Canción de protesta por lxs jóvenes detenidxs desaparecidxs - Adolfo Córdova - E-Book

Canción de protesta por lxs jóvenes detenidxs desaparecidxs E-Book

Adolfo Córdova

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Beschreibung

Lupe se siente cansadx del ambiente hostil que le rodea, y es incapaz de encontrar refugio en su propia casa, donde su padre parece estar demasiado ocupado para enterarse de lo que preocupa a su hijx adolescente. Es así como un buen día Lupe decide marcharse sin rumbo fijo, para descubrir que hay muchxs otrxs jóvenes que no se van por su propia voluntad, sino que son desaparecidxs. Su encuentro con el Gato Montés, un sobreviviente de desaparición forzada, le hará darse cuenta de la urgente necesidad de actuar para transformar su mundo. Canción de protesta es un texto coral, entretejido por Adolfo Córdova y Daniela Rea que reúne más de 400 voces de canciones, poemas, novelas, cuentos, testimonios, entrevistas y crónicas para contarnos una historia de encuentros en medio de la búsqueda.

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Índice

Nota del editor

Antes de darle playAmanda de la Garza Mata y Socorro Venegas

A lxs lectorxs de esta canción de protesta

Primera playlist

Segunda playlist

Tercera playlist

Cuarta playlist

¿Qué tengo que ver yo conlo que le sucede al mundo?

Agradecimientos de Daniela y Adolfo

Agradecimientos de Rosario

Voces en Canción de protesta

Aviso legal

Nota del editor

La naturaleza de esta obra requirió recursos adicionales en el aspecto editorial, puesto que sus autores expresan en ella, de manera fi el, literal, casi estenográfi ca, la voz de lx protagonista, Lupe.

Esta característica hizo necesario establecer un sistema de citas de las obras que lx personaje va enunciando en su mente en el transcurso de su relato. Por lo tanto, el lector encontrará intercaladas las llamadas a las fuentes de diversas obras —literarias y letras de obras musicales— que aparecen de forma yuxtapuesta con el texto original de Daniela Rea y Adolfo Córdova.

Así, optamos por usar el tono gris y tres diferentes fuentes tipográfi cas, con el fi n de hacer posible el reconocimiento del texto al que pertenecen las citas de las obras. El tono gris indica que se trata de la evocación de una obra y no del texto original escrito para esta publicación, por lo que estará vinculado a su correspondiente llamada. En las citas a bando hemos optado por utilizar diferentes familias tipográfi cas a fi n de señalar a qué fuente corresponden.

Es importante mencionar que no se usaron obras completas (sólo partes), que se presentan sin alteración alguna y que su inclusión en esta obra se efectúa conforme al derecho de cita previsto en el artículo 148, fracción II, de la Ley Federal del Derecho de Autor mexicana, por lo que los autores o titulares de derechos patrimoniales de las obras citadas, no ven afectados los derechos que les reconocen la legislación nacional y los instrumentos internacionales en la materia.

Antes de darle play

Rastrear el surgimiento de las canciones de protesta supone emprender un viaje por la historia de las injusticias y de las luchas sociales. En la América Latina de la segunda mitad del siglo XX, las denuncias tomaron forma de canción para hacer resonar discursos, buscar cambios sociales, hacer comunidad y fortalecer la colectividad.

El libro que tienes en tus manos está escrito e ilustrado en una mezcla explosiva por Adolfo Córdova, Daniela Rea y Rosario Lucas, quienes navegaron por corrientes de palabras, historias y canciones, de denuncias y testimonios, y por eso son muchxs más lxs autorxs que se hacen presentes en estas páginas. Se trata de un collage de pensamientos, voces, imágenes, sonidos y vivencias; sólo desde la fuerza que nos da leer a otrxs, desde lo que han gritado, escrito, cantado es que podemos, en la rabia y el amor, acompañar y caminar con otrxs.

