Ética Profesional - Domènec Melé - E-Book

Ética Profesional E-Book

Domènec Melé

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Beschreibung

En la actividad profesional, más que hacer muchas cosas, importa, sobre todo, hacerlas bien. Aunque la competencia técnica constituye la condición necesaria para ser un buen profesional, ella sola no resulta suficiente para la excelencia, ni siquiera a nivel técnico. Pues, cuando aquella competencia técnica adolece del empeño expreso por el buen hacer, estamos ante la falta de sensibilidad hacia la dimensión ética de la profesión. En todo caso, para llevar a efecto un buen ejercicio profesional, se requiere no solo de ciencia y saber, sino también de lucidez y conciencia. Es esta perspectiva la que permite captar, además de la relevancia de lo que está en juego –el bien intrínseco que da sentido, finalidad y propósito a la profesión, y la contribución específica al bien común–, la trascendencia que el buen hacer profesional acaba teniendo en el proceso autobiográfico de configuración de la propia persona. Todo lo anterior es tenido en cuenta en este libro. Domènec Melé, en línea con los mejores tratados de moral profesional, ofrece un manual adaptado a la sensibilidad de nuestros días, y aporta inestimable valor a quien lo lea, pero, sobre todo, a quien lo aplique en el ejercicio de la profesión. José Luis Fernández Fernández Titular de la Cátedra Iberdrola de Ética Económica y Empresarial, Universidad Pontificia Comillas, España, y expresidente del capítulo español de la European Business Ethics Network.

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Éticaprofesional

DOMÈNEC MELÉ

Ediciones Universidad Católica de Chile

Vicerrectoría de Comunicaciones y Extensión Cultural

Av. Libertador Bernardo O’Higgins 390, Santiago, Chile

[email protected]

www.ediciones.uc.cl

Ética profesional

Domènec Melé

© Inscripción Nº 2022-a-508

Derechos reservados

Enero 2022

ISBN N° 978-956-14-2926-0

ISBN digital N° 978-956-14-2927-7

Diseño Corporativo de la Vicerrectoría de

Comunicaciones y Extensión Cultural

Diagramación digital: ebooks [email protected]

CIP-Pontificia Universidad Católica De Chile

Melé, Domènec, autor.

Ética Profesional / Domènec Melé.

Incluye notas bibliográficas.

1. Ética Profesional.

2. Ética de los negocios.

i. t.

2022  174  +  ddc23  rda

Éticaprofesional

DOMÈNEC MELÉ

CONTENIDOS

Prólogo

Introducción

I. FUNDAMENTOS DE ÉTICA PARA LA PROFESIÓN

Capítulo 1. Dimensión ética de la actividad profesional

Caso introductorio: Paulina, supervisora de enfermeras

Profesiones y profesionalidad

Competencias profesionales y generación de confianza

Experiencia moral y ética profesional

Virtudes y deberes en ética profesional

Códigos de conducta profesional

Ejercicios

Capítulo 2. El trabajo profesional en el desarrollo personal

Caso introductorio: La decisión de Vicente

Dignidad del trabajo

Vocación profesional y significados del trabajo

Dimensiones objetiva y subjetiva del trabajo profesional

Realización personal en el ejercicio profesional

Motivaciones para obrar bien en el trabajo

El desarrollo humano integral

Ejercicios

Capítulo 3. Bienes, virtudes y principios

Caso introductorio: Ernesto, ingeniero de sonido

Concepto de bien y razón práctica

Bienes reales y bienes aparentes

Sentimientos y deseos

Las virtudes como excelencia y como fuerza interior para obrar bien

La sabiduría práctica como “conductora de virtudes”

Justicia, fortaleza y templanza

El primer principio de la razón práctica

Principio y normas éticas

Dignidad y derechos innatos de la persona

Importancia de una ética completa

Ejercicios

Capítulo 4. Responsabilidad ético-profesional

Caso introductorio: Presiones a un joven ingeniero

Responsabilidad y atribución de responsabilidad

Conocimiento y consentimiento en la responsabilidad

Voluntariedad directa e indirecta

Responsabilidad personal por acción y por omisión

Responsabilidad por inducción a acciones ajenas

Responsabilidad por cooperación a acciones ajenas

Cómo actuar bien cuando hay presiones para actuar mal

Ejercicios

Capítulo 5. Juicios de conciencia en la toma de decisiones

Caso introductorio: Gestionando información sanitaria

Elementos de un buen comportamiento

Etapas en la toma de decisiones y tipos de juicios

Relevancia de la sabiduría práctica para juzgar rectamente

Conciencia moral y formación de la conciencia

Formulación de juicios morales

Valoración de acciones con doble efecto

Resolución de dilemas

Ejercicios

II. EXCELENCIA EN EL DESEMPEÑO PROFESIONAL

Capítulo 6. Cómo trabajar bien y mejorar continuamente

Caso introductorio: Las largas jornadas de Claudia

¿En qué consiste trabajar bien?

