Hasta lo último de la tierra - Xavi Almo - E-Book

Hasta lo último de la tierra E-Book

Xavi Almo

0,0
3,99 €

-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

La obra está basada en relatos de testimonios reales que acontecieron en Asia del Este, más precisamente en China, país donde un matrimonio argentino misionero, en obediencia al llamado divino de Dios, experimenta hechos milagrosos que confirman la veracidad y actualidad de las misiones mundiales. Esta obra también defiende la importancia y el compromiso de ir a las naciones para compartir las buenas noticias de paz y reconciliación entre Dios y los hombres, un ministerio que, si bien es tenido en cuenta en la gran mayoría de las iglesias evangélicas, no se asume con la seriedad que lo enseña y relata con hechos propios en las epístolas escritas por el Apóstol Pablo y aún la vida del mismo Jesús, a través del relato de los evangelios en el nuevo testamento, como así también los poderosos testimonios plasmados en el libro de los Hechos de los apóstoles. Esta obra intenta hacer llegar a líderes espirituales de las iglesias de Cristo un mensaje de parte de Dios, exhortando a no detenerse tanto en nuestras imposibilidades y en lo institucional eclesiástico, sino más bien a marchar en fe y en compromiso ejerciendo lo que se dice profesar en los sagrados púlpitos de Dios.

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB
MOBI

Seitenzahl: 187

Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



XAVI ALMO

Hasta lo último de la tierra

Xavi Almo Hasta lo último de la tierra / Xavi Almo. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4505-3

1. Narrativa. I. Título. CDD A863

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

[email protected] Diseño de la portada: Mely Parry

Tabla de contenido

Prefacio

Introducción

Invisibles

Nunca llega tarde

Un nuevo nombre

Olor de vida

Cristianos encubiertos

La privación del yo

Consuelo eterno para Lázaro

Una pequeña luz a las naciones

La misión y la iglesia

A mi amada esposa Edith.

Prefacio

Hablar acerca de la iglesia del Señor se ha vuelto tan rutinario para muchos, que pareciera ser que se ha perdido la esencia del significado de este concepto tan importante, no solo para saber qué posición debemos tener como cristianos y como hijos de Dios, sino para entender el verdadero significado de ser luz del mundo.

En estos pequeños relatos, he intentado reproducir algunas de las tantas experiencias que en nuestros viajes misioneros hemos tenido junto a mi esposa, siendo mi anhelo que al leer este libro usted comprenda su misión personal y el lugar que debe ocupar en el mundo como mensajero del glorioso evangelio de Jesucristo, por otro lado, también el rol que la iglesia de Cristo debe asumir, entendiendo su diseño y su verdadero concepto.

Muchos cristianos luego de más de dos mil años de la primera venida de Cristo han llegado a formarse una idea de la iglesia como si fuera un centro de reunión con buenas actividades de fin de semana, algo parecido a un club de entretención, solo que santificado, o agrupaciones de buenos amigos que tienen en común una misma fe; pero lo cierto es que el verdadero pueblo de Dios ejerce su fe en una iglesia que no está contenida en diseños humanos, ni tampoco ocupada de satisfacer necesidades emocionales como primera medida.

Dios no puede ser limitado a un espacio cerrado, como si ésta fuera su única vía necesaria para estar presente y bendecir a los que son suyos. El Señor es infinito e incontenible, permanece junto a su pueblo escogido, a través del cual se hace visible en un mundo de incredulidad y desconocimiento, haciéndose presente dentro de cada grupo social, cultura y nación con el propósito de ser reconocido como el único Dios y creador del cielo, de la tierra y de su Hijo Jesucristo como su Salvador.

Sería bueno, no solo entender sino también llevar a la práctica, que la iglesia somos nosotros, no solo mientras permanecemos en un templo para orar o alabar a Dios, sino las veinticuatro horas del día y cualquiera sea el lugar donde nos encontremos, donde también debemos llevar adelante la misión que nos ha sido encomendada; entonces estaremos preparados para dar el siguiente paso: Entender que es lo que Dios quiere que hagamos según su buena voluntad. ¿Cuál es entonces tu misión? ¿Cuál es mi misión y cuál es la misión de la iglesia de Cristo? Siempre me emociona recordar las palabras de Jesús cuando oró por sus discípulos:

”20Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”.

San juan 17:20.21RVR1960

Este versículo del Evangelio de San Juan nos da un mensaje muy claro acerca de lo que Jesús quería de sus discípulos, y también de nosotros en una perfecta unidad, ya que fuimos incluidos como aquellos que vendríamos por la palabra de Dios, que saldría de la boca de ellos. Aquí entonces, en estas palabras de Jesús podremos encontrar muy buenos indicios acerca de lo que Dios quiere de nosotros como sus hijos. El mundo debe creer que Jesucristo fue enviado por Dios para salvarnos.