El relato parte de preguntas urgentes: ¿cómo podemos hablar acerca de la desaparición forzada de personas? ¿De qué otra forma podemos contar aquello que de tan doloroso resulta casi impronunciable? Mediante este coro de voces e imágenes, Lupe, quien te acompañará en el relato, se cuestiona qué ocurre con las personas desaparecidas, a dónde se van, ¿y si un día le ocurre a ella misma?, preguntas que quizá también tú te has hecho, una y otra vez. Canción de protesta busca hablarte de resistencia, pero también de solidaridad y amor, de un viaje que puede hacerse sobre el lomo de Gato Montés, esa bestia entrañable que te acompañará a lo largo de estas páginas.

La edición y publicación de este libro es el resultado de la colaboración y el espíritu compartido entre la Dirección General de Artes Visuales/MUAC y la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM. En esta gran casa de estudios hay más de 300 mil estudiantes, muchxs de ellxs tienen tu edad, tus preocupaciones, tus inquietudes, tu mirada curiosa.

Creemos en la escritura y el arte como espacios donde podemos contar las historias que han sido silenciadas, lo mismo que convocar a un lugar de escucha. A través de la colección de literatura juvenil ilustrada “Hilo de Aracne” hemos querido, precisamente, devolver una mirada a quienes construyen la universidad con sus voces y sus preguntas, con su presente gozoso y desafi ante.

Canción de protesta recoge el ímpetu por proponer otras conversaciones, pero también por aprender a narrar de otra manera, para que se escuchen juntas nuestras voces. Que sean fuertes y libres los puentes hacia los públicos y lectorxs jóvenes a quienes les debemos muchas respuestas.

AMANDA DE LA GARZA MATA Y SOCORRO VENEGAS

Para las personas que buscan.

Para lxs niñxs y jóvenes, para quienes deseamos voces más escuchadas,caminos más seguros, vidas más amorosas.

Para las personas que esperan ser encontradas.

ADOLFO, DANIELA Y ROSARIO

Me gustaría que este libro no existiera Y qué extraño, y qué justo, iniciar un libro deseando su desaparición.CRISTINA RIVERA GARZA, Dolerse.

Sería maravilloso que no existieran Las Rastreadoras.MIRNA NEREIDA MEDINA, “Te nombré en el silencio”.

Yo voy contigo pase lo que pase,1-2-3, cuéntalo asíy si sigues tal vez llegues a más de cien mil.CAFE TACVBA “1-2-3”.

Cántale a la luna y al sol,cántale a la estrella que te acompañó,cántale a tus amigos con el corazón.ONDA VAGA “Mambeando”.

Un poquito de ensueño te guiará en cada abismo.AMADO NERVO, “Viejo estribillo”.

Cuando voy a dormircierro los ojos y sueñocon el olor de un paísflorecido para mí.MARÍA ELENA WALSH, “El jardinero”.

A lxs lectorxs de esta canción de protesta

Vueltas y vueltas alrededor del sol hemos contado nuestros sueños y miedos, lo que nos hace felices y lo que nos angustia; hemos dibujado estampidas, pronunciado conjuros e invocaciones; hemos abierto preguntas y escrito poemas, relatos, cartas, novelas, intentando responderlas; hemos puesto atención a la vida de las personas y la hemos narrado, narrándonos también; y hemos escuchado, en el ritmo de la naturaleza, la música del mundo, e inventado canciones. Como tantas veces antes, salió de su interior un canto de ave que finalmente lo liberó.1

Nos hemos reunido alrededor de las palabras y ellas nos han refugiado y regalado la posibilidad de imaginar un mejor lugar, un corazón común. Estábamos invitando a otros a participar en una misión imposible, como si el mundo fuera un barco y el barco se estuviera hundiendo. Teníamos que salvar las palabras que no debían hundirse por ningún motivo, pues eran las palabras que nos ayudarían a crear un nuevo mundo.2

Hoy respondemos a ese antiguo llamado, continuamos ese cuento interminable, para hablar de lo que nos duele, de lo que se nos escapa de las manos, de la falta de certezas. Queremos hablar de la desaparición forzada de personas y del espacio que abre su ausencia.

