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Los manuales escolares, a pesar de su importancia en la configuración del imaginario social, no han sido objeto de atención hasta tiempos muy recientes por considerárselos creaciones de escasa relevancia. Esa percepción ha comenzado a cambiar y los estudios actuales muestran los avances realizados en este campo. Esta obra se ocupa de tres temas. El capítulo inicial constituye una aproximación a los actuales criterios de valoración de los manuales de historia. En el segundo, se ofrece una breve historia de la historiografía escolar española de los siglos XIX y XX. El capítulo final presenta el tratamiento en los actuales manuales españoles de los procesos independentistas iberoamericanos.
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Seitenzahl: 145
Veröffentlichungsjahr: 2021
Rafael Valls
La enseñanza de la historia y textos escolares
Navarro Valls, Rafael
La enseñanza de la historia y textos escolares. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Libros del Zorzal, 2014.
E-Book.
ISBN 978-987-599-340-2
1. Enseñanza de la Historia. I. Título
CDD 907
© Libros del Zorzal, 2008
Buenos Aires, Argentina
Libros del Zorzal
Printed in Argentina
Hecho el depósito que previene la ley 11.723
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Asímismo, puede consultar nuestra página web:
www.delzorzal.com.ar
Índice
Introducción | 5
Los manuales escolares de historia y los posibles criterios para su análisis y valoración | 12
1. Los textos escolares en su contexto: una aproximación a sus características básicas | 13
2. Los diferentes tipos de manuales de historia existentes | 17
3. Propuestas para el análisis y valoración de los manuales de historia | 22
4. Contribución a una propuesta integradora de los criterios para analizar y valorar los manuales de historia | 30
La enseñanza de la historia en España (1846-2006): entre programas, manuales escolares, código disciplinar, historiografía y didáctica | 35
Los programas de historia propuestos a lo largo de los 150 últimos años | 36
De los currículos, planes de estudio, programas y cuestionarios a los manuales de historia y las diferencias entre unos y otros | 47
Las desavenencias respecto de los currículos y de las finalidades de la enseñanza de la historia: la polémica española sobre su enseñanza (1996-2006) | 59
La independencia de los países iberoamericanos en los manuales de historia de la educación secundaria española | 68
1. Introducción histórica | 68
2. Los actuales programas y manuales de historia de la educación secundaria | 71
3. Tratamiento temático de las independencias iberoamericanas | 72
4. Orientación didáctica de los manuales | 89
5. A modo de valoración global y de sugerencias de mejora de los manuales | 94
A modo de conclusión | 101
Introducción
Las distintas interpretaciones historiográficas habidas respecto de la historia de los diversos países y de la historia Universal, desde principios del siglo XIX, se han socializado, fundamentalmente, a través de los manuales escolares de historia destinados a la educación primaria y secundaria. De esta realidad inicial no se ha desprendido, sin embargo, y hasta tiempos muy recientes, una atención pertinente a esta fuente historiográfica de primera magnitud. La actividad investigadora ha estado dirigida hacia los lugares de creación o emisión de la historiografía “de investigación”, pero no a los de su configuración o adaptación didáctica ni a su difusión social ni, por tanto, a los efectos o eficacia de la recepción de la misma.
Nuestro estudio está destinado a proporcionar ciertas bases sistemáticas para el análisis de este relativo vacío en la investigación acometiendo una aproximación general a las características de tal historiografía escolar, centrada en el modelo español.
La presente investigación ha abordado, pues, un tema todavía relativamente poco conocido en la investigación educativa. Los manuales escolares han sido considerados, de forma harto simplista, como documentos de segundo o tercer orden, sin caer en la cuenta de que son los productos historiográficos socialmente más significativos en cuanto que son los que han estado más próximos a la mayor parte de la población, al menos desde la implantación de un sistema generalizado de educación durante la primera mitad del siglo XIX.
La socialización de la ideología y de los valores defendidos por las distintas opciones políticas de los últimos ciento cincuenta años han tenido sus impulsores y, a la vez, su reflejo en estos manuales escolares. Igualmente se han manifestado en ellos los distintos avatares y ocasionales avances de la investigación científica tanto historiográfica como didáctica.
Intentar investigar el mundo mental o representacional de la sociedad de cada uno de los distintos países que se quiera abordar, no conociendo suficientemente la influencia de un factor tan básico como el imaginario histórico, construido en gran medida a través de la enseñanza primaria y secundaria de la historia, es algo que debe de advertirse para evitar posibles errores de consideración.
