El legado bibliográfico de Roque Chabás (1844-1912) a la Universitat de València - Maria Rosario Ferrer Gimeno - E-Book

El legado bibliográfico de Roque Chabás (1844-1912) a la Universitat de València E-Book

Maria Rosario Ferrer Gimeno

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Beschreibung

Roque Chabás, canónigo de la catedral de Valencia, inició un movimiento historiográfico de carácter científico sobre temas valencianos sustentados en estudios documentales y arqueológicos, con una dedicación personal que plasmó en la ordenación de varios archivos, entre ellos el de la catedral de Valencia, o en publicaciones memorables como la revista 'El Archivo'. Su preservación y difusión ocupó un lugar destacado entre sus disposiciones testamentarias; ordenó dividir sus fondos en tres partes: una, la mayor, para engrosar el archivo-biblioteca de la catedral de Valencia; otra, que comprendía los libros de liturgia y ciencias eclesiásticas, para su albacea, el sacerdote Vicente Peretó Sapena, y otra, para la Universidad de Valencia. En el presente estudio se analiza este legado bibliográfico a la Universidad desde su origen y su posterior desarrollo hasta su estado de conservación en la actualidad. Al mismo tiempo, este trabajo intenta recuperar la figura del canónigo Roque Chabás como el iniciador de la historiografía valenciana moderna y pone de manifiesto su aprecio por la Universidad de Valencia al engrosar con su legado los fondos de la biblioteca universitaria.

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Col·lecció Cinc Segles

Coordinadora de la colección:

MAITE SIMÓN

Edita:Publicacions de la Universitat de València

© M.ª Rosario Ferrer Gimeno, 2019© de esta edición: Universitat de València, 2019

Publicacions de la Universitat de Valènciahttp://[email protected]

Ilustración de cubierta:Retrato de Roque Chabás (Archivo de la Catedral de Valencia).Fotografía de Vicente NovellaMaquetación: Inmaculada MesaCorrección: Letras y Píxeles S.L.

ISBN: 978-84-9134-466-7

Esta publicación no puede ser reproducida, ni total ni parcialmente,ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información,en ninguna forma ni por ningún medio, ya sea fotomecánico, fotoquímico, electrónico,por fotocopia o por cualquier otro, sin el permiso previo de la editorial.

«Los libros sólo se escriben para,por encima del propio aliento, unir a los seres humanos,y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia:la fugacidad y el olvido».

(Mendel, el de los libros, de Stefan Zweig)

ÍNDICE

PRIMERA PARTE.

ESTUDIO HISTÓRICO-DESCRIPTIVO

1. Introducción

2. Antecedentes

3. De tertulias y testamentos

4. Biblioteca personal

4.1 Estudio de Ramón Fita Revert

4.2 Estudios de M.ª Cruz Cabeza Sánchez-Albornoz

5. Ubicación del fondo en la actualidad

5.1 Libro registro

5.2 Temática

5.3 Lengua

6. Homenajes

7. Conclusiones

SEGUNDA PARTE.

EL LEGADO BIBLIOGRÁFICO

Fondo bibliográfico

ÍNDICES

Autores y obras anónimas

Poseedores

Dedicatarios

Personajes vinculados a Roque Chabás

BIBLIOGRAFÍA

LISTA DE ABREVIATURAS

ACV

Archivo de la Catedral de Valencia

AMS

Arxiu Municipal de Sueca

ARV

Arxiu del Regne de València

aum.

aumentada

COFL-XVI-XVII

Catálogo de las obras impresas de los siglos XVI y XVII pertenecientes a la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras

COFL-XVIII

Catálogo de obras del siglo XVIII existentes en la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valencia

BSCC

Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura

ed.

edición

f. o ff.

folio o folios

facs.

facsímil

ibíd.

ibídem

MARQ

Museo Arqueológico de Alicante

ms.

manuscrito

ptas.

pesetas

r.

recto

rev.

revisada

v. o vol.