Fue una idea que nació en solitario y que sólo pudimos materializar al imaginarla en compañía. Somos dos personas, y tres, y cuatro, que recurrimos a quienes antes de nosotrxs contaron, cantaron y nos convocaron con sus palabras. Tomamos prestadas sus voces para intentar decir lo que ahora nos parece impronunciable, y las trenzamos con la rebeldía de quienes en el presente nos enseñan otras formas de hacer y nombrar las cosas. El resultado es un gran coro, una playlist compartida, una mezcla que ocurre dentro y fuera de la mente de lx protagonista de esta historia: Lupe.

Muchos caminos de lecturas y muchas búsquedas después, lx encontramos, escuchamos su voz, como la del zenzontle, con sus 400 voces. Lupe es nuestrx guía en este viaje. Leerás lo que ve y lo que piensa con la intención de que no sea una sola voz, ni una sola persona: Lupe está hechx de muchas personas, tejidx por muchos textos, cantadx por muchas voces. Y queremos imaginar que se puede transformar con tu lectura, una que sume fragmentos de ti, de tus listados personales.

Esperamos que las que hemos elegido aquí te hablen, a ti y de ti, que te conduzcan por un mundo fantástico y real: la desaparición como acto de magia y como acto de violencia, y la literatura, las palabras como actos de esperanza, como dispositivos de protesta, memoria y justicia. Nos unimos en el dolor, pero nos sostuvimos en la lucha colectiva. Y en la esperanza.3

Esta canción puede entonces tener muchos ritmos o modos de escucharse/leerse. Hemos pensado por lo menos en cuatro: uno consistiría en leer sólo la historia de Lupe, la única escrita en negro y con esta misma tipografía; otro sería que te quedes en el conjunto de textos en gris y con distintas tipografías, fragmentos de canciones, poemas, cuentos, novelas, testimonios, ensayos, entrevistas (encontrarás de quiénes son al final del libro), y que pongas play y stop en cualquier página y en el orden que quieras, como si fuera una antología; una tercera forma de leer sería, claro, la lineal, que integra todas las voces, sin consultar las referencias del final, para que fluyas con Lupe, y su complejo y variado mundo interior, sin interrupciones; y, por último, una cuarta posibilidad es la que tú imagines: déjate caer, déjate llevar y encuentra tu propio ritmo.

Aunque Lupe es unx personaje de ficción, está inspiradx en muchxs jóvenes que conocemos, en conversaciones con ellxs (verás sus nombres en los agradecimientos), en sus lecturas y playlists, en sus historias de huida y hartazgo en el restrictivo e injusto mundo adulto, y también está inspiradx en su fuerza, ganas de cambio y de gozo, y de emprender acciones concretas, simbólicas, para que regresen lxs que se fueron y vivamos en paz, e inspiradx igualmente en nuestras propias historias como los DJ de esta canción.

Las voces de entrevistas, los testimonios, el arte de protesta y las escrituras y dibujos de niñxs fueron tomadas de la realidad. Gato Montés, el personaje con el que se encuentra Lupe, está basado en una persona que atravesó exactamente lo que relata: un regreso de una desaparición forzada.

Hacer este libro no fue nada fácil. Algunos de los hechos que relata todavía están “vivos”, todavía duelen, y sobre ellos quedan incógnitas, desacuerdos, encubrimientos, conflictos…4 Pero hacerlo fue también una manera de vencer la parálisis a la que conduce la violencia sistemática y adultocéntrica. Nos manifestamos escribiendo, dibujando y leyendo contra las desapariciones forzadas, en favor de la memoria, la justicia, la paz, la escucha, la empatía, la fiesta, la risa, la paciencia, el amor y la voz en alto, política y polifónica, de lxs jóvenes.

