Algo pasa en el Camino de Santiago - Francisco Moyano - E-Book

Algo pasa en el Camino de Santiago E-Book

Francisco Moyano

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Beschreibung

Luego del éxito de "Mis Huellas en el Camino de las Estrellas", damos la bienvenida a este nuevo libro de Francisco Pancho Moyano, abordando, como su anterior obra, las vivencias y sentimientos que experimentan los peregrinos en su caminar hacia Santiago de Compostela. Aplaudimos esta novedosa manera de conocer los secretos y misterios que rondan alrededor del Camino, involucrando a las fuentes más fidedignas que son los propios testimonios de quienes peregrinaron en pos de llegar a abrazar al Santo. "¿Que podría ocurrir si yo escribía cinco preguntas sobre la experiencia en el camino y se las pasaba a un gran número de peregrinos para que las respondieran?", se pregunta el autor. Y a modo de síntesis, ya con las respuestas de los entrevistados volcadas al papel, responde que "este libro no es mi libro sino el libro de todos nosotros". Menuda manera de rendir culto a su humildad. Y de agradecer al Camino. Estamos ante una obra imperdible para quienes ya tuvieron la experiencia de caminar a Santiago y recordar lo vivido, como para quienes deseen adentrarse en su misterio y en su inefable espiritualidad.

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Seitenzahl: 282

Veröffentlichungsjahr: 2023

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Francisco Moyano

Algo pasa en el Camino de Santiago

Testimonios de Peregrinos

Moyano, FranciscoAlgo pasa en el Camino de Santiago : testimonios de peregrinos / Francisco Moyano. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4069-0

1. Relatos. I. Título.CDD A863

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Índice

Dorvalino Lovera

Juan Pablo Moyano

Ambrosio Aguer

Brenda Santiago

Darío Martinez De Anca

Gustavo Quarin

Sebastián Vibes

Lourdes Zentella De Santiago

María Laura Fuchs

Héctor Barrios

María Domínguez Blanco

María Martin

Ángel Luis Díaz Rodríguezy María Victoria García Carrasco

Alberto Spindler

Juan Carlos Verony Ana María Desimoni

Luis Hernán Gamba

Hortensia Artagaveytia

Mayra Campos Segura

Martha García Bernal

Carlos Gómez Cuerno

Arturo Pons Prieto

Violeta Rivera Guerra

Carlos Bulgheronie Isabel Stockdale

Sebastián Bulgheroni

Luis Gómez Villaseñor

Eugenia Voinea-Delast

Txema U.

José Ivan Lavarini

Simon Soroet

Cristina Ramirez Amo

Gricelda González

Zaira F. Santana Mejia

Julio César D. Pozas

Eunice Franco León

Lourdes (Marilú)

Nieves Abos

Alejandro Rubio Saenz

Nicole Hofmann

María Magdalena Bachmann

Omar Horacio Yza

Ángel Del Dujo Gomez

María Luisa Romero Perez

Karina N. Reyna Alonso

Felipe Meoli

Estela Pinar Bazo

Mireia Barberà Vero

Pedro Nadal

Thais Castelli

Ana GuadalupeMartinez Esqueda

Francisco Cordova

Mónica Obregon P.

Lina María Monsalve

Daniela Cardoso

Hugo Carpintero

María Serantes

Flor Irma Ortega

Francesc E. I. T.

César A. R.

Héctor Mendoza Torres

José David Franco Rodriguez

Susana Edith Miranda

Alicia Ester Miranda

Teresa Moreno Gomez

Florina Robles Capetillo

Gabriel David Tellado Herbon

Mario Rosina

Paty De Anda

Mireya Delgadillo

Samira Callejas

Ángel Pinar Ruiz

María Teresa Jimenez

María Abib

Rosa Vila Grajeda

Martha Elvira Tapia Puente

Sisto Teran Nougues

Pablo Javier Taussig

Aniria Rangel

Cecilia y Juan Hauciartz

Tere Bolaños

Agradecimientos

Quiero agradecer especialmente a todos los peregrinos que tan generosamente abrieron su corazón y compartieron sus experiencias en sus respectivos Caminos.

Gracias por la paciencia que me tuvieron, porque armar todo fue un poco más demorado de lo que hubiéramos deseado, pero creo que la espera valió la pena.

También agradecer a tantas personas que me apoyaron en esta aventura de seguir escribiendo cosas relacionadas con el Camino.

A mi querida sobrina Olivia, quien me ayudó en el diseño de la tapa y contratapa. Muchas gracias Oli.

