La Aventura de los Tres Estudiantes - Arthur Conan Doyle - E-Book

La Aventura de los Tres Estudiantes E-Book

Arthur Conan Doyle

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Beschreibung

Cuando un profesor universitario descubre que alguien ha manipulado las pruebas de un importante examen, se llama a Sherlock Holmes para que investigue discretamente. Con solo tres estudiantes con acceso al lugar de los hechos, Holmes debe confiar en su aguda observación, su lógica deducción y sus sutiles preguntas para identificar al culpable, todo ello sin dañar la reputación de la institución académica. Un caso tranquilo pero ingenioso que muestra la brillantez de Holmes en un entorno no criminal.

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Seitenzahl: 28

Veröffentlichungsjahr: 2025

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La Aventura de los Tres Estudiantes

Arthur Conan Doyle

SINOPSIS

Cuando un profesor universitario descubre que alguien ha manipulado las pruebas de un importante examen, se llama a Sherlock Holmes para que investigue discretamente. Con solo tres estudiantes con acceso al lugar de los hechos, Holmes debe confiar en su aguda observación, su lógica deducción y sus sutiles preguntas para identificar al culpable, todo ello sin dañar la reputación de la institución académica. Un caso tranquilo pero ingenioso que muestra la brillantez de Holmes en un entorno no criminal.

Palabras clave

Trampa, Deducción, Mundo académico

AVISO

Este texto es una obra de dominio público y refleja las normas, valores y perspectivas de su época. Algunos lectores pueden encontrar partes de este contenido ofensivas o perturbadoras, dada la evolución de las normas sociales y de nuestra comprensión colectiva de las cuestiones de igualdad, derechos humanos y respeto mutuo. Pedimos a los lectores que se acerquen a este material comprendiendo la época histórica en que fue escrito, reconociendo que puede contener lenguaje, ideas o descripciones incompatibles con las normas éticas y morales actuales.

Los nombres de lenguas extranjeras se conservarán en su forma original, sin traducción.

 

La Aventura de los Tres Estudiantes

 

Fue en el año 95 cuando una serie de acontecimientos, en los que no entraré, hicieron que el señor Sherlock Holmes y yo pasáramos varias semanas en una de nuestras grandes ciudades universitarias, y fue durante ese tiempo cuando nos sucedió la pequeña pero instructiva aventura que voy a relatar. Es obvio que cualquier detalle que ayudara al lector a identificar con exactitud la universidad o al criminal sería imprudente y ofensivo. Es mejor que un escándalo tan doloroso caiga en el olvido. Sin embargo, con la debida discreción, puedo describir el incidente, ya que sirve para ilustrar algunas de las cualidades que distinguían a mi amigo. En mi relato, procuraré evitar términos que puedan situar los hechos en un lugar concreto o dar pistas sobre las personas implicadas.

En aquella época residíamos en un piso amueblado cerca de una biblioteca donde Sherlock Holmes llevaba a cabo unas laboriosas investigaciones sobre antiguas cartas inglesas, investigaciones que dieron resultados tan sorprendentes que podrían ser objeto de una de mis futuras narraciones. Fue allí donde una tarde recibimos la visita de un conocido, el señor Hilton Soames, tutor y profesor en el College of St. Luke´s. El señor Soames era un hombre alto y delgado, de temperamento nervioso y excitable. Siempre lo había conocido inquieto, pero en esta ocasión se encontraba en tal estado de agitación incontrolable que era evidente que había ocurrido algo muy inusual.

—Espero, señor Holmes, que pueda dedicarme unas horas de su valioso tiempo. Hemos tenido un incidente muy doloroso en St. Luke's y, de no ser por la feliz casualidad de que se encuentra en la ciudad, no sabría qué hacer.

—Ahora mismo estoy muy ocupado y no deseo distracciones —respondió mi amigo—. Preferiría que pidiera ayuda a la policía.

—No, no, querido señor; eso es totalmente imposible. Una vez que se recurre a la ley, no hay marcha atrás, y este es precisamente uno de esos casos en los que, por el prestigio de la facultad, es fundamental evitar el escándalo. Su discreción es tan conocida como sus habilidades, y usted es la única persona en el mundo que puede ayudarme. Se lo ruego, señor Holmes, haga lo que pueda.