Carta al Padre y El Artista del Hambre - Kafka Franz - E-Book

Carta al Padre y El Artista del Hambre E-Book

Kafka Franz

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Beschreibung

Franz Kafka es considerado uno de los grandes escritores del siglo XX. Asociado al expresionismo y existencialismo, sus creaciones literarias lograron abarcar temas tan complejos como la condición del hombre contemporáneo, la angustia, la culpa, la burocracia, la frustración o la soledad, entre otros. En este volumen de Kafka Esencial , el lector dispone de dos importantes obras para comprender mejor el talento y la vida de este extraordinario escritor:  Carta al Padre es un texto íntimo, profundo y desgarrador que nos lleva al corazón mismo de Kafka y a muchas de las razones e inspiraciones para su obra. Por eso es un texto imprescindible para todo aquel que quiera entender más la obra de Kafka y, en general, la vida del escritor.  El cuento Un Artista del Hambre explora temas familiares de la poética kafkiana, como la muerte y el aislamiento, el arte y el ascetismo, la pobreza espiritual, la futilidad o el fracaso personal, todo dentro de una corrupción generalizada de las relaciones humanas. Nada más Kafkiano!

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Franz Kafka

CARTA AO PAY

y

UN ARTISTA DEL HAMBRE

KAFKA ESENCIAL

Título original:

“ Brief an den Vater“ y

“Ein Hungerkünstler“

Primera edición

EDITORIAL

Isbn: 9786558941712

Sumario

PRESENTACIÓN

Sobre el autor y su obra

CARTA AL PADRE

UN ARTISTA DEL HAMBRE

PRESENTACIÓN

Sobre el autor y su obra

Franz Kafka fue un autor checo cuya obra, escrita en lengua alemana, está considerada como una de las más influyentes de la literatura del siglo XX.

Asociado al expresionismo y existencialismo, sus creaciones literarias lograron abarcar temas tan complejos como la condición del hombre contemporáneo, la angustia, la culpa, la burocracia, la frustración o la soledad, entre otros. Asimismo, sus obras mezclan lo onírico, lo irracional y la ironía.

De su legado destacan novelas como El proceso (1925), Diarios, (19910-1923), El Castillo (1926) Carta al Padre (1919), En la Colonia Penitenciaria (1914), La metamorfosis (1915), y una gran cantidad de relatos, epístolas y escritos personales. Kafka fue un escritor poco reconocido en vida, pero, no cabe duda, que fue una gran influencia para autores posteriores y también uno de los propulsores de la renovación de la novela europea del siglo XX.

Biografía resumida de Franz Kafka

Franz Kafka nació el 3 de julio de 1883 en Praga, entonces parte del Imperio austro húngaro, en el seno de una familia judía relativa a la pequeña burguesía.

Desde muy joven, Kafka deseaba dedicarse a la escritura, sin embargo, tuvo que lidiar con el difícil temperamento de su padre, con el cual mantuvo una tensa relación durante su vida.

Se matriculó en la Universidad Carolina (Praga) para estudiar la carrera de Química, la cual no terminó pues, influenciado por su padre, prefirió cursar los estudios de Derecho. Poco después, comenzó a tomar clases de arte y literatura de forma paralela.

Entorno al año 1907, Franz Kafka empezó a escribir sus primeros relatos al tiempo que trabajaba como asesor en una empresa de seguros, labor que le permitía compaginar con su verdadera vocación, la escritura.

Poco después, entabló una amistad con Max Brod, el que fuera el gran difusor de su obra. En el año 1912 conoció a Felice Bauer, mujer con la que mantuvo una relación amorosa, la cual finalmente fracasó.

En 1914 Kafka abandonó su hogar familiar y se independizó. En esta etapa de su vida surgen obras como El proceso y La metamorfosis.

Más tarde, el autor fue diagnosticado de tuberculosis, enfermedad que lo condujo al aislamiento en diferentes sanatorios. Con la llegada de los años 20 del siglo XX, Kafka se estableció en una casa de campo junto a su hermana. Allí creó obras como Un artista del hambre y la novela El castillo.

En el año 1923, el escritor conoció a la actriz polaca Dora Diamant, con la que mantuvo una breve e intensa relación durante su último año de vida. El 3 de junio de 1924 Kafka murió en Kiering, Austria.

La obra de Kafka no hubiese tenido reconocimiento de no ser por Max Brod, quien decidió desobedecer las últimas voluntades del escritor, quien pidió que sus escritos fuesen destruidos. Gracias a este hecho una de las obras literarias más influyentes del siglo XX pudo ver la luz.

Sin duda, Franz Kafka supo retratar en sus libros la particularidad de la realidad del momento y la condición del hombre contemporáneo ante la misma.

