Cat-Og. En el camino de la sensibilidad y la añoranza - Elba Castañeda - E-Book

Cat-Og. En el camino de la sensibilidad y la añoranza E-Book

Elba Castañeda

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Beschreibung

En Ḉḁṫ–Ṍḡ, serás testigo de un viaje fascinante a través de los misterios del universo, donde el dolor y la evolución personal se entrelazan de formas inesperadas. La protagonista, una rebelde gatita cósmica, ha encarnado ya seis veces como humana en la Tierra (¡y créeme, no está muy emocionada por regresar una séptima!). A lo largo de sus vidas, ha aprendido lecciones difíciles sobre la dualidad de la existencia: luz y sombra, gozo y sufrimiento, lo eterno y lo fugaz. Sin embargo, su negativa a volver refleja un profundo cansancio de las pruebas humanas, aunque su curiosidad felina la sigue manteniendo en juego. Este libro no sólo es una narrativa de fantasía, también es una reflexión sobre las emociones y desafíos que todos enfrentamos. A través de metáforas cósmicas y personajes entrañables, Ḉḁṫ–Ṍḡ explora temas como el autoconocimiento, la búsqueda de paz en medio del caos, y el reto de encontrar armonía en un mundo lleno de contrastes. Si alguna vez te has sentido fuera de lugar o abrumado por la vida, quizá descubras que la verdadera magia está en aceptar esas partes de ti que has querido ignorar. Con su aguda mirada felina y un humor cósmico que no pierde oportunidad, esta historia te llevará a conectar con lo más profundo de tu ser. Y si tienes debilidad por los gatos, mejor prepárate: no podrás resistirte a esta felina intergaláctica, que entre sus ronroneos y maullidos te recordará que el camino hacia el alma siempre tiene giros inesperados... y suaves arañazos. ¡Un libro para los introspectivos, sensibles, y soñadores con mucha imaginación!

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Seitenzahl: 163

Veröffentlichungsjahr: 2025

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Ḉḁṫ–Ṍḡ. En el camino de la sensibilidad y la añoranza

Primera edición impresa: Casa Bonsái

Segunda edición impresa: Bonilla Distribución y Edición

Edición ePub: febrero 2025

De la presente edición:

D. R. © 2024, Elba Castañeda

D. R. © 2024, Bonilla Distribución y Edición, S.A. de C.V.

Hermenegildo Galeana #116, Barrio del Niño Jesús,

Tlalpan, 14080, Ciudad de México

[email protected]

www.bonillaartigaseditores.com

ISBN 978-607-26568-6-4 (impreso)

ISBN 978-607-26568-7-1 (ePub)

ISBN 978-607-26568-8-8 (pdf)

Cuidado de la edición: Bonilla Artigas Editores

Diseño de interiores y portada: Casa Bonsái. Escritura creativa.

Realización ePub: javierelo25

Imágenes de portada y de interiores: Elba Castañeda

Letra “Starchild”: Luis Alberto Vallejo Sánchez

Impreso y hecho en México / Printed in Mexico

Todos los Derechos Reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografíay el tratamiento informático, la fotocopia o la grabación, sin la previa autorización por escrito de los editores.

Introducción a la vida humana 1.0

Una de las pláticas más importantes que todo ser cósmico, en vías de aplicar para una residencia temporal en la Tierra debe de escuchar, estaba por iniciar en el Gran Salón. Los asistentes interesados iban entrando animosamente al lugar, pero sólo ella, Ḉḁṫ–Ṍḡ, como era de esperarse, se abrió paso entre los asistentes con un andar elegante, pero sin prisa. Cual celebridad felina, contemplaba el recinto buscando el lugar perfecto. No, no cualquier rincón serviría, tenía que ser ese lugar exacto donde pudiera ver todo lo que ocurre, y al mismo tiempo, ser completamente ignorada. El equilibrio perfecto entre “estoy aquí, adórenme” y “ni se te ocurra molestarme”. La base de oro que sostenía un globo terráqueo de cristal, ubicado a uno de los costados del pódium, era el lugar perfecto para posar el cuerpo celestial de ese ser.

