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El propósito de este libro es dar a conocer los resultados de una experiencia de trabajo con el portafolio de enseñanza implementado en el Taller de Arquitectura II, en el marco de un proyecto de innovación en estrategia docente desarrollado en la Carrera de Arquitectura de la Universidad de Concepción. Con ello, se intenta profundizar en la complejidad del proceso de enseñanza – aprendizaje realizado al interior de un taller de arquitectura, para lo cual se promueve la construcción de un sistema de registro y antecedentes de las actividades del taller, que ayuden a conocer e interrogar el proceso realizado, buscando elementos y condiciones que permitan mejorar los mecanismos asociados a los procesos de evaluación y su coherencia con los objetivos de enseñanza perseguidos. Para ello, se introduce el trabajo con el portafolio de enseñanza como herramienta que permite reunir evidencias para poder establecer una mirada integral a la enseñanza practicada y aprendida, desde la perspectiva de los principales involucrados en el proceso: alumnos y profesores. La incorporación del portafolio al trabajo tradicional del taller determinó un sistemático y detallado registro de cada una de las actividades realizadas, durante todo el año académico de aplicación de la iniciativa, junto con la construcción de un soporte tecnológico para la integración y visualización de las evidencias del proceso, situación que permitió analizar sus principales fortalezas y debilidades.
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Seitenzahl: 184
Veröffentlichungsjahr: 2025
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Dedicado a quien considero el principal impulsor y motivador para mi personal búsqueda por desarrollar una docencia significativa y de calidad para mis estudiantes, mi amigo Jean François Mabardi. Quiero expresarle a él mis más sinceros agradecimientos por su amistad y por compartir desinteresadamente, toda su enorme y valiosa experiencia.
También, dedicado con especial cariño a Verónica, Monserrat y Simón, mi hermosa familia, que hace que todo en este mundo tenga sentido.
INTRODUCCIÓN
MOTIVACIONES DEL TRABAJO
OBJETIVOS DEL TRABAJO
CAPÍTULO I INCORPORACIONES TEÓRICAS A LA PROBLEMÁTICA DEL TRABAJO CON PORTAFOLIOS
1 DESDE LA COMPRENSIÓN TEÓRICA DEL CONCEPTO DE EVALUACIÓN
1.1 La evaluación de los aprendizajes en los espacios universitarios
1.2 La evaluación de los aprendizajes desde una perspectiva constructivista
1.3 Los nuevos paradigmas en la evaluación
2 DESDE LA REFLEXIÓN TEÓRICA SOBRE EL PROCESO DE FORMACIÓN EN ARQUITECTURA
2.1 Referencia hacia los procesos de la enseñanza de la arquitectura en Chile
2.2 La observación de trayectorias
2.3 Transversalidad e integración de contenidos
2.4 Nueva posible práctica en el proceso de aprendizaje de la arquitectura
3 DESDE LA CONSTRUCCIÓN TEÓRICA DEL TRABAJO CON PORTAFOLIOS
3.1 Aspectos generales del trabajo con portafolios
3.2 El portafolio de enseñanza
3.3 El portafolio del estudiante
3.4 El portafolio del docente
4 CONCLUSIONES CAPÍTULO I
CAPÍTULO II EXPERIENCIA CON EL PORTAFOLIO EN EL TALLER DE ARQUITECTURA II
1 FORMULACIÓN GENERAL DEL PROYECTO
1.1 Aspectos generales
1.2 Descripción general del problema
1.3 Objetivos del proyecto
2 PLAN DE DESARROLLO DEL PROYECTO
2.1 Etapas y actividades de ejecución
2.2 Recursos disponibles
2.3 Evaluación prevista (a realizar al término del proyecto)
3 EL PORTAFOLIO DEL TALLER DE ARQUITECTURA II
3.1 Elementos que componen el portafolio
3.2 Desarrollo de los contenidos del portafolio
3.3 Resultados observados por el portafolio y su interpretación
4 EVALUACIÓN DE LA EXPERIENCIA
4.1 Desde su implementación en el taller de arquitectura II
4.2 Desde la aplicación del portafolio en el proceso de enseñanza
4.3 Desde su impacto en el aprendizaje de los alumnos