Él nos ha encontrado y salvado de una diversidad de formas de vida, haciendo de cada uno de nosotros formas diferentes de venir a Cristo, dándonos una nueva vida para que todos conozcan al dador de esta; por eso no hay llamados exclusivos ni preferenciales, ni tampoco iguales, sino que todos somos llamados a una misma misión, solo que muy diversa, porque provienen del diseño de un Dios creativo.

Él no llamó a Pedro al mismo lugar que a Pablo, pero ambos fueron llamados por el mismo Jesucristo; tampoco es una cuestión de talentos o habilidades sino de la misericordia de Dios, ya que no existen los capaces en sí mismos sino los incapaces con corazones dispuestos a ponerse en las manos de un Dios transformador para su gloria.

A esto también lo podemos encontrar en las Sagradas Escrituras, solo nos basta estudiar las vidas y orígenes de cada uno los discípulos de Jesús y notaremos que ninguno reuniría el perfil que una mega-iglesia de este tiempo escogería para su liderazgo.

Jesús nos elige para luego transformarnos según la forma en que seremos usados en la gran comisión que nos fue dada a todos como su iglesia.

Aquel que era incapaz, será luego hecho capaz, pero en Cristo; aquel que se crea capacitado, será llevado a un lugar donde quizá su talento no le sirva absolutamente para nada, porque no se tratará nunca de nosotros; la gloria debe ser de Dios y para eso debe ser Jesús a través de nosotros.

El que se considere sabio tal vez será llevado por un camino que lo haga sentirse avergonzado de lo poco que sabe, pero entre los menos sabios según su parecer, quizá en medio de una cultura diferente, solo para que entienda lo mucho que necesita depender de Dios; y al que se crea débil lo hará fuerte y sabio entre los más fuertes, porque Cristo estará allí reposando fuertemente en toda su fragilidad.

Pero esto no nos excluye de la necesidad de ser capacitados para dar mayor calidad a todo lo que hagamos, está demás decirlo, ya que como hijos de un Dios de perfección y de excelencia, debemos buscar la sabiduría para que todo lo que hagamos tenga el sello y la marca de un pueblo que es gobernado por un rey eterno y perfecto.

Debemos seguir juntos y adelante en esta experiencia.

Quiero que al leer tenga presente que los hechos fundantes relatados aquí han sido por la presencia misma de Dios en un tiempo determinado, en una hora previamente definida, en un minuto y segundo marcado por aquel que preparó todas las obras de antemano, para que sus hijos anden en ellas con un solo propósito: El hacernos saber que la labor misionera de Dios es realizada de forma milagrosa, porque es obra de sus manos, con el poder de sus propósitos y que su palabra no ha mudado ni cambiado, sino que sigue y seguirá obrando en vigencia para la gloria de su nombre, hasta cumplir su maravilloso plan eterno.

Introducción

Es sorprendente que luego de cientos de años de cristianismo, muchos hombres que, habiendo experimentado el perdón de Dios para ser adoptados como sus hijos, luego de haber recibido grandes bendiciones en sus vidas, familias y ministerios, manifiesten una egoísta incredulidad, en relación a los mandatos de amor, como la gran comisión dada por Jesús, resistiendo a la continuidad mundial del plan de rescate de Dios a través de las misiones transculturales.

Sin duda esta es una manifestación que se ha propagado en muchas iglesias alrededor del mundo dejando en evidencia, por un lado, una distorsión del objetivo de la misma y por el otro, la gran incredulidad que existe en el mundo del cristianismo actual.

Esta poca importancia y valor hacia las misiones, se extiende incluso, cuando hablamos acerca de cuál es la misión individual que cada creyente debe llevar a cabo en la sociedad en la que vivimos mientras permanecemos en el mundo.

En un principio, este libro solo pretendió ser un compilado de testimonios acontecidos en el campo misionero, no teniendo intención alguna de publicarlos porque solo quería tenerlos escritos en un lugar donde poder encontrarlos en los tiempos difíciles, como un recordatorio de todo lo que el Señor había hecho a lo largo de varios años como algo propio y personal, algo que sería bueno para ser utilizado en mis batallas personales en esos tiempos en que la fe está siendo maltratada, sin embargo, creo estar siendo obediente a la solicitud del protagonista y autor de todos los hechos relatados aquí, para dejar evidencia de nuestra necesidad de Dios, como así también del ejercicio de la fe cristiana que decimos tener.

