a repetirlo una y otra vez, porque allí donde está presente el temor sencillamente no ingresa el amor.

Cuando entiendes el patrón dejas de repetir relaciones disfuncionales. Atraes en conformidad a lo que crees.

De entre todas las almas compañeras con las que establecí un «contrato de aprendizaje mutuo», Jodie constituyó mi gran desafío. Ahora sé la razón de cada paso que dimos juntos. El hecho de que no estemos juntos ahora no significa que no comprenda el valor de nuestro encuentro. Sé que su alma se sabe la mía y mi corazón late acompasado al suyo.

Y, aunque no estamos juntos, siento que siempre hemos estado enlazados por el amor. Tal vez nuestras órbitas se alinearán de nuevo, como ocurre cada cierto tiempo con los planetas del sistema solar o los cometas, que se acercan cada muchísimos años y llenan la noche de luces.

* * *

CINCO

EL MAESTRO DE LAS COMETAS (2002)

FINAL

Sucedió en el país de Buda, en el Tíbet. El país del viento, en el que un novicio se convirtió en maestro de las Cometas al creer en su gran sueño. El país de las montañas de Buda, donde el eco devuelve una antigua plegaria. El país de los mil lagos salados, cuyas aguas deslumbran por su increíble color turquesa.

El país de los crepúsculos de fuego, en el que los atardeceres se inflaman ante el asombro de quien los contempla. El país más alto, el techo del mundo, donde sus habitantes pueden tocar el cielo con las manos y la aridez de la tierra con los pies. Un lugar en el que la soledad de sus paisajes extraños tan profunda como la sabiduría de los lamas y los hombres sencillos que lo habitaron, un día, en paz.

Tenzin Lonchenpa fue ordenado lama en el día de su decimosexto aniversario, corría el año del Ratón de fuego. El futuro XIV Dalai Lama acababa de nacer en la región del Qinghai. La electricidad era todavía una quimera en el altiplano. En el resto del mundo, estaba a punto de estallar la Segunda Gran Guerra. Y aún faltaba mucho para llegar al asombro ante el primer vehículo de motor entrando en Lhasa.

El Tíbet fue invadido por las tropas comunistas de China en 1959, después de años de hostigamiento. Mientras eso ocurría, los llamamientos de la ONU por la violación de los derechos humanos y de la UNESCO por la devastación de la identidad cultural de su pueblo eran ignorados por completo y Occidente miraba hacia otro lado.

Muchos tibetanos murieron y el país entero padeció una grave destrucción de todo su patrimonio cultural, cuya manifestación, desde entonces, sufre una sutil represión. Otros tuvieron que abandonar su país atravesando a pie las montañas del Himalaya para convertirse en refugiados. Y los que se quedaron son, en su propio país, una minoría.

Más de seis mil monasterios fueron completamente arrasados. Con su devastación desaparecieron antiguos textos, irrepetibles obras de arte y valiosos conocimientos y tradiciones que constituían un patrimonio cultural y el testimonio de una profunda sabiduría milenaria.

Si bien el invasor erradicó la caduca estructura feudal de aquella sociedad y la incorporó al siglo XX, ninguno de estos logros puede justificar la brutalidad empleada y la gravedad de la represión sobre el pueblo tibetano.

La capital, Lhasa, ha sufrido la demolición de dos tercios de su núcleo urbano histórico y, como todo el país, una profunda transformación dirigida. En nuestros días, aún quedan tibetanos presos en las cárceles por manifestar su opinión.

En la actualidad, su Gobierno espiritual y político exiliado en el norte de la India, representado por el XIV Dalai Lama –Premio Nobel de la Paz en 1989–, intenta dar a conocer al mundo la situación del Tíbet, tratando de mantener viva su identidad cultural en el exilio y de recuperar algún día la autonomía política por la vía de la no-violencia.

* * *

SEIS

JUNTOS (2002)

CUADERNO DE NOTAS DE JODIE

Éste es el cuaderno de notas que Jodie escribió de su puño y letra, tal como ella lo redactó y que refleja su aprendizaje a través de la relación con Víctor. Jodie lo compartió con él y, a su vez, ambos nos lo ofrecen a todos nosotros…

Un día nos sentaremos el uno frente al otro y expresaremos nuestros temores. Y eso hará que se disuelvan. Compartirlos nos hará tan vulnerables que nos liberará de ellos para siempre.

Las relaciones transformadoras plantean conflictos esenciales que no es posible eludir.

Conducen a una conciencia más elevada y a la cima más alta en el amor.

Detrás de los amantes hay dos almas que están haciendo su camino espiritual. Reconocer que es así y respetarlo significó dar el primer paso y el más importante.

Llegar hasta el final de la soledad la agotó como materia de aprendizaje y la canceló. Fue necesaria, y suspenderla sólo habría pospuesto el proceso para más adelante.

Cuando resolvimos el miedo al abandono, dejamos de creer en una relación superficial como escudo de protección.

El amor nos dio la gran oportunidad de resonar con algo tan opuesto al egoísmo como es la entrega devota.

