El legado - Sergio Formica - E-Book

El legado E-Book

Sergio Formica

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Beschreibung

Cuando Juan Perotti, un técnico mecánico de renombre, viaja a Argentina para supervisar la entrega de equipos de combustible, su vida da un giro inesperado. Lo que parecía ser un negocio de rutina pronto revela un oscuro entramado de corrupción y traición que lo deja al borde de la muerte. Pero cuando todos creen que ha desaparecido para siempre, Juan logra sobrevivir, ocultándose mientras desmantela desde las sombras una red de mentiras que involucra a altos cargos del poder. Jorge, su hijo, devastado por la desaparición de su padre, emprende su propio viaje desde Perú a Argentina en busca de respuestas. Lo que descubre es un mundo corrupto, donde las leyes están manipuladas y las personas que deberían proteger a la sociedad son quienes la destruyen desde dentro. Desesperado, Jorge enfrenta a poderosos enemigos que no dudarán en destruir su vida para proteger sus secretos. Con una trama llena de suspenso, El Legado explora los dilemas morales entre hacer lo correcto o ceder ante la corrupción. En medio de traiciones, falsas lealtades y la búsqueda incesante de la verdad, surge una lección poderosa: los valores y la honestidad heredados son la mejor arma contra la injusticia. En este thriller cautivador, la verdad y la justicia son más que simples ideales: son el legado que una familia está dispuesta a defender, incluso a riesgo de sus propias vidas.

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Seitenzahl: 137

Veröffentlichungsjahr: 2024

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SERGIO FORMICA

El Legado

Formica, Sergio El legado / Sergio Formica. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-5667-7

1. Narrativa Argentina. I. Título. CDD A863

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

1

Mi nombre es Jorge Luis Perotti, nací en Iquitos, Perú. Para los que no lo conocen, es una ciudad ubicada en la Amazonia peruana que posee un curioso récord: es la ciudad continental más grande del mundo a la que no se puede llegar por tierra. No tiene conexión por ruta con el resto del país, solo se puede llegar por avión o por barco.

A pesar de estas limitaciones geográficas, en Iquitos no falta nada. Nací en una familia de clase media, mi madre, María Isabel Gómez, una mujer de ascendencia alemana, de un carácter bien definido. Mi padre, Juan Carlos Perotti, un peruano de raíces indígenas, con una gran fortaleza física y muy inteligente.

Junto a mis padres, formamos una familia muy unida y con grandes valores transmitidos por ellos.

Crecí en el barrio Santa Rosa de Lima, es uno de los mas pintorescos y bastante antiguo de Iquitos.

Mi padre tiene un comercio de ramos generales ubicado en el centro de Iquitos, lo heredó de mi abuelo y, gracias a esa actividad, ha podido mantener a su familia y darme los estudios que poseo.

Se recibió como Técnico Mecánico en el colegio superior y se especializó en la construcción de tanque de almacenamiento según las normas internacionales de construcción API.

En el Local Comercial, que tiene por nombre “La Ponderosa”, no me pregunten su origen, porque las versiones de mi abuela y mi abuelo se contraponen diametralmente. Se pueden conseguir todas las menudencias de una ferretería y todo lo necesario en materiales de construcción.

No tenemos empleados, trabaja mi padre, mi madre y yo en los horarios que no voy al colegio o estoy realizando mis tareas.

Todo esto, un día cambió. Recuerdo una noche, después de cena, que mi padre tenía algo especial en su rostro, era una mezcla de alegría y una expresión de incertidumbre.

Nos miró a todos, puso sus codos sobre la mesa y entrecruzó los dedos de sus manos.

—Querida familia, quisiera compartir con ustedes algo muy especial – inició su discurso –

—Vino al local, esta mañana, un amigo que tengo en la Municipalidad de Iquitos. Se llama Cesar Mercado, ustedes lo han visto varias veces – todos asentimos con un movimiento de la cabeza –

—Me comentó que van a instalar en el centro de la ciudad un dispensador de combustible de autoservicio, en realidad van a ser diez en distintos puntos estratégicos. – hasta ahí, todos lo mirábamos como preguntándonos ¿qué tiene que ver con lo que hacemos? –

—Me propuso – continuó luego de beber un trago del vaso de vino que tenía ya servido de la cena – formar parte del equipo que pondrá en funcionamiento estos centros de auto expendio de combustible. ¡Quiere que sea el encargado de poner en marcha todo! –dijo elevando el tono de voz y mostrándose exaltado por la alegría.

