Divina comedia - Dante Alighieri - E-Book

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Dante Alighieri

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Beschreibung

Divina comedia cuenta el maravilloso peregrinaje del autor por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, guiado por Virgilio y con la intermediación de una bella dama florentina, Beatriz, que se convierte así en mito de la poesía amorosa. Esta obra reúne la cosmovisión greco-romana y la cultura cristiana, exponiendo con elegancia las verdades de fe y recapitulando la historia del mundo.

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ÍNDICE

 

Portadilla

Índice

Introducción

La riqueza de la Divina Comedia

Dante, ciudadano y poeta

El recuerdo de Beatriz

La Divina Comedia

El infierno, futuro sin esperanza

Escalando el purgatorio

La luz del Paraíso

Bibliografía

Advertencia del traductor

Infierno

Purgatorio

Paraíso

Créditos

INTRODUCCIÓN

 

George Steiner, quizá uno de los últimos eruditos de Europa, confesaba en una entrevista su costumbre de leer todos los días algunos fragmentos de Dante, y explicaba que el autor de la Divina Comedia le ha acompañado constantemente a lo largo de su vida. Esta confidencia supone algo más que la constatación de una pasión o predilección literaria; revela la enorme capacidad sugestiva de un poeta que aparece, junto con Shakespeare, como uno de los cimientos más sólidos del canon occidental propuesto por Harold Bloom.

Ni Steiner ni Bloom son originales al destacar la recurrente presencia de Dante en la gran tradición literaria, pues su ascendencia es evidente en una pluralidad de estilos y temáticas, desde Boccaccio o Petrarca a Beckett, desde Yeats a Borges o a Eliot. Autores todos ellos que no podrían leerse ni ser entendidos sin el influjo de Dante.

Pero si el poeta florentino, y su Divina Comedia, se muestran como uno de los más admirables pilares de la civilización occidental, esta selección, que forma parte de un proyecto que reivindica los grandes textos de nuestra cultura, no requiere de ninguna justificación previa. Aunque sí exige, debido a la complejidad de su poema más conocido, una explicación introductoria.

 

 

LA RIQUEZA DE LADIVINA COMEDIA

 

Porque, como sucede con todo gran texto clásico, el número de lecturas de la Divina Comedia es infinito e inabarcable. Ha sido interpretado, en términos culturales, como el gran poema donde confluyen la cosmovisión greco-romana y la cultura cristiana; en términos históricos, como una recapitulación de la historia del mundo que propone una interesante visión de la sociedad y de la política de su tiempo.

También se ha dado una interpretación teológica, en la que Beatriz aparece como personificación de lo sobrenatural, y Virgilio, de la razón humana. No hay que descartar tampoco su lectura espiritual: el peregrinaje dantesco es una hermosísima ilustración de las estaciones o peldaños de la vida interior y del proceso de purificación que precede a la unión íntima con Dios.

Poética y culturalmente, además, Dante es considerado como el padre de la lengua italiana y de aquel estilo que preanuncia la modernidad poética, el dolce stil novo, con su temprano despertar a la emoción y la subjetividad. Es característico de Dante el empleo de los tercetos encadenados, por ejemplo, y la cadencia rítmica, patente en el tono rapsódico de la Comedia. Aspectos formales dignos de estima y que, por su relevancia y por esa singular compensación entre forma y contenido que ofrece el poema, se han mantenido con acierto en la conseguida traducción que aquí presentamos.

Asimismo, la Divina Comedia alcanza un equilibro entre tradición e innovación, entre creatividad y transmisión cultural. Lo cristiano aparece en conexión con lo pagano, lo teológico con lo filosófico, lo amoroso con lo religioso. Lo objetivo, en fin, con lo personal y recóndito. La consignación de los valores de la cristiandad, la exposición de las verdades más profundas, no refrenan la capacidad crítica de Dante, que no ahorra el reproche ni la censura del vicio, la iniquidad o la corrupción, sea quien sea el que lo encarne. Más allá de todo ello, e incluso de los diversos niveles de significado, la Divina Comedia sobresalepor su trasfondo biográfico, por lo que es necesario conocer el contexto de la época y la vida de Dante.

