La caja de bombones E-Book

Agatha Christie

• Herausgeber: BookThug
• Kategorie: Krimi
• Sprache: Spanisch

Seitenzahl: 25

Veröffentlichungsjahr: 2021

Beschreibung

¿Es posible que Poirot haya fallado alguna vez? Pues; en esta oportunidad, Hercules Poirot se confiesa ante su amigo Hastings y relata los entretelones del único caso que no fue capaz de resolver: la repentina y extraña muerte de Paul Déroulard, un famoso diputado francés. Poirot está de vacaciones cuando recibe la visita de Virginie Mesnard, prima de Madame Déroulard, quien lo convence de que la muerte de Paul no fue natural. Luego de su investigación, Poirot cree haber descubierto al asesino, sin embargo se equivoca de cabo a rabo. Enorme será su sorpresa cuando el verdadero asesino se revele sin tapujos frente a él.

Leseprobe

Inhalt

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Era una noche de perros. Fuera, el viento silbaba siniestro y las ráfagas de lluvia azotaban las ventanas. Poirot y yo estábamos sentados frente a la chimenea, las piernas extendidas al amor del alegre fuego. Entre nosotros había una mesita; de mi lado descansaba un vaso de ponche caliente cuidadosamente elaborado; junto a Poirot; una taza de chocolate espeso, que yo no hubiera bebido ni por cien libras. Poirot tomó un sorbo de aquella masa amarronada contenida en la taza de porcelana rosa y exhaló un suspiro satisfecho.

—¡Quelle belle vie! —murmuró.

—Sí, este viejo mundo es magnífico —asentí—. Yo, con un buen empleo, ¡y qué empleo! Y usted: famoso...

—¡Oh, mon ami! —protestó Poirot.

—Así es. ¡Y con razón! Cuando rememoro su larga serie de éxitos, me quedo realmente maravillado. ¡No creo que usted sepa lo que es un fracaso!

—¡Un ejemplar fuera de serie sería quien pueda asegurar eso!

—No, seriamente. ¿Ha fracasado alguna vez?

—Innumerables veces, amigo mío. ¿Qué se imaginaba? La bonne chance no siempre está junto a uno. A veces he sido llamado demasiado tarde. Muy a menudo alguien, empeñado en alcanzar la misma meta, ha dado primero con la solución. Dos veces me enfermé justo cuando estaba a punto de alcanzar el éxito. Hay que afrontar las buenas y las malas, amigo mío.

—No quise decir eso exactamente —repliqué—. Me refería a si alguna vez algún caso ha fracasado por su culpa.

—¡Ah, comprendo! ¿Pregunta si alguna vez me he comportado como un asno completo, como dicen ustedes por estas tierras? Una vez, amigo mío... —una sonrisa lenta y reflexiva se reflejó en su rostro—. Sí, una vez hice el ridículo por completo.

Se irguió súbitamente de su asiento.

—Se, amigo mío, que guarda un archivo de mis modestos éxitos. Podrá añadir una historia más a la colección: ¡la historia de un fracaso!

Se inclinó y colocó un leño al fuego. Luego, tras haberse frotado las manos con el paño que colgaba de un clavo junto a la chimenea, se acomodó nuevamente y comenzó su relato.

—Lo que le cuento —dijo Poirot— ocurrió en Bélgica hace muchos años. Fue en la época de la terrible lucha entre la Iglesia y el Gobierno francés. El señor Paul Déroulard era un brillante diputado francés. Se daba por descontado que lo nombrarían ministro. Era el más acérrimo militante del partido anticatólico, y cuando subiera al poder tendría que enfrentarse con enemigos poderosos. En muchos aspectos era un hombre peculiar. Aunque no bebía ni fumaba, no siempre se mostraba tan escrupuloso en ciertos aspectos. Me entiende, Hastings, c’était des femmes, toujours des femmes! Algunos años antes se había casado con una jovencita de Bruselas que le aportó una dote sustanciosa. Indudablemente el dinero fue útil para su carrera, ya que no provenía de una familia rica, aunque, sin embargo, podía usar el título de Monsieur