Es necesario que salgamos al mundo a llevar el glorioso mensaje eterno para su absoluta gloria y honra, no deteniéndonos a observar aquello con lo que contamos para hacerlo, sino precisamente todo lo contrario, que nos podamos detener a contemplar lo mucho que necesitamos para luego hacer uso de nuestra fe, y en obediencia, imitar a aquellos hombres que nunca fueron superdotados o especialmente superiores ya que muchos de ellos fueron tan incrédulos como muchas veces lo somos nosotros, solo que su obediencia les permitió acrecentar su fe y confianza a un grado tal que se les negó la opción de mirar atrás, hasta incluso entregar sus propias vidas honrando así a su mayor ejemplo, a nuestro Señor Jesucristo.

Lo que he plasmado aquí es solo una porción de muchas experiencias que vivimos durante años en el campo misionero, no que sean las más importantes, sino que se ajustan a mi idea de transmitir al lector un aporte que sea de ayuda a su fe cristiana como lo fue para nosotros el poder experimentarlas.

Muchas veces, cuando aún no estaba en el campo misionero, me pregunte como era posible que existan hermanos capaces de renunciar a sus propias vidas para irse a lugares remotos y vivir en países de alta persecución donde corrían peligro de vida incluso sus propias familias, no imaginaba un grado de entrega tal, a veces llegue a pensar como muchos, que tal cosa no tenía sentido o que no era posible que Dios pidiera tal cosa; hasta que junto a mi esposa experimentamos el poder del llamado de Dios hasta lo último de la tierra.

Como proceso, podría decir que son todos muy parecidos, continuamos luego por la renuncia total de nuestras vidas, entorno, profesiones y trabajos para salir con la plena convicción de que el Señor debía hacer algo en aquel país lejano donde experimentamos también lo milagroso de su provisión y su cuidado, algo que a muchos misioneros nos genera una cierta incertidumbre y temor.

Tanto la transición como la evolución de las etapas por las cuales el obrero transcultural debe atravesar, deben ser algo absolutamente comprensible para la iglesia de Cristo; la cual debe acompañar en su totalidad, nunca debe ser vista como un favor que se le está haciendo al misionero precisamente, sino como un compromiso y una responsabilidad para con los llamados al servicio transcultural.

Algo valioso que estas experiencias nos han enseñado es que el Señor cumplirá sus propósitos en y a través de aquellos que llama, no importa si estos son apoyados y acompañados o carentes de ambas cosas, porque la búsqueda de los perdidos es una misión que realiza Dios por su absoluta voluntad a través de aquellos que llama, solo que nos está otorgando a todos la oportunidad de ser bendecidos y de crecer a través del ejercicio de nuestra fe en obediencia en el ir, en el apoyo del sostén de los obreros como también en aquello que no debe faltar cada vez que el pueblo de Dios se reúne y que es la oración.

De cada testimonio aquí compartido, podría decir que la porción del obrero testigo es la resistencia y la obediencia, incluso a lugares y situaciones que le son totalmente desconocidos. Dios es el absoluto protagonista a través del Espíritu Santo que lleva adelante aquello que decretó desde un principio por amor a sus criaturas caídas.

Muchas veces nos olvidamos de que nuestra esencia de origen, nuestra naturaleza pecaminosa tiene la humana capacidad de engañarnos fácilmente, haciéndonos creer que somos algo, o incluso que lo que ven nuestros ojos ministerialmente es producto del esfuerzo personal; el esclavo simplemente sirve a su amo sin esperar nada, como así también, si hay algo de lo cual sentir gozo, es de que sea Cristo obrando a través de un hombre pecador.

Finalmente intento meditar en la misión personal y en la misión como cuerpo de Cristo: ¿Será posible que los miembros que componen un cuerpo tengan desacuerdos para dirigirse a un mismo lugar dirigido por una mente?

Creería que, si una mente busca conformarse a la mente de Cristo también, sabrá dirigir a quienes son sus seguidores a una misma meta; esto no significa que no existan diversidad de ideas en las cuales debemos tener acuerdos, pero todas deben estar alineadas a un mismo fin que es hacer conocido a Dios en el mundo, a través de la gran comisión dada por Jesús.

El mandato dado fue y seguirá siendo el mismo: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones”. No se nos ha mencionado la necesidad de mega-iglesias, no hay tampoco demasiado lugar para el activismo, como así también para la segregación cristiana de la sociedad que nos rodea; sino una misión que cumplir, un mandato a la altura de todos los que normalmente mencionamos en nuestros sermones.