Los objetivos que nos propusimos años atrás, cuando iniciamos estas investigaciones, y que siguen perdurando en las que realizamos actualmente, fueron los siguientes:
Realizar una serie de muestras-modelos de análisis de los manuales escolares, de aquellos cuya mayor presencia en los centros escolares les hubiese acreditado como los más representativos e influyentes, tanto de su parte textual como de su progresivamente más importante parte icónica.
•Definir la actual situación de los manuales de historia, tras los cambios provocados por las reformas y contrareformas educativas de los últimos quince años (especialmente en el caso español).
Desde una consideración heurística es bastante evidente que los manuales escolares son sólo una parte de aquello que acontece o ha acontecido en el interior de una clase de Historia o de otra materia escolar, pero también es patente que los manuales nos proporcionan una información mucho más exhaustiva que algunas de las otras fuentes disponibles en relación con lo que ha sido la enseñanza preuniversitaria de la historia, que es aquella en la que esta investigación se ha centrado.
Los escasos tratados sobre la didáctica o la enseñanza de la historia, como estudios básicamente teóricos, no nos aclaran con suficiente precisión la situación de la historia enseñada en un momento determinado, especialmente si nos referimos a épocas anteriores a los años stenta de del siglo XX, en los que este tipo de publicaciones era menos abundante.
Los casi inexistentes testimonios personales, tanto desde la perspectiva docente como de la discente, tampoco nos ilustran suficientemente sobre la forma y características de la cuestión aquí abordada.
Los informes de la inspección no suelen detenerse en este aspecto concreto. Tampoco disponemos de colecciones representativas de los cuadernos de clase ni de los exámenes de los alumnos (sea del final de la primaria, de los exámenes de ingreso en la secundaria, de las “reválidas” al final de los dos ciclos de la secundaria o de las pruebas previas al acceso a la enseñanza superior).
El recurso a los programas o cuestionarios oficiales de una materia como Historia es, ciertamente, una primera aproximación muy útil, pero no suficiente en cuanto a que los mismos programas admiten tratamientos bastante diversificados, tal como se comprueba al analizar detalladamente los manuales desarrollados a partir de unos mismos cuestionarios. El estudio de los manuales escolares permite también aproximaciones a un número de áreas de investigación bastante diversificadas. Entre las no directamente vinculadas con su vertiente explícitamente escolar o didáctica se pueden citar las siguientes (a título de inventario inicial, pues, en España, todo este trabajo, salvo alguna esporádica excepción, aún está a la espera de ser realizado):
1. El estudio de una actividad económico-editorial nada despreciable en la misma medida en que se fue ampliando la generalización real de la enseñanza primaria y secundaria.
2. Un análisis sociológico-cultural del variante conjunto de autores de estos manuales, que ha ido transformándose y que presenta características bastante diversas en función de cada una de las diferentes épocas que se estudie.
3. La mayor o menor aceptación oficial de los manuales y de las interpretaciones historiográficas y actitudes ideológicas subyacentes, a través de la valoración administrativa recibida por los mismos (censurados, declarados de mérito o simplemente aceptados).
4. Esta valoración oficial puede ser contrastada con su aceptación real en los centros de enseñanza públicos o privado-religiosos, tanto a través del conocimiento del grado y amplitud de su difusión global como a partir de su utilización concreta en un número determinado de centros.
5. La anterior presencia concreta de los manuales en un número determinado de centros puede ser complementada con la de su más o menos prolongada vigencia temporal, lo que también puede mostrarnos el mayor o menor grado de renovación de los manuales, tanto en su texto escrito como en sus elementos paratextuales (títulos y divisiones, distintos tipos de letras utilizados, ilustraciones, maquetación, esquemas, etcétera).
Desde una perspectiva más directamente vinculada a la enseñanza de la historia, estos manuales escolares nos permiten aproximaciones relacionadas con:
1. La mayor o menor proximidad relativa de los manuales con la historia investigada coetáneamente y su correlativo grado de dependencia o autonomía respecto de las corrientes historiográficas preponderantes en cada época.
2. El grado de correspondencia existente entre las propuestas didácticas teóricas existentes en un momento determinado y los manuales o materiales escolares publicados, sea por los propios autores de las propuestas generales, sea por otros autores relacionados con las mismas.