4.4 Desde su impacto en la metodología de trabajo del taller
5 CONCLUSIONES CAPÍTULO II
CAPÍTULO III PROYECCIONES Y ALCANCES DEL TRABAJO CON PORTAFOLIO SOBRE EL PROCESO DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA ARQUITECTURA
1 NUEVAS PERSPECTIVAS PARA LA EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE EN EL TALLER
1.1 Para la construcción del aprendizaje (portafolio del estudiante)
1.2 Para la construcción de la didáctica (portafolio docente)
2 NUEVAS PERSPECTIVAS COMO HERRAMIENTA DE APOYO AL PROCESO DE ENSEÑANZA
2.1 En el desarrollo del proceso de formación (portafolio integrado)
3 NUEVAS PERSPECTIVAS COMO HERRAMIENTA DE APOYO A LA GESTIÓN DEL TRABAJO FORMATIVO
3.1 En la construcción del currículo para la carrera
3.2 En la profesionalización de la actividad académica
4 CONCLUSIONES CAPÍTULO III
BIBLIOGRAFÍA
El desarrollo de los procesos de enseñanza – aprendizaje al interior de los talleres de arquitectura, lleva generalmente, a quienes participamos de la labor de enseñar dentro de estos contextos, a confrontar el entendimiento que tenemos o hemos construido de la arquitectura con las herramientas y metodologías didácticas que posibilitan su enseñanza, estructurando un quehacer docente basado en nuestro propio sentido y definición de la disciplina, y apoyado en aquellos métodos y mecanismos que nos ayudaron en nuestros particulares procesos de aprendizaje, y que en la práctica definen nuestra versión de cómo debe ser enseñada la arquitectura.
Esta situación nos conduce, invariablemente, a cuestionar los procesos de enseñanza vividos y a reflexionar sobre nuestras propias experiencias y vivencias arquitectónicas, tanto del tiempo de estudiante como del profesional que ejerce la disciplina, para hacer una valoración de aquellas situaciones, elementos y condiciones que aportaron a nuestra formación y de aquellos que no constituyeron mayores beneficios.
Se construye de esta forma, una relación en permanente ajuste entre los principios que mueven la acción de enseñar y la acción misma, buscando definir una manera de enseñar propia, bajo cuyos principios y directrices se intenta guiar a los estudiantes por un aprendizaje que les permita construir su propio entendimiento y autonomía en la arquitectura, bajo la lógica de no repetir con los alumnos los errores sufridos en la propia enseñanza.
Si bien la estructuración de estos procesos particulares de enseñanza llevan implícita la preocupación y responsabilidad de los docentes por realizar el mejor trabajo académico dentro de sus posibilidades, presenta al mismo tiempo, una serie de falencias y debilidades asociadas al desarrollo y puesta en práctica de la enseñanza impartida, y que se originan principalmente por la escasa preparación pedagógica y/o experiencia previa de los arquitectos que incursionan en estos contextos y la falta de acuerdos y/o definiciones comunes respecto de lo que es la arquitectura y la forma de enseñarla.
En general, reconocer estas consideraciones al interior de los cuerpos académicos moviliza una reflexión y búsqueda de alternativas de acción pedagógica destinadas a corregir estas deficiencias, que afectan el desarrollo de los procesos de enseñanza y configuran una percepción distorsionada de él, pero que muchas veces, el resultado de dichas reflexiones y acciones no constituyen cambios significativos ni cohesionados sobre la práctica efectiva de la enseñanza.
Esto puede explicarse en razones históricas, ya que es posible establecer que la reflexión acerca de la enseñanza de la arquitectura no ha sido un tema que concite mayor interés en la mayoría de los arquitectos, debido a que de alguna forma se asume que la idea de cómo enseñar arquitectura debiera surgir de manera natural del propio ejercicio profesional, de tal modo que reflexionar sobre ello resulta redundante1.
