Escuchar la conciencia - J. M. Hernando Alonso - E-Book

Escuchar la conciencia E-Book

J. M. Hernando Alonso

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¿Cómo soy? ¿Dónde estoy? Ser conscientes de nosotros mismos nos permite discernir acerca del mundo y nuestra posición en él, respetando la diversidad de puntos de vista en la edificación personal y la estructuración social a partir del propio ser. En este ensayo de carácter laico y con peso humanista, social, educacional y espiritual, José Manuel Hernando Alonso (Madrid, 1963) presenta las ideas que ha cultivado en su búsqueda del conocimiento, que comparte con los lectores mientras desarrolla temas que nos afectan, como la vida en pareja, el mercadeo carnal y la imposición liberal. En su haber literario están las pobras poéticas Cadencias de amor y poesía y Retratos ingrávidos.

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Seitenzahl: 121

Veröffentlichungsjahr: 2025

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Escuchar la conciencia

J. M. Hernando Alonso

© J. M. Hernando Alonso

© Escuchar la conciencia

Mayo 2025

ISBN Libro en papel: 978-84-685-8747-9

ISBN eBook en ePub: 978-84-685-8830-8

Depósito legal: M-7915-2025

SafeCreative: 2503191207299

Editado por Bubok Publishing S.L.

[email protected]

Tel: 912904490

Paseo de las Delicias, 23

28045 Madrid

Reservados todos los derechos. Salvo excepción prevista por la ley, no se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos conlleva sanciones legales y puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com

91 702 19 70 / 93 272 04 47).

A mis seres queridos, de corazón

Índice

Prólogo

Obrar en conciencia

Vivir en pareja

Mercadeo carnal

Imposición liberal

Sobre el idioma

Algunos rasgos

Edificación de la persona

Prólogo

La edificación de la persona es objetivo común en los siete apartados que componen esta obra, mediante reflexiones sobre el mundo que nos rodea y sobre nosotros mismos, y esclarecer dudas respecto a la conducta individual y convivencia en sociedad. Se basa en contemplar este planeta en el que vivimos como parte del cosmos sin ser el centro del mismo, atenido a la serie de factores universales que podemos comprender forman parte de cualquier civilización tales son los deberes y derechos, el progreso, valores morales, creencia, familia, leyes, gobierno etc. La propia voluntad del ser determina el comportamiento y modo de proceder ante los hechos de la vida, y de cómo puede variar el significado que le demos a las cosas trascendentes según esa misma circunstancia. Los apartados son Obrar en Conciencia –Vivir en Pareja – Mercadeo Carnal – Imposición Liberal – Sobre el Idioma – Algunos Rasgos – Edificación de la Persona.

En el primero Obrar en Conciencia se exponen dos modos generales que marcan diferencia de actitud y entendimiento ante los sucesos de la vida, tales son obrar en conciencia o falto de ella. En Vivir en Pareja se centra en la convivencia entre el hombre y la mujer analizando la actitud personal. En Mercadeo Carnal se plantea la libertad sexual. Imposición Liberal demuestra como desde las grandes esferas del poder se fomenta un mundo liberal y como afecta a la población. Sobre el Idioma versa respecto a la peculiaridad del lenguaje como medio de comunicación y de factores externos que influyen en su uso. En Algunos Rasgos muestro puntos de vista personales acordes con el conjunto de la obra. Edificación de la Persona manifiesta lo expuesto anteriormente.

I

OBRAR EN CONCIENCIA

La conciencia es sentido común para todos a la vez de camino de sabiduría. Obrar en conciencia nos libra tanto de ser tiranos como serviles, y en ello encontramos el equilibrio entre los diferentes factores universales que componen toda situación de la vida, tales son el deber–querer, compromiso–libertad, obediencia–discrepancia, dignidad–penitencia, igualdad–diversidad, justicia–tiranía, firmeza–ambigüedad etc (son ejemplos orientativos que varían según el caso, y se trata de ver los diferentes factores universales en amplitud, no subjetivamente según interés particular) pudiendo comprenderse de manera acorde con nuestra naturaleza como seres vivos que pretenden el progreso civilizado, pese a reconocer que no somos perfectos y tenemos debilidades.