Trabajar a conciencia

Trabajo mal hecho y negligencia profesional

Aprender a trabajar bien

Disposiciones para un buen trabajo profesional

Diligencia y laboriosidad

Consecuencias de la falta de diligencia y laboriosidad

Ejercicios

Capítulo 7. Seguridad y salud en el ámbito profesional

Caso introductorio: El estrés de Alejandro

Derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad personal

Seguridad y salud laboral: una responsabilidad compartida

Prevención de la seguridad y la salud laboral

Prevención de estrés, acosos y acciones contrarias a la integridad moral

Ecología humana en el entorno ocupacional

El respeto a la vida en profesiones sanitarias

Ejercicios

Capítulo 8. Calidad humana en el trato con personas

Caso introductorio: Pensando en un cambio de empresa

Relaciones profesionales y calidad humana en el trato

Comportamiento vejatorio

Comportamiento injustamente discriminatorio

Comportamiento de indiferencia

Comportamiento respetuoso

Comportamiento de cuidado

Comportamiento amistoso

Ejercicios

Capítulo 9. Forjar una buena convivencia profesional

Caso introductorio: La promoción de María

Convivencia profesional y cooperación

Formación de culturas organizacionales

Reacciones emocionales descontroladas que pueden perturbar la convivencia

Fomento de una sana convivencia

Autodominio personal en la convivencia

Ejercicios

Capítulo 10. Liderazgo, innovación y emprendimiento

Caso introductorio: Una joven emprendedora en tiempos difíciles

El liderazgo en la vida profesional y empresarial

El carácter del líder

La creatividad humana en la actividad profesional

Creatividad e innovación

Emprendimiento

Virtudes para el emprendimiento

Ejercicios

III. HONRADEZ PROFESIONAL Y VOLUNTAD DE SERVICIO

Capítulo 11. Veracidad, transparencia y rendición de cuentas

Caso introductorio: Trabajando en una agencia publicitaria

Veracidad y sinceridad

Unidad de vida, sin doblez ni hipocresía

Transparencia

Evitar toda mentira

Faltas de veracidad que entrañan delito

Evitar dar una falsa imagen

Rendición de cuentas

Obrar con objetividad, independencia e imparcialidad

Ejercicios

Capítulo 12. Privacidad, confidencialidad y secreto profesional

Caso introductorio: Julia, secretaria de alta dirección

Intimidad personal y derecho a la privacidad

El derecho a la buena reputación

Respetar el sentido del pudor

Protección de datos personales

Confidencialidad e información confidencial

Secretos profesionales

Confidencialidad al cambiar de empresa

Ejercicios

Capítulo 13. Cumplimiento de leyes, contratos y pactos

Caso introductorio: Un software para gestión hotelera

Justicia y cumplimiento de las leyes

Epiqueya: obrar con justicia más allá de la estricta legalidad

Leyes y derechos laborales

Leyes fiscales y evasión de impuestos

Justicia conmutativa en las relaciones profesionales

Contratos profesionales y sus tipos

Obligación de cumplir los legítimos contratos y de obrar con buena fe

Cumplimiento leal de pactos y promesas

Ejercicios

Capítulo 14. Prevenir y luchar contra la corrupción

Caso introductorio: Una petición inesperada del mejor cliente

El fraude en la vida profesional

Apropiación indebida y mal uso de recursos en las organizaciones

Prevención de apropiaciones indebidas en la empresa

El soborno en la actividad profesional

Extorsiones y obligación de resistirlas

La lucha contra la corrupción

Conflictos de interés

Ejercicios

Capítulo 15. Responsabilidad familiar, social y ecológica

Caso introductorio. Un ambiente enrarecido

Relación entre trabajo y familia

Armonizar trabajo y familia

Participación del profesional en la vida social

Responsabilidad ecológica y sostenibilidad

Aspectos de responsabilidad ecológica de la actividad profesional

Ejercicios

PRÓLOGO

En la educación técnica superior, la formación humanística y ética tiene una creciente importancia. Sin embargo, tanto a nivel nacional como internacional, llama la atención los escasos manuales especializados en ética aplicada al mundo técnico-profesional. El libro de Domènec Melé, profesor emérito del Departamento de Ética Empresarial y titular de la Cátedra de Ética Empresarial de la prestigiosa escuela de negocio IESE (Barcelona, España), trata de contribuir a llenar este vacío.

Además de ser un prestigioso y reconocido académico, que ha ayudado a renovar y enriquecer el estudio de la ética, posee experiencia en el mundo técnico profesional en su país de origen, España, pues por más de diez años fue profesor de un instituto profesional. En materia de investigación y publicaciones, cuenta con más de una docena y media de libros en inglés y castellano, junto a numerosos artículos en revistas científicas. Su destacada trayectoria académica da cuenta de la universalidad y fuerza de las ideas que propone.

El texto que presentamos tiene las características de un manual sobre ética profesional con carácter general aplicable a diversas especialidades. Incluye casos de estudio que incluyen distintos campos dejando abierta la posibilidad de desarrollar otros casos para carreras específicas. Es un libro que invita a la reflexión y a buscar soluciones con imaginación ética más allá de la comprensión de determinados conceptos. El esfuerzo desarrollado por el autor por acercar el lenguaje ético a los profesionales técnicos, invita a adentrarse a la ética y a que forme parte de la vida cotidiana y del trabajo, integrándola en el quehacer profesional con naturalidad y sentido.

La piedra angular del texto es la manera clara y convincente de presentar la ética aplicada a la profesión, fundamentada en bienes, virtudes y principios, con especial énfasis en la dignidad de la persona humana y sus derechos innatos, así como el crecimiento personal a través del trabajo llevado a cabo con voluntad de servicio. La forma de entender y destacar la ética profesional, las virtudes humanas, los deberes inherentes a un trabajo bien hecho, la honradez y el sentido de servicio hacen del libro del profesor Melé un trabajo innovador, que aúna criterios perennes de honradez profesional con la problemática actualmente presente en el mundo laboral. Lo hace de tal manera que permite al estudiante, al académico, al trabajador o simplemente a todo aquel interesado en estos temas adentrase en los diversos contenidos con el máximo rigor, pero con llana claridad.

Como bien plantea el profesor Melé a lo largo del libro, la ética bien entendida nos desafía y nos entusiasma, toda vez que no se limita a unos mínimos que es necesario cumplir, ni a unas normas externas de carácter prohibitivo; busca, sobre todo, la promoción de la excelencia humana de las personas y de la sociedad. Como podremos apreciar en la forma de presentar los temas y en las aplicaciones prácticas que propone, la ética persigue que cada uno mejore como persona, al tiempo que ayude a otros a alcanzar un mayor nivel de excelencia humana, al tiempo que realiza una positiva contribución al bien común.

El libro que prologamos viene a reafirmar el compromiso de Duoc UC de fortalecer la formación humana integral de los estudiantes, sabiendo que la excelencia profesional es parte de la excelencia humana. Más allá de este compromiso, confiamos en que la publicación de este libro favorezca no solo la formación de los estudiantes de Duoc UC y su desempeño profesional, sino que también sea un aporte a la Educación Superior Técnica Profesional, tanto en Chile como en otros países.

No queda más que agradecer al profesor Domènec Melé el haber aceptado el desafío de trabajar para fortalecer la formación de nuestros alumnos, e invitar a la comunidad a leer con provecho un texto que ayudará a cumplir de mejor manera nuestro compromiso de hacer una aportación significativa al mundo laboral y al desarrollo de la sociedad.

CARLOS DÍAZ VERGARARector Duoc UC

INTRODUCCIÓN

Este libro tiene su origen en un conjunto de reuniones de trabajo de directivos y docentes de la institución Duoc de la Universidad Católica de Chile con quienes se analizaron temas relevantes de ética profesional, de modo que pudiera servir de base docente para una variedad de especialidades profesionales impartidas en esta institución, al tiempo que se consideraban las necesidades de los alumnos. Nuestro objetivo ha sido desarrollar un breve tratado de ética profesional desde una perspectiva general, a diferencia de otros textos de ética enfocados a campos concretos de especialización profesional. Sin embargo, las diversas profesiones y sus aspectos éticos más relevantes están latentes a lo largo de toda la obra.