Por último, pero no menos importante, agradecer a mi querido médico y gran amigo que me salvó la vida, el Dr. Jorge Bilbao, Cardiólogo del Hospital Austral (Buenos Aires, Argentina).

Y sin lugar a dudas, siempre agradecido al Apóstol Santiago, y sobre todo a Jesús y María por darme otra oportunidad.

Prólogo

No he tenido el gusto aún de hacer el Camino de Santiago, aunque definitivamente está entre mis pendientes.

De alguna manera siento que lo he hecho, aunque sea parcialmente, cuando el año pasado leí el primer libro de Pancho, Mis Huellas en el Camino de las Estrellas.

Leyendo su libro, en todo momento sentí que viajaba junto a él por el Camino de Santiago; que recorría los mismos senderos, que conocía a tantos peregrinos, y visitaba los diversos pueblos, iglesias y albergues.

Sin dudas que Pancho tiene ese don que no muchos escritores comparten, el de hacerte parte de su Camino, que uno pueda inmiscuirse en su viaje y ser parte del mismo. Fue la primera vez en muchos años que leí un libro de corrido durante un fin de semana, no lo podía dejar.

Tengo el gusto de conocer a Pancho desde que estudiamos juntos en la facultad de derecho de la Universidad Católica Argentina, hace ya más de treinta años. Ahora tengo el honor de escribir estas líneas como prólogo de su segundo libro, el que ha tenido la gentileza de adelantarme.

Ver las diferentes perspectivas de tantos peregrinos en este libro es muy enriquecedor. Como dicen algunos de ellos, el Camino de Santiago es una analogía con la vida. Como la vida misma, está lleno de desafíos a superar, de enormes alegrías, de senderos planos y tranquilos, pero también de obstáculos y nuevos retos a sortear cada día. Al fin y al cabo, son los desafíos del propio Camino, pero también los desafíos internos y es allí donde, como tantas veces he escuchado a Pancho, el Camino te habla.

Al haber tenido la posibilidad de leer el borrador de esto que ahora sale a la luz, he podido comprobar que los aprendizajes de todos los que generosamente dieron su testimonio sobre lo vivido en el Camino son sumamente gratificantes. Los peregrinos nos enseñan que para vivir y ser feliz nos basta lo que cabe en una mochila y muchas veces también, es compartir lo poco o mucho que tengamos; porque nos damos cuenta que siempre nos puede sobrar algo que otro necesita más que nosotros.

Nicolas Bouvier fue escritor suizo, guía turístico, fotógrafo y sobre todo un apasionado viajero. En su libro Los Caminos del Mundo, Bouvier tiene una frase que siempre me gustó y que traducida del francés dice: “Un viaje no necesita motivos. Pronto demuestra que tiene sentido en sí mismo. Tú piensas que vas a hacer un viaje, pero muy pronto es el viaje que te hace a ti, o quien te deshace.” Esta frase de Bouvier, se aplica de modo perfecto al Camino de Santiago que diversos peregrinos comparten con generosidad en este libro.

En su obra maestra El hombre en busca de sentido, Victor Frankl nos enseña que uno no llega a la plenitud hasta tanto no encuentre el sentido de su vida. Este sentido no es el mismo para todos desde un punto de vista psicológico y humano, aunque sí religioso. El sentido más humano puede cambiar en las diversas etapas de la vida. “Tú no creas tu sentido en la vida, lo encuentras” nos enseña, y también remarca que, “El éxito, como la felicidad, es el efecto secundario, inesperado, de una dedicación personal a una causa mayor que uno mismo”.

En esta etapa de la vida en la que Pancho pudo superar con coraje y gran éxito un grave problema de salud, me es grato ver cómo su vida encontró un sentido especial en una causa mayor que él mismo.

Pancho no ha recorrido el Camino, es el Camino el que lo ha recorrido a Pancho y lo ha marcado para bien. En los últimos años, y después de su primera experiencia en el Camino, he visto cómo éste ha influenciado enormemente en Pancho, ha potenciado aún más el sentido a su vida, enriqueciéndolo espiritualmente aún más, e incrementando su don de gente.

Es un gusto ver cómo ha crecido aún más en sabiduría, generosidad y entrega que ahora nos comparte en este, su segundo libro.

“Quiero llegar a Compostela, pero no quiero que se termine el Camino”, nos dice un peregrino en este libro. Al igual que ese peregrino, estoy seguro que quienes tengan la oportunidad de leerlo, lo disfrutarán tanto como yo y querrán terminar y llegar a Santiago, pero no querrán que se termine el Camino.

