Composición de mis libros y sobre el método de estudio correcto - Tommaso Campanella - E-Book

Composición de mis libros y sobre el método de estudio correcto E-Book

Tommaso Campanella

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Beschreibung

Sin pretender ser una guía exhaustiva, dada la moderada extensión de la obra y los numerosos vínculos y estratos de los escritos de Campanella, la intención es que esta traducción sirva para acceder tanto al texto como, gracias al mismo, a una primera visión de conjunto del autor y de sus planteamientos.

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Veröffentlichungsjahr: 2023

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ColecciónClásicos del Pensamiento

fundada por Antonio Truyol y Serra

Director:Eloy García

Esta sección «Bruniana y Campanelliana», consagrada a ofrecer en traducción castellana obras latinas importantes de Bruno y Campanella, ha sido seleccionada y dirigida por el catedrático de la Universidad de Barcelona Miguel Ángel Granada, y se publica con la ayuda y patrocinio del Centro Internazionale di Studi Telesiani, Bruniani e Campanelliani que presidió Nuccio Ordine.

Tommaso Campanella

Composiciónde mis librosy sobre el métodode estudio correcto

Traducción, introducción y notas deEMMA GRAU I CABRÉ

ÍNDICE

NOTA EDITORIAL

INTRODUCCIÓN

I. PRESENTACIÓN

1. Campanella y el Syntagma

2. El título y su contenido

3. Circunstancias de redacción y publicación

4. Ediciones del Syntagma

5. Sobre la presente edición

II. VIDA, OBRA Y PENSAMIENTO

1. Primeras obras. Una filosofía anti-aristotélica (Capítulo I)

2. Obras de madurez. La renovación del mundo

3. Últimas obras. Campanella en pleno siglo XVII

4. Exigencias de la filosofía y del estudio (Capítulo II)

5. Cómo escribir correctamente (Capítulo III)

6. Valoración de otros autores (Capítulo IV)

III. BIBLIOGRAFÍA

COMPOSICIÓN DE MIS LIBROSY SOBRE EL MÉTODODE ESTUDIO CORRECTO

PROEMIO

CAPÍTULO I. SOBRE MIS LIBROS

CAPÍTULO II. SOBRE LA MEJOR FORMA DE FILOSOFAR

CAPÍTULO III. SOBRE EL MÉTODO CORRECTO DE ESCRIBIR LIBROS

CAPÍTULO IV. Y ÚLTIMO, DONDE SE DA LA VALORACIÓN DE LOS ESCRITORES

CRÉDITOS

NOTA EDITORIAL

La publicación del libro de Tommaso Campanella Composición de mis libros y sobre el método de estudio correcto en la colección Clásicos del Pensamiento de la editorial TECNOS, es el resultado del proyecto concebido por los profesores Nuccio Ordine y Miguel Ángel Granada dentro de la idea que da sentido al Centro Internazionale di Studi Telesiani, Bruniani e Campanelliani, y que contando con la subvención de la Unión Europea busca difundir las obras menos conocidas de estos autores claves del humanismo que creó Europa.

El inesperado fallecimiento del profesor Ordine, a cuyo esfuerzo intelectual rendimos aquí homenaje, deja en manos de Miguel Ángel Granada la orientación de esta sección «Bruniana y Campanelliana» de Clásicos del Pensamiento, en la seguridad de que su larga y afortunada experiencia en materia editorial contribuirá a ampliar y profundizar las fronteras humanistas de esta colección.

ELOY GARCÍA

Director de Clásicos del Pensamiento

INTRODUCCIÓN

I. PRESENTACIÓN

La ciencia toda, en fin, considérala infinita: nunca creas que ya has llegado a la meta, ni dejes de aprender.

Tommaso CAMPANELLA, Composición (Syntagma), II, 6.

1. CAMPANELLA Y EL SYNTAGMA

A lo largo de sucesivos encuentros entre 1630 y 1632, en Roma, el filósofo Tommaso Campanella (1568-1639) dictó una autobiográfica Vita Campanellae y esta Composición sobre sus obras y pensamiento, publicada póstumamente en 1642 con el título De libris propriis et recta ratione studendi syntagma y generalmente aludida como Syntagma.