Se ha procurado compaginar el rigor conceptual y los fundamentos básicos con un lenguaje accesible a personas no introducidas en la ética teórica. La presentación pretende ser clara, sintética y esquemática, y se apoya con frecuentes ejemplos ilustrativos. Algunas materias incluidas en este libro han sido desarrollas previamente por el autor con mayor extensión en otras obras1.

El presente texto debe situarse en la perspectiva de la ética de la virtud, al tiempo que enfatiza la dignidad de la persona y sus derechos innatos, así como la importancia del crecimiento personal a través de la profesión. Los principios y normas éticas están integrados con las virtudes y valores éticos, entendidos como bienes de la persona. El resultado es un enfoque que aúna bienes, virtudes y principios éticos.

La línea argumental considera argumentos racionales y la experiencia práctica en ética profesional acumulada a lo largo de los años. Se incluyen también breves incisos sobre la visión cristiana en los diversos temas tratados, que amplía la aproximación racional hacia horizontes trascendentes.

El libro se ha concebido y redactado para que pueda servir como libro de texto para un curso de ética profesional y está dividido en tres partes: la primera proporciona una concisa fundamentación de la ética; la segunda parte se ocupa de la excelencia en el trabajo profesional; y la tercera, de aspectos relativos a la honradez profesional y a la voluntad de servicio en el ejercicio profesional.

Cada capítulo se inicia con una visión de conjunto de las cuestiones a tratar, seguido de un caso de estudio destinado a suscitar temas que se analizarán en el capítulo y que, de algún modo, pueden motivar a profundizar en estas y otras cuestiones. Al final de cada capítulo se proponen ejercicios para reflexionar sobre los contenidos y se invita a su aplicación en la práctica de la especialidad seguida por el lector.

Para terminar, el autor desea tributar agradecimiento a varias personas. En primer lugar, al rector de Duoc de la Universidad Católica de Chile, Carlos Díaz, y su equipo directivo liderado por Sergio Salas y Lorena Navo, de quienes partió la iniciativa de revitalizar la ética profesional en Duoc UC y su amable invitación a que colaborara en este proyecto, que incluye la publicación de esta obra. Mis más sinceras gracias a los profesores de Duoc UC que prepararon los borradores de algunos casos incluidos en esta obra y autorizaron su publicación: Javier Eduardo Capo, Claudio Salas, William M. Torres, Mayerling del Carmen Carrizo, Malva Pérez, Luis Enrique Larraguibel, Bernardo Santelices, Rosita Irastorza, María Daniela Pérez Menéndez, Kênio Angelo, Dantas Freitas y Juan Prieto. Mi reconocimiento a los docentes de Duoc que aportaron comentarios muy constructivos sobre un primer borrador utilizado para un seminario de docentes de ética profesional de Duoc UC y, en particular, a Valentina Recabarren y Alejandro Sepúlveda, también docentes de la misma institución, que revisaron el penúltimo manuscrito e hicieron significativas sugerencias terminológicas para mejorar la comprensión. Muchas gracias también a Ediciones UC por su buena acogida para la publicación de este libro y a la revisión lingüística de María Celaya.

DOMÈNEC MELÉMayo de 2021

1 D. Melé, Business Ethics in Action. Managing Human Excellence in Organizations. 2nd Edition, Revised and Extended. London: Red Globe Press, 2019; Ética en dirección de empresas. Calidad humana para una buena dirección. Madrid: Pearson, 2015; Valor humano y cristiano del trabajo. Enseñanzas de S. Juan Pablo II. Pamplona: Eunsa, 2020; y D. Melé, y C. González Cantón, Fundamentos antropológicos de la dirección de empresas. Pamplona: Eunsa, 2015.

I.FUNDAMENTOS DE ÉTICA PARA LA PROFESIÓN

CAPÍTULO 1

DIMENSIÓN ÉTICA DE LA ACTIVIDAD PROFESIONAL

En este primer capítulo se introduce la ética profesional y su presencia en la actividad profesional. Se analiza el concepto de ética, en la que ocupan un lugar central las disposiciones estables del carácter conocidas como virtudes, las cuales denotan excelencia personal y favorecen un buen comportamiento. La ética incluye también principios y normas de conducta que orientan las acciones para el bien de las personas y de la sociedad.

CASO INTRODUCTORIO: PAULINA, SUPERVISORA DE ENFERMERAS

Paulina, a sus treinta y cinco años, era supervisora de enfermeras de traumatología de un hospital privado regentado por una congregación de religiosas. Ocupaba este cargo desde hacía medio año. Paulina amaba su profesión, en la que había progresado mucho. Había realizado varios seminarios de especialización y había pasado por diversos servicios hospitalarios, en los que había aprendido mucho, pero se daba cuenta de que, para ser una supervisora, necesitaba algo más que conocimientos técnicos. Esto se hacía evidente con un problema que tenía que solucionar referente a Faustina, una enfermera de 45 años que apenas llevaba un mes en el servicio de traumatología.

La incorporación de Faustina

Faustina tenía diez años de antigüedad en el hospital y había sido trasferida desde otro servicio, al parecer por dificultades en el trato con sus compañeras, con quienes tenía frecuentes riñas. Paulina no tenía nada que decir del trabajo de Faustina. Cumplía todos los protocolos establecidos con puntualidad y eficacia. Sin embargo, le preocupaban sus antecedentes de mal carácter. Pronto llegaron noticias a Paulina de la brusquedad de sus modales tanto con enfermos como con compañeras. Al parecer no consentía que nadie se equivocara, ni que le llevaran la contraria. Respondía con gritos y, alguna vez, incluso con insultos.

Paulina lo justificaba diciendo que era una buena profesional y que, en un hospital grande como el suyo, siempre habría enfermeras con mejor o peor carácter. Sin embargo, el día anterior ocurrió algo que le invitaba a recapacitar sobre este planteamiento.

La petición de Joaquina

Joaquina, una enfermera joven a la que Paulina tenía en gran aprecio, acudió a su despacho, casi llorando, pidiendo que le pusiera en turnos en los que no coincidiera con Faustina, pues se le hacía muy duro trabajar con ella. Reconocía la experiencia profesional de Faustina, pero le disgustaba que la reprendiera frecuentemente con malas maneras.

