El alfiler - Pedro Muñoz Seca - E-Book

El alfiler E-Book

Pedro Muñoz Seca

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Beschreibung

El alfiler es una comedia teatral del autor Pedro Muñoz Seca. Como es habitual en el autor, la pieza se articula en torno a una serie de malentendidos y situaciones de enredo contados con afilado ingenio y de forma satírica en torno a las convenciones sociales de su época. En este caso, la obra se articula en torno a un desagradable potentado que desprecia a todas las mujeres, empezando por sus sirvientas.

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Seitenzahl: 126

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Pedro Muñoz Seca

El alfiler

COMEDIA EN TRES ACTOS

Estrenada en el TEATRO INFANTA ISABEL el 16 de Enero de 1929

PRIMERA EDICIÓN

Saga

El alfiler Pedro Muñoz SecaCover image: Shutterstock Copyright © 1929, 2020 SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726508673

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Esta obra es propiedad de su autor, y nadie podrá, sin su permíso, reimprimirla ni representarla en España ni en los países con los cuales se hayan celebrado, o se celebren en adelante, tratados internacionales de propiedad literaria.

Los autores se reservan el derecho de traducción.

Los comisionados y representantes de la Sociedad de Autores Españoles sonlos encargados exclusivamente de conceder o negar el permiso de representación, y del cobro de los derechos de propiedad.

–––

Droits de representation, de traduction et de reproductión réserves pour tous les pays, y compris la Sude, la Norvége et la Hollande.

–––

Queda hecho el depósito que marca la Ley.

ACTO PRIMERO

Un gran salón, decorado con severidad y buen gusto, en casa de Beatriz de Solano. Los muebles, magníficos, ostentan la pátina de los años. No hay en el salón ningún detalle ni chuchería de gusto moderuo. En las paredes, cornucopias y cuadros de gran valor. En cada lateral una puerta y otra en el foro que conduce a una galería llena de luz. Es de día. En Madrid. En otoño. Mañana.

 

Están en escena, al levantarse el telón, eufemia y demetria, criadas jóvenes y uniformadas lujosamente.

 

dem . Desde mañana hará usted este salón y esta galería.

euf . Muy bien.

dem . A las diez tiene que estar lista toda esta parte. A esa hora sale la señora de sus habitaciones para ir al oratorio y le gusta ver esto arreglado.

euf . Perfectamente.

dem . Le recomiendo que limpie el polvo con sumo esmero, sobre todo en los muebles donde haya algún retrato de don Jorge.

euf . ¿De quién ha dicho?

dem. (Por un retrato lindamente enmarcado que hay sobre una mesa.) De este señor.

euf . Ah, sí; ya he visto varios retratos de él en la casa. ¿Alguna persona de la familia?

dem . Un novio que tuvo la señora hace treinta años.

euf . ¡Anda! ¿Y todavía?...

dem . Sí. Es una historia como para una película.

euf. (Contemplando el retrato.) Pues era un real mozo.

dem . ¿Usté crée?... A mí no me dice nada. ¿A usté le dice algo?

euf . ¡Ojalá! ¡Menuda figura! Estos hombres así, son mi tipo. (Suspirando y dejando el retrato en su sitio.) ¿Y dice usté que fueron novios?

dem . Sí, y como la familia se oponía porque ella era inmensamente rica y él no tenía donde caerse muerto...

euf . Lo de siempre.

dem . El se marchó a América en busca de fortuna; ella quedó aquí aguardándole...

euf . ¡Qué bonito!

dem . Y todavía le está aguardando.

euf . ¡Jesús, hija, y qué final! Bueno, no es este el primer caso ni será el último ¡Somos tan primaveras!... Es decir, son; porque lo que toca, yo... ¡Sí, sí!... Yo he tenido novio hasta ayer, y ayer, porque le cité a las once y media y se presentó a las doce acabé con él para siempre.

dem. ¡Mujer, qué atrocidad! ¡Por media hora!...

euf. Fué algo más de media hora, porque, es que él fué a las doce de la noche y la cita era a las once y media de la mañana.

dem . ¡Ah! (Rumor de voces dentro.) ¡Atiza, don Adagio!

euf . ¿Quién?

dem. Don Tomás Lorente, el administrador. A este señor hay que llevarle el aire, porque es el hombre de verdadera influencia en la casa.

euf . A mí me habían dicho que la persona de influencia era el señor Marqués de Puente Valga.

dem . Ya lo creo; pero esa influencia es de otro género. El señor Marqués es un amigo íntimo de la señora. Otra historia antigua.