El destinatario que redactó ambos escritos y que se ofreció para publicar otras obras del filósofo era el bibliotecario Gabriel Naudé (1600-1653), miembro del círculo de libertinos eruditos franceses del siglo XVII1. Ambos personajes habían trabado amistad durante la estancia de Naudé en Roma al servicio del cardenal Guidi di Bagno como secretario; una amistad precedida de gran admiración por parte de Naudé, que ya en 1623 lo había alabado como «fénix de todos los filósofos y políticos», y que, por sus frecuentes visitas al filósofo y por el entusiasmo con el que lo recomendaba a su círculo de amistades, recibiría el apodo de «campanellista»2.

Antes de conocerlo, Naudé había podido leer algunos de los escritos de Campanella publicados por el alemán Tobias Adami, a quien elogia por haber sido «la comadrona» que ayudara a llevar a la luz obras como La monarquía de España3. A su llegada a Roma, pues, no dudó en ir al encuentro del fraile dominico que había pasado casi tres décadas encarcelado, primero en Nápoles y luego en las prisiones de la Inquisición en Roma.

Ya para entonces la figura de Campanella era fuente de confusión, perplejidad y sentimientos contradictorios. Miembro de la orden dominicana y admirador de Santo Tomás, fue a la vez uno de los pensadores más combativos con el aristotelismo que imperaba en la educación de su época. Apelaba a la observación como fuente legítima del saber, a la que la erudición libresca debía supeditarse, pero este planteamiento empirista se mezclaba con el pensamiento mágico renacentista y con su convicción íntima, teológica, de ser el profeta del cambio radical que iba a sacudir la historia y la naturaleza de manera inexorable. Condenado por herejía y por su implicación en la rebelión que tuvo lugar en Calabria, su tierra natal, en 1599 contra el dominio español del reino de Nápoles, proyectó asimismo un dominio universal por parte de la monarquía española al servicio del Papado, con el fin último de llevar el mundo a su total renovación de acuerdo con la esperanza apocalíptica del gobierno de Cristo en la Tierra. Defensor de la libertad de filosofar y de proseguir con la investigación científica de la naturaleza ante la amonestación de Galileo por parte de la Inquisición4, defendía él mismo una cosmología geocéntrica donde el Sol acabaría por abrasar la Tierra y poner fin al orden vigente del mundo. Sabio y visionario para unos, farsante peligroso para otros —o para los mismos en momentos diferentes, como para Gabriel Naudé—, a pesar de su largo encarcelamiento no cesó en su empeño de renovar todos los ámbitos del saber y de contribuir a la realización de sus aspiraciones políticas y religiosas, reescribiendo y perfeccionando una y otra vez sus escritos y tratando de conseguir su publicación a través de sus contactos.

A la originalidad de su pensamiento y a las complejas circunstancias de redacción y difusión de sus obras cabe añadir el devenir de la historia de la filosofía y de la ciencia, y el del estudio de las mismas: en la tradición predominante, dicho pensamiento no hizo la fortuna histórica de otros pensadores, contemporáneos suyos, como Descartes o Galileo. A pesar de ser conocido y estudiado por su filosofía política y en especial por su célebre utopía, La Ciudad del Sol, gran parte de sus propuestas quedó ensombrecida cuando no perdida entre censuras y enemistades. En este contexto, para los estudios campanellianos este Syntagma resulta una referencia ineludible y una preciosa fuente de información en la que el mismo Campanella, a través de Naudé, ofrece un relato sintético de la génesis de la mayoría de sus obras y de sus propuestas principales, además de sus ideas sobre el estudio y la escritura y, por último, su opinión sobre la mayor parte de los autores que había leído y estudiado. Pero si el Syntagma es un cofre, una llave o una brújula para navegar en el pensamiento campanelliano, la sala del tesoro está llena de trampas y matices.