Obrar en conciencia es común comportamiento de las personas en base a escucharla y pretender la sabiduría atendiendo a factores universales. Esto implica encaminarse hacia un estadio más elevado que lo terrenal suponiendo un esfuerzo para el cual estamos preparados. Es el equilibrio, la visión en amplitud de los diferentes factores lo que sostiene la proyección universal de la conciencia, es decir, que sea común parecer entre diferentes seres y civilizaciones. Por ejemplo en la educación observar valores morales que puedan ser compartidos por terceros.

Por contra enfocar el pensamiento fijándose solamente en aspectos a conveniencia particular, ya sean idealistas o completamente anárquicos, genera desequilibrio entre los factores universales al verlos solo del modo que interese en cada circunstancia. Se producen extremos en cualquier sentido que pueden llegar a ser tiránicos, ideológicos, fanáticos, anárquicos y transgresores de lo moral. Por ejemplo en la educación primar el beneficio material dejando en segundo plano aspectos morales.

Podemos distinguir entre conciencia y falto de conciencia como dos sentidos generales en los que desarrollar el progreso de la sociedad. Son caminos diferentes: el primero conduce a la comunión con lo elevado, y el segundo al sometimiento de la tiranía, ideales, fanatismo y materialismo. Igualmente la comprensión del mundo que nos rodea y del sentido de la vida varía de forma sutil.

Comportamiento social

La suma del comportamiento de cada ser determina el carácter de la sociedad en su conjunto. Dentro de una misma sociedad las personas compartimos muchos rasgos comunes que promueven el acercamiento entre nosotros, pero también mantenemos discrepancias que pueden llevar al distanciamiento. No todas las diferencias son del mismo nivel, algunas son solamente superficiales sin mayor trascendencia, siendo de mayor calado las que rigen el comportamiento, que nos dirige hacia uno u otro de los dos sentidos generales del desarrollo social: uno el esfuerzo por superar debilidades terrenales y otro aceptación de las mismas sin cargo de conciencia. La clave para superar la debilidad está en escuchar la conciencia y así no caer en la tentación, mientras que no escucharla es proclive a caer en ella: esa diferencia es suficiente para marcar distinción ostensible en el ser, al igual que lo hacen las condiciones medioambientales que requieren del esfuerzo de adaptación.

Cuando la persona es educada en valores morales y elevados desarrolla una fortaleza interior que la dificulta de ser avasallada por debilidades humanas; nuestra condición no es perfecta, estamos sujetos a la necesidad y circunstancias, por lo que ponderar el esfuerzo de superación teniendo en cuenta la debilidad es un camino correcto de comportamiento (y no el estricto esfuerzo de superación sin tener en cuenta nuestra condición). Cuando la persona es educada con falta de esos valores elevados queda más expuesta a la debilidad y predominio de los instintos básicos.

La debilidad humana conlleva a considerar que todo es relativo según convenga pretendiendo el beneficio material, y los valores humanos (libertad, igualdad, justicia etc) se circunscriben dentro de aspectos meramente terrenales. Esto se extiende a toda serie de actitudes que difieren de como las haríamos con esfuerzo por superar la debilidad, como si se tratase de seres de naturaleza distinta, ya que no tener en cuenta valores morales y elevados da vía libre a las necesidades impulsadas por los instintos básicos. La debilidad también implica que caer en la tentación sea justificado a conveniencia particular como un acto de libertad.

Cultura liberal transgresora

Escuchando la conciencia lo liberal supone cierto grado de progreso que lo diferencia de un comportamiento más conservador, pero teniendo en cuenta valores morales aunque sea de modo menos rígido; sin escucharla lo liberal supone transgredir valores morales sin mayor cargo ni arrepentimiento, tomándolo como la propia libertad en sí. Por ejemplo en conciencia es liberal la relación sexual sin compromiso pero evitando caer en la promiscuidad, lujuria y desenfreno; sin escucharla es liberal la promiscuidad, el desenfreno y la lujuria ya que se considera la propia libertad del ser. Hay límites morales que separan lo uno de lo otro; la cultura que actualmente se expande en sociedad no pone límites morales sino que se centra en el cumplimiento de normas y leyes, de manera que lo que se da por liberal es en realidad transgresión de lo liberal.

