El rey Lear - William Shakespare - E-Book

El rey Lear E-Book

William Shakespare

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Beschreibung

"El rey Lear "se basa en un cuento popular que aparece incorporado a la historia antigua de Inglaterra desde el siglo XII. Cuentan las crónicas que el viejo Lear quiso conocer el grado de afecto de sus tres hijas para designar sucesora a quien más le quisiera. Dos se deshicieron en halagos y la menor le contestó que le quería como padre y nada más. Le pareció poco al rey, que la castigó. El tiempo vendría a demostrar más tarde que era la única digna del trono que, por fin, tras una guerra con las hermanas, consiguió. Shakespeare amplía la trama e infunde a la historia una visión muy personal. Lo que en definitiva presenta es una experiencia extrema de dolor, locura y destrucción expresada crudamente y sin reservas.
 

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Veröffentlichungsjahr: 2020

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William Shakespeare

EL REY LEAR

Traducido por Carola Tognetti

ISBN 978-88-3295-700-6

Greenbooks editore

Edición digital

Mayo 2020

www.greenbooks-editore.com

ISBN: 978-88-3295-700-6
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Indice

DRAMATIS PERSONÆ

LA TRAGEDIA DEL REY LEAR

DRAMATIS PERSONÆ

LEAR, rey de Britania

El REY DE FRANCIA

El DUQUE DE BORGOÑA

GONERIL, hija mayor de Lear

REGAN, hija segunda de Lear

CORDELIA, hija menor de Lear

El Duque de ALBANY, esposo de Goneril

El Duque de CORNWALL, esposo de Regan

El Conde de KENT

El Conde de GLOSTER

EDGAR, hijo de Gloster

EDMOND, hijo bastardo de Gloster

El BUFÓN

OSWALD, mayordomo de Goneril

CURAN, cortesano

Un ANCIANO, siervo de Gloster

Un CAPITÁN

Un HERALDO

Caballeros, criados, mensajeros, soldados, acompañamiento.

LA TRAGEDIA DEL REY LEAR

I.i Entran [los Condes de] KENT y [ de] GLOSTER, y EDMOND.

KENT

Creí que el rey estimaba más al Duque de Albany que al de Comwall.

GLOSTER

Eso creíamos nosotros. Pero ahora que divide su reino, no está claro a cuál de los dos aprecia más, pues los méritos están tan igualados que ni la propia minuciosidad sabría escoger entre uno y otro.

KENT

Señor, este joven, ¿no es hijo vuestro?

GLOSTER

Su crianza ha estado a mi cargo. Reconocerle me ha dado siempre tal sonrojo que ahora ya estoy curtido.

KENT

No concibo...

GLOSTER

Pues su madre sí que concibió. Por eso echó vientre y se encontró con un hijo en la cuna antes de tener un marido en la cama. ¿Se huele a pecado?

KENT

No quisiera corregirlo, viendo el feliz resultado.

GLOSTER

También tengo otro hijo, señor, de legítimo origen, un año mayor que éste, pero no más querido. y aunque este mozo vino al mundo por la vía del vicio sin que nadie lo llamase, su madre era hermosa, gozamos al engendrarlo y el bastardo debe ser reconocido. ––Edmond, ¿conoces a este noble caballero?

EDMOND

No, señor.

GLOSTER

El Conde de Kent. Recuérdale siempre como mi honorable amigo.

EDMOND

A vuestro servicio, señor.

KENT

Os doy mi amistad y aspiro a conoceros mejor.

EDMOND

Señor, me afanaré por merecerlo.

GLOSTER

Lleva fuera nueve años y se marcha otra vez.

Clarines.

Llega el rey.

Entran el rey LEAR, [los Duques de] CORNWALL y de ALBANY, GONERIL, REGAN, CORDELIA y acompañamiento.

LEAR

Gloster, traed a los Señores de Francia y de Borgoña.

GLOSTER Sí, majestad.

Sale.

LEAR

Mientras, voy a revelar mi propósito secreto Dadme ese mapa. Sabed que he dividido en tres mi reino y que es mi firme decisión liberar mi vejez de tareas y cuidados, asignándolos a sangre más joven, mientras

yo,

descargado, camino hacia la muerte.