2. EL TÍTULO Y SU CONTENIDO

Para empezar el mismo título exige aclaraciones, y no menos nuestra traducción del mismo. En primer lugar, téngase en cuenta que a lo largo de esta introducción y en las notas a pie de página, a pesar de que hemos optado por la traducción de «Syntagma» por «Composición», la mayoría de las veces nos referiremos a la obra como «el Syntagma». Esto responde a la voluntad de facilitar la identificación de la obra en la bibliografía sobre Campanella y de vincular así esta edición con la tradición de los estudios campanellianos: dada la ausencia de una previa traducción, en castellano como en inglés el libro es aludido con el vocablo latino, y la traducción italiana de Germana Ernst mantiene el término Sintagma, por lo que al estudiar el pensamiento del autor es conveniente reconocer la Composición como el Syntagma5. Aun así, se ha evitado mantener el cultismo a la hora de traducir el título por la oscuridad con la que de entrada quedaría designada la obra, dado el uso actual del término. Composición de mis libros y sobre el método de estudio correcto permite hacerse una primera idea del contenido con más facilidad que Sintagma.

Actualmente la palabra «sintagma» tiene un significado limitado al ámbito de la gramática, como «sintaxis», vocablo de la misma raíz griega. Antes de devenir el término técnico para designar un grupo de palabras que forman una unidad funcional en una frase, «syntagma» había significado «agrupación» en otros sentidos: en origen denominaba un contingente de tropas, un grupo de soldados dispuestos en orden, y a raíz de esta acepción derivó su sentido de «composición» aplicable a textos. «Syntagma» puede tomarse, pues, como sinónimo de «obra» o, por sus implicaciones más específicas, de «resumen», «sumario», o «compendio». Sin embargo, las denominaciones de «summa» o «compendium» cubren estas opciones con mayor precisión y divulgación en la época de la redacción del Syntagma de Campanella. Su traducción por Composición es la que, además de ajustarse más al sentido de la palabra, preserva mejor su ambigüedad, porque a pesar de presentar elementos diversos reunidos según un orden, no conlleva un tratamiento sistemático y pormenorizado, ni tiene por qué ser exactamente el resumen de un tema que ya cuenta con una previa exposición detallada. La composición, al menos esta Composición, conforma su unidad textual a partir de elementos heterogéneos reunidos bajo una temática general.

Aquí cabe decir que el nexo es el pensamiento de Campanella, pero no debe esperarse una exposición pormenorizada, a modo de tratado, de sus propuestas epistemológicas, metafísicas, políticas, religiosas, medicinales, retóricas, etcétera. Lo que vemos a lo largo del Syntagma es cómo se desarrolló su pensamiento a través de la composición de sus obras en su contexto vital, cómo propone él que puede desarrollarse mejor el pensamiento a la hora de estudiar, cómo desenvolverse adecuadamente a la hora de escribir, y algunos de sus pensamientos sobre otros autores. En esta obra no se encuentra una férrea unidad temática y expositiva ni un listado definitivo de consideraciones filosóficas, sino la respuesta que Campanella dio en un momento dado a las preguntas y peticiones de Naudé, cuyo núcleo unitario era su interés por Campanella mismo y por lo que Campanella tenía para decir de su pensamiento —su propia obra y su manera de aprender—.

Puesto que las peticiones de Naudé son el germen de la obra y condicionan su contenido, determinan asimismo el resto del título. El Syntagma versa en primer lugar de libris propriis, sección que en la estructura de la obra corresponde al primer capítulo, y que responde al interés de Naudé por tener un resumen de su biografía intelectual y de sus obras. Este de libris propriis constituye la valiosa parte autobiográfica del Syntagma, pues el repaso de sus obras las sitúa en su génesis histórica; pero, de hecho, Campanella pasa muy por encima de episodios vitales clave —la conjura de Calabria, los sucesivos juicios y cautiverios, enemistades— que, a pesar de su relevancia para entender el origen y el destino de cada libro, seguramente se narraban más detalladamente en la Vita dictada en esos mismos años, hoy perdida.

El resto del contenido del libro se anuncia con un sintagma más problemático: recta ratione studendi. Por un lado, el método de estudio correcto solo se encuentra con propiedad en el segundo capítulo; el título no recoge ni el tema del capítulo tercero —la forma de escribir correctamente cada tipo de texto— ni del cuarto —los juicios valorativos de Campanella sobre otros autores, tanto clásicos como contemporáneos suyos—, aunque pueden considerarse una ampliación suscitada por ulteriores demandas de Naudé, aparentemente muy interesado en tales opiniones. Por otro lado, aunque el uso de la palabra «método» en la década de 1630 puede remitir rápidamente a Descartes, y hay pasajes del Syntagma donde es latente la discusión de la época sobre el método de la filosofía y de la ciencia, Campanella no describe aquí un método a la manera cartesiana6.