La cultura liberal transgresora no edifica a la persona en valores elevados, sino que la encasilla en distintos supuestos para justificar la conducta como se irá viendo a lo largo de este estudio, y favorece caer en la tentación. La coexistencia en sociedad de ambos sentidos (obrar en conciencia o no escucharla) y dado su carácter general que marca directrices en cuanto al comportamiento de las personas, implica dos maneras diferentes de comprender el significado de las cosas trascendentes que atañen al ser.

Lenguaje de confusión de conceptos

La cultura liberal transgresora no toma el esfuerzo de superar la debilidad como referencia, sino que se centra en el cumplimiento de enseñanzas, normas y leyes de carácter liberal; los valores humanos quedan acotados dentro de lo terrenal de modo que se habla en conceptos diferentes según se comprenda el mundo en esa debilidad sin escuchar la conciencia, o pretendiendo lo elevado escuchándola. Por ejemplo sin escuchar la conciencia se puede hablar de libertad y lo que se comprende es que se puede pretender todo lo que uno quiera pero ateniéndose a enseñanzas liberales, las normas y leyes establecidas, siendo este el modo de alcanzar mayores cotas de libertad; escuchando la conciencia la libertad supone el regirse por propia voluntad en una serie de valores morales y alcanzar un estadio más elevado. Esto es una diferencia de gran magnitud que distingue al ser débil del que se supera: en debilidad la libertad es lo que se impone desde fuera de nosotros con leyes y normas, mientras que con superación la libertad la regimos por nuestra propia voluntad compartiendo valores morales. No es asunto baladí: supone hablar de una misma cosa entendiendo significado diferente, conviviendo juntos en el mismo mundo. Así, cuando en debilidad se hable de libertad se toma la idea de que se puede hacer todo lo que el individuo quiera sin cargo de conciencia ni arrepentimiento pero ateniéndose a normas, leyes y enseñanzas liberales; cuando con esfuerzo de superación se hable de libertad se toma la idea de que por propia voluntad hay que atenerse a valores morales, que no se puede hacer todo lo que venga en gana, que nuestros actos no ofendan a quienes puedan empatizar moralmente aunque no estén nombrados en las leyes.

Entender significado diferente de una misma expresión en la práctica es confusión, como si hablásemos idiomas distintos. La moralidad y espiritualidad nos han dado a lo largo de la historia un concepto de libertad basado en la conciencia con el cual pretender la superación; actualmente la expansión de lo liberal está construyendo una Torre de Babel para situarse en el pedestal más alto del universo, imponiéndose por ley, adoctrinando en el sistema educativo, propagándose con el poder mediático, habituándose en el mundillo de la cultura y fomentando ideologías afines. La expansión de lo liberal alcanza a la ciudadanía en mayor o menor grado; la tibieza ante este suceso, el pretender el esfuerzo de superación pero en la práctica convenir la debilidad amparándose en el gregarismo para caer en la tentación, lo permite.

Cuando menos se hace necesario traducir la expresión “libertad” si el contexto es de esfuerzo de superación o lo es de debilidad, siendo la clave (aplicable a cualquier otra expresión) que en el primer caso prevalece, gracias a la conciencia, un sentimiento moral aceptado por propia voluntad sujeto a cierta imposición externa (normas, leyes) y en el segundo caso la imposición externa es lo determinante ya que no hay freno moral ni cargo de conciencia. Históricamente hemos heredado el significado de los conceptos en base a la conciencia, pero actualmente la cultura liberal transgresora está imponiendo ese cambio de entendimiento a conveniencia.