Antes que libros, fuimos voces, somos voces; la memoria ha sido y es un canto colectivo, una rapsodia, como ésta, para encontrarnos. ¿Quién dijo que todo está perdido? “Cántalo para que no se olvide”, dicen las abuelas. ¿Cantas esta protesta con nosotrxs? ¿Sumas tus consignas? ¿Exiges con nosotrxs? Yo vengo a ofrecer mi corazón.5

Primera playlist

Busco la canción. Play Me ajusto los audífonos. Déjate caer. Aprieto los puños. Déjate caer. Subo el volumen y bajo más rápido las escaleras. La tierra está al revés. Si doy un salto en los últimos escalones La sangre es amarilla lo alcanzo. Caigo. El viento ya no sopla. Me levanto. La boca bien cerrada. Corro un poco más. Amárrate los pies. Ya siento su vibración en las paredes. Piensa en tu madre. Sí llego. Y déjate caer,6 sí llego. Stop

Llegué al andén.

Algo anda mal. No hay nadie.

Del otro lado de las vías, frente a mí, veo a muchxs como yo, audífonos puestos y mochila al hombro, play, viéndome, portan espléndidas capas, las más hermosas coronas.7 Me acerco al borde y distingo una luz al final del túnel que no brilla para mí, viene por la otra vía. Puedo sentirme fuera de lugar / como un doliente en un festejo.8 El tren del metro se detiene. Las puertas se abren. Éste no es un día muy normal / Lo mejor sería no pensar.9 Todxs entran y se van en un zumbido.

Yo me quedo. Y no basta cerrar los ojos en la sombra / ni hundirlos en el sueño para ya no mirar10 que estoy del lado equivocado. De este lado algo puede ocurrir / Y no sé si voy a resistir.11

Se dice que hay otro mundo, mucho más raro, con paisajes llenos de nudos, hilos colgantes y animales extraños.12¿El Mundo del Revés? Sí, se trata de una realidad paralela. Contiene los mismos lugares, pero es más oscura, más fría y desprovista de vida humana.13

El escenario es perfecto para describir una vieja sensación, más bien una certeza, que tengo desde niñx. Si el mundo tiene dos lados, yo vivo en el herido, ciervo con una flecha, que huye y se desangra,14 el que va en la dirección incorrecta, el que está de cabeza.

Me dijeron que en el Reino del Revés nadie baila con los pies.

Que un ladrón es vigilante y otro es juez, y que dos y dos son tres.15

Esa dimensión posee algo parecido a raíces o membranasque cubren prácticamente cada superficie, mientras que innumerables esporas

se esparcen a través del aire.16

Se supone que crecí, que ya no debería creer que eso es posible, pero a veces no puedo pensar en otra cosa. Debajo de todos esos disfraces, lejos de todos esos papeles presentía otra realidad, el despertar a la nueva vida, a un anhelado, intocado, infinito mundo mucho más hermoso que lo atraía lejos, continuamente más lejos de las personas y sus actos.17 No puedo pensar en otra cosa y la repito como una canción de esas que sirven para escaparse, para olvidar a lxs adultxs que gritan Ya se va, amenazan Ya se va, y sospechan de ti. Ya se va a pasar la sombra.18

Para mí los días son escarpados, son oscuros abismos y paso entre ellos, uno a uno, como de abismo en abismo, bajo peligro de muerte, pero debajo de todos esos disfraces, lejos de todos esos papeles presiento otra realidad.19

De chiquitx, cuando le conté esta teoría a mi papá, me dijo que era una idea fantasiosa de escuinclx inmadurx, que no existían dos mundos, que éste era el único, aunque estuviera jodido. De su boca salía un brillo semejante al de un anafre encendido y tenía los dientes triangulares y blancos.20 Yo igual nunca pude sacarme esa idea de la cabeza. Si había dos mundos, uno real y otro parecido, pero madreado, yo vivía en ése, en el que daba miedo mirar. Esto alguien ya me lo contó / que sientes asfixia al salir / pero esto nunca lo esperé / ¿a esta presión quién puede vivir?21

La realidad, la verdadera realidad, tenía que ser otra, un manantial breve entre las manos,22 una a la que no le escurriera brea ni oliera a sangre seca ni cortara al tocarla. Una donde no asustara cualquier ruido nocturno y los tlacuaches fueran tlacuaches y no abrieran puertas, no basta cerrar los ojos, ni hundirlos en el sueño para ya no mirar, / porque en la dura sombra y en la gruta del sueño / la misma luz nocturna nos vuelve a desvelar.23

Rosario Lucas.