- “No es que yo no falle nunca, aunque no me faltan deseos de mejorar en mi trabajo, pero hay muchas formas de decirlo”, le comentó Joaquina. Y añadió:

- “No ha sido una vez, sino muchas, en un solo mes que está con nosotras. Y lo peor de todo es que ayer me humilló delante de todos recriminando lo mal que estaba haciendo mi trabajo. No ha llegado a insultarme, pero poco le ha faltado. He aguantado hasta ahora, pero ya no puedo más”.

Paulina quedó en pensar el asunto que le había planteado. Al llegar a casa daba vueltas sobre las posibles opciones que podía tomar, tratando de valorarlas2.

Cuestiones:

• ¿Con que problemas se enfrenta Paulina?

• ¿Qué opciones podrías sugerirle?

• ¿Qué recomendarías a Paulina?

PROFESIONES Y PROFESIONALIDAD

Las profesiones modernas tienen sus antecedentes en los oficios o trabajos especializados artesanales de la Edad Media en Europa, con sus gremios o agrupaciones de oficios, que después se transfirieron a América. El oficio era tan importante que solía dar entidad a quien lo realizaba e incluso proporcionaba nombre a la propia casa donde solía estar ubicado el taller. Hay colecciones de azulejos que representan un gran número de oficios. La mayoría de ellos ya no existen o son muy raros, como canteros, alfareros, mimbreros (cestería) y boteros (fabricantes de botas de vino). Otros oficios, como el de panadero, zapatero y herrero, han sido sustituidos, en gran medida, por modernos procesos industriales, aunque muchos de ellos perduran con características propias empleando nuevas tecnologías y, a veces, en combinación con procesos industriales de fabricación.

Los procesos industriales modernos no han eliminado, sin embargo, el trabajo personal especializado. Además, han surgido nuevas especializaciones, con frecuencia unidas a tecnologías innovadoras, que resultan indispensables en nuestros días. Pensemos, por ejemplo, en técnicos especializados en automoción, electrónica, informática y telecomunicaciones. Han surgido también nuevas necesidades en la sociedad derivadas del desarrollo del sector servicios, del cuidado de enfermos y ancianos, o del mantenimiento y desarrollo de nuevas tecnologías, todas las cuales demandan trabajo especializado.

Diversos autores han señalado distintos aspectos que configuran lo que llamamos profesión. Según Todolí, el sentido actual de la profesión lleva implícitas las ideas de permanencia durante largo tiempo, de retribución para ganarse la vida y de que se trate de un trabajo duradero, pero lo que parece más genuino es el carácter personal y social de la profesión. El carácter personal está implícito en la profesión por cuanto supone ejercitar la personalidad y, en último término, la libertad. El carácter social radica en que la profesión se desarrolla en una sociedad organizada, con múltiples especializaciones, y en beneficio de la sociedad. Subraya también la importancia de ejercer la profesión uniéndola con conceptos como vocación, idoneidad, trabajo en favor del bien común y espíritu de servicio3.

Peinador, de modo más filosófico, define la profesión como “la aplicación ordenada y racional de la parte de la actividad del hombre al conseguimiento de cualquiera de los fines inmediatos y fundamentales de la vida humana”4.

Otros autores tienen una visión más estrecha de la profesión, que solo incluye algunas de estas características, al reducir las profesiones a ocupaciones con ciertos rasgos como poseer un código de conducta, servir a un ideal, requerir una educación especializada, pericia en su especialidad y cierto control sobre quienes forman parte de la profesión5.

Recogiendo y ampliando estas aportaciones, cabría señalar tres características generales de toda profesión:

Ejercicio permanente de una actividad laboral duradera, reconocida públicamente y con cierta utilidad social. El término ‘profesional’ procede de ‘profesar’, que significa justamente “dado a conocer a la sociedad”. El trabajo profesional se distingue de la actividad ejercida por afición y también del trabajo amateur, de quien cultiva un arte y oficio –también un deporte– sin ser un profesional, es decir, sin tener un reconocimiento público o no estar obligado por las regulaciones que suelen ir asociadas a las profesiones.

•Expectativa social sobre idoneidad para el trabajo a realizar y que será ejecutado con responsabilidad y sentido de compromiso. La sociedad tiene gran necesidad de profesionales competentes y con voluntad de servicio en muchísimas áreas; los reconoce, les exige la debida preparación e idoneidad, y también que lleven a cabo su tarea con responsabilidad y compromiso. La idoneidad profesional exige formación y ser experto en algún ámbito de actividad. Por ello, la idea de profesión suele ir unidad a cierta especialización.

•Recepción de una remuneración razonable por el trabajo efectuado. De ordinario, el trabajo es el modo concreto del profesional de ganarse la vida y sacar adelante la propia familia. La remuneración por el trabajo, ya sea realizado por cuenta propia o ajena, lo distingue también de la actividad de aficionado o amateur.

A tenor de estas características, podría definirse en pocas palabras al profesional como una persona reconocida públicamente como alguien que trabaja con sentido de responsabilidad en alguna actividad útil para la cual está preparado y por la cual merece una remuneración.

La capacidad para una profesión y su ejercicio responsable se expresa con el concepto de profesionalidad. La profesionalidad lleva a trabajar bien y con sentido de responsabilidad, lo cual exige preparación y voluntad de actualización, perfeccionando la capacidad profesional a lo largo de toda la vida.

•Trabajar bien consiste en lograr un resultado final satisfactorio tanto por la calidad como por las expectativas del cliente o persona receptora del trabajo.

•Trabajar con sentido de responsabilidad es ser consciente del valor de lo que se realiza y asumir las consecuencias de la actividad profesional. Incluye ser consciente de que con tal actividad se presta un servicio directo a personas que reciben los beneficios de la actividad profesional. Además, en no pocas ocasiones el profesional facilita el trabajo de otros profesionales y estos, a su vez, sirven a otras personas. De este modo, el trabajo realizado con profesionalidad contribuye al bien de toda la sociedad.

COMPETENCIAS PROFESIONALES Y GENERACIÓN DE CONFIANZA

Las capacidades para trabajar con profesionalidad suelen denominarse “competencias profesionales”. Estas competencias permiten al profesional llevar a cabo correctamente las tareas encomendadas. Las competencias profesionales incluyen conocimientos teóricos, habilidades prácticas, buen carácter y capacidad para manejar situaciones problemáticas. En definitiva, son capacidades para trabajar bien, de un modo eficiente y con calidad humana y sentido de responsabilidad. Las diversas competencias pueden agruparse en tres grandes tipos o grupos (Tabla 1.1.):

•Competencias técnicas. Están relacionadas con conocimientos y experiencia adquirida en la formación y la práctica de la profesión que proporcionan habilidades de tipo técnico. Se logran de diversos modos: en escuelas profesionales, en cursos de capacitación o seminarios de especialización, aprendiendo de profesionales experimentados, trabajando con otros, y con el propio trabajo, reflexionando sobre él y aprendiendo de los errores.