Mi querido amigo Pancho, a seguir transitando este Camino.

Fuerte abrazo y los mejores deseos de

“BUEN CAMINO”

Juan Arocena

Introducción

¿Alguna vez has escuchado ese famoso dicho que sostiene que cuando hay dos personas que hablan de un tema, seguramente hay hasta tres puntos de vista diferentes?

Es que los seres humanos somos así. Si tenemos que defender una postura, lo haremos. El otro podrá compartir o tener una posición diferente - a veces opuesta - pero fruto del diálogo y del consenso, podremos llegar a acordar en un tercer punto de vista.

¿Y si te dijera que existe algo en lo que todas las personas, sean de diferentes edades, nacionalidades, o creencias, piensan exactamente lo mismo y que no tienen posturas diferentes?

Seguramente te parecerá extraño, raro, increíble, o algo muy bien preparado y acordado de antemano, pero vamos más allá todavía.

Todas las personas que comparten su experiencia en el Camino de Santiago en este libro casi no se conocen entre sí. A lo sumo, han compartido el Camino entre dos o tres, no más.

Al plantearles las cinco preguntas que elegí para escribir este libro, las mismas para todos, por unanimidad opinaron en un mismo sentido. Curioso, ¿no es cierto?

Cabe aclarar que las preguntas no son simples y de fácil respuesta (como responder cuánto es 1 + 1).

Las preguntas son mucho más profundas; indagan directamente sobre experiencias personales, vivencias, sentimientos y todos sabemos que no hay nada más privado e innegociable que nuestras propias vivencias.

Con este libro queremos demostrar que SI existe algo que nos pone de acuerdo o algo que nos une a todas las personas. Que no existen diferencias entre distintos puntos de vista, ya sea por la edad, la nacionalidad, religión o condición social. Que se puede pensar y sostener un mismo pensamiento.

Así es querido lector, estamos hablando del Camino de Santiago y todo lo que allí se experimenta.

En el año 2017, tuve la oportunidad de hacer todo el Camino de Santiago Francés. Caminé alrededor de 900 kilómetros en 30 días.

Puedo decir que fue la mejor experiencia de mi vida, y que me llevó a escribir un libro para expresar lo que había significado el Camino para mí.

En el año 2022, tuve la posibilidad de regresar al Camino, esta vez en compañía de mi hermano menor. Fueron solo 15 días y alrededor de 300 km caminados. En esos días conocimos a muchos peregrinos. Compartimos vivencias de todo tipo que quedarán impregnadas por siempre en nuestra alma. Y sin lugar a dudas mi hermano se convirtió en el mayor promotor de mi libro durante el viaje.

A todos los que cruzábamos, él les comentaba que yo había hecho el Camino Francés (completo) y que había escrito, nada más y nada menos, que un libro sobre eso.

Durante largas conversaciones mientras caminábamos y compartíamos con peregrinos, muchos me decían que tenía que escribir un nuevo libro.

Así fue que mi maquinaria cerebral comenzó a intentar dilucidar desde qué ángulo o perspectiva encararlo, dándole vueltas sobre el tema.

Yo quería seguir escribiendo sobre el Camino, pero en realidad, el libro sobre mi experiencia ya estaba escrito.

Quería comprobar si todo eso que yo había experimentado no era solo un sueño o algo único mío, sino que, por el contrario, también les sucedía a otros peregrinos. Yo me imaginaba que era posible, pero, ¿cómo comprobarlo?

Entonces se me ocurrió una idea. ¿Que podría suceder si yo indagaba a través de cinco preguntas sobre experiencias individuales en el Camino, y se las pasaba a un gran número de peregrinos para que las respondieran?

Las mismas preguntas para todos.

¿Qué variedad de respuestas recibiría? Pensaba que cada peregrino tendría su propia opinión, su propia vivencia. Esa idea la compartí con varios peregrinos y muchos se interesaron y entusiasmaron con el tema.

Así, de a poco, fui recibiendo comentarios y respuestas de peregrinos, y comencé a trabajar en todo el tema de redacción y sintaxis, pero siempre tratando de respetar al máximo lo que cada peregrino quería transmitir.

Por eso, en todos los casos se trató de un ida y vuelta. Yo recibía sus correos con las respuestas, los revisaba y se los devolvía para que supieran cómo quedaría finalmente. Todo esto llevó su tiempo, pero gracias al entusiasmo de muchos, la idea fue tomando forma y se convirtió en este libro.