Características de la obra de Kafka

La obra de Franz Kafka representa a menudo el espíritu del siglo XX. Por ello, sigue estando sujeta a todo tipo de interpretaciones, más é seguro que la obra de Kafka atiende al posible reflejo de la vida del autor en su obra. Especialmente, a la difícil situación familiar de Franz Kafka con su progenitor, su escepticismo y su naturaleza religiosa. La literatura de Kafka es compleja, casi equiparable a un laberinto. Estos son algunos rasgos más relevantes del denominado universo kafkiano:

- Temática de lo absurdo: se ha utilizado el término kafkiano para calificar a todo aquello que, pese a su aparente normalidad, es definitivamente absurdo. Y es que, las historias que se narran en sus obras pueden parecer corrientes, pero, después, se convierten en situaciones surrealistas.

- Personajes extraños: son, a menudo, individuos con características singulares. Suelen ser personajes apáticos, alineados que presentan frustración.

- Lenguaje elaborado y preciso, generalmente escritos desde la mirada de un narrador omnisciente.

Sobre “Carta al Padre” (1919)

Carta al padre (en alemán Brief an den Vater) es el nombre dado comúnmente a la carta que Franz Kafka escribió a su padre Hermann en noviembre de 1919, criticándolo por su conducta emocionalmente abusiva e hipócrita hacia él. Fue publicada póstumamente (al igual que la mayoría de los escritos de Kafka), en 1952. El texto resulta de vital importancia para comprender la relación de Kafka con su padre, aspecto elemental en la biografía del autor. Kafka esperaba que la carta acortara la distancia creciente entre él y su padre, aunque en ella proporcione una crítica aguda de ambos:

Según Max Brod, Kafka en realidad dio la carta a su madre para que la hiciera llegar a su padre. Su madre nunca entregó la carta, sino que la devolvió a su hijo que nunca se la entregó al padre. La carta original constaba de unas 103 páginas manuscritas. Kafka la reescribió varias veces (tardó dos semanas en acabarla) e incluso mandó que la pasaran a máquina. La carta estaba llena de anotaciones en lápiz porque finalmente se la iba a quedar una amiga de Kafka que, aunque tampoco se la llegó a dar.

Carta al padre es un texto íntimo, profundo y desgarrador que nos lleva al corazón mismo de Kafka y a muchas de las razones e inspiraciones para su obra. Por eso es un texto imprescindible para todo aquel que quiera entender más la obra de Kafka y, en general, la vida del escritor. Además, Carta al padre es un texto ameno y cautivador en su lectura. Gracias al talento literario de Franz Kafka, la carta tiene una estructura y composición de la clara y armónica que deja entrever una planeación y preocupación más allá que una simple correspondencia o desfogue con su padre. Como todo gran libro, Carta al padre nos hace preguntas sobre cuestiones profundas de nuestra vida. En este caso, al ver la relación de Kafka con su padre, terminamos también preguntándonos sobre la relación de nosotros mismos con nuestros padres.

Sobre “Un Artista del Hambre” (1922)

Un artista del Hambre, título original en alemán: " Ein Hungerkünstler” es un relato corto publicado por Franz Kafka en 1922 en la revista literaria Die neue Rundschau

Artistas del hambre eran artistas circenses, la mayor parte fraudulentos, que desde fines del siglo XVII hasta comienzos del XX se exhibían en los espectáculos de fenómenos como "esqueletos vivientes" o ayunadores. Empezaron a popularizarse mucho a partir de 1880, cuando el médico estadounidense Henry Tanner apostó a que podría renunciar por completo a la comida y solo beber agua durante 40 días y se hizo vigilar noche y día, cumpliendo su promesa y repitiendo el espectáculo varias veces, cobrando las entradas. La atracción consistía en ver cuánto tiempo podían resistir los artistas un ayuno absoluto, en la observación de los estragos de la caquexia en los cuerpos y en los récords que batían.

El cuento Un Artista del Hambre explora temas familiares de la poética kafkiana, como la muerte y el aislamiento, el arte y el ascetismo, la pobreza espiritual, la futilidad o el fracaso personal, todo dentro de una corrupción generalizada de las relaciones humanas. Como en otras de sus obras, existe una absoluta incomprensión entre el artista y su público: nadie puede sentir el hambre que el artista siente tras tantos días de ayuno.

Otras interpretaciones indican que debe leerse irónicamente: es un artista que intenta elevarse por encima de la parte animal de la naturaleza humana, representada por la pantera, enfrentada a un público incomprensible, al menos en esta época. Kafka expresa la indiferencia del mundo hacia sus propios escrúpulos artísticos de escritor a través de la difícil situación del artista del hambre. Según Maud Ellmann, lo que hace vivir al artista en realidad es la mirada de los demás, ya que "es imposible vivir del hambre a menos que se nos vea o se nos represente haciéndolo"

CARTA AL PADRE

Querido padre:

"Me preguntaste una vez por qué afirmaba yo que te tengo miedo. Como de costumbre, no supe qué contestar, en parte, justamente por el miedo que te tengo, y en parte porque en los fundamentos de ese miedo entran demasiados detalles como para que pueda mantenerlos reunidos en el curso de una conversación. Y, aunque intente ahora contestarte por escrito, mi respuesta será, no obstante, muy incomprensible, porque también al escribir el miedo y sus consecuencias me inhiben ante ti, y porque la magnitud del tema excede mi memoria y mi entendimiento.

