La experiencia tántrica - Osho - E-Book

La experiencia tántrica E-Book

OSHO

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Beschreibung

El tantra es la espontaneidad connatural a todo ser. Más allá de modas superfluas, el tantra es una tradición espiritual que respeta profundamente la individualidad del ser humano, al liberarnos del dualismo destructivo en el que estamos inmersos y que paraliza nuestros cuerpos, mentes y corazones. Con la lectura de La experiencia tántrica, podremos descubrir el tantra desde una nueva perspectiva: el tantra como un nuevo modo de mirar el mundo y a nosotros mismos, una nueva manera de vivir en armonía. Al igual que en el libro La transformación tántrica, los sutras de Saraha sirven de punto de partida para las provocativas reflexiones de Osho, que nos transmite su particular visión de la vida y nos revela el tantra como lo que es: pura experiencia.

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Osho

LA EXPERIENCIA TÁNTRICA

Descubrir nuestros sentidos

Título original: THE TANTRA EXPERIENCE

Publicado originalmente en español con el título LA EXPERIENCIA TÁNTRICA.

Comentarios sobre la Canción Real de Saraja. 1997 Gaia Ediciones

© 1977 OSHO International Foundation, Switzerland

www.osho.com/copyright

All rights reserved

© de la edición en castellano:

2008 by Editorial Kairós, S.A.

Numancia 117-121. 08029 Barcelona, España

www.editorialkairos.com

© de la traducción del inglés: OSHO International Foundation

Revisión: Joaquim Martínez Piles

Composición: Pablo Barrio

Primera edición en papel: Octubre 2008

Primera edición digital: Septiembre 2019

ISBN papel: 978-84-7245-679-2

ISBN epub: 978-84-9988-734-0

ISBN kindle: 978-84-9988-735-7

El material de este libro es una transcripción de una serie de discursos originales titulados The Tantric Experience dados por Osho ante una audiencia. Todos los discursos de Osho han sido publicados en forma de libros y están también disponibles en audio.

Las grabaciones originales de audio y el archivo completo de textos se pueden encontrar on-line en la biblioteca de la www.osho.comOSHO® es una marca registrada de Osho International Foundation www.osho.com/trademarks

Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita algún fragmento de esta obra.

SUMARIO

1. Apuntando al uno2. El ganso está fuera3. Esta miel es tuya4. El amor es una muerte5. El hombre es un mito6. Yo soy un destructor7. La verdad no es ni sagrada ni profana8. Sé leal al amor9. La mente inmaculada en sí misma10. Hingle de Jibbity dangely jiSobre el autorOSHO International Meditation ResortMás información

1. APUNTANDO AL UNO

CANCIÓN REAL DE SARAHA

Me inclino ante el noble Manjusri,me inclino ante el que haconquistado lo finito.

Igual que el agua mansa azotada por el vientose convierte en olas y remolinos,así piensa de Saraha el reyde muchas maneras, aunque sólo sea un hombre.

Para un tonto bizco,una lámpara es como dos,cuando lo visto y el que ve no son dos,¡ah!, la mente trabajasobre el objeto de ambos.

Aunque las lámparas de la casase hayan encendido,el ciego vive en la oscuridad.Aunque la espontaneidadesta cerca y lo abarca todo,para los ilusos permanecesiempre lejana.

Aunque pueda haber muchos ríos,en el mar son uno.

Aunque pueda haber muchas mentiras,una verdad las conquistará todas.Cuando un sol aparece,la oscuridad, por profunda que sea,desaparece.

Gautama el Buda es el maestro más grande que haya caminado sobre la Tierra. Cristo, al igual que Krishna, Mahavira, Mahoma y muchos otros, son grandes maestros; pero Buda todavía sigue siendo el más grande de ellos. No es que la consecución de su iluminación sea mayor que la de los otros (la iluminación no es ni mayor ni menor); él ha alcanzado la misma calidad de consciencia que Mahavira, Cristo, Zaratustra o Lao Tzu. La cuestión no es que cualquier hombre iluminado esté más iluminado que cualquier otro. Pero en lo concerniente a ser maestro Buda es incomparable, porque a través de él miles de personas han alcanzado la iluminación.

Nunca ha ocurrido con ningún otro maestro. Su línea ha sido la más fructífera, su familia ha sido la más fructífera hasta ahora. Él es como un gran árbol con muchas ramas, y cada rama está cargada con muchos frutos. Mahavira se quedó en un fenómeno local. Krishna cayó en manos de los eruditos y se perdió. Cristo fue totalmente destruido por los sacerdotes. Muchas cosas pudieron haber ocurrido, pero no ocurrieron; Buda fue tremendamente afortunado en eso. No es que los sacerdotes no lo intentaran, no es que los eruditos no lo intentaran; hicieron todo lo que pudieron, pero de alguna forma las enseñanzas de Buda estaban ingeniadas de tal manera que no pudieron ser destruidas. Todavía están vivas. Aun después de veinticinco siglos en su árbol brotan algunas flores, todavía florece. Llega la primavera, y todavía emana fragancia, todavía da frutos.

Saraha también es un fruto del mismo árbol. Saraha nació alrededor de dos siglos después de Buda; él estaba en línea directa por una rama diferente. Una línea que va desde Mahakashyapa hasta Bodhidharma, de la cual nació el zen; esa rama todavía está llena de flores. Otra rama va desde Buda a su hijo, Rahul Bhadra, y de Rahul Bhadra a Sri Kirti, y de Sri Kirti a Saraha, y de Saraha a Nagarjuna; ésa es la rama del Tantra. Dando frutos todavía en el Tíbet. El Tantra convirtió al Tíbet, y Saraha es el fundador del Tantra al igual que Bodhidharma es el fundador del zen. Bodhidharma conquistó China, Corea, Japón; Saraha conquistó el Tíbet.

Estas canciones de Saraha tienen una gran belleza. Son la mismísima base del Tantra. Primero tendrás que entender la actitud del Tantra ante la vida, la visión tántrica de la vida. La visión básica del Tantra es ésta (muy radical, revolucionaria y rebelde): Su visión básica es que el mundo no está dividido en lo alto y lo bajo, sino que el mundo es una unidad. Lo alto y lo bajo se dan la mano. Lo alto incluye lo bajo, y lo bajo incluye lo alto. Lo alto se esconde en lo bajo; así que no hay que negar lo bajo, no hay que condenarlo, no tiene que ser destruido o aniquilado. Lo bajo tiene que ser transformado. Hay que permitir que surja lo bajo… y lo bajo se convierte en lo alto. Entre el diablo y Dios no hay una distancia insalvable: el diablo lleva a Dios en lo más profundo de su corazón. Una vez que el corazón empieza a funcionar el diablo se convierte en Dios.

Ésa es la razón por la que la misma raíz de la palabra diablo significa lo mismo que divino. La palabra diablo viene de divino; es lo divino que todavía no ha evolucionado, eso es todo. No es que el diablo esté en contra de lo divino, no es que el diablo esté tratando de destruir lo divino; de hecho el diablo esta tratando de encontrar lo divino. El diablo está en el camino hacia lo divino; no es el enemigo, es la semilla. Lo divino es el árbol en pleno florecimiento, y el diablo es la semilla; pero el árbol está escondido en la semilla. La semilla no está en contra del árbol. De hecho el árbol no puede existir sin la semilla. El árbol no está en contra de la semilla; son partícipes de una tremenda amistad; están juntos. El veneno y el néctar son dos fases de la misma energía, lo mismo pasa con la vida y la muerte, y con todas las cosas: día y noche, amor y odio, sexo y superconsciencia.