Jesucristo nos dejó un ejemplo de búsqueda de las ovejas perdidas; sus discípulos no se quedaron en Jerusalén sino solo para la espera de la promesa del Espíritu Santo, para luego salir a llevar el evangelio a costa de lo que fuera; no necesitamos mayores ejemplos de cómo debemos llevar adelante la misión de Dios para la gloria de su nombre.

Xavi Almo

Invisibles

Existen realidades que parecen olvidadas, ausentes y puestas en un plano secundario en nuestros templos, lugares de reunión y tiempos de intercesión. Creería que esto sucede porque simplemente no nos tocan de cerca, como por ejemplo, las persecuciones al cristianismo.

Cuando leemos en las sagradas escrituras, hay una escena en particular en la que Jesús, junto a sus discípulos habían abandonado Judea, para luego irse al otro lado del río Jordán, porque los judíos habían decidido aprehenderlo y darle muerte. En medio de este contexto sus discípulos se espantaron cuando oyeron de los labios del mismo Jesús, que era necesario regresar a Judea.

La reacción de los doce era de espanto, porque eran conscientes de que no les esperaba un buen panorama allí, sin embargo, el maestro no se detuvo, sino manteniéndose firme, llamó a sus discípulos a enfrentar la situación y marchar a Judea juntos a pesar de la persecución más allá de las consecuencias. Este relato lo podemos leer con detalle en el capítulo 11 del evangelio de San Juan.

La intención de lo que reina en la oscuridad, a través del hostigamiento de lo santo, es una misión de las fuerzas del mal que nunca se ha detenido y lo podemos ver desde pequeñas oposiciones hasta en sangrientas persecuciones que ya no solo están presentes en Oriente medio sino también en América Central, en países como Colombia, México, Haití entre otros.

La persecución cristiana tiene una doble lectura, creo que Dios lo ha venido permitiendo por varios motivos, en primer lugar, para demostrar al mundo que el Evangelio es capaz de liberar a los afligidos, incluso, sin muchas veces cambiar su situación, como es el caso de Corea del norte; en ese país los que reciben a Jesús serán aún más afligidos que antes de haberlo conocido, sin embargo, no están dispuestos a renunciar a su fe, aunque el precio a pagar sea su propia vida.

Por otro lado, este hostigamiento al cristianismo ha sido y sigue siendo permitido por Dios de diversas formas en el mundo, para que los creyentes, a medida que son dispersados, sean usados por Dios para la extensión del reino como lo fue en el periodo de la iglesia primitiva. Son algo así como misioneros forzados por una circunstancia permitida por Dios para llevar las buenas nuevas de paz y de amor en lugares de mucha oscuridad en el mundo.

Esta realidad de la iglesia de Jesucristo no debería ser ajena a nosotros, de este lado del hemisferio, simplemente porque no nos afecta personal y materialmente.

Estamos viviendo una época de gran avance tecnológico, por lo que no es una buena excusa la desinformación de lo que está aconteciendo más allá de nuestras fronteras. Tenemos noticias a toda hora y de manera instantánea en nuestros equipos móviles, lo que nos debería llevar a orar más por nuestros hermanos que padecen este tipo de acoso por causa de la misma fe que tenemos usted y yo.

La persecución no es un hecho pasado, sino una realidad que se nos acerca cada vez más, por ese motivo deberíamos tomar mayor conciencia como cuerpo de Cristo, para que dejando de lado nuestras actitudes egoístas podamos dedicar más tiempo a interceder por familias, niños, y hermanos que viven una vida cristiana en constante peligro de muerte.

“De manera que, si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular”.

1 Corintios 12:26-27 RVR1960

Mi corazón se emociona al ver que puedo estar escribiendo sobre las maravillas del Señor en mi país sabiendo que no seré perseguido por eso, puedo recibir a algunos invitados en casa, algunos hermanos que puedan sentarse conmigo, abrir nuestras biblias y sintiéndonos seguros podemos cantar himnos juntos sin que nadie venga de improvisto a prohibírnoslo.

Si bien el mundo no es un lugar seguro, ya que cualquier cosa puede ocurrir de manera espontánea y sorpresiva, cambiando por completo nuestra realidad; nos espantamos cuando nos enteramos de catástrofes, terremotos, tsunamis, huracanes o inundaciones que en cuestión de segundos cambian las vidas de muchas personas para siempre.

Es probable que alguien pueda dañar nuestro cuerpo, lastimarnos o herirnos, pero... ¿Quién podrá dañar nuestra alma?