Mi yerno de Cornwall y tú, mi no menos querido

yerno de Albany, es mi voluntad en esta hora hacer pública la dote de mis hijas

para evitar futuras disensiones. Los príncipes de Francia y de Borgoña, rivales pretendien-

tes de mi hija menor, hacen amorosa permanen-

cia en esta corte y es forzoso responderles. Decidme, hijas mías, puesto que renuncio

a poder, posesión de territorios y cuidados de gobierno, cuál de vosotras diré que me ama más, para que mi largeza se prodigue con aquélla cuyo afecto rivalice con sus méritos. Goneril, mi primogénita, habla tú primero.

GONERIL

Señor, os amo más de lo que expresan las palabras, más que a vista, espacio y libertad, mucho más de lo que estimen único o valioso; no menos que a una vida de dicha, salud, belleza y honra; tanto como nunca amara hijo o fuese amado padre; con un amor que apaga la voz y ahoga el habla.

Mucho más que todo esto os amo yo. CORDELIA [ aparte]

¿Qué dirá Cordelia? Amará en silencio.

LEAR

De todas estas tierras, desde esta raya a ésta, ricas en umbrosas florestas y campiñas, ríos caudalosos y muy extensos prados, te proclamo dueña. Sean de los descendientes tuyos y de Albany a perpetuidad. – ¿Qué dice mi segunda hija, mi muy querida Regan, esposa de Cornwall?

REGAN

Yo soy del mismo metal que mi hermana

y no me tengo en menos: en el fondo de mi

alma

veo que ha expresado la medida de mi amor. Pero se ha quedado corta, pues yo me declaro enemiga de cualquier otro deleite que alcancen los sentidos en su extrema perfección y tan sólo me siento venturosa en el amor de vuestra amada majestad.

CORDELIA [ aparte]

Entonces, ¡pobre Cqrdelia!

Aunque no, pues sin duda mi cariño pesará más que mi lengua.

LEAR

Quede para ti y los tuyos en herencia perpetua

este magno tercio de mi hermoso reino, tan grande, rico y placentero

como el otorgado a Goneril. ––Y ahora, mi

bien,

aunque última y menor, cuyo amor juvenil las viñas de Francia y los pastos de Borgoña pretenden a porfía, ¿qué dirás por un tercio aún más opulento que el de tus hennanas?.

Habla.

CORDELIA

Nada, señor.

LEAR

¿Nada? CORDELIA Nada. LEAR

De nada no sale nada. Habla otra vez.

CORDELIA

Triste de mí, que no sé poner

el corazón en los labios. Amo a Vuestra Ma-

jestad

según mi obligación, ni más ni menos.

LEAR

Vamos, vamos, Cordelia. Corrige tus palabras,

no sea que malogres tu suerte.

CORDELIA

Mi buen señor, me habéis dado vida, crianza y cariño. Yo os correspondo como de-

bo:

obedezco, os quiero y os honro de verdad. ¿Por qué tienen marido mis hennanas, si os aman sólo a vos? Cuando me case, el hombre que reciba mi promesa tendrá la mitad de mi cariño, la mitad de mi obediencia y mis desvelos. Seguro que no me casaré como mis hermanas *.

LEAR

Pero, ¿hablas con el corazón?

CORDELIA

Sí, mi señor.

LEAR

¿Tan joven y tan áspera?

CORDELIA

Tan joven, señor, y tan franca.

LEAR

Muy bien. Tu franqueza sea tu dote, pues, por el sacro resplandor del sol, por los ritos de Hécate y la noche y toda la influencia de los astros que rigen nuestra vida y nuestra muerte, reniego de cariño paternal, parentesco y consanguinidad, y desde ahora te juzgo una extraña a mi ser y mi sentir. El bárbaro escita, o aquél que sacia el hambre devorando a su progenie, hallará en mi corazón tanta concordia, lástima y consuelo como tú, hija mía que fuiste.

KENT

Majestad...

LEAR

¡Silencio, Kent!

No te pongas entre el dragón y su furia. La quise de verdad y pensaba confiarme a sus tiernos cuidados. ––¡Fuera de mi vista! – Así como mi muerte será mi descanso, así le niego ahora el corazón de un padre. – ¡Llamad al Rey de Francia! ¡De prisa!