El Tantra dice: nunca condenes nada; la actitud de condenar es una actitud estúpida. Al condenar algo te niegas a ti mismo la posibilidad que se te habría abierto si hubieras transformado lo bajo. No condenes el lodo, porque en el lodo está escondida la flor del loto; utiliza el lodo para producir flores de loto. Por supuesto el lodo no es todavía la flor, pero puede serlo. Y la persona creativa, la persona religiosa, ayudará al lodo a liberar su flor de loto para que el loto pueda ser libre del lodo.

Saraha es el fundador de la visión tántrica. Esto tiene una tremenda importancia; y particularmente en el momento presente de la historia humana, porque un hombre nuevo está afanándose por nacer, una nueva consciencia está llamando a la puerta. El futuro será del Tantra, porque ahora las actitudes duales ya no pueden dominar la mente del hombre. Lo han intentado durante siglos (y han mutilado al hombre y han hecho al hombre culpable). No han hecho al hombre libre, le han aprisionado. Tampoco han hecho al hombre más feliz; le han hecho muy desgraciado. Lo han condenado todo: desde la comida hasta el sexo, han condenado todas las cosas, desde las relaciones hasta la amistad, lo han condenado todo. Se condena el amor, se condena el cuerpo, se condena la mente. No te han dejado ni siquiera unos centímetros donde afianzarte; se lo han llevado todo y el hombre está colgando, sencillamente colgando. Este estado del hombre no se puede tolerar más.

El Tantra puede darte una nueva perspectiva (por eso he escogido a Saraha). Saraha es una de mis personas más queridas, es mi viejo amor. Puede que tú ni siquiera hayas oído el nombre de Saraha, pero Saraha es uno de los mayores benefactores de la humanidad. Si tuviera que elegir diez benefactores de la humanidad con los dedos de mis manos Saraha sería uno de los diez. Si tuviera que elegir cinco, también tendría que contar con Saraha.

Antes de que entremos en estas canciones de Saraha, unas cuantas cosas acerca de su vida. Saraha nació en Vidarbha (Vidarbha es parte de Maharastra, muy cerca de Puna), durante el reinado del rey Mahapala. Era hijo de un sabio brahmín de la corte del rey Mahapala; el padre era cortesano, así que el joven también fue cortesano. Tenía cuatro hermanos; todos eran grandes eruditos, y él era el más joven y el más inteligente de todos ellos. Poco a poco su fama se extendió por todo el país, y el rey estaba casi embrujado por su soberbia inteligencia. Los cuatro hermanos también eran grandes eruditos, pero nada comparados con Saraha.

Al madurar, los cuatro se casaron. El rey estaba dispuesto a darle su propia hija a Saraha; pero Saraha quiso renunciar a todo, Saraha quiso convertirse en sannyasin. El rey se sintió herido; trató de persuadir a Saraha; él era un joven tan maravilloso, tan inteligente, tan guapo… Su fama se extendía por todo el país y gracias a él la corte de Mahapala se estaba haciendo famosa. El rey estaba preocupado, no quería que este joven se convirtiera en sannyasin. Quería protegerle, quería darle todas las comodidades posibles; estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por él. Pero Saraha insistió y le tuvo que conceder el permiso: se convirtió en sannyasin, se hizo discípulo de Sri Kirti.

Sri Kirti es la línea directa de Buda; Gautama Buda, luego su hijo Rahul Bhadra, y después Sri Kirti. Tan sólo hay dos maestros entre Saraha y Buda; él no está muy lejos de Buda. El árbol debería estar todavía muy, muy verde; todavía las vibraciones debían estar muy, muy vivas. Buda acababa de irse; el ambiente debía de estar lleno de su fragancia.

El rey se sorprendió, porque Saraha era un brahmin. Si quería hacerse sannyasin debería haberse hecho sannyasin hindú, pero escogió un maestro budista. La familia de Saraha también estaba muy preocupada; de hecho todos se convirtieron en enemigos: eso no estaba bien. Y las cosas empeoraron aún más; pero ya llegaremos a eso.

El nombre original de Saraha era Rahul, el nombre que le puso su padre. Veamos cómo se convirtió en Saraha; es una preciosa historia. Cuando fue a ver a Sri Kirti, lo primero que Sri Kirti le dijo fue: «Olvida todos tus Vedas, todo lo que has aprendido y todas esas tonterías». Era muy difícil para Saraha, pero él estaba dispuesto a cualquier cosa. Había algo en la presencia de Sri Kirti que le atrajo; Sri Kirti era un gran imán. Abandonó todo lo que había aprendido y se volvió un analfabeto de nuevo.

Ésta es una de las mayores renuncias. Es fácil renunciar a la riqueza, es fácil renunciar a un gran reino, pero renunciar al conocimiento es lo más difícil del mundo. En primer lugar, ¿cómo renunciar a él?: está dentro de ti. Puedes escapar de tu reino, puedes distribuir tu riqueza pero, ¿cómo puedes renunciar a tu conocimiento? Y además es demasiado doloroso convertirse en un ignorante de nuevo. Es la mayor austeridad que existe, volverse ignorante de nuevo, volverse otra vez inocente como un niño.

Pero Saraha estaba dispuesto. Pasaron los años, y poco a poco borró todo lo que sabía. Se convirtió en un gran meditador. Igual que se había hecho muy famoso como sabio, ahora empezaba a extenderse su fama como meditador. Empezó a venir gente desde lugares muy lejanos tan sólo para estar un rato con este joven que se había vuelto tan inocente como una hoja fresca, o como las gotas de rocío sobre la hierba en la mañana.

Un día, mientras Saraha estaba meditando, de repente tuvo una visión: la visión de una mujer en el mercado que iba a ser su verdadera maestra. Sri Kirti tan sólo le puso en el camino, pero la verdadera enseñanza vendría de una mujer.

También hay que comprender esto: el Tantra es lo único que nunca ha sido machista. De hecho para entrar en el Tantra necesitarás la cooperación de una mujer sabia; sin una mujer sabia no te será posible entrar en el complejo mundo del Tantra. Él tuvo una visión: una mujer en el mercado. Así que dos cosas: primero, una mujer; segundo, en el mercado. El Tantra se desarrolla en el mercado, en lo burdo de la vida. No es una actitud de negación, es una total positividad.

Saraha se levantó. Sri Kirti le preguntó: «¿A dónde vas?» Y el dijo: «Tú me has enseñado el camino. Tú me has quitado mis conocimientos. Tú has hecho la mitad del trabajo; has borrado mi pizarra. Ahora estoy preparado para hacer la otra mitad.» Con la bendición de Sri Kirti, que reía, se marchó. Fue al mercado; se sorprendió: realmente encontró a la mujer que había visto en su visión. La mujer estaba haciendo un arco; era una mujer arquera.