•Competencias emprendedoras. Son competencias no estrictamente técnicas relacionadas con la capacidad de afrontar nuevas situaciones problemáticas o retos profesionales valiosos con imaginación, creatividad, determinación y espíritu emprendedor. Incluyen buscar y elegir un lugar para trabajar, tomar decisiones creativas, innovando, y, sobre todo, involucrándose en algún emprendimiento, iniciando un negocio o una empresa.

•Competencias de carácter. Este tercer tipo de competencias están vinculadas a la personalidad y, más concretamente, con las buenas disposiciones permanentes o hábitos del carácter, llamadas virtudes, que facilitan un buen comportamiento6. Las virtudes del carácter ayudan al profesional a tratar a las personas con las que se relaciona como corresponde a su dignidad. Así, la justicia lleva a dar a cada uno lo que le corresponde, la veracidad empuja a ser veraz en las palabras y los hechos, la lealtad a cumplir los legítimos compromisos, etc. Como veremos en el Capítulo 3, también hay virtudes, como el coraje o la moderación, que proporcionan autodominio para actuar debidamente.

TABLA 1.1. TIPOS DE COMPETENCIAS EN LA ACTIVIDAD PROFESIONAL

TIPOS DE COMPETENCIAS

DESCRIPCIÓN

Competencias técnicas

Conocimientos técnicos y habilidades que capacitan para llevar a cabo de modo eficiente aspectos técnicos de la profesión.

Competencias emprendedoras

Capacidad para afrontar problemas no técnicos con imaginación, creatividad, determinación y espíritu emprendedor.

Competencias de carácter

Buenas disposiciones permanentes que facilitan un buen comportamiento.

La relevancia de las competencias del carácter, como veremos, se relacionan con la ética y se ponen continuamente de manifiesto en el ejercicio de la profesión. Pongamos un ejemplo.

Cuando alguien acude a un profesional de reparación de automóviles, espera en primer lugar que sepa hacer bien su trabajo porque tiene competencias técnicas para hacerlo, pero también confía en su honradez. Si el profesional recomienda cambiar algún elemento como la batería, o le sugiere hacer un determinado mantenimiento, se espera de él que diga la verdad: si tal recomendación es realmente necesaria y no un pretexto para cobrarle más. El cliente también tiene la expectativa de que el profesional cumpla lo acordado, en términos de precio y plazo de entrega del automóvil reparado. Si, además de todo ello, el profesional trata al cliente con cortesía y espíritu de servicio, este seguramente saldrá muy satisfecho.

Como anotación final, digamos que el carácter moral actúa sobre las tendencias innatas de comportamiento incluidas en lo que denominamos temperamento7. El carácter, que se va forjando a lo largo de la vida, modera –puliéndolas o amplificándolas– las tendencias espontáneas del temperamento. Temperamento y carácter dan lugar a la personalidad propia de cada persona.

El comportamiento ético se relaciona con la confianza y la confianza es esencial para la continuidad de la actividad profesional. Deriva de percibir que el profesional trabaja bien y con sentido de responsabilidad, lo cual es favorecido por sus capacidades técnicas y por sus virtudes del carácter, como las recién citadas: veracidad, justicia, cortesía y espíritu de servicio. Cuando el cliente percibe que el profesional ha realizado bien su trabajo, con calidad técnica y honradez, y lo ha tratado bien, muy probablemente deseará volver cuando lo necesite o recomendará aquel profesional a amigos y conocidos.

En realidad, la confianza no solo es importante para mantener clientes; es también importante para mantener relaciones de cooperación entre compañeros de trabajo, proveedores y otras personas que facilitan el trabajo profesional, y para dirigir empresas8.

EXPERIENCIA MORAL Y ÉTICA PROFESIONAL

La ética tiene sus raíces en la capacidad humana de discernimiento moral, expresado en la experiencia interior de distinguir entre el bien y el mal, al menos en aspectos muy básicos. Nadie en sus cabales diría, por ejemplo, que calumniar a alguien por odio o para obtener algún beneficio está bien, o que no sea reprobable complacerse torturando a un niño. Pero esta capacidad de discernimiento moral se puede desarrollar y educar y, de hecho, algunas personas la tienen más desarrollada que otras.

La ética se ocupa precisamente de orientar el desarrollo del discernimiento moral para dilucidar la moralidad de situaciones menos evidentes. La ética contribuye, sobre todo, a actuar bien para desarrollar virtudes. La misma palabra ‘ética’ alude a ello: viene del griego ethicos, que significa “perteneciente al carácter y con especial referencia al carácter moral”. Así pues, al hablar de virtudes del carácter, en realidad estamos hablando de ética o, por lo menos, de un aspecto fundamental de la ética.

La capacidad de discernimiento moral es una capacidad típicamente humana. El lenguaje pone de relieve la experiencia interior del sentido moral humano a través de muchas expresiones. Así, por ejemplo, se oye decir: “esto es injusto” o “no hay derecho a que me hagan eso”, “ha actuado mal”, “es su deber”, “me arrepiento de haber actuado así”, “es una persona muy egoísta”, “es alguien muy responsable”, “cuánta maldad hay en su comportamiento”. Podríamos continuar, pero lo dicho parece suficiente para poner de relieve la existencia de un sentido moral como expresión de bien y mal, de lo moralmente correcto o incorrecto, y también como valoración de cualidades personales como virtuosas, o todo lo contrario.

Un aspecto de la experiencia moral tiene lugar al tratar con personas, pues ahí se descubre que son seres semejantes a uno mismo, de donde surge una exigencia interior que empuja a tratarlas como a uno le gustaría ser tratado, si estuviera en su lugar. Esta constatación se ha plasmado en la llamada “regla de oro”, una de cuyas formulaciones es precisamente esta: “trata a los demás como querrías que te trataran a ti si estuvieras en su lugar”. La regla de oro, de uno u otro modo, aparece en todas las tradiciones religiosas y sapienciales del mundo9. Esto demuestra cierto sentido ético común ampliamente compartido.