¡Y al Duque de Borgoña! ––Cornwall y Albany, añadid su tercio al de mis otras dos hijas.

Que la case su orgullo, que para ella es franqueza.

A los dos conjuntamente os invisto con mi poder, supremacía y magnos atributos que rodean a la realeza. Yo me reservaré cien caballeros, que habréis de mantener, y residiré con vosotros por turno mensual. No conservaré más que el título y los honores de un monarca;

el mando, rentas y ejercicio del poder,

queridos hijos, vuestros son. Para confirmarlo,

compartid entre los dos esta corona.

KENT

Regio Lear, a quien siempre

honré como mi rey, quise como a un padre, seguí como señor, recordé como patrón en mis plegarias...

LEAR

El arco está tenso; esquiva la flecha.

KENT

Pues que se dispare, aunque la punta me traspase el corazón. Kent será irreverente si Lear está loco. ¿Qué pretendes, anciano? ¿Tú crees que el respeto teme hablar cuando el poder se pliega a la lisonja? Si la realeza cae en la locura,

el honor ha de ser franco. Conserva tu poder y, con mejor acuerdo, frena

tu odioso arrebato. Respondo con mi vida de que tu hija menor no te ama menos

y de que no están vacíos aquéllos cuya voz apagada no resuena en el vacío.

LEAR

¡Kent, por tu vida, basta!

KENT

Mi vida siempre tuve por apuesta en las partidas contra tus enemigos y no temo perderla por salvarte.

LEAR

¡Fuera de mi vista!

KENT

Mira bien, Lear, déjame que sea por siempre la guía de tus ojos.

LEAR

¡Por Apolo…!

KENT

Pues, por Apolo, rey, que invocas a tus dioses en vano.

LEAR

¡Miserable, descreído!

ALBANY y CORNWALL

¡Deteneos, señor!

KENT

Mata a tu médico y da la paga

a la inmunda enfermedad. Anula tu regalo o, mientras pueda gritar esta garganta, te diré que eres injusto.

LEAR

¡Óyeme, traidor, por tu lealtad escúchame! Por intentar que falte a mi promesa, cual yo nunca osé, e interponerte con soberbia entre mi decisión y mi poder, que ni mi carácter ni mi condición pueden consentir, en prueba de mi potestad aquí tienes tu premio. Cinco días te concedo para que te proveas contra los males de este mundo y el sexto vuelvas tu odiada

espalda

a mis dominios. Si el séptimo día

encuentran en mi reino tu cuerpo desterrado, será tu muerte. ¡Fuera! ¡Por Júpiter, que no habrá revocación!

KENT

Ya te dejo, rey, si ése es tu deseo;

fuera hay libertad y aquí está el destierro.

[ A CORDELIA]

Los dioses, muchacha, te otorguen su amparo,

pues con tanto acierto piensas y has hablado.

[ A GONERIL y REGAN]

Que vuestra elocuencia se pruebe en la acción,

y puedan dar fruto palabras de amor.–– Príncipes, adiós. En nuevo lugar su viejo camino Kent proseguirá.

Sale.

¡ Clarines. Entra [ el Conde de]GLOSTER con [ el REY DE] FRANCIA, [ el DUQUE DE] BORGOÑA y acompañamiento.

CORNWALL

Majestad, los príncipes de Francia y de Borgoña.

LEAR

Mi señor de Borgoña, me dirijo

a vos primero, rival con este rey en la mano de mi hija. ¿Qué mínimo aceptáis en pago de su dote para no renunciar a vuestra petición?

DUQUE DE BORGOÑA

Excelsa Majestad, no pido más de lo que habéis ofrecido, ni vos queréis dar menos.

LEAR

Muy noble duque, cuando ella tenía mi cariño, cara fue su dote. Mas ahora ha caído su precio. Ahí está: si algo de este ser tan insignificante o todo él, con mi disgusto añadido, y nada más, satisface a Vuestra Alteza, ahí la tenéis, es vuestra.

DUQUE DE BORGOÑA

No sé qué responder.

LEAR

Con todas sus flaquezas, sin amigos, adoptada por mi odio, con la dote

de mi maldición y el rechazo de mi juramento,

¿la tomáis o la dejáis?

DUQUE DE BORGONA

Perdón, Majestad. En tales circunstancias no es posible decidir.

LEAR