La tercera cosa que hay que recordar acerca de lo que el Tantra dice es: cuanta más cultura tenga una persona, cuanto más civilizada sea, menor es su posibilidad de transformación tántrica. Cuanto menos civilizada sea, cuanto más primitiva, más viva está una persona. Cuanto más civilizado te vuelves, más de plástico te vuelves; te vuelves artificial, te vuelves demasiado culto, pierdes tus raíces en la tierra. Tienes miedo del mundo embarrado. Empiezas a vivir lejos del mundo, empiezas a tomar una pose como si no fueras del mundo.

El Tantra dice: para encontrar a la verdadera persona tendrás que ir a las raíces.

También dice el Tantra: aquellos que todavía están sin civilizar, sin educar, sin cultura, están más vivos, tienen más vitalidad. Y ésta también es una observación de los psicólogos modernos. Un negro es más vital que un americano: ése es el miedo de los americanos. El americano tiene mucho miedo del negro. El miedo se debe a que el americano se ha vuelto muy de plástico, y el negro todavía es vital, todavía tiene los pies en el suelo.

El conflicto entre los blancos y los negros en América no es realmente el conflicto entre el blanco y el negro, es el conflicto entre el plástico y lo real. Y el americano, el hombre blanco, tiene mucho miedo: básicamente tiene miedo de que, si al negro se le permite, él perderá su mujer, el americano blanco perderá su mujer. El negro es más vital, sexualmente más vital, está más vivo; su energía todavía es salvaje. Y ése es uno de los mayores miedos de la gente civilizada: perder su mujer. Saben que si hay personas más vitales, ellos no podrán retener a sus mujeres.

El Tantra dice: en el mundo de aquellos que todavía son primitivos hay una posibilidad de empezar a crecer. Tú has crecido en una dirección equivocada; ellos todavía no han crecido, ellos aún pueden escoger la dirección correcta, tienen un mayor potencial. Y no tienen que deshacer nada, pueden proceder directamente.

Una arquera es una mujer de casta baja, y para Saraha (un brahmín culto, famoso, que puede pertenecer a la corte del rey) ir con una arquera es simbólico. El hombre culto tiene que ir a lo vital, el plástico tiene que ir a lo real. Él vio a aquella mujer (una mujer joven, muy viva, radiante de vitalidad) tallando una flecha, sin mirar ni a la derecha ni a la izquierda sino completamente absorta en hacer la flecha. Él inmediatamente sintió algo extraordinario en su presencia, algo que nunca antes había sentido. Hasta Sri Kirti, su maestro, palidecería ante la presencia de aquella mujer. Algo fresco, algo que procedía de la mismísima fuente…

Sri Kirti era un gran filósofo. Sí, le dijo a Saraha que abandonara todo lo que había aprendido, pero todavía era un hombre culto. Le dijo a Saraha que abandonara todos los Vedas y las escrituras, pero él tenía sus propios Vedas y sus propias escrituras. Aunque era antifilosófico, su antifilosofía era una clase de filosofía. Pues bien, he aquí una mujer que no es ni filosófica ni antifilosófica, que simplemente no sabe qué es la filosofía, que simplemente es feliz inconsciente del mundo de la filosofía, del mundo de los pensamientos. Ella es una mujer de acción y está completamente absorta en su acción.

Saraha observó cuidadosamente: la flecha preparada, la mujer (cerrando un ojo y abriendo el otro) tomó la postura de apuntar a una diana invisible. Saraha se acerco un poco más… No había diana, ella simplemente posaba. Saraha empezó a sentir algún mensaje. Aquella postura era simbólica, sintió algo, pero aún era muy sombrío y oscuro. Él pudo sentir algo, pero no sabía lo que era.

Así que le preguntó a la mujer si era una arquera profesional, la mujer se rió estruendosamente, una risa salvaje, y dijo: «¡Tú, estúpido brahmín! Has abandonado los Vedas, pero ahora adoras las palabras de Buda, el Dhammapada. ¿Qué diferencia hay? Has cambiado tus libros, has cambiado tu filosofía, pero sigues siendo siempre el mismo estúpido». Saraha se sorprendió. Nadie le había hablado así; sólo una mujer inculta puede hablar de esta manera. Y la forma en que se reía era tan incivilizada, tan primitiva… pero aún así, había algo muy vivo. Y se sintió atraído: ella era un gran imán y él no era otra cosa que un trozo de hierro.

Entonces ella dijo: «¿Tú te crees un budista?». Él debería llevar la túnica de los monjes budistas, la túnica amarilla. Ella se rió de nuevo y dijo: «El significado de Buda se puede conocer sólo a través de la acción, no a través de las palabras ni los libros. ¿No es suficiente para ti? ¿Todavía no estás harto de todo eso? No malgastes más tiempo en esa búsqueda inútil. ¡Ven y sígueme!». Y algo ocurrió, algo como una comunión. Nunca antes se había sentido así. En aquel momento la importancia espiritual de lo que ella estaba haciendo bañó de claridad a Saraha. Sin mirar a la derecha ni a la izquierda, él la vio a ella; mirando sólo al centro.

Por primera vez entendió lo que Buda quería decir por estar en el centro: evita los excesos. Antes él era filósofo, ahora se había convertido en antifilósofo; de un extremo al otro.

Antes adoraba una cosa, ahora adora justamente lo opuesto; pero la adoración continúa. Puedes ir de la derecha a la izquierda, de la izquierda a la derecha, pero eso no te va a ayudar. Serás como un péndulo moviéndose de derecha a izquierda, de izquierda a derecha.

¿Y has observado?: cuando el péndulo va hacia la derecha esta tomando impulso para ir hacia la izquierda; cuando va hacia la izquierda otra vez está tomando impulso para ir a la derecha. Y el reloj continúa… y el mundo continúa. Estar en el centro significa que el péndulo simplemente cuelga en el centro, ni hacia la derecha ni hacia la izquierda. Entonces el reloj se para. Entonces ya no hay tiempo… entonces el estado de notiempo…

Se lo había oído decir tantas veces a Sri Kirti; lo había leído, lo había considerado, meditado sobre ello; había discutido con otros acerca de ello, que estar en el centro es lo correcto. Pero por primera vez lo vio en una acción: la mujer ni miraba a la derecha ni a la izquierda; ella estaba mirando justamente al centro, enfocada en el centro.

El centro es el punto desde donde ocurre la transcendencia. Piensa en ello, contémplalo, obsérvalo en la vida. Un hombre que corre tras el dinero está loco, loco por el dinero; el dinero es el único Dios. Una mujer le preguntaba a otra:

–¿Por qué has dejado a tu novio? ¿Qué ha ocurrido? Creía que estabais comprometidos y os ibais a casar; ¿qué ha ocurrido?

–Nuestras religiones son diferentes –contestó la otra– por eso hemos roto.

La que preguntaba estaba perpleja porque sabía que ambos eran católicos, así que preguntó:

–¿Qué quieres decir con eso de que vuestras religiones son diferentes?

–Yo adoro el dinero –contestó la mujer– y él está arruinado.

Hay gente para la que el único Dios es el dinero. Un día u otro fracasará; está destinada a fracasar. El dinero no puede ser Dios. Era una ilusión que tú proyectabas. Un día u otro llegarás a la conclusión de que el dinero no tiene nada divino, de que no tiene nada, de que has estado desperdiciando tu vida. Entonces te vuelves contra él, entonces tomas la actitud opuesta: te pones en contra del dinero, no tocas el dinero. Ahora estás constantemente obsesionado; ahora estás en contra del dinero, pero la obsesión permanece. Has ido de la izquierda a la derecha, pero tu centro de consciencia todavía es el dinero.