Ahora sí quisiera que puedas leer todos estos testimonios y a medida que avances, pensar si, efectivamente, es cierto que “ALGO PASA EN EL CAMINO” y, sobre todo, encuentres la explicación de por qué sucede este fenómeno.

Gracias por haber leído hasta acá, y si esto te llamó la atención, prepárate para disfrutar los testimonios de muchos peregrinos.

Si ya has ido al Camino, seguramente coincidirás. Si aún no fuiste, me animo a decir que lo estarás pensando luego de terminar este libro.

Querido lector, a disfrutar con estos relatos. A ponerse unos buenos zapatos, ropa cómoda, cargar la mochila al hombro y comenzar a caminar.

Esperando cumplir tus expectativas, todos nosotros te saludamos y deseamos que tengas un …

BUEN CAMINO.

Dorvalino Lovera

EDAD: 70 AÑOS
NACIONALIDAD: BRASILERO

¿Qué te motivó venir a hacer el Camino?

No hubo una motivación especial para hacer el Camino de Santiago de Compostela.

Sucede que en 2015, decidí jubilarme y se me ocurrió la idea de hacer el Camino. Nunca había oído hablar del Camino antes...tal vez la idea surgió de haber visto un documental en la televisión, pero no estoy seguro de esto. Simplemente se me ocurrió la idea.

Sin embargo, después de que comencé a verbalizar con la gente que quería recorrer el Camino de Santiago, empezaron a suceder eventos que me llevaron cada vez más cerca. Por ejemplo, supe que un compañero de trabajo ya había recorrido el Camino Francés e intercambiamos información. Allí me enteré que se había anunciado una conferencia en la universidad local donde un peregrino hablaría precisamente del Camino Francés, y a través de él descubrí la existencia en nuestro Estado (dentro de Brasil), de una asociación local de amigos que habían recorrido Caminos de Santiago y me informé más sobre el tema. A partir de allí, la gente empezó a regalarme libros sobre el tema y comencé a leer sobre el Camino, a ver vídeos publicados por peregrinos que lo habían hecho y en paralelo, empecé a entrenar largas caminatas (yo era sedentario y ya tenía 63 años de edad). Después de 2 años, en el 2017 finalmente fui a España y al final todo salió bien.

Creo que tenía razón mi gran amigo Pancho, cuándo me dijo durante el Camino: “tú no decidiste hacer el Camino... fue el Camino quién te llamó” (Me gusta creer en la declaración de Pancho con el que tuve la posibilidad de compartir 10 días caminando juntos). En esos días vivimos muchas cosas. Caminamos mucho, hablamos mucho, nos conocimos mucho. Nos reímos y también lloramos mucho. En fin, entablamos una gran amistad que perdura hasta el día de hoy.

Sin dudas fue una de las aventuras más grandes de mi vida y estoy agradecido con Dios, con la Virgen María, y con Santiago por eso.

¿Qué ha sido lo que más te ha llamado la atención?

Lo que más me impresionó, desde el primer día en el Albergue Beilari (Saint Jean – Francia), fueron los peregrinos.

Gente de todo el mundo, con diferentes idiomas y culturas que se conocían en ese momento, se entendían y se conectaban con unas pocas palabras, con gestos, con miradas atentas o con simples sonrisas acogedoras.

Alguno quizás fuera un modesto trabajador(a), o un religioso(a), o un gran hombre/mujer de negocios o un político(a) destacado.... un estudiante, deportista o cualquier otra cosa. No había ninguna condición social que regulara los contactos. Éramos todos iguales, sin juicio del otro y cuando nos encontrábamos por el Camino decíamos las mágicas palabras “Buen Camino” que sonaban fantásticas.

Siempre dispuestos a ayudarse unos a otros.

Fueron 35 días de un mundo perfecto.

¿Cuál fue el mejor día y por qué?

Para mí el mejor día fue el primero y también fue la etapa más corta de todo mi Camino (desde Saint Jean Pied de Port hasta el albergue Orisson – unos 9 km) que recorrí en cerca de 3 horas.

Entiendo que fue el mejor día porque representaba un gran desafío. Yo tenía 65 años, caminaba sólo por un sitio desconocido. Era un tramo de subida fuerte y yo tenía mucha incertidumbre de saber si podría llegar al destino.