Todos, incluida mi madre, lo mirábamos sin entender en donde entraba en ese proyecto “La Ponderosa”, ¿querían comprar los materiales de construcción y los accesorios para las instalaciones?, ¿dónde estaba el negocio?, nuestros rostros lo miraban y sobre cada uno estaba en grande un signo de pregunta.

Con ese panorama frente a él y el silencio creado, mi padre volvió a tomar otro trago de su vaso de vino, esta vez mas largo y prosiguió.

—Esto significa, que ya no estaré a tiempo completo en “La Ponderosa”, tu estarás a cargo – señaló a mi madre – y yo te apoyaré en todo lo que pueda. Muy posiblemente tengamos que tomar algún empleado a tiempo parcial para que te ayude.

Mi madre, lo miró, frunció el ceño y creo que contó hasta veinte antes de responder.

—Pero Juan, ¿te has vuelto loco? – dijo en un tono que denotaba ofuscación – ¿qué necesidad tienes de dejar esta actividad que nos ha permitido criar a nuestros hijos y vivir sin necesidades?. El negocio marcha de maravilla, no entiendo, ¡explícame por favor! – y dicho esto, se sentó en la silla en una actitud de “soy toda oídos”.

Mi padre, tomó de un sorbo lo que quedaba en su vaso de vino, miró a mi madre a esos ojos alemanes azules y dijo:

—María, tengo 50 años, y toda mi vida he querido hacer algo que tenga como base, mi propia iniciativa, que pueda aplicar lo que estudié con tanto entusiasmo, heredé La Ponderosa de mi abuelo y mi padre.

Está todo bien, pero, por favor, quiero que me entiendas que necesito hacer algo por mi cuenta. Esta es una oportunidad única en mi vida y quiero que me apoyen y acompañen a lograrlo – sus ojos se pusieron brillosos y mi madre entendió que estaba hablando desde lo más profundo de su corazón–

Terminado de hablar mi padre, mi madre se levantó y se dirigió a abrazarle y a darle todo su apoyo.

Esa fue una escena que nunca olvidaré, ya que nunca había visto llorar a mi padre y a mi madre expresar tanta ternura.

Pasaron varias semanas desde aquella noche en que mi padre nos había anunciado que iniciaría un nuevo proyecto en su vida.

Habiendo iniciado mis estudios terciarios en la Facultad Iquitos, por las tardes, me incorporé a darle un apoyo más profundo a mi madre en la administración del negocio.

Mi padre tenía su oficina en el Centro de la Ciudad. Una noche nos volvió a reunir a todos después de la cena y nos anunció una buena nueva.

—Bueno, quiero compartir con ustedes – empezó su discurso – quiero que sepan que ya se compraron los tanques que serán los depósitos de combustibles – todos aplaudimos en forma instintiva por la alegría – y lo otro, que quiero compartir con ustedes, es que voy a viajar a Argentina para realizar la recepción de los mismos, los han construido en una empresa que se ubica en la Provincia de Córdoba.

La alegría se opacó con esta última noticia, ya que nunca nos habíamos separado y menos para que uno de nosotros viaje a un país tan lejano como Argentina.

—¿Cuándo tendrías que viajar? – preguntó mi madre con una voz angustiada

—En cinco días creo –contestó mi padre – una vez que estén todos los papeles de la compra terminados.

Ingresar a la Argentina, para un peruano, no tiene otro requisito que su Documento Nacional de Identidad.

—Mi madre, no muy convencida, pero fiel a su voluntad de apoyar en todo a mi padre, con una sonrisa en su rostro le dijo – cuanto me alegro Juan, todo esto es un premio a la dedicación que le está poniendo a tu nuevo emprendimiento.

Mi padre tomó las manos de mamá y le dijo – gracias María –

Con este cuadro, fui a darle un abrazo a papá.

2

Comienza un nuevo día en la ciudad de Iquitos y el sol nos regala su luz, iluminando el frente de blancas paredes del edificio central de la Municipalidad.

En su interior, da inicio el incesante movimiento de personas, que por diversos motivos, entran y salen del mismo.

Frente a la explanada lateral, se estaciona un Chevrolet Corvete color azul, de su interior descienden dos personas con trajes oscuros y lentes a tono de su vestimenta.

Se dirigen a la recepción, que se encuentra inmediatamente al ingresar al edificio central.

—Buenos días – saluda el más alto y de perfil muy delgado –

—Buenos días – responde Clara, una señora que por su apariencia lleva ya muchos años haciendo su trabajo como recepcionista.

—Tenemos cita con el Intendente Norberto Solapaine

La señora, mirándolos por encima de unos diminutos lentes, baja su vista y busca en una lista.

—Ustedes son… – y hace una pausa esperando una respuesta.