La traducción del amplio término «ratio» por «método» sigue la opción de Ernst (dei miei libri e sul corretto metodo di apprendere); en cambio, traducimos studendi por «de estudio» porque las reglas del filosofar que Campanella propone lo llevan en seguida a describir un estudio organizado de la tradición de los diversos saberes, y aunque se trate de un desarrollo subsidiario al planteamiento principal de la actitud filosófica óptima para aprender, el estudio de los diversos autores ocupa la mayor parte del segundo capítulo.

Se ha visto en Campanella un precedente del giro epistemológico que la filosofía toma con Descartes, y que se considera característico de la modernidad, al plantear el problema del acceso a la verdad como tema fundamental de la investigación. La reflexión sobre la forma correcta de aprendizaje, que en Campanella remite al estudio directo de la naturaleza, está continuamente presente en el Syntagma, no únicamente en el segundo capítulo. Pero la respuesta concreta que aquí ofrece a Naudé no es tanto un método sistemático de investigación directa de la verdad como un conjunto de reglas para un pensamiento filosófico que, como el suyo, se desenvuelva libre y abiertamente a la vez que en diálogo con las novedades de su tiempo y con una larga tradición, que debe conocer a través de un estudio dispuesto correctamente.

3. CIRCUNSTANCIAS DE REDACCIÓN Y PUBLICACIÓN

A estas aclaraciones preliminares sobre lo que puede esperarse del Syntagma se añaden los avatares de la obra y de los dos hombres implicados en su redacción y publicación. La información sobre el origen del Syntagma proviene de las cartas intercambiadas entre 1635 y 1636 por Naudé, Campanella y Nicolas-Claude Peiresc, amigo en común y muy interesado por los materiales sobre la vida y la obra de Campanella que Naudé había reunido7. La buena sintonía inicial y la intermediación de Naudé para el traslado de Campanella a Francia en 1634, huyendo de la amenaza de nuevos procesos judiciales y acogido por el círculo de amistades del bibliotecario, no impiden que la amistad entre ambos pase por una convulsa etapa de recriminaciones, sospechas y amargura.

En pleno intercambio de reproches y acusaciones, los comentarios de Naudé sobre el Syntagma son confusos cuando no contradictorios, y sean tomados como excusas interesadas, como fruto del enfado o como razones honestas, afectan directamente el contenido del presente texto.

Naudé había prometido la publicación de las obras que Campanella le había confiado, pero la mayoría de ellas ni vieron la luz ni le fueron devueltas, y la postergación de la promesa desesperó pronto al filósofo8. Además de la Vita y el Syntagma, Naudé había escrito también un panegírico al Papa Urbano VIII para alabar al pontífice por su papel en la liberación de Campanella, pero el texto tampoco llegó a su destinatario. Pronto Campanella sospechó que Naudé podía estar aprovechando las obras confiadas para sus propios escritos; eso había hecho Kaspar Schoppe (1576-1649), polemista convertido al catolicismo, quien entre los años 1607 y 1611, habiéndole prometido su amistad, su liberación y la publicación de sus obras, plagió algunos de los textos que había recibido de Campanella y acabó considerando que su amigo ya estaba bien en las cárceles de Nápoles9. La amistad de Campanella con el círculo de eruditos franceses empezó a resentirse, aunque Peiresc actúa como mediador para deshacer los malentendidos10.

Es en la carta a Peiresc del 22 de agosto de 1635 donde, entre el resto de sus reproches a Naudé, Campanella menciona la existencia del Syntagma: «le di un libro De libris propriis con la valoración de todos los escritores de todo tipo de ciencias, y no ha querido que se vea»11, quizás, piensa Campanella, para plagiar la obra sin que lo vea nadie. Cuando Peiresc remite las quejas a Naudé, en una carta del mes siguiente éste justifica a Peiresc la demora en las publicaciones por los posibles problemas con la Inquisición que podían esperarse, y aunque admite su aprecio por las ideas de Campanella y su empeño por sonsacarle nuevas reflexiones, sobre el Syntagma que el filósofo le había dictado dice que su propia letra es tan incomprensible que sería mejor que Campanella lo rehiciera entero12.