"Para ti, el asunto fue siempre muy sencillo, por la menos por lo que hablabas al respecto en mi presencia y también, sin discriminación, en la de muchos otros. Creías que era, más o menos, así: durante tu vida entera trabajaste duramente, sacrificando todo a tus hijos, en especial a mí. Por lo tanto, yo he vivido cómodamente, he tenido absoluta libertad para estudiar lo que se me dio la gana, no he tenido que preocuparme por el sustento, por nada, por lo tanto, y en cambio de eso, tú no pedías gratitud (tú conoces como agradecen los hijos) pero esperabas por lo menos algún acercamiento, alguna señal de simpatía; por el contrario, yo siempre me he apartado de ti, metido en mi cuarto, con mis libros, con amigos insensatos, con mis ideas descabelladas; jamás hablé francamente contigo, en el templo jamás me acerqué a ti, en Franzenbad no fui jamás a visitarte, tampoco he conocido el sentimiento de familia, ni me ocupé del negocio ni de tus otros asuntos, te endosé la fábrica y te abandoné luego, apoyé a Otila en su terquedad, y mientras que por ti no muevo ni un dedo (si siquiera te traigo una entrada para el teatro), no hay cosa que no haga por mis amigos. Si haces un resumen de tu juicio sobre mí, surge que no me reprochas nada que sea en realidad indecente o perverso (excepto, tal vez, mi reciente proyecto de matrimonio), sino mi frialdad, mi alejamiento, mi ingratitud. Y me lo echas en cara como si fuese culpa mía, como si mediante n golpe de timón hubiese podido, dar a todo esto un curso distinto, en tanto tú no tienes la menor culpa, salvo tal vez la de haber sido excesivamente bueno conmigo.

"Esta consabida interpretación tuya me parece correcta sólo en lo que se refiere a tu falta de culpa en cuanto a nuestro distanciamiento. Pero también estoy yo igualmente exento de culpa. Si pudiera conseguir que reconocieras esto, entonces sería posible, no digo una vida nueva –para ello los dos somos ya demasiados viejos–, pero sí una especie de paz, no un cese, pero sí un atenuamiento de tus incesantes reproches.

"Es extraño, pero tú tienes un presentimiento de lo que quiero decirte. Así, por ejemplo, me dijiste hace poco: "Yo siempre te he querido, aunque no como ellos". Ahora bien, padre: yo en verdad nunca dudé de tu bondad para conmigo, pero no me parece que tu observación sea exacta. Tú no sabes fingir, eso es cierto, pero si pretendes, sólo por esa razón, afirmar que los otros padres fingen, se trata, o bien de simple terquedad, imposible de discutir, o bien de una expresión encubierta de que hay algo que no anda bien entre nosotros, y que tú contribuyes a causar, aunque sin culpa. Si realmente es ésa tu opinión, estamos de acuerdo.

No digo, por supuesto, que he llegado a ser lo que soy sólo por tu influencia. Eso sería muy exagerado (y bien que me siento atraído hacia tal exageración). Es muy posible que, aun si hubiese estado totalmente libre de tu influencia durante mi desarrollo, no hubiera podido llegar a ser tampoco la clase de persona que tú quieres. Hubiera sido, probablemente, un hombre endeble, temeroso, vacilante e inquieto: ni un Robert Kafka, ni un Karl Hermann, pero, con todo, distinto de como soy en la actualidad, y hubiéramos podido entendernos perfectamente. Yo hubiese sido feliz teniéndote corno amigo, corno jefe, tío o abuelo, y hasta (aunque en esto ya vacilo) como suegro. Pero precisamente como padre has sido demasiado fuerte para mí, tanto más cuanto que mis hermanos murieron siendo niños aún, y las hermanas llegaron sólo mucho más tarde, de manera que yo tuve que soportar completamente solo el primer choque, y para eso era débil, demasiado débil.

"Compáranos a los dos: yo, para decirlo buenamente, un Lówy con cierto fondo de los Kafka, a quien sin embargo no impulsa esa voluntad de vivir, de comerciar y de conquistar típica de los Kafka, sino un aguijón de los Lówy, que actúa en otra dirección, más secreto, más tímido, y que con frecuencia cesa por completo. Tú, en cambio, un verdadero Kafka en cuanto a fuerza, salud, apetito, volumen de voz, cualidades oratorias, autosatisfacción, superioridad humana, perseverancia, presencia de ánimo, conocimiento de los hombres y cierta amplitud de miras, claro que también con los defectos y debilidades correspondientes a tales excelencias, y a los cuales te impulsan tu temperamento y tu mal genio, a veces. Quizá no eres del todo un Kafka en tu concepción general del mundo, si se te compara con los tíos Philipp, Ludwig y Heinrich.