–Queridas criaturas, yo, El Gran Biólogo Astral, Zephyrion; genio orquestador detrás de la existencia de galaxias, mundos, dimensiones y realidades, les doy la más cordial bienvenida. Yo, como creador de todas las formas de vida física y etérea, entre ellas, ustedes, mis razas cósmicas, los he creado como seres individuales que en lo colectivo forman parte de un todo. Ustedes, entes pensantes con apariencias y fenotipos distintos, tienen como misión poner su don celestial al servicio de todo y todos los que habitamos a lo largo y ancho de este gran entramado cósmico conocido como La Fuente.

–¡Siempre repites lo mismo! eso ya lo sabemos, neeeext –pensó Ḉḁṫ–Ṍḡ.

–¡Shh! Guarda silencio, bola de pelos, nos van a regañar por tu culpa, –le respingó una de las asistentes en voz baja. Se trataba de una pequeñita perteneciente a esas razas donde todas llevan un vestidito color verde y portan alitas. Las únicas que tienen por mascota a unos caballitos con cuernitos sabor a caramelo y melenas color arcoíris.

–Pues no eres nadie para callarme, boba. Upsi, ¿lo dije o lo pensé?

–Obvio, sabes que todos nos escuchamos telepáticamente. No me vuelvas a decir boba, o no dudaré en echarte polvo de hadas en los ojos, ¡Gatita grosera!

–¡Chismosos! Quién les manda a escuchar mis pensamientos.

–¡Silencio todos, basta de discutir! –gritó Zephyrion–. Hoy es un día trascendental en su existencia cósmica. Es el día en el que todos tendrán su primera entrevista de preselección con el Espíritu de la Tierra, quien ha venido en persona a conocerlos y como saben, sólo algunos serán invitados a encarnar en su roca y vivir la gloriosa experiencia humana. Hoy, es uno de los días más decisivos en toda su existencia.

–Bla, bla, bla. Todo este asunto está arreglado. Ya sabemos a quienes aceptarán y, a quienes los regresarán por donde vinieron. –Volvió a pensar aquel ser, la bola de pelos. Quien permanecía sentada, envuelta en ese aire majestuoso como si supiera que es la criatura más fascinante del universo (que de hecho lo es), seguía lamiéndose su pelaje. Lengüetazo arriba, lengüetazo abajo. ¡Cada pelo debe estar en su sitio!

–Yo, sí que seré aceptado ¡Soy garantía! –gritó uno de esos asistentes a la plática, conocidos como influencers intergalácticos que se la pasan dando “consejos de vida y amor” desde las Pléyades, lugar donde habitan. Como si en verdad fueran una especie de coaches espirituales de otro mundo.

–Claro que serás aceptado, ¡güerito! –Le respondió ella–. Siempre quieren seres melosos, así, azucaraditos, tal como los de tu raza. De esos que, de sólo verlos, ocasionan un coma diabético. Siempre aparentando ser muy zen.

–Yo también seré aceptado, esta es la sexcentésima sexagésima sexta vez que aplicaré, –mencionó otro ser–. Ahora sí, ¡presiento que esta es la buena!

–Mmmm, yo creo que vas a valer de nuevo, –expresó Ḉḁṫ–Ṍḡ–. Los de tu estirpe únicamente entran de contrabando, nadie quiere invitar a una lagartija fashion con mirada aguda y escamas más brillantes que todos los soles de la galaxia. Pero bueno, tu inténtalo, ¿qué podrías perder?

–Por última vez se los digo, ¡guarden silencio! O yo mismo los castigaré enviándolos a un hoyo negro –exclamó Zephyrion–. Varios de ustedes ya han escuchado esta platica en ocasiones anteriores y entiendo que les atosiga echarse mi pep talk de nuevo. Sin embargo, para muchos otros, esta es su primera vez. Cual sea el caso, les pido atención y, sobre todo, mucha paciencia.

