El padre Alcalde - Pedro Muñoz Seca - E-Book

El padre Alcalde E-Book

Pedro Muñoz Seca

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Beschreibung

El padre alcalde es una comedia teatral del autor Pedro Muñoz Seca. Como es habitual en el autor, la pieza se articula en torno a una serie de malentendidos y situaciones de enredo contados con afilado ingenio y de forma satírica en torno a las convenciones sociales de su época. En este caso, la trama se articula en torno a las miserias vitales de un grupo de actores y actrices que coinciden en una pensión.

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Seitenzahl: 151

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Pedro Muñoz Seca

El padre Alcalde

COMEDIA EN TRES ACTOS

Saga

El padre Alcalde Pedro Muñoz SecaCover image: Shutterstock Copyright © 1930, 2020 SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726508475

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Estrenada en San Sebastián, en el Teatro del principe el 26 de Septiembre de 1930 y en Madrid, en el infanta isabel el 10 de Octubre del mismo año.

Esta obra es propiedad del autor y nadie podrá, sin su permiso, reimprimirla ni representarla en España ni en los países con los cuales se hayan celebrado, o se celebren en adelante, tratados internacionales de propiedad literaria.

El autor se reserva el derecho de traducción.

Los comisionados y representantes de la Sociedad de Autores Españoles son los encargados, exclusivamente, de conceder o negar el permiso de representación y del cobro de los derechos de propiedad.

–––––––

Droits de representation, de traduction et de reproduction réserves pour tous les pays, y compris la Sude, la Norvége et la Hollande

–––––––

Queda hecho el depósito que marca la Ley.

A Sus Altezas Reales, los Infantes Don Jaime y Don Gonzalo que honraron con su presencia el estreno de esta obra.

Con la respetuosa adhesión y el cariño de

EL AUTOR

REPARTO

PERSONAJES ACTORES CONSUELO Eloisa Muro. CARMEN Angelina Villar. EXPECTACION María Brú. ROSARIO Concha Ruiz. PALOMA Isabel Garcés. ISIDRA Guadalupe M. Sampedro. DESCENSION Julia Tejera. ASCENSION Adelita Santaularia. ASUNCION Conchita Power. TOMASA María Merino. LUIS Pedro F. Cuenca. GANDULLAS José Isbert. DIGNO Alberto Romea. REPARADO Rafael López Somoza. GUZMAN Pedro González. JULIO Luis Domínguez Luna. VALVERDIN Pedro Valdivieso. HONESTO Jesús Valero. DONOSO Faustino Cornejo.1

––––––––––––

ACTO PRIMERO

Un gabinete, amueblado con sencillez y buen gusto, en la casa de huéspedes de doñaexpectacion icardo, antigua primera actriz que vive ahora dedicada a este lucrativo negocio. Balcón en el foro, una puerta a la derecha (actor) que conduce a una alcoba y otra a la izquierda que comunica con el resto de la casa. Es de día. En el mes de Septiembre.‒Epoca actual.

–––––––

(Al levantarse el telón. isidra, una doméstica, que habla muy mal, como se verá, porque se come muchas consonantes y silabea como si tuviera un caramelo en la boca, con el plumero bajo el brazo y en la mano la gamuza de quitar el polvo, se encara con un sillón y le recita enfáticamente.)

 

Isidra Sí,”Condesí”, sois ”abyeto”

y mancha vuestro ”contato”

No ”envoquéis” más aquel ”pato”

que no refrendó el ”afeto”,

de la muerte de ”Miencía”,

de aquel momento ”soléne”,

guarda un recuerdo ”peréne”

esta pobre ”miente” mía.

Y si con vuestra ”atitud”

que os da patente de ingrato

Venís ”cuan” un mentecato

a ultrajar la ”senetud”...

(Rumores de voces dentro.) ¿Eh?... ¡Ay qué lástima! Ahora que lo estaba diciendo tan ”perfetamente”... (Toma un servicio que hay sobre una mesa y se dispone a hacer mutis por la izquierda, al mismo tiempo que entran por la puerta de este lateral expectaciony paloma.La primera es una guapa jamona como de cincuenta años, que viste una bata de terciopelo rojo y que se ve a cien leguas que antes de ser bata casera ha servido de traje de corte en algún drama histórico. palomaes una modistilla, aun de trenzas, que viste modestamente de negro y que trae una sotana, nueva, envuelta en un gran pañuelo marrón.)

