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Todos los padres saben que la educación de los hijos no tiene horario, y que cuando suena el timbre en la escuela comienza la tarea de educar en casa, desde labores domésticas hasta aprender a manejarse con el dinero, a llevar una dieta saludable y hacer ejercicio, a conocer su cuerpo o a desarrollar una inteligencia emocional que les ayude a afrontar problemas. Por medio de canciones, actividades y consejos basados en su amplia experiencia, Mirian Galán aborda tanto temas espinosos como tareas sencillas para ayudarte en tu trabajo más difícil: ser docente a tiempo completo.
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Seitenzahl: 140
Veröffentlichungsjahr: 2025
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Educar sin horario
Guía para enseñar en casa lo que no se enseña en la escuela
Mirian Galán
Primera edición en esta colección: marzo de 2025
© Mirian Galán, 2025
© de la presente edición: Plataforma Editorial, 2025
Plataforma Editorial
c/ Muntaner, 269, entlo. 1ª – 08021 Barcelona
Tel.: (+34) 93 494 79 99
www.plataformaeditorial.com
ISBN: 979-13-87568-34-4
Diseño de cubierta: Pilar Eme
Fotocomposición y realización de cubierta: Grafime, S.L.
Reservados todos los derechos. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. Si necesita fotocopiar o reproducir algún fragmento de esta obra, diríjase al editor o a CEDRO (www.cedro.org).
A mi familia, a mis padres, a mi hermano y a mis sobrinos, quienes tanto me enseñan y de los que aprendo cada día.
A mi marido, por apoyarme siempre en mis locuras educativas.
A mis amigos y amigas, por acompañarme en todas las misiones de investigación.
A todos los expertos que han colaborado en el libro con tanta ilusión.
Gracias de corazón, porque la educación es eso: poner un hilo rojo de corazón a corazón.
Lunes
. Introducción
Martes
. Crecer en equidad
1. La diversidad familiar
2. Educación afectivo-sexual en la infancia
3. Sexo, género y orientación sexual: ¿qué son?
4. Educación para la no violencia de género
Miércoles
. Desarrollo infantil y detección temprana de dificultades
1. Atención temprana
2. Cómo detectar las dificultades del aprendizaje entre los tres y los seis años
Jueves
. El rol de mediador en el aprendizaje de tu hijo
1. Cómo ser un mediador en el aprendizaje de tu hijo
2. Prevención y resolución de conflictos en la infancia
Viernes
. Las asignaturas del mejor cole de la vida
1. Educación emocional, de Sara Hernández Cano
2. Educación financiera, de Rubén Galán
3. La importancia de la alimentación saludable en la infancia, de Gemma Comín
4. Sostenibilidad, de Ana Castellano
5. Tecnología e innovación, de María Comín
6. Primeros auxilios, de Mirian Galán
7. Oratoria, de David Martín García
8. Filantropía y valores, de la Fundación Aladina
9. Creatividad, de Mirian Galán
10. Labores del hogar, de Mirian Galán
Fin de semana.
Epílogo
Cubierta
Portada
Créditos
Dedicatoria
Índice
Comenzar a leer
Notas
Colofón
Mis mayores maestros han sido mis padres. Son mis maestros de vida. Ellos me han enseñado a ser empática y filantrópica, a realizar tareas como planchar o cambiar una bombilla, cocinar de manera saludable y a la vez divertida, cuidar mi cuerpo y mi salud mental… Y es que la educación no tiene horarios; recuerda que no solo las matemáticas son un aprendizaje, y que tu hijo deberá aprender a ser un adulto sano en una sociedad estresante y repleta de novedades y nuevas oportunidades.
Educar sin horario no es el típico libro guía para padres o educadores, sino que se basa en la premisa de que la educación no tiene un horario específico, porque cada minuto es un aprendizaje. Por eso, además, este libro trata esos temas tabúes sobre la infancia que incluso te da vergüenza escribir en el buscador de internet.
He querido usar un lenguaje llano y sin tecnicismos para que todo el mundo lo entienda. Con él aprenderás y, espero, te reirás con las anécdotas que me han ocurrido en el aula a lo largo de más de veinte años. También he incluido muchos «sabías que…» para que reflexiones y, por qué no, investigues más sobre la infancia y la educación de tu hijo o hija.