volumen

PRIMERA PARTE

ESTUDIO HISTÓRICO-DESCRIPTIVO

1. INTRODUCCIÓN

En el año 2009 inicié una página web personal de tema bibliográfico titulada !yEl libro del mes (www.uv.es/ferrermr) que finalizó en 2017. En ella cada mes destacaba un título de los que componen el fondo antiguo de la Biblioteca d’Humanitats «Joan Reglà» de la Universitat de València. La fecha límite establecida para publicitar dichos fondos fue 1940 y evitar así cualquier conflicto de propiedad intelectual. Esta fecha es bastante significativa porque también marca el principio de una nueva etapa política en este país y con ella de la política cultural. Antes que nada, conviene aclarar que, actualmente, los fondos más antiguos de esta biblioteca corresponden al siglo XIX, pues los de fecha anterior fueron trasladados a la Biblioteca Històrica de la propia Universitat para una mejor conservación de los ejemplares. Después de esta aclaración y volviendo al tema, según avanzaba en la elaboración de dicha página web constaté que determinados libros tenían, en la parte interior de la cubierta, una etiqueta impresa con la siguiente leyenda: «Librería de la Universidad. Legado por el M. I. señor D. Roque Chabás, canónigo del Cabildo de la Catedral de Valencia».

© M.ª Rosario Ferrer Gimeno.

Incluso algunos de esos mismos ejemplares llevaban grabadas en el lomo las iniciales R. Ch.

© M.ª Rosario Ferrer Gimeno.

Como nada de todo esto podía ser casual inicié una investigación para identificar los mencionados libros y tratar de averiguar por qué estaban allí. De todo ello quiero dar cumplida explicación en este estudio, resultado de tantos años de trabajo, para así poder completar y actualizar toda la información que existe sobre la biblioteca de tan ilustre canónigo. Es decir, recopilar las diferentes noticias existentes sobre ella y aportar nueva información, así como desmitificar las constantes alusiones a su desmembración y destrucción. En definitiva, mi intención es aportar más información sobre su biblioteca y mostrar todo aquello que existe de ficticio sobre ella. No sin antes indicar unas breves notas biográficas del canónigo Roque Chabás (1844-1912) para contextualizar mejor al personaje.

Roque Chabás nació en Denia en 1844. Fue el quinto de seis hermanos. Ingresó en el Seminario de Valencia en 1859. Fue ordenado sacerdote en 1868 y su primer destino fue como adjutor de la iglesia de San Antonio en Denia. Aquí comenzará a aplicar su interés por la arqueología local. En 1885 conseguirá el doctorado. En 1890 se presentó a una plaza de canónigo en la catedral de Alicante, pero no aprobó. Luego, en el mismo año, lo hizo para la catedral de Zaragoza. En este caso sintió que intereses contrarios a su persona le impidieron ser titular a la plaza. Para compensarlo de tal contrariedad fue nombrado canónigo de la catedral de Valencia el 29 de diciembre del mismo año por la reina regente María Cristina (Gaceta de Madrid, 1 de enero de 1891).1 El 3 de febrero de 1891 tomó posesión de la canonjía de Valencia. A partir de este momento desarrollará una ingente labor archivística e investigadora hasta su fallecimiento en 1912 en Denia. Para ahondar más y mejor en su biografía remito a la amplia bibliografía publicada.2

2. ANTECEDENTES

Así que, sobre la disgregación de su biblioteca, uno de los primeros en aludir a este asunto de su desmembración y destrucción fue el cronista de la ciudad de Alicante Francisco Figueras Pacheco. Lo hizo en el prólogo a la segunda edición de la obra del propio Chabás, Historia de la ciudad de Denia. Según Figueras Pacheco, la desmembración de su biblioteca fue la consecuencia de los ataques que el propio canónigo recibió en vida por parte de sus correligionarios, quienes no aceptaban su revisionismo histórico documentado y contrastado. Una especie de venganza por la animadversión fomentada contra él y cuyo culmen se materializó en 1899 con la publicación de una hoja «atacándole por su obsesión deplorable»3 en clara alusión a sus trabajos. Por todo ello, Figueras Pacheco dedujo que la destrucción de la propia biblioteca de Roque Chabás, tras su fallecimiento, era resultado de tanta inquina:

según nos informa don José Chabás, sobrino de don Roque, al morir éste dejó una biblioteca de más de mil volúmenes y gran número de cartas de eminencias nacionales y extranjeras, como Momsen, Hübner, Vieler Ehrler, que en revistas de sus países alabaron su Archivo y demás trabajos, y Fidel Fita, P. Alcover, Menéndez Pelayo, Menéndez Pidal, Cánovas, Joaquín Costa, Fernández y González, Altamira, Julián Ribera, Chabret, Fabié, Víctor Balaguer, Colell, Llorente, Vives Císcar, Simonet, Elías Tormo, Vilanova, Serrano y otros. La biblioteca fue destruida por manos de quienes nunca podía esperarse semejante atrocidad. No podemos ni debemos ser más explícitos.4

Es decir, la destrucción fue premeditada porque, como insinúa, Figueras Pacheco conocía al responsable; ahora bien, no querría entrar en potenciales demandas judiciales y por eso no era más explícito.

En este mismo sentido incidieron, posteriormente, por una parte, el archivero del Archivo Diocesano de Valencia, Ramón Fita Revert, y, por otra, la exdirectora de la Biblioteca Històrica de la Universitat de València M.ª Cruz Cabeza Sánchez-Albornoz, aunque ambos con mejor fortuna, pues localizaron y describieron parte de los fondos que constituyeron la biblioteca de tan ilustre canónigo. A ellos me referiré más adelante.

Por último, y más recientemente, en esta misma idea de desmembración, insiste la archivera del Arxiu Municipal de Dénia, Rosa Seser Pérez, en un artículo publicado a propósito de la documentación legada por parte de unas sobrinas del ilustre canónigo:

Roc Chabás, el qual és ben segur que hauria desitjat que els seus documents i els seus llibres es conservaren tots junts en un arxiu o una biblioteca públics amb un suport institucional que garantira la seua conservació per al món de la cultura que ell tant estimava.5

En consecuencia, a continuación voy a tratar de documentar, de forma detallada, todas las noticias que he podido reunir y contrastar sobre el fondo que componía la biblioteca para, de este modo, recuperar una biblioteca especializada y olvidada, así como, a su vez, desmitificar muchos prejuicios que existen sobre ella y que no estuvieron en la voluntad de su propietario.

3. DE TERTULIAS Y TESTAMENTOS

Roque Chabás se asentó en la ciudad de Valencia, de manera definitiva, en 1891, cuando fue nombrado canónigo de la catedral de Valencia para cubrir la vacante dejada, por fallecimiento, del canónigo Joaquín Moros y Sánchez. El nombramiento fue publicado el jueves 1 de enero de 1891 en la página 2 de la Gaceta de Madrid, según una orden de la reina regente María Cristina, de 29 de diciembre de 1890. En el propio nombramiento se adjuntaba un breve curriculum vitae de todos sus méritos para el cargo, entre los que destacaba que «ha cursado y aprobado un curso de lengua griega, otro de francesa y otro de lengua hebrea». También se detallaban las publicaciones que había realizado hasta ese momento: Historia de la ciudad de Denia, Historia del venerable Fray Pedro Esteve, Novena de Nuestra Señora de los Desamparados y la revista El Archivo. También se mencionaban las dos oposiciones anteriores a canónigo no aprobadas, una en Alicante y otra en Zaragoza. La toma de posesión de la plaza en Valencia la realizó, de manera oficial, el 3 de febrero del mismo año.6 Su domicilio lo estableció cerca de la catedral, en la calle de la Llimera, número 1, principal.