Expec.(Que es una mujer un poco desmemoriada, a la que se le van las ideas con gran facilidad.) Pasa y deja la cosa ésa ahí, en eso: en esa butaca.

Paloma Sí señora. (Obedece.)

Isidra (Curiosa.) ¿Algún traje?

Expec. Una... fulana, para don Luis: una sotana.

Paloma(Doblando el pañuelo.) Haga usted el favor de decirle al padre...

Expec. ¿A qué padre? ¿Al de don Luis?

Paloma Al de la sotana: al cura.

Isidra (Riendo.) ¡Al cura! ¡Se cree que es un cura! ¡Ay, qué plancha! Bueno, es una plancha como pa una ”anédota”.

Paloma (Extrañada.) ¿Eh?...

Isidra Que no es cura, mujer. Es un ”ator” don Luis Arranz, ese que va a ”atuar” en el teatro nuevo de calle Mayor.

Expec. Sí; ese ”ator”... (Molestísima dándose un manotón en la boca. Mire... fulana, Isidra: le he dicho que la retengo en mi casa con la condición de que no hable delante de mí, o en caso de que hable, que se fije mucho en lo que dice, porque yo soy una mujer muy eso, muy esto, muy impresionable, cualquier defecto de pronunciación se me pega en seguida y, aunque afortunadamente, no pertenezco ya a eso... al teatro y no estoy expuesta al horror de una trabucación pública, no me gustan tampoco las privadas porque podría decir alguien: ¿Y esta señora que dice cacha por cancha ha sido primera ”atriz”? (Dándose otro tapaboca.) ¡Haga el favor de marcharse!

Isidra Sí señora. Perdone la señora. Todavía no hablo “corretamente”, pero antes de un mes, verá la señora lo que es “correción”.

Expec. Bien: retírese.

Isidra Sí, señora. (Medio mutis.) ¡Ah! M’ha dicho don Digno, el padre de don Luis, que ese “badul” (Por un baúl que habrá en escena.) no pueden quitarlo de ahí porque es el “badul” de las pelucas y que necesita dos perchas?

Expec. (Como si le hubieran aplicado un cohete.) ¿Dos perchas…

Isidra Sí señora: una para su cuarto de él y otra para la alcoba de don Luis.

Expec. ¡Está fresco! En mí esto… en mi pensión, no hay perchas. Lo que haya que colgar se cuelga en los armarios. Lo de las perchas se queda para ésas... ¡eso es! para las casas de huéspedes. No me he gastado yo un dineral en arreglar la casa con butacas y sillas equiformes, muebles ad… eso, ad hoc, para que me lo empuerquen con perchas y baúles. ¡Pues hija! Hágaselo saber así.

Isidra Sí señora. Todas las cosas desagradables las dice usté siempre por mi “conduto”.

Expec. Por tu “conduto”... (Nuevo manotón.) ¡Váyase! Y dígale que si no se lleva ese… cosa de ahí soy capaz de tirárselo por el “viaduto”. (Desesperada: en un grito.) ¡¡Fuera!!

Isidra (Rebrincando.) ¡Ay, qué susto! (Haciendo mutis.) ¡Jesús hija y qué rabotada! No sé cómo no m’ha dao un “colaso” (Se va.)

Expec. ¡Me desespera y me me… eso!

Paloma Entonces este don Luis de la sotana es ese de quien hablan tanto los periódicos, que dicen que ha trabajao tantos años en América y que viene ahora a que lo conozcan aquí?

Expec El mismo. (Acentuando mucho la pronunciación.)Un gran actor. Aquí va a tener mucho éxxxito. (Suspirando.) ¡Ay!...

Paloma(Imitándola con mola intención.) ¿Usté también ha sido acctriz?

Expec. Y nombradísima: en provincias sobre todo: Expectación Icardo. Tú eres muy niña y claro...

Paloma (Ingenuamente.) Claro...

Expec. En Madrid actué poco. Las envidias de las consagradas que no me dejaban pasar; las picardías de los... eso, de los agentes y sobre todo la rutina de los empresarios. ¡Claro!

Paloma (Como antes bobaliconamente.) Claro.