Puedes cambiar de un deseo a otro. Un día eres demasiado mundano… otro día te puedes volver espiritual. Sigues igual, la enfermedad persiste. Buda dice: ser mundano es mundano y ser espiritual también es mundano; perseguir el dinero es volverse loco a causa del dinero, estar en contra del dinero es volverse loco a causa del dinero; perseguir el poder es estúpido, escapar de él también es estúpido.

La sabiduría es simplemente estar en el centro.

Saraha lo vio allí por primera vez; no lo había visto ni siquiera en Sri Kirti. Allí estaba realmente. Y la mujer tenía razón; ella había dicho: «Sólo puedes aprender a través de la acción». Y ella estaba tan totalmente absorta que ni siquiera miraba a Saraha, que estaba allí observándola. Estaba totalmente absorta, estaba totalmente en su acción); éste es otro mensaje budista: Ser total en la acción es ser libre de la acción.

El karma se crea porque no estás totalmente en la acción. Si eres total en ella, no deja ningún rastro. Haz las cosas totalmente y se acabó, no cargarás con su memoria psicológica. Haz algo incompleto y queda pendiente en ti; continúa, es como una resaca. Y la mente quiere continuar, hacerlo, completarlo. La mente siente una gran tentación por concluir las cosas. Completa algo y la mente se irá. Si continúas haciendo las cosas con totalidad, un día de repente descubrirás que no hay mente. La mente es el pasado acumulado por todas las acciones incompletas.

Quisiste amar a una mujer y no la amaste; ahora la mujer está muerta. Quisiste visitar a tu padre y ser perdonado por todo lo que hiciste, por cualquier cosa que pudiera haberle hecho sentirse herido; ahora él está muerto. Ahora la resaca continuará, ahora el fantasma… Ahora estás desvalido: ¿qué hacer? ¿A quién acudir? Y ¿cómo pedir perdón? quisiste ser amable con un amigo pero no pudiste serlo porque estabas cerrado. Ahora ya no está el amigo, y duele. Empiezas a sentirte culpable, te arrepientes. Así es como funcionan las cosas.

Cualquier acción que hagas, hazla con totalidad y te liberarás de ella. Y no mires atrás; el hombre verdadero nunca mira hacia atrás, porque no hay nada que ver. No tiene resacas. Él simplemente sigue adelante. Sus ojos no están cubiertos por el pasado, su visión no está nublada. En esa claridad uno llega a saber qué es la realidad.

Tus acciones incompletas te preocupan; eres como una chatarrería: una cosa incompleta por aquí, otra cosa incompleta por allá, no hay nada completo. ¿Lo has observado? ¿Has completado algo alguna vez? Y sigues poniendo a un lado una cosa y empiezas otra, y antes de completarla empiezas otra. Te cargas con más y más responsabilidad. Eso es el karma; karma significa acción incompleta.

Sé total… y serás libre.

La mujer estaba completamente absorta. Por eso estaba tan radiante, tan bella. Ella era una mujer ordinaria, pero su belleza no era de esta Tierra. La belleza viene de la absorción total. La belleza viene de que ella no es una extremista. Su belleza viene de estar en el centro, equilibrada. La gracia viene del equilibrio. Por primera vez Saraha se encontró con una mujer que no sólo era bella físicamente, también lo era espiritualmente. Como es natural, se rindió. La rendición ocurrió.

Completamente absorta, absorta en lo que fuera que estuviera haciendo… por primera vez él entendió: eso es meditación. No es sentarse durante cierto tiempo repitiendo un mantra, no es ir a la iglesia, al templo, o a la mezquita, sino ser en la vida: seguir haciendo cosas triviales, pero con tal absorción que la profundidad se revele en cada acción. Por primera vez él comprendió lo que era la meditación. Él había estado meditando, había luchado duramente, pero por primera vez ahí estaba la meditación, viva. Él pudo sentirla. Podría haberla tocado, era casi tangible. Y luego él recordó que cerrar un ojo y abrir el otro es un símbolo, un símbolo budista.

Buda dice (ahora los psicólogos estarían de acuerdo; después de dos mil quinientos años los psicólogos han llegado al mismo punto donde Buda estaba hace tanto tiempo) que la mitad de la mente razona y la otra mitad intuye. La mente está dividida en dos partes, en dos hemisferios. El hemisferio de la parte izquierda es la capacidad de razonar, la lógica, los pensamientos discursivos, el análisis, la filosofía, la teología… palabras, palabras y más palabras, y argumentos, silogismos e inferencias. La parte izquierda de la mente es aristotélica. La parte derecha de la mente es intuitiva, poética; la inspiración, la visión, la consciencia a priori, la conciencia a priori. No es que argumentes; simplemente llegas a saber. No es que deduzcas; simplemente te das cuenta. Ése es el significado de conciencia a priori: simplemente está ahí. La verdad se conoce a través de la parte izquierda de la mente. La verdad es deducida por la parte derecha de la mente. La deducción es solamente deducción, no es experiencia.

De repente se dio cuenta de que la mujer cerró un ojo: ella cerró un ojo, que simboliza el cierre del ojo de la razón, la lógica. Y abrió el otro ojo, símbolo del amor, la intuición, la conciencia. Y luego él recordó la postura.

Apuntando a lo desconocido, lo invisible, estamos en el camino de conocer lo desconocido; de conocer aquello que no puede ser conocido. Ése es el verdadero conocimiento: conocer aquello que no puede ser conocido, realizar lo irrealizable, alcanzar lo inalcanzable. Esta pasión imposible es lo que convierte a un hombre en un buscador religioso.

Sí, es imposible. Cuando digo imposible no quiero decir que no ocurrirá; cuando digo imposible quiero decir que no puede ocurrir a no ser que estés completamente transformado. Tal como eres no puede ocurrir. Pero hay diferentes maneras de ser, y puedes ser un hombre totalmente nuevo… entonces ocurrirá. Es posible para un hombre diferente. Por eso es por lo que Jesús dice: a no ser que vuelvas a nacer, no lo conocerás. Un hombre nuevo lo conocerá.

Tú vienes a mí; y sin que tú lo sepas. Yo tendré que matarte, tendré que ser drásticamente peligroso contigo; tendrás que desaparecer. Y el hombre nuevo nace, entra una nueva consciencia porque hay algo indestructible en ti que no puede ser destruido; nadie puede destruirlo. Sólo lo destructible será destruido y lo indestructible quedará. Cuando alcanzas esos elementos indestructibles de tu ser, esa conciencia eterna de tu ser, eres un hombre nuevo, una consciencia nueva. A través de eso lo imposible es posible, lo inalcanzable se alcanza.

Así qué él recordó la postura. Apuntando hacia lo desconocido, hacia lo invisible, hacia el uno; ése es el objetivo. ¿Cómo ser uno con la existencia? El objetivo es la no dualidad; donde el sujeto y el objeto desaparecen, donde el yo y el tú desaparecen. Hay un libro muy famoso de Martin Buber, un gran libro, que se titula Yo y tú. Martin Buber dice que la experiencia de la oración es una experiencia de yo-tú. Tiene razón. La experiencia de la oración es una experiencia de yo-tú: Dios es el tú y tú sigues siendo un yo, y tienes un dialogo, una comunión con el tú. Pero en el budismo no hay oraciones, el budismo está por encima. El budismo dice: si hay una relación de yo-tú, permaneces dividido, sigues separado. Os podéis gritar el uno al otro, pero no será una comunión. La comunión sucede sólo cuando ya no existe la división de yo-tú, cuando el objeto y el sujeto desaparecen, cuando no hay yo y tú, ni el buscador y lo buscado… cuando hay unidad, una armonía.