Del mismo modo en que experimentaba el castillo como un animal que lo engullía y los vestidos como cantidades de tela que lo dominaban, sentía al final su propio cuerpo como una tumba donde le habían hundido el alma para que pereciera.24

Vivo en el Estado de México desde que nací. Me fui, pero volví. Me quiero ir de nuevo, porque aunque el jardín de mi madre está lleno de pájaros, los jardines a nuestro alrededor están llenos de muerte. Aquí se escuchan balazos, y nunca patrullas. Aquí hay ventanas, pero no hay paisajes. Aquí estoy, pero me quiero ir.25

Hoy vino una señora al salón a hablarnos de cómo debemos cuidarnos. Nos dijo que no debemos hablar con extraños, que no debemos recibir paquetes de nadie, que no debemos contestar el teléfono si estamos solos en casa;en las casas, la vigilancia se había extremado al grado que no nos permitían hablar por celular sin supervisión,26nos dijo que si oíamos disparos debíamos meternos bajo la cama y alejarnos de las ventanas.27

¿Cuándo nació el miedo?¿Vino envuelto en alguna hojaque se posó en mi hombro, sin darme cuenta?Antigua voz en off, coro de tragediaMe dicen que no debo temerque en la oscuridad no hay monstruos.Pero hay oscuridad.En el pozo sin voz.

Que la noche es buena como el día.Pero el día no vive en los rincones.En el pozo sin voz.28Que las heridas sólo duelen cuando sangran.Pero he visto a mi abuela dolerse sin la sangre, llorar sin una espina en el dedo.Nos asustamos, nos echamos al suelo, pero una vez pasado el peligro nos sorprende ver que el profesor llora debajo de la mesa, con los ojos apretados y las manos en los oídos.29¿Dónde nació el miedo?¿Nadie se dio cuentacuándo se vino a vivir con nosotros?No quiero temer al silencio, a quedarme solo, como mi abuela.30

La realidad tenía que ser otra, pero ahora es ésta: me quedo solx en el andén del metro.

Aviento la mochila al piso, me estiro como si pudiera tocar el techo, esta noche duermo bajo un viejo techo, los ratones corren sobre él, como hace mucho tiempo,31 perderé otro día de clase, sumaré otro sermón a mi larga lista de fallas. Si no te portas bien ahora mismo –añadió–, te encerraré en la Casa al otro lado del Espejo. ¿Te gustaría eso?,32 me quito los audífonos, “¿Qué madres tienes en la cabeza, Lupe?”, me parece escuchar a mi papá regañándome, mejor me los vuelvo a poner, me puse los audífonos en los oídos y me abandoné al ritmo de cualquier canción con el deseo de no seguir pensando en mi desdicha,33 doy un paso más al borde del andén, la mitad de mis tenis suspendida en el vacío.

El árbol crecía en la parte más extrema de una roca, al borde de un abismo, en cuya profundidad esperaba un dragón con sus enormes quijadas hacia arriba que lanzaban fuegoy humo. Al otro lado del árbol, a sus pies, había un raro animal parecido a un caballo blanco con un cuerno colosal y puntiagudo en la frente. El animal era hermoso, pero no dulce, sino rapaz y hostil. Dirigía su cuerno amenazadoramente hacia el tronco. Su mirada era fría.Junto a las raíces había dos pequeños animales, dos ratas, una era blanca y la otra negra, cada una roía el tronco de su lado. Ya habían mordisqueado un buen trozo hacia el centro, el árbol caería pronto.34