Esta condición, que genera la escasa preocupación del cuerpo profesional por sus mecanismos docentes, en el fondo adhiere a la idea2 que la enseñanza de la arquitectura, su proceso de desarrollo y los mecanismos de evaluación que involucra esta dinámica de aprendizajes, quedan condicionados al ánimo y voluntad del profesor de turno, el cual según sus particulares criterios, convicciones y apreciaciones establece una valoración y calificación del trabajo realizado por el alumno. El profesor no declara una posición explícita sobre lo que entiende por arquitectura y el sentido de su enseñanza, lo que dificulta enormemente el entendimiento de su quehacer docente y su coherencia con la definición de criterios de evaluación y los parámetros que involucran, lo que trae como consecuencia, el alejarse de la percepción de objetividad en la concepción de la enseñanza y sus mecanismos de evaluación, acercándose en cambio, a la percepción de subjetividad para todo el trabajo realizado.
Bajo estas premisas generales sobre el proceso de enseñanza de la arquitectura y desde la propia experiencia docente, construida desde el año 20003, las reflexiones sobre mi quehacer docente, construidas sobre la práctica de la enseñanza realizada en distintos talleres de arquitectura, y posteriormente, las reflexiones construidas desde la perspectiva del Jefe de Carrera, encargado de administrar el plan de estudios y mejorar la gestión de la docencia que involucra sus ejecución; mis principales preocupaciones respecto del proceso de enseñanza – aprendizaje de la arquitectura se establecen desde dos ámbitos de acción diferentes, en escala y proyección, del proceso de enseñanza, pero que se relacionan por medio de un denominador común, propio de la gestión práctica del quehacer académico, como es la evaluación.
El trabajo con la concepción de la evaluación en la enseñanza de la arquitectura, y la consiguiente búsqueda de herramientas y mecanismos que permitan abordar el desarrollo de evaluaciones de los procesos de enseñanza coherentes con sus objetivos, y con un impacto significativo para la mejora de dichos procesos, forman parte importante de mi desempeño académico y han permitido el desarrollo de proyectos de innovación en estrategia docente en la materia, en los que se ha trabajado con el portafolio de enseñanza como una de las herramientas más adecuadas a estos propósitos; proyectos que en el presente trabajo se muestran vinculados en una progresión sistemática de complejidad creciente.
Desde las preocupaciones por las cuestiones de la evaluación y en relación con los dos ámbitos de acción de mi labor académica, el desarrollo del presente trabajo se origina desde dos perspectivas diferentes:
La del docente, que construye una enseñanza integrando el aprendizaje de sus estudiantes con la reflexión sobre su propio trabajo docente. En este sentido se intenta mostrar el desarrollo de un proceso de enseñanza realizado en un taller de arquitectura, reflejando el trabajo efectuado y sus consecuentes procesos de evaluación, reuniendo evidencias sobre las estrategias de enseñanza implementada y permitiendo interrogar el proceso en busca de los significativos efectos en el aprendizaje y desempeño de sus estudiantes. La construcción del registro de evidencias sobre el quehacer de la enseñanza impartida permite visualizar de manera complementaria, el propio desempeño docente, permitiendo una reflexión crítica de su hacer con miras a mejorar y superara las deficiencias detectadas.
La del Jefe de Carrera (Director de Estudios), en cuya gestión de administración del programa de estudios, incorpora nuevas posibilidades para la evaluación del desarrollo y desempeño académico, con miras a establecer una mejora constante del programa que organiza el proceso global de enseñanza – aprendizaje. En este sentido se intenta incorporar una herramienta tecnológica de apoyo a la gestión de administración académica del programa de estudios, la cual entregue evidencias sobre la manera en que es llevado a la práctica en las diferentes escalas y etapas de su proceso de desarrollo, pudiendo establecer evaluaciones sobre la consecución y grado de cumplimiento de los objetivos de enseñanza perseguidos. La implementación de esta herramienta de gestión permite respaldar decisiones de cambio y/o modificación en la ejecución, desarrollo y proyecciones del programa de estudios, reuniendo información desde los contextos de acción de los estudiantes y docentes involucrados en el proceso de enseñanza – aprendizaje.