Al darse cuenta de esto, al ver y reconocer la verdad en las acciones de esta mujer… La mujer le dio el nombre de Saraha. Su nombre era Rahul; la mujer le llamó Saraha. Saraha es una hermosa palabra. Significa: el que ha disparado la flecha; sara significa flecha, ha(n) significa disparar. Saraha significa el que ha disparado la flecha. En el momento en que reconoció la importancia de las acciones de la mujer, esos gestos simbólicos, en el momento en que pudo leer y descodificar lo que la mujer estaba intentando dar, lo que la mujer estaba intentando mostrar, la mujer fue tremendamente feliz. Ella bailó y le llamó Saraha, y dijo: «Desde hoy tu nombre será Saraha: has disparado la flecha. Al comprender la importancia de mis acciones, has penetrado…».

Saraha le dijo a ella: «Tú no eres una arquera ordinaria. Hasta siento haber pensado que eras una arquera ordinaria. Perdóname, lo siento inmensamente. Tú eres una gran maestra y yo he vuelto a nacer a través de ti. Hasta ayer no era un verdadero brahmín; desde hoy lo soy. Tú eres mi maestra y mi madre, y me has dado un nuevo nacimiento. Ya no soy el mismo. Así que has hecho bien; me has despojado de mi viejo nombre y me has dado uno nuevo.»

Algunas veces me preguntáis: «¿Por qué das nuevos nombres?» Para abandonar la vieja identidad, para olvidar el pasado, para no tener ninguna atadura más con el pasado, se necesita una ruptura total. Tienes que desligarte del pasado. Rahul se convirtió en Saraha.

La leyenda dice que la mujer no era sino un buda escondido. El nombre del buda dado en las escrituras es Sukhnatha: el buda que vino a ayudar al gran hombre en potencia, Saraha. Buda, cierto buda llamado Sukhnatha, tomó forma de mujer. ¿Pero por qué? ¿Por qué forma de mujer?: Porque el Tantra cree que igual que un hombre tiene que nacer de una mujer, el nacimiento de un discípulo tiene que ser también a través de una mujer. De hecho todos los maestros son más madres que padres. Tienen la cualidad de lo femenino. Buda es femenino, al igual que Krishna, o Mahavira. Puedes ver la gracia femenina, la redondez femenina, la belleza femenina. Puedes mirar en sus ojos y no encontrarás la agresividad masculina.

Es muy simbólico que un buda tomara forma de mujer. Los buda siempre toman forma de mujer. Puede que vivan en cuerpos masculinos, pero son femeninos: porque todo lo que nace, nace de la energía femenina. La energía masculina puede ponerlo en funcionamiento pero no puede dar a luz.

Un maestro tiene que mantenerte en el vientre durante meses, años, algunas veces durante vidas. Uno nunca sabe cuándo estarás preparado para nacer. Un maestro tiene que ser una madre. Un maestro tiene que tener una capacidad tremenda de energía femenina para poder derramar amor sobre ti; sólo así puede él destruir. Hasta que no estés seguro de su amor, no le permitirás destruirte. ¿Cómo confiarás? Sólo su amor te hará capaz de confiar. Y a través de la confianza, poco a poco, irá cortando extremidad por extremidad. Yun día de repente desaparecerás. Lentamente, poco a poco… y te habrás ido. Gate gate para gate: te vas, te vas, te vas, te has ido. Entonces nace lo nuevo.

La arquera le aceptó. De hecho le esperaba… un maestro espera al discípulo. La vieja tradición dice: antes de que el discípulo elija al maestro, el maestro ya ha elegido al discípulo. Eso es exactamente lo que ocurre en esta historia. Sukhnatha estaba escondido bajo la forma de una mujer esperando a que Saraha viniera y transformarle.

También parece más lógico que el maestro elija primero; porque es más consciente, él sabe. Él puede penetrar hasta la verdadera posibilidad de tu ser, hasta tu verdadero potencial. Puede ver tu futuro, puede ver lo que puede ocurrir. Cuando eliges un maestro crees que tú le has elegido. Te equivocas. ¿Cómo puedes elegir un maestro? Estás tan ciego que ¿cómo vas a reconocer al maestro? Eres tan inconsciente… ¿cómo vas a poder sentir al maestro? Si empiezas a sentirlo, significa que él ya ha entrado en tu corazón y ha empezado a jugar con tus energías; por eso empiezas a sentirle. Antes de que un discípulo elija al maestro, el maestro ya le ha elegido.

Ella aceptó. Esperaba que Saraha viniera. Se fueron hacia los crematorios y empezaron a vivir juntos. ¿Por qué a los crematorios? Porque Buda dice: hasta que no entiendas la muerte no te será posible entender la vida. A no ser que mueras no renacerás.

Desde Saraha muchos discípulos del Tantra han vivido en crematorios; él fue el fundador. Vivía en un crematorio… traían a la gente, traían los cadáveres y los quemaban, y él vivía allí, aquél era su hogar. Y vivía con aquella mujer arquera, vivían juntos. Había un gran amor entre ambos; no era el amor entre una mujer y un hombre, sino el amor entre un maestro y un discípulo, el cual es ciertamente más elevado de lo que cualquier amor entre un hombre y una mujer pueda alcanzar; es más íntimo, verdaderamente más íntimo; porque el amor entre un hombre y una mujer es solamente corporal. Como mucho algunas veces alcanza hasta la mente, si no sólo se queda en los cuerpos. El amor entre un discípulo y un maestro es un amor de almas.

Saraha encontró su compañera del alma. Estaban tremendamente enamorados, un gran amor, algo que raramente ocurre en la tierra. Ella le enseñó Tantra. Sólo una mujer puede enseñar Tantra. Alguien me preguntó por qué he elegido a Kaveesha como líder del grupo de Tantra: sólo una mujer puede ser el líder del grupo de Tantra, sería muy difícil para un hombre. Sí, algunas veces también puede serlo un hombre, pero entonces tendrá que volverse muy, muy femenino. Una mujer ya lo es, ella ya tiene esas cualidades, esas cualidades afectivas y amorosas; ella tiene por naturaleza esa solicitud, ese amor, esa sensibilidad para la suavidad.

Saraha se hizo tántrico bajo la guía de la mujer arquera. Ahora ya no meditaba. Un día dejó todos los Vedas, las escrituras, el conocimiento; ahora había dejado hasta la meditación. A través de todo el país empezaron a correr rumores: Saraha ya no medita. Él cantaba, y por supuesto, también bailaba, pero ya no meditaba. Ahora su meditación era cantar, ahora su meditación era bailar, ahora su estilo de vida era la celebración.