–Ustedes son parte de las razas cósmicas que he creado de manera perfecta, viviendo en un estado de plenitud constante, aquí, en La Fuente, lugar donde habitarán por la eternidad, en un entorno libre de obstáculos y sufrimiento. Sin embargo, en mi infinita existencia he atestiguado cómo la fascinación de transitar en el gozo eterno conduce a un camino de aburrimiento cósmico, ocasionando una pérdida de intensidad para seguir creciendo cósmicamente y aportando de su sabiduría en beneficio de todos. En pocas palabras, ustedes, mis criaturas, pierden el sentido de la razón de su existencia. Por lo cual, me he dado a la tarea de diseñar realidades en donde podrán experimentar situaciones que, si bien los sacarán de su estado de contento y seguridad eternos, les proveerán de la oportunidad de aprender más acerca de ustedes mismos, de su interrelación con el todo, y seguir teniendo en alta estima la seguridad que les proporciono por ser eternos habitantes de La Fuente. Simplemente, les doy la oportunidad de que sigan creciendo a nivel cósmico y evitar el letargo eterno. Sólo cuando se transita por realidades diversas a la conocida, es que se puede apreciar el camino gozoso de lo seguro.

–No entiendo, grandísimo Zephyrion ¿Cómo podríamos apreciar lo seguro experimentado? Todo lo que existe en La Fuente es gozoso, supongo … ¿o no?, –preguntó otro de los asistentes. Uno de esos diminutos seres cósmicos con carita siempre sonrojada, sombrerito rojo, y aspecto risueño. Con barbas que nunca se ha recortado en toda la eternidad.

–¡Agárrate, mi querido gnomo! No sabes la que te espera, Ja, ja, ja –Volvió a interrumpir la llamada bola de pelos, Ḉḁṫ–Ṍḡ.

–No lo asustes, mi pequeña. No todos terminan aborreciendo la Tierra como tú. Por favor, espero que sea la última interrupción de tu parte. Así que permíteme continuar, –replicó El Gran Biólogo Astral.

–¡Ugh! ¿En qué otra cosa entretenerme cuando ya se ha alcanzado el hastío cósmico con estos seres y esta plática? –pensó la fascinante y bien acicalada Ḉḁṫ–Ṍḡ.

–Mis pupilos, una de las realidades que he creado provee de un camino donde enfrentarán circunstancias que desafiarán su eterna felicidad y seguridad. La llamo, la realidad de la dualidad y de la vida finita.

–¡Ohhh! ¡Brillante Maestro! –Fueron las exclamaciones articuladas por algunos de los asistentes.

–Ustedes, mis razas cósmicas, al momento de su creación no cuentan con un margen de referencia sobre aquello que es catalogado como el bien o como el mal. Su conciencia cósmica no fue diseñada de esta manera. Así que cuando se encuentran en La Fuente, viven bajo un supuesto orden perfecto, donde sus acciones o comportamientos no son etiquetados como adecuados o inadecuados, sólo se consideran distintos. El efecto de sus decisiones pudiera estudiarse y mejorarse gradualmente, sin premura de dar el resultado perfecto. Tienen toda la eternidad para la prueba y el error. En cambio, en esa otra realidad que he diseñado, existe un concepto conocido como: la dualidad, donde la coexistencia de opuestos como el bien y el mal, la luz y la oscuridad, lo positivo y lo negativo, es la constante.

No puede haber luz sin oscuridad.

No puede haber gozo sin sufrimiento.

No puede haber valentía sin miedo.

No puede haber sabiduría sin ignorancia.

No puede haber paz sin conflicto.

No puede haber risas sin lágrimas.

No puede haber esperanza sin desesperación.

No puede haber eternidad sin finitud.

–Pero eso no es todo, además de vivenciar experiencias opuestas o contrastantes, lo harán contra reloj, medidos con esa cosa que se llama tiempo. ¡Fascinante!, ¿verdad? Vivir bajo el binomio: dualidad y vida finita es la combinación perfecta con garantía de proveer un aprendizaje acelerado. Una de esas realidades donde se ofrece el combo perfecto, ha sido implementada en el tan galardonado planeta Tierra. Uno de los mejores calificados por todos los seres cósmicos que han tenido la oportunidad de vivirlo.

