El roble de la Jarosa - Pedro Muñoz Seca - E-Book

El roble de la Jarosa E-Book

Pedro Muñoz Seca

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Beschreibung

El roble de la Jarosa es una comedia teatral del autor Pedro Muñoz Seca. Como es habitual en el autor, la pieza se articula en torno a una serie de malentendidos y situaciones de enredo contados con afilado ingenio y de forma satírica en torno a las convenciones sociales de su época. En este caso, la trama se articula en torno al roble centenario de un cortijo, que ve pasar a lo largo de los años las miserias de quienes lo rodean, ya sean señores o criados.

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Seitenzahl: 133

Veröffentlichungsjahr: 2020

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Pedro Muñoz Seca

El roble de la Jarosa

COMEDIA EN TRES ACTOS

Estrenada en el TEATRO ESPAÑOL de Madrid, la noche del 15 de Diciembre de 1915

Saga

El roble de la Jarosa Pedro Muñoz SecaCover image: Shutterstock Copyright © 1915, 2020 SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726508420

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Esta obra es proptedad de su autor, y nadie podrá, sin su permiso, reimprimirla ni representarla en España ni en los países con los cuales se hayan cele brado, ó se celebren en adelante, tratados internacio nales de propiedad literaria.

El autor se reserva el derecho de traducción.

Los comisionados y representantes de la Socíedad de Autores Españoles son los encargados exclusivamente de conceder ó negar el permiso de representación y del cobro de los derechos de propiedad.

––––––––

Droits de representation, de traduction et de reproduction réservés poer tous les pays, y compris la Suède, la Norvège et la Hôllande.

––––––––

Queda hecho el deposito que marca la ley.

Al Puerto de Santa María, el pueblo más bonito de España, donde yo nací, donde pasé los días más felices de mi vida, donde hay más alegría y más sol, donde viven mis viejos de mi alma.

El Autor

REPARTO

personajes actores maría jesús Carmen Cobeña. soledad María Morera. rosario Carmen Jiménez. milagros Rita Herrero. romualda Carmen Cuevas. victoria Elisa Pérez Luque. consola CIsabel Cozar. teresa María Teresa Rey. josé luis Alfonso Muñoz. rebujina Emilio Mesejo. cachiporra Leovigildo Ruiz Tatay. ramón Constante Viñas. el marqués Federico Gonzálvez. corral Rafael Cobeña. santa clara José Trescolí. cenicero José González Marín. dalmau Rafael María de Labra. sánchez Andrés Babe Botana. el divino Enrique Cantalapiedra. mellaíto Andrés Babe Botana. lebrija Rafael María de Labra. cosme José Trescolí.

ACTO PRIMERO

Un trozo de campo en la linde del Cortijo de «La Jarosa». En el laleral derecha, primer término, un enorme roble, árbol secular cuyas altas y espesas ramas, prestan grata sombra al paraje. Junto al tronco, cuatro o cinco grandes cautos que sirven de asiento. Del segundo término de la derecha, arranca, oblicuamente en sesgo, cortando la escena, un espeso vallado de chumberas y pitas que se pierden en el último término del lateral izquierda, casi en el fondo. Este vallado, tiene en su centro un estrecho portillo mal cerrado por una puerta carcomida y desvencijada de una sola hoja. Al fondo, gran perspectiva de ancha tierra, tierra de pan llevar, y alguna choza de algún guarda y algún derruído tina ehón, y algún pozo desbrocado, en euyo pretil se enseñorean las hortigas y los jaramagos, y algunos altos y bien hechos almiares de tostada paja, y allá, en lotananza, limitando el término de algún encerradero de toros, alguna rústica empalizada formada por toscos y retorcidos troncos de árboles sin labrar. Es un buen día de Abril. El Cortijo de «La Jarosa» está en el término de «Dos Hermanas», pueblo inmediato a Sevilla. Epoca altual.

–––

(Al levantarse el telón, está en escena rebujina , un gañán como de veinte años, simpático él y más vivo que un rayo. Tiene un cigarro a medio hacer y estáhablando con alguien que se supone muy lejos. )

Reb . ¡Ven acá, hombre!... ¡Pues tú te lo pierde! Anda con Dió. (Acabando de liar el cigarro. ) Ná, que me ví a tené que fumá este eigarro sin tené con quien hablá. (Enciende una cerilla, mira hacia la derecha y la tira. ) ¡Hombre, Cachiporra!

(Llamando. ) ¡Cachiporra!... Ven acá… ¿Eh?

¡Ven acá, hombre! (Enciende el eigarro, ). Me hase a mí la má de grasia este chavea. ¡Cudiao que es bruto! (Por la derecha, cachazudamente y arrastrado un enorme garrote, entra en escena cachiporra , un vaqureo más bruto que una gruesa de cerrojos. )

Cach . ¿Qué quiés, tú?