¡Vivir en un crematorio y celebrando! ¡Vivir donde sólo hay muerte y alegremente! Ésta es la belleza del Tantra, que une los opuestos, los contrarios, los contradictorios. Si vas al crematorio te sentirás triste; te será difícil estar alegre. Te sería muy difícil cantar y bailar en el mismo lugar donde queman a las personas, y donde la gente solloza y llora. Y cada día muerte y más muerte… día y noche, muerte. ¿cómo podrías estar alegre? Pero si no puedes estar alegre allí, entonces lo que tú piensas que es tu alegría no es más que una creencia creada. Si puedes estar alegre allí, entonces realmente la alegría te habrá ocurrido. Ahora es incondicional. Ya no hay diferencia entre la vida y la muerte, si se incinera a alguien, o si alguien se está muriendo.

Saraha empezó a cantar y bailar. Ya no era serio. El Tantra no lo es; el Tantra es diversión. Sí, es sincero, pero no serio; es muy alegre. El juego entró en su ser. El Tantra es un juego, porque el Tantra es una forma altamente evolucionada del amor, y el amor es un juego.

Hay gente a la que ni siquiera le gustaría que el amor fuera un juego. Mahatma Gandhi dice: haz el amor sólo cuando quieras reproducirte. Hasta convierten el amor en trabajo, en reproducción. ¡Es sencillamente horrible! Haz el amor con tu mujer sólo cuando te quieras reproducir; ¿acaso es ella una fábrica? Reproducción: hasta la propia palabra es horrible. ¡El amor es divertido! Haz el amor con tu mujer cuando te sientas feliz, alegre, cuando estés en la cima del mundo. Comparte esa energía. Ama a tu hombre cuando tengas la cualidad de la danza, de la poesía, de la alegría; ¡no para reproducirte! La palabra reproducción es obscena. ¡Haz el amor por pura alegría, desde una abundancia de alegría! ¡Da cuando lo tengas!

El juego entró en su ser. El amante siempre tiene un espíritu lúdico. En el momento en que ese espíritu muere te conviertes en un marido o en una esposa; entonces ya no sois amantes, entonces os reproducís. Y en el momento en que os convirtáis en un marido o en una esposa, algo bellísimo habrá muerto. Ya no está vivo, ya no tiene jugo. Ahora es sólo apariencia, hipocresía.

El juego entró en su ser, y a través del juego nació la religión. Su éxtasis era tan contagioso que la gente empezaba a venir para verle bailar y cantar. Y cuando la gente venía a verle, bailaba y cantaba con él. El crematorio se convirtió en un gran lugar de celebración. Sí, todavía se quemaban cadáveres, pero poco a poco, empezaron a congregarse multitudes alrededor de Saraha y la mujer arquera, y en aquel crematorio se creaba una gran alegría.

Y se volvió tan contagioso que gente que nunca había oído hablar del éxtasis venía, cantaba y bailaba, y caían en éxtasis, entraban en samadhi. Su misma vibración, su misma presencia, se volvió tan potente que tan sólo con que estuvieras dispuesto a participar con él, ocurriría… una conexión elevada. Los que venían a él… él estaba tan borracho que su borrachera interior empezó a rebosar sobre otra gente. Estaba tan borracho que los demás empezaron a sentirse más y más borrachos.

Pero entonces ocurrió lo inevitable… los brahmines, los sacerdotes, los eruditos y la llamada gente honrada empezaron a vilipendiarle y calumniarle: eso es a lo que yo llamo inevitable. Siempre que haya un hombre como Saraha los eruditos estarán en su contra, y la mal llamada gente moral, los puritanos, los santurrones. Empezaron a correr rumores absolutamente sesgados acerca de él.

Le decían a la gente: «Ha perdido la gracia divina; es un pervertido. Ya no es un brahmín; ha abandonado el celibato, ya no es ni siquiera un monje budista. se da a prácticas vergonzosas con una mujer de casta baja y va por ahí como un perro loco». Su éxtasis era como un perro loco para ellos; depende de cómo se interprete. Bailaba en el crematorio. Él estaba loco; ¡pero no era un perro loco, era un dios loco! Depende de cómo lo mires.

También le dijeron esas cosas al rey; él estaba ansioso por saber qué era lo que estaba pasando exactamente. Se preocupaba… más y más gente le traía rumores. Le conocían, sabían que el rey siempre había sentido tan profundo respeto por Saraha, que quiso nombrarle su consejero en la corte, pero Saraha había renunciado al mundo. El rey sentía un gran respeto por su aprendizaje, así que empezaron a contarle cosas al rey.

El rey estaba preocupado. Él quería y respetaba al joven, y estaba inquieto. Así que mandó algunos mensajeros para que persuadieran a Saraha y le dijeran: «Vuelve a tus principios. Tú eres un brahmín, tu padre fue un gran erudito, tú mismo eras un gran erudito; ¿qué estás haciendo? Te has desviado, regresa al hogar; yo estoy aquí todavía. Ven a palacio, sé parte de mi familia. Esto no está bien».

Los mensajeros fueron a ver a Saraha y él cantó ciento sesenta versos a aquello mensajeros que habían venido a convencerle. Cantó esos ciento sesenta versos… ¡y aquellos mensajeros se pusieron a bailar y nunca regresaron!

El rey se preocupó aún más. La esposa del rey, la reina, también había estado siempre interesada en el joven. Quería que el joven se casara con su hija, así que ella misma fue allí. Y Saraha le cantó ochenta versos a la reina… y ella nunca regresó.

Ahora el rey estaba perplejo: ¿qué está pasando aquí? Así que el mismo fue allí; ¡y Saraha cantó cuarenta versos y el rey se convirtió! ¡Y empezó a bailar en el crematorio como un perro loco!

Así que hay tres escrituras bajo el nombre de Saraha. La primera: La Canción de Saraha para la Gente; ciento sesenta versos; la segunda: La Canción de Saraha para la Reina; ochenta versos; y la tercera: La Canción Real de Saraha (sobre la que vamos a meditar); cuarenta versos. Ciento sesenta versos para la gente porque su comprensión no era muy grande; ochenta para la reina; ella estaba un poco más elevada, su comprensión era un poco mayor; cuarenta para el rey porque él era realmente un hombre inteligente, consciente, comprensivo.

Al convertirse el rey, poco a poco todo el país se convirtió. Y se dice en las viejas escrituras que llegó un momento en que todo el país se quedó vacío. Vacío… es una palabra budista. Significa que las personas se convirtieron en nadies, perdieron sus egos. La gente empezó a disfrutar el momento. El bullicio, la competencia violenta desapareció del país. Se convirtió en un país silencioso. Se quedó vacío… como si no hubiera nadie, el hombre como tal desapareció del país. Una gran divinidad descendió sobre el país. Estos cuarenta versos fueron la raíz, la fuente.

Ahora entremos en este gran peregrinaje: La canción real de Saraha. Es también llamada La Canción sobre la Acción Humana; muy paradójicamente, porque no tiene nada que ver con la acción. Es por eso por lo que también se la llama La Canción sobre la Acción Humana. Tiene algo que ver con el ser, pero cuando el ser se transforma, se transforma la acción. Cuando tú te has transformado, tu comportamiento se transforma; no al reves. No es que cambies tus acciones y luego cambie tu ser; no. El Tantra dice: primero cambia tu ser y luego tu acción cambiará automáticamente, por sí misma. Primero alcanza un tipo diferente de consciencia, y le seguirá un tipo diferente de acción, de carácter, de comportamiento.