–¿Por qué es el favorito del cosmos, gran Zephyrion? –preguntaron en coro las haditas.

–Porque ahí todo es permitido. Los actos y las consecuencias de sus elecciones sean buenas o malas, no tendrán castigo en la eternidad. Lo que pasa en la Tierra, se queda en la Tierra.

–¡Wow! Desmadre garantizado. Claro que queremos ir, –gritaron la mayoría de los oyentes. Sobre todo, los duendecillos que se la pasan amasando moneditas de oro y bebiendo Pale Ale eternamente.

–¡No sean tontos! No todo es tan mágico como parece. Una vez que sean mortales, no podrán emborracharse como acostumbran o por lo menos no podrán hacerlo si quieren tener una vida digna en la Tierra. Diles la verdad mi Zephy –gruñó Ḉḁṫ–Ṍḡ.

–Guarda la compostura, mi querida gatita inquieta. Todo a su tiempo –le respondió el Zephy–. Como saben, yo no miento, no está en mi naturaleza, así que debo admitir que su compañerita tiene razón, no todo es tan sencillo como parece. El Espíritu de la Tierra seleccionará sólo a aquellos que durante la entrevista demuestren de forma convincente y clara que podrán cubrir los dos requisitos que solicitan.

1er. Requisito. Aceptar estoicamente las lecciones a experimentar.

Al momento de embarcarse en la misión de experimentar la vida humana, ustedes tienen la autonomía y responsabilidad de manifestar que es lo que desean aprender, a fin de ayudarse en su propio crecimiento cósmico. Claro, sólo yo elijo su destino, pero ustedes eligen cómo viajar. Asimismo; podrán escoger con cuales seres pensantes y sintientes desean transitar la época en la que estarán de paso. Esos otros seres serán quienes les ayuden con las lecciones seleccionadas, creando lazos energéticos y generando acuerdos de vida.

2do. Requisito. Elección de polaridad.

Cuando ustedes seleccionen la polaridad con la que se manejarán, independientemente de optar por la luz o la oscuridad, seguirán conservando su don celestial. El mismo que les es otorgado desde el momento de su creación en La Fuente. Tengan por seguro que, lo ocupen o no, mientras estén en la Tierra, este será el mismo cuando regresen de experimentar la vida temporal. Como ayuda, les puedo mencionar que, si eligen conducirse en la luz, podrían verse abrumados al habitar en lugares donde encontrarán lo opuesto. Ocasionando que nazca en ustedes el aborrecimiento existencial por tener que convivir con esa otra polaridad en todo momento. Ahora bien, también podría ocurrir que aun eligiendo el camino de la luz, lleguen a encontrar interesante lo opuesto diferente y terminen por abrazar la oscuridad. Esto haría que ustedes, de manera voluntaria, eclipsen sus cualidades de amor y bondad; las cuales encontrarían como un estorbo al vivenciar un mundo que pareciera premiar la maldad sobre todas las cosas. Si bien no hay castigo o juicio sobre los comportamientos buenos o malos desplegados en la Tierra, aquellos de ustedes que para estándares terrenales se manejen con virtud, regresarán a La Fuente con la opción de acceder a un mayor conocimiento. Por el contrario, los que decidan los caminos del vicio, como se les llama en la Tierra; se autogenerarán el estancamiento cósmico por no haber logrado escalar en el espiral de la evolución. Como dicen en la Tierra, el pez por su propia boca muere.

¿Capito? –preguntó Zephyrion a todos los aspirantes ahí presentes.

–¡Siiiii! Gran Biólogo Astral ¡Capiamo! –gritaron a coro todos los asistentes.

–Perfecto pequeños aprendices, continuemos. A la travesía que ustedes, mis perfectos seres cósmicos experimentarán como humanos le llamo “El camino del ser”. Es interno e intenso. Cualquier otra de mis creaciones que se haya aventurado a realizarlo con anterioridad podrá dar testimonio sobre que no hay prueba más retadora, significativa y gratificante, que la de ser mortal. Sin embargo; transitar con naturaleza cósmica disfrazado de encarnación humana, olvidando lo divino que es cada uno de ustedes, significa tierra fértil para albergar dolor. Su compañerita Ḉḁṫ–Ṍḡ, veterana en esto de ir a la Tierra, podría atestiguar al respecto ¿cierto? Recuérdame mi querida gatita, ¿En qué número de visita vas? ¿Quinta, sexta …? –preguntó El Gran Biólogo, volteando a ver a la bolita de pelos.