Desde esta respuesta, las sucesivas informaciones sobre el Syntagma se dan entre insultos cada vez más explosivos contra Campanella: Naudé lo describe como un ingrato intratable, incapaz de vivir en el mundo, charlatán e impostor confeso y lleno de malicia13. Entretanto, la Vita Campanellae acaba perdiéndose, y el Syntagma solo verá la luz tres años después de su muerte, sin noticia de que Campanella lo llegara a revisar.

La revisión del texto es otra cuestión que merece cautela y que no puede reconstruirse con total seguridad. Primero Naudé relata que Campanella dictó el Syntagma sobre la marcha y que ninguno de los dos lo releyó, y la ausencia de revisión se presenta como un motivo para no haberlo publicado todavía, aun ante la expectativa generada. Sin embargo, luego Naudé afirma haber releído el Syntagma, haberlo encontrado un caos enmarañado «tanto por la dicción como por la extravagancia de los juicios», y en consecuencia haberlo reescrito entero para aderezarlo mínimamente14.

Una posibilidad, pues, es que estemos delante de un texto ampliamente manipulado. Pero hay también motivos para tomar las palabras de Naudé por ficticias o por lo menos exageradas. El motivo principal, como Ernst apunta15, es el estilo del texto: sin ser el caótico despropósito que Naudé anunciaba, el Syntagma no está libre de pasajes oscuros, de comentarios aparentemente inconexos, de divagaciones intercaladas en frases ya alargadas, de omisiones a veces señaladas más tarde al hacer memoria, de redundancias entre secciones, ni de imprecisiones al mencionar las obras que Naudé quería listadas, o de vaguedad al referirse a ideas o episodios que se daban por sabidos. A pesar de su orden, el conjunto da a menudo una sensación de improvisación, tanto por la dicción como por el contenido, que encaja más con la redacción de un dictado sobre la marcha que con la total reescritura, y que refleja el libre discurrir del pensamiento y de la memoria. Libertad, empero, que Campanella presenta más de una vez como obligación: pues discurre ante la necesidad de responder a las insistentes peticiones de Naudé, que era el interesado en conseguir un documento escrito con todas las ideas aquí vertidas sin excesiva preparación previa.

Como él mismo narra en el Syntagma, Campanella revisaba y reescribía constantemente sus propios escritos, fuera forzado por la pérdida de sus manuscritos o para perfeccionar los que conservaba sin publicar; también cuando ya había entregado alguna copia a algún amigo, si sentía que debía añadir alguna idea o alguna referencia o pulir su estilo. A pesar de ello, fuera cual fuera su grado de interés en la publicación del Syntagma a lo largo de sus últimos años, no hay noticia sobre reescritura alguna de la obra, y no parece que el manuscrito le fuera devuelto, dadas las trabas que ponía Naudé. Por todo ello, sin excluir algún arreglo por parte de Naudé de cara a la publicación, lo más probable es que el grado de revisión del Syntagma fuera escaso y que una vez finalizado el dictado no pasara por las manos de Campanella.

4. EDICIONES DEL SYNTAGMA

Desde la publicación póstuma por parte de Naudé, que finalmente cumplía la promesa de editarlo, las sucesivas ediciones del Syntagma corresponden primero al interés por el estudio de las artes liberales, y ya en el siglo XX al interés por Campanella y su filosofía. Ambas vertientes del atractivo del Syntagma responden, en las épocas correspondientes, a sus partes diferenciadas y a su carácter de composición a partir de preguntas diversas.