Llegué al albergue Orisson muy cansado, nervioso, pero feliz de poder completar la etapa y contemplar los hermosos paisajes del lugar. Hecha esta etapa, gané confianza para afrontar los siguientes días.

Creo que cada primer día de cualquier Camino que emprendamos es importante porque representa una acción hacia nuestro mayor viaje llamado VIDA.

¿Qué mensaje te dejó haber hecho el Camino?

El Camino me dejó con la idea de que todo es posible cuando se hacen las cosas con fe, paso a paso, viviendo el presente y creyendo que lo que hacemos es lo correcto. La fase preparatoria representa el ayer, el momento presente es un regalo de Dios y el mañana, aunque bien preparados, es solamente una posibilidad incierta...

También quedó el lindo mensaje de los peregrinos: solidaridad, disponibilidad, alegría, perseverancia y principalmente mucha FE.

Quizás lo más importante que queda sea la sensación de libertad que experimenté en el Camino y percibir que se puede vivir con poco y ser feliz. Es una sensación indescriptible.

¿Algo más que quieras agregar?

Me gustaría comentar sobre la majestuosidad de las iglesias a lo largo del Camino que representan la fuerza de la iglesia católica. Muchas de ellas albergan varias veces el número de habitantes del lugar. Transmiten el mensaje de la gran lucha del pueblo español por ser católico.

Los cultivos de cereales parecen verdes mares ondulantes impulsados por el viento. Son espectaculares.

Me encantaron los hermosos jarrones con flores en las ventanas como saludando y cuidando a los peregrinos que pasan.

Me acuerdo siempre de las amapolas rojas que marcan el costado del Camino por cientos de kilómetros. Son impresionantes.

Finalmente recuerdo llegar a la plaza del Obradoiro con sentimientos encontrados de felicidad y emoción por haber completado el Camino, y con cierta nostalgia por haberlo terminado.

Por último, mi querido amigo Pancho, gracias por esta nueva iniciativa. Por tu generosidad y dedicación. Ya escribiste un gran libro que ha sido un éxito y lo recomiendo a todos. Ahora seguís con esta idea. Evidentemente el Camino te ha marcado mucho y sin duda sos un gran embajador del Camino.

A mi gran amigo argentino, te deseo todo lo mejor y BUEN CAMINO.

Juan Pablo Moyano

EDAD: 40 AÑOS
NACIONALIDAD: ARGENTINO

¿Qué te motivó venir a hacer el Camino?

Hace unos años mi hermano Francisco (Pancho) hizo el Camino Francés. Comenzó en Francia y caminó más de 900 km hasta Finisterre. Él dice que fue la mejor experiencia de su vida y lo llevó a escribir un libro.

Yo escuché muy atento todas sus historias y dije: A mí también me gustaría hacerlo; tal vez no todo, pero si una parte.

Y así fue. Viajamos con Pancho a fin de mayo del 2022, y caminamos aproximadamente unos 450 km (la mitad del Camino Francés).

Salimos desde Pamplona a Burgos, y de allí fuimos en bus hasta Sarria y desde allí, caminando hasta Santiago de Compostela.

Al día siguiente finalizamos en bus a Finisterre.

¿Qué ha sido lo que más te ha llamado la atención?

Fueron muchas las cosas y momentos vividos que me llamaron la atención.

Me costaba comprender que iba a hacer un viaje de 25 días por España y solamente llevaba una mochila con muy pocas cosas.

Es que no iba de turismo; esto era otra cosa, se trataba de caminar y tener nuevas experiencias. Todos los días la misma rutina: levantarse temprano, desayunar y salir a caminar con la mochila en los hombros. Hacer paradas y descansos en varios puntos de la etapa, conversar con peregrinos a lo largo del Camino, y también tener muchos momentos para estar sólo.

Era una sensación extraña al principio, porque se trataba de algo diferente que no había hecho nunca.

A lo largo de esos días pasé por diferentes sensaciones personales: Momentos en que iba feliz y relajado, caminando con mi hermano o conversando con otra gente, y de a ratos solo; pero también momentos donde no quería caminar más sino llegar al destino, así fuera en taxi. Pero en esos casos, no sé si por el comentario de los peregrinos o por una fuerza interior, continuaba, a veces más despacio, pero seguía caminando. Y cuando llegaba al fin de la etapa me sentía feliz y orgulloso. Experimenté sensaciones como que algo en mi estaba cambiando.

Algo que me llamó la atención es que nunca vi a ningún peregrino enojado o protestando. Al contrario, todos felices, contentos, muy amigos y solidarios entre todos.