El Tantra cree en el ser, no en la acción y el carácter. Es por eso por lo que también se llama La Canción sobre la Acción Humana: porque una vez que el ser se ha transformado, las acciones se transforman. Ésa es la única forma de cambiar tus acciones. ¿Quién ha podido alguna vez cambiar sus acciones directamente? Sólo puedes aparentarlo.

Si estás lleno de ira y quieres cambiar tus acciones, ¿qué harás? Suprimirás la ira y mostrarás una cara falsa; tendrás que llevar una máscara. Si eres sexual, ¿qué vas a hacer para cambiarlo? Puedes hacer voto de castidad, de brahmacharya, y puedes aparentarla, pero en lo más profundo el volcán continúa. Estás sentado sobre un volcán que puede entrar en erupción en cualquier momento. Estarás constantemente temblando, asustado, con miedo.

¿No has observado a las llamadas personas religiosas? Siempre tienen miedo (miedo al infierno), y siempre están tratando de llegar al cielo como sea. Pero no saben lo que es el cielo; ni siquiera lo han probado. Nunca nadie ha ido al cielo y nunca nadie ha ido al infierno. Decidámoslo de una vez por todas: el cielo viene a ti, el infierno viene a ti; depende de ti. Lo que tú llamas viene.

Si tu ser cambia, de repente el cielo se te hace posible; el cielo desciende sobre ti. Si tu ser no cambia estás en un conflicto, estás forzando algo que no está ahí. Te vuelves falso, falso y más falso, y te conviertes en dos personas, te vuelves esquizofrénico, dividido… Tú aparentas ser de una manera, pero eres diferente a lo que aparentas. Dices que vas a hacer una cosa; pero nunca la haces, haces otra cosa. Y además estás siempre jugando al escondite contigo mismo. La ansiedad, la angustia, son naturales en tal estado: eso es el infierno.

Ahora la canción:

Me inclino ante el noble Manjusri,me inclino ante el que ha conquistado lo finito.

Esta palabra manjusri tiene que ser entendida. Manjusri fue uno de los discípulos de Buda, pero era un discípulo muy raro. Buda tenía muchos discípulos raros; raros de diferentes maneras. Mahakashyapa era raro porque podía entender mensajes no hablados… y así sucesivamente. Manjusri era raro porque tenia la mayor cualidad para ser un maestro.

Cuando alguien representaba un problema demasiado grande, alguna persona problemática, Buda le mandaba a Manjusri. Simplemente al oír el nombre de Manjusri la gente se ponía a temblar. Él era realmente un hombre duro, realmente drástico. Cuando a alguien se le mandaba a Manjusri, los discípulos decían: «Esa persona ha ido a la espada de Manjusri». Esto se ha hecho famoso a través de los tiempos (la espada de Manjusri) porque Manjusri solía cortar la cabeza de un golpe. No era una persona que se andará con remilgos, sencillamente cortaba la cabeza de un golpe. Su compasión era tan grande que podía ser cruel.

Así que poco a poco el nombre de Manjusri se volvió representativo; un nombre para todos los maestros, porque todos son compasivos y todos tienen que ser crueles. Compasivos porque ellos darán nacimiento a un nuevo hombre en ti; crueles porque tendrán que destruir y demoler al viejo.

Así que cuando Saraha se inclinó antes de empezar su canción dijo: Me inclino ante el noble Manjusri (maestro de todos los maestros), me inclino ante el que ha conquistado lo finito. Y entonces se inclinó ante Buda que conquistó lo finito, y que se convirtió en lo infinito.

Igual que el agua mansa azotada por el vientose convierte en olas y remolinos,así piensa el rey de Sarahade muchas formas, aunque sólo sea un hombre.

Visualiza un lago, un plácido y silencioso lago sin olas. Entonces viene un gran viento y empieza a jugar con la superficie del lago, y perturba el lago, y surgen mil y una olas. Hasta hace sólo un momento el reflejo de la luna llena estaba sobre el lago; ahora ya no está. Ahora la luna todavía se refleja, pero en mil y un fragmentos. Está sobre todo el lago. El lago entero está plateado por el reflejo, pero no puedes atrapar el reflejo real: ¿donde está la luna?, ¿que aspecto tiene? Todo está distorsionado.

Saraha dice que ésta es la situación de la mente humana, la de los ilusos. Ésta es la diferencia entre un buda y un no-buda. Un buda es uno cuyo viento ya no sopla. Ese viento se llama trishna: deseo.

¿Te has fijado?, ¿has observado? Siempre que hay deseos, hay mil y una olas en tu corazón; tu consciencia se perturba y se distrae. Cuando los deseos paran, te sientes bien, en paz contigo mismo.

Así que el deseo es el viento que distorsiona la mente. Y cuando la mente se distorsiona, no puede reflejar la realidad.

Igual que el agua azotada por el vientose convierte en olas y remolinos,así piensa el rey de Sarahade muchas maneras, aunque sólo sea un hombre.

Saraha dice dos cosas. Primero dice: tu mente está demasiado perturbada por los rumores, demasiado viento ha soplado sobre la superficie de tu mente. No te será posible verme, a pesar de que yo soy uno; tu mente me refleja en un millar de fragmentos.

Eso era verdad. Él podía ver a través del rey. El rey estaba perplejo. Por un lado respetaba al joven, siempre había confiado en él; sabía que no podía ser malo. Pero mucha gente, muchos que se llamaban honrados, gente respetable, rica, educada, vino a decirle: «Va por el camino equivocado, se ha vuelto casi loco; es un maniático, un pervertido. Vive con una mujer arquera de casta baja. Vive en un crematorio; ¡ése no es un lugar para vivir! Ha olvidado los antiguos rituales, ya no lee los Vedas, ya no recita el nombre de Dios. Ni siquiera se ha oído decir que medite. Y se da a unas prácticas extrañas, horribles y vergonzosas».

El Tantra les parece vergonzoso a aquellos que están muy reprimidos sexualmente. No pueden entender; debido a su represión no pueden entender qué está pasando. Así que todas aquellas cosas eran como un fuerte viento en la mente del rey. Una parte de él le amaba y respetaba; otra parte tenía grandes dudas.

Saraha miró directamente y dijo: Así el rey piensa de muchas maneras acerca de Saraha, aunque sólo sea un hombre. Aunque Saraha sólo sea un hombre…

Yo soy como la luna llena, pero el lago está revuelto. Así que por favor, si quieres entenderme, no hay forma de que me entiendas directamente. La única forma que tienes de entenderme es abandonar ese viento que sopla en la superficie de tu mente. Deja que tu consciencia esté cómoda… ¡entonces mira! Deja que todas esas olas se detengan, deja que tu consciencia sea un plácido estanque; entonces mira. No puedo convencerte de lo que está pasando a no ser que puedas verlo. Está ocurriendo, está aquí. Yo estoy aquí delante de ti. Soy sólo un hombre, pero puedo ver en ti; tú me miras como si yo fuera un millar de hombres.

Para un bizco tontouna lámpara es como dos,cuando lo visto y el que ve no son dos, ¡ah!, la mentetrabaja en el objeto de ambos.

Y luego toma símiles, metáforas. Primero dice: «estás revuelto como un lago». Luego dice: Para un bizco tonto una lámpara es como dos; no puede ver una, ve dos.