En aquel momento, en la ciudad había varias tertulias eruditas de las que, inmediatamente, pasó a formar parte el canónigo Chabás. De ellas han llegado noticias no solo por la correspondencia particular de sus integrantes, sino también por la prensa local que se hizo eco en innumerables ocasiones.7 No obstante, de interés para el caso que me ocupa hay que mencionar una de las tres más prestigiosas, la tertulia de los domingos por la tarde en casa del erudito José Enrique Serrano Morales, sita en la calle Corona, de Valencia. El anfitrión poseía una excelente biblioteca y a su alrededor se congregaban los más afamados eruditos del momento, como Teodor Llorente Olivares, Antonio Chabret, Ruiz de Lihory, José Martínez Aloy, Luis Tramoyeres Blasco, Francisco Martí Grajales, Julián Ribera Tarragó, José Vives Císcar, Manuel Danvila Collado y posteriormente José Sanchis Sivera. Una tertulia plenamente bibliófila en la que se integró Chabás nada más asentarse en Valencia. Su introducción la llevó a cabo el propio Serrano Morales, con quien ya había iniciado su amistad, de manera epistolar, en 1888 y a la que se refiere en varias de sus cartas; sirva de ejemplo la que remitió Chabás al estudioso Juan Berksman (nombre adoptado por Pascual Boronat Barrachina en su época de fraile carmelita), datada en Valencia el 17 de noviembre de 1895: «Vengo como domingo de casa de D. José E. Serrano Morales».8 Por desgracia, la tertulia en casa de Serrano Morales finalizó en 1908 a la muerte de este. Sin embargo, el propio Chabás incitó a su continuidad, aunque en un nuevo espacio, su propia casa, ubicada en un nuevo domicilio de Valencia, en la plaza de Crespins, desde hacía varios años.

La ventaja de hacerla en su casa, aparte de ser un lugar más céntrico que el domicilio de Serrano Morales, la constituía su propia biblioteca, que podía suplir la del otro bibliófilo; así se lo expuso a Llorente Olivares en una carta fechada en Denia, el 4 de marzo de 1908: «Cuando vaya a Valencia ya trataremos de reunir los domingos por la tarde en mi casa (donde también hay libros) a los que íbamos a casa Serrano; aún es un punto más céntrico».9 Posteriormente, el hijo de Llorente Olivares, Llorente Falcó, dará noticia de ella10 tildándola de «investigadores de los anales valencianos». Entre los nuevos integrantes mencionaba a los contertulios Pascual Boronat, Juan Chabret, Francisco Almarche, José Sanchis Sivera, José Rodrigo Pertegás o Luis Cebrián.

No es la primera vez que Chabás hace esta mención explícita a su biblioteca, puesto que esta aparece referenciada, de manera documental, en su primer testamento, donde la incluye de manera singular.11

En 1894, a la edad de 49 años, Chabás sufrió una grave enfermedad que hizo temer por su vida, hecho que provocó su necesidad de testar. En ese testamento él establecía como albaceas al sacerdote Vicente Peretó Sapena,12 en ese momento arcipreste de Llíria (Valencia), y a sus parientes colaterales Francisca Merle y Cañamás y Francisco Merle y Vargas; su elección, seguramente, se debió a sus antecedentes familiares en la administración de bienes patrimoniales. La bisabuela materna de Roque, Isabel Garcés, enviudó y se casó en segundas nupcias con Roque Merle, también de origen francés como sus ascendientes paternos, quien era militar y comerciante como su primer marido. Los abuelos de Roque Chabás, Andrés Chabás Merle y María Fornells Garcés, sufrieron diversos exilios ocasionados por sus orígenes franceses, primero, por las guerras contra Francia de 1793 y, después, por la Guerra de la Independencia. En estos intervalos Roque Merle custodió y administró todos sus bienes con fidelidad, por este motivo y con esos antecedentes, los debió elegir como albaceas de su testamento.13 En su testamento, su biblioteca era mencionada en dos apartados, en concreto, en el sexto, «Faculta a sus buenos amigos Don Antonio Chabret y Don Enrique Serrano para que cada uno de ellos escoja de su librería una obra, la que gusten, compuesta de uno o dos tomos», y en el apartado séptimo:

Hubiera querido el Señor testador reunir una colección completa de todas las obras que le relacionan con la historia valentina y depositarla en manos de este Excelentísimo Cabildo Metropolitano, pero si el Señor no le da tiempo para ello, ordena que salvo lo dispuesto en la cláusula precedente en favor de sus dos amigos Sres. Chabret y Serrano, todas las obras, libros, opúsculos y demás que diga relación con la historia y literatura valenciana y obre en poder del Señor otorgante, a juicio de dicho Excelentísimo Cabildo, lo escoja y retire el mismo, mis queridos albaceas, herederos, ni otra persona en sus nombres, opongan obstáculos al libre derecho de escojer [sic] que concede al repetido su amado Cabildo, que lo guardará todo en sus archivos como débil recuerdo de cariño.

