La curiosidad NO mató al gato - Jonatan Castaño Aibar - E-Book

La curiosidad NO mató al gato E-Book

Jonatan Castaño Aibar

0,0

Beschreibung

¿Te has parado a pensar por qué mandamos a las personas «a hacer puñetas», les recriminamos que nos sacan «de quicio» o les decimos que se les ve «el plumero»? Nuestro idioma está repleto de expresiones que empleamos con total naturalidad aunque, si las analizamos fríamente, nos daremos cuenta de que a priori no tienen mucho sentido, o bien no conocemos el significado de las palabras que las componen. No obstante, estas poseen su explicación en un momento determinado de la historia, a pesar de que con el tiempo hayamos perdido la noción de su sentido original al interiorizarlas tan fuertemente. A través de este libro conocerás el interesante origen de cincuenta de nuestras expresiones más habituales, contadas en un lenguaje distendido y acompañadas de ilustraciones originales que te permitirán disfrutar y ampliar tus conocimientos en lo que respecta a nuestra apasionante lengua: el español.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Veröffentlichungsjahr: 2025

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



La curiosidad NOmató al gato

Jonatan Castaño Aibar

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su almacenamiento en un sistema informático, ni su transmisión por cualquier procedimiento o medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro, o por otros medios, sin permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.

“Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra”.

© Del texto: Jonatan Castaño Aibar

© De la portada: Lorena Gálvez Conrado

© Editorial Samaruc, s.l.

978-84-10229-27-3

[email protected]

www.samaruceditorial.com

Prólogo

El español es una lengua rica en muchos aspectos, pues se ha desarrollado en un marco temporal y espacial muy amplio a lo largo de la historia. Esto, unido al ingenio de sus hablantes, ha generado formas muy peculiares de expresarse, como es el caso de los modismos o dichos, que empleamos habitualmente en determinados contextos con un objetivo concreto. ¿Quién no se ha referido a un lugar impecable con eso de «está más limpio que una patena»? ¿Quién no ha dicho aquello de «se te ve el plumero» cuando ha descubierto que alguien mentía? Estas son solo algunas muestras de la cotidianidad con que utilizamos ciertas expresiones en nuestro idioma.

Ahora bien, pese a conocer perfectamente su significado y cómo aplicarlas, muchas veces no somos conscientes de por qué las transmitimos así, o incluso no conocemos las propias palabras que las componen. Así pues, la mayoría de hablantes del español no sabe qué es una patena y, sin embargo, todos empleamos el modismo «estar más limpio que una patena» con total naturalidad. A su vez, entendemos lo que es un plumero, pero no le veremos el sentido en la expresión «se te ve el plumero» a menos que nos remontemos a su origen. Precisamente, ese es el objetivo de esta obra: que puedas conocer de manera rigurosa lo que motivó la aparición de nuestras expresiones más típicas. Y es que, en el momento en que estas surgieron, poseían un sentido muy razonable; sin embargo, con el paso del tiempo, hemos perdido la noción de su origen al haberlas interiorizado tan fuertemente.

Este aspecto me generaba tanta curiosidad que me puse a indagar en ellas y, tras años de investigación a través de diferentes fuentes, he recopilado en este libro cincuenta de nuestras expresiones más habituales. Todas ellas se encuentran divididas en dos partes: por un lado, una introducción en la que explico su significado y uso; por otro, el texto central con la explicación acerca de cómo surgió. Cada una está encabezada por un título, consistente en la propia frase conforme solemos expresarla en la realidad. Además, todas aparecen acompañadas de una ilustración exclusiva dibujada por Lorena Gálvez, a quien agradezco su tiempo y profesionalidad.

Es cierto que existen muchos manuales acerca del origen de las expresiones y quizá te preguntes qué tiene de especial el que sostienes en tus manos. En mi caso, he intentado con mucho cariño escribir el libro de expresiones que a mí —y considero que a muchos— me habría gustado leer, y es por ello que he pulido los aspectos que consideraba que se podían mejorar de los ya existentes, sin desmerecerlos en ningún caso. Por ello, en este ejemplar encontrarás las siguientes características especiales:

- La extensión es de una página por cada expresión, para evitar que la explicación resulte aburrida o perdamos el hilo, pero sin ser demasiado escueta.

- Está escrito en un lenguaje distendido y accesible para todo el mundo, pero con una redacción cuidada y rigurosa.

- Todos los dichos recogidos son utilizados con alta frecuencia en nuestra lengua por gente de todas las edades.

- Se han seleccionado solo aquellas expresiones cuya explicación resultaba más convincente e interesante, o aquellas en cuyo origen coincidía la mayoría de expertos, de tal manera que les encontrarás sentido plenamente.

- El origen de los modismos escogidos resulta difícil de averiguar sin que alguien nos lo explique, lo cual los hace más atractivos todavía.

- Aunque algunas surgen en contextos similares, se han recogido expresiones muy diferentes entre sí en cuanto a significado.

En definitiva, el objetivo de este libro es que te sorprendas al descubrir el origen de estas cincuenta habituales expresiones de nuestro querido idioma e incluso que te diviertas leyendo. Pero también que disfrutes aprendiendo nuevos conocimientos, los cuales puedes compartir con tus familiares o amigos... ¡Seguro que ellos también se sorprenderán!

Ahora, deléitate con la lectura y con el aprendizaje tanto como yo lo he hecho al investigar y escribir el libro.

Espero que te guste, gracias por tu apoyo.

Jonatan Castaño, autor.

¿Echamos un polvo?

Seguro que alguna vez has formulado esta pregunta a alguien que te gustaba o les has contado a tus amigos tu experiencia sexual usando esta expresión, pero... ¿qué tiene que ver la palabra polvo con mantener relaciones íntimas?

Resulta que, alrededor del siglo XVIII, se puso de moda consumir tabaco en polvo —conocido como rapé— que se aspiraba por la nariz. Cuando las figuras de la alta sociedad se encontraban en eventos o reuniones, era habitual que en algún momento salieran «a echar un polvo», lo que actualmente equivale a «echar un cigarro». En realidad, muchas de aquellas personalidades se ausentaban de allí para llevar a cabo encuentros sexuales a escondidas, bajo la excusa de estar consumiendo el tabaco machacado. Con el paso del tiempo, se comenzaron a oír conversaciones del tipo:

—¿Adónde han ido estos dos?

—Estarán «echando un polvo». Ya me entiendes...

De esta forma y por la razón explicada, se acuñó la expresión con el significado que todos conocemos actualmente.

¡Se te ve el plumero!

Decimos que a alguien se le ve el plumero cuando intuimos que está mintiendo u ocultando algo: «Dices a todos que no eres de izquierdas, pero siempre compartes en tus redes sociales publicaciones de esa ideología. Se te ve el plumero». No es casual que haya escogido este ejemplo, pues el origen de la expresión se encuentra estrechamente relacionado con la política...

Concretamente, procede del uniforme que vestía la Milicia Nacional Española, un grupo de ciudadanos armados que defendían el liberalismo y luchaban contra el absolutismo vigente en aquel momento. Su atuendo se distinguía porque presentaba en el sombrero una pluma bastante llamativa. Cuando tenían lugar los debates políticos entre ambos grupos, los absolutistas se dirigían a los liberales con oraciones como «No me intentes engañar, que te he visto el plumero». Con ello, se referían a que no escondieran que eran del bando liberal porque los habían visto en algún momento con el sombrero de la Milicia Nacional puesto. De ahí que hoy en día esa expresión la hayamos heredado con el significado de haber descubierto a alguien que está fingiendo u ocultando la verdad descaradamente.

¡Eres más chulo que un ocho!