La ética tiene como punto de partida la experiencia moral y se propone sistematizar la moralidad, ayudando a descubrir aquello que nos lleva a florecer o a desarrollarnos como seres humanos. Así pues, la ética orienta nuestros actos para que llevemos una vida humanamente lograda y, con ello, favorece la excelencia o florecimiento humano. La ética se ocupa de los bienes que integran la vida lograda, analiza las virtudes que lo hacen posible y propone principios universales, normas concretas y criterios para orientar un buen comportamiento (volveremos sobre ello en el Capítulo 3).

Es importante destacar que la ética es inherente a toda la vida humana consciente y libre, una de cuyas manifestaciones es la actividad profesional. Puede, pues, afirmarse que en toda actividad profesional hay una dimensión ética, que se puede ignorar pero no eliminar. Más aún, la ética está en el núcleo de toda actividad profesional, ya que tal actividad la realizan personas y va dirigida a personas que pueden ser tratadas bien o mal.

Así, la ética profesional no es una ética distinta de la que se ocupa de la vida humana en su conjunto, pero en sus proposiciones considera las características propias de la profesión, reflexiona sobre qué es una acción buena, orienta el modo de vivir las virtudes en el campo profesional y desarrolla normas y criterios a partir de principios éticos generales.

El objetivo de la ética profesional es sistematizar la experiencia moral que tenemos como humanos, ayudando a descubrir verdaderos bienes, analizando virtudes y proponiendo principios, normas y criterios para orientar un buen comportamiento en el ámbito profesional.

VIRTUDES Y DEBERES EN ÉTICA PROFESIONAL

Los filósofos griegos Sócrates, Platón y Aristóteles, cinco siglos antes de nuestra era, iniciaron la reflexión sobre la vida moral y descubrieron la posibilidad de desarrollar capacidades, que llamaron virtudes, que facilitan obrar bien y conducen a una vida lograda y feliz. Su planteamiento distaba de ver la ética como un conjunto de reglas a aplicar para decir si algo está bien o está mal, como ocurre con ciertos planteamientos actuales. Puede afirmarse que su ética era una ética de virtudes.

Más antigua que esta reflexión es la ética proporcionada por las religiones y tradiciones sapienciales. Todas ellas incluyen normas éticas para la conducta y señalan virtudes a practicar. Recodemos, por ejemplo, los Diez Mandamientos y las virtudes predicadas por los profetas en Israel, como la justicia, la veracidad, la fidelidad y la misericordia. La ética cristiana asume mandamientos y virtudes del Antiguo Testamento y las amplía10, aunque en realidad más que presentar preceptos y virtudes, propone a Jesucristo como modelo de conducta a imitar, particularmente en el amor a Dios y al prójimo. La Iglesia da continuidad a las enseñanzas de Cristo al tiempo que presta atención a las necesidades de los tiempos, incluyendo cuestiones ético-sociales, desde el Papa León XIII en 189111, así como aspectos de ética profesional.

La sabiduría oriental, como la incluida en el hinduismo, el confucionismo y el budismo, incluye también valores, normas éticas y virtudes a practicar que abarcan toda la vida y, por ello, también actividades relativas al trabajo y al comercio.

En la Edad Media, Tomás de Aquino desarrolló una ética que aunaba la tradición judeo-cristiana y la ética de Aristóteles, dando lugar a una ética de virtudes y preceptos con gran influencia en los siglos posteriores. Vino después una época en la que los filósofos redujeron la función de la ética a proporcionar un conjunto de normas, en forma de deberes, ignorando casi por completo las virtudes. Este planteamiento llegó a ser dominante en el siglo XIX. La ética era, ante todo, deontología, un término con la raíz deon, que en griego significa “deber”. Este enfoque tuvo gran influencia en la ética de las profesiones emergentes; tanto es así que durante mucho tiempo se habló de deontología profesional y no de ética profesional. La deontología profesional se ocupa de proporcionar un listado de deberes inherentes a la profesión prohibiendo determinadas acciones (engaños, fraudes, sobornos, etc.) o prescribiendo otras (guardar el secreto profesional, denunciar comportamientos impropios, por ejemplo). Desde esta perspectiva, la ética está enfocada a evaluar la aceptabilidad o no de acciones profesionales de acuerdo con los códigos de conducta y a resolver dilemas frecuentes en la vida profesional.

Todavía hoy perdura cierta concepción de la ética profesional limitada a señalar deberes. Más aún, hay gremios profesionales que establecen códigos de conducta o reglamentos que determinan deberes específicos para cada profesión. Suelen ser códigos razonables que tienen cierta utilidad pero, como veremos en la sección siguiente, tienen serias limitaciones.

Desde el último tercio de siglo XX se ha recuperado la importancia de las virtudes en la vida profesional más allá de una ética solo de normas12. Es un enfoque que enfatiza las virtudes y actuar bien en el conjunto de la vida profesional, pero no olvida los deberes éticos profesionales, que hay acciones prohibidas y la necesidad de resolver dilemas cuando se presentan.

La ética profesional no se reduce, pues, a un listado de deberes. Tienen un sentido más amplio y se ocupa de todo lo relativo a actuar bien y de las virtudes que contribuyen a ello.

CÓDIGOS DE CONDUCTA PROFESIONAL

Los códigos de conducta profesional antes citados contienen un conjunto de principios y reglas que especifican lo que se espera que el profesional considere al tomar decisiones. Los códigos de conducta profesional son útiles, al menos por dos motivos:

•Proporcionan una guía sobre lo correcto o incorrecto que orienta las acciones en profesionales con poca formación ética o en situaciones en las que pueden dudar de cómo actuar bien.

•Introducen cierta presión para actuar bien ante compañeros de profesión o, en su caso, de la dirección de la asociación profesional que los haya establecido.

A pesar de estos beneficios, los códigos de conducta distan de ser un “compendio” de ética profesional y pueden ser criticados por varias razones:

•Introducen una concepción “mecanicista” de la ética. Más que preguntarse si una acción está bien o mal, la cuestión es saber si está o no permitida por el código de conducta. Aunque algunos valores o principios éticos pueden reconocerse fácilmente en la mayoría de los códigos de conducta, en la práctica, las reglas a menudo se aplican sin presentar atención a su fundamento ético.

•Los códigos se limitan a reglas para casos frecuentes. Sin embargo, existen situaciones particulares en la práctica en las que las normas rígidas se quedan cortas y surge la duda de si el mejor comportamiento ético es siempre seguir las reglas establecidas. Por otra parte, la vida profesional es muy rica en circunstancias específicas que pueden quedar excluidas del código.

•Los códigos llevan a una visión legalista de la ética. Con frecuencia repiten o amplían preceptos legales, lo cual puede llevar a confundir la ética con un conjunto de reglas, o regulaciones, mientras que la ética es mucho más que normas externas. La conciencia personal apela a descubrir si algo está bien o mal y no solo preguntarse si es legal o está permitido por un determinado código.