Parece que el Camino tiene algo especial que saca lo mejor de cada uno de nosotros. ¿Será porque allí somos auténticos y no tenemos que fingir?

Ningún peregrino camina a tu lado porque uno sea de otro nivel social, porque sea exitoso, millonario, o porque está buscando trabajo. Simplemente se acerca porque, al igual que uno, va caminando en la misma dirección, hacia Santiago de Compostela.

Era un simple peregrino que tiene dos piernas para caminar, al igual que los demás. Allí no importa lo que uno tiene. Importa lo que uno es, lo que transmite, lo que comparte.

Tendría para escribir muchísimo más, simplemente decir que sin dudas el Camino tiene algo especial. Al igual que lo que mi hermano comentó en su libro, yo también experimenté lo poco que se necesita en la vida para ser feliz. Y lo aprendí en el Camino.

¿Cuál fue el mejor día y por qué?

No tengo un día distinto o mejor. Cada día me dejó algo especial. Encontrarnos en Pamplona con un amigo argentino (y su amigo brasilero); caminar 3 días juntos y después saber que nuestro amigo argentino adelantaría algunas etapas porque ya las había caminado en años anteriores, y con mi hermano compartir dos días más caminando con Jorge (el Brasilero); despedirnos de él en Burgos y los últimos días del Camino, por esas cosas increíbles que pasan allí, poder caminar junto al querido Gustavo, peregrino argentino que casualmente había leído el libro de mi hermano Pancho.

¿Qué mensaje te dejó haber hecho el Camino?

En el Camino se ve lo mejor de las personas. Nadie tiene que fingir o aparentar. Todos nos ayudamos y todos buscamos lo mismo, llegar a Santiago de Compostela y poder abrazar al Santo en la Catedral.

¿Algo más que quieras agregar?

Es muy especial todos los días escuchar de los peregrinos los deseos de BUEN CAMINO.

Recuerdo que me llamó la atención otra frase que decían algunos. Eran palabras que nunca había escuchado. Le consulté a mi hermano Pancho y me contó lo siguiente:

Lo que algunos peregrinos dicen es la frase: “ULTREIA ET SUSEIA.”

Es un saludo que tiene más de 1.000 años y los peregrinos lo utilizaban para darse ánimo y apoyo entre ellos y con el paso de los siglos, quedó como tradición.

Cuando un peregrino saludaba a otro diciéndole “ULTREIA” (de alguna manera significaba “sigue adelante” y el otro peregrino le respondía “ET SUSEIA” que significaba algo así como “¡y más allá!”.

Ahora directamente dicen “ULTREIA ET SUSEIA” (sigue adelante y más allá).

Junto a los deseos de BUEN CAMINO, son cosas que te acarician el alma y te dan fuerzas para continuar.

Por último, sin dudas decir que fue una de las mejores experiencias de mi vida.

Creo que me conocí más a mí mismo.

Si tienen la posibilidad, no lo duden. Vayan al Camino de Santiago. No se arrepentirán.

Ambrosio Aguer

EDAD: 31 AÑOS
NACIONALIDAD: ARGENTINO

¿Qué te motivó venir a hacer el Camino?

Me habían comentado del Camino así al pasar. Fue una idea que quedó boyando en mi cabeza y me había tentado. Leí un poco más pero siempre me faltó coraje para tomar la decisión de meterme de lleno. Siempre decía, “algún día lo haré”, pero ese día no llegaba.

Lamentablemente sufrimos una pérdida importantísima en la familia que me llevó a prometer a Dios que lo iba a hacer si nos ayudaba a todos a transcurrir e intentar sobrepasar esa pérdida. Entendía que nunca íbamos a sanar 100% pero le pedí a Dios que nos hiciera el Camino más fácil y llevadero. Al hacer esa promesa, saqué pasaje a Madrid e inicié mis reservas para hacer el Camino.

¿Qué ha sido lo que más te ha llamado la atención?

Al principio eran los paisajes por los que caminaba, pero al poco tiempo eso pasó a un segundo lugar, ya que me impresionó la gente con la que me iba encontrando al caminar. La historia y la predisposición de la gente de contarte y abrirse 100% sin conocerte. Compartir historias, anécdotas, sufrimientos, etc. Caminar, llorar, reír y compartir todo con gente que uno no conocía…por ahora...

¿Cuál fue el mejor día y por qué?