euf. ¿Novio, también?

dem . Eso ha pretendido él durante toda su vida, pero como ella aguardaba siempre al que se fué a América... Aquí está ya.

tomás (Como de cincuenta años, y un poco ridículo, por el foro.) Buenas tardes, Demetria.

dem . Muy buenas, señor Lorente.

euf. (Haciéndole una marcada reverencia.) Buenas tardes.

tomas (Advirtiendo su presencia.) ¿Eh? ¿La doncella nueva?

euf. (Como antes.) Para servirle.

tomas (Mirándola de arriba abajo.) Está muy bien.

euf. (Coquetísima.) Favor que usté me hace, caballero.

tomas (Molesto.) En mí «está muy bien», joven; no hay erotismo ni floriturismo. Es sólo afirmación, que no es lo mismo. Yo no piropeo jamás a la hermosura aun cuando, como en este caso, la haya.

euf. (Más coqueta aún.) Nuevas gracias.

tomas (Aún más molesto.) Noto que sigue usted sin entenderme. ¡Qué le hemos de hacer! El talento Dios lo da y por lo que veo con usted no ha sido nada pródigo.

euf. (Perpleja.) ¡Caramba!

tomas Demetria dirá a usted lo que las mujeres significan para mí.

dem. (Por decir algo.) Sí, don Tomás, no...

euf. Ah; ¿no?...

dem. No...

euf. (Compadecida.) ¡El pobre!...

tomas (Amenazador.) ¿El pobre qué, joven?

euf. (Asustada.) No, si yo no... Si es que...

tomas ¡Mucho ojo! ¡Yo soy un caballero aquí y en el Japón! Me tienen sin cuidado las mujeres porque tengo esa suerte y... porque me dá la gana. ¡No tengo que darle a usted cuentas!

euf . (¡Qué atrocidad!)

tomas Lo digo muy alto: no me importan las mujeres. Buena mula, buena cabra y buena hembra, tres malas bestias.

euf. ¡Si que tiene usted un concepto de nosotras!...

tomas El que me ha sugerido la historia desde los remotos tiempos de la creación. Es decir, desde antes de la creación.

euf . ¿Desde antes?

tomas Sí, señora; porque Dios, que pudo escoger, se hizo hombre y no mujer.

euf . (Con las de Caín y tomándolo un poco a broma.) ¡Mira que bien pega!

tomas ¡Mujeres! ¡La mejor, barranco abajo, y yo dándole con un zancajo!

euf . Y sigue pegando. (A Demetria.) ¿Y a este señor lo dejan suelto por ahí?

tomas (Como si el cielo se hubiera desplomado a sus pies.) ¿Eh? ¿Qué ha dicho, Demetria?...

euf. Porque si todos los hombres pen saran como usté se acababa el mundo. Adiós, casamientos; adiós, familia...

tomas ¡Con la que sale ahora!... ¡Cuando yo digo que esta criada nueva es tonta!... ¡La familia! ¡Nos ha fastidiao con la familia! (Iniciando el mutis.) «Familia, la sagrada y esa... en la pared colgada.» ¡Tonta! (Mutispor la izquierda.)

euf. (Boquiabierta.) ¡Jinojo con Perojo, que fué a santiguarse y se sacó un ojo! ¿Pero quién es ese puerco, repuerco espín?

dem . ¡Cómo viene hoy!

euf . ¿Pero qué le ha pasado a ese tío tétrico con las mujeres, para ponerse de esa forma? No; pues a mí tiene que oirme, porque..

tomás (Apareciendo de nuevo.) Demetria, o usté la... (Conteniéndose.) ¡Bueno!

euf. (Que ya no puede más.) (¡Ay, su madre!)

tomas Ya sé que la señora ha salido. Avísenme cuando vuelva.

dem . Sí, señor.

euf. (Un poquito nerviosa y provocativa.) Y otro día seguiremos hablando de las mujeres.

tomás (Asombrado.) ¿Eh?

euf . Me gusta a mí oirle a usté. Es usté la fiesta del piropo y quiero yo corresponder a sus finezas con las mías, porque yo también tengo mi repertorio.

tomás (Que no vuelve de su asombro.) ¿Pero qué se propone esta mujer, Demetria? ¿Sabe lo que soy yo en esta casa?

euf. (Melosa, dengosa y al par chulonamente.) Vamos, no tenga usté mal genio, alelao, que es usté un alelao.