Reb . Echa aquí un sigarro cormigo, hombre.

Cach . ¿Y ví a dejá solo a los toros?

Reb . ¿Crees tú que les va a dar mieo de quearse solos?

Cach . Yo sé por dónde voy.

Reb . Vamos, permaso, lía un sigarro aquí a la sombra.

Cach . Güeno, pero si viene er señó Ramón er conoseó y mos riñe... tú das la cara.

Reb . Sí, hombre, toma. (Le da la petaca. )

Cach . Conforme. (Se sienta y lia un pitillo. ) ¿Qué se dise por la gañanía, Rebujina?

Reb . Mucho y ná. Que el amo ha perdió este mes pasao, en la roleta, veinte mil duros. La señá Rosa que ha estao en Seviya tras d’antié, ha traio la notisia.

Cach . ¿Qué es la roleta, tú?

Reb . Un Casino ande vá er señorío. Disen que er señó Marqué, es una manera de tirá er dinero y juerguearse, que como siga asina, se come la ganaería y «La Jarosa» y er cortijo e los pinares y tó.

Cach . ¡La vía!

Reb . ¡Miá tú que tené y tirá!

Cach . Jase bien. En er mundo pa que arrecoja arguna cosa er que no tiene ná, s’ha menesté que argo tire er que argo tiene, porque si no, ná, ni ná Que es lo que digo, Rebujina: si tos juéramos listos, no habría brutos, ni viceversa, ni ná. ¡La vía!

Reb . Chavó, Cachiporra, pué que los toros te entienda a ti, pero lo que toca yo, en ayuna.

Cach . Yo sé por dónde voy. Y en tocante a los toros, tú, ¿se sabe como queó la úrtima corría que mandamo a Madrí?

Reb . Superió, chiquiyo. Ayí está er diario. Er segundo, er Pontonero, el hijo e la Saboria, cogió primero a un banderiyero y aluego ar mataó.

Cach . ¿Grave?

Reb . Grave.

Cach . M’alegro, hombre; carté pa la casa. Lo malo e que hablan de graveá y aluego se quea en ná.

Reb . (Riendo a borbotones. ) Ascucha, ¿sabes tú lo que le dan ahora a los mataores cuando quean mu superió?

Cach . Las dos oreja.

Reb . Más.

Cach . ¿Er zolomiyo?

Reb . ¡Er rabo! (Rien. ) ¡Miá tú que el rabo!

Cach . ¡Es que hay una incurtura por ahí!...

Reb . ¡No saben va lo que hasé con los toreros!

Cach . Y a propósito de toreros, tú. ¿Ha güerto er sirvengüenza de José Luí?

Reb ¡Gorvé! Siete días lleva con hoy sin paresé por el cortijo. Habiendo capeas por ahí, se sabe.

Cach . ¡Valiente balaso está er niño ese!

Reb . Pos veremos a vé aonde llega esa bala, por que como sabé, sabe, y como arrimarse, sarrima.

Cach . No, si tiene su corasón y sabe entrá yʼ se trae su estilo. No es carne e toro, no.

Reb . A mí lo que más me gusta de élʼ es el mó de crusá.

Cach . Pos a mí lo que más me gusta de é... es la novia... (Rie Rebujina. ) Pero que me gusta más que er gaspacho.

Reb. Pos ya tiene que gustá, porque dornajo que tú coges, sale de tus manos como der fregaero.

Cach . !Valiente mujé, Rebujiniya!

Reb . Es una buena gachí.

Cach . Que si é? Vaya unos cabos y vaya unas hechuras apretás y vaya una mata e crines y sobre tó la mirá. Cuando jase asín... (Mira de reojo. ) ¡Chiquiyo! Lo que toca yo me queo como si me dieran un puñetaso en las sienes: estartao.

Reb . Pos cualquiera le dise ná, con lo colaísima que está con José Luí.

Cach . Pos eya no está mucho por el toreo.

Reb . (Riendo a borbotones. ) La que no está por el toreo es la tía de José Luí: la señá Soledá. ¡Hay que oirla!

Cach . Hombre, pos eso es raro; porque eya ar fin y ar cabo, es viuda d’un picaó.

Reb . ¿Pero qué picaó era, Cachiporra? ¡«Er suspiro der moro»! ¡Miá tú que el alia que fué a escogé! (Ríen. )

Cach . Oye, tú, ¿picaba bien?

Reb . Postín no le fartaba, pero como picá, picaba menos que la vaselina. (Ríen. )

Cach . (Riendo brutalmente y hasta pegándose. ) ¡Has estao güeno!...

Reb . (Riendo también. ) ¿Verdá que sí? (Continúan riendo los dos como dos tontos y cortan su risa de prontro al verse en presencia de ramón , el conocedor, que ha entrado en escena por la derecha. Este señor Ramón, es un hombre como de sesenta años. )

Cach . (¡La vía!)