Hasta que los dos no renunciamos a nuestros egos, no superamos los temores que debilitaban nuestra capacidad para amarnos sin condiciones.

Admitir y reconocer nuestros temores como lo que son: la expresión de nuestra vulnerabilidad, nos liberó de su supuesta amenaza.

Al dejar a un lado nuestros miedos, un mundo entero de potencialidad –que nos aguardaba– llegó hasta nosotros. ¡Nos alcanzaron nuestros propios sueños!

Aceptamos el valor terapéutico de la soledad aun a riesgo de perdernos el uno al otro. Más tarde, la recompensa consistió en una relación infinitamente más valiosa y sólida de lo que creíamos merecer.

Cuanto más profundo era el amor que anhelábamos, más hondo fue necesario adentrarse en el otro para poder encontrarnos en el mismo centro del corazón.

Nos ayudamos a sanar nuestras heridas del pasado. Aceptando cada uno las del otro. Tuvimos el valor de asumirlas por amor.

Aprender a perdonar lo imperdonable exige olvidarse de sí mismo, de juzgar, de la ofensa, y de mantener siempre presente al otro.

Como ambos ya conocíamos los pequeños defectos del otro, y aun así nos amábamos, cuando reaparezcan de nuevo no habrá rechazo, sino comprensión y compasión mutua.

Descubrimos que la comprensión por el amado es amor en acción. ¡Auténtico amor que brilla en las peores circunstancias!

Sólo haciéndonos vulnerables a lo aparente pudimos hacernos fuertes a lo real. Renunciamos a la debilidad de la «fuerza» al aceptar la fuerza de la «debilidad».

Fue precisa nuestra separación para descubrir el fuerte vínculo que nos une. Reconocimos en la aparente destrucción de la relación el restablecimiento de su fin.

Nuestro gran salto de fe consistió en separarnos para advertir lo estrechamente unidos que estábamos.

Los amores duraderos nacen y maduran en situaciones extremas. El dolor, cuando no se sucumbe al ego, hace parejas eternas.

Fuimos tercos en el amor y pacientes ante la desesperación. Antepusimos infinita paciencia a la desolación. Y esta pauta dio su fruto: consumió el sufrimiento.

El milagro de la transformación no estaba en la situación límite, ni en el dolor que ésta generaba, sino en el hecho de rendirse a ella.

Nuestro mayor logro fue amarnos como si nunca hubiésemos sido heridos. Sin volcar en esta nueva relación el dolor de relaciones anteriores.

Merecemos un amor libre del pasado, que tanto daño nos hizo, porque aprendimos a amarnos desde la plenitud como si no existiesen las viejas heridas.

Para abrazar el amor, antes tuvimos que sufrir una profunda transformación. Y cambiar los caminos conocidos por otros desconocidos supuso un renacimiento doloroso lleno de incertidumbres.

Al renunciar a las expectativas y soltar las experiencias del pasado, la vida nos sorprendió con una relación mejor de lo que podíamos soñar. Lo que nos estaba preparado superó cualquier esperanza de futuro.

El gran desafío consistió en derrotar nuestros egos. Dejamos de lado la necesidad de ser el centro en la relación para dar prioridad a las necesidades del otro. Y en ese momento, nuestras necesidades desaparecieron por completo.

Llegar hasta el centro del corazón del otro exigió una auténtica revolución: mostrar nuestra vulnerabilidad y desarmar todas las defensas.

Sólo estuvimos listos para una nueva relación cuando el deseo de entregarnos fue mayor que el miedo a la pérdida y al abandono.

Nos hizo felices hacer feliz al otro. Y entonces, lo que deseábamos con el corazón, por fin sucedió.

Superamos el miedo al amor entregándonos a él confiados. El amor es la ausencia total de temor.

Dos mentes no pueden unirse en su deseo de amarse sin que el amor se una antes a ellas por separado.

Dios mantiene a salvo a quienes creó y les da la eternidad para estar juntos. El amor siempre completa lo incompleto.

Las almas gemelas se buscan para compartir su plenitud. No para completar sus vacíos ni para mitigar la necesidad del otro.

Descubrimos que, en realidad, no temíamos al amor, sino a lo que con anterioridad habíamos hecho de él y en lo que habíamos convertido nuestras relaciones.

Rechazamos a quien más amábamos. Pues la relación hizo de espejo de los aspectos más inmaduros de nosotros mismos. Sin comprender que el dolor estaba dentro y no en el otro.

Y cuanto más separados parecíamos estar, más unidos estábamos en nuestra predestinación. En el plano de la materia, nada es lo que parece o lo que pensábamos.

El compromiso que la mente interpretó como la destrucción de nuestras individualidades era, en realidad, nuestra transformación y salvación.

Pospusimos la decisión de entregarnos al amor creyendo que renunciábamos a algo mejor, cuando en realidad sólo fuimos libres después de asumir el compromiso de amarnos.

Encontramos en el dolor de la crisis un regalo oculto: la sanación de las viejas heridas del corazón.

Logramos cruzar el desierto de la soledad y la desesperación gracias a la confianza en el propósito del proceso. En esa difícil travesía, el ego sucumbió.