•Los códigos ignoran el papel de las virtudes en la vida humana. Reducir la formación ética a conocer y saber aplicar códigos es ignorar la fuerza interior de cada persona para actuar bien: las virtudes, que proporcionan disposiciones estables para un buen comportamiento.

•La efectividad de los códigos es también cuestionable. En este punto entra en juego la motivación para actuar bien. La presión de los compañeros o de alguna asociación profesional puede resultar insuficiente.

Las deficiencias de una ética reducida a códigos de conducta sugiere la necesidad de recuperar la idea primitiva de ética como algo relativo al carácter moral y el papel central de las virtudes. Aun reconociendo la importancia de los códigos profesionales, que tipifican situaciones frecuentes en cada profesión, conviene insistir en que toda actividad profesional tiene una dimensión ética porque, de una u otra forma, siempre afecta a personas, a quienes se sirve o se perjudica.

EJERCICIOS

1. Explica con tus propias palabras qué significa ser profesional y tener profesionalidad.

2. Considerando una actividad concreta en tu campo de especialización profesional, indica aspectos técnicos y éticos inherentes a ella.

3. ¿Por qué son importantes las virtudes del carácter en un buen profesional?

4. Pon ejemplos de los diversos tipos de competencias en tu profesión.

5. Indica alguna situación en tu ámbito profesional en la que se podría aplicar “la regla de oro”.

6. ¿Qué diferencia hay entre experiencia moral y ética?

7. ¿Cómo definirías el concepto de “ética” y el de “ética profesional”? ¿Cómo se relacionan?

8. ¿Por qué todo trabajo profesional tiene una dimensión ética?

9. ¿Qué diferencia hay entre “ética profesional” y “deontología profesional”?

10. ¿Por qué cabe afirmar que la ética es algo más que un conjunto de normas?

11. ¿Cuáles son las ventajas y las limitaciones de los códigos de conducta profesional?

12. Un aforismo medieval afirma: “Quien quiere llegar alto, que aprenda a servir”. ¿Tiene sentido aplicado a la vida profesional?

2 En este caso, y en todos los demás que se proponen en esta obra, todos los nombres son ficticios, salvo que se diga lo contario.

3 J. Todolí, Principios generales de moral profesional, en J. Todolí et al., Moral profesional. Madrid: Instituto “Luis Vives” de Filosofía, C.S.I.C., 1954, pp. 5-8.

4 A. Peinador, Tratado de moral profesional. Madrid: BAC, 1962.

5 T. Airaksinen, Professional ethics, en R. Chadwick (Ed.), Encyclopedia of Applied Ethics. San Diego: Academic Press, 1998, pp. 671-682.

6 En otro lugar me he referido a estas competencias llamándolas “competencias morales”, un conjunto de virtudes que dan lugar a estas competencias entre directivos empresariales: D. Melé, Ética en dirección de empresas. Calidad humana para una buena dirección. Madrid: Pearson, 2015, pp. 165ss.

7 A. Havard, Del temperamento al carácter - Cómo convertirse en un líder virtuoso. Pamplona: Eunsa, 2019.

8 Véase D. Melé, Ética en dirección de empresas. Calidad humana para una buena dirección. Madrid: Pearson, 2015, pp. 17-25.

9 También en la tradición cristiana. Jesús habla de ella, dándole una gran importancia, al afirmar: “Todo lo que queréis que hagan los hombres con vosotros, hacedlo también vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas” (Mt 7, 12).

10 Así lo afirma Jesús: “No piensen que vine para abolir la ley o los profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento” (Mt 5, 17).

11 Con la Carta encíclica ‘Rerum novarum’, León XIII afrontó un conjunto de problemas ético-sociales generados con la Primera Revolución Industrial. También Pío XII, a mediados del siglo XX, se refirió a un buen número de cuestiones de ética profesional (véase F. del Valle, Diccionario de moral profesional según los documentos pontificios. Madrid: Compañía Bibliográfica Española, 1962). Los papas siguientes han continuado desarrollando estas enseñanzas.

12 Ha contribuido enormemente a ello A. MacIntyre con su obra Tras la virtud (Barcelona: Crítica, 1987). El original After Vitue es de 1981, con modificaciones en la 2ª edición de 1984.

CAPÍTULO 2

EL TRABAJO PROFESIONAL EN EL DESARROLLO PERSONAL

El trabajo reviste dignidad y encierra diversos significados sobre los que conviene reflexionar. Por otra parte, el trabajo se inserta en la vida personal y se relaciona con la vocación humana a crecer y desarrollarse como persona. Mediante el trabajo se adquieren y perfeccionan capacidades técnicas. Pero no solo eso. Con el trabajo se puede servir a los demás y, de este modo, contribuir al desarrollo humano personal. Esto exige trabajar buscando el bien de los demás y no solo el éxito por lo realizado al trabajar.

CASO INTRODUCTORIO: LA DECISIÓN DE VICENTE

Aquella noche de noviembre, Vicente Sastre había llegado a su casa con una gran noticia. Por fin sería promovido, aunque tendría que cambiar de ciudad. Para sorpresa de Vicente, la reacción de Maribel, su esposa, no fue la que esperaba.

Antecedentes

Vicente Sastre había nacido en un pequeño pueblo próximo a Valencia, España, donde realizó los estudios primarios y secundarios. Después cursó formación profesional en Química y Farmacia. Una vez graduado, pasó a formar parte de una importante empresa farmacéutica multinacional como vendedor-técnico, donde amplió su formación en ventas. Tras dos años de trabajo en Valencia, Vicente fue trasladado a Murcia, una ciudad del sureste de España. Antes de trasladarse a Murcia, contrajo matrimonio con Maribel, su novia de toda la vida. Maribel había cursado Magisterio y su ilusión era dedicarse a la docencia infantil.

Tras dos años de actividad en Murcia, fue traslado a petición propia a Alicante, donde había un mercado más amplio. Seguirían en la costa de Levante español, que tanto les gustaba, al tiempo que mejorarían sus ingresos familiares. De nuevo, un año después y por idénticas razones, Vicente, con toda su familia, se trasladó a Cataluña. Ahora su trabajo consistía en asesorar a distribuidores y apoyar las ventas de los productos en la zona que tenía asignada, que cubría la totalidad del área catalana.