De estas cláusulas testamentales se deduce que, por una parte, lamenta la falta de tiempo vital para completar una magna biblioteca especializada en historia y literatura valencianas, su temática investigadora, que ya había iniciado desde su juventud; por otra parte, también muestra la gran estima y admiración que procesaba tanto a Antonio Chabret Fraga, estudioso de temas saguntinos, como a José Enrique Serrano Morales, hasta el punto de concederles el privilegio de escoger una obra de su biblioteca, es decir, no solo para guardar un recuerdo personal de Chabás, sino también para completar los fondos de sus respectivas bibliotecas personales. Ahora bien, hechas esas excepciones, remarcaba que toda su biblioteca sobre temas y literatura valencianos había de ser custodiada e integrada en un solo lugar, y designaba que ese debía ser la propia Catedral de Valencia. Con esta disposición mostraba su profundo respeto y admiración hacia el cabildo catedralicio, a pesar de todos los contratiempos y dificultades que padecía dentro de él y que, en consecuencia, le impedían hacerse cargo de su archivo. No obstante, aquel testamento no detallaba el número exacto de volúmenes que, en ese momento, componían su biblioteca ni tampoco se acompañaba de un listado de sus títulos y autores. La falta de datos favorecía una cierta ambigüedad interpretativa. En consecuencia, y a pesar de no poderse aventurar una cifra aproximada del fondo, esta no debía de ser muy voluminosa, pues su ubicación, en el piso de la calle de la Llimera de Valencia, de pequeñas dimensiones, así parecía demostrarlo. Con esta disposición evidenciaba su preocupación por preservar la unidad y custodia de la biblioteca en aquellos temas a los que intentaba dirigir sus esfuerzos, más allá de su voluminosidad y valía.

Afortunadamente, superada la enfermedad, Chabás comenzó una nueva etapa personal e intelectual. En 1898, consiguió ser nombrado canónigo-archivero de la Catedral de Valencia y, de esta manera, iniciar su magna tarea de ordenación de sus fondos archivísticos, que tantos años habían permanecido olvidados. Respecto a los dos eruditos mencionados en este primer testamento, ambos le precedieron en la muerte, Chabret en 1907 y Serrano Morales en 1908. Este último no olvidó la deferencia mostrada en su testamento y también lo incluyó en el suyo como uno de los supervisores del cumplimiento de sus disposiciones testamentarias referidas a su biblioteca. Serrano Morales donó todos sus libros, folletos, papeles impresos y manuscritos al Ayuntamiento de Valencia, es decir, a una institución pública, para dar mayor lustre a la propia ciudad. Serrano Morales pretendió facilitar a sus habitantes el acceso a títulos difíciles de localizar, así como, al mismo tiempo, preservar la unidad de un fondo tan particular como el suyo. El testamento de Serrano Morales destacaba también por su disposición y preocupación por la conservación física del fondo en un espacio apropiado con condiciones de luz e higiene, pero, sobre todo, por la preservación del mismo frente a la voracidad personal de los cargos públicos presentes y futuros. Al mismo tiempo, consciente de la posible laxitud de la institución municipal en el cumplimiento de sus disposiciones testamentarias, establecía un plazo de dos años para la plena disposición de los fondos al servicio público, pues, en caso contrario, transcurrido el tiempo estipulado, todo el fondo pasaría a la Real Academia de la Historia sita en Madrid.14 Estas disposiciones testamentarias de Serrano Morales debieron de servir como ejemplo potencial al propio Roque Chabás, por lo que, más adelante, en el análisis de su segundo y definitivo testamento las retomaré para detallarlas minuciosamente.

4. BIBLIOTECA PERSONAL

Como ya he mencionado antes, superada la enfermedad aludida, Chabás inició una nueva etapa personal que se manifestó en su trabajo de investigador y que, a su vez, repercutió en su propia biblioteca.