—Ingeniero Luciano Fernández e Ingeniero José Capello, venimos de Argentina para una reunión.

—Ahhh si, acá los tengo anotados – dice Clara – levantando la vista y compartiendo una sonrisa.

—Suban por elevador hasta el cuarto piso, los estarán esperando – le indica con su mano derecha la dirección a seguir.

Ambos, responden con un movimiento de cabeza y una sonrisa en forma de agradecimiento y se dirigen a tomar el elevador.

Apenas la puerta se abre, sienten una vos de bienvenida, es Mateo Parisieno.

—¡Luciano, José! Que placer tenerlos con nosotros, soy Mateo – y estrecha sus manos apenas ponen un pie fuera del elevador.

—¡Hola Mateo! – responde Luciano – hemos hablado mucho por sky y por fin nos conocemos en persona.

—Si, la verdad es que fue una negociación bastante larga, pero al fin pudimos concretarla y ahora Ustedes están aquí para cerrar el acuerdo –

Mateo, con su mano izquierda les señala amablemente que avancen hacia una sala de una gran puerta de vidrio esmerilado, con un cartel que dice “Sala de reuniones”.

Ambos ingresan y se encuentran con un amplio salón muy bien iluminado, con una gran mesa ovalada en el centro y asientos que son como sillones individuales de un tapizado azul.

Los ventanales van desde 20 centímetros del piso hasta el techo y las cortinas de color gris claro recrean un clima muy cálido en el interior.

Al costado pueden apreciar toda una barra con distintas bebidas, desde café, jugos naturales hasta bebidas alcohólicas como whisky, ginebra, ron y por supuesto el infaltable pisco peruano.

En la pared, que sería el frente del salón, una gran pantalla lo cubre todo.

Ambos se acomodan en un costado de la mesa y comienzan a sacar de sus maletines sus notebook.

—¿Desean tomar algo? – pregunta Tomas, mostrándole la barra y por supuesto el sistema de autoservicio.

Luciano y José agradecen con un gesto de movimiento de cabeza y levantando el pulgar derecho.

Ambos se dirigen a la barra y se sirven un café y un bocadillo dulce que no logran identificar pero tienen una buena apariencia.

Se dirigen a la mesa de reuniones ubicada en el medio del salón y comienzan a preparar sus dispositivos portátiles y conectan a una de las maquina al cable que permite la proyección a través del proyector.

Estando solos en el salón a la espera de el resto de los participantes José pregunta a Luciano.

—¿Con quién vamos a negociar? y ¿hasta que punto podemos ser claros en este tema?

Luciano, mirando hacia ambos lados y en voz baja le responde.

—Tenemos que ser muy cuidadosos, dejemos que la reunión fluya y solo sabremos quién es el que va a realizar la negociación final. En principio prepara la Presentación 1, que es la visión general del proyecto, y no demos detalles de cómo se realizará la provisión de los equipos para cada unidad de auto expendio. Dejemos la Presentación 2 para una reunión más privada.

José, asiente con la cabeza y enciende el proyector y se dispuso a dejar preparada la presentación.

Pasado unos minutos, vuelve a ingresar a la sala Mateo, y pregunta

—¿como están?, ¿están cómodos?, en cinco minutos vendrá el Intendente, el secretario de obras públicas y el director de energía de la comuna. Justo tenían una reunión y se ha extendido la misma. Les pido disculpas por la demora.

—No te preocupes Mateo – responde Luciano – no estamos con prisa, tenemos todo el tiempo del mundo. Vamos a estar tres días en Iquitos. Luego te vamos a pedir algunos consejos sobre que lugares son interesantes para visitar y por supuesto para comer el mejor ceviche del Perú, que nos han dado muy buenas referencias y que no podemos dejar este lugar sin haberlo probado – cierra Luciano su discurso con una sonrisa.

Mateo, un poco sorprendido por la naturalidad en la comunicación, muy característico de un argentino, responde con otra sonrisa.

—Por supuesto, luego del horario de trabajo, me ofrezco personalmente para hacer de anfitrión y llevarlos a conocer los mejores lugares que tenemos en esta bella ciudad

Los tres ríen y levantan el pulgar como señal que ya tienen planes para el resto de la estadía.

En ese momento se abre la puerta de vidrio esmerilado e ingresa una mujer de mediana edad, muy elegante en su vestir, con falda a la rodilla y un blazer azul a tono de sus zapatos. Junto a ella ingresan tres personas mas y comienza, por parte de Mateo, la presentación de cada uno.