 

 

DANTE, CIUDADANO Y POETA

 

Dante nació en Florencia en 1265, una circunstancia que no es intrascendente, como se verá a continuación. La península italiana se adelantó en el proceso de urbanización y Florencia fue una de las muchas ciudades del norte que buscó rehuir el feudalismo, convirtiéndose en una de aquellas comunidades que disfrutaban de cierta independencia. El hecho es significativo: Dante expresará siempre un amor nostálgico por su ciudad natal, por su libertad y su autonomía.

Sin embargo, lo decisivo en aquel periodo de la historia era el enfrentamiento entre Imperio y Papado. Dante soñaba con la recuperación de la grandeza imperial y criticará ácidamente las estrategias políticas del Papa. No debe olvidarse, sin embargo, que el conflicto entre los güelfos y los gibelinos se trasladó a un nivel local y expresaba la hostilidad entre ciertas familias nobles, respondiendo más a unas determinadas circunstancias históricas que a una contienda doctrinal. Ni siquiera la adhesión de Florencia a la causa güelfa pudo paliar la rivalidad, como revelan las referencias a blancos y negros a lo largo de la Comedia y la preocupación constante por el futuro de su ciudad.

Dante adquirió cierta importancia política y se comprometió activamente en la defensa de las instituciones florentinas. Fue miembro del consejo popular y del órgano encargado de la administración del dinero público. Pero su proclividad a los blancos, uno de las facciones en la que se dividieron los güelfos, contraria al control papal, provocó su destierro.

En efecto, al haber destacado en su defensa de la libertad de Florencia, incluso como embajador ante Bonifacio VIII, tras la toma de las instituciones florentinas por los negros fue acusado de malversación de caudales públicos y condenado al destierro. Ya nunca volverá a residir en Florencia y se verá obligado a viajar por diferentes regiones italianas hasta morir en Rávena en 1321.

 

 

EL RECUERDO DE BEATRIZ

 

El compromiso y la dedicación a la política no impidieron que Dante desarrollase una fecunda actividad literaria. No es inverosímil suponer que incluso su erudición —manifiesta a tenor de la variedad y abundancia de tradiciones que encontramos dispersa en sus obras— fue el factor determinante de su carrera política y de su vocación literaria.

El poeta heredó el ideal ciudadano de Roma, donde la responsabilidad y amor hacia las instituciones no excluía el cultivo de las artes liberales ni la perfección del espíritu. Ha sido considerado, de hecho, como un importante enlace cultural que encaminó la cultura clásica hasta el pórtico del Renacimiento y la Modernidad.

Si, desde un prisma político, Florencia y la futura unidad bajo la espada del emperador alimentan las idealizaciones de Dante —expresadas en otra de sus obras más relevantes, La monarquía—, será otro hecho más personal el que explicará su vocación poética. En Vida Nueva, preludio de su gran Comedia, el poeta relata su primer encuentro con Beatriz. Contaba nueve años cuando vio a «un ángel joven» con un vestido púrpura. «Desde entonces —sentenciaba—, el Amor señoreó mi vida».

Disponemos de pocos datos sobre Beatriz. Parece que Dante no mantuvo contacto personal con esta dama florentina, a la que sublimó en sus poemas, y cuya temprana muerte le dejó absolutamente desolado, y a Florencia «viuda, despojada de toda dignidad». Es curioso, sin embargo, que Beatriz se haya convertido en epítome de toda amada, en síntesis de virtudes y, en definitiva, en un mito de la poesía amorosa, cuando es probable que Dante no intimara con ella. Este hecho muestra la poderosa fuerza de la noble pasión amorosa y la perennidad de la simbología dantesca.

Porque, en realidad, la Comedia expresa también una historia de amor, un reencuentro, y lo hace sin incurrir en un excesivo sentimentalismo. La concepción amorosa de Dante, además, conlleva una novedad: conserva determinados aspectos del amor cortés y caballeresco, pero supone una ruptura porque logra burlar el desventurado final que dramatizaban los trovadores.

Lo destacable, al cabo de los siglos, es el acento de Dante en la capacidad transformadora del amor, el atractivo irresistible del bien y de la virtud, la potencia moral del enamoramiento; pues no debe olvidarse que Beatriz no es solo la mujer amada, sino el camino que conduce a Dante a la salvación.