En Educar sin horario aprenderás a ser, como madre o padre, un auténtico mediador del aprendizaje de tu hijo, a convertirte en el apoyo que lo escucha y lo enseña a solucionar problemas por sí mismo, sin que tú se los soluciones. También conocerás los términos de la atención temprana, lo cual te permitirá abordar los signos de alarma que pueden darse en la infancia. Para ello, te enseñaré a hacer ejercicios en casa prácticamente desde el nacimiento.
Asimismo, descubrirás cómo enseñar a tu peque todas esas cosas que te encantaría que se dieran en el cole, pero que puedes enseñarle en casa. Desde aprender a llamar al 112 en caso de emergencia, desarrollar habilidades para hablar en público o entrenar la inteligencia emocional y aprender a gestionar las emociones, hasta tener nociones básicas de nutrición, jugar a ser chef de manera saludable o conocer su cuerpo y ser consciente de la importancia de saber decir «NO me toques» (aunque pensemos que jamás tendrá que utilizarlo, es bueno conocerlo). Para ello, he contado con la colaboración de expertos en cada área, quienes, como auténticos profesores, explican la relevancia de estos temas y proponen actividades para que aprendáis juntos mientras os divertís en familia.
María tenía dos manzanas en la mano. Su mamá se le acercó y le preguntó si le daría una. Al momento, la niña mordió una y luego la otra. A la mamá se le congeló la sonrisa, pero trató de no mostrar su decepción. De algún modo, estaba prejuzgando a la pequeña, pues pensaba que quería comerse las dos manzanas.
Sin embargo, entonces la niña le pasó una de las manzanas y le dijo: «Toma, mamita, esta es la más dulce».
La igualdad o equidad de género implica que mujeres, hombres, niñas y niños puedan disfrutar de los mismos derechos, recursos, oportunidades y protecciones, por igual y sin distinción.
Para fomentar la equidad en casa, empieza por enseñar a tus hijos a escuchar y a valorar las opiniones de los demás. Evita transmitirles prejuicios, ya sea con palabras o actitudes, y promueve el diálogo abierto para discutir temas importantes o resolver dudas. Crear un ambiente diverso en el que convivan con diferentes realidades también es clave para fomentar su respeto hacia la diversidad.
Además, es fundamental que los invites a participar en las tareas domésticas y que asuman responsabilidades acordes a su edad, ya que así evitas que se perpetúen los estereotipos de género. En este sentido, debes pararte a reflexionar sobre tus propias actitudes y practicar la autocrítica.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), podemos definir la familia como el «conjunto de personas que conviven bajo el mismo techo, organizadas en roles fijos (padre, madre, hermanos, etcétera), con vínculos consanguíneos o no, con un modo de existencia económico y social comunes, con sentimientos afectivos que los unen y aglutinan».
La importancia de que los niños conozcan y comprendan la diversidad familiar se hizo evidente para mí un día en clase, mientras mis alumnos jugaban a las familias con los bebés. Una situación en particular fue muy reveladora: Yoli quería ser papá, pero Dani insistía en que tenía que ser la mamá y en que él sería el papá. Por más que Yoli le repetía que quería ser el padre, Dani seguía sin entender que una niña no fuera la madre y quisiera ser el papá. Al final, Dani terminó siendo el papá de un tigre de peluche, y Yoli, el papá de su bebé. Yoli, pues, pudo ser lo que quiso en su juego y Dani fue capaz de respetar, aceptar y tolerar la elección de su compañera.
El concepto de familia, al igual que la sociedad, ha evolucionado de manera significativa. Así, donde antes predominaba el modelo de la familia nuclear (padre, madre e hijos), en la actualidad convivimos con una amplia diversidad de formas familiares. Por eso, es esencial que, desde pequeños, los niños comprendan y valoren esta diversidad y, para ponértelo fácil y que sepas cómo transmitirle a tu peque que todas son iguales en amor, a continuación describiré los distintos tipos de familias.
Las familias sin hijos son las formadas por una pareja que no tiene descendencia, ya sea por motivos de infertilidad de uno o de ambos o, cada vez con más frecuencia, por una decisión consciente. Esto ocurre sobre todo entre las nuevas generaciones, que optan por no tener hijos por múltiples razones, tanto personales como económicas o sociales. Es importante destacar que el hecho de tener hijos no es un requisito para ser una familia, ya que una pareja, por sí misma, también constituye una familia.