A pesar de los avatares de la redacción del texto, la pérdida de la Vita sitúa el primer capítulo del Syntagma como la fuente campanelliana más amplia de la trayectoria vital e intelectual del propio autor, y con sus cuatro capítulos la obra ofrece no solo un recorrido por los títulos del autor, tanto los célebres como los perdidos, sino un verdadero campo de sucesos, ideas, opiniones, referencias y lecturas que, a pesar de no conformar un catálogo completo, exhaustivo ni siempre preciso, puede devenir una preciosa herramienta para introducirse en su pensamiento y servir de referencia fundamental para situar sus obras y propuestas a partir de sus propias palabras. Aunque se trata de un libro sobre libros y sobre autores, las digresiones, las reflexiones y los consejos que contiene no dejan de ser sugerentes e indicativos de la forma de filosofar que Campanella valoraba y defendía. Además, se condensan en breves sentencias o alusiones algunos aspectos esenciales de hipótesis, aseveraciones y argumentos que desarrolla con más profundidad en las obras más voluminosas, y que presentan ideas y nociones estructurales de su visión tanto de la naturaleza y del cosmos como de la política, la poesía y muchos otros ámbitos. Todo ello explica el interés de la obra en el ámbito de los modernos estudios campanellianos y de la filosofía del Renacimiento en general. No obstante, con anterioridad a la reivindicación de su figura y pensamiento integrales, el Syntagma interesó principalmente por sus indicaciones sobre las diversas disciplinas y sus autores, sobre la forma de transmitir el saber y sobre el valor de la lectura de cada escritor; por esta razón el texto se difundió ante todo en círculos de reflexión sobre la enseñanza de las artes liberales.

La editio princeps del De libris propriis et recta ratione studendi syntagma, editada por Naudé, fue publicada en París en 1642 con el texto precedido por una dedicatoria al abad René Marescot, amigo y protector tanto de Naudé como de Campanella. La obra apareció por segunda vez en una recopilación de disertaciones y opúsculos diversos, veinticuatro en total, de una selección de autores que además de Campanella incluían a Erasmo de Rotterdam, Hugo Grotius, Kaspar Schoppe y Naudé mismo; fue editada con el título Hugo Grotii et aliorum Dissertationes de studiis instituendis en Ámsterdam por Louis Elzevier.

La tercera edición, revisada y con anotaciones, se dio de nuevo en una recopilación de diez escritos centrados en la enseñanza y las diversas disciplinas: De philologia: studiis liberalis doctrinae, informatione et educatione litteraria generosorum adolescentum […], editada por Thomas Theodor Crusius (Crenius) en Leiden, en 1696. Esta obra gozó de considerable difusión y fue reeditada por Filippo Malfitani en Potenza en 1886, siendo esta la cuarta edición del Syntagma.

La edición crítica del Syntagma llegó con Vincenzo Spampanato, importante estudioso de la filosofía del Renacimiento, quien comparó las ediciones previas y ofreció una tabla de las variantes textuales. Fue publicada por Bestetti e Tumminelli (Florencia-Milán-Roma-Venecia) en 1927, reeditada por A. Brissoni (Rubettino, Soveria Manelli) en 1996, y sirvió de texto de referencia a las dos ediciones más recientes.

Estas últimas las debemos a Germana Ernst (1943-2016), figura capital de los estudios campanellianos, que además de realizar un amplio trabajo sobre el pensamiento del filósofo se ocupó de la edición de textos inéditos y de la reedición y traducción de obras fundamentales como la presente. El Syntagma apareció, reeditado en base a la edición de Spampanato y traducido al italiano, en el volumen comprensivo Tommaso Campanella a cargo de Ernst y Nicola Badaloni (Roma, Il Poligrafico e Zecca dello Stato) en 1999. Finalmente, el texto contó con la edición bilingüe revisada Sintagma dei mei libri e sul corretto metodo di apprendere (De libris propriis et recta ratione studendi syntagma), a cura di Germana Ernst, Fabrizio Serra, Pisa-Roma, 2007.

5. SOBRE LA PRESENTE EDICIÓN

Nuestra traducción se ha realizado a partir del texto establecido por Germana Ernst en su edición más reciente de 2007, y la numeración que consta al margen de la presente edición indica la página de la edición de Ernst que contiene el texto en latín correspondiente. Se ha optado por un uso más libre de la puntuación para facilitar la lectura de los pasajes más extensos, pero intentando mantener siempre la sensación de estar leyendo un relato y unos pensamientos previamente dictados en voz alta.

En esta introducción y en las notas al texto se han recogido las indicaciones de Ernst tanto sobre el Syntagma y las obras a las que Campanella se refiere como sobre las personas mentadas y los sucesos relatados. Se ha tenido en cuenta, sin embargo, que los estudios campanellianos en lengua castellana se han centrado históricamente en los textos políticos —de los que han sido traducidos los Aforismos Políticos, La monarquía hispánica, La monarquía del Mesías, Las monarquías de las naciones y La Ciudad del Sol—16 y que, a pesar de dichas traducciones y de la fama de su utopía, Campanella ha seguido siendo un filósofo relativamente poco estudiado en el ámbito hispanoparlante. Por esta razón, las notas al texto de esta edición son más numerosas y extensas que las de la edición de referencia. El fin es contribuir a que el Syntagma cumpla su posible función de introducción o de herramienta de profundización en la filosofía campanelliana, en su autor y en su contexto.