Reb . (¡Josú!)

Cach . ¡Toma vaselina!

Ram . (cruzado de brazos. ) Está muy bien, hombre; está muy bien. Los erales solos, las yeguas solas, y er vaquero y er yegüeriso a la sombra del roble de conversación y de guasita.

Reb . ¿No te lo dije, Cachiporra?

Cach . ¿Eh?

Reb . ¿Estás viendo?

Cach . ¿Pero es que vas a echarme a mí la curpa? ¿Quién ha yamao aquí a quién?

Reb . ¡Quéyamá, ni que yamá! ¿Quién a venío aquí con quién? digo yo.

Ram. Yo lo que digo es que en esta casa ví yo a hasé un escarmiento. Porque es una triste grasia…

Reb . Crea usté señó Ramón...

Ram . ¡Tú te cayas! Porque es una triste grasia...

Cach . Pero hombre, vas a negá...

Ram . ¡Y tú te cayas también!

Cach . Es que... (A un tiempo. )

Reb . Lo que es yo… (A un tiempo. )

Ram . ¡A cayá, he dicho!... Porque es una triste gracia lo que está pasando. José Luí, una semana sin paresé, y las vacas sin vaquero Er señó Salomón con el aquél de lo que l’ha salío aonde tós sabemos, sin podé montá a cabayo y los toros esparcíos. Ustedes dos, aquí de conversación y las yeguas y los erales, dueños der campo. ¡Ea; pos s’arremató esto! Aquí va a dí tó er mundo más derecho que la má. Porque el amo s’ha creío que tiene en su casa una traíya e perros fieles y cuando yo le diga que la traíya es una maná e gatos, vais a dí tós a la caye. ¡Eso é! ¡Pos está güeno, hombre!

Sol . (Dentro, lejos: llamando. ) ¡Iño Ramón!...

Reb . Que lo yaman asté.

Ram . Eso quisieras tú, que·yo me·fuera. Toavía me tienen ustés que oí otra mijita.

Reb . (A cachiporra. ) Dile argo que lo suavise, hombre.

Cach . Pero, señó Ramón:pa cuatro días que le quean asté de viví…

Ram . ¿Cuatro días ná má, cacho e bruto?

Sol . (Dentro: más cerca. )!Iño Ramón!

Ram . (Gritando hacia la derecha. ) ¡Acááá!...

Sol . (Como antes. ) ¡Anonde!

Ram . (Como antes. ) ¡En el roble!

Reb . (A cachiporra. ) La tía de José Luí mos va a salvá.

Ram . (Por soledad. ) ¡Qué gaita se l’habrá roto a doña agonida! Tamoién me tiene a mí hasta er pelo la vieja esta.

Sol . (Por la derecha, a carrera abierta. Es una cortijera como de sesenta años. ) Iño Ramón, que ha venío el amo.

Ram . (Saltando en seco y dispoiéndose a hacer mutis. ) ¡Atiza!

Sol . No corrasté, que ya s’ha dido.

Ram . ¿En qué queamos, señora?

Sol . En que ha venido, pero s’ha dido, señó.

Ram . ¿A Seviya otra vé?

Sol . Al cortijo de «Los Pinares». Gorverá dentro de una hora.

Ram . ¿Ha dicho a lo que viene?

Sol . A separá seis toros para Ecija y a comerse un gaspacho acá, a la sombra del roble.

Ram . ¿viene sólo?

Sol . No señó: viene con un caballero der señorido y con Santa Clara er picadó; ni siquiera s’han apedado del artomoví. ¡Av! He pasao un rato, iño Ramón!... ¡Jesú,  que agonida !Figurese usté que va y me pregunta el señó marqués por José Luí.

Reb . ¡Josú!

Ram . ¡M’alegro!

Sol . ¡Iño Ramón!

Ram . Que m’alegro. Aquí hay que jasé un escarmiento.

Sol . Pero no con José Luí, que es hacerlo con migo y yo no tengo curpa. Bastantes palisas le tengo dás pa quitarlo de eso del toreo.

Reb . ¿Y qué le dijo usté al Marqué?

Sol . Pos le dije: «no sé ahora por donde andará». Vamos, como si estuviera en el cortijo, pero lé m’ha dicho que quiere verlo. ¡Que quiere verlo, iño Ramón!

Ram . Claro: habrá oído desí que se pasa la vía fuera der cortjio y quiere verlo pa ponerlo en mitá de la carretera.

Sol . No me digasté eso, que siento en las espardas el escalofrido de la muerte.

Ram . Ar tiempo.

Sol . ¿Aonde estará mi sobrino Cachiporra? ¿Sabes tú argo, Rebujina?

ReB . Yo no sé ná.

Cach . ¡Como no lo sepa la novia!...