3. La finalidad primordial asignada a la enseñanza de la historia en la enseñanza primaria y secundaria, así como la forma de entender el proceso de enseñanza y de aprendizaje, que tienen también su correlato en la forma externa de organizar el contenido de los manuales. Un manual de historia versificado o con la forma prototípica de un catecismo, mediante el sistema de preguntas y respuestas explícitas y cerradas, supone una concepción didáctica muy diferente a la de un manual expositivo clásico. Ambas concepciones didácticas difieren, a su vez, de las de un manual altamente complejo en su disposición paratextual como lo son muchos de los actuales manuales escolares, con maquetaciones que introducen informaciones paralelas, no siempre unificadas, y que exigen un aprendizaje no sencillo para su adecuado manejo.
4. Las reiteradas polémicas a propósito de la conveniencia o perversidad de la utilización de los manuales escolares, aunque éste sea un debate a veces muy impreciso respecto del tipo de manuales a los que está referido, pero que es también un síntoma muy patente de una continuada discusión, que aún hoy no parece haber llegado a una clarificación suficiente.
Un problema epistemológico, y también metodológico, presente de forma reiterada, que aún no puede considerarse suficientemente aclarado, es el de en qué manera y en qué grado los manuales de historia condicionan o influyen tanto en el imaginario individual del alumno como en el de la creación de una memoria pública o colectiva y de unos estereotipos culturales. Ésta es una cuestión muy debatida, en la que los historiadores, en mi opinión, han tendido a valorar en exceso la aportación de la historia enseñada. Aun mucho más la han sobreestimado los poderes públicos y las administraciones educativas, al menos por lo que se puede deducir de su continuada atención respecto de la generación y control de la imagen del pasado. Científicamente, sin embargo, este problema aún está sólo planteado, sin una respuesta debidamente comprobada y contrastada. A pesar de nuestras primeras aproximaciones, no nos hemos propuesto adentrarnos profundamente en esta problemática, puesto que aún carecemos de estudios empíricos suficientemente amplios y aquilatados, pero sí hemos allanado el camino para que estos estudios posteriores sean posibles. Consideramos que puede ser suficiente, por el momento, aceptar que los manuales son un elemento más, un lugar de la memoria más, por utilizar la misma expresión que Pierre Nora, que contribuyen a la formación, y puede que transformación, de tales estereotipos, al menos por lo que se refiere a épocas pasadas. Esta situación pretérita se ha modificado de forma profunda en la actualidad, a partir de la presencia de los medios masivos de comunicación, de la televisión especialmente. También los actuales manuales pretenden ser menos directamente adoctrinadores, aunque esto último no signifique, obviamente, que no estén impregnados de las ideologías y valoraciones más o menos hegemónicas del momento ni que su “adoctrinamiento” haya dejado de estar presente, aunque se haya hecho más sutil y más difícil de ser percibido o reconocido.
Esa aportación crítica creo que es la más positiva función que la historia enseñada puede suministrar a la cambiante memoria nacional de cualquier sociedad actual. El historiador que piense desde los presupuestos de una sociedad democrática debe formar parte del compromiso general con los valores de la misma y con las reglas democráticas de convivencia. No creo que se pueda correctamente realizar reconstrucciones históricas, aunque sean las más simples y de tipo escolar, que no incorporen o que hagan caso omiso de este tipo de documentación tan imprescindible para construir una historia enseñada que, en nombre de una más profunda aproximación histórica, margine esta posibilidad de una historia más contextualizadora, perspectivista o relativista. Y el problema no es sólo historiográfico sino también, como desarrollamos en la investigación, de aproximación más veraz a la realidad y de construcción de una “memoria” más democrática y plural. El problema, obviamente, no es sólo de un país, sino que es un problema internacional, de todos aquellos empeñados o comprometidos en el nombre de un mundo más vivible y menos descalificador del otro.
Los condicionantes anteriormente mencionados son algunos de los que han pesado sobre nuestra investigación que, de todas maneras, consideramos que consigue diseñar, con bastante precisión, por una parte los rasgos fundamentales de la historiografía escolar española de los últimos ciento cincuenta años y del uso escolar de la misma en los centros escolares españoles y, por la otra, el actual estado de las investigaciones sobre los manuales escolares de historia.