En el pozo sin voz, en el pozo sin voz, en el pozo sin voz.35He aquí la sombra en torno a mi existencia, el búho, el río que arrastra oro, la serpiente de coral, el esqueleto del explorador, el fango de mis pies.36Una mañana puedo despertar Desconocerme en el espejo Puedo sentirme fuera de lugar Como un doliente en un festejo.37¿Y quién entre las sombras de una calle desierta, en el muro, lívido espejo de soledad, no se ha visto pasar o venir a su encuentroy no ha sentido miedo, angustia, duda mortal?38

Suspendidx en el vacío…, pero no caigo, no me dejo caer. Me sostiene la duda. La posibilidad de otro mundo. Respira y deja que el tiempo / te pruebe.39 Me siento justo allí, en el borde del andén, los pies colgando de las vías, me inclino hacia adelante como si me asomara a una fuente, ¿Quién puede asegurar que tu imagen no está antes de que te asomes a la fuente?40 Oigo un silbato, cierro los ojos.

El estanqueUn joven hereda la casa de un antepasado loco. Hace restaurar todo, excepto el jardín interior, cuyo descuido salvaje le fascina.Una tarde explora el jardín, se sienta al bordede un estanque enlamado y con una rama empieza a jugar con las lamas. Lo que va descubriendo le fascina: el espejo negro de las aguas no refleja los sauces llorones del jardín sino los muros de un palacio extraño. Atrás, un maravilloso cielo violeta, le aterra y seduce a la vez. El joven cede a la tentación y entra en el agua. Se sumerge en el hondo estanque pero siente un intenso dolor de cabeza que lo obliga a volver a la superficie.Cuando sale se halla en el otro mundo, bajo el cielo violeta. Deja el agua, empapado. Mira el estanque: refleja los sauces llorones del jardín abandonado. Empieza a examinar el edificio pero entonces percibe al perro: un gigantesco sabueso negro que ha surgido de las tinieblas. Para protegerse entra al edificio, cierra la puerta y se asoma por la ventana enrejada. El gigantesco perro empieza a beber, con una sed inmunda, el agua del estanque, y con ella se bebe el reflejo.

El ciervo va a beber y en el agua apareceel reflejo del tigre.

Luego, clava sus pupilas en los ojos del joven.

unos ojos me miran sólo a mí41

Éste comprende que el perro tiene hambre, un hambre fatal, y que pronto empezará a arañar y a morder la puerta…42

El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve –antes que lo devoren– (cómplice, fascinado) igual a su enemigo.43

Cierro los ojos y escucho: que ya no soy unx mocosx, que ya voy a terminar la prepa,

me dice mi papá, que madure,

y mi voz ya no es míadentro del agua que no moja dentro del aire de vidriodentro del fuego lívido que corta como el grito.Y en el juego angustioso de un espejo frente a      otro cae mi vozy mi voz que maduray mi voz quemaduray mi bosque maduray mi voz quema duracomo el hielo de vidriocomo el grito de hieloaquí en el caracol de la oreja,44 me repite

que son tonterías, que la idea de otro mundo es estúpida pero igual a mí me obsesiona. Abro los ojos Ábrelo, ábrelo despacio.45 Otro mundo como éste, pero que no gire en tu contra.

Desconfío de lo que veo.

En tiempos donde nadie escucha a nadie,en un tiempo donde las coronas ruedan manchadas de sangre,en tiempos donde todos contra todos,en un tiempo donde las cabezas caen por un trono,en tiempos egoístas y mezquinos,en un tiempo en el que los hermanos se atacan unos a otros,46en tiempos donde siempre estamos solos.47

Siento que somos nosotros quienes estamos bajotierra,ya miré el infierno, ya miré las noticias48del lado del bordado con las costuras expuestas,si sientes un vacíoen el mundo paralelo reflejado en el estanque,si tus días se llenan de hastíodentro de un espejo donde viven demonios,si no sabes qué haceren un cuarto sin electricidad.