Creo que cada día tuvo algo especial. Uno de los mejores fue el que caminaba junto a Víctor, un español, y hablábamos de todo un poco cuando él me dijo que siga solo porque él no podía más y no quería aminorar mis pasos. Estaba con muchas lastimaduras en los pies y quería ir más lento, pero no quería que yo no llegara a reservar nuestros lugares en el hostel. Le dije que lo esperaba en nuestro destino con una cerveza fría y le dejé una medalla de la Virgen Milagrosa que me había acompañado desde el principio. Le dije que era mi regalo y que con ella iba a llegar.

Así lo hizo unas horas más tarde que yo y me confesó que cuando me dijo que yo siguiera solo, había pensado y decidido abandonar el Camino, pero, al darle la medalla, le había dado las fuerzas para seguir adelante. Fue así como, 5 días más tarde, llegamos juntos a Compostela.

¿Qué mensaje te dejó haber hecho el Camino?

Que por más que pensemos que cada país o región tiene su cultura e historia, somos mucho más parecidos de lo que creemos en cuanto a pensamientos, objetivos, búsquedas y sueños.

¿Algo más que quieras agregar?

Sin duda, fue la mejor experiencia de mi vida y sentí todo el tiempo que estaba acompañado no sólo por Dios, sino por todos mis amigos y familiares desde Argentina. Es una sensación inexplicable.

Antes del Camino, nunca se me hubiese ocurrido hacerme un tatuaje, pero luego de hacerlo quise dejarme un recuerdo en la piel y que nunca se me olvide lo que había vivido, así que, al llegar a Buenos Aires, contacté a un amigo para tatuarme el símbolo del Camino.

Brenda Santiago

EDAD: 51 AÑOS
NACIONALIDAD: PUERTO RICO

¿Qué te motivó venir a hacer el Camino?

Decidí hacer el Camino cuando entendí la necesidad de tomarme un tiempo para mí misma. Tener el espacio para profundizar un poco más en la manera que quería continuar mi vida. La liberación de al menos unos días, olvidar las preocupaciones cotidianas en la búsqueda de mi interior. Muchas veces perdemos días de nuestras vidas y realmente no estamos viviendo en realidad. Hacer una pausa era necesario. El Camino hacia Santiago me dio la oportunidad de encontrarme nuevamente.

¿Qué ha sido lo que más te ha llamado la atención?

Definitivamente fue su entorno, sus paisajes y sobre todo el calor de la gente local. A cada paso del Camino podías encontrar gente de todas partes del mundo y tener una conversación tan profunda y maravillosa, así como si te hubieran conocido toda una vida.

¿Cuál fue el mejor día y por qué?

Ya como para el tercer día, fue que me di cuenta de que hacer el Camino fue la mejor decisión que había tomado en mucho tiempo. Ese día hice muchos nuevos planes para mi vida. Kilómetro tras kilómetro solo iba soñando y meditando en todo lo nuevo que podía vivir si me lo proponía. Me di cuenta de que sí había una nueva forma de vivir.

¿Qué mensaje te dejó haber hecho el Camino?

¡Dar gracias a la vida! Reconocer que, aún dentro de nuestra humanidad, donde nos parece que el mundo se cae a nuestro alrededor, siempre habrá una luz al final del túnel si nos esforzamos para encontrarla. Que al final tomar buenas decisiones no es tan difícil si nos lo proponemos. Sobre todo dar Gracias, Gracias!!! por todo, en todo tiempo. Ahora pienso que el agradecimiento nos prepara para recibir la bendición.

¿Algo más que quieras agregar?

Recomendaría que por lo menos una vez en la vida busques ese espacio donde solo puedas oír tus pensamientos. Que ese día seas el centro de tu mundo. Nadie camina por la vida sin dar pasos en falso algunas veces, pero precisamente aprender de eso nos convertirá en personas más fuertes: hay que recordar que no se alcanza todo en un solo vuelo; hay que intentarlo una y otra vez. Sobre todo, disfrutar cada día y decidir ser feliz.

Darío Martinez De Anca

EDAD: 59 AÑOS
NACIONALIDAD: ESPAÑOL

¿Qué te motivó venir a hacer el Camino?

Partiendo que hay un denominador común que es la FE, con la consiguiente devoción al Apóstol Santiago, en mi caso particular, fue más por un tema espiritual, encaminado al agradecimiento de haber superado un ICTUS hace más o menos tres años y haber conseguido una prejubilación ventajosa en la empresa en la que trabajaba. Todo esto me motivó hacer el Camino a fin de conocerme más a mí mismo, descargarme de cosas materiales y centrarme más en la reflexión/meditación interior, y así de alguna manera encontrar la paz interior.