–¡Ja! ¡La séptima, Zephy, la séptima! Esta es la última y nos vamos –manifestó esa cosita peluda.

–¡Wow! ¿Qué se siente cuando cruzas el umbral? ¿duele? ¿explotas? Dinos, dinos, si, ¿plis? –inquirían con vehemencia los asistentes noveles aspirantes a la vida humana.

–¡Obvio no! Nadie va a explotar –contestó con altivez la veterana, a la par que posaba su patita delantera detrás de la oreja, frotándose la cara con movimientos circulares.

–Entonces ¿por qué dice El Gran Biólogo que duele? ¿qué es lo que duele? –preguntaron los aspirantes.

–La vida, niños. Duele la vida; vivir duele ¡Tatúenselo en el alma! –La gatita consideró la posibilidad de levantarse y dar cátedra de lo antes expresado, pero recordó que los de su especie no tienen por qué molestarse en gastar su preciosa energía en algo tan trivial como asustar a un bonche de noveles.

Todos quedaron en silencio por un momento, no sabían cómo interpretar lo que Ḉḁṫ–Ṍḡ había respondido ¿Acaso estaba siendo dramática? ¿exagerada? o ¿sólo era una broma?

Era obvio que a Zephyrion le angustiaba que aquellos seres que tal vez experimentarían la mortalidad por primera vez, escuchasen lo que en realidad les esperaba, pero no podía endulzar la situación. Era lo que era.

–Muy bien niños, no permitan que estos comentarios los intimiden. Recuerden, cada uno tiene su propio camino del ser y con eso, las experiencias inherentes. Todo lo que viven aquí en La Fuente y vivirán allá en la Tierra; es parte de un plan perfecto. Si bien el dolor en ocasiones será inevitable, ustedes tendrán el poder de decidir cómo enfrentarlo y eventualmente apreciarlo. Ya casi para concluir, les pido que no olviden entregar su Prueba de Personalidad Intergaláctica al Espíritu de la Tierra. El resultado le permitirá saber cuál es el don celestial que les ha sido otorgado desde La Fuente. Esta información será de especial interés para su entrevistador. Por último, escuchen muy bien lo que les voy a decir que, aunque sé que lo olvidarán, es importante que lo mencione para que se quede grabado en alguna parte de su conciencia cósmica. Nunca, pero nunca y en ninguna circunstancia; pierdan contacto con su don celestial. Si esto sucediera, nunca serían quienes están destinados a ser. Recuerden, son una unidad formando parte de un todo, y no un todo sin unicidad. Cada uno de ustedes está equipado con un don celestial que espera ser puesto al servicio de un todo y de ustedes mismos. Entonces ¿Quién quiere experimentar lo que se siente ser un humano? –terminó preguntando El Gran Biólogo Astral a su joven audiencia naif.

–¡Yo! ¡Yo quiero! ¡Ojalá que me acepten! –gritaron alegremente los asistentes.

–¡Mucha suerte cósmica, mis criaturitas!

Todos salieron del aula ultra emocionados. Todos, excepto la bola de pelos, quien esperó a que sus compañeros se marcharan. Era claro que una incomodidad se reflejaba en su rostro, y necesitaba externarla. Con duda, enunció aquello que la mantenía con desasosiego, como siempre.

–Zephy, aunque ya sé cuál es mi don celestial, he vuelto a realizar la Prueba de Personalidad Intergaláctica por séptima vez, –dijo.

–Supongo que salió el mismo resultado, ¿cierto, mi Gatita de las Estrellas?

–Para mi mala fortuna, y la de todos los distinguidos seres cósmicos que interactuarán conmigo en la Tierra, me temo que sí. Mi don celestial continúa siendo el mismo, “Guardián de la Alta Sensibilidad”.