Expec. Cansada de rodar por ahí con la familia, que era una pensión, puse esta pensión de familia y…

Paloma (Como antes.) Y...Capicua.

Expec. ¿Cómo dice?

Paloma Que se va V. defendiendo.

Expec. Y bastante mejor que en las tablas hija mía. Allí no tuve suerte. Dieron en decir que yo estaba ida... Vamos, perdida de memoria; que me confundía y saltaba de una comedia a otra… Y todo porque una vez haciendo “La Azotea” una obra de los Quintero, creí que lo que hacíamos era ”El Patio” y me salté de la azotea al patio sin darme cuenta. ¡Canallas! ¡Perdida de memoria yo! Lo que sucede es que en el teatro, como en todas las profesiones ni están todos los que están ni son todos los que son. Bueno, al revés: ya tú me entiendes. (Rumor de voces dentro.) Ahí creo que está él... ése; don fulano: vamos, el padre.

Paloma ¿El cura? ¿El que va a hacer de padre?

Exgec. El padre del padre.

Paloma El abuelo.

Expec. No, mujer: el padre de don Luis Arranz.

Paloma ¡Ah! Pues dígale V. a lo que he venido, a ver si... ¿eh?... a ver si suda algo. Si me da treinta, compro ahí en la esquina una gloria y meriendo.

Expec. ¿Ganas poco en el taller?

Paloma Una peseta; y figúrese usté, somos cuatro hermanos y la única que lo gana soy yo…

Expec. ¡Jesús!...

Paloma Yo soy la mayor. Mi madre, que era viuda, murió, va pa seis meses, y hágase usté cargo...

Expec. Pero, ¿de qué viven Vds.?

Paloma De milagro y de la caridad de un señor que es inquilino de la guardilla de al lao, y que, desde que murió mamá, nos paga el alquiler del cuarto, y cuando no nos da alguna pesetilla nos lleva alguna cosa de comer. Es un santo, porque el pobrecillo debe estar también muy alcanzao.

Expec. (Mirando hacia la izquierda.) Ahí está don Digno. Algo te dará, de seguro, porque se pirra por las modistillas.

Paloma (Arreándose el pelo.) Ah, ¿sí?

Expec. Sí, hija, sí: un asco.

Paloma(Dolida.) ¡Oiga, señora!...

Digno (Entrando por la izquierda.) Buenas... (Ha cumplido los cincuenta y cinco años y viste un poco atrevidamente.)

Expec. Muy buenas, señor Arran.

Digno(Fijándose en paloma.) ¿Esta chica?...

Expec.(Con retintín.) Modistilla.

Digno(Mirándola de arriba abajo, complacido y catalogándola.) ¡Hum!... Hombre... ¿Chalequera? ¿Pantalonera?...

Expc. Ha traído la sotana.

Digno Sotanillera.

Paloma (Coquetuela.) ¡Ay, qué gracia!

Expec. (¡Mírala también!...)

Paloma Me ha dicho la maestra que si le llevan los zapatos que ella le pegará las hebillas y que ya le mandará el manteo.

Digno Bien; toma, mujer. (Se busca en los bolsillos.)

Paloma(Muy satisfecha.) (Tengo gloria.)

Digno (Dándole un papelito azul.) Ahí va.

Paloma (Extrañada y un poco perpleja.) Y esto ¿qué es?

Digno Un paraíso.

Paloma ¡Mi abuela!

Digno Una entrada para el debut, inauguración y estreno del viernes. Una alhaja que te doy. Desde hace tres días no hay localidades y se están vendiendo los anfiteatros a dos duros.

Paloma(Más conforme.) Vaya, pues muchísimas gracias. Buenas tardes.

Digno Adiós, pimpollo.

Expec. Adiós.

Paloma (Haciendo mutis por la izquierda.) (Ahora mismo la vendo. A ver cuántas glorias me dan por este paraíso.) (Vase.)

Digno(a expectacion.) Ya me ha dicho… Rosario Pino, lo del baúl y lo de las perchas…

Expec. ¿Quién?

Digno La criada; y haga Vd. el favor de no contrariarme esta tarde, amiga Expectación, porque vengo de un negro que miro y alquitrano.

Expec. ¿Qué le sucede a Vd.?