Si bien ambas perspectivas no tienen un origen común al momento que refleja el proyecto del Portafolio del Taller de Arquitectura II, objeto del presente trabajo y que se enmarca fundamentalmente, dentro de la visión del docente; en la actualidad ambas perspectivas confluyen hacia la lógica del uso del portafolio de enseñanza como la herramienta que permite abordar evaluaciones del proceso de enseñanza – aprendizaje con miras a su mejora constante.
En este sentido, la lectura actual de la evolución realizada desde el proyecto de portafolio inicial (año 2002), su implementación y posterior desarrollo de sistemas tecnológicos como plataformas digitales de información, basadas en el proyecto inicial y que asumen la lógica del portafolio de enseñanza (años 2004, 2006 y 2007), permiten relevar la importancia asignada a la evaluación como uno de los soportes fundamentales para el desarrollo y gestión adecuada de los procesos de enseñanza – aprendizaje, cuyo trabajo consistente y objetivo permite mejorar dichos procesos y que encuentra en el portafolio de enseñanza una de las herramientas más apropiadas a dicha labor.
1 BARROS, P. y MORA, R. 2006. Tradición v/s realidad. La formación del arquitecto. Revista CA Ciudad y Arquitectura (124): 46 - 47
2 Arraigada en la mayoría de los estudiantes de arquitectura, sus familias y la comunidad en general
3 Como profesor de Talleres de Arquitectura I y II desde 2000 y como Jefe de Carrera de Arquitectura (Director de Estudios) de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía de la Universidad de Concepción desde 1995
Desde el contexto del Taller de Arquitectura II, correspondiente al segundo año de la Carrera de Arquitectura de la Universidad de Concepción, el proceso de enseñanza – aprendizaje efectuado se orienta a lograr en los estudiantes, el desarrollo de sus aptitudes y competencias proyectuales para enfrentar la integralidad del suceso arquitectónico, condición que les permita acercarse al entendimiento de las diversas problemáticas que involucra dicho suceso y la consecuente construcción de propuestas de solución adecuadas; abordando el trabajo proyectual desde una concepción de complejidad creciente.
La puesta en práctica del proceso de enseñanza – aprendizaje al interior del taller, establece el desarrollo de un quehacer proyectual que describe una dinámica de trabajo progresiva, con actividades y múltiples ejercicios que van construyendo una secuencia de avance constante hacia el logro de los objetivos de aprendizaje de los estudiantes, y que se caracteriza por la enorme cantidad y variedad de trabajos que los estudiantes realizan en el período de tiempo en que este proceso transcurre.
En la ocurrencia vertiginosa de este quehacer confluyen e interactúan de forma estrecha, los ámbitos de acción de los estudiantes que construyen su aprendizaje, en su dimensión individual y grupal, y el de los docentes que construyen su enseñanza, definiendo en conjunto los cuestionamientos y reflexiones que orientan la acción del ejercicio proyectual al interior del taller, y que constituyen la base para la estructuración de las distintas alternativas del trabajo proyectual de los estudiantes, de sus resultados y de la forma de abordar su evaluación.
Esto determina, en consecuencia, que el proceso de enseñanza – aprendizaje realizado, tanto desde la perspectiva individual del estudiante como desde la visión colectiva del grupo de estudiantes que conforman el taller, debe ser entendido y valorado desde la responsabilidad compartida de los protagonistas que intervienen en él, asumiendo las evidencias de su desempeño conjunto (trabajos, comentarios, calificaciones y reflexiones) como la base adecuada de información que permite interrogar al proceso y sus resultados, para determinar su correspondencia y coherencia con los objetivos de enseñanza – aprendizaje declarados.