Sol . Verdá es. Pué que esa pava sepa argo. (Atraviesa el portillo y llama. ) ¡María Jesú!...

Cach . Chavó, ¿y la yamaste pava?

Sol . (Llamando. ) ¡María Jesú!...

Cach . Po si esa mujé es pava, ¿qué serasté, señora?

Sol . (como antes, ) Has er favó, mujé.

Ram . Güeno; a la obligasión.

Sol . (Atravesando de nuevo el portillo y bajando a la escena. ) No se vayasté, iñó Ramón. Vamos a vé si ésta sabe argo: que usté nos tiene hincha a mi sobrino y a mí.

Ram . Arto ahí, señora: yo no le tengo hincha a naide. Lo que yo quiero es que cá uno haga lo que tiene que jasé y ná má. (Por cachiporra. ) Y si este animá no cumple, le digo que no cumple. (Por Rebujina. ) Y si este bestia farta, le digo en su cara que farta.

Reb . Güeno, hombre; digasté que farta, pero sin fartá.

Cach . (¡Tantas cornás que dan los toros al aire!...)

Sol . Aquí viene ya María Jesú.

Reb . ¡Canela!

Cach . ¡Canela rebujá con gloria! Verás qué fló le ví a echá.

M. Jesús (Entrando en escena por detrás del vallado y deteniéndose junto al portillo. ) Aquí estoy yo. Buenas tardes.

Cach . (Arrancándose. ) Me gustasté má... que er pescao frito.

M. Jesús ! ¡Jesús!

Cach . (A Rebujina. ) ¿Es una fló?

Reb . Hombre, no es una fló, pero es cosa que güele.

M. Jesús ¿Y pa esto me habeis llamao?

Sol . Vamos, dejarse de tonteridas que er caso es mu serio.

M. Jesús ¿Pasa algo, Soledad?

Sol . ¿Tú sabes ande está José Luí?

M. Jesús A buena parte acude usté. Tan enterá estoy yo como ustedes. Cuando ese gorrión remonta el vuelo, ni él mismo sabe aonde va a posarse.

Sol . ¿Pero él te dijo adónde iba?

M. Jesús A las capeas, señora; a toreá por ahí. Sabe Dios aonde estará ahora… y… cómo estará.

Sol . ¡Así lo haigan fusilao!...

M. Jesús Pero, ¿qué pasa, señó Ramón?

Ram . Ná; que el amo está ahí y ha preguntao por él y lo va a poné en mita de la carretera.

M. Jesús Argún día tenía que susederle eso: más vale que sea ahora.

Sol . (Mordiendo al aire. ) ¡Ay! ¡Le daba una toyina é palos que lo desnuaba!

M. Jesús Perdía usté er tiempo. José Luí no tiene cura. Lo que no ha conseguido usté con sus palisas ni yo con mis lágrimas, no lo consigue el amo ni nadie.

Reb . Eso es verdá. Ese ha nasío pa torero y es torero por cima é la bola arta de la iglesia mayó.

Ram . Hay muchos engañaos. Y si no ar tiempo.

Reb . ¿Ar tiempo? A ese lo vemos ajogao en duros y en billetes y en sortijas y en tó.

Sol . A ese quien lo ajoga soy yo, pero va a ser apretándole el gañote.

M. Jesús (Quitándose de en medio. ) Bueno, quedarse con Dios. (Se va por la izquierda. )

Sol . ¡Por sinvergüensa, por mar nasido! (Lloriqueando. ) ¡Charrán! Que me está quitando der mundo. Que me tiene ya sin fuersas de las guantás que le tengo dás. (Llorando. ) ¡Con las agonidas que yo he pasao pa sacarlo adelante!

Cach . ¡La vía!

Ram . Vamos, no hay que ponerse asina.

Sol . (Limpiándose las lágrimas a manotones. ) Por supuesto, que en cuanto vuelva no le voy a decir más que esta tonterida. (Encarándose con la atmósfera. ) ¡Mira, José Luí!... (josé luis , con la chaquetilla al hombro y un hatillo colgado del brazo, entra en escena por la izquierda y escucha sonriente el regaño que lanza al viento su queridísima tía. ) ¡Eres er sinvergüensa, pendón, vago más grande que Dios ha echao ar mundo! Y yo lo que hago contigo es esto... ¡jín!... (Da una patada a una de los piedras que hay junto al tronco. )

J. Luis (¡Duro!)

Sol . ¡Y esto!... ¡jín!... (Arrea una bofetada al tronco del roble )

J. Luis (En alta voz. ) ¡Pero, tía! ¿Se está usté ensayando? (Rompen a reir Cachiporra, Rebujina y Ramón. Soledad queda con la boca abierta como la que ha visto un fantasma. ) Salú, señores.

Sol . (Repuesta de su estupor ) ¿Ya paresiste, arrastrao?

J. Luis