En las aulas de infantil es muy habitual pedir a los niños que lleven fotos de su familia. Esta actividad es una buena manera no solo de que los alumnos reconozcan y valoren su propio núcleo familiar, sino también de que conozcan desde temprana edad la diversidad de estructuras familiares. Personalmente, siempre he participado en esta actividad, porque creo que debemos dar ejemplo. Por eso, cada año llevo mi foto de familia, y, como hace bastante tiempo que me dedico a la educación, esta ha ido variando a lo largo de los años: primero con mis padres y mi hermano; luego con mis padres, mi hermano, mi abuela y mis sobrinos, y actualmente con mi pareja, solo mi pareja y yo. Y es que el concepto de familia es amplio y personal, como demuestra el hecho de que algunas de mis compañeras incluyan en sus fotos a su animal de compañía. Para ellas, ese perro o gato forma parte de su familia.
Clara era una niña de dos años que a menudo traía a clase un perrito de peluche. Durante el juego simbólico, cuando sus compañeros jugaban con muñecos bebés, Clara jugaba con su perrito.
—Clara, ¿quieres un muñeco para darle de comer? —le pregunté.
—No, ya tengo mi perrito.
Para Clara, su peluche no era un juguete, era su familia.
Las familias LAT están compuestas por parejas que tienen una relación seria y estable, pero que deciden no convivir bajo el mismo techo.
Era el caso de Lara, cuyos padres se habían separado. Un tiempo después, su madre empezó una relación con Paco, quien ya tenía dos hijos. Aunque llevaban bastante tiempo juntos como pareja, y Paco a veces iba a buscar a Lara a la escuela, Paco y la madre de Lara vivían felices cada uno en su propia casa. Sin embargo, para Lara, Paco también formaba parte de su familia.
La familia biparental está formada por un padre, una madre y uno o más hijos biológicos. Este modelo es el que más comúnmente se asocia con la idea tradicional de familia, ya que durante mucho tiempo ha sido el predominante en la sociedad.
Un día, mientras los peques entraban al aula, Javi llegó muy inquieto. Su madre me comentó:
—No sé qué le pasa; insiste en que quiere preguntarte algo solo a ti.
—Miri, cuando los niños crecen, ¿viven separados de sus padres?
—Pues normalmente sí.
Entonces se giró hacia su madre y le preguntó:
—¿Y tú adónde irás?
Las familias homoparentales están formadas por una pareja del mismo sexo, ya sean dos hombres o dos mujeres, que tienen uno o más hijos. Este modelo familiar ha tenido que luchar contra numerosos prejuicios provocados por la homofobia. Por suerte, a medida que la sociedad avanza, también lo hace la aceptación de estas familias, que son tan válidas como cualquier otra.
Las familias monoparentales están compuestas por un único adulto, ya sea hombre o mujer, que asume la crianza de uno o más hijos. Este tipo de familia es, no obstante, más frecuente en el caso de las mujeres, que constituyen las llamadas familias «monomarentales». Estas mujeres han decidido, gracias a los avances de la ciencia, ser madres solteras.
Recuerdo a Mariola, una niña de tres años a la que sus compañeros preguntaban sin cesar por su padre. En esas ocasiones, Mariola siempre respondía: «Tengo una supermamá». Me fascinaba cómo hablaba de su madre, cómo la veía, y también su capacidad para afrontar preguntas con una madurez sorprendente para su edad. Esto demuestra lo importante que es la educación en la primera infancia para normalizar la diversidad familiar y promover una sociedad más inclusiva y respetuosa.
Las familias reconstituidas o compuestas son las que se forman con la unión de varias familias biparentales, en general tras un divorcio. En estos casos, los hijos pueden vivir con su madre o su padre y su nueva pareja, quien, a su vez, puede tener hijos propios a cargo. Además, el otro progenitor también puede formar una nueva familia con otra pareja y sus hijos. Esto da lugar a una gran familia compuesta, un gran núcleo familiar en el que conviven hermanos biológicos, hermanastros y padres o padrastros.