Después de los lúgubres y desalentadores comentarios de Figueras Pacheco sobre la desmembración de sus fondos bibliográficos, nadie más aportó nuevos detalles sobre la biblioteca personal hasta fechas más recientes, en las que han sido publicados dos estudios sobre este tema, como los aportados por D. Ramón Fita Revert, archivero diocesano de Valencia, y por D.ª M.ª Cruz Cabeza Sánchez-Albornoz, exdirectora de la Biblioteca Històrica de la Universitat de València. Estudios que expondré a continuación aunque no en el orden cronológico en el que fueron publicados, sino por el grueso de los fondos reseñados.

4.1 ESTUDIO DE RAMÓN FITA REVERT

El archivero diocesano Ramón Fita, en 1994, con motivo de una conferencia que pronunció sobre Roque Chabás en la Sociedad Económica Amigos del País de Valencia, se preguntó dónde podrían localizarse los fondos de su biblioteca, lo que le llevó a una exhaustiva indagación. El fruto de esa búsqueda lo plasmó en un extenso artículo,15 pues parte de su biblioteca se localizaba en el propio Archivo de la Catedral de Valencia. En ese artículo recogía todos los títulos, de forma detallada, que componen el fondo propiedad de Roque Chabás legado a la Catedral de Valencia, según consta en el testamento otorgado en Denia el 13 de abril de 1912, seis días antes del fallecimiento del canónigo. Además, el artículo incluye todas las disposiciones realizadas por el propio cabildo en torno a la recepción del fondo. Así, en la documentación catedralicia conservada, aparte de diferentes disposiciones sobre las honras fúnebres a celebrar en honor de Roque Chabás por parte de la catedral, aparece detallada la cláusula testamentaria sobre la cesión de sus fondos impresos y manuscritos a la propia catedral para su custodia. Es evidente que su custodia y su preservación fueron la máxima preocupación de Chabás. La pervivencia de una construcción minuciosa y especializada en la que tanto empeño había puesto quedó reflejada en la cláusula incluida que dice:

Quinto: es su voluntad que todas las obras, libros y opúsculos y demás que diga relación con la historia y literaturas valencianas y obre en poder del señor otorgante a juicio del Excelentísimo Cabildo Metropolitano de la Ciudad de Valencia lo escoja y retire el mismo sin que los albaceas, herederos ni otra persona en sus nombres oponga obstáculos al libre derecho de elegir que concede al repetido su amado Cabildo, el que lo «guardará» todo en sus archivos como débil recuerdo de cariño.16

Para llevar a cabo su cumplimiento, con fecha de 1 de mayo de 1912, el capítulo catedralicio creó una comisión formada por los canónigos José Sanchis Sivera (1867-1937)17 y Julio Cabanes Andrés (1865-1936),18 donde se les facultaba para realizar la correspondiente selección de obras que engrosarían los fondos de la catedral. Junto a esas disposiciones catedralicias, en el mismo legado, también aparece otro trozo de papel suelto escrito a tinta, en el que figura un listado sin desarrollar los títulos completos, solo el número de volúmenes con una somera relación por si alguno de los escogidos de su biblioteca particular pudieran no ser de su propiedad, es decir, solo estuvieran en préstamo y, por tanto, pendientes de ser reclamados por sus legítimos propietarios:

En total 512 ejemplares. La comisión escogió 20 volúmenes más que no se sabe si pertenecían al difunto y que si no aparece su dueño, quedarán en propiedad de la Catedral, lo mismo que se comprometió a devolver alguno de los anotados, si por acaso fueran de propiedad particular.19

De toda esa selección realizada daba cumplida cuenta Fita Revert en el artículo citado al detallar cada uno de los autores y títulos seleccionados por los mencionados canónigos. Por mi parte, he contrastado los títulos publicados por D. Ramón Fita con los incluidos en el registro catedralicio y, salvo algún error en la anotación de la fecha de edición, todos coinciden a excepción de dos registros que no han sido incluidos: uno correspondiente a Onofre Guitart, Repertori de totes matèries dels Furs de València, Valencia, 1608, que se hallaría entre los números 169 y 170 de ese mismo listado; el otro corresponde a Fr. Pascual Huguet, Historia de San Lorenzo, Valencia, 1717, que se ubicaría entre los números 170 y 171 de su listado.20 Por lo demás, Fita comprobó que cada uno de los registros bibliográficos del listado se correspondía con los fondos custodiados en ese momento en la propia Catedral y confirmó que todos se encontraban en el mencionado archivo catedralicio a excepción de unos pocos títulos, que incluyó en el listado sin signatura por ilocalizables.