Digno Que he visto el ensayo del drama de Vito Azolas y no hay derecho a que mi hijo se presente en Madrid con semejante galopinada. ¡Malhaya sea!... Podría presentarse con cualquiera de las obras que a él le van, y en las que yo trabajo, y estrenar a los cuatro o cinco días la mentecatada de ese sandío, que nos va a ensandecer a todos. ¡Qué drama, Expectación! ¡Qué paparrucha! Pero, claro, el señor Azolas ha comprado el teatro para que se hagan en él las obras de su niño, que es un zamacuco, y vamos a tener zamacucadas hasta el día del juicio.

Expec. Pero ¿es que la obra no le va a Luis?

Digno Ni a Luis, ni a la Quintana, ni a la Lasaosa ni a nadie. El argumento es de un infantilismo macaquense. Figúrese Vd. una monja que para librar a su madre del pecado, deja el convento y desciende al arroyo…

Expec. ¡Jesús, qué antigualla!... Eso ya se ha hecho en… aquello de… ése, y en lo… eso otro de aquél… de fulano.

Digno ¡Menuda igorrotada!...

Expec. ¿Le ha variado el título por fin?

Digno ¡Quiá! No hay manera. ¡Es un cabeza dura!... Sigue llamándose «Del coro al arroyo», que ya la llaman por ahí «Del coro al caño».

Expec. ¡Atiza!

Digno Total, que la presentación de Luisito, que podía haber sido un acontecimiento, va a resultar un planchazo. El carrito, que se nos ha torcido. Y yo sé por qué se nos ha torcido.

Expec. ¿Ya va Vd. a empezar?

Digno Vd. vaya tomando nota y dígame luego si tengo razón o es que creo en brujas. A nosotros nos escribieron a Buenos Aires, diciéndonos que la sociedad alavesa de construcciones: ”Arteaga, Arsuaga y Gurruchaga”, estaba haciendo en Madrid, en la calle Mayor, para inaugurarlo en septiembre, un teatro que pudiera servir también para circo, y que iba a denominarse” Teatro-Circo Alavés”. Contratamos con ellos, vinimos a España, nos instalamos aquí, lo dispusimos todo para presentarnos con una obra muy bonita, de costum bres bonoarenses, una obra que hace la apología del mate, esa bebida argentina, y que se titula «Mate Admirabilís».

Expec. Sí; la conozco: de ése... de allá... de aquél de allí.

Digno Sí: de Renuncio Salvarejo. Una comedia en la que tenemos papeles de lucimiento mi hijo y yo. Bueno, pues estábamos todos encantados, pero de pronto aparece, como caído de una nube, Jordán Gandullas y... ¡¡la catástrofe!!

Expec.(Sonriendo.) ¡Jesús!

Digno No, Expectación; no sonría Vd., porque no es cosa de sonreír. En cuanto se presentó Gandullas, salió todo rodando. Surgió el señor Azolas, compó la finca, en vez de ”Teatro-Circo Alavés”, que era bonito, le puso ”Teatro Azolas”, que hay que tener valor para ponerle a un teatro un nombere tan peligroso, y si bien respetó el contrato que teníamos con los alaveses, nos ha impuesto la obligación de debutar con un estreno de su hijo, porque para eso dice que ha comprado el edificio y… nada: ¿para qué seguir? Nuestro gozo en un pozo y nuestros planes en alquitranes.

Expec. Y la culpa de todo la tiene Jordán Gandullas, ¿verdad? De manera que un infeliz, más bueno que el pan, y que tiene la desgracia de que no le contraten, a pesar de ser un excelentísimo actor…

Digno ¡Una birria!

Expec. Se presenta y su... eso... su aquello...

Digno Su jetta, que es más jettatore que el que lo inventó. Su mala pata, porque es el cenizo; pero el cenizo con hollín. ¡Así se muera!...

Expec. Pues hijo mío, a mí me va muy bien con él y cuando está parado..

Digno Que es siempre...

Expec. Por una comida que hace aquí al día, me lleva las cuentas de la pensión y me administra las dos casuchas que tengo en Vallecas y la que tengo en los Cuatro Caminos.

Digno(Encandilado.) ¿Eh? ¿Pero, además de esta pensión tiene Vd. esas tres casitas?....

¡Caramba, Expectación!

Expec. Ya ve Vd.; a pesar de ser amiga de Gandullas.