dem. (Asustada de la cara que pone Lorente.) ¡Jesús!

euf. (Como antes.) ¿Qué pasa?

tomás (Un poco desarmado.) ¡A mí coba, no! Yo estoy con el adagio: la mujer cuanto más halaga más engaña. Si es hermosa te la pegará; si es fea, te cansará; si es pobre, te arruinará, y si es rica te gobernará.

euf . ¡Lo que inventa!

tomás ¡Esto lo ha dicho San Lucas!

euf . ¿Y usté sabe lo que dijo San Ginés? Pues dijo San Ginés, que el que tiene cara de bruto, lo és.

tomás (Lívido) ¿Eso es una provocación?

euf . Es una aleluya.

tomás (Dispuesto a pegarle, pero conteniéndose.) ¡Si no mirara!... (Disponiéndose a hacer mutis.) (¡Y es guapa!) ¡Ya hablaré yo con la señora!...

euf . Le avisaré a usté en cuanto venga.

tomás ¡Gracias!

euf . Las que usté me hace.

tomás (Perplejo.)¡Es la primera vez que me ocurre esto! (Haciendo mutis por la izquierda) (¡Lorente, te han dado en la frente!) (Vase.)

dem . La veo a usté en la calle.

euf . Pues en la calle va a oir ese lo que no ha oído nadie en el mundo. ¡Apañada soy yo!

dem. (Oyendo hablar dentro.) Cuidado; la sobrina de la señora.

euf . ¿Quién?

dem . La señorita Ester. ¿No la conoce usté? Esa muchacha tan elegante que lleva un Hup que quita el hipo.

Éuf . ¡Ah, sí!...

(Por la puerta del foro entran en escena ester, paquín y doña mencía. Ester es una muchacha monísima, que viste a la última. Doña Mencía, una carabina de porte distinguido, y Paquín, un pollo maniquí y tonti-sinvergüenza, que habla un poco aleladamente, como si mascara pan de higos.)

ester Hola, Demetria.

dem . Buenas tardes, señorita.

estér Ya nos ha dicho Pedro que la señora ha salido con la señorita Margot. ¿Ocurre algo?

dem . No, señorita. Ha ido al Banco a guardar unas alhajas. No tardará en volver. Me encargó que si venía, como todas las tardes, el señor Marqués, le suplicara que le aguardase.

ester Pues le aguardaremos nosotras también. (Indica a Mencía que se siente.)

mencía Gracias. (Se sienta.)

dem . Si no manda nada la señorita...

ester Nada, muchas gracias. (Demetria y Eufemia se van por el foro.)

paq. (Riendo.) ¡Me encanta! ¡Me encanta!

ester ¿Qué dices?

paq . Que al ver esas cornucopias se me está ocurriendo un chiste.

ester Pues no me lo digas porque tus chistes hacen llorar.

paq. (Que no puede hablar de risa.) Este es bueno. ¡Lástima que sea tan verde!

ester (Curiosa.) ¡Ah!, ¿pero?...

paq . No; no te lo puedo decir. (Retorciéndose de risa.) ¡Estoy sembrao!

ester ¡Qué atrocidad!

paq. (Jadeando aún de lo que se ha reído.)

No lo puedo remediar; me hago gracia. Desde que me siento venir el chiste, porque es que me lo siento venir, empiezo a reirme de un modo que, algunas veces se me irrita la garganta. Cuando estoy bueno, bueno, acabo teniendo que hacer gárgaras.

ester Pues hoy, como te rías de ese modo delante de la tía Beatriz, te veo camino de las gárgaras antes de tiempo. Es muy capaz de echarte de aquí con caja destemplada.

paq. ¡Qué burra!

ester ¡Hombre!...

paq . No es por ella, es por tí.

ester ¡ Ah!

paq . ¿Tan ogro es tu tía?

ester No es que sea ogro; pero es una persona que no ha querido entrar en el siglo actual y no transige ni con las costumbres ni con el modo de ser de la gente de ahora.

mencía Con todos los respetos...

ester Diga.

mencía A mí, cuando entro en esta casa se me antoja que entro en un mundo distinto, o al menos, en un mundo cuya vida hubiera quedado paralizada por obra de encantamiento. Aquí se habla, se piensa y se vive, como se hablaba, pensaba y vivía hace treinta años.

paq. (Bobaliconamente.) Me encanta, me encanta...

mencía Falda larga, con enaguas ligeramente almidonadas; rapé, en vez de egipcios; chocolate, en lugar de té; coches de mulas, en vez de automóvil...

paq . Me encanta, me encanta.

mencía «Las Rimas», de Bécquer; «El escándalo», de Alarcón, y, sobre todo, el suave tono, la patína de todas las cosas. ¡Esta patína! ¡Esta patína!

paq. (Sofocando la risa.) (Esta patína... y derrapa... ¡Estoy divino esta tarde.)