Recuerdo cuando Martina trajo sus fotos de familia al aula. Me sorprendió que llevara dos fotos: una en la que aparecía con sus hermanos biológicos, su madre, la pareja de esta y sus hijos, y otra en la que posaba junto a su padre, su pareja y los hijos de esta. Al principio, no sabía bien cómo organizarlo, así que decidí crear un pequeño mural collage donde incluimos los nombres de todos los miembros. Martina fue mi mayor ayuda: me decía los nombres de cada uno y me contaba con orgullo que en casa de papá dormía con su nueva hermana, Cayetana, y que en casa de mamá tenía una habitación rosa. Martina era feliz, y siempre tenía historias que compartir con sus compañeros en la asamblea.
Martina le preguntó a su madre:
—¿Tú eres la mamá de papá?
—No, Martina, la mamá de papá es la abuela.
Martina se quedó pensando en silencio, y entonces añadió:
—Ajá, entonces, yo seré la abuela cuando sea mayor.
Las familias de acogida ofrecen un hogar temporal a menores en situación de necesidad. Estas familias son cuidadosamente evaluadas y supervisadas para garantizar que los niños vivan en un entorno seguro y adecuado mientras esperan ser adoptados definitivamente o hasta que su familia biológica pueda volver a hacerse cargo de ellos. Aunque la convivencia es temporal, su rol es clave, ya que proporcionan estabilidad y cariño en momentos delicados para estos niños.
Las familias adoptivas asumen el rol parental de manera definitiva, y brindan amor y cuidan a niños que, por diferentes razones, no pueden crecer con su familia biológica. Muchas familias optan por la adopción por problemas de fertilidad o como una decisión personal basada en sus convicciones.
Recuerdo cuando Mario, emocionado, me dijo: «Profe, de mayor quiero ser china, como Sofía». A Mario le había fascinado la historia que había contado la familia de Sofía durante el día de las familias sobre la adopción de la niña. Contaron cómo viajaron hasta China para convertirse en sus papás, y Mario no dejaba de pensar en ese maravilloso viaje, que para él era una aventura increíble.
Las familias extensas están formadas por varios miembros de una misma familia que conviven en el mismo hogar. Este tipo de familia puede incluir a padres, hijos y abuelos, o a padres, hijos y tíos, o incluso puede darse el caso de sobrinos que viven con sus tíos y primos.
Un caso particular que para mí puede incluirse dentro de las familias extensas es el de las basadas en el poliamor. Estas relaciones, caracterizadas por no ser exclusivas, permiten mantener relaciones románticas con más de una persona a la vez e incluso la convivencia de múltiples adultos que se aman entre sí y que crían hijos en común. Así, por ejemplo, una familia poliamorosa puede estar formada por dos hombres y una mujer, por dos mujeres y un hombre o por cuatro personas.
Siempre hago una entrevista inicial a las familias para conocer mejor a los peques que formarán parte de mi clase. En el caso de Mayka, a su entrevista vinieron cuatro adultos, dos hombres y dos mujeres, de modo que, sorprendida, les pregunté varias veces cuál era el papel que cada uno ocupaba en la vida de la niña. Al fin, se presentaron. Una de las mujeres dijo: «Soy su madre biológica», y la otra: «Yo su madre», y los dos hombres dijeron al unísono: «Y nosotros sus padres», y uno añadió: «No sabemos cuál de los dos es el padre biológico, pero en los papeles legales aparezco yo como padre».
Me contaron que eran una familia nacida del poliamor, y lo que comenzó como una entrevista rutinaria acabó siendo una conversación enriquecedora sobre su bonita historia. Todos tenían anécdotas entrañables sobre Mayka y sobre el embarazo de la madre biológica, lo que me permitió entender mejor la diversidad de su núcleo familiar. En el aula, sus compañeros siempre entendieron que Mayka tenía dos mamás y dos papás; para ellos era tan natural como cualquier otra familia.
Esta historia pone de manifiesto la importancia de normalizar los nuevos modelos familiares desde la infancia. La familia tiene un impacto profundo en el desarrollo de los niños, e influye en su conducta, sus actitudes y sus relaciones. Así, un niño que crece en un entorno donde se fomentan el respeto y la aceptación de la diferencia es más probable que desarrolle una actitud positiva y se comporte de forma adecuada con los demás.