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Con la llegada de la pandemia, la digitalización experimentó un fuerte incremento que supuso una aceleración de la evolución tecnológica. Las empresas que operan en los mercados financieros también han adoptado nuevas tecnologías, entre las que destaca la inteligencia artificial, que procesa enormes cantidades de datos en muy poco tiempo con diversas metodologías, incluidas las redes neuronales y el aprendizaje automático. Estas nuevas tecnologías permiten, en particular, la detección de datos anómalos. Estos modelos finalmente aplicados a nuevos datos predicen lo que sucederá con gran precisión, llevando a los usuarios a tomar decisiones informadas, pero basándose en modelos predictivos completamente automatizados. Este representa el futuro que, a través de la Inteligencia Artificial, los Chatbots y los Asesores Expertos, revolucionará los mercados financieros, apoyado en una regulación adecuada. En este estudio intentamos hacer un balance de la situación actual y algunas predicciones para el futuro.
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Premisa
INTRODUCCIÓN
El ciclo del mercado y el comportamiento emocional.
Inteligencia artificial
Creación de modelos y autoformación continua.
Eficiencia de la información e IA
Big Data y mercados financieros
Sentimiento e inversiones
Estados financieros NIIF y formato ESEF
La puntuación Z de Altman
Puntuación ESG, Finanzas Éticas y Mercados Financieros
Covid y los mercados financieros
Cadena de bloques e IA
Metaverso, Blockchain y Mercados Financieros
Chatbot y asesoramiento financiero
Asesor Experto, comercio en línea y mercados financieros
IA, mercados financieros y responsabilidad penal
Conclusiones
Referencias
Autor
Con la llegada de la pandemia, la digitalización experimentó un fuerte incremento que supuso una aceleración de la evolución tecnológica.
Las empresas que operan en los mercados financieros también han adoptado nuevas tecnologías, entre las que destaca la inteligencia artificial, que procesa enormes cantidades de datos en muy poco tiempo con diversas metodologías, incluidas las redes neuronales y el aprendizaje automático. Estas nuevas tecnologías permiten, en particular, la detección de datos anómalos.
Estos modelos finalmente aplicados a nuevos datos predicen lo que sucederá con gran precisión, llevando a los usuarios a tomar decisiones informadas, pero basándose en modelos predictivos completamente automatizados.
Esto representa el futuro que revolucionará los mercados financieros a través de Inteligencia Artificial, Chatbots y Asesores Expertos.
El programador de IA en realidad no conoce el modelo creado por la máquina, pero sabe que al insertar una gran cantidad de datos en la entrada y salida, la máquina encontrará el modelo subyacente a los datos mismos. Un ejemplo típico es el de la inteligencia artificial que tiene que reconocer a un perro, en este caso se introducen montones de fotos de perros de todas las razas diciéndole que es un perro. La máquina divide la información y encuentra una relación entre la información individual y el resultado, es decir, "el perro". Al finalizar el entrenamiento la máquina podrá reconocer las fotografías de los perros distinguiéndolas de las de otros animales. La máquina aprende automáticamente a partir de los datos y crea su propia red de razonamiento para obtener el resultado requerido.
Todo esto lleva a deducciones por parte de los estudiosos de los mercados en general y de los mercados financieros en particular, en primer lugar el aumento en los últimos dos años de Dispositivos y aplicaciones informáticas al alcance de todos ha llevado a un alto nivel de digitalización de sencillos y profesionales que han buscado nuevas soluciones más eficientes para agilizar las transacciones y reducir los costes asociados a las mismas. Ahora surge una pregunta, ¿qué pasaría si todos los operadores financieros utilizaran inteligencia artificial para realizar inversiones en el mercado financiero? ¿Qué pasaría si, paradójicamente, todos los inversores utilizaran el mismo software de inteligencia artificial? Dado que la máquina no se contradice y opera siempre con los mismos métodos, en teoría las inversiones en valores reconocidos como atractivos por la inteligencia artificial aumentarían y las inversiones en valores menos atractivos disminuirían con un claro aumento en la cantidad de transacciones de los primeros a los en detrimento de los demás, pero de esta forma el precio bajaría hasta el punto de convertirlo en una inversión inútil que la inteligencia artificial posteriormente ya no seleccionaría. Absurdamente, de esta forma la volatilidad del mercado aumentaría exponencialmente debido al uso de una máquina que, al poner a todos los operadores en las mismas condiciones, conduciría a la mayoría de los inversores en la misma dirección provocando fluctuaciones muy elevadas en los mercados financieros en tiempo real.
Érase una vez, los operadores de los mercados financieros no podían tener acceso a mucha información e intentaban procesar los datos que tenían para captar aquellas señales de información que favorecían una inversión en detrimento de otras. En el futuro, es posible que los movimientos de capital ya no se basen en datos reales, sino en fluctuaciones creadas por los propios modelos.
Esto es sólo una hipótesis y no una afirmación, ya que siempre es posible una evolución alternativa del sistema. Un requisito previo para estas consecuencias es la adopción de modelos idénticos o similares de inteligencia artificial por parte de al menos la mayoría de los inversores.
En el pasado, la información perfecta era sólo un caso académico, pero con la llegada de la inteligencia artificial podría convertirse en una realidad en todos los campos de la economía. La distinción entre agentes informados y desinformados ya no existiría con la consiguiente realización de la eficiencia utópica del mercado, eliminando cualquier beneficio extra derivado de la asimetría de la información. Por tanto, los agentes podrían tomar sus decisiones de forma responsable y consciente, pero esta consecuencia positiva podría verse limitada por la falta de elección por parte de los operadores físicos, que podrían optar por dejar que la inteligencia artificial tome sus decisiones.
La diferencia entre el hombre y la máquina está en la cantidad de información que puede procesar y en la capacidad de tomar decisiones creativas y, a veces, alternativas, con ganancias o pérdidas incluso excepcionales. En este bosque de datos globales, el hombre es incapaz de ver ni siquiera relaciones imperceptibles que podrían tener consecuencias importantes. Esta limitación humana podría conducir a la adopción de inteligencia artificial aplicada a las opciones de cartera. Seguramente la parte emocional de las elecciones humanas será eliminada por completo y esto hará que el mercado sea más eficiente.