—Buenos días – saludan en general Luciano y José

Inmediatamente Mateo comienza con la formalidad del caso – Les presento a Sara Presto, secretaria de nuestro intendente – ambos le estrechan la mano y una sonrisa.

—Les presento a nuestro intendente de Iquitos, el Ingeniero Norberto Solapaine – se adelanta Norberto, y saludando a cada uno tomando con sus dos manos la mano derecha de cada uno y una agradable sonrisa – un placer Señores, bienvenidos a nuestra ciudad –

Ambos responden con otra sonrisa y un gracias

Los señores son – sigue Mateo – el Director de Energía el Arquitecto Pablo Cuervo y Director de Obras Públicas Luis Gozevo. Ambos se acercan y dan un afectuoso saludo estrechando sus manos.

Los Señores son – continúa Mateo – el Ingeniero Luciano Fernández y el Ingeniero José Capello, ambos pertenecen a la firma Energía Express SA de Argentina.

Bueno, – dice Mateo – los invito a que tomen asiento y daremos inicio a esta reunión.

Una vez que todos están ubicados en sus lugares, Luciano toma la palabra

—Estimados, desde ya muchas gracias por su cordialidad y recibimiento. Nuestra compañía quiere compartir con Ustedes la posibilidad de implementar en Iquitos nuestro último diseño en sistemas de expendio de combustible auto gestionables.

Energía Express – continúa Luciano mientras José comienza a proyectar imágenes del logo de la empresa y fotos aéreas de todas las instalaciones – se encuentra ubicada en la provincia de Córdoba, en Argentina, tenemos unas instalaciones fabriles de unos 1400 metros cuadrados. En total somos 800 empleados. En nuestra fábrica – siguen las imágenes ilustrando el relato de Luciano – tenemos una alta tecnología para la construcción de estas unidades expendedoras de combustible.

Una vez construidas, totalmente embaladas, se entregan a cada cliente en cualquier parte del mundo.

Actualmente tenemos equipos funcionando en 17 países – se muestran las imágenes de las unidades de auto expendio instaladas y funcionando–

Y luego de dar algunos números de ventas y posicionamiento en el mercado, consideran como suficiente información para ir al grano respecto a lo que han venido.

Tomando la palabra, Mateo, como moderador de la reunión, consulta, – la verdad que muy buena la estructura que tienen como empresa, concretamente desde hace dos meses hemos estado avanzando con ustedes – vía sky – el poder implementar esas unidades en nuestra ciudad.

—El intendente Norberto, está al tanto de todo lo hablado, al igual que Pablo y Luis. Nos gustaría poder avanzar en cómo poder concretar un acuerdo comercial al respecto.

—Muy bien Mateo – responde José – el acuerdo comercial, al que haces referencia– es muy sencillo. Una vez tomada la decisión de avanzar con el proyecto, el acuerdo es por un mínimo inicial de diez puntos de ventas. El costo de cada unidad es de siete millones de dólares. Cada equipo viene totalmente preparado para su ubicación en el punto de venta y conectado a la energía eléctrica comenzar a funcionar. El cliente debe hacerse cargo de las obras civiles para poder ubicar el equipo, las obras de eléctricas para energizar los mismos y el costo de la construcción de los tanques de almacenamiento del combustible. La cartelería de publicidad también es provista por Energía Express, se entrega la ingeniería de cómo deben ser los soportes de los mismos.

Energía Express se cobra por cinco años con el cincuenta por ciento de las utilidades generadas. Luego de ese período cada unidad pasa a ser propiedad del Cliente en un cien por ciento.

Terminada la presentación, que fue más que clara, todos prácticamente asentían con su cabeza, en una expresión de conformidad.

Tomando la palabra Norberto Solapaine se crea un silencio en el resto de la sala

—José, Luciano, la verdad es que estoy muy sorprendido con todo lo visto, y la sinceridad con que los argentinos hacen sus negocios. En Perú somos mas protocolares para presentar las cosas y terminamos llegando al mismo lugar. De mi parte estoy totalmente de acuerdo, vamos a ir para adelante con todo esto, vamos a tomar esas primeras diez unidades. Acá está Pablo y Luis que seguirán este proyecto en forma personal. Les pido que vean de formalizar todos esos puntos a los que hacías referencia y en corto plazo poder disfrutar de ese sistema de expendio que va agilizar muchísimo el servicio en la ciudad, que está bastante resentido.

Luciano agradeció la confianza expresada por el Intendente y giró la mirada hacia Mateo para saber como seguía el tema.

—Muy bien – dice Mateo – hemos organizado una reunión para mañana a las diez a efectos de ultimar los detalles del acuerdo. Vamos a realizar la misma en las oficina de obras públicas.