Por un lado, se recogen las ediciones disponibles en castellano y en su idioma original para facilitar el acceso a las obras que Campanella va mencionando. Por otro lado, se ofrecen algunas explicaciones ulteriores y referencias a los estudios fundamentales contenidos en la bibliografía para orientar al lector sobre los episodios de la vida del autor que quedan vagamente aludidos, las ideas latentes tras ciertas afirmaciones dichas de pasada, y el entramado histórico de controversias filosóficas, teológicas, científicas y políticas en las que se desarrolló su pensamiento. Sin pretender ser una guía exhaustiva, dada la moderada extensión de la obra y los numerosos vínculos y estratos de los escritos de Campanella, la intención es que esta traducción sirva para acceder tanto al texto como, gracias al mismo, a una primera visión de conjunto del autor y de sus planteamientos.

Finalmente, las remisiones a otros autores por parte de Campanella, desde sus estudios iniciales a sus tardíos consejos, ofrecen un valioso mapa de las lecturas disponibles y valoradas como parte integral de una educación liberal entre los siglos XVI y XVII. Si bien Campanella omite los nombres de algunos de los autores más vinculados a su propio pensamiento17, por lo que de nuevo no se trata de un catálogo exhaustivo, las referencias a los autores más estudiados de su época en las diversas disciplinas pueden resultar de utilidad para conocer algunos aspectos del marco educativo del Renacimiento y de inicios de la modernidad.

Aunque los grandes nombres como Aristóteles o Platón son de sobras conocidos, otras figuras se han vuelto progresivamente desconocidas fuera del ámbito de los estudios filosóficos, históricos y filológicos especializados, y algunos autores de la patrística, la escolástica y la filosofía árabe que para Campanella eran fundamentales se han visto relegados a los márgenes de los planes de estudio, a pesar de su influencia en autores más conocidos. Por ello, las notas incluyen breves referencias a cada autor y a algunas de las obras relevantes a lo largo del Renacimiento por las cuales son mencionados. Si anteriormente el Syntagma se valoró como reflexión sobre los estudios liberales, actualmente su panorámica de autores y temáticas puede contribuir a enriquecer el conocimiento de la tradición filosófica y de la transmisión de saberes que la ha conformado hasta hoy a través del Renacimiento.

Nuestra edición ha sido revisada por el profesor Miguel Ángel Granada, cuyas correcciones y guía en la confección de la traducción y de las notas al texto han sido de gran ayuda para esta primera publicación del Syntagma en lengua castellana. Agradecemos asimismo a la profesora Laura Cabré sus valiosos comentarios durante el proceso de traducción, y a Michel-Pierre Lerner su contribución a la hora de determinar los criterios de la traducción del título.

1 Sobre este grupo de pensadores, véase el clásico estudio de René Pintard, Le Libertinage érudit dans la première moitié du xviie siècle, reprint Paris, Slatkine, 2000.

2 Como Germana Ernst señala en su introducción a esta obra (Sintagma dei mei libri e sul corretto metodo di apprendere, Fabrizio Serra, Pisa-Roma, 2007, pp. 9-10), Naudé había valorado positivamente a Campanella en dos de sus libros publicados con anterioridad a la redacción de esta Composición. El símil del fénix se encuentra en su Instruction à la France sur la verité de l’histoire des Frères de la Roze-Croix (P. Julliot, Paris, 1623, pp. 78-89, 81, 116-117), y a Campanella había remitido también en la Apologie pour tous les grands personnages qui ont eté faussement soupçonnez de magie (F. Targa, Paris, 1625, pp. 331-332). Posteriormente lo citaría en la Bibliographia política (Leiden, 1642, p. 35; primera edición en Venecia, 1633) y en las Considérations politiques sur les coups d’Estat (Paris, 1673, pp. 606, 711; primera edición en Roma, 1639), y a pesar de las dificultades de su amistad, tras la muerte de Campanella volvería a elogiarlo en sus Epigrammata in virorum literatorum imagines (Ludovicus Grignanus, Roma, 1641, p. 13).