He oído…

Mulla Nasruddin estaba enseñando a su hijo a ser un buen bebedor. Después de algunas copas Mulla dijo:

–Ahora vámonos. Recuerda siempre, ésta es la regla para parar: cuando empieces a ver que una persona parezca dos, entonces vete a casa; es suficiente.

–Que una persona parezca dos –preguntó el hijo–, ¿dónde? ¿Dónde está esa persona?

Mulla dijo:

–Mira, hay dos personas sentadas en esa mesa.

Y el hijo respondió:

–¡No hay nadie! –Él ya había bebido demasiado.

Recuerda, cuando eres inconsciente las cosa no son lo que parecen. Cuando eres inconsciente, proyectas. Esta noche, al mirar a la luna, si te presionas los ojos con los dedos podrás ver dos lunas. Y cuando ves dos lunas es muy difícil creer que sólo hay una; tú estás viendo dos. Imagínate… Si alguien ha nacido con un defecto natural y sus ojos tienen esa presión que hace ver las cosas dobles, siempre verá dos cosas. Cuando tú veas una, él verá dos.

Nuestra visión interior está nublada por muchas cosas, así que seguimos viendo cosas que no existen. Y si las vemos, ¿cómo vamos a creer que no existen? Tenemos que confiar en nuestros propios ojos, y nuestros ojos pueden estar distorsionando.

Para un bizco tontouna lámpara es como dos,cuando lo visto y el que ve no son dos…

Saraha le dice al rey: si piensas que tú y yo somos dos, eres inconsciente, eres idiota, estás borracho, no sabes ver. Si realmente ves, entonces yo y tú somos uno, entonces el que ve y lo que ve no serán dos. Entonces no verás a Saraha bailando aquí; te verás a ti mismo bailando aquí. Entonces, cuando yo entre en éxtasis, tú entrarás en éxtasis. Y ésa será la única manera de saber lo que le ha ocurrido a Saraha, no hay otra forma. ¿Qué me ha ocurrido a mí? La única manera de saberlo es participando en mi ser. No seas sólo un espectador. No te quedes a un lado, no seas solamente un espectador. Tendrás que participar en mi experiencia; tendrás que disolverte un poco en mí. Tendrás que traspasar mi frontera.

De eso se trata al ser sannyasin. Empiezas a acercarte, empiezas a disolver tus fronteras dentro de mí. Sólo entonces, un día, a través de la participación, cuando te armonices conmigo, verás algo, entenderás algo. Y no te será posible convencer a nadie que solamente haya sido un espectador; porque vuestras visiones serán diferentes. Tú has participado, y él sólo ha estado observando; vivís en mundos diferentes.

Aunque las lámparas de la casa se hayan encendido…

Escucha estos preciosos versos de Saraha:

Aunque las lámparas de la casa se hayan encendido,el ciego vive en la oscuridad.Aunque la espontaneidad está cerca y lo abarca todo,para los ilusos permanece siempre lejana.

Él está diciendo: ¡Mira! Me he iluminado. Aunque las lámparas de la casa se hayan encendido… mi núcleo interior ya no está oscuro. ¡Ve! Hay una gran luz en mí, mi alma se ha despertado. Ya no soy el mismo Rahul que tú conocías. Soy Saraha; mi flecha ha llegado a la diana.

Aunque las lámparas de la casa se hayan encendido,el ciego vive en la oscuridad

Pero ¿qué puedo hacer yo? Dijo Saraha: Si alguien está ciego, aunque se enciendan las lámparas de la casa sigue viviendo en la oscuridad. No es que falten lámparas, sino que sus ojos están cerrados. ¡Así que no escuches a la gente ciega! Simplemente abre tus ojos y mírame, veme… el que está en frente de ti, el que se está enfrentando a ti. El ciego vive en la oscuridad, aunque se hayan encendido las lámparas.

Aunque la espontaneidad está cerca y lo abarca todo…

Y yo estoy tan cerca de ti… la espontaneidad está muy cerca de ti, ahora puedes tocarla, comerla, beberla. Puedes bailar conmigo y puedes entrar en éxtasis conmigo. Estoy tan cerca… ¡puede que no vuelvas a encontrar la espontaneidad tan cerca!

Para los ilusos permanece siempre lejana.

Hablan acerca del samadhi, y leen los sutras de Patanjali; hablan sobre grandes cosas, pero cuando esas grandes cosas ocurren están en contra de ellas.

Esto es algo muy extraño acerca del hombre. El hombre es un animal muy extraño. Puede ser que aprecies a Buda, pero si te encontraras con él, no serías capaz de apreciarle en absoluto; puede que te pusieras en su contra, puede que te convirtieras en su enemigo. ¿Por qué? Cuando lees un libro sobre Buda, todo está bien; el libro está en tus manos. Cuando hay que enfrentarse con un buda vivo, él no está en tus manos; tú caes en sus manos. De ahí el miedo, la resistencia; uno quiere escapar. Y la mejor manera de escapar es convencerte a ti mismo de que él está equivocado, de que hay algo que está mal en él. Ésa es la única manera; probarte a ti mismo que él está equivocado. Y puedes encontrar mil y una cosas en un buda que pueden parecer erróneas, porque tú estás bizco y ciego, y tu mente está revuelta. Puedes proyectar cualquier cosa.

Este hombre había llegado al estado de los budas, y ellos hablaban de la mujer de casta baja. No veían la realidad de aquella mujer. Sólo pensaban que era una arquera, y de muy baja casta, sudra, intocable. ¿Cómo podía un brahmín tocar a una mujer intocable? ¿Cómo podía un brahmín vivir allí? Y además habían oído que la mujer le cocinaba. Éste es un gran pecado, es una gran caída; ¿un brahmín comiendo la comida cocinada por una sudra, por una intocable, por una mujer de casta baja?

¿Y por qué tendría que vivir un brahmín en un crematorio? Los brahmines nunca han vivido ahí. Viven en los templos, en los palacios. ¿Por qué en el crematorio? Un sitio sucio, rodeado de calaveras y cadáveres; ¡esto es perversión! Pero no se han dado cuenta del hecho de que, a no ser que entiendas la muerte, no serás nunca capaz de entender la vida. Cuando has mirado profundamente en la muerte y has descubierto que la vida nunca está muerta, cuando has mirado, penetrado profundamente en la muerte y has encontrado que la vida continúa aún después de la muerte, que la muerte no significa nada, que la muerte es inmaterial… Tú no sabes nada sobre la vida; es eterna, sin tiempo. Así que sólo los cuerpos mueren, sólo lo muerto muere; lo vivo continúa.

Pero para eso uno tiene que entrar en una profunda experimentación; ellos no dieron cuenta de eso. Ellos habían oído que se entregaba a practicas extrañas. Debieron cotillear y exagerar; debe habérseles ido de la mano. Cada uno va multiplicando el rumor. Y hay prácticas tántricas de las que se puede cotillear. En el Tantra el hombre se sienta enfrente de la mujer, la mujer desnuda, y él tiene que observarla atentamente, verla minuciosamente, para que todos los deseos de ver una mujer desnuda desaparezcan. Entonces el hombre es libre de la forma. Ahora bien, esto es una gran técnica secreta; de no ser así, continúas viéndola en tu mente. Quieres desnudar a cada mujer que pase por la calle a tu lado; eso es algo que esta ahí.