(Muerde el pañuelo para no reir a carcajadas.)

mencía Indudablemente las cosas se impregnan del espíritu que las anima. Me encanta, me encanta. (A Paquín.) Y perdone que haga uso de su muletilla.

paq . Es usted muy dueña... dicho sea sin segunda. ¡Ja, ja, ja!... (Ríe.)

mencía De muy buena ley.

ester ¡Estás hoy de un ganso!...

prq . ¡Pocho estoy esta tarde!

ester Te temo, porque tía Beatriz...

paq . Escucha: ¿esta señora es la del novio que se fué y no volvió, y luego la pretendió muchos años Puente Valga?

ester Sí.

paq . ¡Qué tío! El último romántico, le dicen. ¡Vaya tostón! Treinta años viniendo todas las tardes a darle la coba a la madama, y ella, ¡qué congria!, aguardando siempre al furciales que se fué a América, que será ya un coco. ¡Qué gente más idiota!

ester ¡Paquín!

paq. Si lo digo por tu tía.

ester Pues por eso precisamente.

paq . Mujer, pero si es que irrita que haya gente tan tortuga y tan ostra. Nada: dos personas que se han hecho desgraciadas por estúpidas. ¡Qué brutos! Empeñarse ésta en que había de ser con aquél y empeñarse éste en que había de ser con ésta. ¡Habiendo tantos hombres y tantas mujeres en el mnndo! ¡Qué animales! No se concibe una cangrejada tan monumental.

ester (Asombrada.) ¡Pero criatura!...

paq . ¡Claro, mujer! ¿Qué más da uno que otro?... ¡¡Burras!!

mencía (Que ya no puede más.) ¡Por Dios vivo,señor Selgas!... (A Ester.) Con todos mis respetos.. ¡No diga usted eso por favor! Doña Beatriz aguardano al ausente y el señor Marqués de Puente Valga, amando en silencio durante treinta años y respetando también en silencio los sentimientos de su amada, han escrito con sus vidas una página que Bécquer la hubiera firmado con júbilo.

paq . Mire usted; doña Mencía, Bécquer fué un sandio y sus entusiastas son más sandios que él.

mencía ¡ ¡Señor Selgas!!

paq . Y a Bécquer, en medio de todo, lo disculpo. En aquel tiempo en que la gente no se lavaba, qué iba a escribir el pobre sino cursilerías...

mencía ( Horrorizada.) ¡Jesús, Jesús!...Pero, ¿para usted el amor?...

paq . Para mí el amor es una cosa que sirve para que haya dúos en las zarzuelas y nos den la lata. ¡Cuánto más bonitos son los números de conjunto!... (Baila.)

mencía (A Ester.) ¿Pero oye la señorita?...

paq . Demasiado sabe la señorita, que no hay más amor que el de los padres, sobre todo cuando aflojan la guita, que entonces demuestran bien claramente que aman a sus hijos. ¡Lo demás!.í. ¡Bah! Ya sé que todavía hay personas que piensan de otra manera, pero esas son personas de... de serie, como los automóviles baratos. Los que no somos... seriales, tenemos ideas Rollg: ya ustedes me entienden.

ester (Por el corazón.) ¿Entonces, tú crees que esto de aquí?...

paq . ¡Bah!... ¡Fisiología! ¡Carburación! (Seoye hablar dentro.)

ester Aquí está mamá. ¡Qué raro! No me dijo que pensaba venir.

jul. (Señora elegantísima de cincuenta años, por el foro.) ¡Hola!

paq. (Besándole la mano.) Condesa...

ester ¿Cómo tú por aquí, mamá?

jul. (Que padece de cierto tic nervioso que le da gracia al hablar.) Hija mía, que el día que se levanta una con mal pie cada golpe es un gazapo. (Saca del bolsillo un tirante del corsé y se lo enseña.) Mira: un tirante. No sé qué clase de hilo emplean estas corseteras de París. Al salir de pesarme... ¡tris! Y como había despedido el coche para volver a casa andando y hacer ejercicio... ¡Qué tragedia la de mi peso, hija mía!

ester ¿Sí?

jul.