¿Qué ha sido lo que más te ha llamado la atención?

Pues sobre todo muchas sensaciones espirituales y humanas muy positivas. Te encuentras con personas que intentan encontrar de alguna manera un Camino para su vida, más religioso o más espiritual, personas que se han separado un poco del Camino de la FE, personas que se han separado un poco de ser buenas personas, en definitiva, buscan mejorar la forma de vida que están llevando, de ahí que se ven muchos comportamientos de solidaridad, de ayuda, de amor, de querer mejorar.

¿Cuál fue el mejor día y por qué?

El mejor día sin duda fue el día que llegué a Santiago de Compostela, porque de alguna manera sientes y percibes lo que a través de los siglos han sentido los millones de peregrinos que llegaron a Santiago.

¿Qué mensaje te dejó haber hecho el Camino?

Pues después de haber hecho el Camino, el mensaje que me deja es o así lo siento, ver que he ahondado y mejorado en la FE, que me liberó de muchos comportamientos negativos como la envidia, la ira, y también de ver que muchas cosas terrenales no me son necesarias y que son prescindibles, el ver que lo que más alimenta a la persona son los valores humanos y no los materiales.

¿Algo más que quieras agregar?

Pues nada más, esperar a que salga y sea un éxito el libro, que le sirva de ayuda a mucha gente.

Querido Pancho, muchas gracias por tu iniciativa y tu dedicación.

Un abrazo y mis mejores deseos.

Gustavo Quarin

EDAD: 45 AÑOS
NACIONALIDAD: ARGENTINO

¿Qué te motivó venir a hacer el Camino?

¡Ave María Purísima! Sé que nuestra Señora hace algunos años me hizo conocer, a través de unos compañeros de trabajo, la existencia de esta peregrinación a la ciudad de Santiago de Compostela. Transcurría octubre del año 2007, un día como tantos en mi trabajo de hospital. Debía ser un martes, porque en ese día realizaba una de mis guardias semanales que se exigían durante la residencia médica. Luego de mi ronda habitual por la Sala de Internación me dirigí al gimnasio del hospital donde unos pacientes se esforzaban haciendo ejercicios de rehabilitación dirigidos por un experimentado profesor de educación física. Al terminar la clase, como en otras ocasiones, nos quedamos conversando con el “profe” de los adelantos que cada uno iba logrando. Como palabras finales me dice: “…y el año que viene me los llevo al Camino de Santiago conmigo.” Lo miré unos instantes y le pregunté: “contame, ¿cómo es eso?, quiero saber.” Me comentó en qué consistía el mismo y que estaban planeando, junto con sus colegas, realizarlo al año siguiente con los pacientes que quisieran y pudieran hacerlo. Luego de ver mi cara de asombro me preguntó si quería acompañarlos. De lo más profundo de mi ser salió un sí, por supuesto. Me sentí muy entusiasmado a tal punto que organizamos entrenamientos fuera del horario laboral. Incluso caminamos de Mar Azul al Faro Querandí (ida y vuelta) y un ascenso al cerro Chuscha en la provincia de Salta (Argentina).

Llegó el 2008 y un día de febrero el “profe” me cruza por los pasillos del hospital y me informa que para fines de abril ya tenía programado el tan ansiado viaje. Ese mismo día, luego de que no se pudieran cambiar las fechas del mismo, decidí desistir de realizarlo ya que coincidía con la fecha de, nada más y nada menos que, mi casamiento.

Varios años más tarde, ya casado y con tres hermosos niños se reavivaría mi sueño. En febrero de 2022 la Santísima Virgen quiso que invitara a almorzar al cura párroco de la Iglesia a la que asisto con mi familia desde hace un tiempo.

Luego de conversar un largo rato, nos comenta que tenía pensado hacer el Camino de Santiago en mayo de ese año. Viaje que tenía proyectado realizar en 2020, pero postergado por ya conocidas razones (Pandemia Covid). Nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos con mi querida esposa y de su boca surgió una pregunta hermosa y desinteresada: “¿por qué no lo hacen juntos?. Luego de dudarlo un poco, ya que la tenía que dejar sola con los pequeños más de un mes y, de tener que realizar múltiples cambios en la agenda de mi consultorio, le agradecí el gran gesto y acepté embarcarme en esta fantástica propuesta.