Desde mi incorporación como profesor colaborador en el taller de arquitectura II, a partir del 1º semestre del año 2000, y desde un conocimiento general de los períodos lectivos precedentes de los talleres de arquitectura, desarrollados en la carrera desde su origen el año 19924, he podido comprobar que las consideraciones arriba expresadas respecto de la evaluación del proceso de enseñanza – aprendizaje realizado, han sido asumidas, históricamente, de manera parcializada por los docentes responsables de la enseñanza en los talleres, estableciéndose lógicas de entendimiento de la evaluación de los talleres que han distorsionado su diagnóstico y establecido criterios de apreciación disímiles y de difícil comprobación:
Por un lado, el seguimiento y valorización del proceso de aprendizaje realizado por los estudiantes, de manera individual o colectiva, se construía, en la generalidad de los casos, en base a apreciaciones y valoraciones personales que el profesor establecía sobre el desempeño del estudiante, no contando con un respaldo de evidencias que permitiese comprobar dichas apreciaciones y las consecuentes evaluaciones que se desprendían de ella. Los posibles registros de evidencias correspondían a trabajos destacados en el contexto de un ejercicio de taller, los cuales eran almacenados como muestra de los resultados obtenidos por los estudiantes más que como medio para apoyar el aprendizaje.
Por otro lado, la evaluación global al proceso de enseñanza y aprendizaje realizado en el taller al finalizar cada año lectivo, a modo de análisis de fortalezas, debilidades y amenazas, se construía sobre la base de los resultados estadísticos (calificaciones parciales y finales) obtenidos por los estudiantes, estableciendo diagnósticos de proceso basado en criterios cuantitativos y normativos, que no permitían un análisis reflexivo y crítico, bajo criterios cualitativos, de la pertinencia de la enseñanza impartida y su relación con el logro de los objetivos de enseñanza y aprendizaje definidos para los distintos niveles del programa de estudios. Asociado a ello, la generalidad de los casos no se contaba con evidencias que permitiese comprobar y validad las apreciaciones y evaluaciones efectuadas por los profesores al proceso de enseñanza desarrollado.
Bajo estas distorsiones, la percepción global de la evaluación y validación del proceso de enseñanza – aprendizaje desarrollado en los distintos talleres de arquitectura durante un año académico, y que incluía el taller de arquitectura II, se situaba en áreas difusa de acción, que no lograban apoyar una reflexión crítica que propiciará la construcción de una estructura de avance y mejora para dichos procesos:
Desde la especulación, debido a la falta de antecedentes para verificar las argumentaciones de respaldo al quehacer de enseñanza realizado
Desde la justificación personal de desempeño, al sentirse el profesor responsable cuestionado en su calidad personal por sus pares5, restando mérito a su quehacer y actividad docente
Desde la falta de crítica al proceso, al no incorporar en el diagnóstico y evaluaciones del proceso de enseñanza la autoevaluación al propio desempeño docente.
Si bien es posible reconocer, durante los años de desarrollo de la carrera, una creciente conciencia y voluntad de acción, respecto de la necesidad de estructurar herramientas pedagógicas que ayuden a mejorar los procesos de enseñanza - aprendizaje al interior de los talleres, posibilitando la construcción de mecanismos adecuados para la evaluación de sus resultados y la observación de la integralidad del proceso; estas iniciativas iniciales se constituyen más bien como intentos aislados, de corto alcance (ejercicios o tareas) y no sistematizados en su impacto sobre el proceso de enseñanza, teniendo como consecuencia que los esfuerzos dispuesto para su logro, se diluían dentro del quehacer del taller, no permitiendo establecer con ello, puntos de análisis y/o diagnóstico sobre el proceso de enseñanza - aprendizaje realizado.
Bajo este contexto del proceso de enseñanza – aprendizaje desarrollado en los talleres de arquitectura, y desde la visión como docente de taller, que participa en la construcción de su enseñanza, y como Jefe de Carrera, que busca mejorar el desarrollo del programa de estudios, las motivaciones que dan origen al presente trabajo se definen desde el sentido de insatisfacción respecto de los mecanismos a través de los cuales se estructura la evaluación del proceso de enseñanza – aprendizaje que se desarrolla en los talleres de arquitectura en la UdeC, tanto desde la perspectiva de la construcción del aprendizaje (alumno) como de la construcción de la enseñanza (docente). El alcance de estas motivaciones se puede organizar bajo una secuencia jerárquica de acción, relacionadas principalmente con la intención de mejorar el propio desempeño académico para la enseñanza en el taller, y cuyo trabajo puede proyectar su influencia sobre la estructura pedagógica que soporta el programa de estudios.