3 Sobre Tobias Adami y la publicación de La monarquía de España, vid. infra, notas 33 y 53 al texto.

4 La defensa campanelliana de Galileo se encuentra en Apologia pro Galileo. Apologie de Galilée, texte, traduction et notes par Michel Pierre Lerner, Les Belles Lettres, París, 2001; una traducción española, editada por Susana Gómez López, está en curso de preparación en Tecnos. Sobre la obra, vid. nota 106 al texto.

5 Véase la sección «Ediciones del Syntagma».

6 A pesar de la preeminencia de la figura de Descartes, la discusión sobre el método era ya central en el siglo XVI, siendo Petrus Ramus uno de los filósofos más importantes implicados en la cuestión. Sobre este tema, vid. infra, nota 114 al texto y especialmente los estudios de Vasoli, C., La dialettica e la retorica dell’umanesimo. «Invenzione» e «Metodo» nella cultura del xv e xvi secolo. Napoli, La Città del Sole, 2007 y Ong, W. J., Ramus. Method and the Decay of Dialogue, Chicago and London, 20043.

7 Las cartas de Campanella se encuentran en Lettere, a cura di Germana Ernst, su materiali preparatori inediti di L. Firpo con la collaborazione di L. Salvetti Firpo e M. Salvetti, Olschki, Florencia, 2010. Las cartas de Naudé a Peiresc se editaron en G. Naudé, Lettres inédites écrites d’Italie à Peiresc (1632-1636), Ph. Tamizey de Larroque, Paris, 1887 (Les correspondants de Peiresc, 13), y cuentan con una edición moderna en Amabile, L., Fra Tommaso Campanella ne’ castelli di Napoli, in Roma e in Parigi, II (Morano, Nápoles, 1887), doc. 327, pp. 262 ss. El interés de Peiresc, que además de valorar la Vita y el Syntagma como dignas de cuidadosa conservación se ofrece a cubrir el coste de su publicación, se encuentra también en N.-C. Fabri de Peiresc, Lettres a Naudé (1629-37), ed. Ph. Wolfe, Paris-Seattle-Tübingen, 1983, p. 41.

8 Entre las obras que Naudé había recibido de Campanella se encuentran un compendio de filosofía natural, el Diálogo político contra los luteranos y diversos opúsculos sobre algunas decisiones papales y en defensa del gobierno pontificio; y otro opúsculo, sobre la erupción del Vesubio en diciembre de 1631, que Campanella acusa a Naudé de haber aprovechado para su Discours sur les divers incendies du monte Vesuve (que sí que se publicó en París en 1632). Las dos primeras obras, según el Syntagma, no se las dio para su publicación, pero sí los opúsculos, según se desprende de su correspondencia; vid. infra, notas 38-39, 83 y 101-102 al texto, y la carta a Peiresc del 22 de agosto de 1635 en Lettere, pp. 423-426.

9 Aunque entre 1615 y 1617 Schoppe reaparece como intermediario entre Campanella y algunas figuras influyentes que podían ayudarlo, los esfuerzos prometidos por Schoppe pasan a llevarlos a cabo los protestantes Tobias Adami y Rudolph von Bünau. Sobre todos ellos, vid. notas 33 y 55 al texto y la sección «German efforts at liberation» del capítulo «The Prophet Bound», en Headley, J. M., Tommaso Campanella and the transformation of the world, Princeton University Press, Princeton, 1997.

10 Los malentendidos implican de rebote a Pierre Gassendi y su filosofía atomística, que Campanella no comparte, aunque asegura tenerlo en alta estima. Para más detalles sobre todo este episodio véase el inicio de la Introducción al Sintagma de Ernst (pp. 9-16), que aquí recogemos sintéticamente. Sobre Kaspar Schoppe, vid. infra, nota 55.

11Lettere, p. 425.

12 Amabile, op. cit., II, doc. 327, p. 265. El mismo Amabile confirma la caligrafía lamentable de Naudé.

13 La acusación de impostura se deriva de afirmaciones poco creíbles de sus obras De sensu rerum y Medicina