Buscando una luz, buscando una luz,49se necesita luz en esta alcoba,recuerda que hacia mí puedes correr.50Se necesita luzporque nunca los dientes de la lobahieren en plena luz…51

–¿La vas a apagar?

–Apagaré la luz, pero si viene el demonio yo no te voy a defender.

–¿Qué dices?

–El demonio, genio. ¿A poco no sabes que se aparece en estos lugares viejos con telarañas?

–Eres un mentiroso.

–Se aparece en los espejos viejos, ¿no lo sabes? Tú mismo dijiste que ese espejo es tan viejo como la abuela.

–Los espejos sirven para mirarse y ya. ¿Ves? Ahí sólo estamos tú y yo.

–Eso es cuando está prendida la luz. A los demonios los asusta cualquier vela prendida. Pero cuando las luces se apagan, aprovechan para mirar y espiar por los espejos. Los demonios entran en las casas a través de los espejos grandes.

–Eres un mentiroso.

–En muchas casas viejas como ésta, la gente cubre los espejos con mantos negros: así evitan que los demonios se asomen.

–Eso lo estás inventando.

–Pregúntale a quien quieras. Si apagamos la luz, no pasarán ni diez minutos antes de que un demonio se asome por el espejo, y en el momento en que nos durmamos se meterá en nuestras camas y nos robará la memoria.52

El sonido insistente del silbato me trae de regreso al andén. Sigo sentadx con los pies colgando en las vías y escupo. ¡Párate!, grita un guardia y camina hacia mí. ¿Quién gritando mi nombre la morada recorre?53 Detrás de él hay dos más. ¡Párate o te paro!, grita. Unos ojos me miran sólo a mí.54 Me pongo de pie en un salto, como un gato. Yo soy el lobo originario. Musaraña obscura, tejón, gato montés,55 recojo mi mochila y en chinga empiezo a subir las escaleras cuando siento un zarpazo, un guardia me agarra del pantalón. Aveces parecía débil e indefenso, pero no lo era, era capaz de una resistencia espiritual que nadie podía quebrantar.56 ¡Suélteme!, le grito, lo veo a los ojos, Tú y cuántos cómo tú, él desvía la mirada, logro zafarme, Corre, ve y dile a aquél, que no vamos a ser tan dóciles.57

Oyendo silbatazos, subo las escaleras, subo el volumen, Me digo: “todo bien, / ya se va a pasar la sombra”. / Me digo: “calma, no es quietud”,58 imagino una realidad donde lxs adultxs no sean una amenaza Respira, ven y vuélvete el viento59 y te miren a los ojos sin sospechar de ti, sin desviar rápido la mirada por temor a que descubras que son lobos usando un disfraz de humano.

Voy a contarles un cuentoque es por todos conocido,de Caperucita Rojay un feroz lobo atrevido,que merodeaba en el bosquey era por todos temido.60

Se echó la piel de lobo sobre los hombrosy al poco sintió que la forma humanamudaba en algo del todo desconocido:la piel clara de su cuerpo se cubrió de un enmarañadopelaje,su pequeño rostro se tornó un afilado morro de lobo,sus diminutas y gráciles orejas mudaron en orejas puntiagudas,los dientes en colmillos desgarradoresy las uñas en arqueadas garras de bestia de los bosques.61

Una fiera y sólo una fiera aúlla en los bosques de noche.El lobo es la encarnación del carnívoro y es tan astuto como feroz;cuando prueba la sangre, ya no quiere otra cosa.De noche, los ojos de los lobos brillan como llamas de velas, amarillentos, rojizos, pero es porque sus pupilas engordan en la oscuridady captan la luz de tu farol para devolvértela… roja de peligro; cuando los ojos de un lobo sólo reflejan la luz de la luna, brillan con un destello verde, frío, sobrenatural, de un color mineral y penetrante.62

Permaneció parado, el pelo erizado, el cuerpo torcidode manera hostil y adolorida, gruñendo, amenazándome conlos dientes, los ojos