Desde que se constituyó el proyecto Manes, a principios de los pasados años noventa, los estudios sobre la manualística escolar española e iberoamericana han avanzado considerablemente. Èste es un proyecto de largo alcance, que aún perdurará por muchos años, pero que de forma prácticamente ininterrumpida y sistemática va dando sus frutos. Es por ello muy de agradecer que nuestra investigación haya sido aceptada para ser publicada dentro de una colección editorial argentina. Gracias, pues, a los directores del proyecto por su amabilidad e interés, especialmente al profesor Gonzalo de Amézola. En nuestro caso particular también queremos mostrar nuestro agradecimiento y la deuda contraída con el Georg Eckert Institut de Braunschweig (Alemania), el centro de investigación mundialmente puntero en lo concerniente al estudio de los manuales escolares, dado que, ya desde mediados de los pasados años ochenta, siempre hemos contado con su ejemplo, con su estímulo y colaboración para desarrollar una parte importante de las investigaciones que ahora recogemos en este libro.
Los manuales escolares de historia y los posibles criterios para su análisis y valoración
Conviene que partamos de algunos datos relevantes sobre la importancia (presencia y uso) de los manuales de historia en los actuales centros escolares españoles de secundaria proporcionados por un muy reciente estudio (Burguera 2006). De entre estos nuevos datos cabe destacar los siguientes:
•El 97% del profesorado de bachillerato afirma utilizar los manuales de historia en sus aulas (un 68% de este profesorado manifiesta usarlos de forma complementaria con otros materiales de elaboración propia).
•Un 75% de este profesorado declara utilizar los manuales durante al menos el 50% del tiempo semanal disponible.
•El 89% del profesorado tiene una valoración positiva de los manuales que utiliza.
•Todo el profesorado declara participar en la selección de los manuales, pero sólo un 10% se sirve para ello de un protocolo con criterios establecidos de valoración.
•Este profesorado manifiesta que su conocimiento de la oferta editorial existente les llega a partir de los comerciales de la editoriales que los visitan en los centros (80%), a través de las recomendaciones de otros colegas (50%) y, en menor medida, a través de la propaganda presente en las revistas pedagógicas (30%).
Todos estos datos han sido obtenidos a través del estudio realizado por Jordi Burguera en distintos centros catalanes de secundaria, tanto públicos como privados, y a partir de una muestra de 261 docentes. Son datos que pueden considerarse como bastante significativos de la situación presente.
Estos datos nos permiten afirmar que los manuales escolares de historia, al menos en este nivel educativo (y creo que la aseveración se podría ampliar tanto a otros ámbitos españoles como a otros niveles educativos), gozan de buena salud, dado que su presencia y uso en las aulas no ha hecho sino crecer en los dos últimos decenios.
1. Los textos escolares en su contexto: una aproximación a sus características básicas
Los manuales escolares, especialmente los de las principales casas editoriales (cinco de ellas –Santillana, Anaya, S.M., Vicens Vives y Ecir– representan alrededor del 80% por ciento de los manuales utilizados en la educación secundaria obligatoria –alumnado entre 12 y 16 años– y el bachillerato –17 a 18 años–), son productos extremadamente complejos. En su elaboración inciden una amplia serie de cuestiones que no deben ser soslayadas a la hora de examinarlos y de razonar sobre sus características más destacadas.
Estos manuales son, siempre que se den las condiciones de libre mercado de los mismos, como es nuestro caso, un producto comercial que debe de resultar rentable y, por tanto, ser atractivo para aquellos que deciden su adquisición. Aunque los manuales son elegidos por los consejos escolares de cada centro, son los docentes quienes en realidad realizan tal elección a partir de unos razonamientos más o menos fundamentados. Las grandes editoriales tienen muy en cuenta, a través de sus estudios de mercado, las características concretas del profesorado a la hora de definir sus propuestas editoriales. En el ámbito español nos encontramos con un profesorado más preparado historiográfica que didácticamente, fruto obvio de la distinta preparación que en ambos campos ha recibido tanto en su formación inicial como en la posterior.
Los manuales de secundaria sobre los que centramos nuestro análisis son, en gran parte, fruto de esa descompensada preparación del profesorado de secundaria y han priorizado los contenidos académicos respecto de los tratamientos didácticos.
Los cambios introducidos en los currículos, a partir de los años noventa del pasado siglo, podrían haber servido para modificar esta situación, dado que en ellos se plantearon como contenidos también fundamentales los llamados “contenidos procedimentales”, esto es, la capacitación de los alumnos en la adquisición de los procedimientos y técnicas propios de cada disciplina, de manera que no recibiesen sólo unos conocimientos ya acabados, que debían ser memorizados sin más, sino que fuesen capacitándose, mediante una praxis escolar distinta a la tradicional, para poder aprender por sí mismos, de manera progresivamente autónoma.