Con ello, las motivaciones pueden expresarse de la siguiente forma:
Motivaciones principales
Insatisfacción de las evaluaciones anuales realizadas al final del taller de Arquitectura II
Necesidad de contar con un portafolio del taller que permita reunir evidencias para mejorar las evaluaciones realizadas al proceso de enseñanza
Motivaciones secundarias
Insatisfacción de las evaluaciones anuales al final de una promoción de estudiantes
Establecer un primer diagnóstico del programa de enseñanza de la carrera
Finalmente, tanto las motivaciones principales como las secundarias se integran bajo la acción de propiciar el desarrollo de una herramienta pedagógica que ayude a mejorar el proceso de enseñanza – aprendizaje de la arquitectura, entendiendo para ello la necesidad inicial de poder reunir, bajo la forma de una estructura común de información organizada, las evidencias asociadas al quehacer del proceso de enseñanza realizado, condición que permita interrogar su desarrollo y verificar su relación con los resultados (parciales y finales) obtenidos por los estudiantes, a fin de establecer una apreciación y evaluación objetiva de su estado.
4 Y en los cuales participé, desde 1992, en mi condición de alumno regular de su programa de estudios y desde 1996, como alumno ayudante del taller de arquitectura de 1º año
5 En la mayoría de los casos los docentes asumían, ante la falta de antecedentes verificables del trabajo formativo realizado, que eran ellos los evaluados y no el trabajo desarrollado en el taller. Ante la presión de esta situación, las conclusiones argumentadas en la mayoría de los casos eran del tipo “es que los alumnos son los malos”; “es que en los anteriores cursos los alumnos no aprendieron nada”; “es que debí reforzar lo que no aprendieron en el año anterior por lo que, no pude concentrar mis esfuerzos en los contenidos y objetivos del taller correspondiente”.
Los objetivos del presente trabajo, concordantes con las motivaciones expresadas, se focalizan en la incorporación del portafolio de enseñanza al quehacer del taller de arquitectura, validando su uso en el ejercicio del proceso de enseñanza practicado por medio de la participación integrada de sus estudiantes y docentes, todo lo cual permita la formulación y desarrollo de nuevas estrategias de trabajo tendientes a apoyar y mejorar la construcción de la enseñanza y aprendizaje de la arquitectura.
De esta forma, los objetivos del trabajo se estructuran de la siguiente forma:
Objetivos Generales
Contar con un instrumento interactivo de registro y validación del proceso de enseñanza – aprendizaje desarrollado en el taller II
Introducir el portafolio como una herramienta didáctica en la docencia de la arquitectura
Objetivos específicos
Construir la herramienta de registro y validación
Establecer un instrumento de observación de las trayectorias de los estudiantes dentro del proceso de enseñanza impartido
Evaluar los resultados del taller incorporando las evidencias del portafolio
Validar el uso del portafolio como herramienta del taller II
Construir una metodología de trabajo del taller aplicando el portafolio
El logro de los objetivos planteados para el desarrollo del presente trabajo, y su consecuente proyección hacia la implementación del portafolio de enseñanza como herramienta aplicable a la generalidad de los talleres de la Carrera de Arquitectura de la UdeC, constituyen objetivos de mediano y largo alcance que también son de interés para el presente estudio, y que se originan desde las potencialidades visualizadas del proyecto Portafolio del Taller de Arquitectura II en relación a sus posibles influencias y efectos sobre el proceso global de enseñanza.
Para evitar confusiones respecto de los propósitos relevantes que movilizan el desarrollo del presente proyecto de tesis, estos objetivos se incluyen y tratan en el capítulo final de este documento.
INCORPORACIONES TEÓRICAS A LA PROBLEMÁTICA DEL TRABAJO CON PORTAFOLIOS
INTRODUCCIÓN CAPITULO I
El presente capítulo busca establecer los límites de la problemática que aborda el trabajo de la tesis dentro de la problemática más global en la que se inscribe el desarrollo de procesos de enseñanza – aprendizaje de la arquitectura. Se intenta con ello, establecer un marco teórico de referencia que justifica la elección inicial de esta herramienta didáctica para su incorporación a la dinámica de enseñanza del taller de arquitectura II y lo que se espera de ella, como resultado de su aplicación.