–Mira, Ḉḁṫ–Ṍḡ, no importa cuantas veces realices la Prueba de Personalidad Intergaláctica, tu don celestial seguirá siendo el mismo. Debes entender que el conflicto no está en lo que somos y no aceptamos, sino en no aprender a vivir en plenitud con lo que nos tocó. En tus otras vidas, en vez de ocupar tu don celestial como un aliado facilitador que te ayude a transitar por la vida, lo has echado de lado al verlo como un estorbo. Esto ha ocasionado que tú misma te generes contratiempos. En palabras simples: no haber hecho uso de tu don celestial de manera óptima te arrastró al desequilibrio. Abonando a tu existencia más sufrimiento de lo necesario. Pero en esta séptima vida, estoy seguro de que por fin identificarás y abrazarás las partes desconocidas, rechazadas o no reconocidas de ti misma, de tu esencia. Regresando así con gozo al gozo eterno que brinda La Fuente. ¿Qué tal suena eso? ¿alentador, no crees?

–Suena a tu discurso eterno, Zephy. Pero supongo que no es mentira. El problema soy yo, sigo sin encontrarle el modo a la vida, no sé vivir.

–Vamos mi pequeña bolita de pelos, ¿acaso crees que ir siete veces a la Tierra es un castigo?

–Pues sí, ¿qué no? o ¿cómo quieras que lo vea?

–No se trata de cómo yo quiero que tú lo veas, sino que lo veas como es. Tu conflicto siempre ha radicado en dos cosas: ser altamente sensible y tener un espíritu libre. Así que cuando acudes a la invitación de la Tierra, llegas a un entorno convencional, con acuerdos colectivos, y donde la dualidad es la constante. Esto hace que, por un lado, tu espíritu libre e independiente vea coartada su individualidad al querer desafiar las reglas y la autoridad. Por el otro, si bien tienes un rasgo distintivo, ese mismo es el que has dejado que te lleve a pensar que, “por ser diferente”, nadie te comprende y todos te defraudan ¿Cuándo entenderás que en tu peculiaridad está tu grandeza?

–Zephy, entiendo todo lo que me dices, la cuestión es, que no lo acepto ¡Lo siento!

–Pues yo lo sentiré más cuando vea que no aprendes, y te deba mandar por octava ocasión a la Tierra, aun en contra de tu voluntad. Así que, ¡échale ganitas! Y deja de ser berrinchuda. Entiende que tu don celestial no debe ser la causa que te lleve al sufrimiento y la melancolía profunda. Por el contrario, tu don celestial es el medio para conectar con los demás. Ponlo a tu servicio y al servicio de los otros de manera sabia.

–Mmmm, a eso voy a la Tierra por séptima vez, ¿verdad, Zephy?

–Así es. En tu caso, el crecimiento cósmico que se espera que logres, será a través de vivir la experiencia de ser tú misma. Aderezándola con lecciones varias de vida. Así de simple es esto, mi querida bolita de pelos.

–¡Okey, okey! Pero te advierto que estando allá, olvidaré mi cometido.

–¡Pues yo te advierto que te enviaré de nuevo hasta que aprendas!

Y fue así como cual majestuoso felino, la bolita de pelos procedió a realizar su grandiosa y tempestuosa salida del Gran Salón. Con ese aire melodramático que sólo una estoica representante del don celestial que ostentaba podría exhibir.

Espíritu de la Tierra. Sesión informativa

Con recelo y algo de curiosidad, Ḉḁṫ–Ṍḡ se acercó al escritorio de informes, pensando en qué tanto pudo haber evolucionado ese lugar. Si acaso la vestimenta, las innovaciones tecnológicas, la música... Pero ¿y ellos?

Una voz familiar, iniciaba con la plática informativa…

Estimado ser cósmico,

¿Está en búsqueda de un lugar en donde pueda cursar las lecciones que le permitan llevar a cabo la encomienda de evolucionar cósmicamente?

¿Desea auto perfeccionar su don celestial, sin caer en contratiempos cósmicos?