Libro libre de emisiones de CO
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gracias al acuerdo establecido con
la Fundación Plant-for-the-Planet.
Texto © Susanna Isern, 2024
Ilustraciones © Laura Proietti, 2024
Dirección editorial: Patricia Martín
Edición: Clara Jubete Baseiria
Dirección de arte: Noelia Murillo Ballesta
Asistencia editorial: Aina Florit Moll
© Editorial Flamboyant, S. L., 2024
Gran Via de les Corts Catalanes, 669 bis, 4.º 2.ª, Barcelona
www.editorialflamboyant.com
Corrección de Raúl Alonso Alemany
Revisión de texto: Eida del Risco
Todos los derechos reservados.
Primera edición: junio de 2024
Primera edición digital: junio de 2024
eISBN: 978-84-10090-24-8
Producción del ’ebook: booqlab.com
@flamboyanteditorial edflamboyant @EdFlamboyant
·La Escuela de magia·
Susanna Isern · Laura Proietti
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LAS BRUJAS
MALÉFICAS
MIS AMIGOS
Cada vez me sentía una bruja más auténtica.
Día tras día se iba demostrando que las malvadas
Cornelia, Clío y Musgo no tenían nada que hacer
conmigo, y sus lindos gatitos tampoco (léase lo
de «lindos» en tono irónico). Las misiones por el
Bosque Encantado ya eran pan comido para mí.
Además, tenía a Tristán, un amigo medio ogro;
a Lila, una conejita casi adorable; y a Teodora, con
sus seis hijos ratones, los mejores ayudantes. Por
si fuera poco, a este equipo sensacional se habían
sumado los dragoncitos Zu, Hidra y Paf. ¡No se podía
pedir más! Sin embargo, cuando leí aquel anuncio
en el periódico casi me vuelvo loca de la emoción.
Tal vez si hubiese sabido todo lo que iba a pasar,
me hubiera atado a la cama y encerrado con
candado en mi habitación. Pero mejor júzgalo tú.
Lee, lee…
¿POR DÓNDE ÍBAMOS?
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Vivir con un dragón puede resultar muy
complicado. Si encima son tres, el nivel de
dificultad es superior a escalar el Everest.
Desde que Zu, Hidra y Paf habían llega-
do a Villagrís, los vecinos estaban atemo-
rizados. Si antes no salían de noche por
miedo a las brujas malvadas, ahora apenas
se los veía durante el día por si se encon-
traban de frente con una de las fieras.
Al principio, los dragones eran muy mo-
nos. Ya sabes que hasta un bebé de tiburón
puede resultar adorable. Pero después cre-
cieron y crecieron...
VIVIR CON DRAGONES
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¡Y se volvieron descomunales!
Eran tan enormes que ya ni siquiera ca
-
bían en el jardín. Sobre todo, Paf, que era ti-
tánico. Se habían instalado los tres en una
montaña cercana, aunque pasaban mucho
tiempo en el pueblo.
Lo más difícil era darles de comer.
Siempre tenían hambre, y no era de extra-
ñar, porque su estómago era grande y pro-
fundo como el cráter de un volcán.
Por eso inventé un hechizo para multi-
plicar salchichas y chorizos.
¡Salchichorizus
por diez,
por cien, por
milus
!
Lo malo es que eso atrajo también a
otros tipos de fieras del bosque: lobos,
osos, jabalíes y monstruos embrujados.
¡Los vecinos trinaban hasta debajo del
agua!
COLMILLOS
COMO ESPADAS
8 TONELADAS
DE PESO
COLA
PUNTIAGUDA
OJOS
INDESCIFRABLES
PINCHOS
EN LA ESPALDA
FUEGO
EN LA GARGANTA
ALAS
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Además, cada uno de los dragones tenía
alguna particularidad que lo hacía único y
especial.
Como te he adelantado antes,
Paf
era el
más grande de los tres. Todo lo que tenía
de enorme lo tenía también de cariñoso. El
corazón no le cabía en el pecho y repartía
mimos a raudales. El problema era que sus
besos eran como huracanes, y sus abrazos,
auténticos latigazos.
HIDRA
ZU
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Hidra
era una dragona de agua. Cuando
algo le hacía gracia, soltaba un chorro por
la boca cual aspersor. Ya había perdido la
cuenta de los catarros que había cogido a
causa de sus duchas heladas.
A
Zu
se le escapaba el fuego por la boca
como a quien se le escapa una risita en un
momento incómodo. Y eso era un verda-
dero problema, porque lo achicharraba
todo.
PAF
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Precisamente aquel día, Tristán, Lila y
yo estábamos tratando de enseñarle a Zu
a retener su llamarada, cuando llegó un