A veces permitimos que al vivir nuestra vida a la defensiva nos volvamos un poco insensibles a situaciones a las que no debemos mostrarnos insensibles. No tenga miedo, aunque vivimos en un país inseguro y en un tiempo de incertidumbre en todo el mundo, eso es una verdad, es algo que todos sabemos, pero las Sagradas Escrituras nos dicen algo al respecto:

“Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”.

San Mateo 10:28RVR1960

Estoy viendo mi reloj en este momento y son las 19:30 horas de la tarde mientras que en China serían las 6:30 de la mañana.

Los chinos suelen comenzar muy temprano su día, en este mismo momento tal vez estén reuniéndose algunos de ellos para hacer una caminata en algún parque, o tal vez estén mandándose mensajes para organizar una visita a alguna montaña alejada de la ciudad.

Esos simples acuerdos entre personas de esta nación no parecen tener ningún sentido extra además del de compartir entre amigos, y usted pensara con su lógica: ¿Qué importancia tiene que en este momento algunos chinos estén reuniéndose en algún parque? Pero bien, esto tendrá mucho significado dentro de algunos minutos.

Hace algunos meses antes de regresar a Argentina y luego de alrededor de 3 años sin tener contacto entre nosotros, al fin nos pudimos encontrar con un hermano y Pastor Chino llamado Wu, con el que nos une además de nuestra hermandad en Cristo, muchos recuerdos, ya que durante algunos años habíamos trabajado juntos en aldeas de la Provincia de Yunnan en el sur de China y también en la llamada iglesia subterránea o perseguida.

Antes de la pandemia habíamos perdido todo tipo de contacto con Wu, no respondía a mis mensajes, ni llamados, no sabíamos qué había pasado y hasta llegué a pensar que tal vez yo había hecho algo sin querer y que le había ofendido, porque no sabía absolutamente nada de él.

Más tarde nos enteramos de que un tiempo antes de los confinamientos por el Covid-19 el gobierno de China había intensificado la persecución, habían decidido erradicar definitivamente a todas las llamadas iglesias subterráneas.

Esta acción del gobierno fue definitiva y podríamos decir que absolutamente todas fueron cerradas, todo material bíblico encontrado fue quemado, líderes y pastores fueron llevados presos junto a sus familias para ser investigados, como así también muchos misioneros sobre todo coreanos fueron expulsados del país.

Luego de esta triste situación y de manera inmediata vino la pandemia con todo lo que significó, más aún para China, por lo que mucho menores fueron las posibilidades de encontrarnos con Wu, porque seguía sin tener una respuesta a mis mensajes.

Pasado mucho tiempo y a pesar de la pandemia, la situación en China comenzó lentamente a tomar un ritmo parecido a lo normal, aunque con muchos controles sanitarios, los que eran muy estresantes incluso para los mismos chinos.

Después de pasado mucho tiempo habíamos agotado nuestras esperanzas de encontrarnos, y cuando consideraba que habíamos perdido total contacto, de repente el pastor Wu respondió a un viejo mensaje que había enviado desde su cuenta de WeChat, en el momento preciso en el que estábamos abandonando China para regresar a nuestro país, le respondí inmediatamente que estábamos preparándonos para regresar a Argentina, al menos por un tiempo, rápidamente me respondió y me dijo: Ustedes no pueden irse sin antes vernos al menos un momento.

En otras palabras, era necesario que nos reunamos a compartir una comida y poder conversar sobre algunas cosas que habían sucedido.

Luego de habernos abrazado —cosa que los chinos habían aprendido con el tiempo ya que no es muy común para su cultura—, comenzamos a recordar viejas vivencias, viajes, anécdotas hasta que llegamos al punto más delicado, le preguntamos: —¿Wu qué ha sucedido con la iglesia? Sabemos que ha habido una fuerte oleada de controles del gobierno en contra de los cristianos, pero nos preguntamos: ¿Qué ha pasado con aquel lugar donde nos reuníamos junto a la familia de la fe china?

Nos miró y luego dijo: —Recibí tus mensajes, pero no podía responder.

Nos contó que el gobierno había mandado gente a investigarlo, ingresando a su casa una mañana poco antes de la pandemia prácticamente sin golpear y poniéndolos a todos contra la pared como a delincuentes mientras revisaban cada lugar dentro de la misma.

Permanecieron doce horas dentro de su casa, y mientras dos oficiales lo mareaban a preguntas, otros dos permanecían revisando en cada rincón en busca de pruebas e información, entretanto su esposa y sus hijos lloraban asustados.