El lenguaje de confusión de conceptos se produce cuando se emplea la misma expresión pero dándole significado diferente; en la actualidad esto sucede entre personas que por un lado pretenden la superación de la debilidad terrenal, y por el otro aceptar dicha debilidad sin cargo de conciencia.

Cuadros esquemáticos

En los siguientes cuadros esquemáticos se diferencia la sociedad que escucha su conciencia y se esfuerza en superar la debilidad por propia voluntad, de otra que no se esfuerza en ese sentido, que no escucha la conciencia y se apoya en la cultura liberal impuesta mediante enseñanza, normas y leyes liberales, y que cada uno de los apartados de dichos cuadros serán tratados posteriormente. Esta comparativa está referida a hechos reales que suceden en la práctica en los que se esclarecerá el significado de los conceptos, los cuales son asimilados con idea diferente según se trate de personas que escuchan su conciencia o las que no, de manera que el lector pueda discernir sobre ambas posturas.

En el cuadro Costumbrista figuran los hábitos, comportamiento, relaciones personales y la forma de vida cotidiana; en el cuadro Político–económico aparecen los asuntos propios de ello como el tipo de gobierno y el control de las finanzas; en el Filosófico están el modelo educativo, asociaciones y derechos humanos entre otros asuntos. Por un lado prevalecerá el escuchar la conciencia, la superación de la debilidad y el amor a la verdad de manera íntimamente relacionada; por el otro lado lo que prevalece es la falta de conciencia, la cultura liberal transgresora y desafección de la verdad.

Costumbrista

OBRAR EN CONCIENCIA

FALTO DE CONCIENCIA

Amar la verdad

Desafección de la verdad

Fidelidad

Infidelidad

Vida sana

Drogas, vicios

Decencia, honradez

Bajeza, doble vida

Familia, lazos de sangre

Desestructuración familiar

Arraigo

Desarraigo, polarización

Reflexión, contemplación

Vivir deprisa

Visión amplia

Superficialidad, relatividad

Nobleza de espíritu

Tibieza, ambigüedad

Apertura de ideas

Gregarismo

Estar al día

Estar a la moda

Sentido crítico

Idealismo ciego

Uso comedido de tecnologías

Embriaguez tecnológica

Político-económico

OBRAR EN CONCIENCIA

FALTO DE CONCIENCIA

Gobierno público

Gobierno en la sombra

Transparencia

Secretismo

Poder del Estado representando al pueblo

Poderío de grandes empresas

Economía equitativa

Especulación

El trabajo como independencia personal

El trabajo para dominar a la población

Verdad ante la justicia

Poderío ante la justicia

Verdad ante el mundo

Propaganda de guerra

Asociaciones libres

Sectas

Filosófico

OBRAR EN CONCIENCIA

FALTO DE CONCIENCIA

Espiritualidad

Idolatría

Libre albedrío

Encasillar

Corregir e instruir

Discriminación ideológica

Libertad sexual

Mercadeo carnal

Aceptar la naturaleza humana

Artificio de la naturaleza humana

Derecho del nonato

Aborto libre

Derechos humanos

Fanatismo

Claridad de conceptos

Confusión de conceptos

Censura

Silenciar

Obrar en conciencia

Falto de conciencia

1.– COSTUMBRISTA

El modo en que se realiza la convivencia diaria con el resto de ciudadanos nos afecta a todos directa e indirectamente, incluso aunque nos apartemos del mundanal ruido; tal convivencia se orienta en dos sentidos generales: obrar en conciencia o con falta de ella. Conviene tener en cuenta el sentido que tomamos en nuestros actos cotidianos porque podemos estar siendo manipulados en este aspecto por la imposición de la cultura liberal y menoscabo de valores morales; la observancia de este suceso implica cierto esfuerzo personal en superar las debilidades, o por contra no darle importancia a este asunto y solamente esforzarse en conseguir bienes materiales. De igual modo los conceptos de la vida cotidiana son entendidos de forma distinta, aunque se trate de diferencia sutil en un primer momento, que deriva en mayor grado según se profundice en el asunto correspondiente.

Verdad