Digno De no tener esa amistad, quién sabe si sería Vd. dueña del Palace y del hotel ese de la Plaza de la Cibeles.

Expec. Quién sabe. Pero, en fin, me contento con lo que tengo. No soy nada superticiosa.

Digno. Ni mi hijo tampoco; y eso es lo que me tiene sin sueño, porque a mis hijo le gusta Gandullas y temo que en cuanto tenga un puestecito le contrate, y eso no: o Gandullas o yo. ¡Le odio! Y lo que más me molesta es que a Vd. le gusta ese hombre.

Expec. ¿A mí? ¿Pero qué tonterías está Vd. diciendo?

Digno Casi me atrevería a jurar que está usted ciega por él, porque de no estarlo se hubiera fijado Vd. en mis insinuaciones.

Expec. ¿Eh? ¿Pero?... Vamos, amigo Digno, que estamos hablando en serio.

Digno. (Cargando la suerte.) ¿Cree usted que yo chanceo, amiga Expectación? Usted está en la flor de la vida. Además está Vd. sola en el mundo, porque, sus cuatro hermanas están casadas, sus cinco hermanos están ausentes y sus once sobrinos no po nen aquí los pies jamás.

Expec. (Queriendo poner término a la conversación.) Bueno, bueno.

Digno En cuanto a mí... no esta bien que yo mismo me haga el artículo, pero vamos todavía se me puede ver, hay rejo hay talante, hay gallardía, el pelo es mío puedo roer piedras, digiero sin bicarbonato y vaya... hay aún gachonería y donaire. Además, que casada conmigo podría Vd volver a... ¿Eh? Y no de dama de carácter, sino de primerísima actriz.

Expec. (Suspirando dolorosamente.) ¡Ay!...

Digno A ese traje le pondría Vd. otra vez los galones dorados y haría Vd. nuevamente la ”Locura de Amor”.

Expec. (Volviendo a suspirar.) ¡Qué locura!...

Digno ¿Por qué locura, amiga mía?

Expec. Digo, que ”Locura de Amor” hice en Linares cuando estrené este traje de corte ¡Cómo estaba yo de reina!..... ¡Lo que aplaudían aquellos mineros: hasta los más republicanos! ¡Ay!...

Digno (Recargando amorosamente.) ¿Qué, Expectacioncita?...

Expec. Vamos, vamos, señor Arran. ¡Que no se diga!... (Rehuyendo A digno, que intenta cogerle una mano.) ¡Que soy una señorita!

Valv. (Entrando por la puerta de la izquierda.) Buenas (Trae en la mano una peluca gris.) Hombre, m’alegro de encontrarlo a usté aquí. (Valverdin tiene cuarenta años, es andaluz y viste modestamente.) Vamos a tener pata D. Dirno.

Digno ¿Qué sucede?

Valv. La Quintana, que acaba de tarifa con su hijo d’usté.

Digno(Palideciendo.) ¿Eh? ¿Qué dices, Valverdín?

Valv. Sin gritos ni ná: tó por lo bajo: pero vaya reconcentraura, dientes apretaos, entresijos frunsiós, manos agarrotás y ojos echando lumbre. ¡Una guasa! Que nos vamos a quedá sin primera actriz, como yo me quedé sin tabaco en la Aduana de Cádi.

Digno ¡Dios santo! ¿Pero qué ha sucedido?...

Valv. A derechas no lo sé. Vi que ella se asercó a él temblorosilla como de rabia y le dijo algo por lo bajo que yo no entendí, porque a mí no llegó más que psi, pis, pis... psi, psi, psi... y él le contestó, amarillo verdegay: ”¡No quiero oirte, Carmen, lo nuestro ha terminao para siempre!”

Digno ¡Jesús!

Valv. Y como don Luis, que yo le sé muy bien, porque llevo siete años vistiéndole, no le tiene a ella mucha ley, porque él es un romántico y esas relaciones las mantenía tan sólo por darle a usté gusto, pues, ya puede usté ponerle a esos amoríos un ”epitacio”.

Digno (Aterrado.) ¡Y cómo es la Quintana! Ea, ahora se nos va y a ver dónde encontramos mos de pronto otra primera actriz... ¿Pero qué habrá sucedido? (Asaltándole una terrible idea). Escucha: Ha ido Gandullas al ensayo?

Valv.