A Maribel no le gustaban tantos cambios de residencia, pero quería a su marido y trataba de adaptarse a los cambios. Una vez trasladados a Cataluña, se afincaron en una urbanización situada en una pequeña y agradable población, a unos quince kilómetros de Tarragona.

Con el tiempo, la familia creció y tuvieron tres hijos que ahora tenían respectivamente 12, 9 y 5 años de edad. Las mayores eran dos niñas, Amparo y Josefina, que cursaban con aprovechamiento la enseñanza primaria en un prestigioso colegio situado en las afueras de Tarragona. Vicente y Maribel compartían el ideario de este centro educativo, que incluía valores cristianos, educación personalizada y diferenciada, tutorías y gran calidad docente. El hijo pequeño se llamaba Carlos y acudía a un parvulario próximo a la casa de la familia Sastre.

Hacía un año que Maribel había conseguido ser contratada como maestra en el colegio donde acudían sus hijas. Maribel estaba muy a gusto en aquel lugar, aunque no daba abasto en cuidar de su familia y atender sus obligaciones docentes. Aunque Vicente tenía que viajar mucho, y con frecuencia no dormía en casa o llegaba muy tarde, al menos había consolidado su situación profesional y tenía un lugar de residencia estable. Se encontraba a gusto con su trabajo y se ganaba bien la vida. Al propio tiempo, Maribel estaba encantada con su trabajo en el colegio, que era compatible con una adecuada dedicación a su familia. Además, había hecho varias amigas que también tenían a sus hijas en aquel colegio.

A lo largo de los años, Vicente demostró ser un magnifico profesional de ventas. Su esfuerzo continuado le hizo acreedor del premio al mejor técnico comercial de la compañía durante varias campañas. Este premio consistía en un bono que, como él decía, “es más de lo que gano al mes; es una paga superextra”.

La familia Sastre estaba unida, pero Vicente se daba cuenta de que sus ausencias del hogar y las largas jornadas de trabajo originaban ciertas tensiones con Maribel. La buena reputación de Vicente como vendedor y los premios conseguidos no hacían del todo feliz a su esposa. Alguna vez Maribel le había comentado: “Preferiría menos premios y que te dedicaras más a tu familia y a tus hijos”. Expresiones como estas disgustaban a Vicente, quien reconocía que su trabajo era absorbente, pero “el trabajo es para que toda la familia pueda tener más calidad de vida. Además, los fines de semana ya estoy con vosotros”.

Una oportunidad de promoción

Desde hacía seis años, la empresa de Vicente crecía de forma importante siguiendo el desarrollo del sector farmacéutico. Lo hizo incluso a un ritmo superior. Este crecimiento motivó diversas reestructuraciones en la oficina central en Madrid, incluyendo la creación de nuevos puestos de trabajo en el departamento de marketing. Vicente vio en estos cambios una posibilidad de promoción. Tenía 39 años y llevaba 15 en la misma empresa, siempre de agente comercial. De seguir en Cataluña, tenía expectativas de llegar a ser jefe regional. Sin embargo, esta posibilidad era muy lejana, ya que su jefe tenía solo 43 años y parecía muy consolidado en su puesto. La única opción era acceder a uno de los nuevos puestos creados en la oficina central en Madrid.

En un encuentro informal entre Vicente y Ramón Serra, su actual jefe regional, salió el tema de esos nuevos puestos. Vicente le comentó que le haría mucha ilusión ocupar alguno de ellos. Ramón se quedó sorprendido. Era poco habitual que un veterano y eficiente vendedor de provincias, que entre salario fijo y comisiones obtenía unos elevados ingresos, mostrase deseos de pasar a Madrid, donde probablemente no ganaría más y tendría un tipo de trabajo relativamente distinto, menos dinámico. Vicente argumentó que era capaz de superarse a sí mismo y ahora tenía su gran oportunidad; lo de ganar más era cuestión de tiempo. Finalmente, el jefe regional prometió a Vicente que haría lo que pudiera para que lograse sus deseos.

Al poco tiempo, Vicente era llamado a Madrid para entrevistarse con el director comercial para España de la multinacional donde trabajaba. En la reunión le ofrecieron ser jefe de producto para España de una línea que se pretendía reforzar y desarrollar a la vista de la nueva situación del mercado. Vicente, sin pensárselo dos veces, respondió afirmativamente a la propuesta.

Cuando Vicente llegó a casa los niños ya se habían acostado. Volvía tan contento que nada más entrar no pudo contenerse y contó todo a Maribel:

- “Me han ofrecido un puesto fantástico. Por fin llegó la oportunidad de promocionar. Aquí nunca llegaría muy lejos. Ocuparé un cargo importante y con enorme proyección futura en la compañía. Veo que consideran mi valía. No solo me tienen por un buen técnico comercial, sino que confían en mí para una actividad de mucha envergadura. Ahora, voy a ser jefe de producto y después… quién sabe hasta dónde llegaré. Además, se han comprometido a proporcionarme una ayuda económica para el cambio de vivienda y, si hace falta, me concederán crédito a bajo interés con el mismo fin. Venderemos la casa que tenemos aquí y compraremos otra en Madrid. De momento no podrá ser un barrio muy elegante, pues la vivienda está muy cara en la capital, pero todo llegará. También van a pagarme clases de inglés, pues a partir de ahora lo voy a necesitar para comunicarme con la división para Europa, que tiene su sede en Londres”.

Vicente siguió hablando con gran entusiasmo durante largo tiempo sin que Maribel abriera la boca.

- “Quieren que empiece el primero de año –concluyó Vicente–, pero vosotros de momento no tendréis que trasladaros. Así los niños acabarán el curso en su colegio. Entre tanto, yo buscaré un pequeño apartamento y vendré todos los fines de semana; con el puente aéreo Madrid-Barcelona será fácil. La empresa también se hará cargo de estos viajes. En verano venderemos la casa y nos trasladaremos todos a Madrid”.

En el rostro de Maribel se adivinaba que no compartía en absoluto el entusiasmo de su esposo. Solo después de mucho hablar, Vicente pareció darse cuenta del desagrado de Maribel:

- “¿No te alegras de esta noticia?”, le preguntó.

Maribel escuetamente respondió:

- “¿Y qué se nos ha perdido en Madrid?”.

Cuestiones:

• Analiza el comportamiento profesional y familiar de Vicente.

• ¿Por qué Vicente valora tanto su profesión? Y ¿por qué a su esposa Maribel no le hace ninguna gracia?

• ¿Qué reflexiones podrían hacerse a Vicente? ¿Qué le recomendarías?

DIGNIDAD DEL TRABAJO