Por lo demás, también D. Ramón Fita mencionaba otros lugares donde aparecían libros propiedad de Chabás, como la Biblioteca Valenciana, el fondo Manuel Sanchis Guarner (sobrino del canónigo José Sanchis Sivera) y la Biblioteca de la Facultat de Geografia i Història de la Universitat de València, esta última de particular interés para el objeto de estudio de este trabajo, pues en ella el archivero diocesano mencionaba la existencia de 25 títulos que habían sido catalogados por D.ª M.ª Cruz Cabeza Sánchez-Albornoz, primero cuando era directora de la biblioteca de esa Facultad y, ampliados posteriormente, siendo directora de la Biblioteca Històrica de la misma Universidad. En este mismo artículo Fita puntualizaba: «Hem confrontat els 25 títols que apareixen en l’article assenyalat amb els del llegat testamentari de Chabàs a la Catedral i el resultat ha sigut negatiu. Ni es repeteixen, ni estan ací ressenyats. Tal vegada el senyor Roc els donaria en vida».21Por lo que dicha referencia me lleva a detallar la información sobre el fondo que aportó la ilustre bibliotecaria sobre los libros pertenecientes a Roque Chabás.

4.2 ESTUDIOS DE M.ª CRUZ CABEZA SÁNCHEZ-ALBORNOZ

La bibliotecaria D.ª M.ª Cruz Cabeza Sánchez-Albornoz fue la responsable de los otros dos trabajos donde se describían, bibliográficamente, otros volúmenes de la primigenia biblioteca de Roque Chabás. Todos ellos formaban parte del fondo antiguo de la Facultad de Filosofía y Letras. El primer trabajo fue publicado en un número monográfico de la revista Saitabi, con motivo del homenaje al fallecido profesor Josep Trenchs Odena.22 La colaboración de M.ª Cruz Cabeza consistió en un catálogo de todos los fondos de la biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universitat de València editados en el siglo XVIII. El fondo constaba de 140 registros, entre los que se incluían los «25 del legado del canónigo, D. Roque Chabás». No obstante, he podido comprobar que uno de los adjudicados por D.ª M.ª Cruz Cabeza al fondo Chabás no se podría afirmar que fuera propiedad de Chabás, en concreto el que corresponde al registro n. 115 de su catálogo, Razón del juicio seguido en la ciudad de Granada ante... Manuel Doz presidente... Real Audiencia... Pedro Antonio Barroeta... Madrid: Por D. Joachin Ibarra, impresor de cámara de S. M., 1781, puesto que en el mismo ejemplar solo aparece el sello en tinta de la Facultad de Filosofía y Letras, además de un exlibris en la hoja de guarda, «Del Dr. Gregorio Morata,23 cura de Santa Catalina para la librería del Señor Arzobispo». En ninguno de los libros de registros bibliográficos consultados, a los que me referiré con más detalle después, se señala propiedad o procedencia del mencionado canónigo. Por otra parte, en el libro registro original perteneciente a la Facultad de Filosofía y Letras tampoco su procedencia fue vinculada a un origen concreto; en cambio, sí consta en el libro registro nuevo comenzado en 1945, «donativo del Dr. Gregorio Morata». Estos detalles y las notas registrales me llevan a concluir que, tal vez, sea este uno de los libros que Chabás tomó prestado de la catedral para su consulta y no pudo devolverlo en vida y, posiblemente, debió trasladarse a la Biblioteca Universitaria junto con el resto de los libros donados por el canónigo como si formase parte de su legado.

M.ª Cruz Cabeza publicó un segundo catálogo de los libros de la antigua Facultad de Filosofía y Letras editados durante los siglos XVI y XVII y entre ellos aparecían catalogados 10 libros que pertenecieron al ilustre canónigo.24 En la actualidad todos, tanto los ejemplares del siglo XVIII como los del XVI y XVII