8 de diciembre: Renacida - Amanda Backman - E-Book

8 de diciembre: Renacida E-Book

Amanda Backman

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Beschreibung

Helena lleva muchos años casada con Pelle pero es ahora, cumplidos los cincuenta, cuando por fin se siente con fuerzas para ser ella misma. El amor y la pasión que siente por Mona le hacen dar el paso para abandonar su matrimonio y partir en busca de su felicidad; una felicidad repleta de un sexo fogoso como nunca antes lo había experimentado.-

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Seitenzahl: 38

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Amanda Backman

8 de diciembre: Renacida

Translated by Olga Vizán

Lust

8 de diciembre: Renacida

 

Translated by Olga Vizán

 

Original title: Återfödd

 

Original language: Swedish

 

Copyright © 2020, 2021 Amanda Backman and LUST

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726757507

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

Helena se despertó por la mañana y todo había cambiado. Su mirada siguió unos gruesos copos de nieve que aterrizaron firmemente en el alféizar de la ventana exterior, el cielo lucía blanquecino con azul asomando en algunos extremos . El amanecer ofrecía un resplandor sombrío que casi parecía artificial. Igual que cuando el sol brilla de repente entre las nubes oscuras inmediatamente después de una tormenta. Por alguna razón ella asoció la luz con un sentimiento fatídico.

Se avecinaba una tormenta.

La ventana al lado de la cama era grande y en el lado interior tenía un banco ancho de mármol a lo largo del marco que estaba adornado con una manta blanca y algunas almohadas de colores con pájaros dibujados. Toda la casa de Mona estaba llena de colores, al contrario que la de Helena y Pelle. En lugar de solo blanco y algún detalle plateado, o tal vez una manta azul oscuro, Mona no había escatimado en colores . Las cortinas eran de color amarillo claro y el papel tapiz era de un verde exuberante con diferentes patrones de hojas. En el techo colgaba una lámpara de cobre con forma geométrica en la que la bombilla era claramente visible. El techo estaba pintado de un color gris oscuro que de alguna manera hacía que el dormitorio pareciera más lujoso.

Helena retiró el edredón de su cuerpo desnudo, tanteó cautelosamente el parquet en espina de pescado y saltó sobre la fría baldosa de mármol. Se aseguró de sentarse en la manta para no conmocionar a su culo caliente recién salido de la cama. Afuera, los campos cubiertos de nieve se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Diciembre casi había culminado y este año los dioses del clima parecían estar del lado de la gente. Una blanca Navidad se decía que era lo todo el mundo deseaba. Quizás Helena también lo deseaba , en el fondo. En algún lugar profundo donde el alma infantil todavía conservaba ese sentimiento especial de Navidad. Se preguntó cuándo lo había sentido por última vez. Buscó el recuerdo dentro de sí misma, pero sin suerte. Eran casi las nueve en punto, pero no tenía esa sensación. El reloj biológico todavía quería que fuera de noche. Todavía quería estar atrapada en la cuna segura del sueño, donde la realidad se detenía temporalmente.